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EFECTO DE LOS MICROTUNELES SOBRE LOS FACTORES

MICROMETEOROLOGICOS Y RESPUESTAS DE LAS PLANTAS DE


CULTIVO

Felipe Sánchez Del Castillo

INTRODUCCION

La micrometeorología estudia los fenómenos físicos que tienen


lugar en las capas más bajas de la atmósfera donde se desarrollan
plantas y animales.

Los factores y los fenómenos meteorológicos que ocurren en estas


capas impactan fuertemente el crecimiento y desarrollo de los cultivos,
lo que se refleja directamente en los rendimientos, la calidad y la
productividad de la actividad agrícola.

El mejor entendimiento de las respuestas fenológicas y fisiológicas


de los cultivos a estos factores y fenómenos posibilita el desarrollo y
manejo adecuado de técnicas y procedimientos para incrementar la
eficiencia del proceso productivo.

La productividad agrícola de nuestro país, uno de los pilares en que


según los principales economistas y políticos a de fincarse nuestro
desarrollo se encuentra prácticamente estancada. Las razones son
complejas e involucran la interacción múltiple de factores climáticos,
edáficos, económicos y sociales.

La accidentada topografía de la mayor parte del Territorio ha sido el


principal obstáculo para que se aumente la superficie agrícola. En los
terrenos planos las principales limitantes son la insuficiente e irregular
precipitación y la falta de agua para irrigar (25).

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Mientras que el aumento de la superficie agrícola a quedado
prácticamente detenido, la población, sobre todo en el centro y sur del
País a mantenido una alta tasa de crecimiento, lo que esta ocasionando
un aumento en el número de productores y en el número de predios o
parcelas pero cada vez con una menor superficie por productor, de
origen ya pequeñas por las limitantes orográficas impuestas por nuestra
Fisiografía (Proceso al que se le ha dado el nombre de minifundismo y
que ha conducido a los problemas de subocupación o desocupación)
(25).

Una de las pocas opciones para que un agricultor pueda obtener


ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas de
superficies tan pequeñas como 1 a 2 hectáreas es el de volverse más
productivo intentando hacer más intensiva su producción (más
rendimiento por unidad de superficie y, sobre todo, más rendimiento a
través del tiempo) y utilizando especies de alto valor económico (7, 25,
26).

La productividad no sólo se ha visto afectada por la falta de


espacio sino también en el tiempo, pues aunque en la mayor parte del
Territorio las temperaturas medias mensuales parecen apropiadas para
el desarrollo de muchas especies vegetales durante casi todo el año,
existe un régimen muy extendido de lluvias tardías combinado con
heladas que, en general, empiezan a aparecer temprano (octubre) y a
desaparecer muy tarde (abril). Esto afecta muy seriamente a los
agricultores ya que:

- Se restringe el calendario de siembra de muchas especies (sobre


todo las de valor económico y las cosechas se concentran en una
pequeña parte del año creando generalmente sobre-ofertas, situación
que ocasiona que les paguen muy bajos precios por su producto
haciendo poco rentable su inversión.

- Aun contando con riego se limita el número de especies de alto


valor que se pueden cultivar por el intervalo tan corto sin riesgo de

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heladas o de temperaturas desfavorables que afecten el rendimiento y
la calidad.

- Igualmente el número de ciclos de cultivo que pueden obtenerse


por año se ve limitado por la presencia de estos fenómenos
metereológicos, afectando la productividad económica de los
agrícultores.

Existe un intervalo de tiempo donde la oferta esta por debajo de la


demanda y la ganancia para el agricultor que se arriesga a producir
fuera de época para cosechar en ese intervalo puede ser bastante
mayor, pero el riesgo de fracaso es también muy alto, debido a la
mayor probabilidad de ocurrencia de los fenómenos meteorológicos ya
señalados. El productor que sigue este camino generalmente gana
mucho un año pero puede perder en varios seguidos.

El rendimiento, la calidad y/o la productividad que los productores


puedan lograr se puedan ver agravadas todavía más por la presencia de
otros fenómenos meteorológicos como las sequías o lo azaroso de las
lluvias; las inundaciones o precipitaciones excesivas que causan falta
de oxigenación radicular y enfermedades parasitarias; los vientos fríos o
intensos; las altas insolaciones y el granizo entre otros.

Producir en este contexto implica considerar a la agricultura de una


forma diferente a la convencional. Corresponde a las agrónomos
generar, adaptar y/o evaluar tecnologías adecuadas a las condiciones
señaladas. Esa búsqueda deberá basarse principalmente en el
conocimiento de los factores y fenómenos físicos, ambientales y
micrometeorológicos y en las respuestas fenológicas y fisiológicas de
los cultivos a ellos.

Dentro de las tecnologías que se han usado con éxito en otros


países para intensificar la producción, tanto en espacio como en
tiempo, están el uso de cubiertas protectoras como los invernaderos y
los microtúneles (17, 23, 24, 25, 28).

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Los invernaderos, aún construidos con estructuras ligeras y
materiales plásticos, cuando se diseñan y manejan apropiadamente
permiten un alto grado de control sobre varios de los factores
metereológicos limitantes para la producción agrícola (no sólo contra
las heladas y las bajas temperaturas como comúnmente se piensa)
(26,28):

-bajas y altas temperaturas


-heladas
-intensidad luminosa
-vientos
-precipitación excesiva
-granizo
-plagas (i. e. si las ventanas son protegidas con mallas
mosquiteras)
-enfermedades (indirectamente el controlar precipitación y
vectores)
-Humedad relativa-CO2

Cuando además se tiene cuidado con el manejo del suelo y su


fertilidad, se logran altos rendimientos y mayor calidad por unidad de
superficie, se puede cultivar de manera ininterrumpida durante todo el
año y con menos riesgo de fracaso; además se pueden programar las
cosechas de cultivos de alto valor para las fechas en que los precios
son más elevados por la falta de oferta o mayor demanda (25, 26, 28).

El principal problema para hacer extensiva esta tecnología es el alto


costo de inversión que actualmente se tiene que realizar por unidad de
superficie (entre N$ 400,000.00 y N$800,000.00 por hectárea), muy
lejos de las posibilidades del promedio de los productores del País,
además del alto grado de destreza técnica requerido y de la necesidad
de una comercialización eficaz.

La observación de que en la mayor parte de la República Mexicana,

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por predominar un clima subtropical, las condiciones de temperatura en
el invierno son menos drásticas que en los paises nórdicos donde más
se ha desarrollado la tecnología de invernaderos, permite pensar que
una alternativa tecnológica económicamente más factible para nuestras
condiciones y que también posibilita un cierto grado de control sobre
varios de los factores metereológicos señalados (desde luego que no
tanto como los invernaderos) es el uso de microtúneles.

DEFINICION Y DESCRIPCION DE LOS MICROTUNELES

El microtúnel se puede definir como una estructura a base


materiales simples (alambre, alambrón, varas, etc.) y con una cubierta
transparente o semitransparente. Esta basado en principios muy
semejantes a los del invernadero, pero es de mucho menores
proporciones. Su trata de cultivar y mantener a las plantas,
generalmente durante sus primeras fases vegetativas (1 a 2 meses
después de la siembra o trasplante), en mejores condiciones
microambientales que a cielo abierto. Generalmente se colocan a lo
largo de los surcos o hileras de plantas (7, 22, 23, 24, 31).

Su principal finalidad (como se verá más adelante hay muchas


otras) es la de adelantar la época de cosecha en cultivos hortícolas de
alto valor mediante la protección que se logra contra heladas ligeras y
el incremento de las temperaturas subóptimas del aire y del suelo,
frecuentes durante el invierno o principios de la primavera, acelerando
así la acumulación de unidades calor por los cultivos (7, 12, 13, 17,
21, 22, 23, 24, 31).

El tamaño, la forma, las características del material de cubierta y el


diseño de los microtúneles dependen de la especie que se quiera
cultivar, el periodo que va a permanecer cubierta, las condiciones
microambientales prevalecientes y el grado de control que se pretende
lograr sobre el microclima del cultivo (10,17, 21, 22, 23, 24, 31). Más
adelante se discuten los criterios de decisión sobre el tipo de microtúnel

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a utilizar según el caso, por ahora sólo se mencionan algunas
generalidades.

Las dimensiones más comunes de los microtúneles son de 30 a


100 cm de altura y de 50 a 120 cm de ancho el largo puede ser muy
variable (hasta más de 100 m) (7, 21, 22, 23, 24).

Las películas más utilizadas como cubierta son el polietileno


transparente normal o térmico, el polietileno de color blanco, el
policroruro de vinilo transparente (PVC), las fibras de poliester o de
poliestireno prensadas y el nylon. Para el caso de los plásticos el grosor
de las películas más comúnmente usadas es de 25 a 100 µm (100 a
400 galgas). Para las fibras la densidad más común es de 14 a 20
g/m².

Las estructuras son muy simples, arcos de alambre o alambrón o


varas son los materiales más comunes. Las sujeciones de la cubierta a
la estructura se pueden hacer enterrando los bordes de las películas al
suelo, con alambre y/o con cordones (7, 21, 22, 23).

Finalmente el diseño involucra la selección de varios de los


aspectos señalados como el tamaño y forma del microtúnel, tipo, color
y grosor del material de cubierta, etc., y otros más como la forma de
ventilar, la orientación de los microtúneles, el uso o no de un acolchado
complementario, etc.

Las formas principales de los microtúneles son: el semicircular, el


triangular y el pentahédrico (7). Pueden estar completamente cerrados
o tener algún mecanismo de ventilación, por ejemplo:

-Cordones cruzados que permiten levantar uno o los dos costados


-Cubiertas multiperforadas con agujeros de 5 a 10 mm de díámetro
a distancias regulares
-Cubiertas ranuradas a distancias regulares
-Dos hojas de cubierta que son abatibles, sostenidas por ganchos

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-Grandes perforaciones (alrrededor de 10 cm de diámetro) arriba de
cada planta
-Cubiertas con poros pequeños (poliester, nylon, polipropileno)

En las figuras 1 a 3 se ilustran algunas de estas variantes.

Son muchos los autores que mencionan que los microtúneles


presentan varias ventajas técnicas sobre el cultivo a cielo abierto como
la protección contra heladas, incremento de temperaturas tanto del aire
como del suelo, protección contra ciertas plagas y enfermedades, etc.,
y que estas ventajas se reflejan en beneficios de tipo económico, tales
como el adelanto en las fechas de cosecha de los cultivos, mayor
rendimiento y calidad, etc.

Sin embargo, con frecuencia los productores que los usan


manifiestan tener problemas con el manejo de los mismos, ya sea
porque se presentan temperaturas excesivas o por humedades relativas
muy altas en el interior que afectan procesos como la floración, la
fecundación o procesos fisiológicos como la fotosíntesis o la
transpiración, o simplemente porque no se logró la protección anti-
helada que se esperaba con el consecuente daño a los cultivos. No
obtienen de su inversión el beneficio que se podría lograr si los
microtúneles se hubieran diseñado y manejado no por "receta" sino con
conocimiento de causa.

El problema radica en que la información existente sobre el tema de


los microtúneles está muy fragmentada y generalmente no integra
todos los factores y principios micrometeorológicos involucrados,
mismos que son la base para desprender los criterios y técnicas de
diseño, control y manejo de los mismos.

En este ensayo se pretende explicitar qué factores del


microambiente que rodea a la planta son modificados por los
microtúneles, cómo es que se modifican, y (basándose en ese
conocimiento) que grado de control se logra y qué mecanismos de

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manejo se pueden utilizar. Se quiere también analizar cómo esos
cambios micrometeorológiocs afectan los procesos fisiológicos de los
cultivos así como sus expresiones finales en precocidad y rendimiento.

Así pues, es conveniente analizar a continuación los efectos que


producen los microtúneles en relación a los factores microclímaticos
más importantes en el crecimiento y desarrollo de los cultivos, pues de
este análisis es posible desprender la gran versatilidad que se atribuye
al uso de los mismos en la producción hortícola.

Se puede decir que la eficacia de los microtúneles como técnica


para la producción de cultivos radica en tres postulados:

1.- La cubierta del microtúnel, actúa como una barrera entre la


parte aérea del cultivo y la atmósfera ocasionando una serie de
modificaciones tanto en el microambiente que rodea a la planta como a
la porción del suelo donde se encuentran sus raíces.

2.- Las modificaciones provocadas en el microambiente y en la


rizósfera pueden afectar favorablemente los procesos fisiológicos
relacionados con el crecimiento y desarrollo de las plantas.

3.- El crecimiento más rápido y continuo y el desarrollo de las


plantas con menos cantidad de factores limitantes posibilita la
obtención de cosechas fuera de época, más precoces, de más altos
rendimientos y de mayor calidad

A continuación se desarrollan con cierto detalle cada uno de estos


aspectos:

EFECTOS MICROCLIMATICOS PROVOCADOS POR LOS


MICROTUNELES

En términos generales se puede señalar que los microtúneles

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pueden modificar en mayor o menor grado los siguientes aspectos en
su interior:

1.- La cantidad y calidad de radiación solar.


2.- La temperatura mínima, media y máxima del aire.
3.- La temperatura mínima, media y máxima del suelo.
4.- La humedad relativa del aire.
5.- La humedad del suelo.
6.- La velocidad el viento.
7.- La tasa de descomposición de la materia orgánica del suelo.
8.- La concentración de CO2.
9.- La incidencia de ciertas plagas y enfermedades.
10.- La aireación del suelo.
11.- La pérdida de nutrientes por lixiviación.
12.- El daño por granizadas.

Cantidad y calidad de radiación solar.-

La mayor parte de los plásticos usados como cubierta son muy


transparentes a la radiación de onda corta (80 a 90%), las telas de
poliester o nylon trasmiten alrededor del 75 % (23, 31). En la figura 4
se muestra el porcentaje de trasmitancia de dos materiales (tela
poliester y polietileno transparente ranurado) tanto para condiciones de
día soleado como nublado.

Petterson y Taber, 1991 (19) midieron la trasmitancia de la


radiación fotosintéticamente activa con un sensor cuántico (LI-COR,
Lincon, Neb.) en un día soleado en microtúneles de 36 cm de altura.
Esta fue de 78% para cubierta de polietileno blanco lechoso, 86 % para
polietileno transparente ranurado, y 90 % para polietileno transparente
multiperforado o con perforaciones grandes.

El ángulo de inclinación con respecto a la fuente luminosa puede


provocar una mayor o menor reflexión, por lo tanto la forma y la
orientación de los microtúneles pueden ser factores a considerar en el

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manejo, según se desee captar más o menos radiación solar (sobre
todo para lograr una temperatura interior adecuada). No se encontraron
reportes al respecto, pero se antoja un aspecto interesante de estudiar.

También puede ser importante propiciar que la luz pase al interior


de los microtúneles en forma difusa para que la planta se ilumine en
todo su contorno y no solamente en la parte superior. El porcentaje de
dispersión de la luz visible que se puede lograr con los materiales de
cubierta es un factor que requiere atención y actualmente no parece
estarse tomando en cuenta. Las gotas de agua que se condensan en el
interior de los microtúneles en las mañanas, aunque reducen la
trasmisión de luz propician su dispersión.

El control de la intensidad en inviernos o primaveras soleados


(sobre todo para disminuir las temperaturas excesivamente altas) puede
lograrse en buena medida, mediante el uso de películas con diferentes
grados de opacidad, por ejemplo el polietileno de color blanco lechoso,
el polietileno ahumado, y el uso de mallas sombra (por encima de los
plásticos o actuando como única cubierta).

El-Aidy 1986 (10), por ejemplo a utilizado con éxito las mismas
estructuras para producir jitomate en Egipto todo el año. En invierno
cubriendo con plásticos transparentes para subir las temperaturas y en
verano con mallas plásticas que proporcionan diferentes grados de
sombreamiento para bajarlas. Lo que se busca es bajar la intensidad a
un grado tal que disminuya la temperatura máxima pero que no limite
ostensiblemente el proceso fotosintético por falta de luz.

En relación a la calidad de la luz es mucho lo que se puede hacer


en investigación. Entre otras cosas es posible colocar cubiertas
traslucidas de diferentes colores. Se señala por ejemplo que utilizando
películas verdes de PVC disminuye el crecimiento y la producción de
materia seca de varios cultivos, en cambio utilizando una película
violeta la producción de materia seca se incrementa (23). En otro
ensayo (20) se obtuvieron incrementos significativos en rendimiento de

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frijol ejotero con láminas plásticas traslucidas de color rojo y amarillo

Temperatura del aire y del suelo.-

Las modificaciones de la temperatura del aire y del suelo que se


pueden lograr con los microtúneles son indudablemente los aspectos
que más se han explotado comercialmente por los agricultores,
principalmente para producir hortalizas fuera de época.

Se a establecido por varios autores que en lugares con inviernos


moderados en el interior de los microtúneles:

1.- La temperatura mínima del aire (cuando está es cercana a los 0


ºC) puede ser de 2 a 4 ºC mayor que la exterior (7, 17, 21, 22, 23,
24, 29, 31).

2.- La temperatura promedio del aire es entre 5 a 10 ºC mayor que


el exterior(7, 17, 23, 24, 31).

3.- La temperatura máxima del aire en microtúneles no ventilados


puede llegar a ser, en días soleados, hasta 20 ºC mayor que la exterior
(7, 23, 24, 31)

4.- La temperatura media del suelo a 5 cm de profundidad, debajo


del microtúnel puede ser de 5 a 10 ºC mayor que la del suelo sin cubrir.
La diferencia puede acentuarse si además del microtúnel el suelo se
acolcha con plástico transparente (4, 7, 17, 23, 24, 31).

Los mecanismos de control para la lucha contra las heladas y las


bajas temperaturas son:

-Cierre hermético de los microtúneles en la noches para evitar


perdidas por filtración (7, 23).

-Utilizando materiales opacos a la radiación de onda larga (calor).

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En ese sentido el PVC es mucho mejor que el polietileno normal (15 %
contra 70 % de trasmisión de onda larga respectivamente) (23)

-Propiciar humedad relativa alta dentro de los microtúneles a fin de


provocar la condensación de agua en las paredes interiores de la
cubierta. Como lo señalan Wells y Loy, 1985 (31) la mayor retención
de calor y protección contra heladas del polietileno se debe a la
condensación de agua en la superficie interna de las cubiertas que
actúa como una barrera térmica ya que el agua si es opaca a la
radiación de onda larga. Incluso si esta agua llegara a congelarse se
liberaría calor (calor latente de fusión ) que protegería a las plantas
(siempre y cuando se ventilaran los microtúneles antes de que dicha
agua se descongelara absorbiendo calor del medio).

Debe considerarse el hecho de que si la humedad relativa dentro


del microtúnel es baja y el punto de rocío no es alcanzado a bajas
temperaturas, las temperaturas en el interior pueden incluso llegar a ser
menores que en el exterior (23).

-La mayor cantidad de energía captada por el suelo durante el día,


sobre todo si se complementa con un acolchado de plástico
transparente ayuda a aportar más calor durante la noche retrasando o
evitando el efecto de la helada (23, 24).

-Utilizando doble cubierta separada por un espacio de aire se han


logrado protecciones hasta de 5 ºC y añadiendo tubos plásticos llenos
de agua a lo largo de las hileras de cultivo hasta 6 ºC, pero el costo se
incrementa considerablemente (11, 18, 23).

El grosor de la cubierta y el tamaño del microtúnel son factores


menos importantes de protección y el costo se incrementa
notablemente.

Lo que si se ha utilizado con buenos resultados en latitudes


relativamente altas contra de heladas de tipo advectivo es orientar los

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microtúneles en la dirección este oeste, colocando paja, palma u otros
residuos vegetales sobre la cubierta del microtúnel que da al lado norte.
Como en el invierno el sol se encuentra orientado al sur en estas
latitudes, los residuos vegetales no sombrean a los cultivos pero si dan
protección extra contra los vientos fríos del norte (23).

Con materiales de cubierta como los plásticos multiperforados


(para ventilación) o las telas como el poliester o el nylon se logran
protecciones de sólo 1 a 2 ºC contra las temperaturas mínimas pero en
relación a las temperaturas medias se logran incrementos entre 5 y 10
ºC (7, 17, 23, 24, 31).

Las temperaturas excesivamente altas que se pueden presentar en


el invierno o principios de la primavera en días soleados dentro de los
microtúneles se pueden controlar:

-Con ventilación cenital, la cual se puede lograr diseñando los


microtúneles con dos hojas de material plástico (en vez de una sola
pieza) enterradas de un lado en el suelo y sujetadas por ganchos u otro
mecanismo a uno o dos alambres que corren por encima, dejando un
hueco por donde puede salir el aire caliente (7, 23, 31). Si el calor es
excesivo se puede abatir una o incluso las dos hojas (ver figura 3).

-Con ventilación lateral, misma que se puede lograr de varias


maneras. La más fácil consiste en hacer un amarre cruzado con cordón
entre las estructuras, lo que permite subir y bajar el plástico con
facilidad como se puede apreciar en la figura 1 (21, 23, 24,)

-Utilizando materiales de cubierta con perforaciones (7, 12,17, 19,


21, 23, 24, 30, 31). Entre más área perforada se logra una mayor
ventilación pero debe considerarse que se van perdiendo los demás
atributos de los microtúneles (ver figura 2).

-Con telas de poliester, nylon o polipropileno que son relativamente


porosas y por lo tanto más frescas que los materiales plásticos (7, 17,

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31)

-Utilizando materiales con cierto grado de opacidad y/o de reflexión


para que penetre menos energía solar (10, 12, 19, 23, 30).

Como lo señalan Wells y Loy, 1985 (31), Con los materiales que
actualmente se pueden usar como cubierta, se tiene un compromiso entre
el grado de protección contra heladas y temperaturas nocturnas bajas que
se desea, contra temperaturas del día que no lleguen a ser tan altas para
limitar el crecimiento y la fructificación. Para varias situaciones climáticas,
la reducción en la trasmitancia térmica para el control de heladas, resulta
a menudo en temperaturas excesivas para la mayoría de los cultivos
hortícolas. Algunas cucurbitáceas como el melón, pepino y calabacita
pueden tolerar temperaturas bien arriba de 30 ºC y se adaptan bien al
manejo con microtúneles; otras como el jitomate o el chile son
relativamente tolerantes cuando crecen vegetativamente, pero el amarre
de frutos es afectado con temperaturas diurnas arriba de 30 ºC
sostenidas unas pocas horas al día.

En la figura 5 (19) se ven los efectos de diferentes tipos de


cubierta sobre temperaturas del aire en un clima de primavera calurosa.
Se puede apreciar que mientras las temperaturas mínimas son similares
las máximas del día varían mucho según el tipo de cubierta, desde 25
ºC para el testigo a cielo abierto hasta más de 40 ºC con el polietileno
transparente multiperforado, situación que se reflejo en el menor
rendimiento temprano de jitomate para este tratamiento.

Uno de los mejores trabajos en relación a los efectos de diferentes


cubiertas de microtúneles sobre la temperatura del aire y del suelo es el
realizado por Tan, Papaddopulos y Liptay, 1984 (30).

Ellos hicieron varios ensayos experimentales con microtúneles de


80 cm de altura y 1 m de ancho con diferentes tipos y materiales de
cubierta y con o sin acolchado de polietileno negro. Para medir la
temperatura del aire (dentro y fuera del micrutúnel a 25 cm de altura) y

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del suelo (2.5 cm de profundidad) usaron termistores (UUT51J1). Sus
resultados se pueden resumir en cinco párrafos:

1. Las temperaturas del suelo bajo túneles de polietileno


transparente tanto sin acolchar como acolchados con polietileno negro
fueron similares pero más altas que a cielo abierto con o sin acolchar
con polietileno negro.

2. Las temperaturas del aire más altas durante el día se obtuvieron


bajo el túnel de polietileno transparente acolchado con polietileno
negro. Indican que la radiación solar incidente es absorbida por el
acolchado negro y convertida a calor sensible, la mayoría del cual es
reirradiado sin calentar apreciablemente el suelo, pero si el aire dentro
del microtúnel, cuyas temperaturas durante el día fueron en promedio
10 ºC más altas que a cielo abierto en este último tratamiento (figura
6).

3.- Probando varios materiales de cubierta (polietileno transparente,


polietileno 50 % opaco, PVC transparente y testigo a cielo abierto)
encontraron grandes variaciones en temperatura del aire, sobre todo en
días soleados. Durante días nublados las diferencias disminuyen pero
aun son distinguibles. Las más altas temperaturas se obtuvieron con
cubierta de polietileno transparente, seguida de PVC; sin embargo, el
polietileno transparente tuvo la temperatura más baja durante la noche,
casi tanto como el testigo a cielo abierto. El PVC proporcionó la
temperatura más alta durante la noche y al amanecer, seguida por el
polietileno 50 % opaco (ver figuras 7 y 8). Se concluye que la pérdida
de radiación en el túnel de PVC fue menor que en el de polietileno
transparente debido a la menor trasmitancia de onda larga del PVC,
por lo que este puede ser más efectivo que el polietileno para controlar
heladas.

4. En otro ensayo se manejaron túneles de PVC y túneles de doble


capa de cubierta ( polietileno transparente sobre PVC) separados por un
espacio de aire. Las máximas temperaturas del aire y del suelo dentro

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de los túneles de una sola capa fueron en promedio 15.2 y 11.8 ºC,
las mínimas 2.9 y 3.5 ºC y las medias 7.6 y 6.4 ºC mayores que a
cielo abierto. La doble capa dio sólo un ligero incremento en las
temperaturas del aire y del suelo que la capa sencilla por lo que no se
justifica la inversión extra en función de lo que se ganará en protección
(ver figura 9). Cuando se presentó una temperatura mínima del aire de -
3 ºC, dentro del microtúnel de PVC de una capa se tenían 2 ºC y en el
de doble capa de 3 ºC (5 y 6 ºC más respectivamente).

5. Para los mismos tratamientos, en dos días consecutivos con


helada la temperatura del suelo sin cubrir llegó a 0 ºC, mientras que en
el microtúnel de una capa se tenían 4 ºC y en el de doble capa 5 ºC
figura 10).

Humedad relativa

La humedad relativa del aire es otro de los factores que se modifica


fuertemente en el interior de los microtúneles, esto es una
consecuencia de que el aire del interior del túnel se carga más
rápidamente con vapor de agua, resultado de la evapotranspiración, al
no tener una fácil salida y poco movimiento. Es muy frecuente, sobre
todo en microtúneles no ventilados, ver la condensación de agua en la
cara interna de la de la cubierta como resultado de la saturación del
aire. Esta agua eventualmente precipita formándose un pequeño ciclo
hidrológico que conserva la humedad, del suelo por más tiempo (7, 23,
30, 31).

La humedad relativa puede controlarse dentro de ciertos límites


mediante el grado de ventilación que se proporcione a los microtúneles,
ya sea mediante ventanas, perforaciones o porosidad de las materiales
usados (7, 17, 23, 31).

El acolchado del suelo dentro del microtúnel disminuye la humedad


relativa al eliminar casi por completo el componente de evaporación.
Aún así, la transpiración continua manteniendo niveles más altos que

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en el exterior, y la ventilación sigue jugando un papel preponderante en
el manejo de este factor (17,23).

Humedad del suelo

La humedad del suelo, particularmente en los primeros centímetros


de profundidad tiende a ser más alta que en el exterior del microtúnel
(excepto cuando hay precipitación) y a conservarse por más tiempo. la
razón es, como ya se señaló, que una buena parte del agua
evapotranspirada es recirculada al condensarse en la superficie interna
de la cubierta y precipitar de regreso al suelo (7, 23, 24).

El efecto puede ser mucho mayor si el microtúnel es acompañado


de un acolchado al suelo, lo que daría por resultado la conservación del
agua y a tensiones más bajas en el suelo y por largos periodos de
tiempo.

Entonces, la presencia o no de un acolchado y el grado de


ventilación que se de a los microtúneles va a determinar el magnitud
del efecto sobre la humedad del suelo.

Velocidad del viento

Los microtúneles actúan como una barrera contra la velocidad del


viento. Si se diseñan bien pueden resistir velocidades altas, creando un
microclima más confortable para las plantas (23).

La velocidad de movimiento del aire se puede controlar con el


grado de ventilación que se le de a los microtúneles, o bien con el
número y tamaño de perforaciones con que se diseñen las cubiertas.

Descomposición de la materia orgánica del suelo

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Como consecuencia del aumento en la temperatura y la humedad
del suelo se incrementa la actividad de los microorganismos ahi
presentes. La descomposición de la materia orgánica se acelera
liberando nutrientes a una mayor tasa (incluyendo el CO2 de la
respiración). Temperatura y humedad aumentan también la
solubilización de los cationes adsorbidos en las arcillas. La
consecuencia final es una mejora en las condiciones de fertilidad del
suelo (22).

La presencia de un acolchado transparente en el interior del


microtúnel puede hacer más notorios estos fenómenos.

Concentración de CO2 .

El efecto neto de los microtúneles sobre la concentración de CO2


es un poco difícil de evaluar. Por un lado, durante la mañana, la
concentración puede ser mayor que en la atmósfera exterior al
microtúnel en las primeras horas de la mañana como consecuencia de
la respiración de las plantas en una atmósfera casi encerrada; pero al
cabo de poco tiempo la fijación fotosintética puede revertir esta
situación ya que de permanecer cerrada esta estructura se dificulta el
paso de CO2 atmósferico al interior. Por otro lado, como ya se señaló,
la incrementada actividad metabólica de los microorganismos del suelo
produce CO2 a una tasa mayor y este difunde hacia el interior del
microtúnel tendiendo a incrementar la concentración; este último
proceso puede ser todavía más eficiente si además el suelo del interior
se encuentra acolchado, pues en es e caso el CO2 del suelo fluiría a
través de las perforaciones donde se colocan las plantas de cultivo
facilitando su fijación (21, 23).

El grado de ventilación y el tiempo y la forma en que ésta se realice


son los mecanismos de control de que se dispone para manejar (con
muchas limitaciones desde luego) las concentraciones de CO2 en el
interior de los microtúneles. Como se verá más adelante, actualmente
se están desarrollando formas de proporcionar CO2 de manera

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económica a través de los sistemas de riego por goteo.

Plagas y enfermedades

Los microtúneles que no se ventilan a aquellos en que la


ventilación es a base de cubiertas porosas o de múltiples perforaciones
pequeñas, actúan como barrera física para muchas especies de
insectos, haciendo difícil que se constituyan como plaga dentro de los
mismos. Al controlarse vectores como los áfidos o la mosquita blanca,
también se controlan las enfermedades virosas trasmitidas por ellos, o
por lo menos se retarda su aparición hasta tiempo después de la
remoción de los microtúneles (1, 17, 31).

Por otro lado, aunque pudiera pensarse que en este mismo tipo de
túneles las altas humedades relativas presentes son propicias para el
desarrollo de enfermedades de tipo fungoso, la realidad es que parecen
presentarse con menor frecuencia, lo cual puede deberse a que la
ausencia de vientos fuertes, de escardas (cuando se acolcha con
plástico negro o se usan herbicidas efectivos), de gotas de lluvia que
salpiquen lodo sobre las plantas o de fenómenos meteorológicos como el
granizo, evitan daños mecánicos en las estructuras de las plantas
dificultándose así la penetración del inóculo (condición necesaria para
que se desarrolle la enfermedad. Desde luego que este control se va
perdiendo conforme las temperaturas (sobre todo de primaveras
calientes) obliguen a mayores niveles de ventilación, pero siempre serán
mejores condiciones que a cielo abierto.

Algunos autores señalan que el prolongar el tiempo de remoción de


los microtúneles si puede traer, entre otras consecuencias, el ataque de
ciertas enfermedades fungosas como el tizón temprano en jitomate (1).

Por otro lado, debe considerarse que el sostener altas humedades


relativas por periodos prolongados de tiempo puede ser
contraproducente, ya que ocasiona disminuciones en la tasa de
transpiración y, consecuentemente en la absorción de agua y nutrientes

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lo que puede llevar a las plantas a condiciones de deficiencia nutricional
(2).

Aireación del suelo

Generalmente, al preparar el suelo para la siembra se deja este muy


mullido, apto para captar agua y a la vez mantener un buen volumen de
aire. En los suelos sin cubierta, las lluvias progresivamente van
compactando esa capa del suelo haciéndole perder esa condición
inicial. Cuando se utilizan microtúneles (o acolchados) la estructura y
agregación inicial del suelo se mantienen ya que la cubierta actúa como
una barrera física impidiendo que las gotas de lluvia apelmacen el suelo.

Lixiviación de nutrientes

La cubierta de los microtúneles también puede usarse como una


barrera física contra la lixviación de nutrientes del perfil del suelo por
las lluvias en exceso que arrastran los nutrientes hacia capas
profundas. Adicionalmente se protege al suelo cubierto de la erosión
hídrica, e incluso de pudriciones provocadas por el salpicado (7, 23,
24).

Protección contra el granizo

Eventualmente en la primavera el granizo puede ocasionar severos


daños a productos hortícolas de alto valor. Con los microtúneles se
logra una protección completa al actuar estos como barrera física (24).

EFECTOS SOBRE LOS PROCESOS FISIOLOGICOS

Evidentemente que el manejo apropiado de los factores


microclimáticos que se pueden controlar con los microtúneles debe
producir efectos favorables sobre los procesos fisiológicos relacionados
con el crecimiento y desarrollo de las plantas.

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Para muchas especies hortícolas las bajas temperaturas del suelo
durante el fin del invierno o principios de la primavera actúan como
factores limitantes para su germinación y después para su crecimiento
y desarrollo ya que los procesos de absorción de agua y nutrientes se
encuentran muy limitados por la baja tasa de respiración celular en esas
condiciones. Por ejemplo raíces de cultivos como el pepino o el melón
son incapaces de absorber agua a temperaturas de suelo menores a 8
ºC y sólo a temperaturas mucho más altas son capaces de abastecer a
la parte aérea de manera adecuada.

Un experimento realizado por Dunlap, 1986 (9) con diferentes


variedades de melón muestra la gran influencia de la temperatura del
suelo sobre esta especie. Se manejaron cuatro niveles de temperatura
del suelo (ambiente, 21, 27 y 32 ºC. Aunque hubo diferencias
varietales a mayor temperatura se obtuvo mayor área foliar, longitud y
peso seco de tallo y número de flores femeninas; además se adelanto
la floración de flores femeninas. Al final del experimento la acumulación
de días-grado o unidades-calor era de 858 para la temperatura ambiente
y de 1117 para la de 32 ºC.

Ya se señaló que los incrementos de la temperatura y la humedad


del suelo provocados por los microtúneles traen como consecuencia
mejores condiciones de fertilidad, Desde el punto de vista fisiológico se
logra una mayor velocidad de respiración y crecimiento de raíces, y son
posibles mayores tasas de absorción y transporte de agua y nutrientes
en caso de ser exigidas por las condiciones microclimáticas de la parte
aérea.

También a fines de invierno y principios de primavera, en muchas


localidades de clima templado o subtropical (aunque no se presenten
heladas) el efecto de las bajas temperaturas del suelo es agravado
porque las temperaturas medias del aire suelen estar por debajo de las
necesidades de muchos cultivos hortícolas considerados como
termófilos, y en esas condiciones su fotosíntesis y su metabolismo en

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general están muy disminuidos. Las plantas no se desarrollan o su
crecimiento es muy lento.

Con el uso de microtúneles las temperaturas medias del día se


pueden incrementar notablemente lo que afecta favorablemente las
tasas de fotosíntesis, respiración y metabolismo en general de este tipo
de cultivos, acelerando su desarrollo. Si las temperaturas llegaran a ser
excesivas se recurre a la ventilación.

Para el caso de cultivos en que el problema de producir fuera de


época son las altas intensidades luminosas o las altas temperaturas
asociadas a ellas, el diseño de los microtúneles se basa en las cubiertas
relativamente opacas y muy porosas (por ejemplo mallas), a fin de
favorecer una ventilación muy eficiente (10). Con ello es posible
mantener tasas de fotosíntesis relativamente altas, sin una respiración
excesiva. Además se tiene protección contra el granizo, los pájaros,
varias especies de insectos-plaga y la precipitación erosiva (17, 24).

En la producción de cultivos a cielo abierto, factores como el


incremento de la tensión del agua del suelo y de la velocidad del viento,
así como la disminución de la humedad relativa, conducen a una
reducción importante de la fotosíntesis durante una buena parte del día
como consecuencia del cierre estomático.

La mayor humedad del suelo, la mayor humedad relativa del aire y


la menor velocidad del viento dentro de los microtúneles, son factores
que contribuyen a sostener altas tasas de fotosíntesis durante periodos
más largos durante el día, debido a que estas condiciones tienden a
mantener abiertos los estomas por más tiempo (mayor conductancia)
(6, 29).

Por ejemplo en un experimento con jitomate en microtúnel


acolchado con polietileno transparente (16), se estimuló la actividad de
la raíz, así como la actividad fotosintética de la hoja que alcanzó hasta
10 a 12 g/cm²/día.

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La importancia de manejar correctamente la humedad relativa
queda ilustrada en un ensayo realizado por Bakker 1989 (2). En el se
demostró que para el cultivo de chile dulce (Capsicum annum L.) el
número de flores y frutos se incrementa significativamente con
aumentos en el déficit de presión de vapor durante la noche (en el
rango de 0.27 a 0.86 kPa). En cambio, el número de frutos amarrados
y de semillas por fruto fue mayor a menores déficits de presión de
vapor durante el día (en el rango de 0.3 a 0.75 kPa).

Hacen falta trabajos para evaluar la contribución a los procesos


fisiológicos de plantas cultivadas bajo microtúneles de factores como el
CO2 extra de la mayor respiración del suelo contra su disminución en
ausencia de ventilación y el uso de cubiertas fotoselectivas en contra
de la disminución de la intensidad luminosa ocasionada por ellas.

En síntesis, varios factores microambientales en los microtúneles


pueden manejarse para propiciar incrementos en las tasas de
fotosíntesis, respiración de la raíz, absorción y translocación de agua y
nutrientes y trabajo metabólico, lo que se refleja en un mejor y más
rápido crecimiento y desarrollo.

RESPUESTAS DE IMPORTANCIA ECONOMICA EN PLANTAS

El uso de microtúneles se ha convertido en diversas partes del


mundo en una práctica cultural común para la producción de cultivos
hortícolas de alto valor (Japón 40,000 has., Francia, 11,000 has, Italia
10,000 has, España 5000 has). Desde hace unos 10 años esta técnica
se ha estado usando, cada vez con mayor frecuencia en el Noroeste de
México, donde actualmente se estima una superficie de 4000 hectáreas
cubiertas con microtúneles (7, 14, 21, 23, 24).

El costo extra de los microtúneles se paga con creces gracias a la


ganancia adicional que se obtiene al adelantar la producción, al mayor

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rendimiento total y a la calidad obtenida (7, 14, 23, 24)

La prueba real de las bondades teóricas del uso de microtúneles


sobre los aspectos fisiológicos señalados, se da en el campo y en
condiciones limitantes (no se va a ver el efecto antihelada si no hay
helada). Las respuestas de los cultivos que se citan con más frecuencia
por los investigadores o productores en relación al cultivo a cielo
abierto son:

-Protección de los cultivos contra heladas ligeras.


-Mayor porcentaje y más rápida germinación de semillas.
-Mayor sobrevivencia de plantas a bajas temperaturas.
-Aceleración de las etapas fenológicas de los cultivos
(acumulación
más rápida de unidades calor).
-Anticipación de las fechas de cosecha.
-Mayores rendimientos tempranos y totales.
-Mayor calidad de los productos cosechados.

Las respuestas más favorables reportadas son de cultivos


hortícolas sensibles a las bajas temperaturas como el melón, la sandia,
la calabacita, pepino, chiles, jitomate, cultivados en los microtúneles en
localidades de inviernos moderados con el propósito fundamental de
adelantar su producción.

A continuación se muestran algunos ejemplos de resultados


experimentales.

Sarooshi et al, 1982, (27) con el propósito de forzar el melón para


cosechas tempranas probaron el efecto de acolchados de polietileno
negro y polietileno transparente y el microtúnel de polietileno
transparente sobre la temperatura del suelo. El polietileno transparente
elevó considerablemente la temperatura del suelo, pero lo hizo aún más
el microtúnel (ver figura 11), lo que tuvo un marcado incremento en el
porcentaje de germinación de semilla, acortó el número de días a la

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germinación y al inicio de cosecha. Los rendimientos más altos también
se obtuvieron con el acolchado o el microtúnel de polietileno
transparente.

Konyeva y Korzinikova, 1983 (15) reportan que en un cultivo de


jitomate, el incremento de temperatura en microtúneles acolchados
(ambos con polietileno transparente) aumentó el número de
inflorescencias por planta en 56% el número de flores en 65%, el
amarrado de fruto en 62 %, el numero de frutos en 31% y el peso de
frutos en 21 % con respecto a un testigo sin cubrir ni acolchar.

Por su parte Gerber et al, 1988 (12) trabajando con microtúneles


de sólo 38 cm de altura, muestran el efecto de diferentes tipos de
cubierta sobre algunos aspectos fenológicos de importancia económica
en al cultivo de chile Bell (ver cuadro 1). Encuentran que 52 días
después del trasplante las plantas cubiertas alcanzaron 10 cm más de
altura, más del doble de peso fresco, el doble en el número de ramas y
más del doble en rendimiento temprano que las que quedaron sin
cubrir; todo esto como consecuencia de que las mayores temperaturas
del aire y del suelo bajo cubierta permiten una acumulación más rápida
de unidades-calor, es decir un metabolismo más rápido.

En otro artículo del mismo autor (13) se indica sin embargo, que
los rendimientos de chile tipo Bell pueden disminuir por altas
temperaturas dentro de los microtúnel durante la etapa de floración que
ocasionan la aborción de flores. Esto puede suceder por temperaturas
mayores de 32 ºC sostenidas por algunas horas en días consecutivos, o
por temperaturas extremas de corta duración arriba de 40 ºC. Como las
temperaturas dentro de los túneles varían según el material usado,
sugieren un método a base del registro de unidades calor dentro de los
mismos para predecir la fecha óptima para quitar las cubiertas.

Su fórmula es:

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UC = ( Tmax +Tmin ) /2 - 10 ºC Donde:

UC =unidades calor
Tmax =temperatura diaria máxima
Tmin =temperatura diaria mínima

Según ellos la etapa óptima de remoción de los microtúneles para


chile Bell es entre 600 y 700 unidades calor.

Estudios semejantes pueden ser útiles para cultivos sensibles a las


altas temperaturas durante la floración, como el jitomate.

Trabajando con melón, Bravo y Ripoll, 1986 (5) por su parte


encuentran un adelanto de 8 días al inicio de cosecha y un incremento
de 500 a 800% en rendimientos tempranos (15 primeros días de
cosecha. Reportan también 35 ton/ha de fruto en microtúneles
acolchados con plástico negro, 30 ton/ha en microtúneles sin acolchar
y 21 ton/ha en plantas a cielo abierto sin acolchar.

Loy y Wells, 1989 (17) trabajando con el mismo cultivo


compararon el microtúnel de polietileno transparente ranurado contra
tela de poliester prensada colocada sin estructura encima de las
plantas. Los rendimientos totales fueron 33 % mayores al testigo
acolchado con polietileno negro pero a cielo abierto. Los rendimientos
tempranos fueron alrededor de 15% más altos con la tela de poliester
que con el polietileno ranurado, probablemente porque la primera
moderó un poco más las temperaturas máximas del día.

Plantas de jitomate manejadas en microtúneles cubiertos con


muselina o polietileno por 30 días dieron mucho más altos rendimientos
que el testigo sin cubrir (más mosquita blanca y enfermedades virosas
en este caso) o aquellos tratamientos donde se quitó la cubierta a los
50 ó 70 días después del trasplante (en este último caso la merma se
debió a altas temperaturas y al tizón temprano) (1).

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Wells y Loy, 1985 (31) reportan aumentos de rendimiento, tanto
temprano como total en chile y jitomate como consecuencia del uso de
microtúneles. Sin embargo, también como efecto de las altas
temperaturas del aire (más de 32 ºC) durante la floración de chile
'Greenboy' no encontraron diferencias significativas entre rendimientos
totales en 1983 (ver figuras 12 y 13)

El-Aidy op cit (10), a partir de las mismas estructuras a podido


obtener dos ciclos de jitomate por año en Egipto, uno en invierno y otro
en verano, cambiando sólo los materiales de la cubierta (polietileno
transparente en invierno y malla sombra en verano). Un resumen de sus
resultados en cuanto a rendimiento se muestra en los cuadros 3 y 4.

Hartz et al, 1991 (14) idearon un sistema para inyectar CO2 a


través de las cintas de riego por goteo (cuando no se esta regando) que
permite mantener una concentración entre 700 y 1000 ppm dentro de
los microtúneles a un costo que puede resultar rentable para cultivos
como el jitomate. En la figura 14 se muestran los resultados obtenidos
con esta técnica para los cultivos de pepino, calabacita y jitomate en
cuanto a peso seco de planta, rendimiento temprano y rendimiento
total. El CO2 es proporcionado sólo durante aproximadamente un mes,
que es el tiempo en que los cultivos están cubiertos por los
microtúneles.

La rentabilidad real de la producción con microtúneles queda bien


ilustrada en un ensayo comercial con un productor de sandía del Valle
del Yaqui reportado por Piña e Ibarra, 1991 (24) durante el ciclo 84-85
se comparó el rendimiento y la utilidad neta de sandía cultivada a cielo
abierto y con microtúnel de polietileno transparente. Con microtúnel los
costos de producción fuero de $3'053,000/ha, pero se obtuvieron 80
toneladas para el mercado de exportación con un valor de
$285,000/ton, lo que dejó una utilidad neta de $21'462,000/ha,
mientras a cielo abierto, aunque los costos de producción fueron de
$947,000/ha, se obtuvieron sólo 18 toneladas para el mercado de
exportación lo que aportó una utilidad neta de $4'729,000/ha. Esto

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representa una utilidad neta 454 %mayor para el cultivo protegido con
microtúnel.

Razo, 1992 (22) en un ensayo realizado en invierno en Abasolo


Guanajuato con Chile 'College 64' estima un beneficio neto de
$43'201,000/ha para el cultivo con microtúneles contra
$18'339,000/ha sin cubierta.

En entrevistas personales que hemos realizado con productores de


hortalizas que usan la técnica de los microtuneles en cultivos de
jitomate, chile, pepino y melón, durante viajes de estudio al Noroeste
(principalmente Sonora y Baja California), se ha evidenciado que más
que aumentar rendimientos lo que buscan con la protección de los
microtúneles es adelantar las cosechas para exportar sus productos,
antes que los productores de California salgan al mercado, pues así
logran precios unas 5 veces mayores a lo normal.

Hemos visto también que algunos productores de Milpa Alta usan


microtúneles para el cultivo de nopal; lo que buscan es aumentar la
temperatura del aire y del suelo para acelerar la producción de nopales
para la cuaresma que es cuando alcanzan un alto precio (hasta 10
veces más el precio normal) debido a la poca oferta y gran demanda.

Se puede concluir el presente trabajo subrayando que el uso de


microtúneles para la producción de cultivos hortícolas de alto valor es
una técnica factible y puede ser muy rentable, sin embargo no es una
panacea, y su manejo mécanico, por receta y sin conocimiento de los
principios de manejo microambiental involucrados, puede llevar al
fracaso y al desaliento en el uso de una técnica que puede ser muy útil
para la producción hortícola en México.

Es, como ya se señaló, una herramienta que los productores


pueden empelar para luchar contra varias las adversidades que impone
el microclima de una localidad. Pero como cualquier otra técnica hay
que aprender a manejarla, a usarla y/o a adaptarla en diferentes

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contextos, para lo cual la receta es insuficiente, haciéndose necesario
el conocimiento y la aplicación de los principios micrometeorológicos
involucrados.

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