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La tesis principal presentada a lo largo del texto consiste en la sumisión y el control que ha
logrado la “industria cultural” sobre la sociedad gracias a la producción y el consumo de
bienes culturales estandarizados, en base a la ideología burguesa que gracias al control del
capital controla las distintas industrias culturales, lo cual conlleva que el ámbito de la
cultura está bajo el control del ámbito económico convirtiendo en mercancías las obras
culturales.

Para empezar, una de las características de la cultura producida por la “industria cultural”
es que todo está teñido con la semejanza, lo cual se da en los distintos medios que la
reproducen como el cine, la radio, la televisión, prensa, los cuales forman un sistema cuya
eje coordinador y monopólico es el capital. Donde los monopolios culturales son débiles y
dependientes en comparación con los sectores industriales clásicos, los cuales dictan las
pautas de la industria cultural. Así se va constituyendo la “cultura de masas”, la cual crea
una falsa identidad entre lo universal y lo particular, y que a pesar de la diversidad aparente,
esta sea toda idéntica.

Estas industrias culturales se caracterizan también en términos tecnológicos, donde los


mecanismos de reproducción satisfacen múltiples necesidades en múltiples lugares con
bienes estandarizados, necesidades producidas por la misma industria cultural. De esta
forma se va estableciendo un “círculo de manipulación y necesidad”, que se retroalimenta a
sí mismo y se refuerza, es el propio público formado por la industria cultural que favorece
al sistema de la industria cultural. Las masas tienen lo que desean y se aferran a la ideología
mediante la cual se les subyuga, así esta industria se adapta a los deseos por ella misma
evocados. El poder que controla estas técnicas de reproducción es el poder económico de
los más ricos en la sociedad, donde la racionalidad técnica es una racionalidad del dominio.
Esta técnica ha llevado a la estandarización y producción en serie, por lo cual se elimina la
lógica de la cual la obra se diferenciaba de la lógica del sistema social.

Estas industrias van creando multitud de distinciones en sus productos que ayudan a
clasificar, organizar y manipular a los consumidores, donde hay algo pensado para cada
consumidor para que ninguno pueda escapar de esta gran clasificación de las necesidades,
los consumidores son sólo datos estadísticos que son manipulados por los departamentos de
mercadeo. Acá el “esquematismo del procedimiento” destaca, pues los productos
mecánicamente diferenciados se muestran cómo lo mismo, aquí el consumidor no tiene
nada que clasificar pues todo ya ha sido hecho anticipadamente. El catálogo creado no sólo
delimita el ámbito libre, sino que lo domina y controla por entero.

La obra mediocre de la “industria cultural” ha preferido siempre asemejarse a las otras, se


ha contentado con el sustituto de la identidad, se absolutiza la imitación. La cultura es
entregada a las manos de la administración, que la cataloga y clasifica. Sólo la subsunción
industrializada radical y consecuente, es del todo adecuada a este concepto de cultura.

La industria cultural se ha desarrollado con el “primado del efecto”, donde el detalle


técnico esta por sobre la obra, detalle que fue el portador de la idea alguna vez. El detalle al
emanciparse se había hecho rebelde, como demostración de rebelión contra la organización,
pero con la industria cultural se pone fin a esto con la “totalidad” en la obra, pues al no
conocerse otra cosa que los efectos, se acaba con la rebeldía de estos y se los somete a la
forma que sustituye a la obra, donde se trata igual al todo y a las partes, el todo se opone a
los detalles. La armonía garantizada con el todo, es una parodia de la armonía garantizada
de la obra de arte burguesa. La necesidad constante de nuevos efectos siempre ligados al
viejo esquema, no hace más que aumentar la autoridad de lo tradicional, esta paradoja de la
rutina disfrazada de naturaleza se advierte en todas las manifestaciones de la industria
cultural.

La reconciliación de lo universal con lo particular en la obra, donde el estilo adquiere


contenido, es vana porque no se llega a ninguna tensión entre los polos, los extremos que se
tocan quedan diluidos en una confusa identidad, lo universal puede sustituir a lo particular
y viceversa. El estilo autentico es el del dominio.

El consumidor cultural tiene una atrofia de la imaginación y de la espontaneidad, de manera


tal que los productos son hechos de tal forma que su percepción adecuada exige rapidez de
intuición, capacidad de observación y competencia específica, lo cual a su vez limita la
actividad pensante, pues uno se puede perder los hechos que pasan, está prohibido
detenerse.

El conformismo de los consumidores adquiere una buena conciencia, que se conforman con
la constante repetición de lo mismo. El “principio de siempre lo mismo” está en la base de
la industria cultural, la cual excluye lo nuevo que se ve como riesgo.

La industria cultural es el estilo más inflexible de todos, es el objeto del liberalismo. Lo que
se resiste sólo puede sobrevivir en la medida en que se integra. Por esto mismo en los
países donde se desarrolló el liberalismo, los más industrializados, es donde ha triunfado la
industria cultural, producto de las leyes del capital. Excluido el sujeto de la industria es
fácil convencerlo de su insuficiencia, así industria cultural fue creando al hombre como ser
genérico

La ideología de la industria cultural, sin contenido, vaga y falta de compromiso, no es por


esto más transparente ni tampoco más débil.

Esta cita del texto refleja muy bien varias de las ideas ya expuestas: Bajo el monopolio
privado de la cultura “la tiranía deja el cuerpo y va derecha al alma. El amo ya no dice
“pensad como yo o moriréis” dice: “sois libre de pensar como yo”.

La industria cultural crea la transposición del arte en la esfera del consumo, gracias a la
accesibilidad a los bajos precios de los productos hay una transformación en el carácter de
mercancía del arte mismo, el arte reniega de su propia autonomía, considerándose un bien
de consumo. La utilidad de la obra de arte en la sociedad competitiva es la existencia de lo
inútil, que no obstante es liquidado mediante su total subsunción a lo útil.

En el arte burgués se crea la unidad de los opuestos, el mercado y la autonomía de la obra.


La pureza del arte burgués fue al precio de excluir la clase inferior bajo la idea de falsa
universalidad, de esta forma, arte, cultura, diversión, se unen bajo el falso denominador de
la industria cultural.

El valor de uso de los bienes culturales es sustituido por el valor de cambio, ahora el valor
de uso del arte es un fetiche donde su valoración social es su único valor. Las obras de arte
son consideradas como máximas políticas infundidas a precios bajos.

Se le ofrece al consumidor el sucedáneo de la profundidad o los desperdicios culturales de


las que tiene que disponer por razones de prestigio. También hay un uso de las palabras y
expresiones sólo por su valor de posición como símbolos protectores.

La cultura bajo tal nivel de intercambio que ya ni siquiera se la considera mercancía


intercambiable, se disuelve en el uso mismo, por ello se funde con la publicidad. Esta
publicidad es el estilo de la industria cultural, es el arte por excelencia la cual es pura
exposición del poder social, publicidad e industria cultural se funden.

El poder sobre los consumidores está mediatizado por la diversión, la cual es la


prolongación del trabajo en el capitalismo, el sujeto ya no puede experimentar otra cosa que
reproducciones del mismo proceso del trabajo. De esta diversión toda conexión lógica que
requiera esfuerzo intelectual es cuidadosamente evitada, por lo tanto hay que dudar si la
función de las industrias culturales es realmente divertir.

La fusión entre cultura y entretenimiento se realiza como corrupción de la cultura y también


como espiritualización forzada de la diversión, el divertirse significa estar de acuerdo,
significa siempre que no hay que pensar, que hay que olvidar el dolor. La liberación que
promete la diversión es la liberación del pensamiento en cuanto negación.

La industria cultural al exponer siempre el objeto del deseo, no hace más que excitar el
placer no sublimizado que por el hábito de la privación, que ha quedado desde hace tiempo
deformado y reducido a “placer masoquista”, y la risa ha invadido la felicidad y la arrastra
consigo a su indigna totalidad. Ofrecer a sus víctimas algo y privarles de ello, se hace en un
mismo acto, el sistema en principio les presenta las necesidades como susceptibles de ser
satisfechas por la industria cultural, pero por otro lado, organiza con antelación esas
mismas necesidades.

La industria cultural sólo reproduce la vida de quienes le son fieles, se observa que la escala
de los niveles de vida corresponde a la conexión interna de las clases y de los individuos
con el sistema. Bajo este sistema los trabajadores viven bajo la ilusión ideológica de que
son alimentados por los dirigentes, cuando es todo lo contrario.

Basta tomar conciencia de la propia nulidad para empezar a formar parte, demostrar que se
identifica uno sin reservas con el poder que lo somete, se es feliz con tal que uno se
entregue y que se renuncie a la pretensión de ser feliz, la falta de competencia lo califica
como un miembro de confianza en la sociedad capitalista.
Por último tenemos que el individuo sólo es tolerado en cuanto a su identidad incondicional
con lo universal, emerge así la “pseudo-individualidad”, donde la singularidad del sí mismo
es un bien monopolista socialmente condicionado presentado falsamente como natural, este
es el carácter ficticio del individuo en la época burguesa. El proceso de “individuación” se
ha llevado a cabo a costa de la “individualidad” en cuyo nombre se llevado a cabo, bajo la
fractura de la sociedad.

Como conclusión en esta reseña se observa como esta visión proveniente de la “teoría
crítica” de influencia marxista nos presenta un panorama bastante pesimista de la sociedad
bajo la economía capitalista, lo cual se hace en tono de denuncia en que la apropiación de
las industrias culturales por el capital, en vez de liberar a los individuos, los somete y
esclaviza con sus producciones culturales.

Como críticas, que pueden ser varias, esta visión plantea una imagen de los individuos en la
sociedad como entes totalmente pasivos, que no son capaces de cuestionar lo que se les
presenta en los distintos medios de producción de la industria cultural, lo cual se ciñe con la
idea de efectos de los media fuertes, tipo “bala mágica”, como bala que explota en nuestro
cerebro sus ideas sin que podamos evitar su asimilación total, lo cual no toma en cuenta que
los productos de la industria cultural se ven filtrados por el pensamiento de los individuos
de distintas formas

También resalta la visión elitista de los autores, pues plantean que las masas son un ganado
totalmente dócil dirigido por los cabecillas capitalistas, donde ellos, los autores, están
totalmente excluidos de esta sociedad y sus relaciones de poder, pudiendo establecerse en
un punto exterior a la sociedad.
RESUMEN 1

La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas

La civilización actual concede a todo un aire de semejanza ---> falsa identidad lo universal y
lo particular.
En términos tecnológicos es necesario que la industria cultural genere métodos de
reproducción que conducen a que, en diferentes lugares, necesidades iguales sean satisfechas
mediante productos estándar ---> igualación y producción en serie.

La constitución del público forma parte del sistema de la industria cultural. Los deseos
espontáneos del público se convierten en un texto inconsciente. Para todos los
consumidores hay algo previsto y cada consumidor debe dirigirse a la categoría de los
productos en masa que han sido preparados para él.

El tiempo libre del trabajador debe orientarse sobre la unidad de producción ---> para el
consumidor no hay nada por clasificar que no haya sido ya anticipado en el esquematismo de
la producción.

El mundo entero está pasado por el cedazo de la industria cultural, ésta trata de la misma
forma al todo y a las partes. La atrofia de la imaginación y de la espontaneidad del
consumidor cultural no necesita ser manejada mediante mecanismos psicológicos ya que los
productos mismos paralizan tales facultades mediante su constitución objetiva.

Imitación
En el pasado, en toda obra de arte, el estilo era una promesa, hoy la obra mediocre prefiere
semejarse a las otras ---> la industria cultural absolutiza la imitación. Incluso la
vanguardia, lo que se resiste es registrado en sus diferencias por parte de la industria cultural
y luego llega a formar parte de esta.
Con la industria cultural las masas tienen lo que quieren y reclaman la ideología mediante
la cual se las esclaviza ---> tal conformismo se contenta con la eterna repetición de lo mismo.

Mecanización
La mecanización ha conquistado poder sobre el hombre durante el tiempo libre y sobre su
felicidad, determina la fabricación de los productos para distraerse, que el hombre no tiene
más acceso que a las copias. Solo se puede escapar al proceso de trabajo en la fábrica y la
oficina adecuándose a él en el ocio.

Defraudación de la industria cultural


La industria cultural defrauda continuamente a los consumidores respecto a aquello que les
promete. A diferencia de las obras de arte, las obras de la industria cultural no transforma
ciertos instintos primarios en cultura, sino que reprime y sofoca. Las obras de arte son
ascéticas y sin pudores, la industria cultural es pornográfica. En la industria de las diversiones
la risa se convierte en un instrumento de la estafa respecto a la felicidad. Sin embargo el
engaño no reside en el hecho de que la industria cultural prepare distracción sino en
que arruina el placer al quedar pegada a los clisés ideológicos.

Amusement
Cuanto más solidas se tornan las posiciones de la industria cultural, tanto más brutalmente
puede obrar con necesidades del consumidor, producirlas, guiarlas, disciplinarlas, suprimir
incluso la diversión: para el progreso cultural no existe aquí ningún límite. Pero tal tendencia
es inmanente al principio mismo – burgués e iluminado – del amusement (amusement:
distracción, diversión, entretenimiento. El amusement es la prolongación del trabajo bajo el
capitalismo tardío. Es buscado por quien quiere sustraerse al proceso del trabajo
mecanizado para ponerse de nuevo en condiciones de poder afrontarlo) ---> divertirse
significa siempre que no hay que pensar.

La industria está interesada en los hombres solo como sus clientes y empleados. Cuanto
menos tiene la industria para prometer más pobre se convierte la ideología que difunde.

La ideología vaciada de sentido lleva consigo la previsión social. Si bien la libertad formal
de cada uno está garantizada, cada uno está encerrado desde un principio en un sistema
de relaciones e instituciones que forman un instrumento hipersensible de control social.

Relación de la industria cultural con lo trágico: la industria cultural en lugar de limitarse a


cubrir el dolor bajo el velo de una solidaridad improvisada pone todo su honor de firma
comercial en admitirlo. A diferencia del arte que sí brinca sustancia de trágico, el amusement
aunque lo intente no la puede proporcionar.

Tolerar la vida: Si la cultura siempre ha contribuido a domar los instintos


revolucionarios la cultura de masas hace algo más: enseña e inculca la condición
necesaria para tolerar la vida despiadada.

En la industria cultural el individuo es ilusorio no solo por la igualación de sus técnicas de


producción sino también porque su identidad con lo universal se halla fuera de toda duda.
Las víctimas de la ideología son aquellas que ocultan la contradicción en lugar de acogerla.

Fetiche - arte como mercancia


En la industria cultural todo tiene su valor sólo en la medida que se puede intercambiar,
no por ser en sí algo. En este sentido el valor de uso del arte es un fetiche. El arte se toma
como una mercancía preparada, asimilada a la producción industrial, adquirible y
fungible. Hay obras de arte que son adaptadas por la industria cultural.

La cultura es una mercancía paradójica:


Se halla hasta tal punto sujeta a la ley de intercambio que ya ni siquiera es intercambiada y
no es posible utilizarla. Por eso se funde con la réclame (publicidad) que resulta más
omnipresente.
---> hoy la publicidad es un dispositivo de bloqueo, todo lo que no lleva su sello es
sospechoso. La publicidad se convierte en el arte por excelencia ---> desarrolla un leguaje:
la repetición ciega y la rápida expansión de sus palabras la vinculan con el totalitarismo.
Hoy la industria cultural ha heredado la función civilizadora de la democracia. Pero la
libertad en la elección de ideologías, que refleja siempre la constricción económica, se
revela como la libertad de lo siempre igual.

RESUMEN 2

“LA INDUSTRIA CULTURAL: Iluminismo como mistificación de masas”

! “La civilización [ironía: capitalismo industrial monopólico; burguesía] actual concede a todo un aire de
semejanza. Film, radio y semanarios constituyen un sistema”.
No son todos iguales en contenidos, sino en el esquematismo de procedimiento. Los esquemas van
contra el pensamiento, pues en ellos se pierden las matices, los grises.

- Las socialdemocracias y los estados benefactores son formas de regresión que sustituyen lo individual
por lo general. Se evidencia una masificación en pos de los intereses de las clases dominantes. La
rebeldía es narcotizada, sometida, por los beneficios sociales.
“Pero los proyectos urbanísticos que deberían perpetuar, en pequeñas habitaciones higiénicas, al
individuo como ser independiente, lo someten aun más radicalmente a su antítesis, al poder total del
capital.”

- La unidad [continuidad] visible de macrocosmo [centro con sus instituciones] y microcosmo [las
“pequeñas habitaciones higiénicas”] ilustra a los hombres sobre el esquema de su civilización: la falsa
identidad de universal y particular.” Es un engaño, pues si bien la igualdad universal es proclamada, a
nivel particular hay desigualdades.

! “La racionalidad técnica es hoy la racionalidad del dominio mismo.”


Técnica se iguala con dominio  la ciencia al servicio del capital. Esto se puede ver en el alcance de la
masificación de los medios de comunicación.

- “Automóviles y films mantienen unido el conjunto hasta que sus elementos niveladores repercuten
sobre la injusticia misma a la que servían.” Se iguala tiempo de trabajo y tiempo de ocio. En ambas es
evidente lo seriado y lo planificado. Doble cosificación: ambas partes del sujeto son fuentes de lucro
para la clase dominante. Perversión de la industria cultural: el sujeto acude al entretenimiento para
escapar de la explotación de la línea de montar, pero vuelve a encontrarse con ella. Así, los sujetos
quedan atrapados en el sistema de dominación. !

- Kant [esquematismo]  filosofía que combina idealismo de la razón con el empirismo inglés. El mundo
sensible es caótico. El ser humano proyecta sobre el mundo sensible su entendimiento –que es
inherente a él– clasificándolo en categorías (del entendimiento) que están en el sujeto cognoscente.

Adorno y Horkheimer afirman, irónicamente, que la industria cultural realiza este esquematismo por el
sujeto.
“Durante el tiempo libre el trabajador debe orientarse sobre la unidad de la producción. La tarea que el
esquematismo kantiano había asignado aun a los sujetos -la de referir por anticipado la multiplicidad
sensible a los conceptos fundamentales- le es quitada al sujeto por la industria. La industria realiza el
esquematismo como el primer servicio para el cliente. (…) Para el consumidor no hay nada por clasificar
que no haya sido ya anticipado en el esquematismo de la producción.”

- Detalles:
 En la industria cultural: “Confirmar el esquema, mientras lo componen, constituye toda la realidad de
los detalles.” Se puede renovar, pero no rebelar.
 en las obra de arte: “El detalle, al emanciparse [al lograr relativa autonomía del capital], se había
tornado rebelde y se había erigido –desde el romanticismo hasta el expresionismo– en expresión
desencadenada, en exponente de la revolución contra la organización .” Presenta mayor exigencia de
comprensión, pues va a romper un orden, no directamente el orden social.

! La industria cultural es lo opuesto al arte.


La industria cultural iguala lo bello con lo útil y, en lo posible, se queda con lo último, tornándose profeta
de lo existente. La estandarización de los productos acabó con el estilo. El estilo representa lo temido,
pues es lo particular, lo diferente. Hay una homogeneización en detrimento de las particularidades. Esta
seriación disminuye costos, aumente ventas y maximiza ganancias. Asimismo, la estandarización
permite la previsibilidad, lo que facilita la manipulación y los negocios. La previsibilidad atrofia la
imaginación y espontaneidad del público.
“La atrofia de la imaginación y de la espontaneidad del consumidor cultural contemporáneo no tiene
necesidad de ser manejada según mecanismos psicológicos. Los productos mismos, a partir del más
típico, el film sonoro, paralizan tales facultades mediante su misma constitución objetiva.”
La esquematización del procedimiento (=producción serial) que constituye objetivamente a los
productos culturales paraliza y atrofia la capacidad de la imaginación teórica de los sujetos.

- Teoría estética, de Adorno.


Vanguardia es romper con el orden instituido de representación; es el modelo de lo que se puede hacer
en lo social.

- “La violencia de la sociedad industrial obra sobre los hombres de una vez por todas. Los productos de
la industria cultural pueden ser consumidos rápidamente incluso en estado de distracción.”

-¿Cómo opera el capitalismo con quien se resiste a la masificación?


Adorno y Horkheimer observan la tradición norteamericana, no al nazismo. Sostienen que al sujeto que
se resiste, sutilmente se lo excluye, teniendo el sujeto que vivir en la marginalización. Se le quita el
sentido de pertenencia, se lo etiqueta como “raro”. De esta manera, se va minimizando su capacidad de
resistencia.

- Advierten cómo la violencia en las comedias, dibujitos animados, etc., naturaliza el maltrato continuo
que sufren como condición de existencia.

- Efecto risueño
La risa indica el desvanecimiento de un miedo; la risa serena "es como el eco de la liberación respecto al
poder", la risa terrible es la forma astuta en que el miedo es vencido a través de una alianza con aquello que
hay que temer. Recomendada de modo continuo por la industria cultural -a través de la diversión- la risa
opera como "un instrumento de estafa respecto a la felicidad"  pérdida de compromiso con lo social y
proclamación del orden existente.
! Operaciones básicas de la Modernidad:
- separar el producto del proceso de producción, ocultando este último
- perder el valor de uso, en pos del valor de cambio.
- reemplazar los objetos por ilusiones de objeto.
- vaciar de contenidos a la producción cultural
- poder de la cuantificación: números vacíos de contenidos

- Notamos la influencia de Freud [lo reprimido vuelve con más fuerza y en forma de perversión], quien
inspira al pensamiento frankfurtiano: van a enfocarse en las subjetividades.  Las condiciones
objetivas no explican la realidad

- En el Iluminismo, dan cuenta del carácter represor del progreso: un modo de ser, hacer, entender.

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