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CHARLA DE SEGURIDAD INICIO DE TURNO

Tema: PREVENCIÒN DE ACCIDENTES 7° PARTE Nro. 0075

Una Máquina Perfecta - 1º Parte:


Cuando pensamos en la perfección del cuerpo humano y las evidencias que tienen los científicos para
probarlo, nos quedamos sin palabras. Sólo un órgano tan extenso como la piel, se adapta a todos los
cambios de temperatura, tiene diferentes tonos, para adaptarse a más Sol o a menos Sol y tiene unos
mecanismos de sensibilidad tan sofisticados que nos permite sentir, detectar cuando algo está frío o
caliente, proteger nuestros órganos internos y comunicarnos con el exterior. C ada una de las partes de
nuestro cuerpo cumple una función en armonía con el resto. Tener dos brazos con 10 dedos en las
manos; dos piernas con 10 dedos en los pies, dos ojos para ver, dos oídos para escuchar. Por cierto,
debemos escuchar el doble de lo que hablamos: por algo tenemos dos oídos y una sola boca. Tenemos
todos estos órganos y queremos conservarlos siempre con nosotros.
Cada uno de nuestros órganos significa una fortuna. Piensen cuánto vale cada uno de los dientes que
tenemos dentro de nuestra boca? Cuánto vale una mano biónica? un pie biónico? Millones y millones. En
otras palabras: nuestro cuerpo vale tanto que no tiene precio. Por eso debemos cuidarlo al máximo.
A fines del siglo pasado, cuando una persona sufría un accidente o por nacimiento le faltaba algún
miembro de su cuerpo, se hablaba de "impedido". Hoy en día no es así. Hoy hablamos de discapacitados.
Palabras como inválidos o minusválidos han quedado atrás, porque las ideas de la humanidad han
evolucionado de tal manera que se ha llegado a comprender que no hay impedido, ni persona que valga
menos que otra. No hay minusválidos. Pero lo que si no ha cambiado es la idea de que es mejor estar
completo que incompleto.
Nadie quiere perder una oreja, una mano, ni un dedo. Definitivamente, la vida es más fácil y más feliz
cuando todos nuestros órganos y están en su lugar y están saludables. En los entornos laborales de hoy,
no hay nada que por necesidad tenga que producir accidentes con lesiones que resulten en incapacidades
para toda la vida. Nadie trabaja para accidentarse o enfermarse. Trabajamos porque a cambio de nuestro
trabajo recibimos una remuneración, trabajamos porque el trabajo nos hace sentir realizados como
personas y saber que contribuimos con un granito de arena, para hacer un mundo mejor para nosotros y
nuestras familias.
Sin embargo, algunas de las tareas diarias pueden representar riesgos que se pueden analizar. Después
de su análisis, esto nos obliga a tomar medidas para prevenir accidentes. El sentido común nos indica que
una máquina en movimiento puede lesionar a una persona que no la use correctamente. La persona que
trate de hacer mantenimiento o reparar una máquina que está en funcionamiento, se arriesga sin
ninguna necesidad a quedar manco, ciego, o incluso a perder la vida por una descarga eléctrica.
Al realizar levantamiento de cargas pesadas, la persona se arriesga a lesionarse la espalda, a menos que
levante con las piernas y no con la espalda. Y si no busca ayuda, puede llegar a sufrir lesiones lamentables
que impedirán que continúe trabajando, para ganarse el sustento. Los pies necesitan ser protegidos de
descargas eléctricas, de presiones o golpes que puedan lesionarlos. Por este motivo, se usa el calzado de
seguridad, de acuerdo con unas normas internacionales , para la industria, según el tipo de actividad que
se realice.

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