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Aprendizaje Autoorganizado PDF
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BIBLIOGRAFIA _______________________________________________________18
APRENDIZAJE AUTOORGANIZADO:
UNA MIRADA DESDE LA COMPLEJIDAD
Es así como, enlazando nuestras vivencias con las lecturas, conversamos con Najmanovich
quien nos ayuda a conceptualizar reflexiones en el siguiente apartado:
“Las redes dinámicas, como el rizoma, atraviesan fronteras, crean nuevos dominios
de experiencia, perforan los estratos, proveen múltiples itinerarios. Las redes no
tienen centro, ni jerarquías prefijadas, lo que tienen es uno o múltiples nodos donde
confluyen una mayor cantidad de interconexiones. Dado nuestro adiestramiento en la
estética de la simplicidad tendemos a utilizar nodo como sinónimo de centro y este no
es meramente un desliz semántico o una falta de sutileza. Es un indicador de que se
está pensando a la luz de otra estética, de un pattern jerárquico no dinámico.”
(Najmanovich, 2008, p.25)
Es desde éste contexto que reformulamos preguntas para el desarrollo del trabajo de
investigación, las cuáles nos llevan a indagar sobre las características del aprendizaje
autoorganizado desde una mirada de complejidad. A continuación, presentamos las
reflexiones que se han ido construyendo en torno al tema propuesto.
2. La mirada de complejidad: ¿un paradigma emergente?
Al explorar sobre el proceso de aprendizaje como rizoma nos hemos ido encontrando con
diferentes posturas paradigmáticas en torno a la noción de aprendizaje, las cuales han ido
entretejiendo y trenzando nuevas ideas para aproximarnos a una perspectiva más incluyente
y compleja, que rompa la idea de mirar con una lente inmóvil y desde hipótesis
fundamentales, donde “todo limite fundante en la trama constitutiva de un territorio
autónomo, que a la vez ligado inextricablemente al entorno en el que vive en permanente
inter-cambio” (Najmanovich, 2005).
Denise Najmanovich nos invita a superar la visión khunniana, más próxima al positivismo,
en la que son las anomalías en los paradigmas las que posibilitan la revolución científica y
la movilización de dichos paradigmas. Su propuesta de asumir una visión menos
pretensiosa de pensar que ya se ha consolidado un nuevo paradigma emergente y que solo
se trata de “emergencias” que están haciendo camino hacia la formulación de un nuevo
modelo nos seduce y por eso preferimos hablar de una mirada de complejidad, y no de un
paradigma emergente. Para el rizoma, la mirada de complejidad es una perspectiva que
busca unir lo separado bajo una comprensión más amplia de la vida y de la humanidad,
entendiendo que la complejidad no se puede capturar de forma completa en ninguna teoría.
Desde el paradigma clásico se resta, se constriñe y aísla, porque se aísla mientras que desde
el pensamiento complejo se suma, ya que busca la religazón de los saberes entendiendo que
no es posible desligar las formas de conocimiento científico, mítico y espiritual. Por
ejemplo, el arte no se puede desligar de la humanidad a pesar de que no se pueda explicar
científicamente. Es claro que la ciencia explica pero al arte no le interesa explicar. Esto no
hace menos importante el conocimiento que allí se gesta.
Tal vez no hay que conocer todas las conceptualizaciones de la Teoría Cuántica como base
que aporta a la comprensión de los aprendizajes desde una mirada de complejidad, pero el
rizoma asume el reto de conocer que quieren decir esos conceptos de manera más precisa
para recurrir a las analogías y a las metáforas como vías de religazón de saberes, es claro
que la compresión de complejidad no ha emergido para que se ignore el paradigma clásico,
es un forma de ver los fenómenos y acontecimientos de una manera ampliada y
multidimensional, ello no implica invalidar los logros del paradigma clásico “complejidad
es un complexus” y así diferenciar al rizoma de una maquina productora de conocimiento
lineal, reduccionista y disyuntivo, donde el orden y el desorden son generadores de
reflexión y producción en el rizoma, el ambiente se considera como un agente co-
organizador.
Asumimos el pensamiento complejo como un proceso auto eco organizador que implica
pensar el desarrollo de aprendizajes como un asunto propio, que a la vez está relacionado
con el entorno y que es organizado. Igualmente, consideramos que para desarrollar
conocimientos sobre el tema de los aprendizajes auto-organizados con una formulación
coherente con la perspectiva emergente se deben considerar los principios del pensamiento
complejo, como son:
Principio Dialógico: como una organización viviente, donde todos podemos ser
complementarios y a la vez antagonistas, permitiendo la dualidad en el seno de la
unidad.
Principio de Recursividad organizacional: donde todos somos producidos y a la vez
productores de lo que acontece en los desarrollos conquistados. Somos causa y
somos efecto de lo que producimos
Principio Hologramático: que orienta la compresión de que “el menor punto de la
imagen del holograma contiene casi toda la información del objeto representado”
(Morin, 1990)
Con esta formulación inicial de ideas sobre la complejidad pasemos a relacionarla con el
tema de los aprendizajes.
Se aborda el aprendizaje como tema del interés para investigar sobre el autoaprendizaje,
entendido como el acto mediante el cual el sujeto aprende desde su experiencia, en una
relación sujeto-sujeto, sujeto consigo mismo y sujeto en relación con el mundo,
adquiriendo en este proceso conocimientos, actitudes, valores, etc.
La mirada del aprendizaje desde una aproximación a la naturaleza de la vida supera las
lógicas tradicionales de direccionalidad de la producción de conocimientos. Esta mirada
emergente de los aprendizajes que hacen los organismos vivos se evidencia en prácticas
afines a la medicina alternativa, como en el caso de la terapia neural, donde a la persona se
le aplica un interrogante para la sanación, entendiendo que en el mismo organismo está la
respuesta a su desequilibrio de salud.
Por tanto, podemos considerar que abordar los aprendizajes desde una perspectiva vital de
auto-organización nos implican aproximarnos a la comprensión del comportamiento de los
sistemas dinámicos, en el entendido que los sistemas dinámicos se manifiestan de tres
maneras: estables, inestables y caóticos, que en los sistemas caóticos existen atractores que
pueden consistir en puntos nodales en los cuales se entrecruzan diversas variables, que nos
sugieren que no hay previsibilidad sino un lugar dinámico de la complejidad y de lo
caótico, los aprendizajes vitales de los seres vivos y de la naturaleza como sistemas
caóticos nos cambia la mirada respecto a la manera en que podemos comprender estos
procesos de los seres humanos
Es así como la expectativa de pensar en los aprendizajes entre seres humanos en un marco
eco-sistémico, nos lleva a considerar la relación entre los sistemas caóticos y la
termodinámica, entendiendo que la termodinámica no reversible estudia la transferencia de
la energía como calor, centrado en el estudio de los sistemas cerrados.
En este sentido, la termodinámica en el análisis de los sistemas abiertos define unos
principios que pueden ser útiles para considerar la dinámica de los aprendizajes en los
sistemas vivos:
No hay cero absoluto o energía cero.
Entropía o la relación entre orden y desorden.
La direccionalidad de la energía, fluye de un lugar de mayor nivel de energía a uno
de menor nivel de energía
La energía no se crea ni se destruye se transforma.
Vemos pues que, en esa lógica, los aprendizajes vitales obligan a superar la mirada
controladora de la enseñanza tradicional dando lugar a la integración de lo imprevisible
como parte esencial de los aprendizajes, integrando la aleatoriedad como parte central de la
auto-organización de la vida. Como nos dice Morín:
Como vemos, para profundizar en los aprendizajes desde los seres vivos, especialmente
como un proceso, Morín nos invita a reflexionar sobre el concepto de sujeto implicado en la
visión emergente, tema abordado.
Para abordar los aprendizajes en los sistemas humanos, es necesario partir que en una
perspectiva de auto-eco-organización del ser humano como un ser planetario, lo que tienen
en común con el universo es su relación con el microcosmos y el macrocosmos. Desde allí
puede decirse que el ser humano es hologramático; pues cada individuo tiene toda la
información de la especie y de la sociedad. Al respecto Morín nos dice:
La búsqueda de poder ha hecho que el ser humano busque diferenciarse de los demás seres
de la naturaleza y nos pensamos en la conservación de la vida desde la mirada
antropocéntrica, es decir, asumiendo la vida humana como seres superiores y externos a los
mismos procesos de auto-organización de la vida como parte de la naturaleza; siendo que,
en la dinámica de destrucción ecológica podría ponerse en riesgo la vida humana y el fin de
las culturas, pero no la finalización de la vida, de ahí emerge un modo de producción del
conocimiento que ha posibilitado “la construcción de armas termonucleares, las
manipulaciones de todo orden y aquellos desarreglos ecológicos” (Morin, 1990) como
muchos otros más ejemplos que se podrían citar .
La idea del Tiempo es una idea de la racionalidad. Por ello, para los humanos la muerte nos
liga al tiempo por la conciencia de la muerte, lo cual crea la conciencia y nos diferencia de
los animales, desde una comprensión antropocéntrica. Por tanto, la posibilidad de que los
seres humanos desarrollen aprendizajes, como hologramas del sistema planetario, implica
considerar todo el cosmos de creencias, ideas y percepciones que hacen parte de sí para
religar los saberes en un marco complejo. Es decir, abordar los aprendizajes desde la
mirada compleja implica considerar la dimensión de la nohosfera, como la esfera de las
cosas de la mente que incluye de igual manera a los Dioses y las ideas para el desarrollo de
formulaciones complejas. Igualmente, es importante considerar la formulación de macro-
conceptos que puedan albergar diversidad sin ser totalizantes, lo cual permitirá
aproximarnos a una comprensión de los aprendizajes desde la complejidad.
Sobre la formulación de macro-conceptos nos dice Morín:
Y este complexus vital nos habla también de intentar hacer el recorrido en doble vía: De las
periferias al centro y del centro a las periferias. Comprendemos que, tal como lo expresa
Lynn Margulis, hay que matizar la mirada nucleocéntrica, pues la biología ha demostrado
que en las periferias hay importantes pistas sobre cómo actúa y evoluciona la vida: “El
descubrimiento de la importancia de la simbiosis en la evolución, nos ha forzado a revisar
la anterior visión nucleocéntrica de la evolución como una lucha sangrienta entre animales”
(Margulis, 2002, p. 30) De manera que, sin olvidar las ventajas de las periferias y los
descentramientos, intentaremos construir e indagar macroconceptos yendo desde las
fronteras a los núcleos comunes de los conceptos y los caminos teóricos.
4.3 Aprendizaje, auto-organización y sistemas humanos: ¿una pedagogía de complejidad?
En ese sentido, los procesos de aprendizaje son vistos como un asunto auto-organizado que
no necesariamente tienen una linealidad jerárquica y unos conceptos referentes. El
aprendizaje se da a través de procesos de orden/desorden/organización que ordenan los
conocimientos desde el caos y permiten integrar visiones en la construcción de humanidad,
mediadas por las percepciones de cada participante, potenciándose así el aprendizaje,
dejando de lado la enseñanza de un maestro. La incertidumbre nos lleva a considerar que,
así como en el mundo macro el observador no se aísla, igualmente no es posible diferenciar
entre lo que se aprende y el/la aprendiz o entre el/la aprendiz y el/lla maestr@. Más podría
pensarse que existe una relación de mutua conexión e interdependencia entre los
participantes del rizoma que permiten alcanzar un nuevo orden de los aprendizajes a través
de procesos de auto-organización.
“la acción es una decisión, una elección,… también una apuesta. Pero en la noción
de apuesta esta la conciencia del riesgo y de la incertidumbre. Toda estrategia, en
cualquier dominio que sea, tiene conciencia de la apuesta, y el pensamiento
moderno ha comprendido que nuestras creencias más fundamentales son objeto de
una apuesta… Nosotros también debemos ser conscientes de nuestras apuestas
filosóficas o políticas” (Morin, 1990, p.113)
“La ventaja del programa es, evidentemente, una gran economía: no hace falta
reflexionar, todo se hace mediante automatismos. Una estrategia, por el contrario,
se determina teniendo en cuenta una situación aleatoria, elementos adversos e,
inclusive, adversarios, y está destinada a modificarse en función de las
informaciones provistas durante el proceso, puede así tener una gran plasticidad.
Pero una estrategia, para ser llevada a cabo… necesita, entonces, que la
organización no sea concebida para obedecer a la programación, sino que sea
capaz de tratar a los elementos capaces de contribuir a la elaboración y al
desarrollo de la estrategia”. (Morin, 1990, p.127)
Por tanto, consideramos que es necesario superar una mirada hipotetizada de los
aprendizajes desde los automatismos de los procesos lineales de la programación, que
estarían cercanos a la mirada clásica del paradigma mecanicista. El aprendizaje, desde la
perspectiva de complejidad, es un proceso que implica enfrentarse a lo incierto y a la
aleatoriedad de los procesos vitales, de manera que la auto-organización de los sistemas
humanos generen nuevas formas de equilibrio en su relación con el entorno, desarrollando
en consecuencia, nuevas formas de conciencia ecosistémica, con un horizonte de sentido
que guían los desarrollos y conquistas en el conocimiento evidenciado.
Es importante reconocer, que el camino de formular una investigación colectiva del rizoma
en torno a los aprendizajes auto-organizados desde la perspectiva de complejidad, es un
reto personal y profesional que conjuga diez visiones del mundo y de la vida, en un intento
de consolidar saberes en torno a un tema. Este camino seguramente deparará los retos
propios de la complejidad al transitar por el camino de la incertidumbre y de la divergencia-
convergencia paradigmática de las posturas rizomáticas, para lo cual mantendremos como
una bandera coherente, las palabras de Morín sobre lo que significan las crisis y cómo
abordarlas:
MORIN, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. París:
Unesco.