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Métodos Etnográficos
Protocolo 3.
El análisis de datos etnográficos y estrategias para representarlos
Oscar Cetina, Stefania Herrera, Laura Juliana Lozano, Esteban Mancera, Nicolás Valbuena
Una vez recogida la información, el etnógrafo debe resolver la forma en la que esta será
abordada. Ahora bien, la fracción cuantitativa de la misma, en términos generales y aún cuando
implica también un proceso de interpretación, no representa mayor problema para el
investigador. Con respecto a la parte narrativa de los datos, que puede ser el producto de
entrevistas o registros de observación, el etnógrafo se enfrenta al imperativo de analizarlos de tal
manera que estos cobren sentido. De tal suerte, son identificadas dos formas principales de
análisis de datos, a saber, el análisis descriptivo, que refiere al proceso de descomponer el caudal
de datos identificando patrones, regularidades o temas; y el análisis teórico que es el proceso de
explicar los patrones o regularidades encontradas. Sobre esto, es importante destacar que el
aprovechamiento de la información recogida durante la investigación etnográfica no debe
quedarse en lo meramente descriptivo, sino pasar a una interpretación a la luz de teorías que
permitan la comprensión de lo allí observado, sin olvidar que esta explicación no puede hacer a
un lado la construcción propia sobre la realidad de la comunidad investigada.
La noción de patrón hace referencia a los comportamientos del grupo, estos
comportamientos pueden ser reales (el que comparten los miembros del grupo) o ideales (el
comportamiento considerado deseable). Estos son extraídos de las declaraciones que dan los
miembros del grupo o de las acciones observadas, es siempre recomendable considerar la
naturaleza de estos a la hora de sistematizarlos.
Para analizar estos patrones resulta pertinente considerar la dimensión émica y ética de
los mismos. Estos dos conceptos, derivados de la lingüística (fonémica y fonética), hacen
referencia a dos marcos de explicación desde los cuales el etnógrafo puede dar cuenta de los
datos obtenidos. La dimensión émica se enfoca en los significados que dichos datos pueden tener
en el contexto del grupo estudiado, por otra parte, la dimensión ética da cuenta de la índole de los
datos en comparación con lo que ocurre con otros grupos poblacionales, ésta última implica
conocimiento a priori de la dinámica de otras comunidades. Moverse constantemente entre estas
dos categorías permite realizar control de validez al análisis que se está realizando.
Dentro de las recomendaciones a seguir para realizar el control de validez están: 1)
Buscar coherencias e incoherencias entre los datos, y encontrar explicaciones para estas dentro
de la comunidad, 2) Comprobar los datos obtenidos con otros como periódicos, relatos o
informes, 3) Tener actitud abierta hacia datos negativos, encontrar las razones que explican las
discrepancias entre lo observado y la concepción ética anterior, 4) No comprometerse con un
marco analítico individual a priori, imaginar distintas explicaciones para lo que va surgiendo.
Ahora bien, en lo que respecta al análisis de la información obtenida, no existe un
procedimiento estandarizado a seguir por un etnógrafo, aún así, son estipulados algunos pasos no
normativos que no deben de seguirse estrictamente, estas recomendaciones pueden clasificarse
según el tipo de análisis que deseamos realizar, sea este descriptivo o teórico.
Para realizar un análisis descriptivo, en primera instancia, (1) deben organizarse los datos
de manera que se puedan comprender. (2) En caso de ser necesario, una lectura general puede
refrescar la memoria en lo que respecta a los datos registrados. (3) Es necesario después
clarificar categorías, pueden devenir de una revisión previa o surgir desde los datos, en todo
caso, se recomienda que sean excluyentes, que sean las suficientes para discriminar la
idiosincrasia de los datos, pero que no ocurra que cada incidente forme una categoría. (4) Los
datos han de ser presentados, clasificados en categorías pertinentes, esta presentación puede
darse de diferentes formas. (5) Muy probablemente, estas clasificaciones necesiten modificación,
incluso las categorías establecidas pueden ser modificadas sobre la marcha, es necesario
entonces, (6) Repasar las notas, (7) asignar la información a las categorías modificadas, (8)
cuantificar el número de entrada de cada categoría (para poder realizar análisis estadísticos) y (9)
buscar patrones en los materiales del texto.
En cuanto al análisis teórico, son distinguidos dos pasos importantes y necesarios:
Primero, es necesario considerar los patrones hallados desde diferentes hallazgos anteriores,
consolidados en publicaciones. Segundo, hay que demostrar la relación entre los patrones
encontrados y los datos presentes en la literatura.
Los postulados aquí expuestos, dan cuenta de la complejidad que implica el análisis de
los datos que corresponden a las investigaciones de carácter etnográfico. Uno de los principales
factores que hacen de esta tarea una cuestión escabrosa es la naturaleza de los datos que se
obtienen en este tipo de investigaciones, puesto que no son los datos lineares propios de las
investigaciones cualitativas correlacionales, sino que son datos circulares que adquieren sentido
en la medida que se sitúan en un contexto de significación compartido, de esta manera, es
necesario ser cuidadoso y desenvolverse correctamente en el abordaje émico y ético de los datos.
La versatilidad del investigador es aquí sustancial, puesto que es posible que las
herramientas con las que el investigador cuenta para analizar la información deban ser
modificadas en la medida que su investigación avanza. Aún cuando el etnógrafo se aproxima al
grupo-comunidad a estudiar, debe hacerlo con cierto bagaje teórico que le permita establecer
categorías de análisis, más no debe verse limitado por este bagaje, de tal manera que no pueda
dar cuenta de los datos novedosos o disonantes con los que se tope.
De todo esto deviene que la forma de analizar la información (al igual que los datos) es
circular, y si bien los análisis descriptivos incluyen, valga la redundancia, análisis estadísticos
descriptivos, no deben nuna alejarse de las dinámicas propias de los significados del grupo,
incluso a la hora de proceder con una comparación ética de los patrones identificados
previamente.
La habilidad del etnógrafo implica también poner en comunicación los datos idiográficos,
encontrados en la recogida de datos con los datos de investigaciones anteriores, esto resulta
fundamental porque es la forma en la que la etnografía puede aportar a la construcción de un
corpus de conocimiento sobre diversas problemáticas. Si bien diseños como la teoría fundada,
aparentan promover la idea de que una teoría particular puede dar cuenta de lo que sucede en un
grupo determinado, es importante tener presente que aún estos diseños cuentan con una
estructura teórica que les subyace. He aquí la pertinencia de realizar análisis teóricos en
etnografía, evidentemente esto implica una revisión exhaustiva de lo que se ha enunciado con
respecto a los patrones identificados en un grupo.
Por otra parte, las nuevas tecnologías constituyen una herramienta de gran utilidad para la
recolección y el análisis de datos. Aún cuando muchos investigadores prefieren los métodos
tradicionales, sea por desconocimiento de los programas informáticos, o por preferencias
estéticas, es asaz innegable que estos softwares cambian la forma de hacer etnografía y de
analizar información de carácter cualitativo. Entre el abanico de opciones encontramos
procesadores de texto, recuperadores de información, gestores de bases de texto y constructores
de teoría basados en codificación (estos resultan particularmente útiles para erigir teorías
contextualizadas). Es válido hacer notar que la utilidad de estas herramientas se ven mermadas si
el investigador carece de las habilidades necesarias para encarar su población de estudio y la
información que de ella devenga, así, siempre es necesario que el etnógrafo desarrolle experticia
para garantizar la validez de los datos y del análisis de los mismos.
Una vez efectuado el análisis de los datos, en su forma descriptiva y/o teórica, es
necesario representarlos, esto en función del establecimiento de un diálogo con otros académicos
para construir de tal suerte, espacios que aporten a la constitución del conocimiento. La
representación de estos datos tiene como fin la transmisión de la información etnográfica, así,
esta puede hacerse de forma tradicional, en textos académicos como monografías, libros,
artículos, etc. También es posible representar los datos de formas alternativas como relatos,
narraciones, representaciones poéticas, de igual manera, también se puede hacer una
representación no escrita de los datos.
Si bien son llamativas las formas alternativas de representación de datos, es menester ser
cuidadoso al utilizarlas, pues al no ser una técnica estructurada se corre el riesgo de omitir
información. Aún así, la existencia de estas formas alternativas da cuenta de la versatilidad que
tiene a investigación etnográfica frente a otras maneras de producir conocimiento, tal versatilidad
debe reflejarse también, y sobre todo, en el ejercicio del etnógrafo, en lo que atañe a la
recolección, análisis y representación de los datos.