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Los deportes como muestra sociocultural, económico

y distractor de masas.

Si bien es cierto los deportes a través de los años han sido y serán sinónimo de vida
saludable, pero como la historia nos habla, nos cuenta que lamentablemente se encasillan y
dan sustento a las distintos sustratos socioeconómico y son utilizados para distraernos de lo
que en realidad importa.
Vemos como el boxeo, el tenis y el futbol a principios del siglo XX tomaron su
lugar en cada una de las clases sociales y se enmarcaron en ellas. Por ejemplo el tenis en la
clase alta, el futbol en la clase media y el boxeo tiene sus inicios en la clandestinidad de la
clase baja.
Hay que decir que los grandes dirigentes del país los han utilizado para distraernos
de que en realidad pasa en nuestro muy querido terruño nacional, y esto es desde hace
mucho, por decir algo que todos sabemos:
Antes del gobierno de Carlos Ibañes del Campo entre 1902 y 1908 hubieron mas de
200 huelgas, entre ellas las mas importantes fueron : la huelga portuaria de Valparaiso en
1903, la huelga de la carne, en Santiago en 1905 y la masacre de la escuela Santa María en
1907. Aunque todos estos hechos pasaron a segundo plano cuando en 1902 fue la primera
pelea profesional de boxeo, en 1904 se fundó el Royal Lawn Tenis Club, en 1923 los
hermanos Torralva ganaron la copa Mitre y para concluir en 1933 se organiza el primer
campeonato nacional de futbol profesional. Al final todo el movimiento social perdió
fuerza y a pesar de los fructíferos fondos que el país recibió en esos años no pudimos
superar la pobreza. Fue el general quien debió enfrentar la crisis política y social que
reinaba en Chile.
Haciendo una comparación entre las no muy lejanas épocas recordamos que no hace
mucho en chile se construyó un puente con una inversión de millones de pesos, para mitigar
esto que hizo el gobierno de turno, dos acciones muy astutas.
Primero para conseguir fondos y reemplazar los perdidos en el bendito puente, el
gobierno sin preguntarle a nadie libero mas de 1600 reclusos en las distintas penitenciarias
del país, hay que destacar que cada recluso le cuesta al estado $650.000. la operación
matemática no es difícil, o sea el gobierno se ahorro en un mes la suma de $1.040.000.000,
y ¿A dónde fueron esos fondos? Nadie lo sabe.

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