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Planteamiento del problema

Consiste en describir de manera amplia la situación objeto de estudio, ubicándola


en un contexto que permita comprender su origen, relaciones e incógnitas por responder.

Formulación del problema

Es la concreción del planteamiento en una pregunta precisa y delimitada en cuanto


a espacio, variables y población.

Características:

 Se debe formular en forma de pregunta y obviar términos que impliquen juicios


de valor.
 La pregunta no debe originar respuestas como un simple si o un no.
 La respuesta a la pregunta debe aportar un nuevo conocimiento.
 Debe existir la posibilidad de ser respondido mediante procedimientos empíricos.
 Puede referirse al comportamiento de una variable o la relación entre dos o más
variables.

Objetivos de investigación

Es un enunciado que expresa lo que se desea indagar y conocer para responder a un


problema planteado.

Características de los objetivos de investigación:

 Precisan las variables o dimensiones que serán medidas.


 Delimitan el problema de la investigación.
 Se redactan comenzando con un verbo en infinitivo.

Tipos de objetivos de investigación:

 Objetivo general: Expresa el fin concreto de la investigación en correspondencia


directa con la formulación del problema.
 Objetivos específicos: Indican con precisión los conceptos, variables o
dimensiones que serán objeto de estudio. Se derivan del objetivo general y
contribuyen al logro de éste.
Hipótesis

Es una suposición que expresa la posible relación entre dos o más variables, la cual
se formula para responder tentativamente a un problema o pregunta de investigación.
Orientan la investigación, indicando al investigador dónde debe iniciar su labor de
verificación mediante la recolección de los datos o para generar nuevas teorías.

Las hipótesis se desprenden de la teoría, es decir, no surgen de la simple


imaginación sino que se derivan de un cuerpo de conocimientos existentes que le sirven
de respaldo (Arias, Fidias; 2004).

Hipótesis de investigación: Es la suposición que se aspira verificar o comprobar.


También se le denomina hipótesis de trabajo. Éstas se clasifican en:

 Explicativas: Expresan la posible causa de un hecho.

Ejemplo: “A fue ocasionado por B”

 Predictivas: Plantean el posible efecto o consecuencia de un hecho. Deben


redactarse empleando verbos en futuro:
Ejemplo: La aplicación del tratamiento X disminuirá el nivel de colesterol en la
sangre."
 Comparativas: Contrastan resultados o características de grupos en condiciones
diferentes.
o Direccional: Indica la tendencia de los resultados.
Ejemplo: "El grupo A obtendrá mayor puntaje que el grupo B."
o No direccional: No indica tendencia, sólo expresa la posible diferencia entre
los resultados esperados.
Ejemplo: "Existirá una diferencia entre el puntaje del grupo A y el puntaje
del grupo B."
 Correlacionales: suponen una posible relación estadística entre variables
cuantitativas.
Ejemplos: "A mayor X, mayor Y." "A menor X, mayor Y."
 Descriptivas: indican una probable relación no causal entre variables cualitativas.
Ejemplo: "A diferencia de las mujeres, los varones prefieren ocupar su tiempo
libre en actividades deportivas."
Hipótesis alternativas: Son aquellas que plantean opciones distintas a la hipótesis de
trabajo o de investigación.

Hipótesis nula: Es la que niega lo supuesto en la hipótesis de investigación. En el caso


de comparación de grupos, expresa que no existen diferencias significativas entre los
resultados obtenidos por éstos. Así mismo es contraria a la hipótesis no direccional.

¿Cómo redactar las hipótesis?

Mientras la formulación del problema adopta la forma interrogativa, las hipótesis se


redactan de manera afirmativa, excepto la hipótesis nula, que niega la hipótesis de
investigación. Claro está, dicha afirmación, como toda hipótesis, debe ser sometida a
prueba para poder llegar a una conclusión.

Ejemplo de hipótesis de investigación:

Hi: "El grupo A obtendrá mayor puntaje en la prueba de razonamiento numérico


que el grupo B."

Ejemplo de hipótesis nula:

Ho: "No existirá diferencia entre el puntaje del grupo A y del grupo B en la prueba
de razonamiento numérico.

Además, tenga presente las siguientes recomendaciones para la redacción de


cualquier tipo de hipótesis:

 Evite emplear adjetivos que impliquen juicios de valor, por


 Incluya las variables identificadas en la formulación del problema y en los
objetivos específicos.
 Pueden ser expresadas en términos conceptuales u operacionales.
Epistemología

¿Qué es ciencia?

La ciencia se puede definir desde varios puntos de vista, enfatizando o poniendo de


manifiesto sus diferentes características esenciales en cada caso:

i)Ciencia como proceso, o sea como investigación: Consiste en una secuencia finita,
sistemática y ordenada de actividades encaminadas a resolver algún problema
cognoscitivo, que tiene lugar bajo ciertas condiciones históricas, sociales, culturales,
económicas, políticas, etc. Esta es una dimensión diacrónica y dinámica, porque se da en
y a través del tiempo.

ií)Ciencia como producto, o sea como conocimiento: Puede consistir en datos,


hipótesis y problemas; en el mejor de los casos, puede tomar forma de leyes y teorías.
Esta es una dimensión sincrónica y estática, porque la verdad y el conocimiento no ocupan
espacio, ni tiempo, y una vez formulados en el lenguaje, sólo admiten análisis lingüístico,
semántico, lógico o matemático.

iii)Ciencia como tecnología, o sea ciencia como aplicación del conocimiento para
la solución de problemas extracientíficos. Esta dimensión también es diacrónica y
dinámica.

En toda ciencia, las anteriores tres dimensiones siempre se dan en ese orden
asimétrico en el tiempo: primero, se da la investigación; luego, el conocimiento y después,
la aplicación, si la hubiera. O sea, a la ciencia podemos definirla como un triplo
compuesto por investigación, conocimiento y aplicación del conocimiento, para la
solución de problemas extracientíficos. De estos tres componentes, el tercero no es
indispensable para que una disciplina o teoría sea científica.
Método científico

Un método es científico si consiste en una secuencia finita de reglas claramente


formuladas, estandarizables y repetibles; tal que, aplicada uniformemente, en forma
correcta, bajo las mismas condiciones, siempre conduzca a los mismos resultados. Por
otro lado, es solo provisional y no definitivo, porque a medida que avanza la ciencia,
cambia la realidad, o se descubren nuevos problemas, por lo que el método también
deberá cambiar y reajustarse. Esto último, también hace referencia a que el método
científico es revisable, perfectible o eventualmente, inclusive refutable y desechable.

Se puede sostener que hay una única forma básica de investigación en las ciencias
e inclusive en la filosofía, consistente en la existencia de una secuencia asimétrica de tres
etapas que subyacen en toda investigación, ya que siempre se parte de un problema que
para solucionarlo siempre hay que plantear una hipótesis, y para saber si la hipótesis es
verdadera o falsa siempre hay que someterla a la contrastación.

La prescripción de que las hipótesis científicas deben ser capaces de aprobar el


examen de la experiencia es una de las reglas del método científico. El método de la
ciencia no es, por cierto, seguro; pero es intrínsecamente progresivo, porque es
autocorrectivo: exige la continua comprobación de los puntos de partida, y requiere que
todo resultado sea considerado como fuente de nuevas preguntas. para el partidario de la
filosofía científica todo es problemático: todo conocimiento fáctico es falible (pero
perfectible). Los científicos no consideran su propia experiencia individual como un
tribunal inapelable; se fundan, en cambio, en la experiencia colectiva y en la teoría.
Definición del concepto de verdad para las ciencias fácticas.

En primer lugar, ya hemos visto que en la ciencia las proposiciones sólo pueden ser
de una de las siguientes cuatro formas básicas: singulares, existenciales, universales y
estadísticas. En segundo lugar, cada una de las primeras tres formas, a su vez, pueden ser
predicativas o relaciónales. Por lo tanto, para definir el concepto de verdad en las ciencias
fácticas será suficiente con definir el concepto de verdad para cada proposición

La Verdad de las proposiciones predicativas en las Ciencias Fácticas

1. Una proposición predicativa singular de la forma P(a) es verdadera en las ciencias


fácticas si y sólo si:

1.1. El objeto único denotado por la constante a existe.

1.2. a tiene la propiedad P, la cual, se establece mediante la observación directa,


indirecta o mediante cualquier otro método científico, por ejemplo, la deducción.

2. Una proposición existencial predicativa de la forma ∃x (P(x) ∧ Q(x)), es


verdadera en las ciencias fácticas si y sólo si x tiene al menos un valor, la existencia de
cuyo referente se ha establecido del mismo modo que en 1, y asimismo, la existencia de
las propiedades P y Q atribuidas a a se han establecido por el mismo procedimiento que
en 1.

3. Una proposición universal predicativa de la forma ∀xP(x) es verdadera en las


ciencias fácticas si y sólo si para n valores de x: a1, a2, a3, an se ha establecido que son
verdaderas y, hasta donde se ha podido comprobar, no se ha encontrado ningún valor de
x que no tenga la propiedad P, es decir, se ha establecido que:

P(a1) ∧ P(a2) ∧ ... ∧ P(an) (1) es verdadera.

De aquí, en forma condicional e hipotética, es decir, mientras no se encuentre un


contraejemplo, y por lo tanto, en forma provisional, se establece que:

∀x P(x) es verdadera.

4. Una proposición estadística P es verdadera en las ciencias fácticas si y sólo si los


datos d1, d2, ... dn tomados de una muestra M de un universo U como valores de las
variables X1 , X2,...,Xn satisfacen al estadístico θo para el parámetro θ del universo U.

De las cuatro formas básicas de proposiciones verdaderas que hay en la ciencia,


singulares, existenciales, estadísticas y universales, toda la carga de la crítica y
caracterización recae esencialmente solo en la última forma, es decir, en las proposiciones
universales, y solo raramente en las proposiciones estadísticas (en tanto éstas sean leyes).

Características esenciales de la verdad científica

1. General.- Es decir, es universal o estadística. Con respecto a la generalidad de


las proposiciones universales, o sea son válidas en todo espacio y tiempo. En cambio las
proposiciones estadísticas, sí las merecen. Pues cuando se afirma que las proposiciones
estadísticas de la ciencia son proposiciones generales, nos referimos a las proposiciones
estadísticas legaliformes. Es decir, nos referimos a las leyes estadísticas de la mecánica
cuántica, de la termodinámica estadística, de la genética, etc.

2. Hipotética.- En la ciencia, del hecho de contrastar una hipótesis universal,


sometiéndola a las pruebas cruciales más difíciles posibles, no se ha encontrado ningún
caso que la refute, por el contrario, todos los casos la han confirmado, de donde se
concluye que la hipótesis es verdadera para todos los casos posibles. Es decir, se parte del
hecho de que, efectivamente, se ha comprobado que vale para algunos casos, y se
concluye que vale para todos los casos posibles, o sea, que vale universalmente.

Los filósofos y científicos tradicionales dirían que en el caso anterior, se concluye


así por inducción. Pero, a partir de las críticas acertadas y lapidarias de Karl Popper, se
sabe que no existe tal especie de inducción, como una inferencia válida. La conclusión de
que vale para todo es sólo hipotéticamente, hasta que se encuentre un contraejemplo. Esto
es, la hipótesis universal, así postulada como ley, en el fondo, hablando estrictamente,
seguirá siendo una hipótesis. Seguirá teniendo carácter hipotético, porque como señala
Popper, es imposible verificar o demostrar la verdad de proposiciones universales.

3.Condicional.- Asimismo, en la contrastación de toda hipótesis universal, se parte


del hecho de que no se haya podido encontrar ningún caso para el cual no se cumpla, se
pasa a la conclusión de que se cumple para todos los casos sólo condicionalmente. Es decir,
solo bajo la condición de que se considerará verdadera hasta mientras nadie encuentre
ningún contraejemplo.

4.Provisional.- Asimismo, en la contrastación de toda hipótesis universal se


establece que es verdadera sólo provisionalmente y nunca definitivamente, porque no es
lógicamente imposible que se pueda encontrar un contraejemplo. Por lo tanto, de aquí
también podemos concluir, a modo de corolario, que toda verdad científica es revisable,
corregible y perfectible.
5.Refutable.- Toda hipótesis universal confirmada es refutable por dos razones:
Primero, porque su negación no es contradictoria, sino es una proposición existencial, que
puede ser verdadera si se encontrara un contraejemplo. Segundo, porque no es
lógicamente imposible encontrar un contraejemplo, tal que, si se encontrara, empleando
la ley de Modus Tollens la hipótesis quedaría automáticamente refutada.

El problema científico

La fuente primaria de los problemas, en general, radica en la existencia de algún


tipo de necesidad que el hombre desea superar, en la necesidad de lograr algún objetivo,
o llegar a alguna meta. De este modo, el problema, en general, consiste en la existencia
de un obstáculo, de un impase, de una barrera o de una dificultad, que le impide lograr
algún objetivo o llegar a alguna meta.

Problemas de la ciencia básica

Son problemas cuya solución tiene como finalidad la adquisición del conocimiento,
la adquisición de la verdad, mediante el método científico. Para que un problema sea
científico es condición necesaria que reúna las siguientes características esenciales:

A) Que tenga solución. Porque si un problema no tiene solución será un problema


filosófico puro o será un pseudoproblema. En consecuencia, si un problema es científico,
tendrá que tener solución inmediata, a un plazo corto, a un plazo mediano o a largo plazo.

B) Que exista método científico para su solución. Y si no existiera, que sea posible
descubrir, inventar, diseñar o construir un método que permita su solución, porque si no
existiera ningún método y tampoco fuera posible descubrir, inventar, diseñar ni construir
ningún método para su solución, dicho problema será un problema metafísico o un
pseudoproblema. Por método se entienden ecuaciones, teorías matemáticas o teorías
empíricas, máquinas o instrumentos físicos.

C) Que tenga un referente ontológico que sea posible reconocer, identificar y ubicar
objetivamente. Es decir, si es un problema fáctico se deberá poder ubicar en algún punto
de alguna coordenada espacio-temporal, a través de indicadores claramente identificables
y reconocibles. Si es un problema formal matemático o lógico, se deberá poder formular
dentro de alguna teoría matemática o lógica. Si no existe el objeto al cual se refiere el
problema, estaremos frente a un pseudoproblema.

D) Que exista una necesidad real de solución. Una necesidad social, pública,
privada, nacional, de toda la humanidad, o cuando menos de la comunidad científica. Más
aun, en las últimas décadas, la tendencia es cada vez más a la de condicionar el
financiamiento de las investigaciones científicas a la utilidad que va proporcionar.

Requisitos para la formulación de los problemas científicos

La formulación correcta de un problema científico debe satisfacer los siguientes


requisitos:

A) Debe ser consistente. La formulación de un problema es consistente


internamente cuando la formulación misma intrínsecamente no es contradictoria o cuando
a partir de dicha formulación no es deducible una proposición que contradice a alguna
otra proposición, ya comprobada de la disciplina, en cuyo contexto se ha formulado u otra
disciplina científica ya comprobada. Si en caso la contradijera y la proposición falsa fuera
la proposición supuestamente comprobada de la otra disciplina, se tendría que hacer
ajustes en dicha disciplina desechando a la proposición falsa; si la proposición falsa fuera
la deducida de la formulación del problema, se tendría que revisar y replantear el
problema.

B) Debe ser exacta y clara. Es decir, debe ser semánticamente unívoca, esto es, debe
tener una sola significación o sentido dentro del contexto donde se la formula, y debe ser
inteligible para toda persona competente en la materia.

C) Debe formularse dentro de un contexto teórico claramente definido, si existe


teoría para el problema que se formula, si no existe teoría a la que pertenece o corresponde
el problema en cuestión, debe especificarse clara y explícitamente la disciplina científica
en cuyo contexto se formula el problema porque los problemas científicos no se plantean
en el aire.

D) Si el problema es compuesto, deberá descomponerse en tantos y cuantos


problemas simples hasta donde sea posible. Aquí, el criterio de simplicidad es gramatical
y lógico. Un problema es simple cuando su formulación consiste en una oración
interrogativa simple. Si el problema es complejo, previamente, antes de descomponerse,
deberá aclararse y precisarse su sentido, estructura, naturaleza y alcance.
Contrastación de hipótesis

¿Qué es contrastar hipótesis? Contrastar hipótesis es oponer, contraponer, comparar


o confrontar lo que dice la hipótesis con los hechos a que se refiere la hipótesis, para ver
si los hechos la verifican, la confirman o la falsan.

La contrastación de las hipótesis tiene que ver con la verdad o la falsedad de las
mismas, porque al contrastar las hipótesis queremos hacerlas verdaderas o hacerlas falsas;
y a su vez, la verdad y la falsedad de las hipótesis depende de dos componentes: un
componente formal y un componente empírico; el componente formal se refiere a la
forma lógica de las hipótesis y el componente empírico se refiere a los distintos métodos
de contrastación con la realidad: observación directa, indirecta, experimentos en
laboratorio, encuestas, etc. En consecuencia, para tratar la contrastación de hipótesis hay
que clasificarlas a estas según su forma lógica en:

1. Hipótesis singulares

Para contrastar las hipótesis singulares es suficiente con identificar al sujeto lógico
de la hipótesis mediante la observación o mediante cualquier método científico
intersubjetivo, y segundo, mostrar o demostrar que tiene la propiedad atribuida, y si se
trata de una relación, asimismo, será suficiente con identificar a los dos o más términos
lógicos de la relación y, luego, mostrar o demostrar que existe tal relación.

2. Hipótesis existenciales

Las formas lógicas básicas que pueden asumir las hipótesis existenciales son:

∃X (P(x) ∧ Q(x)) (1)

∃X ∃YR (xy) (2)

Para contrastar una hipótesis de la forma (1) es condición suficiente encontrar


cuando menos un objeto a que tenga la propiedad P y la propiedad Q a la vez, porque:

P(a) ∧ Q(a) (3)

implica lógicamente a (1), para lo cual, se procede como si P(a) y Q(a) fueran
proposiciones singulares, y en realidad, lo son. En cambio, un enunciado de la forma (1),
para un dominio infinito o indefinido, es infalsable, porque para refutarlo habría que
recorrerse todo el universo constatando a cada uno de los objetos para ver si algún objeto
no tiene la propiedad P o la propiedad Q, lo cual, es imposible, como sostiene K. Popper
(1971, p. 67).

3. Hipótesis universales

La contrastación de hipótesis universales se verá más adelante al tratar del


establecimiento de leyes universales.

4. Hipótesis estadísticas

Las hipótesis estadísticas son diversas, no son de una sola forma o de un solo tipo,
por cuanto, depende de qué es lo que se quiere medir, calcular o conocer:

a. Sólo algunos parámetros al nivel de estadística descriptiva: medidas de tendencia


central o medidas de dispersión.

b. Correlación o regresión.

c. Parámetros de la población mediante la estadística inferencial.

En cada caso, la hipótesis se contrasta con los datos empíricos recogidos por
distintos métodos, eligiendo de antemano ciertos intervalos de confianza, que permitan
determinar el nivel de confianza y márgenes de error.
Ley científica

La ley científica es un enunciado que expresa una relación invariante en el espacio


y el tiempo entre dos o más objetos que pertenecen a un determinado dominio definido
de objetos. De este modo, el científico generalmente siempre pretende descubrir
relaciones invariantes entre dos o más fenómenos, hechos o entidades, y no meramente
propiedades. O en todo caso, la forma más importante de definición o caracterización de
una ley científica es como la expresión de la existencia de una relación, porque de esa
manera permite conocer mejor la estructura interna de la realidad, permite sistematizar el
conocimiento cientifico formando teorías y, además, facilita su operacionalización en su
aplicación.

Por otra parte, las definiciones de las leyes científicas pueden ser verbales o
matemáticas. Esto dependerá de la propia naturaleza de la ley.

Los sentidos de la ley científica

Los sentidos más importantes del concepto de ley científica son tres: ontológico,
lingüístico y pragmático.

1. Sentido ontológico.- La ley científica se entiende como una propiedad de las


cosas, o como la relación entre dos o más cosas, como una regularidad objetiva, constante
e invariante, que subsiste en el mundo real, independientemente de quien la conozca,
perciba o la piense.

2. Sentido lingüístico.- Se refiere a su enunciación o formulación lingüística,


matemática o lógica, la cual debe ser sintácticamente consistente y semánticamente
univoca. En este sentido, cuando preguntamos por una ley científica, preguntamos desde
un metalenguaje por un enunciado del lenguaje-objeto.

3. Sentido pragmático.- Este sentido de la ley científica se refiere a su uso como


regla, a su uso en la tecnología o ciencia aplicada para producir artefactos, predecir o
controlar procesos de cambio, o la realización de eventos futuros.

Elementos constitutivos de la ley científica

Los elementos que tipifican o definen a la ley científica son tres: la forma lógica, el
universo de objetos a los cuales se aplica, y su alcance en el espacio y el tiempo.

1. La forma lógica de la ley científica.- Con relación a la forma lógica, a su vez, hay
que examinar dos aspectos:
a) Si con respecto a los objetos a los cuales se aplica la ley, afirma que los objetos
tienen tal o cual propiedad o afirma que dos o más objetos están en tal o cual relación.

b) Si la ley es universal, en tal caso, a su forma lógica se enunciará con el


cuantificador universal. Si la ley no es universal, por ejemplo, estadística, se empleará el
cuantificador existencial o su forma será lógicamente indeterminada.

Ahora, examinaremos, separadamente, estos dos aspectos de la ley científica.

a) Para tipificar a la enunciación de una ley científica como una proposición


predicativa o proposición relacional partimos del presupuesto ontológico de que en el
universo hay individuos y que estos tienen propiedades. Por otro lado, si nos quedáramos
solo en este nivel de análisis o sí el universo consistiera de individuos solo con
propiedades, el universo consistiría algo así como un universo de mónadas leibnizianas,
de un universo donde entre los individuos no hay ninguna relación. Pero el hecho es que
los individuos no solo tienen propiedades, sino que, entre ellos hay una infinita variedad
de relaciones.

De esta manera, por su forma lógica, una ley científica será o un enunciado
predicativo o un enunciado relacional, o un enunciado mixto o complejo, o sea un
enunciado que afirme la existencia de propiedades y relaciones a la vez, siendo en la
práctica este último caso la que tiene mayor lugar.

b) Veamos, ahora el problema de la universalidad de las leyes científicas. En


general, podemos hacer las siguientes distinciones con respecto a la universalidad de las
leyes de la ciencia:

- La universalidad puede ser con respecto al tiempo y al espacio, como las leyes de
la física y de la química (inorgánica).

- La universalidad puede ser con respecto solo al tiempo.

La lógica -la lógica clásica- básicamente solo permite analizar y mostrar la


universalidad del primer tipo, o sea, la universalidad de las leyes científicas con respecto
a su universo de objetos a los cuales se aplican. Así, dada una ley L, si su universo de
objetos a los cuales se aplica es U = {a1, a2,… an}, L será una ley universal, si L se aplica
a todos los elementos del universo U sin excepción.

E n cambio, si una ley científica no es universal, es estadística. Así, todas las leyes
estadísticas son existenciales, porque una ley estadística afirma que algunos (20%, 45%,
75%, etc.) elementos del universo de objetos a los cuales se aplica tienen una propiedad
o están en una relación. Es decir, todas las leyes estadísticas son existenciales con respecto
al alcance de los objetos de su universo de discurso, o sea, en el espacio, pero son
universales con respecto al tiempo -como las leyes de la mecánica cuántica- . Si no fuera
así no serían leyes.

2. El universo de objetos de la ley científica.- Todo enunciado, si es una ley


científica, debe tener universo o dominio de objetos a los cuales se aplica. Dicho universo
debe ser claramente definido y determinado. Esta es una condición necesaria para que un
enunciado sea una ley científica. Sin embargo, debe quedar claro que aquí no se está
exigiendo una definición absoluta y definitiva, porque en la ciencia no hay conocimientos
definitivos. Pero este hecho no impide que los universos o dominios de objetos a los
cuales se aplican las leyes científicas no puedan ser claramente definidas y determinadas
en cada momento histórico, obviamente sin perder de vista al carácter provisional y
relativo de dichas definiciones. Esta condición es necesaria, porque permite aclarar y
definir la estructura y naturaleza de los objetos a los cuales se aplica la ley científica.

3. El alcance de la ley científica en el espacio y el tiempo.- Con respecto a la


universalidad o el alcance de las leyes de la ciencia en el espacio y el tiempo nosotros
podemos postular que, en general, hay leyes absolutas y leyes relativas. Entenderemos
por las primeras, leyes válidas en cualquier parte, en cualquier espacio. En otras palabras,
leyes válidas en todo el universo y en todo tiempo. Técnicamente, diremos leyes válidas
en cualquier sistema y en todo tiempo. Las segundas son leyes válidas solo en ciertos
sistemas del universo y en un cierto tiempo, o sea, leyes no válidas en todo el universo ni
en todo tiempo, o leyes válidas solo en la Tierra.

Clases de leyes científicas

1. Leyes Deterministas.- Son leyes universales, con un dominio de objetos


claramente definidos, objetos a los cuales se aplica en forma inequívoca y sin excepción.
Pueden ser:

1.1. Leyes Causales.- Las leyes causales son leyes que expresan una relación
unidireccional, asimétrica e invariante entre la causa y el efecto. Para saber que existe
una relación de causa- efecto, uniforme e invariante, entre dos hechos, basta descubrir y
determinar exactamente cuáles y cuántas son las condiciones necesarias y suficientes para
que se produzca el efecto.
1.2. Leyes deterministas no causales.- Hay leyes deterministas, (leyes universales,
leyes que se cumplen sin excepción para todos los objetos de su dominio), que no son
causales. Podemos distinguir dos tipos de estas leyes:

1.2.1. Leyes descriptivas que simplemente nos dicen que los objetos de cierto
dominio tienen tal o cual propiedad, o que dos o más objetos de dicho dominio están en
tal o cual relación, pero no nos dicen por qué, y en consecuencia no tienen forma lógica
condicional.

1.2.2. Leyes taxonómicas que expresan el orden natural de clasificación de los


vegetales y animales en reino, phylum, clase, orden, familia, género y especie;
clasificación que proviene de Linneo, Lamarck, Buffon y otros, que posteriormente ha
sido corregida y perfeccionada con los aportes de la teoría de la evolución y la genética.
Hay filósofos que se resisten a admitir que existen clases naturales (pero eso es otra
discusión).

2. Leyes no deterministas.- La forma más clara e importante de la ley no


determinista es la ley estadística. Asimismo, las leyes estadísticas conocidas más
importantes son las leyes de la genética y la mecánica cuántica.

¿Cómo se establecen las leyes científicas?

Mediante los sentidos conocemos únicamente la verdad de las proposiciones


singulares y como ya hemos visto, las leyes científicas, por su forma lógica, son
proposiciones universales o son proposiciones existenciales; en este último caso, claro,
se trata de proposiciones estadísticas. Entonces ¿cómo conocemos la verdad de las
proposiciones universales?, o bien, ¿cómo establecemos la verdad de las leyes
universales?

Primero sería bueno recalcar que no se puede deducir ninguna proposición universal
a partir de la realidad, de hechos o fenómenos, debe quedar claro que es imposible inferir
y establecer leyes científicas por deducción. La deducción es una relación binaria entre
lenguajes: entre un lenguaje que llamamos «premisa» y otro lenguaje que llamamos
“conclusión»; no es, pues, una relación entre cosas -hechos o fenómenos- y lenguajes. A
las cosas -hechos o fenómenos- podemos describirlas o interpretarlas, pero no tiene
sentido deducirlas, y por lo tanto, no se puede deducir o inferir nada a partir de cosas,
hechos o fenómenos.
Tampoco existe ningún principio, regla o ley que permita inferir válidamente una
proposición universal a partir de una proposición existencial. En otras palabras, una
premisa que consiste siempre de una secuencia finita de n proposiciones singulares, la
cual, por más alto que sea el valor de n, nunca podrá alcanzar a todos los x. Esta es la
razón de por qué no se puede establecer leyes científicas por inducción.

Toda ley científica tiene forma lógica condicional, sea ley estrictamente universal,
o sea ley estadística. Esta es una condición lógica necesaria para que la ley sea
contrastable, confirmable, refutable o falsable.

Toda ley científica o toda hipótesis universal se contrasta sólo a través de la


confrontación de sus consecuencias lógicas con los hechos de la realidad, consecuencias
lógicas consistentes de proposiciones singulares, deducidas de la ley, o hipótesis, más una
condición inicial, consistente a su vez también de una proposición singular, referente a
los hechos directamente. De esta manera, las leyes o hipótesis universales -
consecuentemente, las teorías-, ellas solas, no tienen contacto con la realidad, sino a través
de datos iniciales y sus consecuencias lógicas singulares. Por lo tanto, las leyes y teorías
resultan ser totalmente inverificables, ni directa ni indirectamente por sí mismas, como
asimismo también resultan ser irrefutables directamente porque nadie puede probar para
todos los casos, dado que nadie conoce todos los casos y dicho número de casos es
potencialmente infinito. Por lo tanto, podemos decir que dichos casos confirman la ley,
pero no la verifican.

Verificar significa hacer algo totalmente verdadero. El hombre podrá ir


confirmando la verdad de la ley para cualesquiera valores de n, pero nunca podrá verificar
que todos tienen esa propiedad. De esta manera se demuestra, que mediante la
verificación es imposible establecer la generalidad universal de las leyes.

Por otro lado, la falsación busca exactamente lo contrario que el verificación.


Mientras que la verificación pretende probar o mostrar que la hipótesis universal es
verdadera, la falsación pretende demostrar que la hipótesis universal -ley o teoría- es falsa,
mediante el MODUS TOLLENS, que es una ley de la lógica clásica universalmente
válida. La cual señala que basta una proposición singular falsa para probar -por M.T.-
definitivamente la falsedad de una proposición universal -o una teoría-. En cambio, la
verdad de una proposición universal -o una teoría- no se puede probar jamás a partir de
la verdad de proposiciones singulares. }
De esta manera, como la falsación, por definición solo sirve para refutar y hacer
falsa a las hipótesis universales y teorías, queda demostrado que la falsación no sirve para
justificar o probar la universalidad de las leyes científicas.

En conclusión, si no podemos justificar o fundamentar la generalidad universal de


las leyes científicas mediante la deducción, ni mediante la inducción -porque no existe
ninguna inferencia válida de esta forma-, ni mediante la verificación ni falsación,
entonces ¿de qué otra forma se justifica la generalidad universal de las leyes de la ciencia,
o acaso es injustificable? Para Llanos (2009) al verificar una hipótesis universal para n
casos, el científico ve que la hipótesis resulta verdadera, o al intentar falsar en n casos el
científico no encuentra ningún caso que refute y haga falsa a la hipótesis, entonces el
científico postula provisionalmente a dicha hipótesis como una ley, mientras no se
encuentre un contraejemplo que la invalide. Eso es todo. Obviamente aquí hay un cierto
acto de fe racional, como asimismo, una cierta convención, pero no arbitrariedad.

Teoría científica

Para que exista una teoría es condición necesaria y suficiente que: 1) Que existan
leyes, o mejor, una familia de leyes y 2) Que a partir de las leyes fundamentales (axiomas
o postulados como en las teorías matemáticas o lógicas) se deduzcan lógicamente otras
leyes, o sea, las leyes de segundo orden, en orden de jerarquía; y, a partir de estas leyes
se deduzcan las leyes de tercer orden, etc., hasta llegar a las proposiciones singulares que
se refieren a hechos.

En síntesis, una teoría científica es un sistema de hipótesis generales (universales o


estadísticas) confirmadas, tal que cada hipótesis de la teoría o es implicada por una o más
hipótesis de mayor jerarquía o implica a una o más hipótesis de menor jerarquía.
La explicación científica

La explicación científica siempre constituye la solución de una forma de problema


científico, siempre corresponde a los problemas de la forma “¿por qué?”, siempre es
respuesta a los porqués.

¿Qué se explica? Se explican tres cosas: a) Hechos o fenómenos singulares o,


hablando propiamente, se explican proposiciones singulares que describen hechos o
fenómenos singulares; b) leyes y c) teorías.

¿Con qué se explican? Para explicar algo es necesario buscar y dar la razón, el
antecedente, el fundamento, la base, la causa, etc. de por qué un sujeto lógico tiene tal o
cual propiedad; por qué dos o más individuos están en tal o cual relación. Por lo tanto, si
en la ciencia -al menos, en las ciencias naturales- se explican proposiciones singulares,
leyes y teorías entonces ¿con qué se explican estas cosas?

a) Las proposiciones singulares se explican con leyes o teorías y condiciones


iniciales (proposiciones singulares de carácter descriptivo, que expresan hechos o
evidencias).

b) las leyes se explican con otras leyes de más alto nivel, o sea, con leyes más
generales y más abstractas o con teorías.

c) las teorías se explican con otras teorías más generales y con mayor poder
explicativo.

¿Cómo se explica? Se explica inferencialmente. Toda explicación científica es


inferencial, por lo tanto, condicional; más aún, sostendremos que toda explicación
científica es deductiva.

Las explicaciones científicas, en tanto que son inferencias, son válidas o no son
válidas, son correctas o no son correctas, pero no tiene sentido decir que son verdaderas
o falsas, porque sólo las proposiciones tienen la propiedad de ser verdaderas o falsas.

Clases de explicaciones.

Hay dos clases de explicaciones: determinista y estadístico-probabilística

A) Explicación Determinista.- La explicación es determinista si está basada


únicamente en leyes o teorías deterministas. Ya hemos visto que una ley es determinista
si es una ley universal, que se aplica sin excepción a todos y cada uno de los objetos de
su universo en forma clara e inequívoca.

Las explicaciones deterministas tienen una propiedad lógica fundamental: la


falsedad del explanandum es incompatible con la verdad del explanans.

B) Explicación estadística.- La explicación científica es estadística si su explanans


contiene al menos una ley estadística o consiste en una teoría estadística. Se dice que una
característica lógica fundamental de la explicación estadística consiste en que la falsedad
de su explanandum es compatible con la verdad de su explamans.

La explicación científica es válida universalmente por dos razones. Primero, porque


se basa en leyes universales -o, mejor, en leyes generales-, y segundo, porque es
deductiva, es decir, porque se basa en leyes de la lógica, las cuales son aún mucho más
universales que las leyes de la ciencia, porque valen en todos los mundos posibles.

Este modelo de explicación en general, fue propuesto inicialmente por Hempel y


Oppenheim en 1948 y, posteriormente ampliado, y mejorado ya solo por Hempel en 1965.
Comprende dos modelos, el llamado modelo nomológico-deductivo (N-D) -al que hemos
dominado nosotros explicación determinista- y el modelo estadístico- inductivo (S-I) al
que nosotros hemos denominado simplemente como explicación estadística

La predicción científica

La predicción científica es una operación que consiste en inferir, a partir de leyes o


teorías más ciertas condiciones iniciales, dos cosas: a) La ocurrencia de un hecho en el
futuro. b) La existencia de un hecho desconocido hasta ese momento, pero que ya existe
desde un tiempo atrás, o siempre ha existido.

Dicho medio de previsión en la ciencia básica se conoce como predicción científica,


cuya finalidad es puramente cognoscitiva, o sea, adquirir nuevos conocimientos o
descubrimientos. En la ciencia aplicada, dicho medio de previsión se conoce como
previsión tecnológica, cuya finalidad es la utilidad en la sociedad.

A diferencia de la explicación científica, en la predicción se puede predecir sólo


proposiciones singulares, o sea, el proyectandum (lo que se va a predecir) puede tomar
sólo una forma.
La ciencia. Su método y su filosofía

Conocimiento científico:

Conocimiento racional, sistemático, verificable y por consiguiente falible que


permite la reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y
exacta.

Ciencias formales:
Son racionales, sistemáticas y verificables, pero no son objetivas; no nos dan
información acerca de la realidad ni se ocupan de los hechos. La lógica y la matemática
tratan de entes ideales; cuya existencia radica en la mente humana. Los objetos materiales
son numerables, pero no son números; tampoco son números puros (abstractos) sus
cualidades o relaciones. Los números no existen fuera de nuestros cerebros, y aun allí
dentro existen al nivel conceptual, y no al nivel fisiológico. Lo mismo vale para la lógica
formal: algunas de sus partes pueden hacerse corresponder a aquellas entidades psíquicas
que llamamos pensamientos.

A los lógicos y matemáticos no se les da objetos de estudio: ellos construyen sus


propios objetos. La lógica y la matemática, por ocuparse de inventar entes formales y de
establecer relaciones entre ellos, se llaman a menudo ciencias formales, precisamente
porque sus objetos no son cosas ni procesos, sino formas en las que se puede verter un
surtido ilimitado de contenidos.

La matemática es empleada como herramienta para realizar la más precisa


reconstrucción de las complejas relaciones que se encuentran entre los hechos y entre los
diversos aspectos de estos. Semejante aplicación de las ciencias de la forma pura a la
inteligencia del mundo de los hechos, se efectúa asignando diferentes interpretaciones a
los objetos formales, en otras palabras formalizan enunciados fácticos. En suma, la lógica
y la matemática establecen contacto con la realidad a través del puente del lenguaje.

Por otro lado, el método por el cual se ponen a prueba los enunciados verificables
de las ciencias formales se contenta con la lógica para demostrar rigurosamente sus
teoremas. Cuando se demuestra un teorema lógico o matemático no se recurre a la
experiencia: el conjunto de postulados, definiciones, reglas de formación de las
expresiones dotadas de significado, y reglas de inferencia deductiva —en suma, la base
de la teoría dada—, es necesaria y suficiente para ese propósito. La demostración de los
teoremas no es sino una deducción: es una operación confinada a la esfera teórica. La
matemática y la lógica son, en suma, ciencias deductivas.

En matemática la verdad consiste en la coherencia del enunciado dado con un


sistema de ideas admitido previamente: por esto, la verdad matemática no es absoluta
sino relativa a ese sistema. Más aún las teorías matemáticas abstractas, esto es, que
contienen términos no interpretados (signos que pueden adquirir distintos significados)
pueden desarrollarse sin poner atención al problema de la verdad. Solo las conclusiones
(teoremas) tendrán que ser verdaderas: los axiomas mismos pueden elegirse a voluntad.
La batalla se habrá ganado si se respeta la coherencia lógica, esto es, si no se violan las
leyes del sistema de lógica que se ha convenido en usar.

Ciencias fácticas

Las ciencias fácticas necesitan más que la lógica formal para confirmar sus
conjeturas porque en primer lugar, ellas no emplean símbolos vacíos (variables lógicas)
que no son verdaderas ni falsas, sino tan sólo símbolos interpretados. En segundo lugar,
la racionalidad —esto es, la coherencia con un sistema de ideas aceptado previamente—
es necesaria pero no suficiente para los enunciados fácticos; en particular la sumisión a
algún sistema de lógica es necesaria pero no es una garantía de que se obtenga la verdad.

Los enunciados de las ciencias fácticas deben ser verificables en la experiencia, sea
indirectamente (en el caso de las hipótesis generales), sea directamente (en el caso de las
consecuencias singulares de las hipótesis). Únicamente después que haya pasado las
pruebas de la verificación empírica podrá considerarse que un enunciado es adecuado a
su objeto.

Por otro lado, el conocimiento fáctico, aunque racional, es esencialmente probable


porque la naturaleza misma del método científico impide la confirmación final de las
hipótesis fácticas. La inferencia científica es una red de inferencias deductivas
(demostrativas) y probables (inconcluyentes), en otras palabras, la demostración es
completa y final; la verificación es incompleta y por eso temporaria.

En resumidas cuentas, la coherencia es necesaria pero no suficiente en el campo de


las ciencias de hechos: para anunciar que un enunciado es (probablemente) verdadero se
requieren datos empíricos (proposiciones acerca de observaciones o experimentos). En
última instancia, sólo la experiencia puede decirnos si una hipótesis relativa a cierto grupo
de hechos materiales es adecuada o no. El mejor fundamento de esta regla metodológica
que acabamos de enunciar es que la experiencia le ha enseñado a la humanidad que el
conocimiento de hecho no es convencional, que si se busca la comprensión y el control
de los hechos debe partirse de la experiencia. Pero la experiencia no garantizará que la
hipótesis en cuestión sea la única verdadera: sólo nos dirá que es probablemente
adecuada.

Los rasgos esenciales del tipo de conocimiento que alcanzan las ciencias de la
naturaleza y de la sociedad son la racionalidad y la objetividad. Por conocimiento racional
se entiende que es teórico, esto quiere decir que está constituido por conceptos, juicios y
raciocinios que se organizan en un conjunto ordenado de proposiciones de acuerdo con
algún conjunto de reglas lógicas con el fin de producir nuevas ideas (inferencia
deductiva). Que el conocimiento científico de la realidad sea objetivo significa que
concuerda aproximadamente con su objeto buscando alcanzar la verdad fáctica; y que
verifica la adaptación de las ideas a los hechos recurriendo a un comercio peculiar con
los hechos (observación y experimento), intercambio que es controlable y hasta cierto
punto reproducible.

1) El conocimiento científico es fáctico: parte de los hechos, los respeta hasta cierto
punto, y siempre vuelve a ellos. La ciencia intenta describir los hechos tal como son. No
siempre es posible, ni siquiera deseable, respetar enteramente los hechos cuando se los
analiza, y no hay ciencia sin análisis. El investigador produce modificaciones sobre el
objeto que investiga, no aprehende su objeto tal como es, sino tal como queda modificado
por sus propias operaciones; sin embargo, en todos los casos tales cambios son objetivos.
Más aún, en todos los casos el investigador intenta describir las características y el monto
de la perturbación que produce en el acto del experimento; procura, en suma estimar la
desviación o "error" producido por su intervención activa.

2) El conocimiento científico trasciende los hechos: descarta los hechos, produce


nuevos hechos, y los explica. La investigación científica no se limita a los hechos
observados: los científicos exprimen la realidad a fin de ir más allá de las apariencias. El
conocimiento científico racionaliza la experiencia en lugar de limitarse a describir; la
ciencia explica los hechos por medio de hipótesis (en particular, enunciados de leyes) y
sistemas de hipótesis (teorías). Los científicos conjeturan lo que hay tras los hechos
observados, y de continuo inventan conceptos que carecen de correlato empírico, aun
cuando presumiblemente se refieren a cosas, cualidades o relaciones existentes
objetivamente, se infieren su existencia a partir de hechos experimentables y tales
conceptos son significativos tan sólo en ciertos contextos teóricos.

No son los hechos por sí mismos sino su elaboración teórica y la comparación de


las consecuencias de las teorías con los datos observacionales, la principal fuente del
descubrimiento de nuevos hechos.

La filosofía científica favorece la elaboración de técnicas específicas en cada


campo, con la única condición de que estas técnicas cumplan las exigencias esenciales
del método científico en lo que respecta a las preguntas y a las pruebas.

3) La ciencia es analítica: la investigación científica aborda problemas


circunscriptos, uno a uno, y trata de descomponerlo todo en elementos (no necesariamente
últimos o siquiera reales). Los problemas de la ciencia son parciales y así son también,
por consiguiente, sus soluciones, pero, a medida que la investigación avanza, su alcance
se amplía.

La investigación comienza descomponiendo sus objetos a fin de descubrir el


"mecanismo" interno responsable de los fenómenos observados. Pero el desmontaje del
mecanismo no se detiene cuando se ha investigado la naturaleza de sus partes; el próximo
paso es el examen de la interdependencia de las partes, y la etapa final es la tentativa de
reconstruir el todo en términos de sus partes interconectadas.

El análisis no acarrea el descuido de la totalidad; lejos de disolver la integración, el


análisis es la única manera conocida de descubrir cómo emergen, subsisten y se
desintegran los todos. La ciencia no ignora la síntesis: lo que sí rechaza es la pretensión
irracionalista de que las síntesis pueden ser aprehendidas por una intuición especial, sin
previo análisis.

4) La ciencia es especializada: La unidad del método científico, su


aplicacióndepende, en gran medida, del asunto; esto explica la multiplicidad de técnicas
y la relativa independencia de los diversos sectores de la ciencia.

5) El conocimiento científico procura la precisión y claridad: Los problemas se


formulan de manera clara, definiendo mayoría de sus conceptos incluyéndolas en
esquemas teóricos: Las definiciones son convencionales, pero no se las elige
caprichosamente: deben ser convenientes y fértiles. Por otro lado, la ciencia procura
siempre medir y registrar los fenómenos para la descripción y la inteligencia de los
sucesos y procesos. Sin embargo, la formulación matemática, deseable como es, no es
una condición indispensable para que el conocimiento sea científico; lo que caracteriza el
conocimiento científico es la exactitud en un sentido general antes que la exactitud
numérica o métrica, la que es inútil si media la vaguedad conceptual.

6) El conocimiento científico es comunicable: no es inefable sino expresable, no es


privado sino público. El lenguaje científico comunica información a quienquiera haya
sido adiestrado para entenderlo. La comunicabilidad es posible gracias a la precisión; y
es a su vez una condición necesaria para la verificación de los datos empíricos y de las
hipótesis científicas, multiplicando las posibilidades de su confirmación o refutación.

7) El conocimiento científico es verificable: debe aprobar el examen de la


experiencia. A fin de explicar un conjunto de fenómenos, el científico inventa conjeturas
fundadas de alguna manera en el saber adquirido. Sus suposiciones pueden ser cautas o
audaces simples o complejas; en todo caso deben ser puestas a prueba. El test de las
hipótesis fácticas es empírico, esto es, observacional o experimental. La experimentación
puede calar más profundamente que la observación, porque efectúa cambios en lugar de
limitarse a registrar variaciones: aísla y controla las variables sensibles o pertinentes.

La ciencia fáctica es por esto empírica en el sentido de que la comprobación de sus


hipótesis involucra la experiencia; pero no es necesariamente experimental. Las técnicas
de verificación evolucionan en el curso del tiempo; sin embargo, siempre consisten en
poner a prueba consecuencias particulares de hipótesis generales (entre ellas, enunciados
de leyes). La verificabilidad hace a la esencia del conocimiento científico; si así no fuera,
no podría decirse que los científicos procuran alcanzar conocimiento objetivo.

8) La investigación científica es metódica: no es errática sino planeada. Todo trabajo


de investigación se funda sobre el conocimiento anterior, y en particular sobre las
conjeturas mejor confirmadas. Más aun, la investigación procede conforme a reglas y
técnicas que han resultado eficaces en el pasado pero que son perfeccionadas
continuamente, no sólo a la luz de nuevas experiencias, sino también de resultados del
examen matemático y filosófico

Los datos aislados y crudos son inútiles y no son dignos de confianza; es preciso
elaborarlos, organizarlos y confrontarlos con las conclusiones teóricas. El método
científico no provee recetas infalibles para encontrar la verdad: sólo contiene un conjunto
de prescripciones falibles (perfectibles) para el planeamiento de observaciones y
experimentos, para la interpretación de sus resultados, y para el planteo mismo de los
problemas.

9) El conocimiento científico es sistemático: una ciencia no es un agregado de


informaciones inconexas, sino un sistema de ideas conectadas lógicamente entre sí. Todo
sistema de ideas caracterizado por cierto conjunto básico (pero refutable) de hipótesis
peculiares, y que procura adecuarse a una clase de hechos, es una teoría.

El fundamento de una teoría dada no es un conjunto de hechos sino, más bien, un


conjunto de principios, o hipótesis de cierto grado de generalidad (y, por consiguiente, de
cierta fertilidad lógica). Las conclusiones (o teoremas) pueden extraerse de los principios,
sea en la forma natural, o con la ayuda de técnicas especiales que involucran operaciones
matemáticas.

10) El conocimiento científico es general: ubica los hechos singulares en pautas


generales, los enunciados particulares en esquemas amplios. El científico se ocupa del
hecho singular en la medida en que éste es miembro de una clase o caso de una ley; más
aún, presupone que todo hecho es clasificable y legal. No es que la ciencia ignore la cosa
individual o el hecho irrepetible; lo que ignora es el hecho aislado.

En efecto, uno de los principios ontológicos que subyacen a la investigación


científica es que la variedad y aun la unicidad en algunos respectos son compatibles con
la uniformidad y la generalidad en otros respectos. El científico moderno descarta los
detalles al procurar descubrir los rasgos comunes a individuos que son únicos en otros
respectos, al buscar las variables pertinentes (o cualidades esenciales) y las relaciones
constantes entre ellas (las leyes), el científico intenta exponer la naturaleza esencial de las
cosas naturales y humanas.

La generalidad del lenguaje de la ciencia no tiene, sin embargo, el propósito de


alejar a la ciencia de la realidad concreta: por el contrario, la generalización es el único
medio que se conoce para adentrarse en lo concreto, para apresar la esencia de las cosas
(sus cualidades y leyes esenciales).

11) El conocimiento científico es legal: busca leyes (de la naturaleza y de la cultura)


y las aplica. El conocimiento científico inserta los hechos singulares en pautas generales
llamadas "leyes naturales" o "leyes sociales". Tras el desorden y la fluidez de las
apariencias, la ciencia fáctica descubre las pautas regulares de la estructura y del proceso
del ser y del devenir. En la medida en que la ciencia es legal, es esencialista: intenta legar
a la raíz de las cosas. Encuentra la esencia en las variables relevantes y en las relaciones
invariantes entre ellas. Hay leyes de hechos y leyes mediante las cuales se pueden explicar
otras leyes. Es decir, los enunciados de las leyes se organizan en una estructura de niveles.

Ciertamente, los enunciados de las leyes son transitorios. Si se considera a las leyes
como las pautas mismas del ser y del devenir, entonces debieran cambiar junto con las
cosas mismas; por lo menos, debe admitirse que, al emerger nuevos niveles, sus
cualidades peculiares se relacionan entre sí mediante nuevas leyes.

12) La ciencia es explicativa: intenta explicar los hechos en términos de leyes, y las
leyes en términos de principios. Los científicos no se conforman con descripciones
detalladas; además de inquirir cómo son las cosas, procuran responder al por qué. La
ciencia deduce proposiciones relativas a hechos singulares a partir de leyes generales, y
deduce las leyes a partir de enunciados nomológicos aún más generales (principios). Solía
creerse que explicar es señalar la causa, pero en la actualidad se reconoce que la
explicación causal no es sino un tipo de explicación científica. La explicación científica
se efectúa siempre en términos de leyes, y las leyes causales no son sino una subclase de
las leyes científicas.

La historia de la ciencia enseña que las explicaciones científicas se corrigen o


descartan sin cesar. ¿Significa esto que son todas falsas? En las ciencias fácticas, la verdad
y el error no son del todo ajenos entre sí: hay verdades parciales y errores parciales. Las
explicaciones científicas no son finales pero son perfectibles.

13) El conocimiento científico es predictivo: Trasciende la masa de los hechos de


experiencia, imaginando cómo puede haber sido el pasado y cómo podrá ser el futuro. La
predicción es, en primer lugar, una manera eficaz de poner a prueba las hipótesis; pero
también es la clave del control y aun de la modificación del curso de los acontecimientos.
La predicción científica se funda sobre leyes y sobre informaciones específicas
fidedignas, relativas al estado de cosas actual o pasado. Es del tipo "ocurrirá E1 siempre
que suceda C1, pues siempre que sucede C es seguido por o está asociado con E". C y E
designan clases de sucesos en tanto que C1 y E1 denotan los hechos específicos que se
predicen sobre la base del o los enunciados que conectan a C con E en general.

14) La ciencia es abierta: no reconoce barreras a priori que limiten el conocimiento.


Si un conocimiento fáctico no es refutable en principio, entonces no pertenece a la ciencia
sino a algún otro campo. Las nociones acerca de nuestro medio, natural o social, o acerca
del yo, no son finales: están todas en movimiento, todas son falibles. Siempre es
concebible que pueda surgir una nueva situación (nuevas informaciones o nuevos trabajos
teóricos) en que nuestras ideas, por firmemente establecidas que parezcan, resulten
inadecuadas en algún sentido. A consecuencia del carácter hipotético de los enunciados
de leyes, y de la naturaleza perfectible de los datos empíricos la ciencia no es un sistema
dogmático y cerrado sino controvertido y abierto. O, más bien, la ciencia es abierta como
sistema porque es falible y por consiguiente capaz de progresar. El requisito de la
verificabilidad de las hipótesis científicas basta para asegurar el progreso científico.

15) La ciencia es útil: porque busca la verdad, la ciencia es eficaz en la provisión de


herramientas para el bien y para el mal. La utilidad de la ciencia es una consecuencia de
su objetividad; sin proponerse necesariamente alcanzar resultados aplicables, la
investigación los provee a la corta o a la larga.

La técnica precientífica era primordialmente una colección de recetas pragmáticas


no entendidas, muchas de las cuales desempeñaban la función de ritos mágicos. La técnica
moderna es, en medida creciente, ciencia aplicada.

Pero la tecnología es más que ciencia aplicada: en primer lugar porque tiene sus
propios procedimientos de investigación, adaptados a circunstancias concretas que distan
de los casos puros que estudia la ciencia. En segundo lugar, porque toda rama de la
tecnología contiene un cúmulo de reglas empíricas descubiertas antes que los principios
científicos. La tecnología no es meramente el resultado de aplicar el conocimiento
científico existente a los casos prácticos: la tecnología viva es esencialmente, el enfoque
científico de los problemas prácticos, es decir, el tratamiento de estos problemas sobre un
fondo de conocimiento científico y con ayuda del método científico.

En resumen, la ciencia es valiosa como herramienta para domar la naturaleza y


remodelar la sociedad; es valiosa en sí misma, como clave para la inteligencia del mundo
y del yo; y es eficaz en el enriquecimiento, la disciplina y la liberación de nuestra mente.

Método científico

El método científico es el conjunto de procedimientos por los cuales se plantean los


problemas científicos y se ponen a prueba las hipótesis científicas. La veracidad, que es
un objetivo, no caracteriza el conocimiento científico de manera tan inequívoca como el
modo, medio o método por el cual la investigación científica plantea problemas y pone a
prueba las soluciones propuestas. Un dato será considerado verdadero hasta cierto punto,
siempre que pueda ser confirmado de manera compatible con los cánones del método
científico. En consecuencia, para que un trozo de saber merezca ser llamado "científico",
no basta —ni siquiera es necesario— que sea verdadero. Debemos saber, en cambio,
cómo hemos llegado a saber, o a presumir, que el enunciado en cuestión es verdadero:
debemos ser capaces de enumerar las operaciones (empíricas o racionales) por las cuales
es verificable (confirmable o disconfirmable) de una manera objetiva al menos en
principio.

Ahora bien, para verificar un enunciado —porque las proposiciones, y no los


hechos, son verdaderas y falsas y pueden, por consiguiente, ser verificadas— no basta la
contemplación y ni siquiera el análisis. Comprobamos nuestras afirmaciones
confrontándolas con otros enunciados. El enunciado confirmatorio (o disconfirmatorio),
que puede llamarse el verificans, dependerá del conocimiento disponible y de la
naturaleza de la proposición dada, la que puede llamarse verificandum. Los enunciados
confirmatorios serán enunciados referentes a la experiencia si lo que se somete a prueba
es una afirmación fáctica, esto es, un enunciado acerca de hechos. Observemos, de
pasada, que el científico tiene todo el derecho de especular acerca de hechos
inexperienciales, esto es, hechos que en una etapa del desarrollo del conocimiento están
más allá de alcance de la experiencia humana; pero entonces está obligado a señalar las
experiencias que permiten inferir tales hechos inobservados o aun inobservables.

La verificación de afirmaciones pertenecientes al dominio de las formas (lógica y


matemática) no requiere otro instrumento material que el cerebro; sólo la verdad fáctica
requiere la observación o el experimento.

Ahora bien, los enunciados verificables son de muchas clases. Hay proposiciones
singulares tales como "este trozo de hierro está caliente"; particulares o existenciales, tales
como "algunos trozos de hierro están calientes" (que es verificablemente falsa). Hay,
además, enunciados de leyes, tales como "todos los metales se dilatan con el calor" (o
mejor, "para todo x, si x es un trozo de metal que se calienta, entonces x se dilata"). Las
proposiciones singulares y particulares pueden verificarse a menudo de manera
inmediata, con la sola ayuda de los sentidos o eventualmente, con el auxilio de
instrumentos que amplíen su alcance; pero otras veces exigen operaciones complejas que
implican enunciados de leyes y cálculos matemáticos.

Cuando un enunciado verificable posee un grado de generalidad suficiente,


habitualmente se lo llama hipótesis científica. O, lo que es equivalente, cuando una
proposición general (particular o universal) puede verificarse sólo de manera indirecta —
esto es, por el examen de algunas de sus consecuencias— es conveniente llamarla
"hipótesis científica". Por ejemplo, "todos los trozos de hierro se dilatan con el calor", y
a fortiori, "todos los metales se dilatan con el calor", son hipótesis científicas: son puntos
de partida de raciocinios y, por ser generales, sólo pueden ser confirmados poniendo a
prueba sus consecuencias particulares, esto es, probando enunciados referentes a muestras
específicas de metal.

El núcleo de toda teoría científica es un conjunto de hipótesis verificables. Las


hipótesis científicas son, por una parte, remates de cadenas inferenciales no demostrativas
(analógicas o inductivas) más o menos oscuras; por otra parte, son puntos de partida de
cadenas deductivas cuyos últimos eslabones —los más próximos a los sentidos, en el caso
de la ciencia fáctica—, deben pasar la prueba de la experiencia.

El método científico no produce automáticamente el saber, pero nos evita perdernos


en el caos aparente de los fenómenos, aunque sólo sea porque nos indica cómo no plantear
los problemas y cómo no sucumbir al embrujo de nuestros prejuicios predilectos. Vale
decir, no hay reglas infalibles que garanticen por anticipado el descubrimiento de nuevos
hechos y la invención de nuevas teorías.

Las hipótesis no se nos imponen por la fuerza de los hechos, sino que son inventadas
para dar cuenta de los hechos. Es verdad que la invención no es ilegal, sino que sigue
ciertas pautas; pero éstas son psicológicas antes que lógicas, son peculiares de los diversos
tipos intelectuales. Algunas hipótesis se formulan por vía inductiva, esto es, como
generalizaciones sobre la base de la observación de un puñado de casos particulares. Pero
la inducción dista de ser la única o siquiera la principal de las vías que conducen a
formular enunciados generales verificables. Otras veces, el científico opera por analogía,
principios heurísticos o guiados por consideraciones filosóficas; lo único invariante es el
requisito de la verificabilidad.

Si la hipótesis que ha de ser puesta a prueba se refiere a objetos ideales (números,


funciones, figuras, fórmulas lógicas, suposiciones filosóficas, etc.), su verificación
consistirá en la prueba de su coherencia —o incoherencia— con enunciados (postulados,
definiciones, etc.) previamente aceptados. En este caso, la confirmación puede ser una
demostración definitiva.
En cambio, si el enunciado en cuestión se refiere (de manera significativa) a la
naturaleza o a la sociedad, puede ocurrir, o bien que podamos averiguar su valor de verdad
con la sola ayuda de la razón, o que debamos recurrir, además, a la experiencia. La mera
referencia a los hechos no basta para decidir qué herramienta, si el análisis o la
experiencia, ha de emplearse. Para convalidar una proposición hay que empezar por
determinar su status y estructura lógica. En consecuencia, el análisis lógico (tanto
sintáctico como semántico) es la primera operación que debiera emprenderse al
comprobar las hipótesis científicas, sean fácticas o no. Esta norma debiera considerarse
como una regla del método científico. Vale decir, el análisis lógico y matemático
comprobará la validez de los enunciados (hipótesis) que son analíticos en determinado
contexto.

Por otro lado, los enunciados fácticos no analíticos —esto es, las proposiciones
referentes a hechos, pero indecidibles con la sola ayuda de la lógica— tendrán que
concordar con los datos empíricos o adaptarse a ellos, esta es la segunda regla del método
científico. Esto quiere decir que el método científico, aplicado a la comprobación de
afirmaciones informativas, se reduce al método experimental.

Método experimental

La experimentación involucra la modificación deliberada de algunos factores, es


decir, la sujeción del objeto de experimentación a estímulos controlados. Pero lo que
habitualmente se llama "método experimental" no envuelve necesariamente experimentos
en el sentido estricto del término, y puede aplicarse fuera del laboratorio.

No es fácil decidir si una hipótesis concuerda con los hechos. En primer lugar, la
verificación empírica rara vez puede determinar cuál de los componentes de una teoría
dada ha sido confirmado o disconfirmado; habitualmente se prueban sistemas de
proposiciones antes que enunciados aislados. Pero la principal dificultad proviene de la
generalidad de las hipótesis científicas. En cambio, las proposiciones fácticas singulares
no son tan difíciles de probar. Lo difícil de comprobar son las proposiciones fácticas
generales, esto es, los enunciados referentes a clases de hechos y no a hechos singulares.
Un enunciado general como "los obesos son alegres" no se refiere solamente a nuestros
conocidos, sino a todos los gordos del mundo; por consiguiente, no podemos esperar
verificarlo directamente (esto es, por el examen de un inexistente "gordo general") ni
exhaustivamente (auscultando a todos los seres humanos presentes, pasados y futuros).
La metodología nos dice cómo debemos proceder; en este caso, examinaremos
sucesivamente los miembros de una muestra suficientemente numerosa de personas
obesas.

Vale decir, probamos una consecuencia particular de nuestra suposición general.


Esta es una tercera máxima del método científico: obsérvense singulares en busca de
elementos de prueba universales.

O sea, debemos empezar por determinar el exacto sentido de nuestra pregunta. Y


ésta es una cuarta regla del método científico, a saber: formúlese preguntas precisas.
Luego procederemos a elegir la técnica experimental (clase de balanza, tipo de examen
de corazón, etc.) y la manera de registrar datos y de ordenarlos. Además debemos decidir
el tamaño de la muestra que habremos de observar y la técnica de escoger sus miembros,
con el fin de asegurar que será una fiel representante de la población total. Una quinta
regla del método científico: la recolección y el análisis de datos deben hacerse conforme
a las reglas de la estadística.

Después que los datos han sido reunidos, clasificados y analizados, el equipo que
tiene a su cargo la investigación podrá realizar una inferencia. Pero nos gustaría formular
otras preguntas: deseamos entender la ley que hemos hallado. Esto lleva a la sexta regla
de método científico, a saber: no existen respuestas definitivas, y ello simplemente porque
no existen preguntas finales.

Método teórico

Toda ciencia fáctica especial elabora sus propias técnicas de verificación; entre
ellas, las técnicas de medición son típicas de la ciencia moderna. Pero en todos los casos
estas técnicas, por diferentes que sean, no constituyen fines en sí mismos; todas ellas
sirven para contrastar ciertas ideas con ciertos hechos por la vía de la experiencia.

El tipo de hipótesis característico de la ciencia moderna no es el de los enunciados


descriptivos aislados cuya función principal es resumir experiencias. Lo peculiar de la
ciencia moderna es que consiste en su mayor parte en teorías explicativas, es decir, en
sistemas de proposiciones que pueden clasificarse en: principios, leyes, definiciones, etc.,
y que están vinculadas entre sí mediante conectivas lógicas (tales como "y, o, si...
entonces", etc.). Las teorías dan cuenta de los hechos no sólo describiéndolos de manera
más o menos exacta, sino también proveyendo modelos conceptuales de los hechos, en
cuyos términos puede explicarse y predecirse, al menos en principio, cada uno de los
hechos de una clase. La conversión de las generalizaciones empíricas en leyes teóricas
envuelve trascender la esfera de los fenómenos y el lenguaje observacional: ya no se trata
de hacer afirmaciones acerca de hechos observables, sino de adivinar su "mecanismo"
interno. Es importante advertir, en efecto, que la experiencia dista de ser el único juez de
las teorías fácticas, o siquiera el último. Las teorías se contrastan con los hechos y con
otras teorías.

Una hipótesis de contenido fáctico no sólo es sostenida por la confirmación empírica


de cierto número de sus consecuencias particulares (p. ej. predicciones). Las hipótesis
científicas están incorporadas en teorías o tienden a incorporarse en ellas; y las teorías
están relacionadas entre sí, constituyendo la totalidad de ellas la cultura intelectual. Por
esto, no debiera sorprender que las hipótesis científicas tengan soportes no sólo
científicos, sino también extracientíficos: los primeros son empíricos y racionales, los
últimos son psicológicos y culturales.

Cuanto más numerosos sean los hechos que confirman una hipótesis, cuanto mayor
sea la precisión con que ella reconstruye los hechos, y cuanto más vastos sean los nuevos
territorios que ayuda a explorar, tanto más firme será nuestra creencia en ella, esto es,
tanto mayor será la probabilidad que le asignemos. Esto es, esquemáticamente dicho, lo
que se entiende por el soporte empírico de las hipótesis fácticas. Pero la experiencia
disponible no puede ser considerada como inapelable: en primer lugar, porque nuevas
experiencias pueden mostrar la necesidad de un remiendo: en segundo término, porque la
experiencia científica no es pura, sino interpretada, y toda interpretación se hace en
términos de teorías, motivo por el cual la primera reacción de los científicos
experimentados ante informaciones sobre hechos que parecerían trastornar teorías
establecidas es de escepticismo.

Las teorías científicas deben adecuarse, sin duda, a los hechos, pero ningún hecho
aislado es aceptado en la comunidad de los hechos controlados científicamente a menos
que tenga cabida en alguna parte del edificio teórico establecido. Desde luego, el soporte
racional no es garantía de verdad; si lo fuera, las teorías fácticas serían invulnerables a la
experiencia. Los soportes empíricos y racionales de las hipótesis fácticas son
interdependientes.

En cuanto a los soportes extracientíficos de las hipótesis científicas, uno de ellos es


de carácter psicológico: influye sobre nuestra elección de las suposiciones y sobre el valor
que le asignamos a su concordancia con los hechos. Lo que hemos llamado soporte
cultural de las hipótesis fácticas consiste en su compatibilidad con alguna concepción del
mundo, y en particular, con la Zeitgeist prevaleciente. Es obvio que tendemos a asignar
mayor peso a aquellas hipótesis que congenian con nuestro fondo cultural y, en particular,
con nuestra visión del mundo, que aquellas hipótesis que lo contradicen dogmática. La
única manera de minimizar este peligro es cobrar conciencia del hecho de que las
hipótesis científicas no crecen en un vacío cultural.

Los soportes empíricos y racionales son objetivos, en el sentido de que en principio


son susceptibles de ser sopesados y controlados conforme a patrones precisos y
formulables. En cambio, los soportes extracientíficos son, en gran medida, materia de
preferencia individual, de grupo o de época; por consiguiente, no debieran ser decisivos
en la etapa de la comprobación, por prominentes que sean en la etapa heurística. Es
importante que los científicos adviertan la fuerte presión que ejercen los factores
psicológicos y culturales sobre la formulación, elección, investigación y credibilidad de
las hipótesis fácticas. La presión, para bien o para mal, es real y nos obliga a tomar partido
por una u otra concepción del mundo; es mejor hacerlo conscientemente que
inadvertidamente.

Pautas de la investigación científica

1. PLANTEO DEL PROBLEMA

1.1 Reconocimiento de los hechos y selección de los que probablemente sean


relevantes en algún respecto.

1.2 Descubrimiento del problema: hallazgo de la laguna o de la incoherencia en el


cuerpo del saber.

1.3 Formulación del problema: planteo de una pregunta que tiene probabilidad de
ser la correcta; esto es, reducción del problema a su núcleo significativo, probablemente
soluble y probablemente fructífero, con ayuda de conocimiento disponible.

2. CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO TEÓRICO

2.1 Selección de los factores pertinentes: invención de suposiciones plausibles


relativas a las variables que probablemente son pertinentes.

2.2 Invención de las hipótesis centrales y de las suposiciones auxiliares: propuesta


de un conjunto de suposiciones concernientes a los nexos entre las variables pertinentes.

3. DEDUCCIÓN DE CONSECUENCIAS PARTICULARES


3.1 Búsqueda de soportes racionales: deducción de consecuencias particulares que
pueden haber sido verificadas en el mismo campo o en campos contiguos.

3.2 Búsqueda de soportes empíricos: elaboración de predicciones (o retrodicciones)


sobre la base de modelo teórico y de datos empíricos, teniendo en vista técnicas de
verificación disponibles o concebibles.

4. PRUEBA DE LAS HIPÓTESIS

4.1 Diseño de la prueba: planeamiento de los medios para poner a prueba las
predicciones; diseño de observaciones, mediciones, experimentos y demás operaciones
instrumentales.

4.2 Ejecución de la prueba: realización de las operaciones y recolección de datos.

4.3 Elaboración de los datos: clasificación, análisis, evaluación, reducción, etc., de


los datos empíricos.

4.4 Inferencia de la conclusión: interpretación de los datos elaborados a la luz del


modelo teórico.

5. INTRODUCCIÓN DE LAS CONCLUSIONES EN LA TEORÍA

5.1 Comparación de las conclusiones con las predicciones: contraste de los


resultados de la prueba con las consecuencias del modelo teórico, precisando en qué
medida éste puede considerarse confirmado o disconfirmado (inferencia probable).

5.2 Reajuste del modelo: eventual corrección o aun reemplazo del modelo.

5.3 Sugerencias acerca de trabajo ulterior: búsqueda de lagunas o errores en la teoría


y/o los procedimientos empíricos, si el modelo ha sido disconfirmado; si ha sido
confirmado y examen de posibles extensiones.

Ley científica

La definición de una ley, dependerá de las circunstancias o del contexto en que usa
la expresión, así como de su filosofía explícita o tácita. Si el científico concede que el
mundo físico subsiste aun cuando no haya quien lo perciba o lo piense, entonces la
expresión en cuestión podrá significar una conexión objetiva entre las cualidades fuerza,
masa y aceleración, sea que se las mida o no. En cambio, si el científico no asigna
existencia autónoma a los objetos físicos, entonces entenderá por "ley científica" una
relación invariante entre términos anclados de alguna manera a datos de los sentidos (los
cuales funcionarán como términos últimos o "hechos atómicos y no como señales
elementales de nuestro comercio con las cosas). Y si sólo accede a hablar acerca de
operaciones posibles, entonces podrá significar por "ley científica" cierta pauta de la
conducta humana (p. ej.. la predicción) en relación con cierta clase de datos empíricos En
total debiéramos distinguir, pues, por lo menos cuatro significados del término "ley" en:

(1) Ley1, o simplemente ley, son estructuras nómicas (pautas invariantes.) al nivel
óntico. Denota toda pauta inmanente del ser o del devenir; esto es, toda relación constante
y objetiva en la naturaleza, en la mente o en la sociedad.

(2) Ley2 o enunciado nomológico, son proposiciones acerca de pautas objetivas: son
pautas al nivel del conocimiento. Designa toda hipótesis general que tiene como referente
mediato una ley1, y que constituye una reconstrucción conceptual de ella cuyo referente
inmediato es el modelo teórico al que se aplica exactamente.

Lo que habitualmente designa el término “ley” no depende de nuestro


conocimiento, a menos que se trate de una ley del proceso cognoscitivo. Antes bien,
nuestro conocimiento de las leyes1 (esto es, las leyes2) presupone la existencia de pautas
objetivas. Las leyes1 no son verdaderas ni falsas: simplemente son. Sólo las leyes2 pueden
ser más o menos exactas. Las leyes1, aunque objetivas, no son objetos sensibles sino
inteligibles: no percibimos las leyes, sino que las inferimos a partir de los fenómenos, En
particular, las construcciones conceptuales llamadas "leyes científicas" (nuestras leyes2)
son las reconstrucciones cambiantes de las leyes objetivas en el nivel del pensamiento
racional. O, si se prefiere, las construcciones conceptuales llamadas "leyes2" son la
proyección deformada e incompleta de las leyes1 sobre el plano conceptual. En suma,
mientras las leyes de la naturaleza, del pensamiento y de la sociedad (leyes1) son la
estructura de la realidad, los correspondientes enunciados nomológicos (leyes2)
pertenecen a nuestros modelos ideales de la realidad.

(3) Ley3, o enunciado nomopragmático, son relaciones invariantes al nivel


pragmático: son guías para la acción fundada científicamente. Designa toda regla
mediante la cual puede regularse (exitosamente o no) una conducta. Las leyes3 se deducen
casi siempre de leyes2 en conjunción con datos empíricos, en otras palabras efecto, casi
siempre son aplicaciones de leyes2 a situaciones o a clases de situaciones específicas.
(4) Ley4, o enunciado metanomológico, son prescripciones metodológicas y/o
principios ontológicos. Designa todo principio general acerca de la forma y/o alcance de
los enunciados de ley pertenecientes a algún capítulo de la ciencia fáctica.

Sobre la base de las distinciones elaboradas y justificadas en lo que precede,


podríamos comprimir los ideales de la investigación científica fundamental en las
siguientes máximas:

(1) Legalidad. Los hechos singulares (sucesos y procesos) deberán considerarse


como casos particulares de leyes1.

(2) Cognoscibilidad. Las leyes1 no son perceptibles pero son cognoscibles. Su


conocimiento se corporiza en hipótesis generales (particulares o universales) que pueden
llamarse "leyes2".

(3) Limitación y perfectibilidad. Toda ley2 tiene un dominio de validez peculiar y


es falible porque depende en parte de la experiencia; pero todo enunciado nomológico
puede perfeccionarse tanto en extensión como en precisión.

(4) Generalidad del conocimiento fáctico. Los enunciados fácticos singulares son
deducibles de enunciados fácticos generales (hipótesis llamadas “leyes2”). A esto se
reduce, desde el punto de vista lógico, la explicación científica de los hechos.

(5) Sistematicidad. Las leyes2 constituyen sistemas lógicamente organizados o, al


menos, organizables. La mayoría de las leyes2 son deducibles de hipótesis de tipo más
elevado; las de máximo grado en un contexto dado se llaman "axiomas" o "principios".
Esto es, la mayoría de los enunciados nomológicos son aplicables en términos de leyes 2
de un grado de generalidad aún mayor. En esto consiste la explicación científica de las
leyes.

(6) Generalidad de los enunciados empíricos. Los enunciados empíricos singulares


(los que se refieren a la subclase de hechos que llamamos "experiencia") son deducibles
de hipótesis que pueden llamarse "leyes3". Estas últimas proposiciones son las
herramientas de la predicción; contienen variables (ligadas) que resumen ítems de
información específica.

(7) La legalidad de las leyes. Los enunciados nomológicos (leyes2) encuadran en


ciertos esquemas generales que pueden denominarse "leyes4” (prescripciones
metodológicas y/o como suposiciones ontológicas).

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