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Velas y Otros Fuegos PDF
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El fuego suele ser muy atractivo (aunque se haga de respetar, y con razón) pero
en ocasiones resulta casi tan complicado de fotografiar como su antagónica
agua. Y en realidad no lo es tanto, lo parece, pero si conoces algunos trucos y las
claves para lograrlo verás que no debe asustarnos tanto como el fuego en sí y la
posibilidad de quemarnos. Eso es lo que te vamos a mostrar hoy.
Para lograr una fotografía como esta, deberás seguir los consejos que te
indicamos a continuación:
Apaga el flash. Lo primerísimo es apagar el flash o el resultado será
completamente distinto a este.
Subexpón. Además de apagar las luces de ambiente y bajar persianas si
es de día, puedes subexponer un paso para que el fondo salga más
oscuro.
ISO. Utiliza un valor ISO lo más bajo posible con el fin de evitar el gránulo
tan molesto que se puede generar.
Cuidado con el aire. En este caso la llama está en movimiento, puedes
buscar este efecto creativo, o de lo contrario, si deseas una llama
vertical, evita las corrientes de aire cerrando puertas y ventanas.
Trípode. Esta vez sí que te será muy útil para evitar trepidaciones.
Velocidad de exposición. Esta imagen está tomada a 1/20 y con un ISO
de 400. Para evitar el movimiento de la llama tendrías que usar
velocidades algo más altas. Lo más complicado será encontrar el
equilibrio perfecto, te tocará hacer más de una prueba jugando con el
triángulo de exposición (ISO, apertura, velocidad) para lograr
exactamente el resultado que deseas.
Enfoca manualmente. En estos casos tu cámara se puede volver un poco
loca con el enfoque, por lo que te recomendamos que enfoques de
forma manual a la mecha.
Medición puntual. Puesto que buscas destacar la llama de la vela y dejar
el resto de la escena a oscuras, tendrás que utilizar el modo de medición
puntual. Si no sabes de qué te estamos hablando, echa un vistazo a esto
y lo entenderás enseguida.
Ajuste de blancos. Si disparas en RAW podrás ajustarlo en el procesado,
si no es el caso, no confíes en el modo automático pues intentará
corregir el anaranjado de la luz. Algunas cámaras traen un modo
específico para estas situaciones, si no es así puedes poner el modo
nublado.
Antes de despedirnos no nos queda más remedio que insistirte en que tomes
las precauciones adecuadas.
No nos cansamos de repetir que la práctica hace al maestro. Por mucho que
leas o estudies, de nada te servirá si no prácticas y lo haces tuyo.
Esto son consejos útiles, pero cuando estás experimentando es cuando
entiendes de verdad los conceptos, cuando aprendes realmente si necesitas un
ISO más alto o más bajo y a adaptarte a las distintas situaciones, pues no hay
dos momentos exactamente iguales y, por tanto, no existe una fórmula mágica,
sino indicaciones generales a partir de las cuales debes trabajar y encontrar tu
propio equilibrio según las condiciones reales y el resultado que esperas.