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El café está algo tibio, pero Boros no se lo recrimina al camarero, un huraño tileano. Su
las calles que se adentran en el barrio de los mercaderes. Kemperbad siempre ha sido
una villa ilustrada, pero, con la continua llegada de refugiados desde las provincias del
norte, ha podido entablar conversación con otros ingenieros como él. Les apasiona
parte del tiempo se diserta acerca de los recortes de presupuesto que afectan a las
No obstante, mientras camina de vuelta del excusado, una tertulia en una mesa cercana
distrae su atención. Un joven, con un acento que no acierta a descifrar, discute con un
hombre alto y de tez pálida, y alguien encapuchado, de aspecto más que ruin.
- ... más que derrotado; el ejército había huido, y el noble contaba ya con solo unos
pocos de sus guardias, y estaba vendiendo caro su pellejo, decidido a morir y matar en
esos pantanos – el chico parecía tener prisa en contarlo –. Estaba empapado de sangre
hasta el yelmo, la mayoría ajena, y seguía blandiendo esa hoja a diestra y siniestra,
rebanando enemigos con cada tajo. En verdad era un acero formidable, pues por sí
cada golpe.
Boros había contenido sus pasos, y decidió ir hacia la barra a pedir de nuevo, pues
- Nadie lo alcanzó. Se desató una terrible tormenta, y las bestias huyeron hacia el
bosque. Los rayos partían árboles y gors por igual. En ese momento también me
levanté de mi escondrijo y me largué aterrado, intentando alcanzar los restos del
ejército mercenario.
- Hay que marchar hacía allí, antes que los otros lo sepan. Enviad los cuervos, nos
parecido hacía un par de noches, por boca de un borracho en Tasca Platina. Ahora ese
rumor ya tenía fundamento, y mientras caminaba de vuelta, con las últimas luces del
día, se cruzó con el gobernador y su guardia, templarios del Grifo, que atravesaban al
galope la calle Krieg. Cuando llegó al cuartel, se había tocado a rebato. Por la mañana
partirían.
fue en lo bien o mal que habia realizado los ultimos trabajos, aquella incauta rata que
se creia escritora y osaba dejar por escrito nuestros actos y el ultimo trabajo en los
bosques observando a los Hombres Bestias preparandose para la batalla, no sin aquella
anecdotica situacion provocada por una borrachera, que habia acabado atando a unos a
un carro.
Por suerte para el, se trato de un nuevo encargo, pero esta vez se trataba en la ciudad
de Kemperbad.
A simple vista era mucho mas sencilla, esquivar a los humanos era mas sencillo que a
los hombres bestia, el olfato de los humanos no estaba tan desarrollado y detectarle
seria dificil.
Por otro lado, las ciudades de los humanos, no destacaban por su limpieza, era casi
Tras varios dias, en distintas tavernas, llego el momento esperado, situado en una zona
oscura, pude observar y escuchar rumores sobre los hombres bestia y que se preparaba
algo en la zona.
persona que parecia iba a salir de la tabarna cuando rectifico y se dirigio a la barra para
Cuando ambos tuvimos suficiente, decidi seguir a esta persona, Boros, creo que le
llamaban....
Si encontraba el momento, lo mataria, y asi lo segui por las calles, hasta que justamente
galope por las calles el Gobernador junto con su Guardia y los Templarios a Grifo.
En ese momento salio corriendo hacia el cuartel y yo decidi que era el momento de
analisis.
.- Gracias.
.- Supongo que estaras sediento despues del viaje, toma una copa conmigo.
.- Acaso reusas tomar una copa con tu señor, reconozco que te he entrenado muy bien,
....