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QUÉ VER EN ROMA EN 3 DÍAS: ITINERARIO DEL PRIMER DÍA
El primer día en la ciudad empieza con el icono más clásico, nunca mejor dicho, de la capital de Italia: el Coliseo,Colosseo en italiano. Si
quieres entrar y enterarte de los mecanismos que había detrás de sus espectáculos –incluidos los de gladiadores–, lo más recomendables es
llegar a las 8:30, cuando abre, para evitar aglomeraciones o contratar un tour guiado, incluyendo el Foro y el Palatino, que te permitirá
saltarte las colas, aquí puedes ver el precio. Otra opción, más completa, es un tour guiado que, además del Coliseo, el Foro y el Palatino,
incluye también el Vaticano –siempre sin colas–, aquí puedes ver el precio para que decidas qué te conviene más.
La siguiente etapa, justo al lado del Coliseo, es el Arco de Constantino –Arco di Costantino–, el arco de triunfo mandado construir por el
emperador a principio del siglo IV para conmemorar la victoria en la batalla del Puente Milvio.

De ahí puedes ir hasta el colle Palatino, la más céntrica de las colinas de Roma, donde tendrás unas preciosasvistas del Foro Romano desde
arriba.

Después de verlo desde arriba, toca bajar hasta el Foro Romano, el antiguo Forum Magnum de los romanos, centro de la vida social, política y
religiosa de la ciudad –aquí puedes ver el precio de tu tour guiado, incluyendo el Coliseo y el Palatino, que te permitirá saltarte las colas–. Ahí
te esperan otro arco triunfal, elArco de Tito –Arco di Tito–, y la Basílica de Majencio –Basilica di Massenzio o di Costantino–, uno de los
edificios civiles más importantes de la antigua Roma, entre otros muchos restos. Si tienes tiempo, se puede entrar tanto al área arqueológica
del Palatino como a la del foro romano. Si no, podrás tener otra bonita vista del Foro Romano desde la plaza frente a la iglesia de los Santos
Luca y Martina –chiesa dei Santi Luca e Martina–.

Ya será hora de comer y podrás pararte a comer algo rápido en un bar, una paninoteca o una pizzeria al taglio.

Después de retomar fuerzas, toca subir la colina del Campidoglio en la escalinata que lleva hasta la plaza del Campidoglio –piazza del
Campidoglio–, la magnífica plaza proyectada por Miguel Ángel, Michelangelo. La visita a los Museos Capitolinos –Musei Capitolini–, unos de
los más importantes de Roma, probablemente haya que dejarla para otra ocasión, según el tiempo que te quede. Detrás de la plaza del
Campidoglio hay otro miradormás del Foro Romano.
Después, toca volver a bajar a la plaza Venecia –piazza Venezia– con el enorme y pomposo Vittoriano –elmonumento nacional a Víctor
Manuel II, monumento nazionale a Vittorio Emanuele II , llamado también altar de la patria, altare della patria– y la cercana columna de
Trajano o columna trajana –colonna traiana– con sus increíbles bajorrelieves en espiral que conmemoran las victorias del emperador contra
los dacios.
Al otro lado de la plaza Venecia, se encuentra una joya poco conocida: la iglesia del Gesú –Iglesia del Santo Nombre de Jesús, Chiesa del Sacro
Nome di Gesù–, la iglesia madre de la compañía de Jesús, con su fachada barroca que fue replicada en muchas de las misiones jesuíticas de
Sudamérica.

Si no has entrado en ningún sitio y te queda tiempo, puedes ir o bien andando o bien en bús –el 81 o el 628– hasta la famosa boca de la
verdad –bocca della verità–, frente a Santa Maria in Cosmedin. Muy cerca están también el Circo Máximo –Circo Massimo– y otra de las
iglesias más bonitas de Roma: la basílica de Santa Sabina –basilica di Santa Sabina all’Aventino–, una de las basílicas paleocristianas mejor
conservadas y el centro de la orden dominica.

Si por la noche todavía te quedan fuerzas, puedes ir al rione Monti –alrededor de la piazza degli zingari y la via del boschetto–, a la plaza de
Campo de’ Fiori o al barrio universitario de San Lorenzo.
QUÉ VER EN ROMA EN 3 DÍAS: ITINERARIO DEL SEGUNDO DÍA
El segundo día también empieza con un gran clásico… aunque no sea de Roma sino ¡de otro país! Vale, que está dentro de Roma y es uno de
los países más pequeños del mundo, pero el Vaticano también cuenta. La increíble plaza de San Pedro –piazza San Pietro–, proyectada por
arquitecto barroco Gian Lorenzo Bernini, merece ya un tiempo por sí sola –¿sabías que son 140 las estatuas de santos que decoran su
columnata?–, pero la basílica de San Pedro –basilica di San Pietro– podría dar para otro día. Y es que el templo cristiano más grande del
mundo y centro del poder de la Iglesia católica no podía ser para menos. La Piedad de Miguel Ángeles sólo una de las obras que podrás
encontrar aquí… ¡prepárate para el síndrome de Stendhal!

Si ves que tienes tiempo y acortas o eliminas algunas de las visitas de la tarde, también puedes entrar a los Museos Vaticanos, Musei Vaticani,
–aquí puedes ver el precio del tour guiado que te permite saltarte las colas– y admirar, como no, la capilla sixtina. Como te comentamos antes,
también existe la opción del tourguiado con el Vaticano, el Coliseo, el Foro y el Palatino, mira aquí el precio para ver cuál te conviene más.
Ya toca salir de la ciudad del Vaticano para ir al Castillo de Sant’Angelo –Castel Sant’Angelo–, aunque otra opción sería volver por la tarde para
admirar la puesta de sol desde su terraza. Enfrente al Castel Sant’Angelo está el puente Sant’Angelo, probablemente el más bonito de Roma
con sus estatuas de apóstoles, evangelistas y patriarcas. Si vuelves por la tarde, desde aquí la puesta de sol también es muy bonita.

Después de cruzar el Tíber y buscar algo de comer, toca llegar hasta la iglesia de Santa María de la Paz –Santa Maria della Pace–, con
su claustro del arquitecto Bramante, uno de los más reconocidos del Renacimiento italiano.

Muy cerca de la iglesia, se encuentra mi plaza favorita de Roma: la barroca plaza Navona, construida en el espacio que ocupó el stadium de
Domiciano, de ahí su forma. De sus tres fuentes la más famosa, sin duda, es la central: la fuente de los cuatros ríos –Fontana dei Quattro
Fiumi– de Bernini. Se encuentra justo enfrente de laiglesia de Santa Inés en Agonía –chiesa di Sant‘Agnese in Agone–, acabada por Borromini,
gran rival de Bernini. De ahí que se dice que Bernini diseñó dos de las figuras esculpidas en la fuente para burlarse de su rival: la que
representa el río de la Plata levantando las manos en señal de protección ante la caída de la iglesia y el Nilo escondiendo la cabeza bajo un
velo para no ver la horrible iglesia. También puedes recorrer algunas de lasplazas y fuentes más famosas de Roma, incluyendo la plaza
Navona, con un tour guiado si te agobia la gente o quieres saber más detalles, aquí puedes ver el precio.
Cerca de la plaza Navona se encuentra el Panteón de Agripa –Pantheon–, otra de las maravillas más conocidas de Roma, con su celebérrima
cúpula y su “oculus”, por el que entra un halo de luz que parece mágico. Si estás en Roma el 21 de abril, verás la luz del sol incidir directamente
sobre la puerta de entrada y podrás sentirte emperador romano por un momento.

Al lado del Panteón se encuentra la basílica de Santa Maria sopra Minerva, la única iglesia gótica de Roma y segunda iglesia de los dominicos
tras Santa Sabina (visitada el primer día). Tiene obras de Miguel Ángel y Bernini, entre otros.

Pasando, si quieres, por la plaza Farnesio –piazza Farnese– con su palacio Farnesio –palazzo Farnese–, actual embajada de Francia y obra
renacenista de, entre otros, Miguel Ángel, llegas al puente Garibaldi para volver a cruzar el Tíber y pasar a la otra orilla, sin antes dejar de
darte una vuelta por la isla tiberina. Al otro lado del Tíber te espera uno de los barrios más emblemáticos de Roma: el Trastevere –por cierto,
por si no lo habías pensado antes, su nombre viene del latín trans Tiberis, o sea al otro lado del Tíber– con su laberinto de callejuelas,
sus sanpietrini –los adoquines típicos de Roma– y sus trattorie. Eso sí, mucho cuidado porque hay gran cantidad de ellas en las que se come
mal y muy caro, son verdaderas trampas para turistas.
La joya del barrio es la basílica de Santa María en Trastevere –Basilica di Santa Maria in Trastevere–, con los mosaicos del siglo XII en su
fachada y su precioso interior con techo de madera y columnas jónicas y corintias.

Podrás cenar en Trastevere o volver a cruzar el puente y cenar en el antiguo gueto judío, por ejemplo en Da Giggetto al portico d’Ottavia, y
luego volver a la vida nocturna del Trastevere o al barrio de Testaccio.
QUÉ VER EN ROMA EN 3 DÍAS: ITINERARIO DEL TERCER DÍA
Ni una ni dos… con tres iglesias empieza el tercer día. Da igual si no eres religioso, en una ciudad como Roma muchas obras de arte están
conservadas en edificios de culto, así que no puedes dejar de entrar. La primera es la basílica de San Pietro in Vincoli, con su famoso mausoleo
del Papa Julio II y su escultura de Moisés de Miguel Ángel. La segunda es la basílica papal de Santa María la Mayor –basilica di Santa Maria
Maggiore–, en la colina del Esquilino, una de las cuatro basílicas papales de Roma y la única que ha conservado su estructura paleocristiana.
La nave central tiene un increíble techo de madera dorado con, según la tradición, el primer oro llegado de las Indias. Mosaicos del siglo V y
del XIII, frescos que son obras maestras del Renacimiento italiano… ¡no le falta nada! La tercera iglesia es una de nuestras favoritas de Roma:
la basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires –basilica di Santa Maria degli Angeli e dei Martiri–, proyectada por Miguel Ángel sobre
el frigidarium de las termas de Diocleciano, de las que conserva algunas estructuras. No hay que perderse su gran meridiana.
Dejamos a un lado la iglesia y nos vamos a la piazza Barberini con su fuente del Tritón de Bernini: sí, vuelve uno de los genios del barroco. En la
misma plaza se encuentra el palazzo Barberini que, además de hospedar la Galleria Nazionale d’Arte Antica –otro de los museos más
importantes de Roma que en un viaje corto probablemente no te dé tiempo a visitar– tiene dos de las escalinatas más famosas de Italia, de
los dos artistas más célebres del barroco: la escalera helicoidal de Borromini y la escalinata de honor de Bernini.

Desde la plaza Barberini volvemos a una iglesia, Nuestra Señora de la Concepción de los capuchinos –Santa Maria della Concezione dei
Cappuccini–, para conocer uno de los rincones más tétricos de Roma: su cripta de los capuchinos, decorada con los huesos de unos 4.000
frailes capuchinos y que acoge las momias de otros.

Después de la oscuridad y de comer algo, toca luz: ya no vamos a entrar en más edificios. La siguiente etapa es la colina del Quirinal –colle
Quirinale–con el enorme palacio del Quirinal –palazzo del Quirinale–, una de las residencias oficiales del presidente de la república italiana,
que se puede visitar solo previa reserva. De ahí, bajamos a uno de los rincones más famosos de Roma: la fontana di Trevi, la más grande de las
fuentes monumentales del barroco en la capital italiana y que, desde noviembre de 2015 y después de unos años de restauración, ha vuelto a
todo su esplendor. Ahí puedes desde echar una moneda para volver a Roma –tengo que decir que yo no lo he hecho nunca y he vuelto
muchas veces– hasta imitar a Anita Ekberg en la Dolce Vita y bañarte.. ¡si te dejan!
La siguiente etapa es la plaza Colonna, dominada por la columna de Marco Aurelio –levantada para celebrar, en sus relieves, las victorias del
emperador en guerra– que se encuentra ahí desde el año… ¡193!

Después de la plaza Colonna llega otra plaza, una de las más famosas de Roma: la barroca plaza de España–piazza di Spagna–, con su fuente
de la Barcaza –de Pierto Bernini y su hijo, el más famoso Gian Lorenzo– y, sobre todo, con su escalinata de Trinità dei Monti, construida para
conectar la embajada de España con la iglesia de Trinità dei Monti. Muchos saben que la plaza toma nombre justamente del edificio de la
embajada de España en el Vaticano que está ubicada ahí pero, ¿sabías que hasta el siglo XVII se llamaba plaza de Francia?
Después de una pausa sentados en los escalones de la Trinità dei Monti, toca un paseo por la via Condotti, la más chic de Roma, con sus
tiendas de alta costura, y por la via del Corso, la calle más comercial de la capital. Llegamos hasta el final de la via Condotti para conocer otra
de las plazas más famosas de Roma: la piazza del Popolo, con sus iglesias gemelas.

Última etapa del día: el parque del Pincio y de Villa Borghese, para relajarse un poco en el pulmón del centro de la capital.
TURISMO EN ROMA EN 3 DÍAS: MAPA DEL ITINERARIO
Aquí está el mapa del itinerario de Roma en 3 días con todos los puntos recorridos.

Claro que hay que volver pero, aunque acabes cansado, en estos 3 días habrás conocido mucho de Roma.

Buon viaggio!

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