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Unidad 1
Unidad 1
GENERALIDADES
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dibujo topográfico que proyecta sobre un plano las medidas hechas sobre una
superficie considerada como un plano también.
Aspecto histórico
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Durante el siglo I de nuestra era, Frontino escribió el Tratado de Topografía. Ya en
el siglo IV apareció el Codees Acerianus y el arte de medir las tierras, escrito por
Inocencio en los que se constatan las aportaciones romanas a la topografía.
Durante la Edad Media los árabes, portadores de toda cultura acumulada hasta
entonces, lograron avances sobre todo en la astronomía y la geografía.
Debido a los grandes descubrimientos, se avanzó en la elaboración de mapas y
cartas, con lo cual los trabajos de topografía y los geodésicos avanzaron en su técnica
e instrumental. Con la aparición del telescopio afines del siglo XVI y principios del XVII,
estas dos disciplinas tuvieron un gran avance, realizándose trabajos espectaculares en
lo relativo a la determinación de la forma y tamaño de la Tierra. Nombres como los del
abate Picard, Snellius y Casini fueron importantísimos para el conocimiento y desarrollo
de la topografía y el establecimiento de los fundamentos de la geodesia y de la
cartografía modernas.
La topografía ha avanzado en forma muy notable después de los grandes
movimientos bélicos a través de la historia. Se siente hoy la urgente necesidad de
elaborar planos y cartas topográficas con alta precisión, así como la determinación de
límites entre países, tareas en las que se complementa con la geodesia.
El aumento de la costa de los terrenos y el progreso de la última parte del siglo XIX y
sobre todo del siglo XX hizo que se inventaran instrumentos y métodos en forma
vertiginosa. En efecto, es bien sabido que, sobre todo en las últimas décadas, se han
conseguido más avances que en todos los siglos anteriores en lo relativo a las ciencias
y a la tecnología. Así, hoy en día contamos para los trabajos topográficos con teodolitos
de alta precisión, tanto los ópticos como los electrónicos, distanciómetros electrónicos
de fuente luminosa y de fuente electromagnética, colimadores láser, la percepción
remota por medio de fotografías aéreas, de satélites artificiales, el radar y lo que aún
falta por ver.
DIVISION DE TOPOGRAFÍA
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un plano una figura semejante al terreno que se desea representar. A estas operaciones
se les denomina levantamientos topográficos.
Sobre los planos, se hacen proyectos cuyos datos y especificaciones deben
replantearse sobre el terreno. A esta operación se le conoce como trazo.
Dentro de las actividades de gabinete se encuentran los métodos y procedimientos
para el cálculo y el dibujo.
Para su estudio la topografía se divide en:
Planimetría o planometría
Altimetría
Planimetría y altimetría simultáneas
Triangulación
Trilateración
Fotometría
Levantamientos topográficos
Estos producen mapas y planos de las características naturales y hechas por el
hombre. No existe una diferencia clara entre mapa y plano, pero se acepta
generalmente que en los planos los detalles se dibujan a escala exacta, mientras que
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en los mapas muchos de los rasgos son representados por puntos, o por contornos, los
cuales dan menos detalle, pero más visión del área representada. Con frecuencia en
los planos sólo se muestran las alturas de puntos específicos.
Los planos tienden a usarse para propósitos de diseño de ingeniería y
administración, pero los mapas tienen una multitud de usos: navegación, recreacional,
geográfico, geológico, militar, exploración, etc., sus escalas varían desde 1:25 000
hasta 1:1 000 000.
Levantamientos de ingeniería
Estos abarcan todos los trabajos topográficos requeridos antes, durante y después
de cualquier trabajo de ingeniería. Antes de comenzar cualquier trabajo se requiere un
mapa topográfico a gran escala o plano que sirva como base al diseño. La posición
propuesta de cualquier nuevo tipo de construcción debe marcarse en el terreno, en
planta y elevación, operación conocida como replanteo y, finalmente, es por lo que se
requiere hacer un levantamiento.
Especialmente para el diseño y construcción de nuevas rutas, caminos y
ferrocarriles, y en otros muchos aspectos de los levantamientos, siempre se requiere
calcular áreas y volúmenes de terracerías y los datos para trazar las curvas sobre el
alineamiento de la ruta.
Típicamente las escalas son:
Trabajos de arquitectura y construcción, dibujos de localización: 1/50, 1/100, 1/200.
Planos locales, trabajos de ingeniería civil: 1/500, 1/1000, 1/1250, 1/2000, 1/2500.
Levantamientos de ciudades y carreteras: 1/1250, 1/2000, 1/2500, 1/5000, 1/10 000,
1/20 000, 1/50 000.
Levantamientos catastrales
Tienen como finalidad producir planos de los límites de propiedad para propósitos
legales. En muchos países el registro de propiedad de tierras se basa en esos planos.
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1.4 Aplicación de la topografía
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Hay dos tipos básicos de poligonales: la cerrada y la abierta.
En una poligonal cerrada:
1) Las líneas regresan al punto de partida formando así un polígono (geométrica y
analíticamente) cerrado. Como se ilustra en la figura 1 (a), o bien,
2) Terminan en otra estación que tiene una exactitud de posición igual o mayor que
la del punto de partida. Las poligonales de la segunda clase (geométricamente
abiertas, pero analíticamente cerradas), que se ilustran en la figura 1 (b), deben
tener una dirección de referencia para el cierre, como por ejemplo, la línea E-Az
Mk2.
Las poligonales cerradas proporcionan comprobaciones de los ángulos y de las
distancias medidos, consideración en extremo importante. Se emplean extensamente
en levantamientos de control, para construcción de propiedades y de configuración.
Una poligonal abierta (geométrica y analíticamente), figura 2 consiste en una serie
de líneas unidas, pero que no regresan al punto de partida, ni cierran en un punto con
igual o mayor orden de exactitud. Las poligonales abiertas se usan en los
levantamientos para vías terrestres, pero, en general, deben evitarse porque no ofrecen
medio alguno de verificación por errores y equivocaciones. En las poligonales abiertas
deben repetirse las medidas para prevenir las equivocaciones.
En cada estación de la poligonal, se planta una estaca de madera con tachuela o
clavo para marcar el punto, quedando las estaciones en donde ocurren cambios de
dirección. A las estaciones se las llama a veces vértices o puntos de ángulo, por
medirse generalmente en cada una de ellas un ángulo o cambio de dirección.
Los métodos que se usan para medir ángulos o direcciones de las líneas de las
poligonales son:
a) El de rumbos, b) el de ángulos interiores, c) el de deflexiones, d) el de ángulos a
la derecha y e) el de acimutes.
Trazo de poligonales por rumbos. La brújula de topógrafo se ideó para usarse
esencialmente como instrumento para trazo de poligonales. Los rumbos se leen
directamente en la brújula a medida que se dirigen las visuales según las líneas (o
lados) de la poligonal.
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Normalmente se emplean rumbos calculados, más que rumbos observados, en los
levantamientos para poligonales que se trazan por rumbos mediante un tránsito. El
instrumento se orienta en cada estación visando hacia la estación anterior con el rumbo
inverso marcado en el limbo. Luego se lee el ángulo a la estación que sigue y se aplica
al rumbo inverso para obtener el rumbo siguiente.
Trazo de poligonales por ángulos interiores. Ángulos interiores, como ABC, BCD,
CDE, DEA y EAB, figura 1 (a), se usan casi en forma exclusiva en las poligonales para
levantamientos catastrales o de propiedades. Pueden leerse tanto en el sentido de
rotación del reloj como en el sentido contrario, y con la brigada de topografía siguiendo
la poligonal ya sea hacia la derecha o hacia la izquierda. Es buena práctica, sin
embargo, medir los ángulos en el sentido de rotación del reloj. Si se sigue
invariablemente un método se evitan los errores de lectura, de anotación y de trazo. Los
ángulos exteriores deben medirse para cerrar al horizonte.
Trazo de poligonales por ángulos de deflexión. Los levantamientos para vías
terrestres se hacen comúnmente por deflexiones medidas hacia la derecha o hacia la
izquierda desde las prolongaciones de las líneas, como se indica en la figura 2. Un
ángulo de deflexión no está especificado por completo sin la designación D o I, y por
supuesto, su valor no puede ser mayor de 180 grados. Cada ángulo debe duplicarse o
cuadruplicarse (es decir, medirse 2 o 4 veces) para reducir los errores de instrumento, y
se debe determinar un valor medio.
Trazo de poligonales por ángulos a la derecha. Los ángulos medidos en el
sentido de rotación del reloj desde una visual hacia atrás según la línea anterior, figura
1 (b), se llaman ángulos a la derecha, o bien, a veces, “acimutes desde la línea
anterior”. El procedimiento es similar al trazo de una poligonal por acimutes, con la
excepción de que la visual hacia atrás se dirige con los platos ajustados a cero, en vez
de estarlo al acimut inverso. Los ángulos pueden comprobarse toscamente pro medio
de lecturas de brújula. Si se giran todos los ángulos en el sentido de rotación de las
manecillas del reloj, se eliminan confusiones al anotar y al trazar, y además este
método es adecuado para el arreglo de las graduaciones de los círculos de todos los
tránsitos y teodolitos, inclusive de los instrumentos direccionales.
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Trazo de poligonales por acimutes. A menudo se trazan por acimutes las
poligonales para levantamientos orográficos o configuraciones, y en este caso sólo
necesita considerarse una línea de referencia, por lo general la meridiana (o línea norte-
sur) verdadera o la magnética. Los acimutes se miden en el sentido de rotación del
reloj, a partir de la dirección norte del meridiano que pasa por cada vértice o punto de
ángulo. En cada estación se orienta el tránsito visando a la estación anterior.
1.6 ERRORES
Las equivocaciones se refieren a errores absurdos, El contar mal el número de
longitudes de cinta al hacer la medición de una distancia larga o la transposición de
números al anotador, son dos ejemplos muy simples pero comunes de equivocaciones.
Este tipo de equivocaciones pueden ocurrir en cualquier momento del levantamiento, al
observar, al registrar las cantidades, al calcular o al dibujar y pueden producir
obviamente efectos indeseables en los resultados si no se corrigen. Sin embargo, con
un procedimiento de observación bien planteado es posible reducir el número de
equivocaciones y al verificar de manera independiente cada etapa, se pueden
descubrir. En la práctica, ninguna equivocación debe pasar inadvertida o sin corregir.
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