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Intercambio y Uso Ritual de Fauna Por Tiwanaku PDF
Intercambio y Uso Ritual de Fauna Por Tiwanaku PDF
INTERCAMBIO
N° 23 - 2002
Y USO RITUAL DE FAUNA POR TIWANAKU: ANALISIS DE PELOS Y FIBRAS...
RESUMEN Introducción
Se presentan los resultados del análisis zooarqueológico En las cercanías de la localidad de Amaguaya,
de dos conjuntos de artefactos Tiwanaku (400-1100 DC),
procedentes de la localidad de Amaguaya, en Bolivia. Los provincia Larecaja, Departamento de La Paz,
conjuntos se componen de una importante cantidad de Bolivia, en 1998 fue hallado un conjunto de arte-
artefactos orgánicos (estuches, bolsas de cuero, textiles y factos arqueológicos (Figura 1).2 El conjunto
fibras de lana). Mediante el análisis microscópico de pe- inicialmente fue asociado al Horizonte Medio
los y fibras provenientes de los artefactos y su compara- (400-1100 DC) a partir de la presencia de dise-
ción con muestras de colecciones de referencia, se logró
ños iconográficos antropomorfos de notoria seme-
la identificación de la totalidad de las muestras estudia-
das. Se determinó que, con excepción del jaguar (Phantera janza Tiwanaku, en al menos un fragmento de
onca), el resto de las pieles y fibras con que fueron elabo- textil y una tableta ceremonial de madera, la cual,
rados los artefactos pertenecen a especies de distribución al parecer, conformaba el artefacto más importante
local. Los conjuntos de Amaguaya proporcionan impor- del conjunto. Una serie de artefactos de diverso
tante información acerca del ritual en Tiwanaku así como tipo complementaban el hallazgo, que, conside-
de las relaciones de intercambio e interacción generadas
rando sus particularidades y asociación, sugerían
con la región de la Cordillera Oriental durante el Hori-
zonte Medio. fuertemente una función ritual. Lo que más lla-
mó la atención del hallazgo fue la buena conser-
Palabras claves: Amaguaya, Bolivia – fauna – fibras – vación que presentaban los artefactos en su ge-
pelos – Tiwanaku – zooarqueología. neralidad, considerando que la mayoría de estos
fueron manufacturados en materiales orgánicos.
ABSTRACT
En este artículo se presenta una revaluación ge-
In this article I present the results of the zooarchaeological neral de los resultados e interpretaciones ante-
analysis of two archaeological sets of Tiwanaku (AD 400- riormente elaboradas en dos artículos previamen-
1100) artifacts from Amaguaya, Bolivia. These sets are te publicados por el autor y la bióloga Lic. Eliana
formed by an important quantity of organic elements (e.g. Flores (ver Capriles y Flores 2000a, 2000b) acer-
cases and leather bags, textiles and wool fibers). The ca de este importante hallazgo arqueológico. Ini-
identification of the entirety of the studied samples was
cialmente se caracterizará al conjunto arqueoló-
achieved through the microscopic analysis of the hairs and
fibers of the archaeological samples and their comparison gico de Amaguaya y en segundo lugar se pre-
with samples derived from a reference faunal collection. sentarán los resultados e inferencias del análisis
Excluding the cases that were made with jaguar leather microscópico realizado. Finalmente, se propon-
(Phantera onca), the rest of the artifacts were elaborated drá una serie de interpretaciones con referencia
with skins and fibers of animal species with a local al contexto arqueológico de Amaguaya y su re-
distribution. The Amaguaya sets provide important
information about the relationships of exchange and
lación con Tiwanaku.
interaction between Tiwanaku and the eastern cordilleran
region of the Andes during the Middle Horizon.
Key words: Amaguaya, Bolivia – fauna – fibers – hair – 2 A principios de 1998 fue cuando la Dirección Nacional de
Tiwanaku – zooarchaeology. Arqueología y Antropología (DINAAR) en La Paz recibió
un importante conjunto de artefactos arqueológicos por parte
Recibido: enero 2003. Manuscrito revisado aceptado: mayo 2003. del señor Fausto Pilco, residente de la localidad de
Amaguaya. Según la información proporcionada por el se-
ñor Pilco, el hallazgo del conjunto se produjo en un abrigo
1 Carrera de Arqueología, Universidad Mayor de San An- cercano a la mencionada población, mientras él se encon-
drés, Casilla 499, La Paz. Email: eliflor@ceibo.entelnet.bo traba buscando posibles vetas de minerales.
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Figura 1. Mapa de la región Circumtiticaca donde se localizan Amaguaya y otros sitios arqueológicos
contemporáneos.
Descripción del conjunto arqueológico de traba un estuche de mayor tamaño en cuyo inte-
Amaguaya rior se halló una tableta ceremonial de madera,
que posiblemente conformó el artefacto más im-
El conjunto arqueológico de Amaguaya estaba portante del conjunto (Figura 4). Presenta las si-
constituido por tres envolturas amorfas de cuero guientes dimensiones: 24.6 cm de largo por 9.1
curtido dispuestas una al lado de otra (cuyas di- cm de ancho y 1.2 cm de espesor. Su forma es
mensiones variaban entre 27 y 50 cm por 15 a 10 hipérbole en planta y levemente curvada en sec-
cm). Dada su forma es posible que hayan sido ción. Está dividida en dos mitades, de las cuales
empleadas para llevar flechas (a manera de carcaj la inferior se constituye por un espacio con una
o aljabas) aunque esta suposición todavía requie- concavidad para depositar el alcaloide y la supe-
re mayor sustento. Estas tres envolturas acompa- rior por un apéndice decorado con un complejo
ñaban a un paquete envuelto por una fibra de cor- diseño iconográfico. El diseño está grabado y ta-
teza vegetal que encerraba una serie de artefactos llado en bajo relieve con un motivo antropomorfo
orgánicos que finalmente albergaban a pequeños Tiwanaku,3 a su vez decorado con incrustaciones
objetos orgánicos e inorgánicos posiblemente de de concha de mullu (Spondylus sp.), lapislázuli,
carácter ritual o ceremonial (Figura 2). malaquita, turquesa (cf. sodalita) y cobre (Rendón
2000). Igualmente acompañando al estuche de la
Una vez quitada la fibra de corteza vegetal, una tableta, se halló un fragmento de textil policromo
cuerda a manera de honda de 114 cm de longitud
amarraba a un estuche de cuero de 11 cm de lar-
go por 4.5 cm de ancho, y que llevaba en su inte- 3 El personaje antropomorfo está de perfil, mirando hacia arri-
rior una cuchara de hueso posiblemente de ba, tiene una protuberante nariz, de su boca sale una espe-
camélido de 17 cm de largo por 2.1 cm de ancho cie de llama y encima de su cabeza carga un tocado típica-
mente Tiwanaku. En su mano derecha sostiene un cetro
y 0.5 cm de espesor, finamente tallada con una apoyado sobre una cabeza trofeo y en la mano izquierda
representación ornitomorfa (posiblemente de un carga una cabeza trofeo que al parecer arrastra. Tiene la
ave rapaz) en la parte superior de su mango (ver rodilla izquierda apoyada en el piso y se yergue sobre un
Figura 3a). Al lado del referido estuche se encon- pedestal escalonado a manera de altar.
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Figura 3. Cuchara de hueso con iconografía Tiwanaku procedente de Amaguaya (anverso y reverso).
Fotografías de Eduardo Pareja.
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de 21 cm de largo por 11 cm de ancho, decorado ojival de 8.1 cm de largo con retoque bifacial
con un motivo antropomorfo Tiwanaku, envolvien- continuo, elaborada en arenisca roja (con una pe-
do a una bolsa textil de 30 cm de largo por 15 cm queña fractura en la punta) amarrada en su parte
de ancho, decorada con diseños geométricos igual- medial por un hilo de lana de fibra animal de co-
mente policromos. Ambos textiles fueron elabo- lor azul verdoso junto con cuatro plumas y plu-
rados con técnica de tapiz; sin embargo, la base mones de color verde (posiblemente pertenecien-
de la bolsa textil al parecer fue tejida. tes a alguna especie de loro o picaflor) y con algu-
nas fibras no hiladas de fibra animal y acompaña-
Dentro de la bolsa textil se encontró un estuche da de un cristal de cuarzo translúcido posiblemen-
de 26.5 cm de largo por 6 cm de ancho, manufac- te pulido. La siguiente bolsa tenía 15 cm de largo
turado en dos cueros, uno de los cuales llevaba y contenía una figurilla zoomorfa de 2.3 cm de lar-
flecos, aunque no contenía ningún artefacto. Igual- go elaborada en hueso y enrollada en su parte
mente al interior de la mencionada bolsa se halla- medial por un hilo de lana azul verdoso, una lasca
ba una serie de siete bolsas cónicas de tamaños de obsidiana de 1.7 cm de largo posiblemente con
decrecientes y dispuestas una al interior de la otra. retoque unifacial igualmente envuelta por un hilo
Cada bolsa contenía en su interior además de otra de lana del mismo color que el anterior artefacto,
bolsa, artefactos de características muy particula- y finalmente un singular artefacto lítico de 2.1 cm
res posiblemente asociados a prácticas rituales y de largo, de forma esférica, color café y superfi-
ceremoniales. cie pulida que estuvo rodeado por un conglome-
rado de fibras no hiladas, un hilo de lana que no
La primera bolsa (en orden de afuera hacia aden- lo envolvía y un plumón. La tercera bolsa tenía
tro) tenía 22 cm de largo y su contenido era otra 6.5 cm de largo y llevaba en su interior un arte-
bolsa de 20 cm, en cuyo interior se encontraron facto lítico de 2.2 cm de largo, de forma esferoi-
otras cinco bolsas. La de mayor tamaño medía 18 de, color negruzco, posiblemente tallado y puli-
cm de largo y contenía una punta de proyectil do, y acompañado por un conglomerado de fibra
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animal no hilada y un hilo de lana que no lo en- Norte Grande de Chile (ver Berenguer 2000; To-
volvía. Este artefacto al parecer tenía una forma rres 1996).
similar a la de un camélido. La penúltima bolsa
tenía alrededor de 4 cm de largo y estaba enrolla- El abrigo fue ubicado en la parte media de un
da por un hilo de lana y en su interior se halló un afloramiento rocoso bastante grande con abundan-
cristal de cuarzo cristalino. La última bolsa tenía tes rocas de grandes dimensiones, conformando
aproximadamente 6 cm de largo, llevaba en su un vértice en el cual se conectan dos valles con
interior algún tipo de mineral (al parecer cuarzo características de bofedales (humedales de altura)
cristalino) molido y estaba enrollada por un hilo que nacen a pocos kilómetros al oeste del aflora-
de lana de fibra animal.4 miento, en la Cordillera Real u Oriental (grupo
Chachacomani) con alturas superiores a los 6000
Investigaciones de campo en Amaguaya m.snm (Mesili 2002).
En junio de 1998, se desarrolló el Proyecto Ar- El lugar donde se localiza el abrigo actualmente
queológico Amaguaya, conjuntamente entre la es conocido como Pallqa (topónimo aymara que
DINAAR y el Cleveland Museum of Art (CMA). significa “lugar donde se encuentran dos ríos”) y
El principal objetivo del proyecto fue establecer se ubica en pleno ambiente cordillerano (a una
el contexto arqueológico y medioambiental del altura cercana a los 4.000 m.snm), lo cual explica
conjunto arqueológico. Con este propósito se de- la buena preservación que tuvo el conjunto. En la
terminaron como objetivos de campo: 1) la loca- base del afloramiento rocoso se registró un asen-
lización y relevamiento del abrigo donde se efec- tamiento prehispánico de varias hectáreas de ex-
tuó el hallazgo; 2) reconocimientos de campo en tensión, el cual contenía numerosas estructuras
el área inmediatamente vecina al abrigo, y 3) la circulares y cuadrangulares cuyos cimientos de
excavación de algunos pozos de sondeo que per- piedra aún permanecían visibles. Las excava-
mitiesen precisar la cronología y las característi- ciones se concentraron en este asentamiento y, a
cas de los posibles asentamientos prehispánicos pesar de que los materiales recuperados todavía
ubicados en la región. se hallan en proceso de análisis, la ausencia de
fragmentos decorados y diagnósticos, así como de
una tipología cerámica para la región, dificultan
Los resultados del trabajo de campo de este pro-
estimar la cronología de ocupación de este sitio a
yecto todavía se encuentran en análisis. Sin em-
base de estos artefactos en particular.
bargo, algunos resultados concretos logrados per-
mitieron establecer la ubicación precisa y georrefe-
En el afloramiento rocoso propiamente dicho, se
renciada del abrigo donde se realizó el hallazgo
hallaron varios otros abrigos dispersamente ubi-
del conjunto, gracias a las indicaciones del señor
cados que contenían evidencias de algún tipo de
Fausto Pilco. La recuperación en el mismo abrigo
ocupación y/o uso prehispánico. En al menos dos
de una fibra trenzada de material orgánico y de se recuperaron algunos huesos largos de camélidos
un hilo de lana de color azul verdoso que con no fragmentados. En otros dos, se rescataron frag-
mucha probabilidad pertenecieron al conjunto pre- mentos de cerámica sin una clara identificación
viamente descrito, permitió descartar la posibili- cronológica. Un fragmento de bambú posiblemen-
dad de que este haya provenido de otro sitio. Asi- te trabajado fue hallado en un sexto abrigo (con-
mismo, es importante señalar que se comprobó tando con el abrigo del primer conjunto). Final-
que el hallazgo no pertenecía a un enterramiento mente, en un séptimo abrigo se encontró un se-
como inicialmente se pensaba. Esta hipótesis ini- gundo conjunto posiblemente relacionado con el
cial surgió a partir de la comparación del conjun- primer hallazgo.
to con otro similar procedente de la localidad de
Niño Korín ubicada al norte de la región de estu- El segundo conjunto estuvo conformado por una
dio, o de hallazgos de artefactos similares en el canasta grande de cestería elaborada de fibra ve-
getal, dos esteras de material vegetal, un hueso
de camélido no trabajado, un cuero curtido de
4 El señor Fausto Pilco también entregó con el conjunto un animal con una tira de cuero insertada en uno de
hacha lítica en forma de “T” que posiblemente no formó sus costados, otro cuero curtido y un collar ela-
parte del conjunto anteriormente descrito. borado de tiras de cuero curtido que tenía atado
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Análisis de pelos y fibras de los conjuntos El objetivo del análisis zooarqueológico realiza-
arqueológicos do fue identificar los animales con los cuales se
manufacturaron los estuches, bolsas y textiles de
Una vez en La Paz, para el análisis cuyos resulta- los conjuntos arqueológicos de Amaguaya hasta
dos se presentan en este artículo, se emplearon el taxón de especie, mediante un análisis micros-
muestras del primer y segundo conjunto (hallado cópico de los pelos de los especímenes arqueoló-
en el séptimo abrigo), considerando que en am- gicos y su comparación con pelos de especímenes
bos hallazgos existen elementos tanto de origen de referencia previamente clasificados.
vegetal como de origen animal. Su adecuada iden-
tificación hasta el nivel de especie sería de utili- La técnica de analizar comparativamente pelos y
dad para una mejor comprensión del pasado de la fibras que fue empleada en este estudio surgió
cultura Tiwanaku y una importante contribución desde la investigación del pelaje en cuanto una de
al conocimiento del uso de los recursos de fauna las características más particulares de los mamí-
durante el Horizonte Medio (400-1100 DC). Que- feros. En la actualidad, estos análisis se utilizan
dan todavía por analizar los componentes vegeta- para identificar las presas de los animales carní-
les de los conjuntos que podrían complementar voros mediante el estudio de sus excrementos,
aún más los resultados presentados en este traba- empleando, por ejemplo, guías como aquella ela-
jo. En el estudio, se utilizaron tanto técnicas de borada por Maffei (1998 Ms) para los mamíferos
zooarqueología como de mastozoología (especia- presas de los felinos carnívoros en el Departamen-
lidad de la biología que se ocupa de estudiar a los to de Santa Cruz, Bolivia. También se han hecho
mamíferos) como disciplinas auxiliares para cum- guías completas de los mamíferos establecidos en
plir con el objetivo planteado. un determinado territorio o región, como en el caso
de la Patagonia de Argentina (Chehébar y Martín
La zooarqueología es una disciplina de la arqueo- 1989: 247-291). Esta técnica, sin embargo, no se
logía que tiene como fin estudiar los restos ani- limita a la biología, puesto que puede beneficiar
males procedentes de los sitios arqueológicos a otras ciencias como la paleontología y la ar-
(Reitz y Wing 1999). Proviene de la aplicación queología (Appleyard y Wildman 1982; Brothwell
1982; Chehébar y Martín 1989; Gecele et al. 1997;
Reigadas 1994; Ryder 1982) como en nuestro
5
estudio en particular.
En una vista posterior se realizó el hallazgo de una estela
lítica grabada con diseños geométricos de volutas y espira-
les que actualmente se encuentra en la abandonada iglesia Con la excepción de una cuchara de hueso posi-
del viejo pueblo de Amaguaya, aproximadamente a unos blemente de camélido, de una figurilla zoomorfa
15 km al este de Pallka. elaborada de material óseo no identificado (am-
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bos del primer conjunto) y del hueso no trabaja- za de los pigmentos y complementar la informa-
do de camélido hallado en el segundo conjunto ción acerca de la morfología de la médula y de
(que fueron anteriormente descritos), no se en- las escamas (Appleyard y Wildman 1982; Ryder
contraron otros restos óseos asociados directa- 1982). Las observaciones lanimétricas y su análi-
mente con los hallazgos. Por otro lado, emplean- sis también pueden utilizarse como procedimien-
do la referida técnica no fue necesario recurrir a tos complementarios a la comparación de la mor-
estudios genéticos que, a pesar de que contem- fología de los pelos (ver Gecele et al. 1997;
plan una mayor precisión, son extremadamente Reigadas 1994). Análisis adicionales, como la
costosos. composición química de los pelos, permiten de-
terminar patrones dietéticos y en el caso de pelos
Los pelos son característica única de la Clase humanos el consumo de algunos agentes psicoac-
Mammalia (Parker y Haswell 1991: 844), forman tivos (Cartmell y Weeds 2001). Asimismo, los
parte del tegumento y los hay desde muy finos pelos también pueden utilizarse para la determi-
hasta muy gruesos (como espinas). Se originan nación fenotipológica mediante la aplicación de
en la epidermis en folículos pilosos y forman una técnicas de inhibición (Crainic 1987).
vaina con tres capas de queratina: 1) cutícula
escamosa muy delgada en el exterior; 2) corteza Procedimiento
de grosor variable, y 3) médula que es la capa
más interna compuesta de células relativamente Para realizar la identificación científica de las fi-
sueltas y aire. Los mamíferos tienen dos tipos de bras de textiles y de los cueros trabajados hallados
pelos, unos largos bien pigmentados denomina- en Amaguaya, se utilizó el método de análisis com-
dos “guardianes” o “cobertores” y otros más nu- parativo, para lo cual se procedió a comparar los
merosos, delgados, más cortos, menos pigmenta- pelos y fibras animales a nivel macroscópico y lue-
dos, más enrulados y curvados, denominados pe- go a nivel microscópico con la ayuda de un mi-
los “finos” o “fibras” (Chehébar y Martín 1989: croscopio óptico. El análisis microscópico se con-
248). Según varios autores (Chehébar y Martín centró en la descripción de la estructura interna de
1989; Hausman 1930; Maffei 1998 Ms) la estruc- los pelos y fibras (patrón de distribución y morfo-
tura de los pelos se mantiene inalterada aun ha- logía de la médula, cutícula y corteza), tomando
biendo sufrido el proceso digestivo. En los con- en cuenta las características intrínsecas (diámetro
textos arqueológicos, sin embargo, los pelos y fi- de los pelos, fibras y sus respectivas médulas en
bras sufren un proceso de desintegración causado micras) y extrínsecas (tipo de vellón y color) sola-
principalmente por la actividad microbiológica mente como indicadores adicionales y a partir de
(Wilson et al. 2001). En el medio ambiente observaciones cualitativas (Reigadas 1994). En el
deposicional de los abrigos rocosos cordilleranos caso de cueros, a pesar de que estos estuvieron
de Amaguaya, esta actividad pudo reducirse curtidos, todavía permanecían con pelos y fibras
sustancialmente y sus efectos sobre los pelos fue- en su superficie, de ahí que su identificación si-
ron poco significativos. guió el mismo procedimiento que las muestras pro-
cedentes de textiles y de otros artefactos. De esta
El análisis comparativo de pelos implicó utilizar manera, la identificación de fibras y pelos de ma-
las características particulares de pelos y fibras míferos, se realizó siguiendo el procedimiento que
para diferenciar una especie de otra. Esto fue po- se detalla a continuación.
sible gracias a que se ha comprobado que existe
una amplia diferenciación estructural de los pelos En primer lugar, utilizando una pinza se extraje-
entre las especies de mamíferos acorde con su ron de los artefactos arqueológicos de cinco a 10
clasificación taxonómica (Appleyard y Wildman pelos con mucho cuidado, depositándolos en fras-
1982; Hausman 1930: 258). Un análisis compa- cos cerrados y registrando el código del artefacto
rativo para determinar los géneros e inclusive las del cual procedían. Se extrajeron muestras tanto a
especies de los pelos contempla la comparación elementos del primer conjunto como del segun-
de la estructura y características de la médula, de do. Posteriormente, y siguiendo el mismo proce-
la disposición de las escamas de la corteza y de dimiento, se procedió a tomar muestras de los
la cutícula, y de los patrones de disposición de especímenes de la colección científica de mamí-
los pelos y fibras, pudiendo incluirse cortes trans- feros (pieles y cueros), seleccionándose aquellas
versales y de sección para determinar la naturale- especies con mayor probabilidad de ocurrencia en
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ción de los métodos para la obtención de mues- En consideración a estos aspectos, sin embargo,
tras sugiere que primero se proceda a la identifi- se estudiaron los pelos enfatizando las caracterís-
cación de los pelos, por sus características morfo- ticas de su estructura interna, habiendo alcanzado
lógicas, y luego a identificarlos mediante compa- resultados positivos con la identificación de la to-
ración de médulas y corte transversal. A pesar de talidad de los ejemplares analizados.
que Chehébar y Martín (1989) utilizan escamas
cuticulares para la identificación, Maffei (1998 Ms) Estudio comparativo de los resultados
recomienda que no se utilicen las réplicas de esca-
mas por la gran variación que puede presentarse Aunque los resultados indican el uso de cinco
entre los pelos de la misma especie e incluso de un especies animales para las manufacturas de los
pelo individual; asimismo, en muchos casos las conjuntos arqueológicos, hemos preparado una
escamas son similares entre especies y se hace centena de muestras con alrededor de 20 especies
necesario realizar muchas pruebas para obtener distintas para alcanzar estos resultados. A conti-
una buena muestra. Por otro lado, las excelentes nuación se presenta la comparación de nuestros
contribuciones de Reigadas (1994) y Gecele y co- resultados con las diferentes publicaciones dispo-
laboradores (1997) han aportado valiosa informa- nibles relacionadas con la identificación de pelos
ción cuantitativa acerca de la variación de los pelos y fibras animales.
y fibras en distintas especies y poblaciones de
camélidos para la investigación de procesos de Maffei (1998 Ms) presenta pelos de 36 especies
domesticación. En este sentido, una limitación de documentadas con fotografías de corte transver-
este estudio, fue no haber registrado mediciones sal, médula y réplica de escamas. Ninguna de es-
de las características intrínsecas de las muestras. tas especies de tierras bajas estuvo representada
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bre su presencia en Amaguaya pero sí existe evi- Correspondientemente, las llamas son empleadas
dencia de su presencia en el cercano valle de principalmente como medio de transporte y para
Zongo (A. Núñez com. pers. 1999). carne. En Amaguaya todavía se crían llamas y,
según la información oral de los pobladores loca-
La vicuña (Vicugna vicugna) es un camélido sil- les, al parecer, también se criaban alpacas hasta
vestre cuya distribución se concentra en las re- hace relativamente poco tiempo. En todo caso, las
giones más elevadas de la región puneña, posible- condiciones para su crianza son adecuadas.
mente debido al desplazamiento de su hábitat ori-
ginal. De los camélidos americanos, la vicuña pre- La vizcacha (Lagidium viscacia) es un roedor
senta la fibra más fina, y se conoce que las prendas grande que habita en zonas rocosas alrededor de
hiladas con ella eran en tiempos prehispánicos las toda la región andina. Todavía es abundante en
más apreciadas por las élites dominantes siendo zonas poco habitadas pero también es cazada por
utilizadas principalmente con fines ceremoniales su carne, siendo su piel muy poco apreciada, pues
(Murra 1975; Wheeler et al. 1992). Durante la co- se requiere ciertos conocimientos para su curtido.
lonia, la vicuña sufrió una intensiva explotación que Las vizcachas se hallan presentes en la región de
diezmó sus poblaciones en todo el rango de su dis- estudio, sin embargo, la cacería está reduciendo
tribución, es decir, en la región andina y altoandina considerablemente su población.
de Perú, Bolivia, Chile y Argentina, llegando a
extinguirla en Ecuador. En la actualidad, y debi- La distribución actual del jaguar (Panthera onca)
do al Convenio de la Vicuña entre los países de es muy amplia, parte desde el sur de México has-
su rango, sus poblaciones han aumentado y es ta Argentina central. Es una especie de tierras bajas
posible realizar un aprovechamiento de la fibra y cálidas, lográndose encontrar hasta los 3.000
de animales esquilados vivos recuperando las m.snm. Sus poblaciones aisladas están declinan-
prácticas tradicionales del chacu, como actualmen- do debido a la caza deportiva y comercial, y prin-
te se hace en el sur del Perú y como ya se ha cipalmente por la destrucción de los bosques (Ta-
empezado a ensayar en la Reserva de Fauna de rifa 1996). Aunque su valor como piel ha dismi-
Apolobamba, al norte de nuestra región de estu- nuido notablemente por la baja demanda de cue-
dio. ros de animales en el mercado internacional, va-
rias culturas utilizaron su piel en danzas y ritos
Las alpacas (Lama pacos) y llamas (Lama glama) religiosos, pues el jaguar es considerado en la sel-
son especies domesticadas que habitan en las mis- va tropical como el de mayor poder, siendo el úni-
mas regiones que la vicuña. Las alpacas son abun- co animal identificado en nuestro análisis cuyo
dantes en las zonas más húmedas como los hábitat natural no contempla el área de estudio.
bofedales, mientras que las llamas de fibra más Su distribución, sin embargo, alcanza las regio-
gruesa son criadas en zonas relativamente más nes de tierras bajas al este de Amaguaya y, si-
secas. Según Wheeler y colaboradores (1992), guiendo sobre el río Tipuani, probablemente se lo
desde el período Tiwanaku el manejo de las espe- haya podido capturar a una distancia inferior a 50
cies domesticadas de camélidos permitió tener una km del sitio de los hallazgos.
variedad muy grande de animales con una cali-
dad de pelos y fibras muy alta, y su pérdida se Significado simbólico de la utilización
originó durante el período colonial. Los resulta- de los elementos de fauna
dos de los análisis de Wheeler y coautores (1992)
sugieren que las fibras de los camélidos domesti- Los motivos iconográficos figurativos de felinos,
cados en tiempos prehispánicos fueron de mayor camélidos y aves (generalmente rapaces y acuáti-
calidad. Tomando en cuenta estos resultados, es cas) son comunes en la cultura material Tiwanaku
posible que los textiles e hilos de lana, que en y particularmente en los relieves de algunas este-
nuestro estudio fueron identificados como proce- las líticas, en la cerámica decorada y en los texti-
dentes de vicuñas y alpacas respectivamente, per- les (Alconini 1995; Kolata 1993). La presencia
tenezcan en realidad a variedades de alpacas y/o de estos motivos responde a una diversidad de ex-
llamas con una excepcional calidad de pelos y fi- plicaciones, a menudo vinculadas con la genera-
bras. Actualmente, la fibra de alpaca alcanza una ción de significados emblemáticos por parte de
buena cotización en el mercado mientras que la los grupos corporativos de Tiwanaku (Janusek
lana de llama se emplea en tejidos domésticos. 1999).
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Por otro lado, debemos resaltar que no se ha esta- sas se da un proceso de transición de fuerte conte-
blecido una relación directa entre la iconografía nido ritual, donde los hilos pasan de enrollar la
Tiwanaku y la vizcacha. Sin embargo, al parecer parte medial de ciertos artefactos contenidos en
durante Tiwanaku representó un importante recur- las bolsas, a envolver las bolsas en sí mismas como
so alimenticio y posiblemente también de cuero, es el caso de las bolsas más pequeñas. Estas bol-
aunque al parecer fue más importante en regiones sas son en realidad fragmentos de cuero sin mu-
alejadas del núcleo urbano debido a que su dispo- cha elaboración, pero con un importante conteni-
nibilidad debió haber sido menor (Webster y do ritual (un cristal de cuarzo y cuarzo molido).10
Janusek 2003). La representación iconográfica de La semejanza de las mencionadas bolsas con aque-
la taruca es igualmente escasa. No obstante, un llas halladas en los contextos mortuorios de
keru de dimensiones relativamente grandes, ac- Solcor-3 en San Pedro de Atacama mencionadas
tualmente expuesto en la Sala “Coronel Federico anteriormente, es significativa.
Diez de Medina” en el Museo Nacional de Ar-
queología de La Paz, contiene un motivo estilístico Asimismo, la tableta ceremonial de Amaguaya y
zoomorfo que posiblemente represente a una los artefactos que podrían complementar su equi-
taruca. Esta representación podría proporcionar po inhalatorio, pero también su contexto asocia-
una explicación sobre el origen de los tocados que do, muestran diversas particularidades que lo di-
llevan los personajes antropomorfos de la cultura ferenciarían de un equipo inhalatorio común. Por
Tiwanaku, tomando en cuenta su semejanza. ejemplo, la tableta ceremonial es una de las más
grandes que se conocen y su decoración es una
La presencia de una tableta ceremonial y otros de las más elaboradas (incluyendo incrustaciones
artefactos, como una ricamente elaborada cucha- de al menos cinco materias primas de muy diver-
ra de hueso, sugiere que el primer conjunto cons- so y lejano origen). Los textiles del conjunto son
tituyó parte de un complejo alucinógeno (ver de muy buena calidad y gran complejidad deco-
Berenguer 2000; Llagostera et al. 1988; Torres rativa, por lo que podrían en otros contextos estar
1996). La tableta, su estuche de cuero, la bolsa asociados a individuos procedentes del mismo
textil, la cuchara de hueso con su respectivo estu- núcleo de Tiwanaku (Oakland 1992) y probable-
che y las bolsas de cuero de vizcacha más peque- mente miembros de la élite.11 Es muy posible que
ñas, son llamativamente análogos con el equipo el cuidado y tiempo empleados en la elaboración
inhalatorio típico hallado en diversos enterramien- del resto de los artefactos fuera significativamente
tos en San Pedro de Atacama. Es particularmente importante. En este sentido, con gran probabili-
interesante la similitud entre el equipo de Amagua- dad el poseedor de este conjunto fue un individuo
ya y otros conjuntos excavados, como ajuares de relativa importancia dentro de la estructura
mortuorios en el cementerio Solcor-3 de San Pe- social Tiwanaku. No obstante, los contextos
dro de Atacama (ver Llagostera et al. 1988: 65, Tiwanaku en sitios como San Pedro de Atacama
lám. 3 y 4; Torres 1996: Fig. 2). Sin embargo, la sugieren que la presencia de tabletas alcanzó una
presencia de otros bienes asociados, y particular- popularidad muy alta durante este mismo período
mente de las dos posibles representaciones de de tiempo (Costa y Llagostera 1994; Llagostera et
camélidos (una de hueso y otra de piedra), posi- al. 1988; Torres 1996). En todo caso, los artefactos
blemente illas, y los artefactos pequeños encon- pertenecientes a los conjuntos de Amaguaya, consi-
trados en el interior de las bolsas de cuero de derando los materiales en que fueron manufactu-
vizcacha, sugieren una función ceremonial mu- rados, las técnicas empleadas para su elaboración
cho más compleja para el total de los artefactos y los significados simbólicos y rituales que con-
hallados en ambos conjuntos. tenían, destacarían como bienes ceremoniales,
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INTERCAMBIO Y USO RITUAL DE FAUNA POR TIWANAKU: ANALISIS DE PELOS Y FIBRAS...
45
JOSE M. CAPRILES F.
impulso en la elaboración del presente artículo. Angelo, Patricia Ayala, José Berenguer, César
Agradezco de igual manera a la Licenciada Nuria Callisaya, Carlos Capriles, Alejandra Domic, Car-
Bernal por sus atenciones, facilitando el acceso y los Lémuz, Carlos Revilla, Claudia Rivera
la toma de muestras en la colección de mastozoo- Casanovas, Alvaro Romero y Constantino Manuel
logía de la Colección Boliviana de Fauna, y al Torres, por su asistencia bibliográfica y apoyo en
Dr. Alvaro Garitano por su apoyo en la toma de la discusión de muchos de los temas tratados en
fotografías de las muestras microscópicas. Qui- este artículo; quedo, sin embargo, como único res-
siera agradecer muy especialmente a Juan ponsable ante cualquier error u omisión presente
Albarracin-Jordan, Carolina Agüero, Dante en el mismo.
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JOSE M. CAPRILES F.
Anexo 1
Artefactos arqueológicos de Amaguaya, muestra microscópica y muestra de colección de referencia.
Las fotografías de la primera columna pertenecen a Eduardo Pareja.
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