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Violencia Escolar en Colombia PDF
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escolar en Colombia
Lectura breve de algunos materiales escritos*
Fernando Valencia Murcia
Sociólogo. Magíster en Sociología
fmurcia@usb.edu.co
Resumen
Este artículo hace una revisión de textos producidos en Colombia que han abordado el tema de la violencia
y el conflicto en la institución escolar. En esta bibliografía se señala algunas características de las perspecti-
vas y tendencias teóricas.
Palabras claves: Violencia escolar, conflicto, conflicto escolar, Proyecto Atlántida, mediación de conflictos.
Abstract
A revision is made on some texts written in Colombia approaching the topic of violence and conflict in
educational institutions. In this bibliography some of the features in the theoretical perspectives and trends
are shown.
Key Words: School violence, conflict, school conflict, Atlántida Project, conflict mediation.
Words:
* Este artículo es resultado del proyecto de investigación Creatividad y resolución de conflictos en la escuela, del Grupo de Investigación
Educación y desarrollo humano, reconocido por Colciencias e inscrito en el Centro General de Investigaciones de la Universidad de
San Buenaventura Cali.
Fecha de recepción: Octubre de 2003
Aceptado para su publicación: Enero de 2004.
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a la literatura producida sobre violencia y con- detallar y reseñar la totalidad de tales trabajos
flicto en la institución escolar en Colombia. pero sí señalar por lo menos dos tendencias
Asimismo, busca describir y precisar algunas en algunos de ellos. Una que enfoca el pro-
tendencias de tipo conceptual en cuanto a blema a partir de la comprensión de la violen-
los problemas que se han abordado bajo esta cia desde un ámbito nacional y otra que orienta
temática. Metodológicamente se ha procedi- el estudio del fenómeno desde entornos regio-
do a revisar el material escrito (artículos de re- nales o urbanos (ciudades capitales e inter-
vistas, de páginas electrónicas, ponencias, medias y algunas zonas rurales).
algunos libros y tesis de maestría) que se ha En la primera tendencia es destacable el li-
producido en universidades, centros de investi- bro: La violencia en Colombia, de Germán
gación, organismos de derechos humanos, Guzmán (1967). Asimismo, representan lectu-
organizaciones gubernamentales y no guber- ras claves los trabajos de dos destacados
namentales. Sin embargo, es válido aclarar
académicos extranjeros, como lo son: el pro-
que este documento no pretende hacer un
fesor inglés Malcom Deas, con sus textos: Dos
análisis documental bajo criterios metodoló-
ensayos especulativos sobre la violencia
gicos; tan solo se trata de una primera des-
(1995), Reconocer la guerra para construir la
cripción de los materiales.
paz (1999), Narcotráfico y terrorismo: Otras for-
mas de violencia (1999), Intercambios violen-
tos (1999), entre otros, y el profesor francés
Daniel Pecaut, quien ha desarrollado la diná-
La violencia como tema mica, génesis y etiología de la violencia políti-
de estudio en Colombia ca, de cuya obra vale destacar sus libros: Or-
den y violencia (1987) y Violencia y política en
Violencia y conflicto, como temas de estudio,
Colombia (de reciente publicación, 2003).
constituyen un fenómeno que por su magni-
tud e intensidad en Colombia ha generado En la segunda, constituyen buenos ejemplos
una vasta producción intelectual en diversos los trabajos regionales (citando sólo los ca-
estudiosos e investigadores de las ciencias sos de Cali y Medellín) que hicieran, por un
políticas y sociales. Estos académicos, a tra- lado, los profesores Álvaro Guzmán y Álvaro
vés de su trabajo independiente o desde insti- Camacho sobre la violencia homicida en Cali:
tuciones educativas como colegios y univer- Colombia, ciudad y violencia (Camacho y
Guzmán, 1990); Diagnóstico sobre la violen- tos de vistas sobre el fenómeno de la violen-
cia homicida en Cali (Guzmán, 1993) y La paz cia. Por ejemplo, se dice que en Colombia
es rentable (Guzmán y Velásquez, 2001), lec- coexiste en múltiples facetas, que van desde
turas orientadas hacia la caracterización del la agresión política, a la homicida y demencial,
fenómeno en el ámbito urbano nacional, y es- generada por el narcotráfico y la delincuencia
tudios más locales como: Cali tras el rostro común, hasta fenómenos como la violencia
oculto de las violencias (Vanegas, 1998); Estu- intrafamiliar y escolar. Siendo esta última un
dios etnográficos: La ciudad y sus violencias ingrediente interesante, puesto que su estu-
(Vanegas, 1997) y Desarrollo social, urbaniza- dio y producción académica-investigativa ha
ción y violencia (De Roux, 1994). permitido orientar discusiones y reflexiones so-
Por otra parte, la Corporación Región, de Me- bre la constante variación en la dinámica de
dellín, ha venido desempeñando una intere- la violencia y la aparición de nuevos escena-
sante labor en cuanto a la producción de co- rios y actores.
nocimiento y la investigación social, que como Resta decir que el problema de la violencia
ellos lo afirman en su página electrónica, cons- ha generado la preocupación por crear ba-
tituyen actividades orientadas a la compren- ses de datos bibliográficas y elaborar esta-
sión de las problemáticas urbanas y regiona- dos del arte, los cuales han permitido una me-
les referidas al conflicto, la formación de las jor sistematización de la abundante literatura
ciudadanías y la evaluación de las políticas producida al respecto. Sin embargo, aquí –a
sociales como apoyo a la labor de la corpora- manera de ejemplo– se hace solamente refe-
ción y de otros actores democráticos de la rencia, como estado del arte, a un trabajo he-
región (Corporación Región, 2003). Se desta- cho en la Universidad Distrital (Pardo, 1993) y
ca la publicación de importantes libros como como ejercicios de sistematización, el elabo-
En la encrucijada: Conflicto y cultura política rado en la ciudad de Cali (1994) en el marco
en el Medellín de los noventa (Jaramillo; Villa y de un seminario internacional sobre ciudad y
Ceballos, 1998), La cola del lagarto: Drogas y violencia en América Latina (Concha; Carrión
narcotráfico en la sociedad colombiana (Sa- y Cobo, 1994).
lazar, 1998), Mujeres de fuego (Salazar, 1993),
Ser joven en Medellín (Berna, Márquez, et. al.,
1993), y una interesante revista llamada Memo-
ria y ciudad, aparecida en 1997, donde los
Los escritos sobre
autores indagan sobre el papel de los conflic- violencia y conflicto
tos en la formación de identidades urbanas. escolar
(Todorov; et. al., 1997).
En general, tanto los trabajos que responden Algunas tendencias
a un escenario nacional como aquellos que Ahora bien, con respecto al problema de la
dan cuenta por un escenario más local, o si violencia en el escenario escolar, no se sabría
se quiere regional, ilustran diversas tesis y pun- hasta qué punto este asunto ha sido estudia-
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Sendos ejemplos permitirán una mejor apre- esta segunda consideración. Parra Sandoval,
ciación de estas diferencias conceptuales: en sus estudios: La escuela violenta (1997),
Innovación escolar y cambio social (1997a),
– Un corto artículo publicado por la revista
examina la violencia escolar a partir de dos
Cien días vistos por CINEP (Patarroyo y
concepciones: la primera, llamada violencia
González, 1998) señala que la dinámica
tradicional, ejercida desde la institución hacia
de la violencia escolar se explica como un
el estudiante, soportada en la concepción
simple asunto de malestar social; el uso
autoritaria de la educación. Y la segunda, lla-
de armas en la escuela, la muerte de algu-
mada por el autor como violencia de la contra-
nos docentes a manos de estudiantes de
cultura escolar, ejercida por los alumnos con-
primaria y secundaria y, en fin, toda clase
tra la institución (visibilizada en sus docentes
de actividades tipificadas como delictivas
y directivos o desde alumnos hacia alumnos).
y criminales, resultan ejemplos que dirigen
Situación que se ve, según el autor, notable-
la atención del lector y lo inducen a pen-
mente favorecida por el fenómeno de “crisis
sar que la violencia escolar es, tal como lo
ética de los maestros”. O como también se
cita el artículo, ”un fiel reflejo de la situa-
señala en el trabajo del IPC titulado: Conflicto
ción que vive el país” (Patarroyo y Gon-
y convivencia en la escuela (2001) y en los
zález, 1998).
trabajos de Pérez y Mejía en su libro: De ca-
– En su artículo Violencia escolar y violencia lles, parches, galladas y escuelas, la institu-
social, publicado en la Revista Colombia- ción escolar (en algunos casos de sectores
na de Educación, la socióloga Marina Ca- populares urbanos) parece haberse transfor-
margo comparte la apreciación de que la mado en un escenario donde se reconocen
violencia escolar debe ser mirada hacia el prácticas violentas que intentan dar un nuevo
interior de la institución educativa. Por ello orden a la vida escolar.
señala que un examen sociológico de las Al respecto Pérez y Mejía señalan:
escuelas en Colombia, bajo la perspecti-
“Es común encontrar en los sectores po-
va de la violencia, no ha sido un tema de
pulares amenazas a los centros, al pro-
reflexión, pues erróneamente se ha hecho
fesorado, [...]; como también [es común
énfasis sobre formas de violencia que apa- hallar] grupos de justicia privada [...] que
rentemente se ubican por fuera de la insti- llegan allí buscando muchachos que tie-
tución educativa (Camargo, 1997). nen cuentas pendientes con ellos. Esta
Igualmente, las tesis del sociólogo Rodrigo violencia, trasladada a la escuela, pro-
Parra Sandoval, el trabajo de algunos investiga- duce una reorganización no sólo del acto
dores del CINEP como Diego Pérez y Marco educativo mismo, [sino] también de su
Raúl Mejía; el trabajo de la Corporación Re- misma función social” (Pérez y Mejía,
gión y del Instituto Popular de Capacitación, 1996; p. 189).
IPC, de la Corporación de Promoción Popular El hecho de examinar el problema en función
de Medellín, bien pueden caracterizarse bajo de la institución escolar ha generado intere-
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pendidas, censuradas, durante las ho- fesor Francisco Cobos, en su artículo Janus
ras de colegio” (Parra, 1995; p. 150). malherido, publicado en el Proyecto Atlántida:
Y una violencia física y mucho más visible que “La agresión, como todo lo que es na-
la anterior, que aparece bajo la forma de auto- tural, no es nunca mala en sí misma. Las
ritarismo escolar, donde... formas [...] de la agresión: la hostilidad,
la destructividad, cualquiera que sea la
“...la fragmentación del ser, del deseo
organización que tomen, son expresio-
de aprender, es llevado a cabo por el
nes de una incapacidad del individuo
autoritarismo escolar, por el poder esco-
para alcanzar los fines de sobrevivencia
lar y, muy particularmente, por las varia-
y felicidad por medios normales. Es esa
das y multifacéticas formas de violencia
forma de enfermedad del espíritu, [...]
escolar, desde las físicas [...] hasta las
en la mayoría de los casos de un desa-
psicológicas” (Parra, 1995; p. 151).
rrollo psicológico aberrante, lo que ordi-
Esta concepción de Parra Sandoval, sobre la nariamente es percibido como agresión,
violencia escolar, resulta apenas un eslabón, olvidando [sus] formas creativas [...],
pues si bien se concibe una violencia ejerci- cuyo fomento, naturalmente, transforma-
da desde la institución, también este escena- ría nuestro caótico mundo actual” (Co-
rio configura una serie de condiciones (carác- bos, 1995).
ter privado de la escuela) para que la violencia
En términos generales, puede decirse que el
se geste entre los estudiantes, generando
aporte del Proyecto Atlántida, en lo que tiene
toda suerte de agresiones.
que ver con un examen del fenómeno de la
Para Parra Sandoval la escuela se ha definido violencia al interior de la escuela, está dado
como un espacio privado donde los alumnos por la idea de enfatizar que esta ha configura-
han construido maneras de coexistir, de re- do una serie de condiciones (prácticas educa-
huir, de adaptarse, de generar una cultura. Mu- tivas y pedagógicas) propicias para que se
chas de las energías empleadas en la gesta- aumente la distancia entre escuela y estudian-
ción de esta cultura se dirigen a sobrevivir la te. Así por lo menos lo señala uno de los artícu-
escuela, a encarar los conflictos con ella (Pa- los del proyecto, que dice:
rra, 1995; p. 154). “Vemos así cómo el saber de la escue-
Esto supone que la agresión, o las formas de la se halla cada vez más descontextuali-
violencia en general, experimentadas entre zado, pues el material en su mayoría re-
menores y jóvenes escolarizados, no podrían sulta ajeno, inútil y se ha debilitado su
entenderse como formas negativas del que- conexión con los contextos de origen”
tes en ciertos tipos de relación que se esta- Aceptando esta tesis, puede decirse que el
blecen entre pares, con profesores y con la aporte del estudio es interesante porque per-
institución. Así, por ejemplo, lo describe el pro- mite entender el fenómeno de la violencia o la
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Llama la atención este énfasis por compren- to hay que curar o eliminar, sino que sobre tal
der formas de violencia que no necesariamen- fenómeno se ha venido insistiendo, con el
te son expresados bajo lógicas de agresión. apoyo de teóricos ya clásicos de la sociolo-
Pues se asume que toda acción pedagógica gía del conflicto, como George Simmel (1986)
contiene dispositivos cuya puesta en ejerci- y Regis Coser (1961), en que se trata de un
cio supone formas de violencia simbólica, ya elemento constitutivo de toda acción social y,
que, como lo señalaran en 1970 los profeso- por tanto, inherente a las dinámicas de cual-
res Pierre Bourdieu y Jean Claude Passeron quier colectivo, incluyendo el escenario esco-
(1972), la institución escolar reproduce de lar, pues como lo señala Stephen Ball, en su
manera arbitraria la cultura hegemónica a tra- libro La micropolítica de la escuela, el conflic-
vés de la acción pedagógica, cuya eficacia, to es inmanente a la escuela en tanto es esta
garantizada por formas de violencia simbóli- una organización colectiva y un ente socializa-
ca, estaría orientada a legitimar la autoridad dor. Así lo escribe:
institucional por parte de quienes la sufren. “Considero las escuelas, al igual que
Ahora bien, desde otros artículos se hace un prácticamente todas las otras organiza-
llamado al examen de los fenómenos de con- ciones sociales, campos de lucha, divi-
flicto y violencia escolares pero como estrate- didas por conflictos en curso o poten-
gias que contribuyan no sólo a la mediación ciales entre sus miembros, pobremente
sino a generar en la institución espacios para coordinadas e ideológicamente diver-
la formación de valores y la educación para el sas. Juzgo esencial, si queremos com-
conflicto. En un artículo llamado Propuestas prender la naturaleza de las escuelas
para enfrentar la violencia en la escuela (Es- como organizaciones, lograr una com-
cobar, 1996), se pone de manifiesto que la prensión de tales conflictos” (Ball, 1989).
escuela es el escenario ideal para la imple- La revista Nómadas, de la Universidad Cen-
mentación de estrategias orientadas a la pre- tral de Colombia, publicó varios artículos que
vención de la violencia y la inseguridad ciuda- orientan la discusión hacia la idea de que la
dana. Se abre la posibilidad de que a la institución escolar es escenario clave para en-
escuela no sólo asista un tipo de educando tender que el conflicto ofrece una dimensión
“formal” sino otros actores que están involucra- creadora y permite que las prácticas pedagó-
dos en los diversos conflictos juveniles. gicas contribuyan a su negociación o media-
En otros ensayos se reconoce también el pa- ción. Artículos como Conflicto escolar: cultura
pel que cumple la escuela como escenario y conflicto político en la escuela, de Humberto
donde se entrecruzan y median los conflic- Cubiles (2001); Conflicto educativo y cultura
tos. Ello quiere decir que este fenómeno, lleva- política en Colombia, de Martha Cecilia Herrera
do al escenario escolar, no sólo ha sido anali- y Alexis Pinilla (2001); Participación y conflicto
zado con la vieja fórmula de que es una en la escuela básica, de Germán Muñoz (2001)
enfermedad (agente de poder destructivo y y El estudio de conflictos estudiantiles en Co-
violento), como “algo” que anda mal y por tan- lombia”, de los profesores Randall Salm y
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Eduardo Gómez (2000), recogen diversas ex- escenario propicio para el cultivo de valores y
presiones sobre la importancia de dotar a la salidas democráticas a los conflictos.
institución escolar de las herramientas concep-
tuales y metodológicas, en cabeza de sus ac-
tores, para ser semilleros de grupos huma-
nos capaces de afrontar por las vías no
violentas sus diversos problemas. A manera de conclusión
Concebir, entonces, la escuela como elemen- Estas breves consideraciones sobre algunos
to clave en la formación de valores y el mane- aspectos de lo que ha sido la producción aca-
jo de estrategias que contribuyan a la nego- démica sobre la violencia y el conflicto esco-
ciación de los conflictos, ha llevado a pensar lares, arroja, en primer lugar, una orientación
la institución escolar como un escenario que sobre cuáles podrían ser las tendencias con-
es necesario examinar y comprender prime- ceptuales más generales por las que ha gira-
ro, antes de formular cualquier elemento de do dicha producción y de paso decir qué sig-
intervención. Así lo ilustran dos artículos escri- nificado ha tenido el esfuerzo por sistematizar
tos por la Oficina para los Defensa de los De- los estudios sobre violencia escolar en Colom-
rechos de los Jóvenes junto con la fundación bia. Llegado a este punto, se podría admitir
Cepecs, de Bogotá: Por una escuela que res- que se trata de una producción amplia, don-
pete la diferencia (2000) y Jóvenes, conflicto- de se señala a la escuela como crucial en los
convivencia y derechos humanos en el ámbi- procesos de modernización que vive la socie-
to escolar (1999) y otros artículos del Instituto dad colombiana, siendo ella misma un espa-
para la Investigación Educativa y el Desarrollo cio donde se han podido formular distintas
Pedagógico, donde un primer texto, titulado: vías para la comprensión de los complejos
Violencia en la escuela (1999), propone ofre- fenómenos y situaciones críticas que dicho
cer a los lectores, mediante el examen de da- proceso modernizador ha generado. Dos de
tos empíricos obtenidos a través de estrate- esas vías han sido la de analizar la escuela
gias de investigación etnográfica, una serie como fiel reflejo de la realidad (la violencia re-
de elementos que intentan describir las relacio- producida en la escuela a imagen y semejan-
nes maestro-escuela, para luego proponer es- za de un contexto mayor) y aquella perspecti-
trategias encaminadas a superar aquellas si- va que ha buscado entender el conflicto
tuaciones conflictivas cuya salida siempre ha escolar a partir de la naturaleza y las condicio-
sido la vía no pacífica. En segundo documen- nes socioeconómicas, culturales y políticas de
to, titulado Violencia juvenil y escuela, publica- la institución misma. Un elemento a señalar
do en la Revista Educación y Pedagogía, de aquí es que tales esfuerzos se han hecho en
la Universidad de Antioquia (García, 1992), pro- algunos casos, a manera de estudios diag-
pone que la escuela debe ser un lugar al que nósticos con el fin de implementar estrategias
hay que estudiar cada vez con mayor rigor de intervención para abordar los conflictos y
descriptivo y conceptual, pues representa un problemas de agresión en las escuelas. Y en
otros ha sido clave el papel que ha jugado la – BERNAL, Jorge; MÁRQUEZ, Fulvia; et. al. Ser joven
en Medellín. 2a edición. Medellín: Corporación Re-
universidad colombiana y sus escuelas de in- gión, 1993. 91 p.
Finalmente, este artículo intenta ofrecer ape- – CONCHA EASTMAN, Alberto; CARRIÓN, Fernando y
COBO, Germán. Ciudad y violencias en América La-
nas unas primeras aproximaciones a futuros tina. Cali: Alcaldía Municipal de Cali, 1994. 324 p.
estudios que fijen como problema el estado – CUBIDES C., Humberto. Conflicto escolar. Cultura y
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