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GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES

JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Índice
Introducción ii
1. Definiciones y Resultados Preliminares 1
1.1. Grupos y Producto Libre 1
1.2. Métricas y Transformaciones de Möbius 3
1.3. PSL(2, C) y sus subgrupos discretos 8
1.4. Integral de Riemann-Stieltjes 15
2. Grupos Elementales 17
2.1. Grupos elementales discretos de Tipo 1 21
2.2. Grupos elementales discretos de Tipo 2 24
2.3. Grupos elementales discretos de Tipo 3 27
3. Grupos no elementales y grupos discontinuos 29
3.1. Grupos no elementales 29
3.2. Grupos discontinuos 30
3.3. Grupos Kleinianos 32
3.4. Los conjuntos lı́mite y ordinario 33
3.5. Otra caracterización del conjunto lı́mite 40
3.6. Acción discontinua en Ω 42
4. Convergencia y Ejemplos 45
4.1. Area Cordal 45
4.2. Volumen Hiperbólico 47
4.3. Convergencia de normas en grupos discretos 49
4.4. G-paquetes 51
4.5. Subgrupos del grupo modular 52
4.6. Grupos de Schottky 56
Bibliografı́a 59
Referencias 59

i
Introducción
Los grupos kleinianos constituyen una rama de enorme importancia en las matemáticas
de este fin de siglo, debido principalmente a sus múltiples relaciones con otras ra-
mas, como los sistemas dinámicos y la topologı́a en tres dimensiones.

En esta tesis se exhibe material introductorio sobre este tema, destacando el con-
traste entre los grupos elementales que han sido ampliamente estudiados, y los no
elementales que son en muchos aspectos un campo abierto de investigación.

Después de clasificar detalladamente los grupos elementales (entre los que se en-
cuentran los grupos clásicos de rotaciones definidos por los sólidos platónicos), se
muestra la complejidad de los no elementales, al existir una infinidad de elementos
loxodrómicos que no fijan los mismos puntos. Posteriormente, se exhiben diferentes
definiciones del conjunto lı́mite y se prueban sus equivalencias. También se discuten
pruebas finas sobre convergencia de las normas de los elementos de los grupos dis-
cretos. En este proceso se demuestra la fórmula del volumen hiperbólico de una bola
(Teorema 4.2) de una manera elemental, en contraste con la manera sofisticada que
se hace de este cálculo en las notas de Minnesota de Ahlfors ([1]).

Finalmente, se discuten los G-paquetes, subconjuntos similares a regiones funda-


mentales que son de gran interés para estudiar productos libres de grupos. Esto se
muestra de manera detallada en un ejemplo de un subgrupo del grupo modular. La
última construcción se refiere a los grupos de Schottky, en donde se muestra la gran
utilidad del concepto de G-paquetes para entender estos grupos.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 1

1. Definiciones y Resultados Preliminares

Ciertos subconjuntos de Rn desempeñan un papel importante en el presente trabajo:


H n = {x ∈ Rn : xn > 0} ,

B n = {x ∈ Rn : |x| < 1} ,

Sn−1 = {x ∈ Rn : |x| = 1} .
Estos conjuntos son, respectivamente, el n-espacio hiperbólico, la n-bola unitaria, y
la n-1 esfera.
También, es conveniente introducir el n-espacio real extendido: R b n = Rn ∪ {∞} .
n n+1
Este espacio es homeomorfo a S ⊂ R , por medio de la proyección estereográfica:
 Ã !
 2

 2x 1 2xn |x| − 1
 2, ..., 2, 2 si x 6= ∞,
π:Rb n → Sn , π (x) = 1 + |x| 1 + |x| 1 + |x|




(0, . . . , 0, 1) si x = ∞.
b n de una métrica,
Observe en particular que π es inyectiva, lo cual permite dotar a R
la llamada métrica cordal d: d(x, y) = |π(x) − π(y)|.
Lo que en realidad estamos haciendo, es considerar la longitud de la cuerda que une
a las proyecciones de x e y. Se puede probar, aunque no lo haremos aquı́, que la
métrica cordal tiene una expresión explı́cita en términos de la métrica euclideana:


 2 |x − y|

 ³ ´1/2 ³ ´1/2 si x, y 6= ∞,

 2 2

 1 + |x| 1 + |y|
(1.1) d(x, y) =

 2

 si y = ∞.

 ³ ´1/2

 2
1 + |x|
Para una deducción de esta fórmula, vea [4], p. 36.

1.1. Grupos y Producto Libre.


Definición 1.1. Sean G un grupo y S un subconjunto de G. El subgrupo gener-
ado por S es la intersección de todos los subgrupos H de G que contienen a S.
Denotamos a este subgrupo mediante hSi.

Consideremos cualquier conjunto no vacı́o X. Una permutación de X es una apli-


cación biyectiva de X en si mismo. Denotaremos con SX al conjunto de todas
la permutaciones de X. Es fácil comprobar que SX , con la composición usual de
funciones, es en realidad un grupo, el grupo de permutaciones de X.
Definición 1.2. Sean G un grupo y X un conjunto. Una acción de G en X es una
función ϕ : G × X → X, (g, x) 7→ gx, tal que
(i) (I, x) 7→ x,
(ii) (g, hx) 7→ (gh, x).
2 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

En particular, estamos interesados en el caso en que G es subgrupo de PSL(2, C),


b y ϕ la acción definida mediante ϕ(g, z) = g(z) (es decir, la evaluación).
X = C,
b
En adelante, sólo diremos que G actúa en C.
Definición 1.3. Consideremos un grupo G que actúa en X, y x ∈ X. Definimos
los siguientes conjuntos:
Gx = {g ∈ G : g (x) = x} ,

G (x) = {g (x) ∈ X : g ∈ G} .
Gx es el estabilizador de x, y G (x) la órbita (o G-órbita) de x.

Hay que observar que Gx siempre es un subgrupo de G.


Proposición 1.1. Sea G un grupo que actúa en un conjunto X. Para toda x ∈
X, existe una correspondencia biyectiva entre los elementos de G (x) y las clases
laterales de Gx en G.

Demostracion. Si h (x) = g (x) , g −1 h (x) = x, por lo que g −1 h ∈ Gx , y h ∈ gGx .


Por tanto, gGx = hGx . Por otra parte, si g1 , g2 ∈ hGx , h−1 g1 , h−1 g2 ∈ Gx . De
aquı́ se sigue que h−1 g1 (x) = h−1 g2 (x), y por tanto, g1 (x) = g2 (x). Esto muestra
que h (x) = g (x) si y sólo si las clases laterales gGx y hGx coinciden, y que la
función ϕ (hGx ) = h (x) está bien definida y es biyectiva. ¤
Definición 1.4. Sea G un grupo. El centro de G, denotado Z (G), es el subgrupo
de los elementos que conmutan con todo el grupo, es decir,
Z (G) = {g ∈ G : hg = gh, ∀h ∈ G} .

Es importante observar que Z (G) es normal en G.


Definición 1.5. Sea g un elemento de un grupo G. Los elementos conjugados a
g son los elementos de la forma hgh−1 , con h ∈ G. El conmutador de g y h es
[g, h] = ghg −1 h−1 .

De la definición anterior, podemos considerar a [g, h] como el producto de g con


un conjugado de g −1 .
Definición 1.6. Sean G1 , G2 subgrupos de un grupo G. G1 y G2 son conjugados
si para alguna h ∈ G, G1 = hG2 h−1 .
Observación 1.1. De la Definición 1.6 se sigue de inmediato que si dos grupos
G1 y G2 son conjugados, entonces son isomorfos. Sin embargo, si los grupos son
isomorfos, no necesariamente son conjugados. Más adelante veremos un ejemplo
que muestra este hecho (Ejemplo 1.3).

La noción de grupos y elementos conjugados es esencial en lo que sigue. Veremos


que la mayorı́a de los resultados que estableceremos a partir del Capı́tulo 2 son
invariantes bajo conjugación.
Consideremos ahora familias de grupos {Gα : α ∈ Λ}, con Λ un conjunto arbitrario
de ı́ndices.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 3

Definición 1.7. Sea {Gα : α ∈ Λ} una familia de grupos ajenos dos a dos, es decir,
si α 6= β, entonces
S Gα ∩ Gβ = e. El producto libre de los grupos Gα es el grupo G
generado por Gα , y sujeto a la siguiente restricción:
α∈Λ

Todo g ∈ G distinto de e puede expresarse de manera única como


el producto de un número finito de elementos de los grupos Gα , es
decir,
g = g1 g2 . . . gn , gk ∈ Gαk , 1 ≤ k ≤ n,
tal que gk 6= e para toda k, y Gαk 6= Gαk+1 .
Q
Notación. El producto libre suele denotarse como G = ∗Gα , y en caso de que
α∈Λ
la familia de grupos sea finita, G = G1 ∗ G2 ∗ . . . ∗ Gn . A la expresión de g ∈ G
como en la definición anterior se le llama la forma normal, o expresión irreducible
de g.
Observación 1.2. Esta no es la única definición posible para el concepto de producto
libre. Por ejemplo, en [9] se define en términos de generadores y relaciones, y en [11]
se define en términos de homomorfismos y diagramas conmutativos. La definición
que recogemos en este trabajo está tomada de [7], p. 11. Además, en este mismo
texto se muestra que las tres definiciones son equivalentes.

1.2. Métricas y Transformaciones de Möbius.


Definición 1.8. Sean D ⊂ Rn un abierto conexo, y λ : D → R+ una función
continua. Dados cualquier par de puntos x, y en D, y γ : [a, b] ⊂ R → D una
curva de clase C 1 por tramos que una x con y en D, definimos la λ-longitud de γ
mediante Z b
lλ (γ) = λ(γ(t)) |γ 0 (t)| dt.
a
También, se define la λ-distancia ρλ (x, y) de x a y como
ρλ (x, y) = inf (lλ (γ)) .
El ı́nfimo se toma sobre todas las curvas γ de clase C 1 por tramos que unen x con
y en D.

A una función λ como en la definición anterior se le llama una densidad.


La siguiente proposición justifica el que a ρλ (x, y) se le llame la λ-distancia. La
demostración puede encontrarse en [4], p. 7.
Proposición 1.2. ρλ es una métrica.

Normalmente, escribiremos l y ρ sin hacer mención explı́cita de la función λ.


1
Ejemplo 1.1. (a) Sean D = H n , λ : H n → R+ , λ(x1 , x2 , . . . , xn ) = .
xn
Esta es la métrica hiperbólica.
1
(b) Sean D = C\{0} = C∗ , λ : C∗ → R+ , λ(x+iy) = p . En el Capı́tulo
+ y2 x2
2 veremos que C∗ con esta métrica es isométrico al cilindro S1 × R ⊂ R3
con la métrica euclideana (Proposición 2.2).
4 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

La esfera S(a, r) ⊂ Rn es el conjunto S(a, r) = {x ∈ Rn : |x − a| = r}, a ∈ Rn ,


r > 0. La reflexión (o inversión) en S(a, r) es la función
µ ¶2
r
ϕ : Rn \ {a} → Rn , ϕ(x) = a + (x − a).
|x − a|
x
En el caso especial S(0, 1) = Sn−1 , esta fórmula se reduce a ϕ(x) = 2.
|x|
Si denotamos a esta reflexión especial mediante x∗ , la reflexión en cualquier esfera
S(a, r) puede escribirse entonces como ϕ(x) = a + r2 (x − a)∗ .
Esta función no está definida para x = a. Sin embargo, se puede extender ϕ a R bn
definiendo ϕ(a) = ∞, y ϕ(∞) = a.
Ahora, el plano P (a, t) ⊂ R b n es el conjunto P (a, t) = {x ∈ Rn : hx, ai = t} ∪ {∞},
a ∈ R , a 6= 0, y h, i el producto interior usual en Rn . La reflexión en P (a, t) es la
n

función
ψ : Rn → Rn , ψ(x) = x − 2 [hx, ai − t] a∗ .
Igual que antes, podemos extender ψ a R b n , definiendo ψ(∞) = ∞.
En [4], p. 22, se muestra que ϕ y ψ ası́ definidas son continuas con respecto de la
b n.
métrica cordal d en R
Observación 1.3. Ambas reflexiones pueden interpretarse geométricamente. En el
caso de la esfera, si x 6= a, ∞, ϕ(x) es el único punto en la semirrecta determinada
por a y x tal que |x − a| |ϕ(x) − a| = r2 . Para el plano, si x 6= ∞, ψ(x) es el único
punto en la recta ortogonal al plano P (a, t) que pasa por x, tal que 12 (x + ψ(x)) ∈
P (a, t). Además, si escogemos el vector a tal que |a| = 1, el parámetro t es la
distancia del plano al origen.

Debido al homeomorfismo R b n ≈ Sn , podemos pensar en el plano P (a, t) como una


esfera que pasa por ∞. Con esta convención, nos referiremos indistintamente a
P (a, t) y a S(a, r) como esferas.
b n es la composición de un
Definición 1.9. Una transformación de Möbius en R
número finito de reflexiones en esferas.

Es trivial verificar que el conjunto de todas las transformaciones de Möbius es un


grupo.
Definición 1.10. El grupo de las transformaciones bn
¡ de ¢ Möbius en R es llamado el
Grupo General de Möbius, y es denotado por GM R . b n

Ejemplo 1.2. (a) La traslación f (x) = x + a, a ∈ Rn , es una transformación


de Möbius, pues³ es la composición
´ de la reflexión en P (a, 0) seguida de la
1 2
reflexión en P a, 2 |a| . En efecto, si denotamos mediante ψ0 y ψ1 a estas
reflexiones, entonces
ψ1 ψ0 (x) = ψ1 (x − 2 hx, ai a∗ )
· ¸
1 2
= x − 2 hx, ai a∗ − 2 hx − 2 hx, ai a∗ , ai − |a| a∗
2
2
= x − 2 hx, ai a∗ − 2 hx, ai a∗ + 4 hx, ai ha∗ , ai a∗ + |a| a∗
= x + a.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 5

(b) La homotecia f (x)


¡ =√kx,¢ k > 0. Consideremos ahora ϕ0 y ϕ1 las reflexiones
en S(0, 1) y en S 0, k , respectivamente. Entonces
à !
4
x x |x|
ϕ1 ϕ0 (x) = ϕ1 2 = k 2 2 = kx.
|x| |x| |x|

(c) Supongamos n = 2, y consideremos la identificación natural R2 ≈ C. La


rotación f (z) = eiθ z, θ 6= 2kπ, k ∈ ¡Z, es la ¢composición de la reflexión en
P (i, 0) seguida de la reflexión en P ieiθ/2 , 0 .
(d) Como en el ejemplo anterior, n = 2, y R2 ≈ C. La función f : C∗ → C∗ ,
1
f (z) = , es la composición de la reflexión en P (i, 0) seguida de la reflexión
z
en S(0, 1).

Sea f una isometrı́a euclideana en R2 ≈ C de la forma f (z) = az + b, con a, b ∈ C,


¡ 2¢
b . Aún más, las reflexiones
|a| = 1. Se sigue del Ejemplo 1.2 (a) y (c) que f ∈ GM R
que componen f se realizan exclusivamente sobre planos. En [4], Teorema 3.1.3, se
enuncia y demuestra el siguiente Teorema que generaliza de manera notable esta
observación.
Teorema 1.3. Toda isometrı́a euclideana f en Rn es¡ una¢ composición de a lo más
b n
n + 1 reflexiones en planos. En particular, f ∈ GM R .
¡ n¢
Consideremos ahora las transformaciones de Möbius f ∈ GM R b que son direc-
tamente conformes (i.e., son conformes y conservan la orientación en R b n ). No es
difı́cil mostrar que estas transformaciones son composición de un número par de
reflexiones en esferas, e inversamente.
¡ n¢
Definición 1.11. El subgrupo de GM R b de las transformaciones de Möbius di-
rectamente bn
¡ n ¢conformes es llamado el Grupo de Möbius en R . Este grupo es denotado
por M R . b

Para toda n, podemos identificar de manera natural a Rn+1 con Rn × R mediante


(x1 , x2 , . . . , xn , xn+1 ) 7→ ((x1 , x2 , . . . , xn ) , xn+1 ) .
La inclusión i : Rn → Rn+1 puede escribirse entonces como i(x) = (x, 0). Por
comodidad, escribiremos i(x) = x̃.
Consideremos la reflexión ϕ en la esfera S(a, r), a ∈ Rn . Definimos ϕ̃ como la
reflexión en S(ã, r). De manera análoga, dada la reflexión ψ en el plano P (a, t),
a ∈ Rn , sea ψ̃ la reflexión en P (ã, t). Se tiene entonces para x ∈ Rn ,
µ ¶
r2 r2
ϕ̃i(x) = ϕ̃(x̃) = ã + 2 (x̃ − ã) = a + 2 (x − a) , 0
|x̃ − ã| |x − a|
= (ϕ(x), 0) = iϕ(x),
µ ¶
ã a
ψ̃i(x) = ψ̃(x̃) = x̃ − 2 [hx̃, ãi − t] 2 = x − 2 [hx, ai − t] 2 , 0
|ã| |a|
= (ψ(x), 0) = iψ(x).
6 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Ahora, si x ∈ Rn+1 , x = (x1 , . . . , xn , xn+1 ),


r2
ϕ̃(x) = ã + 2 (x − ã),
|x − ã|

ψ̃(x) = x − 2 [hx, ãi − t] 2.
|ã|
Si denotamos mediante [g (x)]j a la j-ésima coordenada de g, se sigue de las fórmulas
r2 xn+1 £ ¤
anteriores que [ϕ̃ (x)]n+1 = 2 , y ψ̃ (x) n+1 = xn+1 , respectivamente. Por
|x − ã|
tanto, el plano xn+1 = 0 y los semiespacios xn+1 > 0 y xn+1 < 0 son invariantes
bajo ϕ̃ y ψ̃.
¡ n¢
En general, consideremos g ∈ GM R b , g = ϕ0 ϕ1 . . . ϕk , donde ϕj es la reflexión
¡ n+1 ¢
en una esfera. La transformación g̃ ∈ GM R b , definida como g̃ = ϕ̃0 ϕ̃1 . . . ϕ̃k ,
extiende a g. Además, esta extensión es única, pues si g̃1 y g̃2 extienden a g, entonces
−1
(g̃2 ) g̃1 fija al plano xn+1 = 0 (= Rn ) y mantiene invariante a H n+1 . Se sigue de
[4], Teorema 3.2.4, que g̃1 = g̃2 .
¡ n¢
Definición 1.12. La extensión de Poincaré de g ∈ GM R b , g = ϕ0 ϕ1 . . . ϕk , es
¡ n+1 ¢
g̃ = ϕ̃0 ϕ̃1 . . . ϕ̃k ∈ GM R b .

La construcción anterior (que se debe a Henri Poincaré) muestra que cualquier


transformación de Möbius g en R b n tiene una extensión natural a una transforma-
¡ n¢
b
ción g̃ en R n+1
. Por tanto, podemos identificar a GM R b con un subgrupo de
¡ n+1 ¢
GM R b .
2
|x − y|
La construcción tiene una ventaja adicional: Permite mostrar fácilmente que
xn+1 yn+1
es invariante bajo cualquier extensión de Poincaré. De esta invariancia, se sigue
que las extensiones de Poincaré son isometrı́as del espacio hiperbólico H n+1 con
la métrica hiperbólica del Ejemplo 1.1 (a). La demostración de estas afirmaciones
puede consultarse en [4], p. 34.
¡ √ ¢
Consideremos ahora a ϕ la reflexión en S en+1 , 2 . Para x ∈ Rn+1 ,
2
ϕ(x) = en+1 + 2 (x − en+1 ).
|x − en+1 |
Ahora, si x ∈ Rn ,
2
ϕ (x̃) = en+1 + 2 ((x1 , x2 , . . . , xn , 0) − (0, 0, . . . , 0, 1))
1 + |x̃|
à !
2
2x1 2x2 2xn |x| − 1
= 2, 2, ..., 2, 2 .
1 + |x| 1 + |x| 1 + |x| 1 + |x|
b n es la proyección estereográfica, y un
Esto muestra que la restricción de ϕ a R
argumento de conexidad nos permite concluir que ϕ manda al semiespacio xn+1 < 0
en B n+1 . Si componemos previamente con la reflexión σ en el plano xn+1 = 0,
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 7

¡ n¢
b , entonces
entonces π = ϕσ manda a H n+1 en B n+1 . Por tanto, si g ∈ GM R
−1
πg̃π mantiene invariante a
π(H n+1 ) = B n+1 .
¡ n+1 ¢
Por otra parte, si f ∈ GM R b es tal que f (B n+1 ) = B n+1 , entonces π −1 f π
n+1
mantiene invariante a H . Sea ahora h = π −1 f π|Rbn . Obsérvese ahora que h̃ y
π −1 f π extienden ambas a h, y por la unicidad de la extensión, h̃ = π −1¡f π.¢ Se
sigue por tanto que π −1 f π es la extensión de Poincaré de alguna h ∈ GM R bn , y
¡ n¢ ¡ n+1 ¢
GM R b es conjugado en GM R b al subgrupo que mantiene invariante a B n+1 .
Como
¡ n ¢además π es composición
¡ n+1de¢ un número par de reflexiones, se sigue que
M Rb es conjugado en M R b al subgrupo de transformaciones de Möbius
directamente conformes que mantienen invariante a B n+1 .
¡ n¢ ¡ n¢
Definición 1.13. Denotaremos a los b b
¡ n+1 ¢ ¡ grupos
n+1
¢ conjugados a GM R y a M R
mediante π = ϕσ, GM B y M B , respectivamente.

El siguiente resultado nos será de suma utilidad para la clasificación de todos los
grupos elementales discretos. Puede consultarse la demostración en [4], p. 38:
Teorema 1.4. Sea ϕ una transformación de Möbius tal que ϕ(0) = 0 y ϕ (B n ) =
B n . Entonces ϕ(x) = xA, con A una matriz ortogonal.

Se sigue de este Teorema el siguiente Corolario.


Corolario 1.5. Para toda n ∈ N, se tiene:
¡ ¢ ¡ n¢
(i) O(n + 1) ⊂ GM B n+1 ≈ GM R b .
¡ n+1 ¢ ¡ n¢
(ii) SO(n + 1) ⊂ M B ≈M R b .

Es conveniente tener algunas expresiones útiles de la métrica hiperbólica en H n+1 .


Si consideramos x = ren+1 , y = sen+1 , r, s > 0, es particularmente simple calcular
ρ(x, y). En efecto, sea γ : [0, 1] → H n+1 , con γ(0) = x, γ(1) = y, una curva de clase
C 1 . Entonces
Z 1 Z 1p 0 Z 1 ¯¯ 0 ¯
|γ 0 (t)| 0
(γ1 (t))2 + · · · + (γn+1 (t))2 γn+1 (t)¯
l(γ) = dt = dt ≥ dt.
0 γn+1 (t) 0 γn+1 (t) 0 γn+1 (t)
Observe ahora que entre todas las posibles curvas de clase C 1 que unen x con
y, la curva definida por γ(t) = (tr + (1 − t)s)en+1 alcanza el valor mı́nimo en la
desigualdad anterior. Además, γ 0 (t) = (r − s)en+1 . Podemos suponer sin pérdida
de generalidad que r − s > 0, por lo que |γ 0 (t)| = γn+1 0
(t) > 0, y por tanto
Z 1 0 Z 1 0
|γ (t)| γn+1 (t)
ρ(x, y) = dt = dt = ln(γn+1 (1)) − ln(γn+1 (0))
0 γ n+1 (t) 0 γn+1 (t)
³r´
= ln .
s
0
Para evitar la suposición¯ adicional
³ r ´¯ de que γn+1 (t) > 0, consideramos el valor abso-
¯ ¯
luto, es decir ρ(x, y) = ¯ln ¯.
s
2
|x − y|
Una forma más utilizada de esta igualdad es cosh ρ(x, y) = 1 + , que se
2xn+1 yn+1
puede deducir de la anterior sin ninguna dificultad.
8 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Consideremos ahora la© esfera hiperbólica de radio


ª r y centro y = (y1 , . . . , yn+1 ),
es decir, el conjunto x ∈ H n+1 : ρ(x, y) = r . Por lo anterior, esto lo podemos
escribir como
2
|x − y|
cosh r = 1 + ,
2xn+1 yn+1
o en forma equivalente,
2xn+1 yn+1 (cosh r − 1) = (x1 − y1 )2 + · · · + (xn − yn )2 + (xn+1 − yn+1 )2 .

Ahora bien,
2
(xn+1 − yn+1 ) + 2xn+1 yn+1 (1 − cosh r) = x2n+1 + yn+1
2
− 2xn+1 yn+1 cosh r
= x2n+1 + yn+1
2 2
− 2xn+1 yn+1 cosh r + yn+1 cosh2 r − yn+1
2
cosh2 r
2 ¡ ¢
2
= (xn+1 − yn+1 cosh r) + yn+1 1 − cosh2 r
2 2
= (xn+1 − yn+1 cosh r) − yn+1 senh2 r.
Esto muestra que la esfera hiperbólica con centro en y, y radio hiperbólico r es la
esfera euclideana
2 2 2 2
(1.2) (x1 − y1 ) + · · · + (xn − yn ) + (xn+1 − yn+1 cosh r) = (yn+1 senh r) .

1.3. PSL(2, C) y sus subgrupos discretos. Para el caso particular n = 2 ,


b yR
identificamos de manera natural C b 2.

En Variable Compleja, se introduce el grupo de Möbius M como el grupo de fun-


az + b
ciones de la forma g (z) = , con a, b, c, d ∈ C, y ad − bc 6= 0. La condición
cz + d
ad − bc 6= 0 asegura que las funciones no son constantes. Es importante observar
que los coeficientes a, b, c, d están determinados salvo por un factor distinto de 0,
λaz + λb
es decir, g (z) = , para toda λ 6= 0. Por tanto, si α = ad − bc, podemos
λcz + λd √
dividir los coeficientes entre α, y obtener
√ √
(a/ α) z + b/ α a0 z + b0
g (z) = √ √ = 0 ,
(c/ α) z + d/ α c z + d0
con a0 d0 − b0 c0 = 1. Ası́, siempre podemos suponer que ad − bc = 1.
Consideremos ahora el grupo de matrices complejas con determinante igual a 1,
SL(2, C) (el grupo lineal especial), y su grupo
cociente PSL(2, C) = SL(2, C)/K, donde K es el centro de SL(2, C).
µ ¶
a b az + b
Para toda A = ∈ SL(2, C), definimos gA ∈ M como gA (z) = .
c d cz + d
Se tiene entonces una función Φ : SL(2, C) → M, con regla de correspondencia
Φ(A) = gA . Un cálculo de rutina muestra que gAB = Φ(AB) = Φ(A)◦Φ(B) = gA gB ,
por lo que tenemos un homomorfismo de grupos. Es claro que el µ homomorfismo
¶ es
1 0
suprayectivo, y que el kernel ker(Φ) consiste de las matrices ± . Entonces
0 1
SL(2, C)/ ker(Φ) ≈ M.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 9

Observemos que cualquier matriz en ker(Φ) µ conmuta


¶ con toda A ∈ SL(2, C). Por
a b
tanto, ker(Φ) ⊂ K. Por otra parte, si ∈ K, la matriz debe conmutar, en
µ ¶ c d
1 1
particular, con , es decir,
0 1
µ ¶µ ¶ µ ¶ µ ¶ µ ¶µ ¶
1 1 a b a+c b+d a a+b a b 1 1
= = = ,
0 1 c d c d c c+d c d 0 1
µ ¶
1 0
lo que implica que c = 0, y a = d. Ahora, también debe conmutar con , de
1 1
donde
µ ¶µ ¶ µ ¶ µ ¶ µ ¶µ ¶
1 0 a b a b a+b b a b 1 0
= = = ,
1 1 0 a a a+b a a 0 a 1 1
µ ¶
a 0
y por tanto, b = 0. Y como det = a2 = 1, a = ±1. Podemos por tanto
0 a
concluir que ker(Φ) = K. Por tanto, PSL(2, C) ≈ M. Debido a este isomorfismo,
se acostumbra identificar al grupo de transformaciones de Möbius M con el grupo
PSL(2, C).
¡ ¢
Consideremos ahora el grupo M R2 . Cualquier reflexión en rectas o cı́rculos en C b
az + b
puede escribirse como ϕ (z) = , con a, b, c, d ∈ C, y ad−bc = 1. Una deducción
cz + d
de esta fórmula puede encontrarse, por ejemplo, en [5], p 28-30. De aquı́ se sigue
que cualquier composición de un número par de reflexiones es de la forma
αz + β
g (z) = ,
γz + δ
con α, β, γ, δ ∈ C, αδ − βγ = 1.
¡ 2¢
Por tanto, M R b ⊂ PSL(2, C). Inversamente, supongamos que g ∈ M. Si γ = 0,
α β α
necesariamente δ 6= 0, y podemos escribir g (z) = z + . Si escribimos = reiθ y
δ δ δ
β
= t, entonces g es composición de una traslación, una rotación, y una homotecia.
δ
Se sigue del Ejemplo 1.2 (a), (b) y (c) que g es composición de un número par de
reflexiones. Por otra parte, si γ 6= 0, podemos escribir
γ(αz + β) γ(αz + β) + αδ − αδ α(γz + δ) + βγ − αδ
g(z) = = =
γ(γz + δ) γ(γz + δ) γ(γz + δ)
α 1
= − .
γ γ(γz + δ)
Observe que g es de nuevo composición de traslaciones, rotaciones y homotecias,
1
junto con la inversión f (z) = . Pero el Ejemplo 1.2 (d) muestra que esta trans-
z
formación también es composición de un número par de reflexiones. Por tanto,
αz + β
cualquier g (z) = , αδ − βγ = 1, es composición de un número par de reflex-
γz + δ ¡ 2¢ ¡ 2¢
iones. Se sigue entonces que M R b ⊃ PSL(2, C), y por tanto, M R b = PSL(2, C).
Consideremos ahora a C4 junto con el producto hermitiano h, i : C4 × C4 → C
definido por hz, wi = z1 w1 + z2 w2 + z3 w3 + z4 w4 .
10 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Este producto es positivo definido, es decir, hz, zi ≥ 0 para toda z ∈ C4 , y hz, zi > 0
si z 6= 0, y por tanto, induce la norma y métrica euclideanas en C4 :
p ¡ 2 2 2 2 ¢1/2
kzk = hz, zi = |z1 | + |z2 | + |z3 | + |z4 | ,

d (z, w) = kz − wk .
Identificamos al grupo SL(2, C) con el siguiente subconjunto W ⊂ C4 :
© ª
W = (a, b, c, d) ∈ C4 : ad − bc = 1 .
Resulta entonces que podemos considerar a SL(2, C) como un subespacio métrico
de C4 . Definimos las funciones traza y determinante mediante:
tr : SL(2, C) → C, tr((a, b, c, d)) = a + d,

det : SL(2, C) → C∗ , det((a, b, c, d)) = ad − bc = 1.


Un hecho importante que hay que ¡ destacar
¢ es el siguiente: ¡tr y det son
¢ invariantes
bajo conjugación, es decir, det BAB −1 = det (A), y tr BAB −1 = tr (A). La
importancia de estas fórmulas quedará de manifiesto a partir del Capı́tulo 2.
∗ 2
Además, tr y k k están relacionadas por la siguiente identidad: tr (AA
µ )¶= kAk , en
a b
donde A∗ denota la transpuesta hermitiana de A, es decir, si A = , entonces
c d
µ ¶
a c ¡ ¢
A∗ = (En nuestra notación actual, A = (a, b, c, d), A∗ = a, c, b, d .)
b d
La convergencia en SL(2, C) se define de la manera usual en términos de la métrica.
Uno de los conceptos centrales en este trabajo es el de subgrupos discretos.
Definición 1.14. Un subgrupo G de SL(2, C) es discreto si y sólo si para cualquier
sucesión de matrices {An } ⊂ G tal que lı́m An = A, existe n0 > 0 tal que An = A
n→∞
para todo n ≥ n0 .

La siguiente proposición constituye un criterio adecuado para decidir si un subgrupo


es o no discreto.
Proposición 1.6. Un subgrupo G de SL(2, C) es discreto si y sólo si para toda
k > 0, el conjunto {A ∈ G : kAk ≤ k} es finito.

La demostración puede consultarse en [4], p. 15. Como consecuencia inmediata se


tienen los siguientes corolarios.
Corolario 1.7. Si G < SL(2, C)) es discreto, entonces G es a lo sumo numerable.
Corolario 1.8. Si G < SL(2, C) es discreto y no es finito, entonces para cualquier
sucesión de matrices distintas {An } ⊂ G, lı́m kAn k = ∞.
n→∞

Además, puesto que dos grupos conjugados son isomorfos (de hecho, homeomorfos
como grupos topológicos), se tiene también el siguiente resultado:
Corolario 1.9. Si G < SL(2, C) es discreto, entonces cualquier grupo conjugado
a G en SL(2, C) es discreto.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 11

En el caso de PSL(2, C):


Definición 1.15. Un grupo G < PSL(2, C) es discreto si y sólo si
Φ−1 (G) < SL(2, C) es discreto.

Ahora, sean g ∈ PSL(2, C), y A ∈ SL(2, C) tal que Φ(A) = g. Como también
Φ(−A) = g, g determina al par {A, −A}. Por tanto, podemos definir sin am-
bigüedad tr2 (g) := tr2 (A). También, definimos la norma de g como
kgk := kAk .
kAk
Para el caso de GL(2, C), se define kgk := ¯√ ¯.
¯ det A¯
El siguiente resultado relaciona de manera notable la norma de una transformación
con la métrica hiperbólica. Puede consultarse la demostración en [4], p. 61.
Teorema 1.10. Para toda g ∈ PSL(2, C) se tiene
2
kgk = 2 cosh ρ(j, g(j)),
donde j = (0, 0, 1) ∈ H 3 .

Si combinamos el Teorema 1.10 con la Proposición 1.6 y la Definición 1.15, obten-


emos el siguiente criterio útil para grupos discretos de PSL(2, C).
Corolario 1.11.
n Un grupo Go< PSL(2, C) es discreto si y sólo si para toda k > 0,
2
el conjunto g ∈ G : kgk ≤ k es finito.
Observación 1.4. El Corolario 1.11 nos proporciona de manera automática resul-
tados análogos en PSL(2, C) a los Corolarios 1.7, 1.8 y 1.9. En lo sucesivo, nos
referiremos a estos resultados de manera indistinta, dejando que sea el contexto el
que nos indique si nos referimos a SL(2, C) o a PSL(2, C).

Procedemos ahora a clasificar las transformaciones de Möbius de acuerdo a su acción


geométrica. Comenzamos con una breve discusión acerca de los puntos fijos de una
transformación.
© ª
Para g ∈ PSL(2, C), denotamos mediante Fg = x ∈ R b 3 : g (x) = x al conjunto
de puntos fijos de g.
Las siguientes transformaciones nos facilitarán el trabajo de clasificación.
Definición 1.16. Para toda k ∈ C, k 6= 0, se definen las formas canónicas mk
como: (
kz si k 6= 1,
mk (z) =
z + 1 si k = 1.

Observe que para las formas canónicas el cuadrado de la traza esta dado por
1
tr2 (mk ) = k + + 2.
k
Sea g ∈ PSL(2, C). Los puntos fijos de g en C b pueden ser 1 o 2. Supongamos que
1
g tiene un único punto fijo α, y consideremos h(z) = . Entonces
z−α
1
hgh−1 (∞) = hg (α) = h (α) = ∞, hgh−1 (0) = hg (∞) = = t.
g (∞) − α
12 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Observe que hgh−1 = f fija a ∞, y como no fija a 0, necesariamente es una traslación


f (z) = z + t. Ahora, cualquier traslación es conjugada a m1 . Para ver esto, sólo
hay que conjugar con h (z) = tz.
z−α
Supongamos ahora que g tiene dos puntos fijos α y β, y sea h (z) = . Se tiene
z−β
que
hgh−1 (∞) = hg (β) = h (β) = ∞, hgh−1 (0) = hg (α) = h (α) = 0.
Por tanto, g es conjugada a mk para alguna k 6= 1. Se sigue que en cualquier caso,
g es conjugada a alguna de las formas canónicas mk .
Hemos visto antes que tr es un invariante bajo conjugación de SL(2, C). Como tr2
está bien definido en PSL(2, C), si f y g son conjugadas entonces tr2 (h) = tr2 (g).
El inverso de este resultado se enuncia en el siguiente Teorema. La demostración
del mismo puede verse en [4], p. 66.
Teorema 1.12. Sean h, g ∈ PSL(2, C) distintas de I. f y g son conjugadas si y
sólo si tr2 (h) = tr2 (g).

El siguiente es un ejemplo que muestra que dos grupos isomorfos no necesariamente


son conjugados (Observación 1.1).
Ejemplo 1.3. Sean G = PSL(2, C), h(z) = z + 1, y g(z) = 2z. Los subgru-
pos generados hhi y hgi son isomorfos (ambos son cı́clicos infinitos). No obstante,
tr2 (h) = 4, y tr2 (g) = 9/2, y se sigue del Teorema 1.12 que los grupos no pueden
ser conjugados.

A continuación, vamos a clasificar las transformaciones de Möbius de acuerdo al


número de puntos fijos en R b 3 . Esto es más fácil si nos restringimos a las formas
canónicas. Si identificamos R3 = C × R, no es laborioso verificar que las extensiones
de Poincaré pueden escribirse como:
mk (z, t) = (kz, |k| t) si k 6= 1, y
m1 (z, t) = (z + 1, t) si k = 1.
De aquı́, podemos encontrar los puntos fijos de cada mk ; m1 fija sólo a ∞, si |k| 6= 1,
mk fija 0 e ∞, y si |k| = 1, entonces mk fija al conjunto {(0, 0, t)} ∪ {∞}, t ∈ R.
Observese además que el número de puntos fijos es un invariante bajo conjugación,
pues como hemos visto, g fija a α si y sólo si hgh−1 fija a h (α). Podemos por tanto
clasificar las transformaciones de Möbius de acuerdo al número de puntos fijos:
Definición 1.17. Sea g ∈ PSL(2, C) distinta de I:
(i) g es parabólica si y sólo si g tiene un único punto fijo en C. b
(ii) g es loxodrómica si y sólo si g tiene exactamente dos puntos fijos en C. b
b 3
(iii) g es elı́ptica si y sólo si g tiene una infinidad de puntos fijos en R (de hecho,
un cı́rculo o una recta en R b 3.

Esta definición podrı́a haberse enunciado de la siguiente manera: g es parabólica si


y sólo si es conjugada a m1 ; g es elı́ptica si y sólo si es conjugada a mk , con |k| = 1,
k 6= 1, y g es loxodrómica si y sólo si es conjugada a mk , con |k| 6= 1.
Aún podemos refinar esta clasificación.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 13

Definición 1.18. Sea g una transformación loxodrómica. Diremos que g es hiperbóli-


ca si existe un disco abierto (o un semiplano) D ⊂ C tal que g (D) = D. En caso
contrario diremos que g es estrictamente loxodrómica.

También podemos clasificar las transformaciones de Möbius de acuerdo al valor de


tr2 .
Teorema 1.13. Sea h ∈ PSL(2, C) distinta de I. Entonces

(i) h es parabólica si y sólo si tr2 (h) = 4.


(ii) h es elı́ptica si y sólo si 0 ≤ tr2 (h) < 4.
(iii) h es hiperbólica si y sólo si tr2 (h) ≥ 4.
(iv) h es estrictamente loxodrómica si y sólo si tr2 (h) ∈
/ R+ .

La demostración puede consultarse en [4], p. 67-68.


Los siguientes tres Teoremas son resultados útiles relativos a puntos fijos de las
transformaciones de Möbius. Se enuncian sin demostración, las cuales pueden con-
sultarse en [4], p. 68-72.
Recordemos primero que el conmutador de dos elementos f, g en un grupo G se
define como [f, g] = f gf −1 g −1 . Hemos visto también que f, g ∈ PSL(2, C) deter-
minan matrices A, B ∈ SL(2, C) hasta un factor de ±I. Por tanto,
¡ ¢
tr [f, g] := tr ABA−1 B −1 ,
está bien definido.
Teorema 1.14. Sean h, g ∈ PSL(2, C), entonces:

(i) h y g tienen un punto fijo en común en C b si y sólo si tr [h, g] = 2.


(ii) Si h y g, ambas distintas de I, tienen un punto fijo en común en C, b entonces:
a) [h, g] = I y Fg = Fh , o
b) [h, g] es parabólica y Fg 6= Fh .
Teorema 1.15. Sean h, g ∈ PSL(2, C) distintas de I. Entonces las siguientes
afirmaciones son equivalentes:

(i) hg = gh;
(ii) h (Fg ) = Fg , g (Fh ) = Fh ;
(iii) Fh = Fg ; o h y g tienen un punto fijo en común en H 3 con g 2 = h2 =
2
(gh) = I, y Fg ∩ Fh = ∅.
Teorema 1.16. Un subgrupo G < PSL(2, C) contiene únicamente elementos elı́pti-
cos y la identidad si y sólo si los elementos de G tienen un punto fijo en común en
H 3.

El siguiente Teorema ilustra el comportamiento de las transformaciones de Möbius


al ser iteradas. La demostración puede consultarse en [4], p. 73.
Antes de enunciar el Teorema, necesitamos una definición.
b y ϕ la reflexión en C. α y β son puntos
Definición 1.19. Sea C un cı́rculo en C,
inversos con respecto a C si ϕ (α) = β.
14 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Teorema 1.17. b se
(i) Sea g parabólica con punto fijo α. Para toda z ∈ C
n
tiene que lı́m g (z) = α. La convergencia es uniforme en subconjuntos
n→∞
compactos de Cb \ {α} .
(ii) Sea g loxodrómica. Los puntos fijos α, β de g pueden ser renombrados de
manera que para toda z ∈ C,b z 6= β, lı́m g n (z) = α. La convergencia es
n→∞
uniforme en subconjuntos compactos de C b \ {β} .
(iii) Sea g elı́ptica con puntos fijos α, β. Entonces g deja invariante a cualquier
cı́rculo para el cual α y β son puntos inversos.
Definición 1.20. A los puntos fijos α, β de una transformación loxodrómica g,
después de ser renombrados como en el Teorema 1.17 (ii), se les llama el atractor y
el repulsor de g, respectivamente.

Observe que β y α son el atractor y el repulsor de g −1 , respectivamente.


El siguiente lema nos será útil para mostrar algunos contraejemplos.
Lema 1.18. Sea ω = eϕπi , con ϕ irracional. Entonces el conjunto A = {ω n : n ∈ Z}
es denso en S1 .

Demostracion. Como ϕ es irracional, el conjunto A es infinito, y S1 es compacto,


por lo que A tiene un punto de acumulación α ∈ S1 . Por tanto, podemos extraer
una sucesión {ω n1 , ω n2 , . . . , ω nk , . . .} tal que
lı́m ω nk = α.
k→∞

Ahora, dado ε > 0, existen n, m ∈ Z distintas tales que |ω n − α| < ε/3, y


|ω m − α| < ε/3. Además, sea α0 tal que |α0 − 1| ≤ ε/3. Entonces,
¯ n−m ¯ ¯ ¯
¯ω − α0 ¯ ≤ ¯ω n−m − 1¯ + |1 − α0 | = |ω n − ω m | + |1 − α0 |
< |ω n − α| + |ω m − α| + |1 − α0 | < ε.

Esto implica que cualquier punto en una vecindad de 1 de radio ε/3 es punto
de acumulación de A. Como podemos cubrir S1 con un numero finito de tales
vecindades, se tiene por tanto que A es denso en S1 . ¤
az + b
Definición 1.21. Sea g ∈ PSL(2, C), g (z) = , con ad − bc = 1. Si c 6= 0, el
cz + d
cı́rculo isométrico de g es el cı́rculo
Ig = {z ∈ C : |g 0 (z)| = 1} ,
En caso de que c = 0, no definimos el cı́rculo isométrico.

La razón del nombre es la siguiente: Si g (u) 6= ∞ y g (v) 6= ∞,


¯ ¯ ¯ ¯
¯ au + b av + b ¯ ¯ (au + b) (cv + d) − (av + b) (cu + d) ¯
¯
|g (u) − g (v)| = ¯ − ¯ = ¯ ¯
cu + d cv + d ¯ ¯ (cu + d) (cv + d) ¯
¯ ¯ ¯ ¯
¯ adu + bcv − bcu − adv ¯ ¯ (ad − bc) (u − v) ¯
(1.3) = ¯¯ ¯=¯ ¯
(cu + d) (cv + d) ¯ ¯ (cu + d) (cv + d) ¯
¯ ¯
¯ u−v ¯
=¯¯ ¯.
(cu + d) (cv + d) ¯
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 15

a (cz + d) − c (az + b) ad − bc 1
Por otra parte, g 0 (z) = 2 = 2 = 2 . Se sigue
(cz + d) (cz + d) (cz + d)
entonces que |g (u) − g (v)| = |u − v| si u, v ∈ Ig . Es decir, g actúa en Ig como
una isometrı́a euclideana. Se puede probar además que si g no es una similitud eu-
clideana, entonces el único cı́rculo en donde g actúa euclideanamente es el isométri-
co.
Una propiedad importante del cı́rculo isométrico es la siguiente:
Proposición 1.19. Sea Ig el cı́rculo isométrico de g ∈ PSL(2, C). Entonces g (Ig ) =
Ig−1 , g (Int Ig ) = Ext Ig−1 , y g (Ext Ig ) = Int Ig−1 .

az + b
Demostracion. Primero hay que observar que si g (z) = , con
cz + d
dz − b
ad − bc = 1, entonces g −1 (z) = , y podemos definir Ig−1 .
−cz + a
Ahora, para toda z ∈ Int Ig se tiene que |cz + d| < 1, por lo que
¯ ¯
¯ 1 ¯ 1
¯ ¯
|g 0 (z)| = ¯ ¯= > 1.
¯ (cz + d) ¯ |cz + d|2
2

¡ −1 ¢ ¡ −1 ¢0 ¡ −1 ¢0 0
Como ¯¡ z =¢ g ◦ g (z),¯1 = g ◦ g (z)¯¡= g ¢ (g (z))
¯ g (z), y se sigue entonces
¯ 0 ¯ ¯ 0 ¯
que ¯ g −1 (g (z)) g 0 (z)¯ = 1, por lo que ¯ g −1 (g (z))¯ < 1. Se sigue de la obser-
vación anterior que g (z) ∈ Ext Ig−1 . Las restantes contenciones se demuestran de
la misma forma. ¤

1.4. Integral de Riemann-Stieltjes. En el presente trabajo se utiliza la inte-


gral de Riemann-Stieltjes en sólo un resultado del Capı́tulo 4, el Teorema 4.3 (ii),
por lo que hacemos un breve resumen de las definiciones y resultados necesarios.
Las demostraciones se pueden consultar en [2], [3] y [12].
En esta sección, supondremos que f, g : [a, b] → R son funciones acotadas (no
necesariamente continuas).
Definición 1.22. Consideremos una partición P = {x0 , x1 , . . . , xn } del intervalo
[a, b], y f, g : [a, b] → R. Una suma de Riemann-Stieltjes de f con respecto a g
correspondiente a P es un número real S (P, f, g) de la forma
n
X
S(P, f, g) = f (ξk ) [g(xk ) − g(xk−1 )] ,
k=1

donde xk−1 ≤ ξk ≤ xk .

La norma de la partición P es
kP k = max {|xk − xk−1 | : 1 ≤ k ≤ n} .
Una partición Q refina a P si todo punto de P pertenece a Q. Esto lo denotaremos
mediante P ⊂ Q.
Definición 1.23. Una función f es integrable con respecto a g en [a, b] si existe un
número real I tal que para todo ε > 0 exista una partición Pε de [a, b] tal que si
16 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Pε ⊂ P , y S (P, f, g) es cualquier suma de Riemann-Stieltjes correspondiente a P ,


entonces
|S (P, f, g) − I| < ε.
En este caso, el número I está determinado de manera única y se escribe
Z b Z b
I= f dg = f (t)dg(t).
a a

En el caso especial en que g (x) = x, la suma S (P, f, g) se reduce a una suma


de Riemann, y la definición coincide con la de la integral de Riemann del cálculo
elemental.
Notación. Si f es integrable con respecto a g en [a, b], escribiremos f ∈ <(g) en
[a, b]. Además, a f se le llama el integrando y a g el integrador.

El siguiente resultado nos permite intercambiar los papeles del integrando y del
integrador.
Teorema 1.20. f ∈ < (g) en [a, b] si y sólo si g ∈ < (f ) en [a, b]. Además
Z b Z b
f dg + gdf = f (b) g (b) − f (a) g (a) .
a a

Para el resultado que mencionaremos en el Capı́tulo 4, necesitamos condiciones


suficientes para la existencia de la integral de Riemann-Stieltjes. Aún cuando existen
estas condiciones para distintas clases de funciones integradoras, nos bastará con el
siguiente caso especial.
Teorema 1.21. Si f es continua y g es monótona en [a, b], entonces
f ∈ < (g) en [a, b].

También, necesitamos el siguiente resultado que nos permite reducir una integral
de Riemann-Stieltjes a una integral de Riemann.
Teorema 1.22. Sea f ∈ < (g) en [a, b], y supongamos que g tiene derivada continua
en [a, b], entonces
Z b Z b
f (x) dg (x) = f (x) g 0 (x) dx.
a a

No siempre es sencillo evaluar una integral de Riemann-Stieltjes. Sin embargo,


existen condiciones bajo las cuales la integral puede reducirse a una suma finita.
Definición 1.24. Sea g : [a, b] → R una función continua excepto en un número
finito de puntos ck , donde a ≤ c1 < c2 < . . . < cn ≤ b. g es una función escalonada si
y sólo si es constante en el subintervalo (ck−1 , ck ). Al número gck = g (ck +)−g (ck −)
se le llama el salto de g en ck .
Teorema 1.23. Sea g : [a, b] → R una función escalonada con salto gck en ck . Si
f ∈ < (g) en [a, b], entonces
Z b n
X
f (x) dg (x) = f (ck ) gck .
a k=1

Los resultados anteriores se pueden generalizar a integrales impropias de manera


natural.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 17

2. Grupos Elementales

De ahora en adelante, nos concentraremos en la acción de subgrupos de PSL(2, C)


b 3,
en H 3 . También, consideraremos la cerradura de H 3 en R
b
H 3 = H 3 ∪ C.
Definición 2.1. Un subgrupo G de PSL(2, C) es elemental si y sólo si existe una
b 3.
G-órbita finita en R

Debido a la importancia de esta definición, hacemos notar que el énfasis recae en


la palabra finita. Es de destacar que la definición no hace ninguna referencia a si el
grupo es o no discreto.
Ejemplo 2.1. (i) Sea z0 ∈ H 3 , y Gz0 su estabilizador, es decir,
Gz0 = {g ∈ PSL(2, C) : g(z0 ) = z0 }.
(ii) G subgrupo finito de PSL(2, C).
(iii) G abeliano. Aquı́, se tienen dos casos
a) G contiene sólo elementos elı́pticos y la identidad, o
b) G contiene algunos elementos parabólicos o loxodrómicos.

Observe que (a) se sigue del Teorema 1.16 (aún si G es no abeliano),

Demostracion de (b). Sean h, g ∈ G, y supongamos que una de ellas, digamos


h, no es elı́ptica. Del Teorema 1.15 (ii), h(Fg ) = Fg , g(Fh ) = Fh . Como h2 6= Id,
se sigue del inciso (iii) del mismo Teorema que Fg = Fh . Analicemos ahora la
cardinalidad de Fg .
Si |Fg | = 1, g es parabólica y por tanto h también es parabólica, y G es conjugado
a un subgrupo de G∞ .
Si |Fg | = 2, g puede ser elı́ptica o loxodrómica. Sin pérdida de generalidad, supong-
amos que Fg = {0, ∞}. Necesariamente, h (0) = 0, h (∞) = ∞, pues de otra forma
h serı́a elı́ptica de orden 2, lo cual contradice nuestro supuesto original.
Por tanto, cualquier subgrupo abeliano de PSL(2, C) es elemental. ¤

Observación 2.1. Algunas veces, los grupos elementales son definidos con la condi-
ción de que para todos f, g ∈ G de orden infinito, se tenga que tr[f, g] = 2.
Sin embargo, con esta definición, el grupo estabilizador de un punto en H 3 no
es necesariamente elemental. Para probar esto, elegimos ϕ irracional, y consider-
z−1
amos las transformaciones f (z) = eϕπi z y h(z) = , por lo cual hf h−1 (z) =
¡ ϕπi ¢ z+1
e + 1 z + eϕπi − 1
ϕπi
.
(e − 1) z + eϕπi + 1
Ahora, los puntos fijos en C b de f y hf h−1 son {0, ∞}, y {−1, 1}, respectivamente,
y como son conjugadas, son de orden infinito.
­ Por
® el Teorema 1.14 (i), se tiene que
tr[f, hf h−1 ] 6= 2. Ası́, el grupo G = f, hf h−1 no es elemental en el sentido de
esta nueva definición. Sin embargo, f fija el conjunto
{(0, 0, t) : t > 0} ∪ {∞},
18 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

y hf h−1 fija el conjunto


q
{(x1 , 0, x3 ) : −1 < x1 < 1, x3 = 1 − x21 }.
Es decir, ambas fijan a j = (0, 0, 1), y por tanto, G = Gj .

−1
1

Consideremos ahora a G un grupo elemental y supongamos que la G-órbita es


{x1 , . . . , xn }. Si g ∈ G, entonces los puntos g m (xk ), m = 0, 1, 2, . . . no pueden
ser todos distintos, por lo que existe un entero mk > 0 con la propiedad de que
g mk fija a xk . Sea m = m1 m2 ...mn , de donde g m (xk ) = xk para toda k. Con esta
información, procedemos a clasificar los grupos elementales en tres tipos en base a
la cardinalidad de la órbita finita.
b
Tipo 1: n ≥ 3, o {x1 , . . . , xn } 6⊂ C.
Si los puntos xk ∈ b entonces cada g ∈ G tiene una potencia g m que fija a xk
/ C,
b entonces g m tiene al
y ası́ g m , y por tanto g, es elı́ptica. Si n ≥ 3 y los xk ∈ C,
menos tres puntos fijos y es por tanto la identidad. Por tanto, todo elemento no
trivial de G es elı́ptico. Esto muestra que si G es de Tipo 1, entonces G contiene
sólo elementos elı́pticos (y la identidad). Por el Teorema 1.16, existe un x ∈ H 3
que es ¡fijado
¢ por cada elemento de G. Debido a que podemos conjugar G mediante
g∈M R b 3 de manera que g(x) = 0, g(H 3 ) = B 3 , se sigue del Corolario 1.5 que G
es conjugado a un subgrupo de SO(3).
Tipo 2: n = 1.
En este caso, G es conjugado a un subgrupo de PSL(2, C), en donde cada elemento
fija ∞ y por tanto es de la forma g(z) = az + b. Por tanto, G es conjugado a un
grupo de similitudes euclideanas de C.
Tipo 3: n = 2.
En este caso, G es conjugado a un subgrupo de PSL(2, C), donde cada elemento
deja invariante {0, ∞} y es por tanto de la forma g(z) = az s , con a 6= 0, s2 = 1.
Proposición 2.1. Si G es un subgrupo elemental de PSL(2, C) de Tipo 3, entonces
es conjugado a un grupo de isometrı́as del espacio C∗ = C \ {0}, con la métrica
1
inducida por la densidad λ(z) = .
|z|

Demostracion. Sea γ : [a, b] → C∗ una curva de clase C 1 . La longitud de la


curva γ, en esta métrica, es:
Z b 0
|γ (t)|
l(γ) = dt.
a |γ(t)|
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 19

Sea g : C∗ → C∗ , g(z) = az s , con a 6= 0, s2 = 1. Se sigue que


Z b 0
|g (γ(t))γ 0 (t)|
l(g ◦ γ) = dt.
a |g(γ(t))|
Usando notación compleja, si s = 1, g 0 (γ(t))γ 0 (t) = aγ 0 (t), y g(γ(t)) = aγ(t), y por
tanto
Z b
|aγ 0 (t)|
l(g ◦ γ) = dt = l(γ).
a |aγ(t)|

−aγ 0 (t) a
Por otra parte, si s = −1, g 0 (γ(t))γ 0 (t) = , y g(γ(t)) = , de donde
γ 2 (t) γ(t)
Z ¯ ¯ Z b 0
b ¯−aγ 0 (t)/γ 2 (t)¯ |γ (t)|
l (g ◦ γ) = dt = dt = l(γ).
a |a/γ(t)| a |γ(t)|

Es claro que esta prueba se puede extender a curvas de clase C 1 por tramos. ¤

Con relación a métricas en C∗ , probamos ahora el resultado que habı́amos men-


cionado en el Capı́tulo 1, Ejemplo 1.1 (b).
Proposición 2.2. La función f : C∗ → S1 × R ⊂ R3 , definida por
µ ¶
z
f (z) = , ln |z|
|z|
1
es una isometrı́a, donde C∗ tiene la métrica inducida por λ(z) = , y S1 × R la
|z|
métrica euclideana como subespacio de R3 .

S1 × R
C ∗

f
−−−−→

Demostracion. Si identificamos C∗ ≈ R2 \ {0, 0}, podemos escribir f de la


siguiente forma:
µ ¶
x y 1 ¡ ¢
f (x, y) = p , p , ln x2 + y 2
x2 + y 2 x2 + y 2 2
= (f1 (x, y) , f2 (x, y) , f3 (x, y)) .
20 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Es suficiente mostrar que para cualquier curva γ : [a, b] → C∗ de clase C 1 que una
z1 con z2 en C∗ , se cumpla la igualdad

Z b Z b
|γ 0 (t)|
|f 0 (γ(t))γ 0 (t)| dt = dt.
a a |γ(t)|

Ahora, si denotamos γ (t) = (x, y), y γ 0 (t) = (x0 , y 0 )

 
∂f1 ∂f1
 ∂x ∂y 
 ∂f µ ¶
0 0  2 ∂f2  x0
f (γ (t)) γ (t) =  
 ∂x ∂y  y 0
 ∂f3 ∂f3 
∂x ∂y γ(t)
p 
x2 −xy
x2 + y 2 − p p
 x2 + y 2 x2 + y 2 µ 0¶
1   x
= 2  −xy p  0 .
y2
x + y2 
 p 2 2
x +y − p  y
x2 + y 2 x2 + y 2 
x y

p
Si r = x2 + y 2 ,

µµ ¶ µ ¶ ¶
1 x2 xy 0 y2 xy 0
f 0 (γ (t)) γ 0 (t) = r− x0 − y, r− y0 − x , xx0 + yy 0 .
r2 r r r r

Tomando el cuadrado de la norma se tiene

·µ ¶2 µ ¶
0 0 12 x2 0 2 2xy x2 x2 y 2
|f (γ(t)) γ (t)| = 4 r− (x ) − r− x0 y 0 + 2 (y 0 )2
r r r r r
µ ¶
2 2
µ 2

y 2xy y x2 y 2
+ r− (y 0 )2 − r− x0 y 0 + 2 (x0 )2
r r r r
¸
+ x2 (x0 )2 + 2xyx0 y 0 + y 2 (y 0 )2
µ ·µ ¶2 ¸
1 0 2 x2 x2 y 2 2
= 4 (x ) r− + 2 +x
r r r
·µ ¶
2 2
¸
0 2 y x2 y 2 2
+ (y ) r− + 2 +y
r r
· µ 2
¶ µ ¶ ¸¶
0 0 1 y 1 x2
− 2x y xy r− + r− −1
r r r r
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 21

Desarrollamos por separado los corchetes:


¡ ¢2
r − x2 r−1 + x2 y 2 r−2 + x2 = r2 − 2x2 + x4 r−2 + x2 y 2 r−2 + x2
¡ ¢
= r2 − x2 + r−2 x4 + x2 y 2
¡ ¢¡ ¢
= y 2 + r−2 x2 x2 + y 2 = y 2 + x2 = r2 .
¡ ¢2
r − y 2 r−1 + x2 y 2 r−2 + y 2 = r2 − 2y 2 + y 4 r−2 + x2 y 2 r−2 + y 2
¡ ¢
= r2 − y 2 + r−2 y 4 + x2 y 2
¡ ¢¡ ¢
= x2 + r−2 y 2 x2 + y 2 = x2 + y 2 = r2 .
¡ ¢
r−1 2r − (x2 + y 2 )r−1 − 1 = 2 − (x2 + y 2 )r−2 − 1 = 0.

2 1 h 2 2
i
Por tanto, |f 0 (γ (t)) γ 0 (t)| = 2 (x0 ) + (y 0 ) , de donde
r
q
1 2 2
|f 0 (γ (t)) γ 0 (t)| = (x0 ) + (y 0 ) .
r
Y esta última igualdad es precisamente lo que querı́amos probar. ¤

En la siguiente sección, damos comienzo a la clasificación de todos los grupos ele-


mentales discretos.

2.1. Grupos elementales discretos de Tipo 1. Si G es elemental discreto


de Tipo 1, podemos suponer sin pérdida de generalidad que cualquier elemento de
2
G fija a j ∈ H 3 . Del Teorema 1.10, se sigue que kgk = 2 para toda g ∈ G, y el
Corolario 1.11 implica que G es finito. Por tanto, G es conjugado a un subgrupo
finito de SO(3) (Corolario 1.5).
Usaremos este último hecho para obtener las posibles estructuras de G.

Definición 2.2. Un punto v ∈ C b es un vértice de G si es fijado por alguna g ∈ G,


(g 6= I). El conjunto de vértices será denotado por V .

Consideremos ahora el conjunto E = {(g, v) ∈ G × V : g (v) = v, g 6= I}. Como


cada g en G (g 6= I) fija exactamente dos vértices, la cardinalidad de este conjunto
es
(2.1) |E| = 2 (|G| − 1) .
Si Gv es el estabilizador de un vértice v, se tiene otra expresión para la cardinalidad
de E:
X
(2.2) |E| = (|Gv | − 1) .
v∈V

G induce una partición de V en órbitas ajenas V1 , V2 , . . . , Vs . Aún más, si con-


sideramos u, v ∈ Vj , sus estabilizadores Gu , Gv en G son conjugados, por lo que
podemos considerar |Gu | = |Gv | = nj , para todas u, v ∈ Vj , y por tanto,
s X
X s
X
|E| = (|Gv | − 1) = |Vj | (nj − 1) .
j=1 v∈Vj j=1
22 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Por la Proposición 1.1, cada órbita G (v) está en correspondencia biyectiva con las
clases laterales de G/Gv . Ası́, para toda v ∈ Vj se tiene que G (v) = Vj , y
|G| |G|
|Vj | = = .
|Gv | nj
Igualando (2.1) y (2.2), y utilizando la identidad anterior, obtenemos
Xs Xs µ ¶
|G| 1
2 (|G| − 1) = (nj − 1) = |G| 1 − ,
j=1
nj j=1
nj
o en forma equivalente,
µ ¶ X s µ ¶
1 1
(2.3) 2 1− = 1− .
|G| j=1
nj
1 1
Excluyendo al grupo trivial, podemos suponer que |G| ≥ 2, ası́ 1 − ≥ , y por
|G| 2
tanto,
µ ¶
1
(2.4) 1≤2 1− < 2.
|G|
1 1
Además, también podemos suponer que nj ≥ 2, por lo que 1 − ≥ , y se tiene
nj 2
entonces que
s µ ¶
s X 1
(2.5) ≤ 1− < s.
2 j=1 nj
Las desigualdades (2.4) y (2.5), junto con (2.3), muestran
µ que
¶ s sólo puede tomar los
1 1
valores 2 o 3. En efecto, si suponemos que s = 1, 2 1 − = 1− < 1. Por otro
|G| n1
µ ¶ X s µ ¶
1 1 s
lado, el suponer que s ≥ 4 nos conduce a 2 1 − = 1− ≥ ≥ 2.
|G| j=1
nj 2
Caso 1: s = 2.
|G| |G| ¯
En este caso, de (2.3) resulta 2 = + , y por tanto, dado que nj ¯ |G|,
n1 n2
|G| = n1 = n2 y |V1 | = |V2 | = 1.
Sólo existen dos vértices y cada uno de ellos es fijado por cada elemento de G. Por
conjugación, podemos suponer que los vértices son 0 e ∞ y G es entonces un grupo
cı́clico finito de rotaciones en C.
i e2πi/5
e4πi/5

e6πi/5
e8πi/5
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 23

Caso 2: s = 3.
1 1 1 2
Aquı́, de (2.3) resulta + + = 1+ , y podemos suponer, sin pérdida
n1 n2 n3 |G|
2
de generalidad, que n1 ≤ n2 ≤ n3 . Si n1 ≥ 3, ≤ 0, por lo que n1 = 2, y
|G|
1 1 1 2
+ = + .
n2 n3 2 |G|
De aquı́, se ve que no puede ser que n3 ≥ n2 ≥ 4, y por tanto, n2 = 2 o n2 = 3. Con
n2 = 2, |G| = 2n3 , n3 > 0. Es decir, para toda n ∈ N, |G| = 2n, |V1 | = |V2 | = n,
|V3 | = 2. En este caso, el grupo resulta ser isomorfo al grupo diédrico D2n .

V3

1 1 2 2
Si n2 = 3, = + . De nuevo, como ≥ 0, n3 ≤ 5. Las soluciones son:
n3 6 |G| |G|
(i) n3 = 3 ⇒ |G| = 12, |V1 | = 6, |V2 | = 4, |V3 | = 4.
(ii) n3 = 4 ⇒ |G| = 24, |V1 | = 12, |V2 | = 8, |V3 | = 6.
(iii) n3 = 5 ⇒ |G| = 60, |V1 | = 30, |V2 | = 20, |V3 | = 12.
Se puede probar que estos grupos son isomorfos a los grupos de rotaciones que
preservan al tetraedro (A4 ), al octaedro (S4 ) y al icosaedro (A5 ), respectivamente.
Ver [6], [5], p 49, o [10], p.172-187.
Resumimos los resultados anteriores en el siguiente Teorema.
Teorema 2.3. Sea G subgrupo de PSL(2, C) elemental discreto de Tipo 1. Entonces
G es conjugado a alguno de los siguientes grupos:
(i) Zn ,
(ii) D2n ,
(iii) A4 , S4 , A5 . ¤

Con esto, los grupos elementales discretos de Tipo 1 quedan totalmente determina-
dos (hasta conjugación). A continuación, se enuncia y demuestra un Teorema que
será útil para distinguir entre los grupos elementales discretos de Tipo 2 y los de
Tipo 3.
Teorema 2.4. Sean f, g ∈ PSL(2, C), con g loxodrómica, y suponga que f y g
tienen exactamente un punto fijo en común. Entonces el grupo generado por f y g
no es discreto.

Demostracion. Sin pérdida de generalidad, podemos suponer que el punto fijo


en común es ∞, y que f, g son de la forma g(z) = αz, f (z) = az + b, con |α| > 1 y
b 6= 0 (si |α| < 1, se puede tomar g −1 ).
24 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Consideremos
g −n f g n (z) = g −n f (αn z) = g −n (aαn z + b) = az + α−n b.
Puesto que |α| > 1, se tiene que
° −n n °2 2 −n 2 2 2
°g f g ° = |a| + |α b| + 1 < |a| + |b| + 1
|a| |a|
es una sucesión acotada de términos distintos, y se sigue del Corolario 1.11 que
hf, gi no puede ser discreto. ¤

2.2. Grupos elementales discretos de Tipo 2. Supongamos ahora que G


es elemental discreto, pero no de Tipo 1. Entonces G debe contener elementos
parabólicos o loxodrómicos. Si G contiene un elemento parabólico con punto fijo
∞, entonces cualquier elemento de G debe fijar ∞ (debido a que las restantes
órbitas son infinitas), y se sigue del Teorema 2.4 que G no puede tener elementos
loxodrómicos (aunque puede contener elementos elı́pticos). Se sigue entonces que
G es de Tipo 2.
Examinemos ahora la estructura general de un grupo discreto de este tipo. Podemos
asumir que todos los elementos de G fijan ∞, es decir, son de la forma g(z) = αz+β.
Por la observación anterior, son parabólicos o elı́pticos (pues g(z) = αz + β es
conjugada a la forma canónica mα si α 6= 1, por medio de h (z) = z + β/(1 − α)),
y G es conjugado a un grupo de isometrı́as euclideanas de C.
Definición 2.3. Sea g ∈ PSL(2, C) de la forma g (z) = αz + β. A α se le llama el
multiplicador de g, y se le denota mediante αg .

Con la definición anterior, αg = 1 si y sólo si g es parabólica o la identidad. También,


dado que las demás trasformaciones son elı́pticas, el conjunto de multiplicadores
S de G es subgrupo de S1 = {z ∈ C : |z| = 1}. Consideremos el homomorfismo
θ : G → S, θ(g) = αg . De la observación anterior, se sigue que el kernel de θ,
T = ker(θ), consiste precisamente del subgrupo de traslaciones de G. Además,
G/T ≈ S = θ (G), y podemos por tanto describir a G mediante descripciones
explı́citas de S y de T .
Lo primero que mostraremos es que S es un grupo cı́clico finito. Por hipótesis, G
contiene al menos una traslación f (z) = z + λ, y si g ∈ G, con g(z) = αz + β,
gf g −1 (z) = gf (α−1 (z − β)) = g(α−1 (z − β) + λ) = z + αλ.
Entonces para toda α ∈ S, G contiene a h(z) = z + αλ. Esto muestra que S es
finito, pues en caso contrario podrı́amos extraer una subsucesión de multiplicadores
2 2 2
distintos {αn : n ∈ N}, y en tal caso, khn k = 2 + |αn λ| = 2 + |λ| para toda n, y
se sigue del Corolario 1.11 que G no puede ser discreto.
Todo α ∈ S es de la forma eϕi , ϕ ∈ (0, 2π]. Sea ϕ0 el mı́nimo de estos exponentes.
Si algún ϕ no es múltiplo entero de ϕ0 , entonces existen p ∈ N, r ∈ R+ tales que
ϕ = pϕ0 + r, con 0 < r < ϕ0 , por lo que e(ϕ−pϕ0 )i = eri ∈ S, lo cual contradice
la elección de ϕ0 . Ası́, S es cı́clico finito, y todo α ∈ S es de la forma e2πri/q , con
0 ≤ r < q.
Ahora, con f y g como antes, se tiene
¡ ¢ ¡ ¢
gf n g −1 (z) = gf n α−1 (z − β) = g α−1 (z − β) + nλ = z + nαλ,
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 25

además, g n (z) = αn z + β 0 , donde β 0 es una expresión en α y β, por lo que


¡ ¢ ¡ ¢
g n f g −n (z) = g n f α−n (z − β 0 ) = g n α−n (z − β 0 ) + λ = z + αn λ.
Con lo anterior, hemos mostrado que G contiene cualquier traslación de la forma
h (z) = z + p (α) λ, donde p es cualquier polinomio con coeficientes enteros en α.
n
En particular, G contiene todas las traslaciones de la forma h (z) = z + (α ± 1) λ.
Esto último implica que |α + 1| ≥ 1 para toda α 6= −1, y que |α − 1| ≥ 1 para
n
toda α 6= 1. En efecto, si α 6= −1 y |α + 1| < 1, entonces lı́m |α + 1| |λ| = 0, y si
n→∞
n
α 6= 1 con |α − 1| < 1, entonces lı́m |α − 1| |λ| = 0. En cualquiera de estos casos,
n→∞
se contradice el Corolario 1.11, y G no puede ser discreto.
Hemos llegado pues a las siguientes desigualdades:
(i) |α − 1| ≥ 1 siempre que α 6= 1, y
(ii) |α + 1| ≥ 1 para toda α 6= −1.

Si reescribimos la desigualdad (i) con α = e2πi/q ,


µ ¶2 µ ¶2
2 2π 2π
|α − 1| ≥ 1 ⇐⇒ |α − 1| ≥ 1 ⇐⇒ cos − 1 + sen
q q
µ ¶
2π 2π 1
= 2 1 − cos ≥ 1 ⇐⇒ cos ≤ .
q q 2
1 1
Supongamos que q ≥ 7. Entonces < y como coseno es decreciente en [0, π],
q 6
2π π 1
cos > cos = .
q 3 2
Por lo que se sigue que q ≤ 6.
Por otro lado, de la desigualdad (ii), con α = e2πri/q
µ ¶2 µ ¶2
2 2πr 2πr
|α + 1| ≥ 1 ⇐⇒ |α + 1| ≥ 1 ⇐⇒ cos + 1 + sen
q q
µ ¶
2πr 2πr 1
= 2 1 + cos ≥ 1 ⇐⇒ cos ≥− .
q q 2
4π 2π 1
Tomando q = 5, r = 2, se tiene que cos < cos = − , lo cual excluye el caso
5 3 2
q = 5.

i
e2πi/3 eπi/3
e4πi/5
e2πi/q , q ≥ 7

−1 1
26 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

© ª
Ası́, hemos mostrado que S = 1, ω, ω 2 , . . . , ω q−1 , con ω = e2πi/q , q ≤ 6, q 6= 5.
Ahora, describiremos T . Consideremos el conjunto
Λ = {λ ∈ C : g (z) = z + λ ∈ G} ,
y sea Λ = Λ \ {0}. Como G es discreto, existe λ ∈ Λ∗ de módulo mı́nimo (si no es

ası́, existirı́a una sucesión {λn } ⊂ Λ∗ tal que lı́m λn = 0, por lo que se tendrı́a una
n→∞
2 2
sucesión de transformaciones {gn : n ∈ N} tales que lı́m kgn k = 2 + |λn | = 2,
n→∞
y se sigue del Corolario 1.11 que G no puede ser discreto). Si Λ = {nλ : n ∈ Z},
entonces se tiene que
T = {z 7→ z + nλ : n ∈ Z} ,

o bien existe µ ∈ Λ \ {nλ : n ∈ Z} de módulo mı́nimo con |µ| ≥ |λ|. El conjunto
de las traslaciones {z 7→ z + nλ + mµ : n, m ∈ Z} está contenido en G. Hay que
mostrar que este conjunto es precisamente T . Es claro que µ no es un múltiplo
real de λ, pues si lo fuera, existirı́an k ∈ Z, δ ∈ (0, 1) tales que µ = (k + δ) λ, y
µ − kλ = δλ es tal que δ |λ| < |λ|, lo cual contradice la elección de λ.
Se sigue que λ y µ generan a C como espacio vectorial sobre R. Si f (z) = z + γ
está en· G, podemos
¸ escribir γ = aλ + bµ, con a = n0 + x, b = m0 + y, n0 , m0 ∈ Z,
−1 1
x, y ∈ , . Se tiene entonces que γ − (n0 λ + m0 µ) ∈ Λ, y dado que λ y µ son
2 2
linealmente independientes,
1
|γ − (n0 λ + m0 µ)| = |xλ + yµ| < |xλ| + |yµ| ≤ (|λ| + |µ|) ≤ |µ| ,
2
lo cual contradice la elección de un elemento con módulo mı́nimo. Por tanto, T
consiste de traslaciones de la forma z 7→ z + nλ + mµ, n, m ∈ Z.
Ahora estamos en condiciones de describir a G. Sea ω ∈ S, ω = e2πi/q , y tomem-
os g ∈ G con multiplicador ω. Entonces g, g 2 , . . . , g q−1 tienen multiplicadores
ω, ω 2 , . . . , ω q−1 , y G tiene una descomposición en clases laterales G = T ∪ T g ∪
T g 2 ∪ . . . ∪ T g q−1 , pues como se vió antes, G/T ≈ S.
Esto muestra que cualquier elemento g de G es de la forma
g (z) = ω k z + nλ + mµ,
con k, m, n ∈ Z, 0 < q ≤ 6, q 6= 5.
Supongamos ahora que G contiene un elemento loxodrómico g. Conjugando, pode-
mos suponer que g fija 0 e ∞, es decir, g (z) = αz, α 6= 0, |α| 6= 1. Como G es de
Tipo 2, todo elemento de G fija 0 (o ∞), y en consecuencia, se sigue del Teorema 2.4
que G no tiene elementos parabólicos. Con la notación de la Definición 2.3 para el
multiplicador de g, consideremos el homomorfismo θ : G → R+ , θ (g) = |αg |. En
esta ocasión, E = ker (θ) consiste de las transformaciones elı́pticas de G. Dado que
G es discreto, puede mostrarse como antes que E es cı́clico finito, generado por
alguna T (z) = e2πi/q z, q ∈ N.
Consideremos ahora el conjunto de imágenes {|αg | : g ∈ G}. Este conjunto no se
puede acumular en 1. En efecto, supongamos que existe una sucesión tal que
lı́m |αn | = 1. Se sigue entonces que existen transformaciones distintas gn (z) = αn z
n→∞
tales que µ ¶
2 1
lı́m kgn k = lı́m |αn | + = 2,
n→∞ n→∞ |αn |
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 27

y esto contradice de nuevo el Corolario 1.11, y por tanto, G no puede ser discreto.
Podemos entonces definir λ = min {|αg | > 1}.
Afirmación. θ (G) = {λn : n ∈ Z}.

Demostracion. Supongamos que existe µ ∈ θ (G) que no es potencia entera de


λ. Existe entonces m ∈ Z tal que λm < µ < λm+1 . Pero esto es equivalente a
1 < µλ−m < λ, y entonces µλ−m ∈ θ (G), lo cual contradice la elección de λ. ¤

Sea g ∈ G con multiplicador α (|α| = λ), y denotemos con G0 al grupo generado por
S k 0
q−1
g. Por la sucesión exacta, G tiene una descomposición en clases laterales T G,
k=0
y todos los elementos de G son de la forma g (z) = ω k αn z, ω = e2πi/q , k =
0, 1, . . . , q − 1, y n ∈ Z. En este caso, G es infinito.

2.3. Grupos elementales discretos de Tipo 3. Consideremos ahora el grupo


elemental discreto de Tipo 3. Conjugando, podemos suponer que el grupo G deja
invariante el conjunto {0, ∞}. Si denotamos por G0 al subgrupo de G que deja fijos
a 0 e ∞, entonces G0 es de Tipo 2. Si G = G0 , no hay nada por hacer, ası́ que
podemos suponer que G0 es subgrupo propio de G. Entonces, existe h ∈ G tal que
h (0) = ∞, h (∞) = 0. Cualquier transformación que cumple esta condición es de la
b 1
forma h (z) = . A continuación, vamos a mostrar que podemos escoger h (z) = .
z √ z
En efecto, conjuguemos h con g (z) = bz,
µ ¶ Ã√ !
³√ ´ b b 1
−1 −1 −1 −1
g hg (z) = g h bz = g √ =g = .
bz z z
Sólo basta observar que g deja fijos 0 e ∞, con lo que la afirmación queda demostra-
da.
Si f ∈ G intercambia {0, ∞}, entonces hf ∈ G0 y por tanto G0 tiene ı́ndice 2 en
G. Se concluye que G tiene una descomposición en clases laterales
G0 ∪ G0 h. Por tanto, cualquier elemento de G es de la forma g (z) = ω k αn z, o
ω k αn
g (z) = , con ω = e2πi/q , 0 ≤ k ≤ q − 1, y n ∈ Z.
z
Con esto terminamos la clasificación de todos los grupos elementales discretos.
Observación 2.2. Algunos autores usan otra clasificación. Por ejemplo, en [13], p.
180-188, se clasifican los grupos elementales en elı́pticos, parabólicos e hiperbólicos.
Esta última clasificación es excluyente, a diferencia de la presentada en esta tésis,
como muestran los siguientes ejemplos.
Ejemplo 2.2. Consideremos las transformaciones
1
f (z) = e2πi/n z, h (z) = .
z
(a) G = hf i ≈ Zn . G es de Tipo 1 ya que fija (0, 0, 1) ∈ H 3 , y es de Tipo 2
b
pues tiene una órbita de longitud 1 en C.
(b) G = hf, hi ≈ D2n . G es de Tipo 1 por tener un punto fijo en H 3 , y es de
b
Tipo 3 pues tiene una órbita de longitud 2 en C.
28 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Mostramos otros ejemplos de grupos elementales.


Ejemplo 2.3. Sean f, g ∈ PSL(2, C) elı́pticas de orden 2. Entonces el grupo G =
hf, gi es elemental. Para mostrar esto, supongamos que f y g no tienen puntos
fijos en común, pues en este caso claramente G es elemental. Dado α punto fijo
de f g, el conjunto {α, g(α), f (α)} es una G-órbita finita. Esto es consecuencia de
k
que cualquier elemento h ∈ G es de la forma g(f g)k , (f g) f, (f g)k , o (gf )k , con
k ∈ Z. Se tiene entonces que
k
g (f g) (α) = g (α) ,
k k
(f g) f = f (gf ) (α) = f (α) ,
(f g)k (α) = α,
(gf )k (α) = α,
por lo que G es elemental.

Obsérvese que el grupo G ası́ construido no necesariamente es discreto, como se


muestra enseguida.
Ejemplo 2.4. Sea ϕ irracional, y consideremos las transformaciones f (z) = −z, y
(cos ϕπ) z + sen ϕπ
g (z) = . Es claro que ambas son elı́pticas de orden 2, y además
(sen ϕπ) z − cos ϕπ
− (cos ϕπ) z + sen ϕπ (cos ϕπ) z − sen ϕπ
gf (z) = g (−z) = = .
− (sen ϕπ) z − cos ϕπ (sen ϕπ) z + cos ϕπ
Como tr2 (gf ) = 4 cos2 ϕπ = tr2 (h), donde h(z) = e2ϕπi z, gf es conjugada a h por
el Teorema 1.12, y por tanto, gf es de orden ∞. Se sigue entonces que G no puede
ser discreto.

Este ejemplo muestra también que si se toman f y g de manera adecuada, gf puede


tener cualquier orden que escojamos previamente.
El último resultado del Capı́tulo se refiere al comportamiento de un tipo particular
de grupos elementales de Tipo 2.
Proposición 2.5. Sea G < PSL(2, C) un grupo elemental con elementos parabóli-
cos. Si el subgrupo de elementos parabólicos es cı́clico, entonces cualquier elemento
elı́ptico es de orden 2.

Demostración. Sin pérdida de generalidad, podemos suponer que el punto fijo


de los elementos parabólicos es ∞. Sea f (z) = αz un elemento elı́ptico, es decir,
|α| = 1, con α 6= 1. Si g (z) = z + t es generador de T , entonces
f gf −1 (z) = f g(α−1 z) = f (α−1 z + t) = α(α−1 z + t) = z + αt.
Como f gf −1 es parabólica, se tiene que f gf −1 = g k para alguna k ∈ Z, por lo que
f gf −1 (z) = z + kt. Por tanto, α = −1, y f es de orden 2. ¤

Con este resultado, terminamos la discusión sobre los grupos elementales. En el


siguiente Capı́tulo, comenzaremos a estudiar los grupos no elementales.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 29

3. Grupos no elementales y grupos discontinuos

En el presente capı́tulo, estudiaremos el concepto de acción discontinua de un sub-


grupo G de PSL(2, C) en H 3 y en C. b Consideraremos principalmente el caso de los
subgrupos no elementales.

3.1. Grupos no elementales. Comenzamos el Capı́tulo con un resultado que


nos proporciona una condición necesaria para que un grupo sea no elemental. Tam-
bién, este Teorema nos muestra qué tan complejos son estos grupos.
Teorema 3.1. Sea G un subgrupo de PSL(2, C) no elemental. Entonces, existe
una familia infinita de elementos loxodrómicos, tales que cualesquiera f , g en esta
familia no tienen puntos fijos en común.

Demostracion. Sea G no elemental, y supongamos que no contiene elementos


loxodrómicos. Necesariamente, G contiene al menos un elemento parabólico f (pues
de no ser ası́, G consistirı́a sólo de elementos elı́pticos y la identidad, y por el
Teorema 1.16, serı́a elemental de Tipo 1). Después de conjugar, podemos suponer
az + b
que f es la traslación f (z) = z + 1. Si consideramos a g ∈ G, g (z) = , con
cz + d
ad − bc = 1, se tiene que
az + b az + b + n (cz + d) (a + nc) z + b + nd
f n g (z) = +n= = , y
cz + d cz + d cz + d
2
tr2 (f n g) = (a + d + nc) .
Dado que f n g no es loxodrómica, se sigue que para toda n, tr2 (f n g) es real y
2
0 ≤ (a + d + nc) ≤ 4,
lo que implica que c = 0. Entonces cualquier elemento de G fija a ∞, y por tan-
to, G es elemental, lo que contradice nuestra hipótesis, y hemos mostrado que G
necesariamente contiene elementos loxodrómicos.
Para demostrar el Teorema, sea g ∈ G loxodrómica con puntos fijos α y β. Dado
que G es no elemental, existe f ∈ G tal que no deja invariante al conjunto {α, β}.
De esto se derivan dos casos:
(i) {α, β} y {f (α), f (β)} son ajenos, o
(ii) {α, β} y {f (α), f (β)} tienen exactamente un punto fijo en común.
En (i), g y g1 = f gf −1 son loxodrómicas sin puntos fijos en común. Se sigue que
para toda n ∈ N, las transformaciones g n g1 g −n no tienen puntos fijos en común con
g (los puntos fijos de g n g1 g −n son g n f (α) y g n f (β)), y esta es la familia infinita
que se buscaba.
En (ii), g y g1 = f gf −1 tienen exactamente un punto fijo en común (digamos α).
Por el Teorema 1.14 (ii) (b), p = [g, g1 ] es parabólica con punto fijo α. Por ser G
no elemental, existe h ∈ G tal que h(α) 6= α y por tanto, q = hph−1 es parabólica
y no fija a α. Tenemos pues dos subcasos:
(a) h(α) 6= β;
(b) h(α) = β.
30 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

En (a), puesto que el punto fijo de q es h(α), que es distinto de α y de β, se


sigue del Teorema 1.17 (i) que q n (α) → h(α), q n (β) → h(α), por lo que para
n ≥ n0 , q n (α) 6= α, q n (β) 6= β, y podemos aplicar (i) a g y q n gq −n .
α

h(α) q (α)
n

q n (β)
β

En (b), dado que g y q tienen un punto fijo en común (h(α) = β), basta observar
que los puntos fijos de g1 = f gf −1 son f (α) = α y f (β) 6= β.
f (α) = α
f (β)

q n (f (α))
q (f (β))
n

h(α) = β

Como antes, se sigue del Teorema 1.17 (i) que q n (α) → h(α), q n (f (β)) → h(α), y
por tanto existe n0 tal que para n ≥ n0 , q n (f (α)) 6= f (α), y q n (f (β)) 6= f (β), y
podemos aplicar (i) a g1 y q n g1 q −n . ¤

El Teorema anterior describe a los grupos no elementales. Más aún, exhibe otra
caracterización de los grupos elementales.
Proposición 3.2. Un grupo G < PSL(2, C) es elemental si y sólo si para cua-
lesquiera f, g ∈ G, el grupo hf, gi es elemental.

Demostracion. ⇒) Sea G < PSL(2, C) elemental. Entonces existe una G-órbi-


ta finita {x1 , ..., xn }. Como la órbita de x1 bajo hf, gi es un subconjunto de
{x1 , ..., xn }, hf, gi es elemental.
⇐) Por el Teorema 3.1, si G < PSL(2, C) es no elemental, entonces existen f, g ∈ G
loxodrómicas sin puntos fijos en común, lo que implica que cualquier órbita es
infinita, y por tanto, hf, gi es no elemental. ¤

3.2. Grupos discontinuos. Un concepto importante en el presente trabajo es


el de grupo discontinuo. La definición precisa de este concepto es la siguiente.
Definición 3.1. Sean X un espacio métrico y G un grupo de homeomorfismos
de X en X. G actúa discontinuamente en X si y sólo si dado cualquier conjunto
compacto K ⊂ X, se tiene que g (K) ∩ K 6= ∅ para solamente un número finito de
elementos de G.

La siguiente proposición nos proporciona una serie de criterios para decidir si existe
o no una acción discontinua.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 31

Proposición 3.3. Sean X un espacio métrico y G un grupo que actúa discontin-


uamente en X. Entonces, las siguientes afirmaciones son ciertas:
(i) Todo subgrupo H < G actúa discontinuamente en X.
(ii) Si ϕ : X → Y es un homeomorfismo, entonces ϕGϕ−1 actúa discontinua-
mente en Y .
(iii) Si Y ⊂ X es un conjunto G-invariante, entonces G actúa discontinuamente
en Y .
(iv) Si x ∈ X y g1 , g2 , . . . es una colección de elementos distintos de G,
entonces la sucesión g1 (x) , g2 (x) , . . . no puede converger a ninguna y ∈
X.
(v) Si x ∈ X, entonces el estabilizador Gx es finito.
(vi) Si X ⊆ Rn , entonces G es a lo sumo numerable.

Demostracion. (i) Se sigue inmediatamente de la definición.


(ii) Sea ϕ : X → Y un homeomorfismo. Cualquier K 0 ⊂ Y compacto es la imagen
bajo ϕ de un compacto K ⊂ X (K = ϕ−1 (K 0 ) ). Se tiene entonces
(3.1) ϕgϕ−1 (K 0 ) ∩ K 0 = ϕg (K) ∩ ϕ (K) = ϕ (g (K) ∩ K) .
Por hipótesis, G actúa discontinuamente en X, es decir, g (K) ∩ K = ∅ para casi
toda g ∈ G, por lo que se sigue de (3.1) que ϕ Gϕ−1 actúa discontinuamente en Y .
(iii) Si Y ⊂ X, no es difı́cil mostrar que cualquier compacto K ⊂ Y es compacto
en X, por lo que esta parte se sigue inmediatamente de la definición.
(iv) Supongamos que para x, y ∈ X, la sucesión g1 (x), g2 (x), g3 (x), . . . converge
a y. Entonces el conjunto K = {y, x, g1 (x), g2 (x), g3 (x), . . .} es compacto. Por
hipótesis, los gn son distintos, y gn (K) ∩ K 6= ∅ para toda n, por lo que G no puede
actuar discontinuamente en X.
(v) Para toda x ∈ X, {x} es compacto, y de la Definición 3.1, Gx es necesariamente
finito.
(vi) Por la Proposición 1.1, existe una correspondencia biyectiva entre las clases
laterales de G/Gx y la órbita G(x). Dado que Gx es finito, G es a lo sumo numerable
si y sólo si G(x) lo es. Supongamos que G(x) no es numerable.
Afirmación. Si G(x) no es numerable, entonces tiene un punto de acumulación
y ∈ Rn .
Demostracion de la Afirmacion. Supongamos que todos los puntos de G(x)
son aislados. Entonces, para cada v ∈ G(x), podemos elegir vecindades N (v, εv )
tales que N (v, εv )∩N (u, εu ) = ∅, si u 6= u. Ahora, en cada una de estas vecindades,
escogemos un punto con coordenadas racionales, y ponemos en correspondencia el
centro de la vecindad con este punto. Pero esto es absurdo, pues para toda n, el
conjunto de puntos con coordenadas racionales en Rn es numerable. Por tanto,
G (x) tiene al menos un punto de acumulación. ¤
Una vez que hemos mostrado que G(x) tiene un punto de acumulación y, podemos
extraer una sucesión g1 (x), g2 (x), g3 (x), . . . que converge a y, por lo que G no
puede actuar discontinuamente en X. ¤
b 3 con la topologı́a
En lo que sigue, consideraremos a X como un subespacio de R
inducida por la métrica euclideana.
32 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

3.3. Grupos Kleinianos. El siguiente teorema establece la relación entre los


subgrupos discretos de
PSL(2, C) y la acción discontinua en H 3 .
Teorema 3.4. Un subgrupo G < PSL(2, C) es discreto si y sólo si actúa discon-
tinuamente en H 3 .

Demostracion. ⇒) Sea G < PSL(2, C) discreto. Entonces G es a lo más numer-


able (Corolario 1.7). Si G es finito, se sigue inmediatamente de la Definición 3.1 que
G actúa discontinuamente en H 3 , por lo que podemos suponer que G no es finito,
es decir
G = {g1 , g2 , g3 , . . .} .
Como G es discreto, se tiene del Corolario 1.8 que lı́m kgn k = ∞, y por el Coro-
n→∞
lario 1.11,
(3.2) lı́m ρ(j, gn (j)) = ∞.
n→∞

Consideremos ahora un compacto K ⊂ H 3 . Existe una bola hiperbólica


© ª
B = x ∈ H 3 : ρ (x, j) < k
tal que K ⊂ B.

g(B)

B g(K)
K
g(j)
j

Si g (K) ∩ K 6= ∅, entonces g(B) ∩ B 6= ∅, y se sigue de la desigualdad del triángulo


que
ρ (j, g(j)) < 2k.
Por (3.2), esto sólo puede ocurrir para un número finito de elementos g ∈ G, y se
sigue que G actúa discontinuamente en H 3 .
⇐) Sea G < PSL(2, C) un grupo que actúa discontinuamente en H 3 (o en un abierto
conexo de C b ), y supongamos que G no es discreto. Se sigue entonces que existen
matrices A1 , A2 , A3 , . . . ∈ SL(2, C), que determinan elementos distintos de G:
gA1 , gA2 , gA3 , . . ., tales que lı́m An = I. Pero esto implica que lı́m gAn (x) = x
n→∞ n→∞
para toda x ∈ H 3 , y esto contradice el resultado de la Proposición 3.3 (iv), por lo
que el grupo no puede actuar discontinuamente en H 3 . Por tanto, G es discreto. ¤
Definición 3.2. Un subgrupo discreto de PSL(2, C) recibe el nombre de kleiniano.

De la demostración anterior, se deduce una relación entre grupos discretos y acción


b
discontinua en subconjuntos abiertos de C.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 33

Corolario 3.5. Si G es un subgrupo de PSL(2, C) que actúa discontinuamente en


b entonces G es discreto.
algún abierto no vacı́o D ⊂ C, ¤

Desafortunadamente, el inverso es falso. Existen grupos discretos que no actuan


b El siguiente lema establece un
discontinuamente en ningún abierto no vacı́o de C.
criterio que excluye la posibilidad de una acción discontinua, lo cual nos permi-
tirá mostrar un ejemplo.

Lema 3.6. Sean G < PSL(2, C) y D ⊆ C b un abierto conexo que contiene un punto
fijo v de algún elemento parabólico o loxodrómico g de G. Entonces G no actúa
discontinuamente en D.

Demostracion. Si g es parabólica o loxodrómica, el estabilizador Gv contiene las


iteraciones g n , por lo que es infinito, y por la Proposición 3.3 (v), G no puede actuar
discontinuamente en D. ¤

Ejemplo 3.1. El anillo de los enteros gaussianos es el conjunto:


Z [i] = {a + ib ∈ C : a, b ∈ Z} .
Se define el grupo de Picard como el conjunto de las transformaciones de la forma
az + b
z 7−→ , a, b, c, d ∈ Z[i], ad − bc = 1.
cz + d
p + iq
Claramente G es un subgrupo discreto de PSL(2, C). Sea w = , con p, q, r ∈
r
Z, r > 0. Como el conjunto de estos complejos es precisamente Q × Q, se tiene que
b Consideremos ahora la transformación
es denso en C.
¡ ¢
1 − wr2 z + r2 w2
h (z) = .
−r2 z + 1 + wr2
Se tiene que tr(h) = 1 − wr2 + 1 + wr2 = 2, y det(h) = 1 − w2 r4 + r4 w2 = 1, por
lo que h ∈ G, es parabólica y
(1 − wr2 )w + r2 w2
h(w) = = w.
−r2 w + 1 + wr2
Se sigue del Lema 3.6 que G no puede actuar discontinuamente en ningún abierto
b
no vacı́o de C.

3.4. Los conjuntos lı́mite y ordinario. Nuestro objetivo actual es estudiar


la situación en que un grupo discreto actúa discontinuamente en algún abierto no
b Puesto que la siguiente discusión estará basada en los puntos fijos de los
vacı́o de C.
elementos loxodrómicos de G, primero veremos el caso de los grupos no elementales,
y más adelante, trataremos la situación de los grupos elementales.
El siguiente resultado establece un criterio para localizar los puntos fijos de los
elementos loxodrómicos.
¡ ¢
Lema 3.7. Sean Σ un disco abierto en C,b y g ∈ PSL(2, C). Suponga que g Σ ⊂ Σ.
¡ ¢
Entonces g es loxodrómica y tiene un punto fijo v ∈ g Σ .
34 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

¡ ¢
Demostracion. Por la hipótesis g Σ ⊂ Σ, los puntos fijos de g no están en ∂Σ.
Sin pérdida de generalidad, podemos suponer que g(∞) = ∞, con lo que ∂Σ es
un cı́rculo euclideano. Si g es elı́ptica o parabólica, g es una isometrı́a
¡ ¢ euclideana
(pues estamos suponiendo que fija a ∞), y no puede ser que g Σ ⊂ Σ, por lo que
g es necesariamente loxodrómica. Para cualquier w que no es punto fijo de g, las
imágenes de las iteraciones g n (w) , n ∈¡ Z,¢ se acumulan en los puntos fijos de g
(Teorema 1.17 (ii)). Si w ∈ Σ, g n (w) ∈ g Σ para toda n ∈ Z, por lo que existe un
¡ ¢
punto fijo v ∈ g Σ . ¤

Con este resultado, estamos listos para estudiar la acción discontinua en subcon-
b
juntos abiertos y conexos de C.
Definición 3.3. Sean G < PSL(2, C) no elemental (no necesariamente discreto),
y Λ0 el conjunto de puntos fijos de las transformaciones loxodrómicas de G. A la
cerradura de Λ0 se le llama el conjunto lı́mite de G, y se le denota Λ(G). El conjunto
ordinario de G, Ω(G), es el complemento de Λ(G) en C. b

Normalmente, escribiremos Λ y Ω sin mención explı́cita del grupo G. El siguiente


lema nos muestra la relación que existe entre los conjuntos lı́mite de un grupo y de
sus grupos conjugados.
Lema 3.8. Sean G < PSL(2, C), y h ∈ PSL(2, C). Entonces
¡ ¢
Λ hGh−1 = h (Λ (G)) .

Demostracion. Sea w ∈ h (Λ (G)), es decir, h−1 (w) ∈ Λ (G). Existen entonces


w1 , w2 , . . . ∈ Λ0 (G) tales que lı́m wn = h−1 (w). Como cada wn es punto fijo
n→∞
de gn ∈ G loxodrómica, ¡se sigue¢ que hgn h−1 es loxodrómica y fija a h (wn ). Esto
implica que h (wn ) ∈ Λ0 hGh−1 . Además, por continuidad, lı́m h (wn ) = w, por
¡ ¢ n→∞
lo que w ∈ Λ hGh−1 .
¡ ¢
Inversamente,
¡ ¢ supongamos que w ∈ Λ hGh−1 . Entonces existen w1 , w2 , . . . ∈
Λ0 hGh−1 tales que lı́m wn = w. De nuevo, cada wn es punto fijo de hgn h−1
n→∞
loxodrómica, por lo que gn es loxodrómica y fija a h−1 (wn ). Por tanto, h−1 (wn ) ∈
Λ0 (G), y por continuidad, lı́m h−1 (wn ) = h−1 (w), de donde se sigue que h−1 (w) ∈
n→∞
Λ (G), es decir, w ∈ h (Λ (G)). ¤
Teorema 3.9. Para cualquier grupo no elemental G < PSL(2, C), el conjunto
lı́mite Λ es el mı́nimo conjunto cerrado no vacı́o G-invariante. Además, Λ es per-
fecto.

Demostracion. Por el Teorema 3.1, cualquier grupo G < PSL(2, C) no elemental


contiene elementos loxodrómicos, por lo que Λ 6= ∅. Además, por definición, Λ es
cerrado. Para mostrar que Λ es G-invariante, sea w ∈ Λ0 , es decir, existe h ∈ G que
fija a w. Para cualquier g ∈ G, g (w) es punto fijo de ghg −1 , por lo que g (Λ0 ) ⊂ Λ0 ,
y esto muestra que Λ0 , y por tanto Λ, es G-invariante.
Sea E ⊆ C b un cerrado no vacı́o G-invariante. Puesto que G es no elemental,
cualquier órbita es infinita, y por tanto, E es infinito. Sean g ∈ G loxodrómica
y v uno de sus puntos fijos. Consideremos w ∈ E que no es fijado por g. La órbita
{g n (w) : n ∈ Z} se acumula en los puntos fijos de g (Teorema 1.17 (ii)). Dado que
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 35

E es cerrado, v ∈ E y Λ0 ⊂ E. Entonces Λ ⊂ E, y por tanto, Λ es el mı́nimo


conjunto cerrado que es G-invariante.
Para mostrar que Λ es perfecto, es suficiente mostrar que Λ0 no tiene puntos ais-
lados, o equivalentemente, que cualquier u ∈ Λ0 es punto de acumulación. Pero
entonces el argumento anterior (considerando w ∈ Λ0 ) muestra que todos los pun-
tos de Λ0 son de acumulación, por lo que Λ es perfecto. ¤

Si consideramos la hipótesis adicional de que el grupo G sea discreto, el Teorema


anterior nos muestra que el conjunto numerable Λ0 es denso en el conjunto perfecto
(y por tanto, no numerable) Λ. El siguiente ejemplo muestra que sin esta hipótesis,
Λ0 puede ser no numerable.
Ejemplo 3.2. Si consideramos G = PSL(2, C), G es no elemental y claramente, no
es discreto. Dado w ∈ C, siempre podemos encontrar f ∈ G loxodrómica con punto
fijo w. En efecto, si h(z) = z − w, y g(z) = kz, con |k| 6= 0, 1, entonces f = h−1 gh
es loxodrómica y fija a w, lo cual muestra que, en este caso, Λ0 = C.b
Teorema 3.10. Sean G subgrupo de PSL(2, C) no elemental, y O1 , O2 abiertos
ajenos que intersectan a Λ. Entonces existe g ∈ G loxodrómica con un punto fijo
en O1 y un punto fijo en O2 .

Demostracion. Por definición, Λ es la cerradura del conjunto de puntos fijos de


las transformaciones loxodrómicas de G, por lo que existen p, q ∈ G loxodrómicas,
tales que p tiene un atractor en O1 y q tiene un atractor en O2 . Por el Teorema 3.1
sabemos que existe f ∈ G loxodrómica con puntos fijos α y β, y que ninguno de
ellos es fijado por p. Supongamos que α es el atractor de f , y que β es el repulsor.
Para toda m ∈ N, sea gm = pm f p−m . Los puntos fijos de gm son pm (α) y pm (β),
y como p no fija a α ni a β, existe m0 > 0 tal que si m ≥ m0 , pm (α) , pm (β) ∈ O1 .
Sean g = pm0 f p−m0 , α1 = pm0 (α) y β1 = pm0 (β). Es inmediato notar que α1 y
β1 son el atractor y el repulsor de g respectivamente.
Por otra parte, como q tiene un atractor en O2 , q r (α1 ) ∈ O2 para r suficientemente
grande. Para esta r, escribimos h = q r y α2 = h (α1 ).
Como O1 , O2 son abiertos, podemos escoger discos abiertos E, K tales que
β1 ∈ E ⊂ E ⊂ O1 ,

α2 ∈ K ⊂ K ⊂ O2 .

O1 O2
E
β1
h K
−−−−→
α2 = h(α1 )

α1
36 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Como el repulsor de g, β1 ∈ / K, se sigue del Teorema 1.17 (ii) que g n (z) → α1


uniformemente en K . Además,
¡ ¢ como h−1 (K) es una vecindad abierta de α1 , existe
n −1
n0 tal que si n ≥ n0 , g K ⊂ h (K), es decir,
¡ ¢
(3.3) hg n K ⊂ K.
¡ ¢
Por otra parte, α2 = h (α1 ) ∈ / h−1 E .
/ E, lo que implica que el atractor de g, α1 ∈
−n
De nuevo,
¡ ¢ se sigue del Teorema 1.17 (ii) que g (z) → β1 uniformemente en
−1
h E . Además, se eligió E de manera que fuera una vecindad abierta de β1 ,
por lo que existe n1 tal que si n ≥ n1 ,
¡ ¢
(3.4) g −n h−1 E ⊂ E.
Sea n = max (n0 , n1 ). Con n ası́ determinada, se cumplen las contenciones (3.3) y
(3.4). Se sigue del Lema 3.7 que hg n es loxodrómica con un punto fijo en K, y que
−1
g −n h−1 = (hg n ) tiene un punto fijo en E. ¤

En los Teoremas 3.9 y 3.10 no se hizo ningún supuesto sobre si el grupo era o no
discreto. Si se añade esta hipótesis, veremos en el Teorema 3.13 que podemos de-
scribir al conjunto lı́mite Λ en términos de cualquier órbita G (z). Como preparativo
necesitamos una definición.
Definición 3.4. Sea G < PSL(2, C). Para z ∈ C, b ΛG (z) es el conjunto de los
puntos w ∈ C b con la propiedad de que existe una colección de transformaciones
distintas gn ∈ G, n ∈ N tales que lı́m gn (z) = w.
n→∞

Observación 3.1. De acuerdo a la definición anterior, es claro que ΛG (z) ⊂ G (z).


Además, es importante observar que no se pide que las imágenes gn (z) sean distin-
tas. Por lo general, escribiremos Λ (z).
¡ ¢
En el Lema 3.8 se estableció la relación entre los conjuntos lı́mite Λ (G) y Λ hGh−1 .
De manera análoga, el Lema 3.11 establece la relación entre ΛG (z) y ΛhGh−1 (h (z)).
Lema 3.11. Sean G < PSL(2, C), y h ∈ PSL(2, C). Entonces ΛhGh−1 (h (z)) =
h (ΛG (z)).

Demostracion. Sea w ∈ ΛhGh−1 (h (z)). Por la Definición 3.4, existe entonces una
colección de transformaciones distintas hgn h−1 ∈ hGh−1 , n ∈ N tales que
lı́m hgn h−1 (h (z)) = lı́m hgn (z) = w.
n→∞ n→∞

Se tiene entonces por continuidad que lı́m gn (z) = h−1 (w), de donde se sigue que
n→∞
h−1 (w) ∈ ΛG (z). Por tanto w ∈ h (ΛG (z)).
Inversamente, sea w ∈ h (ΛG (z)), o equivalentemente, h−1 (w) ∈ ΛG (z). Esto es,
existen distintas gn ∈ G, n ∈ N tales que lı́m gn (z) = h−1 (w). Se sigue entonces
n→∞
que lı́m hgn (z) = lı́m hgn h−1 (h (z)) = w, y como las transformaciones hgn h−1 ∈
n→∞ n→∞
hGh−1 , n ∈ N son distintas, esto implica que w ∈ ΛhGh−1 (h (z)). ¤

En general, no sucede que Λ(z) = Λ para toda z ∈ C. El siguiente ejemplo muestra


que si el grupo no es discreto, no se cumple la igualdad.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 37

Ejemplo 3.3. Sean B 2 el disco unitario,¡ S1 ¢= ∂B 2 , y G < PSL(2, C) el grupo


que deja invariante a B 2 , es decir, G = M B 2 (Definición 1.13). Este grupo es no
elemental, y como contiene cualquier rotación, no es discreto.
Sean w ∈ C \ {0} , w = reiθ , r > 0, 0 < θ ≤ 2π, y { ϕ1 , ϕ2 , . . . , ϕk , . . .} una
sucesión tal que lı́m ϕk = θ. Por tanto, si gk (z) = eiϕk z, lı́m gk (r) = reiθ = w.
k→∞ k→∞
b \ B2,
Con esta información, junto con el hecho de que G es transitivo en B 2 y en C
podemos concluir que:


 B2 si z ∈ B 2 ,



Λ (z) = S1 si z ∈ S1 ,




 b b \ B2.
C \ B 2 si z ∈ C

Por otra parte, es fácil probar que si z ∈ B 2 es punto fijo de g ∈ G hiperbólica,


entonces z ∈ S1 , y viceversa, todo z ∈ S1 es punto fijo de algún elemento hiperbólico
g ∈ G, por lo que Λ = S1 .

El siguiente Lema exhibe una constante de Lipschitz para transformaciones de


Möbius en términos de la métrica cordal.
Lema 3.12. Sea K un conjunto compacto en una región D en C, y F una familia
de transformaciones de Möbius que omite los valores 0 e ∞ en D. Entonces existe
una constante m > 0 tal que
md(z, w)
d (g(z), g(w)) ≤ 2
kgk
para todas z, w ∈ K y toda g ∈ F .

az + b
Demostracion. Sean g (z) = , con ad − bc = 1, y m1 definido por
cz + d
2m1 = inf {d (z, w) : z ∈ K, w ∈
/ D} .
−1
Por hipótesis, g (∞) ∈
/ D. Si suponemos que c 6= 0, se sigue que para toda z ∈ K,
¡ ¢ 2 |z + d/c|
2m1 ≤ d z, g −1 (∞) = d (z, −d/c) = ³ ´1/2 ³ ´1/2
2 2
1 + |z| 1 + |−d/c|
(3.5)
2 |cz + d|
=³ ´1/2 ³ ´1/2 .
2 2 2
1 + |z| |c| + |d|

De manera análoga, suponiendo que a 6= 0, g −1 (0) ∈


/ D, y para toda z ∈ K,
¡ ¢ 2 |z + b/a|
2m1 ≤ d z, g −1 (0) = d (z, −b/a) = ³ ´1/2 ³ ´1/2
2 2
1 + |z| 1 + |−b/a|
(3.6)
2 |az + b|
=³ ´1/2 ³ ´1/2 .
2 2 2
1 + |z| |a| + |b|
38 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Observe que si c = 0, como ad = 1, a = d = ±1, entonces


2
(3.7) 2m1 ≤ d(z, g −1 (∞)) = d(z, ∞) = ¡ .
2 ¢1/2
1 + |z|
De la misma manera, si a = 0, bc = 1, b = c = ±1, y
2
(3.8) 2m1 ≤ d(z, g −1 (0)) = d(z, ∞) = ¡ .
2 ¢1/2
1 + |z|
Se tiene que (3.7) es (3.5) si c = 0, |a| = |d| = 1, y (3.8) es (3.6) con a = 0, |b| =
|c| = 1, respectivamente.
Después de elevar al cuadrado ambas desigualdades, y de reordenarlas, se obtiene
³ ´³ ´ ³ ´³ ´
2 2 2 2 2 2 2 2
1 + |z| |c| + |d| m21 ≤ |cz + d| , 1 + |z| |a| + |b| m21 ≤ |az + b| .
Si se suman estas desigualdades, se tiene
³ ´
2 2 2 2
1 + |z| kgk m21 ≤ |cz + d| + |az + b| ,
y se sigue que para toda z ∈ K,
³ ´1/2
2
1 + |z| 1
(3.9) ³ ´1/2 ≤ kgk m .
2 2 1
|cz + d| + |az + b|

Si g ∈ PSL(2, C), entonces para todas z, w ∈ C tales que g (z) 6= ∞, g (w) 6= ∞,


¯ ¯
¯ z−w ¯
¯
|g (z) − g (w)| = ¯ ¯.
(cz + d) (cw + d) ¯
Esta identidad se estableció en la página 14. Esto nos permite establecer la siguiente
igualdad, válida para toda z, w ∈ D,
³ ´1/2 ³ ´1/2
2 2
d (g(z), g(w)) |g(z) − g(w)| 1 + |z| 1 + |w|
=³ ´1/2 ³ ´1/2
d(z, w) 2 2 |z − w|
1 + |g(z)| 1 + |g(w)|
³ ´1/2 ³ ´1/2
2 2
1 + |z| 1 + |w|
=³ ´1/2 ³ ´1/2 ,
2 2 2 2
|cz + d| + |az + b| |cw + d| + |aw + b|

d (z, w)
y por tanto, si z, w ∈ K, se sigue de (3.9) que d (g (z) , g (w)) ≤ 2. ¤
m21 kgk
Teorema 3.13. Sea G < PSL(2, C) un grupo no elemental discreto. Entonces para
b Λ = Λ (z).
toda z en C,

Demostracion. Lo primero que mostraremos es que Λ(z) es un conjunto cerra-


do no vacı́o G-invariante. Para esto, sean g ∈ G loxodrómica que no fija a z, y α
el atractor de g. Como lı́m g n (z) = α, α ∈ Λ (z). Por tanto, Λ (z) es no vacı́o.
n→∞
Además, si w ∈ Λ (z), y g ∈ G, entonces existen, por definición, distintas gn ∈ G,
n ∈ N tales que lı́m gn (z) = w. Pero entonces se tiene que lı́m ggn (z) = g (w),
n→∞ n→∞
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 39

y por tanto g (w) ∈ Λ (z). Se sigue entonces que Λ (z) es G-invariante. Supong-
amos ahora que {wn : n ∈ N} es una sucesión en Λ(z) que converge a w. Se tiene
entonces que para cada wn existen transformaciones distintas gnk ∈ G, k ∈ N tales
que lı́m gnk (z) = wn . Con esto, es fácil escoger una colección de elementos de G
k→∞
distintos tales que las imágenes de z converjan a w. En efecto, dado ε > 0, podemos
escoger wk ∈ Λ (z) tal que |wk − w| < ²/2, y gmk ∈ G tal que |wk − gmk (z)| < ²/2.
Entonces |gmk (z) − w| ≤ |wk − gmk (z)|+|wk − w| < ε. Esto lo podemos hacer para
toda ε = 1/n, y como además los elementos gmk ∈ G se pueden tomar distintos,
se tiene w ∈ Λ (z), y por tanto Λ (z) es cerrado. Se sigue entonces del Teorema 3.9
que Λ ⊂ Λ (z).
Para probar que de hecho se tiene la igualdad, consideramos dos casos:

(i) z ∈ Λ,
(ii) z ∈ Ω.

(i) En este caso, G(z) ⊂ Λ. Se sigue de la Observación 3.1 que Λ(z) ⊂ G(z) ⊂ Λ, y
por tanto, Λ = Λ(z).
(ii) Sean ahora z ∈ Ω, y w ∈ Λ (z). Para mostrar que w ∈ Λ, supongamos que no
es ası́, es decir, w ∈ Ω. Dado que Ω es abierto, podemos tomar un disco abierto Q
tal que
w ∈ Q ⊂ Q ⊂ Ω.
Aquı́, vamos a dividir la demostración en dos subcasos:

(a) 0, ∞ ∈ Λ,
(b) 0 (o ∞) ∈
/ Λ.

Vamos a demostrar (a), y veremos más adelante que (b) se puede deducir de (a).
Si 0, ∞ ∈ Λ, K = Q ∪ {z} es compacto, y por el Lema 3.12,
md (z, z 0 ) m0
(3.10) d (g (z) , g (z 0 )) ≤ 2 ≤ 2,
kgk kgk
para toda z 0 ∈ Q y toda g ∈ G.
Dado que w ∈ Λ (z), existen distintas gn ∈ G, n ∈ N tales que gn (z) → w. Además,
2
como G es discreto, se sigue del Corolario 1.8 que lı́m kgn k = ∞. Y finalmente,
n→∞
(3.10) implica ¡que¢ gn (z) → w uniformemente en Q. Es decir, existe n0 > 0 tal que
si n ≥ n0 , gn Q ⊂ Q, y por el Lema 3.7, gn es loxodrómica con un punto fijo
v ∈ gn (Q), es decir, Q ∩ Λ 6= ∅, lo cual es absurdo, y se sigue por tanto que w ∈ Λ
y Λ (z) ⊂ Λ.
Mostraremos ahora (b). Si 0, (o ∞) ∈ / Λ, sean u, v ∈ Λ, y conjuguemos al grupo
z−u ¡ ¢
G con h (z) = . Para el grupo hGh−1 , se sigue de (a) que Λ hGh−1 =
z−v
ΛhGh−1 (h (z)), y los lemas 3.8 y 3.11 implican que h (Λ (G)) = h (ΛG (z)), y por
tanto, Λ (G) = ΛG (z). ¤
b
Corolario 3.14. Sea G subgrupo de PSL(2, C) no elemental discreto. Si Λ 6= C,
entonces Λ en ninguna parte es denso.
40 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Demostracion. Por el Teorema 3.13, Λ = Λ (z) para toda z ∈ C. b Como Λ 6= C,b


Ω 6= ∅ y podemos tomar z ∈ Ω . Dado w ∈ Λ (z), cualquier abierto que contenga
a w contiene también una infinidad de elementos de G (z) ⊂ Ω. Por tanto, Λ no
puede contener ningún abierto no vacı́o. ¤

3.5. Otra caracterización del conjunto lı́mite. Presentamos otra Definición


del conjunto lı́mite de un grupo. Al igual que la Definición 3.4, esta se puede aplicar
también a los grupos elementales (Vea [8], p. 10).
Definición 3.5. Sea G un subgrupo de PSL(2, C). w ∈ C b es un punto lı́mite de G si
b y transformaciones distintas gn ∈ G, n ∈ N tales que lı́m gn (z) = w.
existen z ∈ C
n→∞
Con L(G) denotaremos al conjunto de todos los puntos lı́mite de G.

Como veremos en la Proposición 3.15, en el caso de los grupos no elementales


discretos, la Definición 3.5 es equivalente a las Definiciones 3.3 y 3.4. Sin embargo,
el Ejemplo 3.4 muestra que ambas hipotesis son necesarias.
Ejemplo 3.4. (i) Sean B 2 , S1 , y G < PSL(2, C) como en el Ejemplo 3.3. Se
vió en ese ejemplo que Λ = S1 , y


 B2 si z ∈ B 2 ,



Λ (z) = S1 si z ∈ S1 ,




 b b \ B2.
C \ B 2 si z ∈ C
De esta información, se sigue directamente que L(G) = C. b
ϕπi
(ii) Sea f (z) = e z, con ϕ irracional. El grupo G = hf i es elemental, y se sigue
del Lema 1.18 que no es discreto. Como G es elemental, no está definido Λ.
Ahora, si z ∈ C∗ , Λ(z) = {w ∈ C : |w| = |z|}, y si z ∈ {0, ∞} , Λ(z) = {z}.
Esto mismo muestra que L (G) = C. b

Proposición 3.15. Sea G un subgrupo de PSL(2, C) no elemental discreto. En-


b L (G) = Λ (z) = Λ.
tonces, para toda z ∈ C,

Demostracion. Del Teorema 3.13 se tiene que Λ (z) = Λ para toda z ∈ C. b Con-
b
sideremos ahora z ∈ C fija, y w ∈ Λ (z). Entonces w es punto lı́mite en el sentido
de la Definición 3.5, y por tanto, Λ (z) ⊂ L (G).
Por otra parte, sea w ∈ L (G). La Definición 3.5 asegura que existen z 0 ∈ C b y
distintas gn ∈ G, n ∈ N tales que lı́m gn (z 0 ) = w, pero esto implica que w ∈ Λ(z 0 ),
n→∞
y por tanto, L(G) ⊂ Λ(z 0 ). ¤

En resumen, tenemos tres definiciones para el conjunto lı́mite de un grupo. Como


muestran el Teorema 3.13 y la Proposición 3.15, estas definiciones son equivalentes
en el caso de los grupos no elementales discretos, y por tanto, en este caso podemos
utilizar la definición más adecuada a la situación. Y las Definiciones 3.4 y 3.5 tienen
la ventaja de que se pueden aplicar también a los grupos elementales. Con esto,
podemos concluir el análisis de los grupos elementales discretos.
Lema 3.16. Sean G subgrupo de PSL(2, C) discreto, y H un subgrupo de G. En-
tonces L(H) ⊂ L(G). Si además el ı́ndice de H en G es finito, L(H) = L(G).
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 41

Demostracion. La primera parte del lema es obvia, pues cualquier punto lı́mite de
H es punto lı́mite de G. Por otra parte, si [G : H] = k, G tiene una descomposición
en clases laterales G = Hg1 + Hg2 + . . . + Hgk . Supongamos ahora que w ∈ L (G),
b y distintas fn ∈ G, n ∈ N tales que lı́m fn (z) = w. Cada fn
es decir, existen z ∈ C
n→∞
puede escribirse de la forma fn = hn gin , con hn ∈ H, 1 ≤ in ≤ k. Necesariamente,
alguno de los ı́ndices in = i debe repetirse un infinidad de veces, por lo que podemos
extraer una colección de elementos distintos hm gi , m ∈ N tal que lı́m hm gi (z) =
m→∞
w, lo que implica que w ∈ L (H), y por tanto, L (H) = L (G). ¤

En el Capı́tulo 2 clasificamos hasta conjugación a todos los grupos elementales


discretos. En la siguiente proposición, se utilizarán los resultados ahı́ obtenidos.
Proposición 3.17. Sea G < PSL(2, C) elemental discreto. Para el conjunto L(G)
se tiene que:
(i) Si G es de Tipo 1, entonces L(G) = ∅.
(ii) Si G es de Tipo 2, entonces |L(G)| = 1 o 2.
(iii) Si G es de Tipo 3, entonces |L(G)| = 2.

Demostracion. (i) Este caso es inmediato, pues si G es elemental discreto de


Tipo 1, es finito.
(ii) Sea G elemental discreto de Tipo 2. Se tienen dos subcasos:
(a) G es conjugado a un grupo que tiene una descomposición en clases laterales
T ∪ T g ∪ T g 2 ∪ . . . ∪ T g q−1
donde T es el subgrupo de traslaciones, y g es un generador del grupo cı́clico
de rotaciones, 0 < q ≤ 6, q 6= 5. Es decir, T tiene ı́ndice finito en G, y se
sigue del Lema 3.16 que L (G) = L (T ).
(b) G es conjugado a un grupo que tiene una descomposición en clases laterales
q−1
[
ω p G0 , donde G0 es un grupo generado por un elemento g ∈ G loxodrómi-
p=0
co con multiplicador |αg | = λ, y w es una raı́z primitiva q-ésima de 1. Se
sigue que G0 tiene ı́ndice finito en G, y por el Lema 3.16 L(G) = L(G0 ).
(iii) G en este caso es conjugado a un grupo que tiene una descomposición en clases
1
laterales G0 ∪ G0 h donde G0 es como G0 en (ii) (b), y h (z) = . Entonces G0 tiene
z
ı́ndice 2 en G, y por el Lema 3.16 L (G) = L (G0 ). ¤

El Teorema 3.9 y la Proposición 3.17 nos proporcionan el siguiente resultado.


Corolario 3.18. Sea G < PSL(2, C) discreto. Entonces la cardinalidad del con-
junto L (G) es 0, 1, 2, o es no numerable.

Demostracion. En efecto, si el grupo es elemental, la cardinalidad de L (G) es 0, 1


o 2 según la Proposición 3.17, y si el grupo es no elemental, se sigue del Teorema 3.9
y de la Proposición 3.15, que L (G) = Λ es un conjunto perfecto no vacı́o, y es por
tanto no numerable. ¤
42 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

3.6. Acción discontinua en Ω. Con la información obtenida hasta ahora, pode-


mos estudiar al conjunto abierto Ω.
Teorema 3.19. Sea G < PSL(2, C) no elemental discreto. Si Ω 6= ∅, entonces Ω
es el dominio máximo de discontinuidad de G, es decir:

(i) G actúa discontinuamente en Ω; y


b entonces D ⊂ Ω.
(ii) Si G actúa discontinuamente en un abierto D ⊂ C,

Demostracion. (i) Supongamos que G no actúa discontinuamente en Ω. Podemos


suponer que 0, (o ∞)∈ / Ω (Proposición 3.3 (ii)). Se sigue que existen un compacto
K ⊂ Ω y g1 , g2 , g3 , . . . ∈ G distintas tales que gn (K) ∩ K 6= ∅ para toda n. Por
tanto, existen puntos z1 , z2 , z3 , . . . ∈ K tales que gn (zn ) ∈ K. Esta sucesión tiene
un punto de acumulación w ∈ K ⊂ Ω, y podemos extraer una subsucesión gnk (znk )
tal que lı́m gnk (znk ) = w. Del Lema 3.12 se tiene que
k→∞

md (z, w) m0
d (g (z) , g (w)) ≤ 2 ≤ 2,
kgk kgk
2
para toda z ∈ K y toda g ∈ G, y como G es discreto, lı́m kgn k = ∞, de donde se
n→∞
sigue que gnk (z) → w uniformemente en K, por lo que w ∈ Λ, es decir, Ω ∩ Λ 6= ∅,
lo cual contradice que w ∈ Ω, y por tanto, G actúa discontinuamente en Ω.
(ii) Supongamos que D∩Λ 6= ∅, y sea w en la intersección. Como D es abierto, existe
una vecindad abierta B de w totalmente contenida en D ∩ Λ, pero por definición Λ
es la cerradura de Λ0 , por lo que B contiene una infinidad de puntos de Λ0 , lo cual
implica que D ∩ Λ0 6= ∅, y esto contradice el Lema 3.6. Por tanto, D ∩ Λ = ∅. ¤

Observación 3.2. A diferencia de la Definición 3.2, algunos autores definen a los


grupos kleinianos como subgrupos discretos de PSL(2, C) tales que Ω 6= ∅.

Con el resultado enunciado en el Teorema 3.19 estamos listos para dar otra descrip-
ción de Λ, siempre que se tenga en cuenta una hipótesis adicional.
Proposición 3.20. Sea G < PSL(2, C) no elemental, y suponga que G contiene
elementos parabólicos. Entonces Λ es la cerradura del conjunto de puntos fijos de
los elemetos parabólicos de G.

Demostracion. Si denotamos con Π0 al conjunto de puntos fijos parabólicos, es


fácil ver que Π0 es un conjunto cerrado no vacı́o G-invariante, y por el Teorema 3.9,
Λ ⊂ Π0 .
Inversamente, sean w ∈ Π0 , y D un abierto que contenga a w. Entonces D contiene
una infinidad de puntos wk ∈ Π0 y por el Lema 3.6, G no puede actuar discon-
tinuamente en D. Por el Teorema 3.19 (ii), se sigue que w ∈ C b \ Ω = Λ, es decir
Π0 ⊂ Λ. ¤

Ejemplo 3.5. En este Ejemplo, consideremos el Grupo Modular:


az + b
z 7−→ , a, b, c, d ∈ Z ad − bc = 1.
cz + d
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 43

p
De manera análoga al Ejemplo 3.1, sea r ∈ Q, r = , con p, q ∈ Z, (p, q) = 1, q >
q
(1 − rq 2 )z + q 2 r2
0. La transformación h(z) = es parabólica y fija a r, por lo que
−q 2 z + 1 + rq 2
Π0 = Q ∪ {∞}, y por tanto, Π0 = Λ = R. b

El resultado del Lema 3.6 nos indica que los puntos fijos de los elementos parabólicos
y loxodrómicos de G están en Λ. Es posible que los puntos fijos de los elementos
elı́pticos estén en Λ o en Ω. Sin embargo, si un punto fijo elı́ptico está en Ω, entonces
el estabilizador de ese punto debe ser cı́clico.
Teorema 3.21. Sea G < PSL(2, C) no elemental discreto y suponga que Ω 6= ∅.
Si z ∈ Ω, entonces el estabilizador Gz es cı́clico y finito.

Demostracion. Se sigue del Teorema 3.19 que G actúa discontinuamente en Ω,


por lo que la Proposición 3.3 (v) implica que Gz es finito. Ası́, cualquier g ∈ Gz
tiene orden k ≤ |Gz | y es por tanto elı́ptica o la identidad. Sean h, g ∈ Gz . Si los
otros puntos fijos de h y g no coinciden, entonces por el Teorema 1.14 (ii) (b) [h, g]
es parabólica y fija a z, lo cual es absurdo, y por tanto, Gz fija los extremos de
un eje en H 3 . En la clasificación de los grupos elementales discretos del Capı́tulo 2
(Teorema 2.3 i)) se mostró que un grupo con estas caracterı́sticas es necesariamente
cı́clico. ¤

El Teorema 3.21 nos permite obtener el siguiente resultado relativo al compor-


tamiento local de un grupo discreto en las proximidades de un punto en Ω o en
H 3.
Teorema 3.22. Sea G < PSL(2, C) no elemental discreto. Entonces:
(i) Toda x ∈ H 3 es el centro de una bola hiperbólica abierta N tal que g(N ) =
N si g(x) = x, y g(N ) ∩ N = ∅ en otro caso.
(ii) Si Ω 6= ∅, toda z ∈ Ω tiene una vecindad abierta N ⊂ Ω tal que g(N ) = N
si g(z) = z, y g(N ) ∩ N = ∅ en otro caso.

Demostracion. (i) Sea x ∈ H 3 , y definamos r = inf {ρ (x, g(x)) : g ∈ / Gx }. Como


G actúa discontinuamente en H 3 , para toda k > 0, ρ (x, g (x)) < k sólo para un
número finito de elementos g ∈ G, por lo que r > 0. Consideremos ahora la bola
hiperbólica n ro
N = x ∈ H 3 : ρ(x, y) < .
2
Como G es un grupo de isometrı́as hiperbólicas, ρ (x, y) = ρ (g (x) , g (y)) para
toda g ∈ G, y por tanto, g (N ) = N si y sólo si g(x) = x. Por otra parte, si g ∈
/ Gx ,
se tiene que para toda y ∈ N ,
r
r ≤ ρ (x, g (x)) ≤ ρ (x, y) + ρ (y, g (x)) < + ρ (y, g (x)) ,
2
r
Lo que implica que ρ (y, g (x)) > , o equivalentemente, g (N ) ∩ N = ∅.
2
(ii) Supongamos que 0 ∈ Ω. Por el Teorema 3.21 G0 es cı́clico finito, y necesaria-
mente fija a otro punto w ∈ C. b Supongamos por ahora que w = ∞. En este caso,
toda g ∈ G0 es elı́ptica (de hecho, una rotación) o la identidad. Por tanto, G0 es
44 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

un grupo de isometrı́as euclideanas. Veremos más tarde que el caso general puede
reducirse a este caso particular.
Sea N1 = {z ∈¡ C ¢: |z| < r1 } un disco tal que N1 ⊂ Ω. Como G actúa discontinua-
mente en Ω, g N1 ∩N1 6= ∅ sólo para un número finito de elementos
n g1 , go2 , . . . , gn ∈
r
G. Sean ahora r = min {|gk (0)| > 0 : 1 ≤ k ≤ n} y M = z : |z| < . Se sigue
2
entonces que si |gk (0)| > 0, gk (0) ∈
/ M . Reetiquetamos con g1 , g2 , . . . , gm , m ≤ n,
a los elementos que cumplen esta condición.

gk (M )

Nk

gk (0)

0
M

Para cada una de estas gk , consideremos vecindades abiertas Nk de gk (0) tales que
Nk ⊂ gk (M ), y Nk ∩ M = ∅. Dado que gk−1 (Nk ) ⊂ M es una vecindad abierta de
m
\
0, podemos entonces tomar un disco abierto N ⊂ gk−1 (Nk ). De aquı́, se sigue
k=0
de inmediato que si |g (0)| > 0, entonces g (N ) ∩ N = ∅, y si g (0) = 0, g (N ) = N .
Veamos ahora el caso general. Sea z ∈ Ω (G). De nuevo, por el Teorema 3.21, el
estabilizador Gz también fija a un punto w ∈ C.b Consideremos h (ζ) = ζ − z , y
ζ −w
sea G0 = hGh−1 . Se sigue del Lema 3.8 que Ω(G0 ) = h (Ω(G)). Además, hGz h−1 =
G0 h(z) . Al aplicar la primera parte al grupo G0 se tiene que existe una vecindad
N ⊂ h (Ω(G)) de h(z) = 0 tal que hgh−1 (N ) = N si hgh−1 (0) = hg (z) = 0, y
hgh−1 (N ) ∩ N = ∅ en otro caso. Sólo basta observar que h−1 (N ) = N 0 es una
vecindad abierta de h−1 (0) = z, y por tanto, de la igualdad
hgh−1 (N ) ∩ N = hg (N 0 ) ∩ h (N 0 ) = h (g (N 0 ) ∩ N 0 ) ,
se sigue que si g (z) = z, g (N 0 ) = N 0 , y g (N 0 ) ∩ N 0 = ∅ en otro caso. ¤
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 45

4. Convergencia y Ejemplos

Como preparativo para demostrar el Teorema 4.3, necesitamos calcular el área


cordal de un disco, y el volumen hiperbólico de una bola hiperbólica en H 3 .

b 2 → S2 ,
4.1. Area Cordal. Observemos que la proyección estereográfica π : R
definida por
 Ã !
 2

 2x1 2x2 |x| − 1
 2, 2, 2 si x 6= ∞,
π (x1 , x2 ) = 1 + |x| 1 + |x| 1 + |x|




(0, 0, 1) si x = ∞.

es una parametrización de S2 \ {(0, 0, 1)}.

Definición 4.1. El área cordal de una región R ⊂ R2 se define como el área del
sector esférico π(R) ⊂ S2 .

N
R
π(R)

Se tiene del cálculo elemental una fórmula explı́cita para esta área:
ZZ
Ac (R) := A (π (R)) = |Dx π (x, y) × Dy π (x, y)| dxdy.
R

µ ¶ µ ¶
∂π1 ∂π2 ∂π3 ∂π1 ∂π2 ∂π3
En esta fórmula, Dx π = , , , y Dy π = , , .
∂x ∂x ∂x ∂y ∂y ∂y
Procedemos a continuación a encontrar una expresión manejable para el área cordal:
Para esto, tenemos que calcular la norma del vector normal Dx π (x, y)×Dy π (x, y).
¡ ¢
∂π1 2 1 − x2 + y 2 ∂π2 −4xy ∂π3 4x
= 2 , = 2, = 2,
∂x (1 + x2 + y 2 ) ∂x (1 + x2 + y 2 ) ∂x (1 + x2 + y 2 )
¡ ¢
∂π1 −4xy ∂π2 2 1 + x2 − y 2 ∂π3 4y
= 2, = 2 , = 2.
∂y (1 + x2 + y 2 ) ∂y (1 + x2 + y 2 ) ∂y (1 + x2 + y 2 )
46 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

¯ ¯
¯ e1 e2 e3 ¯¯
¯
¯ ¯
¯ ¯
¯ ∂π1 ∂π2 ∂π3 ¯
¯ ¯
Dx π (x, y) × Dy π (x, y) = ¯ ∂x ∂x ∂x ¯¯
¯
¯ ¯
¯ ∂π1 ∂π2 ∂π3 ¯¯
¯
¯ ∂y ∂y ∂y ¯

¯ ¯
¯ e1 e2 e3 ¯¯
4 ¯
= ¯1 − x2 + y 2 −2xy 2x¯¯
(1 + x2 + y 2 ) ¯¯ −2xy
4
1 + x2 − y 2 2y ¯

µ
4 2
¡ 2 2
¢ ¡ ¢
= 4 −4xy − 2x 1 + x − y , −4x2 y − 2y 1 − x2 + y 2 ,
(1 + x2 + y 2 )

¡ ¢¡ ¢
1 − x2 + y 2 1 + x2 − y 2 − 4x2 y 2
¡ ¢
4 1 + x2 + y 2 ¡ ¡ 2 2
¢¢
= 4 −2x, −2y, − x + y − 1
2 2
(1 + x + y )
4 ¡ ¡ 2 2
¢¢
= 3 −2x, −2y, − x + y − 1 .
2 2
(1 + x + y )

q
2
4 4x2 + 4y 2 + (x2 + y 2 − 1)
|Dx π × Dy π| = 3
(1 + x2 + y 2 )
q
2
4 4 (x2 + y 2 ) + (x2 + y 2 ) − 2 (x2 + y 2 ) + 1
= 3
(1 + x2 + y 2 )
q
2
4 (x2 + y 2 ) + 2 (x2 + y 2 ) + 1 4
= 3 = 2.
(1 + x2 + y2 ) (1 + x2 + y2 )
Por tanto,
ZZ ZZ
4dxdy
|Dx π × Dy π| dxdy = 2,
(1 + x2 + y 2 )
R R
y hemos probado la siguiente proposición.
Proposición 4.1. El área cordal de una región R ⊂ R2 es
ZZ
4dxdy
2.
(1 + x2 + y 2 )
R

¤
Ejemplo 4.1. El área cordal de R b 2 . Aunque se definió el área cordal para regiones
2
R ⊂ R , una manera obvia de ampliar la definición a regiones R ⊂ R b 2 consiste en
0 2
considerar la integral sobre la región R = R \ {∞} ⊂ R . Como ambas regiones
difieren por un conjunto de contenido 0, las áreas son iguales. Para calcular el
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 47

área b2
Z Z cordal de R , consideremos primero el área del disco D (0, r), con r > 0,
4dxdy
2.
(1 + x2 + y 2 )
D(0,r)
Z 2πZ r
4ρdρdθ
En coordenadas polares, la integral se convierte en 2. Primero cal-
0 0 (1 + ρ2 )
culamos la integral
Z r Z r ¯r µ ¶
4ρdρ 2ρdρ −2 ¯¯ −1
=2 = = 2 + 1 .
0 (1 + ρ2 )
2
0 (1 + ρ2 )
2 1 + ρ 2 ¯0 1 + r2

Se sigue entonces que


Z 2πZ r µ ¶Z 2π µ ¶
4ρdρdθ 1 1
2 =2 1− dθ = 4π 1 − .
0 0 (1 + ρ2 ) 1 + r2 0 1 + r2

Finalmente, tomando el lı́mite cuando r → ∞,


µ ¶
¡ 2¢ 1
b
Ac R = 4π lı́m 1 − = 4π.
r→∞ 1 + r2

b 2 es precisamente 4π.
Este resultado es natural. El área de la esfera S2 ≈ R

4.2. Volumen Hiperbólico.


Definición 4.2. Sea B ⊂ H 3 una bola hiperbólica con centro en (x0 , y0 , z0 ). El
volumen hiperbólico de la bola es
ZZZ
dxdydz
Vh (B) := .
z3
B

Teorema 4.2. Sea B ⊂ H 3 una bola hiperbólica con centro en (x0 , y0 , z0 ) y radio
hiperbólico R, entonces
Vh (B) = π (senh(2R) − 2R) .

Demostración. En la página 8 del Capı́tulo 1, se dedujo que la esfera hiperbólica


con centro en (x0 , y0 , z0 ) y radio hiperbólico R es la esfera euclideana con centro
en (x0 , y0 , z0 cosh R) y radio z0 senh R. Las ecuaciones paramétricas
x = x0 + r sen θ sen ϕ,
y = y0 + r sen θ cos ϕ,
z = z0 cosh R + r cos θ,
con 0 < θ < π, 0 < ϕ < 2π, 0 < r < z0 senh R, describen el conjunto B (salvo
un conjunto con contenido en dimensión 3 igual a 0). Si denotamos por Φ a este
cambio de coordenadas, el valor absoluto del determinante del jacobiano JΦ (θ, ϕ, r)
es r2 sen θ. Además, para simplificar la notación, escribiremos
a = z0 cosh R,
b = z0 senh R.
48 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Por tanto,
ZZZ ZZZ Z b Z 2πZ π
dxdydz |JΦ (θ, ϕ, r)| dθdϕdr r2 sen θ
3
= 3 = 3 dθdϕdr.
z (a + r cos θ) 0 0 0 (a + r cos θ)
B Φ−1 (B)

Para evaluar esta integral, hay que observar que si u = a + r cos θ, entonces u0 =
−r sen θ, por lo que
Z π Z π ¯π
r2 sen θdθ (−r sen θ) dθ r ¯
¯
3 = −r 3 = 2¯
0 (a + r cos θ) 0 (a + r cos θ) 2 (a + r cos θ) ¯0
r r
= 2 − 2.
2 (a − r) 2 (a + r)
Esta expresión es independiente de ϕ, por lo cual
Z Ã ! Ã !
1 2π r r r r
2 0 2 − 2 dϕ = π 2 − 2 .
(a − r) (a + r) (a − r) (a + r)
Finalmente, como
r a 1 −r a 1
2 = 2 −
,y 2 = 2 − (a + r) ,
(a − r) (a − r) (a − r) (a + r) (a + r)
Z bà !
r r
π 2 − 2 dr
0 (a − r) (a + r)
Z bà !
a a 1 1
=π 2 + 2 − a−r − a+r dr
0 (a − r) (a + r)
³ a a ´¯¯b
=π − + ln (a − r) − ln (a + r) ¯¯
a−r a+r
³ a a ´ 0
=π − + ln (a − b) − ln (a + b) .
a−b a+b
a a a (a + b) − a (a − b) 2ab
Ahora bien, − = = 2 . Pero se tiene además
a−b a+b a2 − b2 a − b2
que a = z0 cosh R, y b = z0 senh R , es decir,
2 (z0 cosh R) (z0 senh R) z02 senh 2R
2 2 = = senh 2R.
(z0 cosh R) − (z0 senh R) z02
También,
¡ ¢
ln (z0 cosh R − z0 senh R) = ln z0 e−R = ln z0 − R,
y de manera análoga.
¡ ¢
− ln (z0 cosh R + z0 senh R) = − ln z0 eR = − ln z0 − R.
ZZZ
dxdydz
Por tanto, = π (senh(2R) − 2R). Observe que esta identidad depende
z3
B
sólo del radio hiperbólico de la bola. En particular, se sigue que el volumen hiperbóli-
co en bolas es invariante bajo las transformaciones de Möbius. ¤

Puede consultarse otra demostración del Teorema 4.2 en [1], p. 61.


GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 49

4.3. Convergencia de normas en grupos discretos. En varias ocasiones


hemos utilizado el hecho de que si G es discreto, entonces es a lo sumo numer-
able, es decir, G = {g1 , g2 , . . .} y por tanto, si G no es finito,
lı́m kgn k = ∞,
n→∞

(Corolario 1.8). El siguiente resultado nos muestra que de hecho, la norma crece
rápidamente.
Teorema 4.3. Sea G < PSL(2, C) no elemental discreto, entonces
¡ ¢
(i) el número n (t) de elementos g ∈ G con kgk ≤ t es O t4 ,
X −s
(ii) para todo s > 4, la serie kgk converge,
g∈G
X −4
(iii) si Ω 6= ∅, la serie kgk converge.
g∈G

Demostracion. (i) Sean B(x, r) la bola hiperbólica con centro en x y radio r, y


V (r) el volumen hiperbólico de la bola. Consideremos el subgrupo estabilizador de
j, Gj < G. Se sigue de la Proposición 3.3 (iv) que Gj es finito, es decir |Gj | = k. Por
el Teorema 3.22 (i), existe una bola hiperbólica N = B(j, r) tal que g(N ) ∩ N = ∅
si g ∈
/ Gj .
Por el Teorema 1.10, la condición kgk ≤ t es equivalente a 2 cosh ρ(j, g(j)) ≤ t2 , o
ρ(j, g(j)) ≤ cosh−1 (t2 /2).
Si kgk ≤ t, se tiene entonces para toda x ∈ N
ρ(g(x), j) ≤ ρ(g(x), g(j)) + ρ(g(j), j) = ρ(x, j) + ρ(g(j), j) ≤ r + cosh−1 (t2 /2),
y por tanto, g(N ) ⊂ B(j, r + cosh−1 (t2 /2)). Consideremos ahora la suma de los
volúmenes hiperbólicos de la imágenes ajenas de N . En esta suma debemos tomar
en cuenta que los volúmenes de las imágenes g (N ) se repiten k veces, una vez por
cada elemento en el estabilizador Gj :
V (r)n(t)
≤ V (r + cosh−1 (t2 /2)).
k

B(j, r + cosh−1 (t2 /2))

gk (N )
g3 (N )

g2 (N )
g1 (N )

N
j
50 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

El volumen hiperbólico V (r) es, según el Teorema 4.2, V (r) = π(senh(2r) − 2r),
por lo cual
µ 2r ¶ µ 2r ¶
e − e−2r e − e−2r π
V (r) = π − 2r < π < e2r .
2 2 2
Por otra parte, p
cosh−1 (y) = ln(y + y 2 − 1) < ln(2y).
Por tanto,
πk πk
π(senh(2r) − 2r)n(t) ≤ exp(2r + 2 cosh−1 (t2 /2)) ≤ exp(2r + 2 ln(t2 )).
2 2
ke2r t4 n(t)
Se sigue entonces que n(t) ≤ . Es decir, el cociente 4 esta
2(senh(2r) − 2r) t
acotado para toda t > 0, por lo que n(t) = O(t4 ).
(ii) Para todo t > 1, la función n : [1, t] → R es monótona creciente, y tiene un
número a lo más numerable de discontinuidades. De hecho, dado que n(x) toma val-
ores en los naturales, el número de discontinuidades es finito. Sean x1 , x2 , . . . , xm
las discontinuidades en [1, t]. Como n(x) es constante en (xk−1 , xk ), es una función
escalonada. Además, la función f : [1, t] → R, f (x) = x−s , s > 4, es continua, y
se sigue del Teorema 1.21 que f ∈ <(n) en [1, t].
Por el Teorema 1.23,

Z m
t
dn(x) X nxk
=
1 xs xsk
k=1
n(x1 +) − n(x1 −) n(x2 +) − n(x2 −) n(xm +) − n(xm −)
= + + ... + .
xs1 xs2 xsm

n(xk +) − n(xk −)
El sumando corresponde a las g ∈ G tales que xk−1 < kgk ≤ xk ,
xsk
por lo que esta integral se reduce a
Z t X
dn(x) −s
= kgk .
1 xs
kgk≤t

Por otra parte, dado que n(1) = 0, se sigue del Teorema 1.20 que
Z t Z t
dn(x) n(t)
= s − n(x)d(x−s ),
1 xs t 1
y del Teorema 1.22,
Z t Z t
−s n(x)
− n(x)d(x ) = s s+1
dx.
1 1 x
Si escribimos s = 4 + δ, δ > 0, se sigue de (i) que existe una constante
Z ∞ m > 0 tal
n (t) m dx
que s+1 ≤ 1+δ para toda t > 0. Puesto que la integral impropia 1+δ
existe,
t t Z ∞ 1 x
n (x)
se sigue del criterio de comparación que la integral dx existe, y por tanto,
X 1 xs+1
−s
kgk converge.
g∈G
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 51

b no podemos utilizar la métrica hiperbólica, por lo que consideraremos


(iii) En Ω ⊂ C
b que fue introducida en la Definición 4.1 y la Proposición 4.1.
el área cordal en C
Por comodidad, utilizamos notación compleja en las integrales.
El conjunto de puntos fijos de las transformaciones elı́pticas de G es a lo más
numerable, y como Ω 6= ∅, no se puede acumular en Ω, por lo que podemos escoger
un disco abierto N tal que g(N ) ∩ N = ∅ si g es distinta de la identidad. Por tanto,
la suma de las imágenes ajenas de N está acotada por 4π, que es el área cordal de
b (Ejemplo 4.1).
C
El área cordal de g (N ) es:
ZZ ZZ 2
4dxdy |g 0 (z)| dxdy
Ac ((g(N )) = ³ ´2 = 4 ³ ´2
2 2
g(N ) 1 + |z| N 1 + |g(z)|
ZZ ¯ ¯ ZZ
¯1/(cz + d)2 ¯ dxdy dxdy
=4 ³ ´2 = 4 ³ ´2 .
2 2 2 2
N 1 + |az + b| / |cz + d| N |az + b| + |cz + d|
De la desigualdad de Cauchy-Schwarz,
³ ´³ ´ ³ ´³ ´
2 2 2 2 2 2 2 2
|az + b| + |cz + d| ≤ |a| + |b| 1 + |z| + |c| + |d| 1 + |z|
2 2
= kgk (1 + |z| ),
³ ´−2 ³ ´−2
2 2 −4 2
y se sigue que |az + b| + |cz + d| ≥ kgk 1 + |z| , por lo que
ZZ
1 4dxdy Ac (N )
Ac (g(N )) ≥ 4 ³ ´2 = 4 .
kgk 1 + |z|
2 kgk
N
X −4 1 X 4π
Y por tanto, kgk ≤ Ac (g (N )) ≤ , y esto implica la con-
Ac (N ) Ac (N )
g∈G g∈G
vergencia de la serie. ¤

4.4. G-paquetes.
Definición 4.3. Sea G < PSL(2, C) discreto. Un conjunto abierto conexo no vacı́o
D es un G-paquete si g (D) ∩ D = ∅ para toda g en G distinta de I.
Teorema 4.4. Sea G < PSL(2, C) no elemental discreto:
b entonces G actúa
(i) Si D es un abierto no vacı́o G-invariante que no es C,
discontinuamente en D. [
(ii) Si D es un G-paquete, entonces G actúa discontinuamente en g (D).
g∈G

Demostracion. (i) El conjunto E = C b \ D es cerrado no vacı́o G-invariante, y


por el Teorema 3.9, Λ ⊂ E. Por tanto, D ⊂ Ω, y por el Teorema 3.19, G actúa
discontinuamente en D.
[
(ii) De la Definición 4.3, D0 = g(D) no es conexo, y por tanto, es un subconjunto
g∈G
b Además, D0 es abierto no vacı́o, y claramente es G-invariante. Se sigue
propio de C.
entonces de (i) que G actúa dicontinuamente en D0 . ¤
52 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Teorema 4.5. Sean G1 , G2 , . . . subgrupos de PSL(2, C) tales que su unión genera


al grupo G. Sean Dj Gj -paquetes tales que Di ∪ Dj = C b si i 6= j, y D∗ = T Dj es
no vacı́o. Entonces G es el producto
[ libre de los grupos Gj , D∗ es un G-paquete, y
G actúa discontinuamente en g (D∗ ).
g∈G

Demostracion. Sea g ∈ G expresado en forma normal, es decir, g = gm . . . g1 ,


con gk ∈ Gik , gk 6= I, e Gik 6= Gik+1 para toda k. Lo que sigue es mostrar que
b \ Di . La demostración se realizará por inducción sobre la lon-
gm . . . g1 (D∗ ) ⊂ C m
gitud de la expresión de g.
Para k = 1, Di1 es un Gi1 -paquete, por lo que
b \ Di .
g1 (D∗ ) ⊂ g1 (Di1 ) ⊂ C 1

Supongamos ahora que para k = n


b \ Di .
gn . . . g1 (D∗ ) ⊂ C n

Se sigue entonces que


³ ´ ¡ ¢
gn+1 (gn . . . g1 ) (D∗ ) ⊂ gn+1 Cb \ Di ⊂ gn+1 Di b \ Di .
⊂C
n n+1 n+1

b
Esto implica que gm . . . g1 (D∗ ) ⊂ C\D b ∗ ∗
im ⊂ C\D , por lo que D es un G-paquete.
Además, esto mismo muestra que gm . . . g1 6= I, y se sigue de la Definición 1.7 que
G es el producto libre de los [ grupos Gj . Finalmente, por el Teorema 4.4 (ii), G
actúa discontinuamente en g (D∗ ). ¤
g∈G

z
4.5. Subgrupos del grupo modular. Sean g (z) = z + 6, h (z) = , y
z+1
G1 , G2 , los grupos generados por g y h, respectivamente. Consideremos ahora los
conjuntos
D1 = {z ∈ C : |Re(z)| < 3} , D2 = {z ∈ C : |z + 1| > 1} ∩ {z ∈ C : |z − 1| > 1}
El grupo G1 consiste de traslaciones, por lo que es claro que D1 es un G1 -paquete.
De acuerdo a la Definición 1.21, los cı́rculos isométricos de h y de h−1 son Ih =
{z ∈ C : |z + 1| = 1}, y Ih−1 = {z ∈ C : |z − 1| = 1}, respectivamente, en donde
z
h−1 (z) = . Por la Proposición 1.19, h (Ih ) = Ih−1 , h (Int Ih ) = Ext Ih−1 y
−z + 1
h (Ext Ih ) = Int Ih−1 .
Ahora, D2 ⊂ Ext Ih , por lo que
h (D2 ) ⊂ h (Ext Ih ) = Int Ih−1 .
Por tanto, D2 ∩ h (D2 ) = ∅. Observe ahora que Int Ih−1 ⊂ Ext Ih , por lo que
h2 (D2 ) ⊂ h (Int Ih−1 ) ⊂ h (Ext Ih ) = Int Ih−1 .
Se sigue entonces que D2 ∩ h2 (D2 ) = ∅. Se tiene, en general, para toda k ∈ Z,
k 6= 0, que
D2 ∩ hk (D2 ) = ∅ , y por tanto, D2 es un G2 -paquete.
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 53

D1 ∩ D2

Ih Ih−1

−3 −2 −1 0 1 2 3

Como D∗ = D1 ∩ D2 es no vacı́o, y D1 ∪ D2 = C, b se cumplen las hipótesis del


Teorema 4.5. Se sigue que G es[el producto libre G1 ∗ G2 , D∗ es un G-paquete, y
G actúa discontinuamente en g (D∗ ).
g∈G

El grupo G que acabamos de contruir es subgrupo propio de PSL(2, Z). En el


Ejemplo 3.5 se vió que ΛPSL(2, Z) = R.b Se sigue del Lema 3.16 que ΛG ⊂ R.b Aún
más, la contención es propia, pues si x ∈ R, con 2 < x < 3, entonces x ∈ ΩG , por
b Se sigue en particular que ΩG es conexo.
lo que ΛG 6= R.

Sea ahora D = D∗ \ {0, ∞}. Este conjunto está totalmente contenido en ΩG . En


b x ∈ ΩG . Los únicos puntos en D que
efecto, si x ∈ D no es real, puesto que ΛG ⊂ R,
falta verificar son x = ±2, x = ±3. Pero h (−2) = 2, h (−3) = 3/2, y h−1 (2) = −2,
h−1 (3) = −3/2. Esto muestra que x = ±2, x = ±3 no pueden estar en ΛG , pues
serı́an puntos aislados.

[
Se tiene por tanto que f (D) ⊂ ΩG . Nos proponemos a continuación mostrar
f ∈G
[
que de hecho, se tiene la igualdad f (D) = ΩG
f ∈G

Sea z ∈ H 2 . Lo primero que hay que observar es que podemos suponer que |Re(z)| ≤
3. Esto
¯ es fácil ¯de justificar, pues si |Re(z)| > 3, podemos considerar una k 6= 0 tal
que ¯Re(g k (z))¯ ≤ 3. Además, podemos suponer que z ∈ Int Ih o que z ∈ Int Ih−1 ,
pues de no ser ası́, z ∈ ΩG , y no hay nada que probar. Sea C el cı́rculo fijo para h
(y por tanto, para h−1 ) que pasa por z. El conjunto C ∩ (D1 ∩ D2 ) es un compacto
no vacı́o que no contiene al 0, y por el Teorema 1.17 (i), hk (w) → 0 uniformemente
en C ∩ (D1 ∩ D2 ) cuando k → ∞.
54 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

−3 −2 0 2 3

También, como las imágenes de D2 bajo las iteraciones de h llenan Int Ih e Int Ih−1 ,
esto muestra que z está en la órbita de C ∩ (D1 ∩ D2 ). El mismo argumento se
b \ H 2.
aplica en el caso de que z ∈ C
Ih Ih−1 = h(Ih )
D2

h2 (Ih ) = h(Ih−1 )

−3 −2 −1 0 1 2 3

Por tanto, basta revisar el caso en que z ∈ R.


[
Afirmación. Sea y ∈ R tal que y ∈ / f (D). Entonces y ∈ ΛG .
f ∈G

Para abreviar la notación, sea A = (−2, 2). Lo primero que se tiene que observar
es que toda x ∈ R es imagen de un y ∈ A.
Consideremos los siguientes conjuntos:
F0 = A y sus imágenes trasladadas bajo G1 ,
F00 = F0 \ A,
S
F1 = k0 ∈N h±k0 (F00 ), y sus imágenes trasladadas bajo G1 ,
F10 = F1 \ A,
S
F2 = k1 ∈N h±k1 (F10 ), y sus imágenes trasladadas bajo G1 ,
F20 = F2 \ A,
etcétera.
Definimos el diámetro de Fk como la longitud del mayor intervalo conexo en Fk .
Se tiene entonces que diam (F0 ) = 4. En general, no es fácil calcular el diámetro de
Fk . Sin embargo, demostrar el siguiente resultado es un cálculo rutinario.
Lema 4.6. lı́m diam (Fk ) = 0.
k→∞

Demostracion. En la demostración del Lema 1.19, página 14, usamos la siguiente


identidad: ¯ ¯
¯ z−w ¯
¯
|f (z) − f (w)| = ¯ ¯.
(cz + d)(cw + d) ¯
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 55

az + b
donde f (z) = , ad − bc = 1, siempre que f (z) 6= ∞ y f (w) 6= ∞. Esta
cz + d
igualdad será fundamental en lo que sigue.
(i) Para un mismo intervalo (a, b), con b > a > 3,
¯ ¯
|h(a) − h(b)| ≥ ¯hk (a) − hk (b)¯ para toda k > 0.
En efecto,
¯ ¯ ¯ ¯
¯ a−b ¯ ¯ a−b ¯ ¯ k ¯
|h(a) − h(b)| = ¯¯ ¯≥¯
¯ ¯
¯ = ¯h (a) − hk (b)¯ .
¯
(a + 1)(b + 1) (ak + 1)(bk + 1)

(ii) Si (a, b) y (a + n, b + n) son dos intervalos, con b > a > 3, y n > 0,


|h(a) − h(b)| > |h(a + n) − h(b + n)| .
De nuevo, es trivial verificar esto:
¯ ¯ ¯ ¯
¯ a−b ¯ ¯ a + n − (b + n) ¯
|h (a) − h (b)| = ¯¯ ¯>¯
¯ ¯
¯
(a + 1) (b + 1) (a + n + 1) (b + n + 1) ¯
= |h (a + n) − h (b + n)| .
(iii) Si (a, b) y (a + n, b + n) son dos intervalos, con b < a < −3, y n < 0,
|h (a) − h (b)| > |h (a + n) − h (b + n)| .
En efecto, se tiene ¯ ¯
¯ a−b ¯
¯
|h (a) − h (b)| = ¯ ¯;
(a + 1) (b + 1) ¯
¯ ¯
¯ a−b ¯
|h (a + n) − h (b + n)| = ¯¯ ¯.
(a + n + 1) (b + n + 1) ¯
Pero a + n + 1 < a + 1 < 0, y b + n + 1 < b + 1 < 0, por lo que
(a + n + 1)(b + n + 1) > (a + 1)(b + 1) > 0,
y se sigue la afirmación.
(iv) Para (a, b) y (−b, −a) con b > a > 3, se tiene que
|h (−a) − h (−b)| > |h (a) − h (b)| .
¯ ¯
¯ a−b ¯
¯
Por supuesto, |h (−a) − h (−b)| = ¯ ¯ , y además,
(−a + 1) (−b + 1) ¯
|−a + 1| < |a| + 1 = a + 1, y |−b + 1| < |b| + 1 = b + 1,
entonces
0 < (−a + 1)(−b + 1) = |−a + 1| |−b + 1| < (a + 1)(b + 1),
y de esta desigualdad se sigue la afirmación.
(v) Si 0 < a < b < 3,
¯ ¯
¯ −1 ¯ ¯ a−b ¯
¯hg (a) − hg −1 (b)¯ = |h(a − 6) − h(b − 6)| = ¯ ¯,
¯ (a − 5)(b − 5) ¯
y por otra parte, a − 5 < b − 5 < −2, y por tanto, (a − 5)(b − 5) > 4, por lo que
¯ ¯
¯ −1 ¯ ¯ ¯
¯hg (a) − hg −1 (b)¯ < ¯ a − b ¯ = b − a .
¯ 4 ¯ 4
56 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Podemos ahora demostrar el lema: Recordemos que Fn se construye a partir de


0
Fn−1 , por lo que en (i) a (iv), sólo consideramos el caso en que los intervalos que
estamos analizando están fuera de (−3, 3). Supongamos que queremos calcular el
0
diámetro de Fn . Por (i), sólo tenemos que observar las imágenes bajo h de Fn−1 .
Por (ii), de entre todos los intervalos a la derecha del 0, sólo hay que considerar el
más cercano a 0. Y en forma análoga, de (iii), se sigue que el intervalo más cercano
a la izquierda del 0 es el único que nos interesa. De (iv) se sigue finalmente que el
diámetro de Fn es precisamente la longitud de la imagen bajo h del intervalo de
0
longitud máxima de Fn−1 ∩ (−9, −3). Observe que hay una cantidad numerable de
0
intervalos en Fn−1 que tienen la misma longitud.
Consideremos por un momento en Fn−1 ∩ (−2, 2), el intervalo de longitud máxima
(a, b). Al trasladarlo mediante g −1 , (g −1 (a), g −1 (b)) ⊂ Fn−1
0
∩ (−9, −3), y por
(v),
¯ ¯ 1 1
diam(Fn ) = ¯hg −1 (a) − hg −1 (b)¯ < |a − b| = diam(Fn−1 ).
4 4
1
Y por tanto, diam(Fn ) < n diam(F0 ), por lo que
4
1 1
lı́m diam(Fn ) ≤ lı́m n diam(F0 ) = lı́m n−1 = 0. ¤
n→∞ n→∞ 4 n→∞ 4

[
Demostracion de la Afirmacion. Se tiene por hipótesis, y ∈
/ f (D), por lo
f ∈G
[
b es un cı́rculo invariante para el grupo, y ∈
que en particular, dado que R / f (B),
f ∈G
b = A ∪ B.
donde B = D ∩ [−3, 3]. Observe ahora que D ∩ R
Sea w ∈ R,b fijo. Para cada k > 0, sea Fk la componente conexa de Fk que con-
y
[
tiene a y. Tal componente existe siempre, pues por hipótesis, y ∈
/ f (B). Por
f ∈G
tanto, existe fk ∈ G tal que fk (w) ∈ Fky . En efecto, si x ∈ A, fk entonces es la
transformación que manda a A en Fky , y si, x ∈/ A, entonces fk = fk0 h, donde fk0
es como antes. Por la forma en que se construyeron los conjuntos Fk , todas las
transformaciones son distintas, y no puede haber cancelaciones. Por definición del
diámetro de Fk ,
|fk (x) − y| ≤ diam(Fk ),
y por el Lema 4.6, lı́m diam(Fk ) = 0, y se sigue de la Definición 3.4 que y ∈ Λ. ¤
k→∞

Es claro que el ejemplo anterior se puede generalizar a una gran cantidad de sub-
grupos del grupo modular.

4.6. Grupos de Schottky. Sean Q1 , Q−1 , Q2 , Q−2 cuatro cı́rculos mutua-


mente exteriores en C. Para j = 1, 2, sea gj la transformación que manda el
exterior de Q−j en el interior de Qj .
Primero verificamos que en efecto tales transformaciones deben existir. Es un hecho
bien conocido que PSL(2, C) es transitivo en cı́rculos, esto es, dados dos cı́rculos
Q1 , Q−1 , existe g tal que g(Q1 ) = Q−1 . Si se tiene que g (Int Q1 ) = Int Q−1 ,
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 57

b y h(z) = −z. Entonces la com-


consideremos f ∈ PSL(2, C) tal que f (Q1 ) = R,
posición f hf intercambia Int Q1 con Ext Q1 , y por tanto g1 = gf −1 hf es la
−1

transformación requerida. Definimos


D1 = Ext Q1 ∩ Ext Q−1 , D2 = Ext Q2 ∩ Ext Q−2 .

Q1

Q−2

Q−1 Q2

Por definición, g1 (D1 ) ⊂ g1 (Ext Q−1 ) = Int Q1 .


Observe ahora que Int Q1 ⊂ Ext Q−1 , y por tanto,
g12 (D1 ) ⊂ g1 (Int Q1 ) ⊂ g1 (Ext Q−1 ) = Int Q1 .
Se sigue inductivamente que para toda k,
g1k (D1 ) ⊂ Int Q1 , y por tanto, g1k (D1 ) ∩ D1 = ∅,
y D1 es un hg1 i-paquete.
Q−2 = g2−1 (Q2 )

Q2 = g2 (Q−2 )
g2−2 (Q2 )
g22 (Q−2 )

g2−3 (Q2 )
g23 (Q−2 )

Análogamente, D2 es un hg2 i-paquete. Como D = D1 ∩ D2 6= ∅, se sigue del


Teorema
S 4.5 que G = hg1 i ∗ hg2 i, D es un G-paquete, y G actúa discontinuamente
en g∈G g(D) Además, debido a la contención (i = 1, 2)
gi (Int Qi ) ⊂ gi (Int Qi ) ⊂ gi (Ext Q−i ) = Int Qi ,
se sigue del Lema 3.7 que gi es loxodrómica.
[
En seguida, mostraremos que de hecho, G actúa discontinuamente en g(D).
g∈G
Para ver esto, es suficiente mostrar que ningún punto z ∈ ∂D puede estar en Λ.
En efecto, sean w ∈ C b y f = hm hm−1 · · · h1 , con hk ∈ Gi hk 6= I, Gi 6= Gi .
k k k+1

Ahora, hay dos posibilidades excluyentes; w ∈ D, o w ∈ C b \ D.


b
Si w ∈ D, podemos suponer que h1 ∈ hG1 i, y por tanto, h1 (w) ∈ h1 (D1 ) ⊂ C\D1 ⊂
D2 .
b \ D2 ⊂ D1 .
Ahora, h2 ∈ hG2 i, y h2 (h1 (w)) ∈ h2 (D2 ) ⊂ C
58 JOSÉ LUCIO SÁNCHEZ GARRIDO

Q1
h1 (w)
Q−2

w
h2 h1 (w)
Q−1 Q2

Inductivamente, si m ≡ 0 mod 2, hm · · · h1 (w) ∈ D2 ⊂ D1 , y si m ≡ 1 mod 2,


entonces hm · · · h1 (w) ∈ D1 ⊂ D2 .
b \ D. Sin pérdida de generalidad, podemos suponer que
Falta revisar el caso w ∈ C
w ∈ Int Q1 ∪ Int Q−1 .

De nuevo, si h1 ∈ hG1 i, entonces h1 (w) ∈ Int Q1 ∪ Int Q−1 ⊂ D2 ,


Q1

h1 (w)
Q−2

w Q−1 Q2

y podemos repetir el argumento anterior.


Si por otra parte, h1 ∈ hG2 i, como w ∈ D2 , de nuevo estamos en el caso anterior.
Sólo basta observar que las imágenes sucesivas de w nunca se acercan a ∂D, pues,
si la longitud de la expresión de h es al menos 2, necesariamente f (w) se encuentra
en la cerradura de las imágenes de Q1 , Q−1 , Q2 , y Q−2 bajo g1 , g1−1 , g2 , y g2−1 , y
por tanto, las imágenes no se pueden acumular en ∂D.
Q1
Q−2

Q−1
Q2
GRUPOS KLEINIANOS ELEMENTALES Y NO ELEMENTALES 59

Referencias
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Notes, Minnesota, 1981.
[2] Apostol. T., Mathematical Analysis, Addison Wesley, Reading, Massachusetts, 1974.
[3] Bartle, R. G., Introducción al Análisis Matemático, Limusa, México, 1980.
[4] Beardon, A. F., The Geometry of Discrete Groups, Graduate Texts in Mathematics 91,
Springer-Verlag, New York, 1983.
[5] Jones, G. and Singerman, D., Complex Functions, an Algebraic and Geometric Viewpoint,
Cambridge University, Cambridge, 1987.
[6] Klein, F., Lectures on the Icosahedron and the Solution of Equations of Fifth Degree, Dover,
New York, 1956.
[7] Kuroš, A. G. The Theory of Groups, Volume II, Chelsea, New York, 1960.
[8] Lehner, J., A Short Course in Automorphic Functions, Holt, Rinehart and Wilson, New York,
1966.
[9] Magnus, W., Karras, A. and Solitar, D., Combinatorial Group Theory: Presentations of
Groups in Terms of Generators and Relations, Dover, New York, 1976.
[10] Neumann, P. M., Stoy, G. A., and Thompson, E. C., Groups and Geometry, Oxford Science
Publications, Oxford University Press, Oxford, 1994.
[11] Rotman, J. J., An Introduction to the Theory of Groups, third edition, W. C. Brown,
Dubuque, Iowa, 1988.
[12] Rudin, W., Principles of Mathematical Analysis. McGraw-Hill, New, York, 1976.
[13] Ratcliffe, J. G., Foundations of Hiperbolic Manifolds, Graduate Texts in Mathematics 149,
Springer-Verlag, New York, 1994.

E-mail address: jose.sanchezga@imss.gob.mx

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