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BERNSTEIN, Richard J.

, Praxis y zada, qué cuestiones han de ser


Acción, Alianza Editorial, Ma- afrontadas para introducirnos
drid, 1979, 346 págs. en los problemas de la acción y
cuál es la significación de la ac-
Gabriel Bello Reguera publi- ción en el intento de compren-
ca ahora la traducción de la im- der lo que es el hombre" (pp.
portante obra de Bernstein Pra- 13-14).
xis y Acción, cuya versión origi- Se propone Bernstein mostrar
nal data de 1971. La actualidad el interés de cuatro movimien-
del tema —también durante la tos filosóficos aparentemente
década de los 70— de la acción dispares en el tema de la pra-
humana en los ambientes anglo- xis, de la acción propiamente
sajones hace que haya obras va- humana, y de realizar un aná-
liosas que no Se ven recogidas lisis comparativo. La compa-
en el trabajo de Bernstein. Es, ración die estas cuatro doctri-
sin embargo, éste, sin duda, un nas —marxismo, existencialis-
trabajo de gran valor e impor- mo, pragmatismo y analítica—
tancia. resulta muy esclarecedora de la
Afirma Bernstein la necesi- noción de praxis. La compara-
dad de emprender un diálogo ción viene posibilitada por la
fecundo entre los diversos mo- derivación, que realiza Berns-
vimientos filosóficos, tal como tein, de estas corrientes doctri-
ha sido desarrollado, por ejem- nales de Hegel.
plo, por Habermas, Hampshire, Esta unificación en el punto
Maclntyre y Taylor (cfr. p. 19). de partida de los autores estu-
Desde este diálogo que el autor diados señala, a la vez que el lo-
pretende entablar se verá cómo gro principal de la obra, su más
"la investigación de la naturale- profundo límite. Pese a las nu-
za, el status y el sentido de la merosas referencias a Aristóte-
praxis y de la acción se ha con- les a lo largo de toda la obra, el
vertido en el tema dominante horizonte filosófico viene deter-
de los movimientos filosóficos minado por el pensamiento he-
más importantes desde Hegel. geliano. Quizás una confronta-
La aspiración esencial de este ción con Aristóteles hubiera su-
estudio es comprender lo que puesto una amplificación del
cada uno de estos movimientos campo visual no desdeñable.
nos ha estado diciendo sobre la Las cuatro corrientes estudia-
acción, cómo debe ser caracteri- das por Bernstein convergen en

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BIBLIOGRAFÍA

ofrecer una nueva visión del del lugar central de la praxis en


hombre. La imagen del hombre Marx" (p. 88). Finaliza el autor
heredada de la filosofía moder- esta parte señalando la impor-
na, y aun de la más antigua, es- tancia y relevancia actual del
taba tergiversada. "Y lo estaba pensamiento de Marx y cómo
no sólo por la preocupación del "aunque no hay ni una sola afir-
hombre como cognoscente, sino mación o tesis de las estableci-
por cierta manera de enfocar lo das por Marx que no exija una
que el conocimiento es o debe revisión crítica significativa, el
ser, la que lo ve 'incorregible- partir de las reflexiones de
mente contemplativo'" (p. 22). Marx sobre la praxis constituye
Así, el esfuerzo común que uno de los indicadores más cla-
muestra el autor, es el esfuerzo ros para comprender crítica-
por comprender al hombre co- mente nuestra realidad social
mo agente, como "un ser activo, presente, y para llegar a una
metido en la práctica por los comprensión mejor de lo que
cuatro costados" (p. 22). el hombre es y puede llegar a
Las 70 páginas que constitu- ser" (p. 91).
yen la primera parte son dedi- En la segunda parte, se en-
cadas al pensamiento de Marx. frenta el autor al pensamiento
Según Bernstein la noción de de Kierkegaard y Sartre, enten-
praxis en Marx "es el resultado didos también como críticos de
de la crítica dialéctica del Geist Hegel. Las ideas rectoras del
de Hegel" (p. 29). Así, tras ex- pensamiento existencialista pue-
poner el pensamiento hegeliano den ser interpretadas como co-
a este respecto y la pertinencia mentario crítico de otro capítu-
de la crítica marxista, se expone lo de la Fenomenología, "la
el pensamiento de Marx, encon- Conciencia Infeliz". Lo que sub-
trándose en él, "una unidad dia- yace a la Fenomenología es el
léctica" (p. 68). El mismo autor esfuerzo del yo por descubrirse
resume su aportación claramen- a sí mismo, por realizar toda su
te. "Hemos intentado justificar libertad potencial y autocono-
nuestra afirmación de que la cerse. Es en la mediación de la
praxis es el concepto central del razón que Hegel introduce don-
punto de vista de Marx y siste- de irrumpe la crítica de Kier-
matizar el significado que le kegaard y Sartre. Tal media-
confiere. Lo que en principio pa- ción es fraudulenta. "Si Hegel
rece ser una maraña caótica de está equivocado, lo que se im-
significados —praxis como acti- pone es repensar las categorías
vidad humana, producción, tra- básicas y tratar de ver cómo y
bajo, alienación, crítica impla- por qué lo está, por qué el hom-
cable y práctica revoluciona- bre no podrá nunca 'rebasar' la
ria— son aspectos de una teoría conciencia infeliz y cómo la
del hombre y su mundo única, mediación de la razón, piedra
abarcadura y coherente. Nues- angular de la filosofía de Hegel,
tra atención ha estado centrada no es más que una ilusión y de
ante todo en el desarrollo de una las grandes. Si no podemos ir
interpretación del significado y más allá de la conciencia infe-

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BIBLIOGRAFÍA

liz, entonces debemos afrontar paradojas humanas— están dis-


con autenticidad el desafío que puestos para ser salvados por la
nos lanza esta situación a vivir gracia de Dios" (p. 132)).
nuestra vida como seres indivi- L'Etre et le Néant de Sartre
duales cuya indeclinable condi- es interpretado como un comen-
ción humana es el vivir aliena- tario al comienzo de la lógica
dos. Si de verdad este reto llega de Hegel. Entre el Ser-en-sí y el
hasta nosotros, entonces, la con- Ser-para-sí no cabe mediación
ciencia, la existencia y la acción posible. El ser-para-sí está con-
llegan a ser importantes en con- denado a intentar llegar a iden-
diciones que Hegel (según afir- tificarse con un ser-en-sí. Este
man Kierkegaard y Sartre) ja- intento, la mauvais fois, es
más entenderá realmente" (p. según Bernstein insuperable.
107). También la autenticidad es, en
Tras señalar la dificultad que el fondo, mauvais fois. "Si cual-
supone el uso de pseudónimos quier cosa que elegimos y hace-
por Kierkegaard y de exponer mos es una manifestación de
el pensamiento de Clímacus y nuestra libertad radical que se
Anti-Clímacus, señala Bernstein funda en nuestra propia 'nada',
un grave peligro en la compren- en tal caso no habrá nunca ni
sión del pensamiento kierke- podrá haber alguna buena ra-
gaardiano: la tentación de for- zón para elegir un curso de
mular "la nueva verdad filosó- acción mejor que otro. Si pen-
fica de que vivimos en una con- samos que la lucidez prevalece
dición de conciencia infeliz y de sobre el autoengaño, si pensa-
que no existe ni puede existir mos que es mejor afirmar la
mediación posible en nuestra libertad de cada hombre en lu-
existencia como individuos. Fi- gar de alguna otra condición,
nalmente podemos caer en la si pensamos que tenemos algu-
trampa de convertirnos en vo- na razón objetiva para trabajar
ceros de la interioridad. Pode- por una sociedad humanística,
mos autoengañarnos aseguran- en tal caso estamos atrapados
do que el cristianismo es para- en nuestra propia mala fe. Si
dójico, pero que si estamos in- 'todas las acciones humanas son
teresados en nuestra felicidad equivalentes', no debemos vaci-
eterna es mejor aceptar el ries- lar ante la conclusión última de
go de la fe" (p. 131). La propia que no hay diferencia alguna
decisión existencial no es ni (ética) entre lo que hagamos.
puede ser justificable. Por ello, No tenemos ninguna razón para
"resulta que al final, la fe exi- admirar al filósofo que lucha
gida a un cristiano no es en ab- denodadamente por comprender
soluto lo que parece ser, no per- la naturaleza de la realidad hu-
tenece a nuestro propio hacer. mana, más que al conductor de
Solamente aquellos que 'se man- pueblos o al borracho. Pero si
tienen vivos en estado de muer- esto es verdad, y yo he man-
te' están 'maduros para la eter- tenido que esta es la conclusión
nidad', sólo aquellos —y esta es inevitable de la ontología de
la más incomprensible de las Sartre, en tal caso no hay razón

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BIBLIOGRAFÍA

para admirar, respetar o valorar cho de la intención de Dewey,


(sea implícita o explícitamente) las consecuencias de su filoso-
al individuo que vive 'auténti- fía son la perpetuación de las
camente'. Sartre puede haber lacras sociales que pretendía
intentado aislar esto como la extirpar" (p .234).
actitud o el valor humano bási- En la cuarta parte acomete
co más importante, pero su pro- Bernstein la aportación de la
pio análisis corroe este valor. filosofía analítica distinguiendo
Una investigación filosófica que tres fases en el tratamiento que
intenta dramatizar el sentido de ella hace de la acción.
la elección y acción individua- En los primeros desarrollos
les, acaba por poner de mani- del pensamiento analítico —Car-
fiesto su completa insignifican- nap, Russell, Ayer, Wittgen-
cia" (p. 169). La sentencia acer- stein— el tema de la acción hu-
ca del nihilismo sartreano no mana carece de interés. La
puede ser más rotunda. razón de ello es que en la pri-
En la tercera parte expone mera generación de analíticos
Bernstein las aportaciones de "en su interés por los funda-
Pierce y Dewey. Se subraya su mentos del conocimiento, o por
concepción del hombre como ex- la representación clara de una
perimentador activo, su crítica gramática lógica de enunciados
de "la metáfora del fundamen- y proposiciones significativas,
to" y del punto de vista del jamás hubo un enfrentamiento
cognoscente como expectador serio con la maraña de cuestio-
pasivo, la unión de teoría y pra- nes en torno a la comprensión,
xis que supone la conducta au- descripción y explicación de la
tocontrolada, etc. Señala final- acción humana. En estos filóso-
mente Bernstein cómo en Pier- fos, igual que en el caso de Car-
ce falta "una teoría coherente nap, opera una convicción a
del yo que dé sentido a la idea priori, según la cual en la ac-
de autocontrol" (p. 204). Tras ción humana no hay nada signi-
exponer la noción de experien- ficativo o importante que no
cia en Dewey, su visión del pueda ser reducido o traducido
hombre como "un agente-pa- a un lenguaje más elemental y
ciente orgánico" (p. 220) y el básico, al menos en principio.
acercamiento a Aristóteles que Lo que no puede ser reducido
supone la concepción de Dewey de esta manera es ilegítimo, ab-
de los juicios prácticos, se ex- surdo o inefable" (p. 251).
pone el error fundamental de Este supuesto reduccionista
Dewey. "El fallo fundamental fue criticado duramente por los
de Dewey es el fallo en no ser analíticos postwittgenstenianos.
genuinamente radical, en no ir Estos "teleológos" defienden la
hasta las raíces. Su fe en la in- irreductibilidad de la acción a
teligencia creativa es candida, otros conceptos. Esta irreducti-
pues subestima el poder de las bilidad! conlleva un dualismo,
fuerzas sociales, políticas y eco- una brecha infranqueable entre
nómicas que pervierten y co- movimiento físico y acción.
rrompen este 'ideal'. A despe- Se exponen finalmente las crí-

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ticas que el grupo de Oxford ha fía de las Ciencias" que, aunque


sufrido, deteniéndose especial- ya fueron publicados en artícu-
mente en la de Feyerabend y los dispersos, contribuyen con
Ch. Taylor. Según ellos, opinión su adecuada reedición original
que comparte Bernstein, éstos al desarrollo de la investigación
han venido a caer en un aprio- filosófica de la ciencia de la na-
rismo similar al de los "reduc- naturaleza, al ponerlos hoy al
cionistas". Si el sistema concep- alcance relativamente fácil de
tual necesario para explicar la cualquier nuevo estudioso inte-
acción humana no puede ser re- resado en esos temas, de los que
ducido, quizá si puede ser sus- tanto necesitamos aquí y ahora.
tituido. La crítica a estos sos- Esos "Estudios" están agrupa-
tenedores de la "hipótesis del dos en tres partes con sus epí-
desplazamiento" habría que bus- grafes correspondientes: "Hu-
carla, según el autor, en la manismo Científico: Cuestiones
teoría de "la invariancia y el básicas"; "Humanismo Científi-
cambio del significado". co: Cuestiones particulares" y
En resumen, es ésta una obra "Humanismo Natural".
sólida, de gran interés pese a En la Parte Primera: "Huma-
las posibles discrepancias en el nismo Científico: Cuestiones bá-
tratamiento de algunos puntos. sicas" piensa el autor que no es
Contiene un buen aparato bi- posible una interpretación, ni
bliográfico, en inglés, que si una hermenéutica correcta de
bien no es exhaustivo, sí es muy los "resultados" o "hechos" cien-
completo, aunque como ya se ha tíficos, sin una fijación previa
señalado las aportaciones que del "verdadero estatuto episte-
a este tema, especialmente den- mológico y ontológico" (9/10).
tro de la analítica, se siguen Comienza el Prof J. Echarri
haciendo, no son desdeñables. con uno de los problemas más
Pero este es un tributo necesa- importantes que hoy se presen-
rio que se ha de pagar por la tan en el seno de la ciencia,
actualidad. desde el punto de vista de la
epistemología, me estoy refi-
JORGE VICENTE ARREGUI riendo al "Carácter cuasi-con-
ceptual del espacio y del tiem-
po" (15-57,), que trata de elabo-
rar en sus dimensiones actuales
y con "pensamiento español"
ECHARRI, Jaime, Humanismo (16). Pasa después a analizar la
científico y Humanismo natu- "Racionalidad propia de las
ral. Publicaciones de la Uni- ciencias" (59-79), dando una
versidad de Deusto. Bilbao, "solución propia e inmanente"
1979, 485 pp. 23x15. (60), según el módulo "cuasi-
conceptual" (61 ss.) que no "ex-
Estos "Estudios Filosóficos" presa "in terminis" una propie-
que nos presenta el físico y fi- dad real de los procesos natura-
lósofo J. Echarri recogen una les, aunque sí se funda en la
serie de trabajos sobre "Filoso- realidad d'e los mismos" (355).

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BIBLIOGRAFÍA

Un "Estudio Filosófico" que va- el Prof. J. Echarri: "Integrar el


le la pena reseñar es el del humanismo científico en la filo-
"Dualismo de experiencia y teo- sofía, no es, ni puede ser, que'
ría en la física" (81-97). Ese la filosofía absorba a la ciencia
"dualismo" ni se "puede", ni se (...). La filosofía no suprimirá'
"debe" suprimir; se ha de res- la ciencia ni el humanismo cien-
petar "como algo irreductible" tífico" (107). La Ciencia y la
y se ha de tratar de armonizar Filosofía tienen un "estatuto
de forma que los "dos términos epistemológico propio, cada uno
se complementen" (81). La ex- el suyo" (107). Esos son, pues,
periencia y la teoría son "dos dos dimensiones del saber irre-
maneras diferentes de ponerse ductibles una a la otra. La inte-
en contacto con lo real sensible gración filosófica del humanis-
y captarlo" (95). La "comple- mo científico no ha de ser una
mentariedad" no es más que el "subordinación intrínseca e in-
"síntoma fenoménico de esa he- manente"; ha de haber, más
terogeneidad" (97). bien, una "coordinación" y un
Un problema relacionado en respeto (108). Se trata, en po-
cierta manera con el anterior cas palabras, de dimensiones
es el de si se da experiencia mi- del saber humano coordinables.
crofísica (99-105). Según el au- Integrar filosóficamente el hu-
tor, no se da la "experiencia manismo científico quiere decir
pura en todo rigor. Se puede —en sus líneas fundamentales,
definir una experiencia pura aunque existan dificultades,
aproximada, pero ella es común pues el lenguaje de una y otra
a todos los diversos tipos áe parte es distinto (110)—, lo si-
experiencia tales como se dan guiente :
concretamente, sin que sea po-
sible reconocerle un carácter 1) Reconocer filosóficamente
privilegiado como tal en nin- la existencia de un saber cientí-
guno de ellos" (105). En reali- fico con un estatuto propio. Re-
dad no hay más que una expe- conocimiento "de iure", positivo
riencia sensible, siempre de la y no meramente negativo. (Re-
misma naturaleza. La "expe- conocimiento filosófico del es-
riencia macrofísica" (133). "Lo tatuto científico) (119).
que caracteriza a la experiencia 2) Fijar la estructura filosó-
microfísica y la contrapone a la fica y el perfil especulativo, ra-
macrofísica no es el elemento cional, del estatuto científico, o
sensible sino el elemento racio- sea, el estatuto epistemológico
nal conjugado con él" (136). propio de la ciencia. (Labor me-
Dentro de estas "cuestiones tacientífica). —Leyes del estatu-
básicas" está, sin duda, la pro- to científico: inmanencia en lo
blemática sobre la "Integración sensible, trascendencia pura-
filosófica del humanismo cien- mente métrica curvada hacia lo
tífico" (107-148) y la "Realidad sensible, y realismo métrico
y superación de un distancia- (143).
miento filosófico-científico" (181- 3) Establecer las relaciones
195) (Filosofía-Ciencia). Escribe entre estos dos saberes autóno-

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BIBLIOGRAFÍA

mos. —Relación entre filosofía y una aproximación, pero sin con-


ciencia: Relación de indepen- fusión; un distanciamiento le-
dencia o autonomía propia, de gítimo, pero sin desconocimien-
coherencia, de complementari- to (195).
dad y de ordenación mutua o de Después de haber analizado
coordinación (144, 183 ss.). "cuestiones básicas" (estatuto
Aunque la filosofía necesita epistemológico de las ciencias
de la ciencia para nacer y desa- y, consiguientemente, su genui-
rrollarse, ésta necesita una jus- no estatuto ontológico), el Prof.
tificación ulterior de sí misma y J. Echarri analiza en la "Parte
de la dimensión real que inves- Segunda" aplicaciones de tipo
tiga. Ahí es donde se ve remiti- "particular".
da necesariamente a la filosofía, Como muestra de lo que pue-
pues la dimensión sensible y de ser el análisis epistemológico
métrica, estudiada por la cien- de la teoricidad física y de los
cia, se funda y se justifica como resultados a que conduce, el au-
real en la dimensión óntica, es- tor nos ofrece un trabajo sobre
tudiada por la filosofía (148 y "qué es energía" (287-334). Cree
191). En la realidad de los pro- el autor que ese trabajo de-
cesos sensibles, la ciencia (la fí- muestra la significación formal-
sica) investiga una dimensión mente sólo métrica de la ener-
real, es decir, la dimensión ón- gía científica. La energía ató-
tica (182 y 139). mica, al igual que la cinética,
El científico, por su parte, "se térmica o de cualquier clase, no
encontrará siempre la filosofía representa sino determinados
en la retorta", en la "retorta de aspectos y propiedades métricas
su espíritu, que es donde se de ciertos procesos observables
vierten y se funden inevitable- (141). Descubrir una nueva ener-
mente todos los saberes •huma- gía es otra cosa que descubrir
nos" (113). El científico necesi- un nuevo proceso físico con una
ta, así pues, una auténtica inte- determinada propiedad métrica.
gración filosófica del humanis- "La energía expresa un deter-
mo científico. En una aproxi- minado carácter métrico y unas
mación y distanciamiento filo- determinadas relaciones o es-
sófico-científico hay que añadir tructuras métricas de los proce-
que, tanto los filósofos como los sos mismos, que el científico no
científicos, tienen que ser cons- crea sino encuentra" (332). New-
cientes del sentido y de los va- ton mismo se dio cuenta (140)
lores privativos de su saber, así de que su mecánica y, en espe-
como de las limitaciones inhe- cial, su teoría gravitatoria y la
rentes al mismo. Esos tienen que vis gravífica representaban sólo
aceptar que un entendimiento propiedades métricas de ciertos
mutuo "perfecto y absoluto" no procesos (211-245).
es nada probable y representa Otro estudio "particular" nos
un equilibrio inestable. El filó- brinda el Prof. J. Echarri en el
sofo ha de saber y comprender análisis sobre el carácter epis-
auténticamente la cienccia, y el temológico del "hilemorfismo"
científico la filosofía. Se dará (247-286). Los átomos y las for-

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BIBLIOGRAFÍA

mas sustanciales nacieron en el nativa entre existencia y no-


mismo matraz, o sea, con el existencia" (363).
mismo signo epistemológico. La "Parte Tercera" de estos
Tanto la teoría atómica como la "Estudios Filosóficos" que se
hilemórfica respondieron a la denomina "Humanismo Natu-
misma problemática y se fun- ral" recoge de manera anticipa-
dieron en especulaciones del tiva y sumaria un esbozo del
mismo tipo epistemológico, aun- desarrollo actual de la filosofía
que naturalmente, sean muy del autor orientada, como dice
distintas (116). La "teoría hile- el mismo, a la "ciencia" y a la
mórfica —para sobrevivir— se "naturaleza" en un "horizonte
ha visto forzada a cambiar esen- humano" (11). Esa sería la tarea
cialmente de sujeto o a dejarlo de la "filosofía de la ciencia".
en una imprecisión tal que equi- Gusta el Prof. J. Echarri de-
vale a ignorarlo. La teoría hile- nominar a esta filosofía "Feno-
morfista es hoy una proposición menología" o "Fenomenología
sin sujeto y, en todo caso, sin abierta", que viene cultivando
su sujeto" (286). desde hace años (Philosophia
En este mismo marco el Prof. Entis Sensibilis, Herder, 1959,
J. Echarri analiza la problemá- aunque culminaba una serie de
tica de la "Necesidad, contin- trabajos anteriores, representa
gencia y libertad" (335-363). el comienzo) y es fundamental-
Cree que la aportación verda- mente distinta de las ya cono-
dera al problema de la libertad cidas con ese nombre, v. g., de
por parte del indeterminismo la de Kant, de la de Husserl, de
científico (sea el de Boussinesq, la de Heidegger, etc., pues trata
sea el moderno de Heisenberg) de interpretar el término "fenó-
no sería más que ésta: Que ha meno", herencia común recibi-
hecho desaparecer un obstáculo da de los griegos, en su signifi-
científico aparente contra la li- cación más original o primitiva
bertad del hombre" (362). Con y también más rigurosa y fe-
el indeterminismo desaparece el cunda (11, 398, 423, 430 ss. y
446), es decir devolviéndole su
pretexto y la tentación de atri- significado original muy profa-
buir a la naturaleza material un nado ya en parte por los mismos
determinismo metafísico. La griegos, pero corrompido poste-
aportación de la ciencia biológi- riormente hasta el extremo
ca, por su parte, apunta hacia (370).
una ausencia de determinismo El "fenómeno" (phainómenon)
metafísico y a un cierto margen significa "realidad que se está
de espontaneidad que hacen po- manifestando al hombre, preci-
sible esa "libertad mundana y samente en cuanto se está así
encarnada del hombre". Esa li- manifestando y en cuanto ma-
bertad se hace posible por la nifestada". Ese "fenómeno" no
"libertad natural o incompleta es manifestación "de" algo, sino
de la materia, es decir, por su "algo manifestado en cuanto
contingentismo metafísico, que tal" (393). No hay, pues, "fenó-
va más allá de la mera alter- meno" sin su realidad manifies-

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BIBLIOGRAFÍA

ta, que es él mismo. El "fenó- tidos en cuanto tal" (441), la


meno" es, por esencia, "manifes- "physis" primitiva de los grie-
tación óntica inmediata y con- gos (396). El "fenómeno cientí-
creta" (431 ss.) fico" o fenómeno "ciencia" com-
Una característica del "fenó- prende "todo aquello que es-al-
meno" es la de "autodefinirse" hombre de ciencia en cuanto
y, consiguientemente, la de "au- tal" (442), la "tecne" (443).
todiferenciarse" (397). Del "fe- Se ha de insistir en que estas
nómeno" como "ser-fenoménico" "dos naturalezas son, una y
(433) se derivan los dos rasgos otra, naturaleza, e igualmente
más característicos de su pecu- naturalezas, por ser una y otra
liar ontología. El "fenómeno" es fenómeno, y constituir por otra
un "ser-a-otro", y, concretamen- parte dos tipos diversos de fe-
te» un "ser-al-hombre" (mani- nómeno" (443). Ambas natura-
festación "concreta" al hombre: lezas "coexisten", "completan-
"ser de comunión") (394, 437 ss.). do" el fenómeno de lo que, ya
El segundo rasgo del "fenóme- en cada tipo de fenómeno y en
no" es su "esencial temporali- cada fenómeno, se fenomeniza
dad" (395) ("es", "fue" y "será": todo entero, aunque no total-
abertura a una complejidad mente" (444).
evolutiva). "El conocimiento fe- Esta concepción de la natu-
noménico", escribe el Prof. J. raleza "múltiple" crea una "ba-
Echarri, "dada su identificación se común" entre disciplinas apa-
con el ser fenoménico, ha de ser rentemente dispares y una va-
también, por fuerza, temporal, loración de lo "diferencial" de
y consiguientemente abierto di- cada una, para así llevar a cabo
námicamente al mismo tipo de una labor "interdisciplinar" y
complejidad y de evolución he- abordar satisfactoriamente otros
terogénea, imprevisible" (396). problemas, como puede ser el
El "fenómeno" aquí descrito problema del "cambio" "revolu-
es el lugar privilegiado de con- cionario" (T. S. Kuhn) que ca-
tacto entre el ser del hombre y da disciplina experimente y que
el ser de la naturaleza (430), parece poner en juego su ver-
pues la "naturaleza" es "reali- dad (445). Esta mutabilidad in-
dad fenoménica" o, simplemen- tradisciplinar no hace sino "con-
te, "fenómeno" (430), dándose tinuar la espiral que se inició
"una multiplicidad posible de en el seno de la modesta ciencia
naturaleza, en sentido igual- de los sentidos" (445). Toda
mente propio cada una, y, por gnoseología del cambio intra-
tanto, sin ninguna privilegia- disciplinar requiere, en opinión
da", así como "genuino con-ser" del autor, una ontología apro-
de nombre y naturaleza (440). piada, y viceversa. Esa "ontolo-
El "fenómeno" más fácil de gía apropiada" es la ontología
re-conocer y, en cierta manera que aquí se nos ofrece como
prototipo, es el "fenómeno sen- "auténtica fenomenología abier-
sible" (396). Este comprende ta" (446).
"todo aquello, y sólo aquello, Volviendo a la relación "hom-
que es-al-hombre dotado de sen- bre-naturaleza", y viceversa, el

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BIBLIOGRAFÍA

Prof. J. Echarri sitúa tal rela- mitivo", le sale al encuentro la


ción, como bien se puede apre- "otra" realidad, que es su salva-
ciar, "en el plano del ser" y no ción (479) y que puede aceptar
en el del conocer, que es deri- o desaceptar (480).
vado (446). La naturaleza, no El libro termina en un "Apén-
obstante su "ser de comunión" dice" que recoge los escritos del
con el hombre, es "norma" para Prof. J. Echarri, que van del
ese, pues es verdaderamente año 1937 al 1978.
"óntica", siendo su estructura Esta obra, "Humanismo cien-
no estática, sino "dinámica" y tífico y Humanismo natural",
exigiendo un "pathos" de aber- está justificada desde todo pun-
tura (447). to de vista, pues sus estudios
El último "Estudio Filosófico" científico-filosóficos brotan de
se centra en el binomio "Cien- una honda preocupación filosó-
tismo y salvacción" (459-481), fica en torno al interesante e
planteándose tres preguntas que importante tema de la "natura-
trata de responder: leza", la "ciencia" y el "hom-
bre", dentro de un "horizonte
1) ¿Qué aporta el científico humano" (9/11), dinámico y
de la naturaleza al hombre? El existencial. Aquellas palabras
hombre científico aporta al del Prof. Gonseth de que lo que
hombre de los sentidos una más admiraba de este autor era
"nueva e ilimitada comunión de "une originalité si immédiate"
su ser con la naturaleza, que lo (389) son ciertamente justas y
hace justamente más natural y dan razón a este profundo pen-
más humano, es decir, otro samiento científico-filosófico.
hombre más hombre" (468). El
hombre de ciencia no es ni de- N. URSÚA LEZÁUN
moníaco, ni prometeico, es y si-
gue siendo "natural, más natu-
ral" (469).
2) ¿Qué aporta el hombre
científicamente desarrollado, en FRANKL, Viktor E., Ante el vacío
cuanto tal, al hombre cristiano? existencial. (Hacia una huma-
El hombre científico no aporta nización de la psicoterapia)
"ningún obstáculo al hombre Barcelona. Ed. Herder. 1980.
cristiano"; ése le "desarrolla, Traducción de Marciano Vi-
positivamente, al hombre cris- llanueva. 152 págs.
tiano su propia naturaleza hu-
mana, y consiguientemente le La presente obra es una co-
crea su propia cultura o natu- lección de conferencias dadas
raleza cristiana" (476). por el autor desde 1957 hasta
3) ¿Cómo se realiza y se 1975. El contenido básico está
consuma la salvación cristiana constituido por los conceptos
en el hombre científico? Al centrales de la logoterapia, mé-
hombre científico, que "tam- todo psicoterapéutico que ha si-
bién" "necesita salvarse" (476), do considerado como la tercera
tanto y más que el hombre pri- escuela vienesa de psicoterapia

204
BIBLIOGRAFÍA

—al lado del psicoanálisis y la de la visión personal de Frankl


psicología individual—. En este sobre los males del hombre ac-
orden, la obra clave del autor tual: falta de sentido en su vi-
sigue siendo "El hombre en bus- da y sentimiento de vacío anejo.
ba de sentido" —Maris Search La manifestación psicológica de
for Meaning—, publicada no ha- ambas realidades son "la volun-
ce mucho en castellano y en la tad de sentido" y la "frustra-
misma editorial, cuya tirada al- ción existencial", que para el
canzó los dos millones de ejem- autor no revisten carácter pato-
plares en 18 lenguas desde su lógico. Es por eso, que el méto-
aparición en 1945. do psicoterapéutico no puede
Frankl parte de la convicción dirigirse sólo a un estrato de la
de que "es preciso que llegue, personalidad, sino que debe
ai fin, el momento en que deje abarcarla a toda ella, realizando
de supravalorarse, de divinizar- de esta forma la humanización
se la psiquiatría y que haríamos de la psiquiatría perseguida por
mucho mejor si intentáramos el autor: tal método es la logo-
humanizarla" (p. 128). "Sólo una terapia. "No es sólo que la frus-
psicoterapia rehumanizada po- tración existencial esté lejos de
drá hacer frente a la tendencia ser algo patológico, sino que lo
despersonalizadora y deshuma- mismo cabe decir —y con mu-
nizadora que triunfa por do- chísima razón— de la voluntad
quier" (p. 29). La condición de misma de sentido. Esta volun-
psicoterapeuta de Frankl es lo tad, esta pretensión humana de
que hace interesante su visión una existencia llena, hasta el
de un hecho no tan conocido máximo posible, de sentido, es
como enunciado y postulado: la en sí misma tan poco enfermiza
despersonalización del hombre que puede —y debe— movili-
actual. Frankl no se va a limi- zársela como factor terapéutico.
tar a seguir los usos y hablar de Conseguir este objetivo es uno
las causas externas de la des- de los objetivos primordiales de
personalización, sino del mismo la logoterapia —en cuanto orien-
hecho y sus causas internas. tada al logos— lo que, en un
"Hoy no nos enfrentamos ya, contexto concreto, significa un
como en los tiempos de Freud, tratamiento orientado al sentido
con una frustración sexual, sino (y reorientador del paciente)",
con una frustración existencial. p. 91). "En cuanto que la logo-
El paciente típico de nuestros terapia no se dirige al síntoma,
días no sufre tanto, como en los sino que lo que intenta es pro-
tiempos de Adler, bajo un com- vocar un cambio de actitud, una
plejo de inferioridad, sino bajo modificación personal respecto
un abismal complejo de falta de del síntoma, se trata de una
sentido, acompañado de un sen- auténtica psicoterapia persona-
timiento de vacío, razón por la lista" (p. 61).
que me inclino a hablar de un El concepto clave, pues, es el
vacío existencial" (p. 9). "sentido". Aquí es donde se
Tales son los dos conceptos acusa una carencia esencial en
claves para entender el alcance el modelo teórico de Frankl:

205
BIBLIOGRAFÍA

al cabo no se concreta en qué en un campo de concentración.


consiste ese sentido. Se encuen- Nuestro Tiempo, feb., 1980, p.
tran indicaciones, sugerencias, 100).
caracterizaciones ocasionales, pe- De esta forma, puede conside-
ro nunca un tratamiento siste- rarse la obra de Frankl como
mático. Las proposiciones donde un ensayo científico, más que
se expresa el contenido de como un tratado sólido y rigu-
"sentido" son de esta índole: roso. Incluso cuando se ocupa
"el sentido no puede darse, sino de cuestiones puramente técni-
que debe descubrirse" (p. 29); cas, como es la crítica de la psi-
"el sentido debe descubrirse, cología de Freud, Adler y
pero no puede inventarse" (p. Young, —capítulo 1.°—, se en-
30); "el sentido no sólo debe, cuentra mucho más de indicio
sino que puede encontrarse" que de concepto elaborado. Con
(p. 31). El papel nuclear del todo, no puede dudarse del gran
"sentido" y de la voluntad de valor que tienen estos indicios
sentido como manifestación hu- para una propedéutica del te-
mana esencial no es, sin embar- ma ; así ocurre, por ejemplo, en
go, discutible: "en razón de su el rechazo de Frankl al abuso
autotrascendencia, el hombre es de la adscripción de "patógeno"
una esencia en busca de sentido. para todo fenómeno psicológico,
En el fondo está dominado por como en el caso del stress: "ape-
una voluntad de sentido. Pero nas ha habido un lugar en el
hoy esta voluntad de sentido es- mundo donde haya existido más
ta ampliamente frustrada. Son stress que en Auschwitz, y jus-
cada vez más los pacientes que to aquí desaparecieron práctica-
acuden a nosotros, los psiquia- mente las enfermedades psico-
tras, aquejados de un complejo somáticas que tan a menudo se
de vacuidad (...). Si me pregun- consideran como condicionadas
tan cómo explico la génesis de por el stress" (p. 49).
este complejo de vacuidad, sólo Para A. Polaino no es una ca-
puedo decir que, a diferencia sualidad este modo de hacer,
del animal, al hombre no le dic- sino que responde a una caren-
ta ningún instinto lo que tiene cia esencial en el sistema de
que ser, y a diferencia de los Frankl: "la omisión fundamen-
hombres de otras épocas, tam- tal en que, a mi juicio incurre
poco tiene tradiciones que le Frankl es la falta de trasparen-
enseñen lo que debe ser. Al pa- cia en su compromiso con la fe
recer, ya ni siquiera sabe lo que cristiana" (op. cit, p. 10). Cuan-
quiere ser" (p. 133). Como ha do menos, se deja sentir la falta
señalado A. Polaino, "las hipó- de una concepción antropológi-
tesis del autor sobre el vacío ca elaborada, que resulta im-
existencial, pueden ser remode- prescindible dado el nivel de
ladas en la actualidad desde profundidad al que quiere lle-
otros puntos de vista mucho gar Frankl: "si tomamos (al
más científicos que, aunque me- hombre) como es, simplemente
nos comprensibles, son más ri- lo hacemos peor. Si lo tomamos
gurosos" (Frankl: un psicólogo como debe ser, entonces lo con-

206
BIBLIOGRAFÍA

vertimos en lo que puede llegar chos humanos, problema al que


a ser" (p. 14). dedica la Introducción del li-
Puede ser considerada la obra, bro.
para concluir, como un buen li- Mientras los clásicos hablaban
bro de divulgación de la con- de derechos naturales, hoy se
cepción de Frankl, la cual, a tiende a sustituir esa expresión
pesar de lo dicho, resulta ser fe- por la de derechos humanos.
cunda para el futuro. El estilo, Basta con oir a los políticos y a
además, como procedente del los juristas para convencerse de
lenguaje hablado de las confe- ello. ¿Cuál'es el motivo? ¿En-
rencias, resulta vivo, ágil y di- traña esto un cambio de conte-
recto. Puede ser consultada con nido? En opinión del autor eso
provecho —e incluso disfruta- se debe a que en el seno del
da— por cualquier persona que pensamietnto filosófico contem-
quiera enterarse ski profundi- poráneo se ha ido imponiendo
zar en la psicoterapia de Frankl. una concepción del hombre se-
gún la cual no puede hablarse
FRANCISCO M. ALTAREJOS de una naturaleza humana. Tal
MASOTA es el parecer del historicismo y
del existencialismo. Cierto que
ya el positivismo negaba la na-
turaleza humana. Pero su nega-
ción no era más que un caso
GARCÍA LÓPEZ, J., LOS derechos particular de la negación gene-
humanos en Santo Tomás de ral de toda naturaleza. En cam-
Aquino, EUNSA, Pamplona, bio, el historicismo y el existen-
1979, 242 págs. ciaüsmo niegan específicamente
la naturaleza humana. El hom-
El tema de los derechos hu- bre tiene una cierta naturaleza,
manos está de actualidad, pero precisamente en aquella dimen-
no es nuevo. Así lo demuestra sión suya en que coincide con
el presente estudio de Santo el resto de los seres del mundo,
Tomás sobre dicha materia. y más concretamente con los
No tiene Santo Tomás una ex- animales irracionales. Pero ca-
posición completa y ordenada, rece de toda naturaleza en
en alguna de sus obras, del con- aquella otra dimensión por la
junto de su doctrina sobre los que se diferencia de los otros
derechos humanos. Por eso es seres.
necesario buscar en muy diver- Claro que si no hay una na-
sos lugares, para luego ordenar turaleza humana, tampoco se
con una cierta lógica interna puede hablar de derechos natu-
todo el asunto. Pero no faltan rales, porque no hay una natu-
los materiales necesarios para raleza, es decir, porque no hay
esa construcción sistemática, co- algo determinado en la que pue-
mo se ve en el presente estudio. dan fundarse. De ahí la sustitu-
El primer problema con que ción de la expresión de derechos
se tropieza el autor es el de la naturales por la de derechos hu-
definición misma de los dere- manos.

207
BIBLIOGRAFÍA

Con todo, los derechos huma- y otros, sino continuidad, como


nos demandan también un fun- tampoco hay oposición, sino ar-
damento. Ese fundamento es lo monía perfecta entre la natura-
más peculiar del hombre: su li- leza humana por una parte, y la
bertad y su sociabilidad. Pero razón y la libertad del hombre
esa libertad y esa sociabilidad por otra.
han de interpretarse desligadas Conviene señalar también que
de toda naturaleza humana. la naturaleza del hombre —lo
No niega el autor que la liber- genérico de él— no es rechice a
tad y la sociabilidad sean pro- la animalidad. Como el hombre
piedades del hombre en tanto es una síntesis de materia y es-
que hombre. En esas dos propie- píritu no hay que buscar lo que
dades descansan los derechos le es genérico sólo en el plano
humanos. Pero no se apoya so- de lo corpóreo, sino también en
lamente en ellas, sino ante todo el plano de lo espiritual, con-
y sobre todo en la misma natu- cretamente en la intelectuali-
raleza humana, de la que el au- dad. Dice el autor que el hom-
tor es un claro y resuelto defen- bre tiene como dos géneros: la
sor. animalidad y la intelectualidad
La importancia de esto es ob- —intelectualidad como contra-
via, pues obliga a plantear los puesta a racionalidad—, y una
derechos humanos desde otro diferencia específica, que es
punto de vista más radical: los preeisamenee la racionalidad.
derechos humanos se fundan en En el hombre la animalidad es-
la misma naturaleza humana, lo tá elevada y transida de racio-
mismo que se fundan en la na- nalidad, y la intelectualidad
turaleza humana los derechos está deprimida y penetrada de
naturales. esa misma racionalidad.
¿Quiere decir esto que los Esto es sumamente importan-
derechos humanos son simple- te para entender los derechos
mente derechos naturales? En humanos en su sentido más pro-
parte sí y en parte no. En el pio, que son los mismos dere-
hombre existe una síntesis de chos naturales —derechos gené-
naturaleza y de razón o de na- ricos—, pero filtrados o modula-
turaleza y libertad. Por eso, en dos por la razón —derechos es-
sentido muy estricto los dere- pecíficos—. Y es que el género
chos naturales son los que se no está separado de la especie,
apoyan en la naturaleza huma- ni en el hombre ni en ningún
na, aunque también abarquen, otro ser. Pero tal vez esto se
en un sentido más alto, los vea mejor con algunos ejemplos
que derivan necesariamente de concretos.
aquellos por obra de la razón. Hay un derecho natural del
En cambio, en un sentido más hombre a la vida, que corres-
propio, los derechos humanos ponde a la inclinación genérica
son los que se fundan inmedia- de todo ser a permanecer inde-
tamente en la razón y en la li- finidamente en el ser que le es
bertad del hombre. Pero esto propio. Pero esa inclinación ge-
no conlleva oposición entre unos nérica se modula en el hombre

208
BIBLIOGRAFÍA

como una inclinación específica los primeros se conocen de mo-


a vivir bien, con cierta suficien- do inmediato, mientras que esas
cia y abundancia de todo tipo conclusiones necesarias se cono-
de bienes humanos, y éste sería cen de modo mediato, por el uso
el fundamento del derecho hu- de la razón.
mano al bienestar. A veces los derechos humanos
Así mismo, hay un derecho son meras concreciones o espe-
natural del hombre al matrimo- cificaciones de los derechos es-
nio, fundado en la inclinación trictamente naturales, como el
genérica de todos los animales derecho a no ser tratado injus-
al apareamiento entre indivi- tamente contiene el derecho a
duos de distinto sexo con vistas no ser injustamente flagelado.
a la procreación y a la crianza Pero otras veces los derechos
de la prole. Pero el matrimonio humanos son determinaciones
o apareamiento humano tiene de los medios más aptos, cuan-
unas propiedades específicas do no completamente necesa-
que son la unidad y la indisolu- rios, para alcanzar los fines que
bilidad, pues se funda en el señalan los derechos naturales.
amor personal entre el hombre Así, el derecho a la propiedad
y la mujer, que es muy distinto privada señala el medio más ap-
del exclusivo atractivo sexual. to para que se cumpla el fin al
En cuanto a la dimensión in- que están ordenados los bienes
telectual, el hombre tiene dere- de la tierra, a saber, el sustento
cho natural, a saber, a vivir en y satisfacción de las necesidades
sociedad, a conocer y a amar a de todos los hombres.
Dios, y estos derechos también Aclarado así lo que son los de-
se concretan, al intervenir las rechos humanos, el autor hace
modulaciones propias de la ra- primero una exposición de los
zón, en el derecho a la verdad, derechos naturales y humanos
a la instrucción, a la conviven- que corresponden al hombre co-
cia pacífica con otros hombres, mo individuo: el derecho a la
a la religión ejercida tanto en vida, a la integridad corporal,
privado como en público. al bienestar, a la propiedad pri-
Como se ve, los derechos hu- vada, a un proceso judicial jus-
manos también son derechos to, a la fama, a la intimidad.
naturales, aunque secundarios, Después estudia los derechos
pues se extraen de los derechos naturales y humanos que le co-
estrictamente naturales por el rresponden al hombre como
esfuerzo de la razón. Esto, sin miembro de la sociedad fami-
embargo, no quiere decir que liar: el matrimonio, el celibato,
se trate de unos derechos acce- la educación. A continuación
sorios o menos importantes. Y examina los derechos naturales
es que las consecuencias necesa- y humanos que le corresponden
rias de los principios —ya sean como miembro de la sociedad ci-
del orden especulativo, ya sean vil: el derecho a participar en
del orden práctico— son tan ne- la vida pública, los derechos
cesarios como los principios mis- concretos en relación con el
mos. La diferencia está en que bien común, como el derecho al

209
BIBLIOGRAFÍA

sufragio, a participar en los bie- nido y remodela los capítulos de


nes de la cultura, al trabajo, a UEtre et VEssence, además de
la verdad, a asociarse y reunir- introducir un doble apéndice so-
se. Por fin, dedica las últimas bre la cuestión de la gnoseolo-
páginas a los derechos natura- gía del acto de ser. También es
les y humanos del hombre co- importante la aclaración termi-
mo ser abierto a la trascenden- nológica que hace Echauri:
cia: el derecho a la religión, a existencia, acto de existir, y ac-
la libertad de conciencia. to de ser se usan como traduc-
Estamos, pues, ante la inves- ción de actus essendi y esse. La
tigación de un tema muy actual, misma observación vale para
aunque no sea nuevo. Sus me- estas líneas.
jores méritos son: el conoci- UEtre et VEssence ha llegado
miento profundo de Santo To- a marcar un hito importante en
más en sus textos; la distin- la. metafísica de nuestro siglo.
ción, ya que no separación, de La clarificación que introduce
los derechos humanos respecto Gilson en la metafísica con la
de los derechos naturales; la distinción entre el ser como
clara exposición de cada uno de nombre y el ser como verbo, no
los derechos humanos. Es un li- puede ser desdeñada, se acepte
bro cuya consulta resulta nece- o no íntegramente el contenido
saria para quienes se dedican a de esta obra.
temas éticos y jurídicos, si es Como UEtre et VEssence, El
que quieren conocer un plantea- Ser y los filósofos no es estric-
miento, hoy poco conocido, del tamente una Historia de la Fi-
tema de los derechos humanos. losofía, ni siquiera una historia
de la noción de ser. Desde las
J. LuisFERNÁNDEZ páginas de la Introducción seña-
RODRÍGUEZ la ya Gilson que "este libro sería
completamente erróneo como
historia. La elección de los filó-
sofos traídos a especial conside-
ración, la selección de las tesis
GILSON, E., El Ser y los filóso- a discutir dentro de sus propias
fos, Eunsa, Pamplona, 1979, filosofías particulares, el desin-
345 págs. terés consciente por todo des-
pliegue innecesario de erudición
El Ser y los filósofos no es histórica, todo ello está destina-
simplemente la versión inglesa do a aparecer como arbitrarie-
de UEtre, et l'Essence. Como se- dad histórica, y es precisamente
ñala en la nota preliminar el de eso de lo que se trata, des-
Prof. Echauri, autorizado intér- de el momento en que todas y
prete del pensamiento de Gil- cada una de las líneas de este
son, aunque la temática y el de- libro son filosóficas, si no en su
sarrollo de ambas obras coinci- forma, sí al menos en su propó-
den, la edición inglesa —Being sito. Su autor puede muy bien
and sorrie Philosophers— resu- haber cometido errores históri-
me considerablemente el conte- cos pero no ha cometido la mor-

210
BIBLIOGRAFÍA

tal equivocación de confundir La clave de esta ambiciosa


filosofía con historia" (p. 17). hermenéutica realizada por Gil-
La obra de Gilson supone el son, la constituye la fundamen-
intento de comprender "cómo es tal ambigüedad de la noción de
que los hombres qua filósofos, ser. "En una primera acepción,
pasan por alto tan a menudo, lo la palabra ser es un nombre.
que tan infaliblemente conocen Como tal, significa un ser (esto
qua hombres" (p. 16); es decir, es, la substancia, naturaleza y
cómo puede ser ignorado el ser esencia de cualquier existente)
en su sentido existencial. El te- o bien el ser mismo, una propie-
ma es de capital importancia, dad común a todo aquello de lo
puesto que como advierte Gil- que se puede decir verdadera-
son, el ente es el primer princi- mente que es. En una segunda
pio del conocimiento humano, y acepción, la misma palabra es
a fortiori es es el principio de el participio presente del verbo
la metafísica; en consecuencia, 'ser'. Como verbo, no significa
"todos los fracasos de la meta- ya que algo es, ni incluso la
física debieran ser atribuidos, existencia en general, sino más
no a la metafísica, sino más bien el acto mismo por el que
bien a los errores cometidos re- cualquier realidad dada es de
petidamente por los metafísicos hecho, o existe" (p. 23). Ahora
en lo que se refiere al primer bien, mientras que el ser como
principio del conocimiento hu- nombre es conceptualizable, el
mano, esto es, al ente" (p. 22). ser como verbo, el acto de ser,
El autor pretende, pues, a lo no lo es. Esta conceptuabilidad
largo de la obra mostrar qué es del ente como nombre, frente a
lo que hace tan huidizo al ser, la imposibilidad de conceptuali-
qué hay en la noción de ser que zar el ser como verbo, explica
posibilite un olvido casi univer- la tendencia constante en el
sal de su sentido existencial. El pensamiento filosófico de olvi-
autor lleva a cabo un intento dar el sentido existencial del
comprensivo muy valioso. No se ser. Si a esta inconceptuabili-
limita a lo largo de las páginas dad se le suma la reducción del
de este libro a recoger o a re- acto de ser a la existencia, al
sumir, con gran acierto, el pen- hecho de ser, "si ser no significa
samiento de los diversos filóso- más que 'ser ahí'" (p. 27) el
fos, sino que lo entiende en ple- olvido del ser como acto parece
nitud; y como, "ciertamente, es inevitable.
una y la misma cosa el enten- La pretensión de esta obra
derlos en su plenitud y el cono- puede ahora formularse de nue-
cerlos en sus intrínsecas limi- vo con más claridad: "¿Qué le
taciones" (p. 16), Gilson mues- sucede a la noción de ser cuan-
tra con claridad qué hay de ver- do la existencia actual es elimi-
dadero y qué hay de defectuoso nada de su comprensión?" (p.
en cada una de las posiciones fi- 27).
losóficas, mostrando qué es lo A lo largo del primer capítu-
que en el ente posibilita esa de- lo, desde la perspectiva ya indi-
fectuosa captación. cada, Gilson estudia el sentido

211
BIBLIOGRAFÍA

del ser en el Poema de Parmé- Hace notar ahora Gilson có-


nides, en el que se identifican mo, al identificar ser y auto-
ser y existir: ser un ser y exis- identidad "lo realmente real de-
tir es una y la misma cosa. Esta pende entonces de algo que no
identidad obliga "a excluir de es real. Lo perfectamente cog-
la existencia actual todo aque- noscible depende de algo que
llo que no exhiba los genuinos no es cognoscible, y cualquiera
caracteres del ser" (p. 32). Si que sea el nombre que podamos
llamamos ahora existencia al escoger para designar su princi-
modo de ser que pertenece al pio último, ya sea lo Uno o el
mundo del cambio, al mundo de Bien, el hecho seguirá siendo
los sentidos, entonces habrá que que el ser y la inteligibilidad
decir que "lo que existe no es, ya no rigen como lo supremo"
del mismo modo que lo que es, (p. 48). Desde esta perspectiva
no existe" (p. 33). el autor emprende la considera-
Platón mantiene la noción de ción del pensamiento de Ploti-
ser de Parménides: "ser real- no, para acabar el capítulo refi-
mente es ser "lo mismo con res- riéndose a Proclo, Mario Victo-
pecto a sí mismo: aireó xa0' rino, Dionisio, Scoto Eurígena y
aireó" (p. 34). Así ser es ser, an- Eckhart.
te todo, lo que se es. Lo real es En el capítulo II —El Ser y la
el £t'5o<;, la forma y por ello, en Subsistencia— Gilson se enfren-
última instancia, lo inteligible. ta con la línea aristotélica de
Ser se reduce a inteligibilidad y pensamiento. El ser es la subs-
la inteligibilidad a identidad. tancia. La realidad, aquello que
"Ahora bien, definir así el ser es, para Aristóteles es una pre-
es una de las tentaciones per- cisa unidad ontológica capaz de
manentes para la mente huma- subsistir en sí misma y de ser
na. Igualar realidad e identidad definida en sí misma. La subs-
es simplemente hacer ser a la tancia se muestra en su activi-
realidad lo que ésta debiera ser dad ; el ser en acto, en su actua-
para resulta exhaustivamente ción. Así ,"el ser ya no es mis-
inteligible para el entendimien- midad, sino energía y eficacia"
to humano. En este sentido, y (p. 81). Ser significa el ejercicio
con este alcance, es estricta- de un acto. Ser es ser en acto;
mente verdadero decir que el y lo que esto significa es que
ser y el pensar son uno, ya que "el 'es' de la cosa es el qué de
el ser se encuentra aquí reduci- la cosa, no el hecho de que exis-
do a una mera objetivación de te" (p. 84). Lo más real de la
lo que es para el pensamiento substancia, de lo que es, será
conceptual una necesidad fun- aquello por lo que es en acto: la
damental, es decir, el principio forma. "En el ser no hay nada
de identidad. El pensamiento no por encima de la forma y esto
hace aquí más que complacerse significa que la forma de un ser
en sí mismo contemplando su es un acto del cual no hay acto"
misma esencia en un objeto he- (p. 86). Desde esta perspectiva
cho para satisfacer sus propias la controversia de los universa-
necesidades" (p. 38) . les aparece como inevitable.

212
BIBLIOGRAFÍA

A continuación expone Gilson esencia, para cerrar el epígrafe


la doctrina de Avicena, que ce- con el estudio de Suárez.
como mahometano, no puede En Existencia versus Ser
ignorar la existencia. Avicena —cuarto capítulo —se conside-
introduce una distinción pre- ran las aportaciones de Wolff,
tendidamente real entre esencia Kant, Hegel y la reacción de
y existencia, en la que ésta Kierkegaard, quien "agudamen-
queda reducida a ser veritativo, te consciente de la absoluta im-
a la respuesta a la pregunta an portancia de la existencia, en
sit. Tras señalar la implacable cuanto opuesta a la mera posi-
crítica averroísta, cierra Gilson bilidad de las esencias abstrac-
este apartado con el estudio del tas, ha convertido la existencia
mayor de los averroístas lati- misma en una nueva esencia, la
nos, Siger de Bravante, consf- esencia de lo que no tiene esen-
derando la crítica que hace éste cia" (p. 229).
a la distinción real establecida En el Ser y la Existencia
por Santo Tomás, crítica que se Gilson expone la radical aporta-
basa en un intento de definir ción de la especulación tomis-
el esse. ta: la distinción real entre
En el capítulo III —Esencia y esencia y esse, mediante la cual
Existencia— se estudia la línea Santo Tomás supera a Aristóte-
de pensamiento empezada por les e inaugura un nuevo orden,
Avicena. La esencia consiste en el orden trascendental: "la me-
posibilidad. La existencia es al- tafísica comienza con la consi-
go que le acaece a la esencia en deración de la existencia" (p.
virtud de su relación con el Ne- 248). De este modo consigue
cesario. Así "un posible actuali- Santo Tomás explicar la causa
zado es una esencia a la cual le eficiente e introducir una dis-
sucede que existe" (p. 127). El tinción precisa entre las causas
Primero, el Necesario tendrá eficiente y formal. Causas que,
pues que carecer de esencia pese a su mutua indeducibili-
—de posibilidad— puesto que la dad, pueden ejercer una causa-
esencia se constituye como ca- lidad recíproca. Así, la "causali-
rencia de existencia. Así "la dad eficiente puede dar el ser
verdadera existencia está exen existencial a la substancia, así
ta de esencia, y la verdadera como, a la inversa, la causali-
esencia está exenta de existen- dad formal puede comunicar el
cia" (p. 132). De este modo ser substancial a la existencia
il
essentia ya no connotará esse, actual" (p. 252). En el pensa-
sino la mera capacidad de reci- miento tomista, la forma no es
bir esse" (p. 133). el acto supremo en absoluto,
aunque lo sea en su orden: "la
A continuación expone Gilson forma es verdaderamente causa
eL esfuerzo de Scoto por romper del ser para aquel sujeto en el
la férrea necesidad que impreg- que es, y no lo es por otra for-
na el mundo greco-árabe, va- ma" (p. 253). El acto frente al
liéndose precisamente de la que la forma se comporta como
neutralidad existencial de la potencia no es una forma, es un

213
BIBLIOGRAFÍA

acto que se halla en otro orden, —en su mayor parte puramente


en el orden de la actualidad terminológicas— que desde di-
existencia! La existencia de versos sectores del tomismo se
ningún modo es una forma, y habían planteado en torno a la
en consecuencia "no puede ser posición defendida por Gilson.
el acto de la esencia qua esen- Se trata, en resumen, de una
cia" (p. 254). Se puede decir que obra, clásica ya en la metafísica
el esse es formal, puesto que es del siglo xx, que no es justo
acto, pero no que es una forma. desconocer.
La distinción real es una dis-
tinción entre coprincipios, no JORGE VICENTE ARREGUI
entre ser y ser: "la existencia
no difiere de la esencia como
un ser de otro ser, aunque, en
cualquier ser, aquello por lo que HARRIS, Marvin, Cultural mate-
un ser es y subsiste actualmen- rialism. The struggle jor a
te es realmente "otro que" aque- science oj culture. Random
llo por lo que es definible como House, New York, 1979, 381
tal ser en el orden de la subs- páginas.
tancialidad" (p. 256-57).
Entre otras consecuencias que Después de haber trazado la
extrae Gilson del planteamiento historia de la antropología so-
tomista, no se puede dejar de ciocultural en su The Rise oj
señalar cómo el esse funda la Anthrcypological Theory (1968),
energía, el dinamismo intrínse- Marvin Harris, profesor de An-
co del orden del ser: "nacido tropología en Columbia Univer-
de un acto existencial, el 'ser' sity, New York, aborda ahora
es a su vez un acto existencial, la exposición sistemática de su
y del mismo modo que es efec- propia teoría, el cultural-mate-
to, así también es causa" (p. rialismo, y su confrontación con
272). Se funda así todo el orden las restantes estrategias cientí-
de la causalidad tanto transiti- ficas. El libro está dividido en
va como inmanente —"llega a dos partes claramente diferen-
ser lo que eres"— puesto que es ciadas: primera, el cultural-ma-
tarea del ser el "llevar su esen- terialismo como estrategia de
cia individual a su pleno pleno investigación; segunda, las al-
acabamiento" (p. 273). Surge ternativas.
así, frente a la posibilidad esen- En la primera parte se expo-
cial, la posibilidad existencial. ne la estructura de la ciencia en
El acto vuelve a fundar a la po- general (cap. 1), la epistemolo-
tencia. gía del cultural-materialismo
En el último capítulo Gilson (cap. 2), los principios teóricos
explica la cuestión gnoseológi- del cultural-materialismo (cap.
ca. Este ha sido posiblemente el 3) y los objetivos de las teorías
punto más debatido. La intro- cultural-materialistas (cap. 4).
ducción en la edición inglesa de En la segunda parte, el cultu-
un doble apéndice soluciona en ral-materialismo se confronta
gran medida las dificultades con otras siete estrategias dife-

214
BIBLIOGRAFÍA

rentes para mostrar su superio- particular es explicar el origen,


ridad. Se confronta con la socio- mantenimiento y cambio del
biología y el reduccionismo inventario global de diferencias
biológico (cap. 5), con el mate- y similitudes socio-culturales"
rialismo dialéctico (cap. 6), con (pp. 26-27) La "justificación fi-
el estructuralismo (cap. 7), con losófica" del libro es, según el
el marxismo estructuralista autor, que semejante intento de
(cap. 8), con el idealismo psico- explicación se lleva a cabo por
lógico y el cognitivismo (cap. primera vez desde una lúcida
9) con el electicismo (cap. 10), conciencia de los métodos que
y con lo que el autor llama el se utilizan y mediante una im-
obscurantismo (cap. 11). La es- placable y sistemática aplica-
tructura del libro es, pues, li- ción de ellos.
neal y tersa. La epistemología del cultural-
Lo que Marvin Harris consi- materialismo viene dada por la
dera como ciencia es el proce- categorización de su objeto en
dimiento para conocer la reali- estos cuatro planos: elementos
dad que resulta del empirismo mentales, elementos conductua-
de Hume, del positivismo lógico les o comportamentales, ele-
y del principio de falseabilidad mentos de tipo "emic" y ele-
de Popper. Junto a esto, y para mentos de tipo "etic".
delimitar más ajustadamente su La diferenciación entre lo
concepto de ciencia, Harris lle- mental y lo conductual es ya
va a cabo la crítica de algunas clásica, y lo suficientemente
nociones de Popper y rechaza de conocida como para no requerir
plano la concepción de la cien- explicaciones. En cambio, la
cia y del progreso científico de distinción entre lo "emic" y lo
Kuhn, Lakatos y Feyerabend. "etic" la requiere. Harris arran-
"Por estrategia de la investi- ca del pasaje de La ideología
gación científica entiendo una alemana en que Marx y Engels
serie explícita de directrices afirman que, contrariamente
que pertenecen al plano episte- al idealismo, que toma como
mológico de las variables que punto de partida para sus ex-
han de ser estudiadas, la serie plicaciones la conciencia indi-
de relaciones o principios que vidual, el materialismo explica
tales variables presentan proba- partiendo de lo real mismo, de
blemente, y el creciente cuerpo la vida real tal como en sí mis-
de teorías interrelacionadas que ma es. Esta distinción es har-
la estrategia tiene que hacer to problemática desde el mo-
surgir. El objetivo de las estra- mento en que se maneja una
tegias de investigación científi- noción indefinida e indefinible,
ca, en general, es dar cuenta de la de realidad, que lleva a una
los eventos y entidades observa- dicotomía más problemática aún
bles mediante poderosas e in- entre lo que es real e irreal.
terrelacionadas teorías sujetas a Para obviar estas dificultades
corrección a través de compro- Harris propone una distinción
baciones empíricas. El objetivo introducida por el antropólogo-
del cultural-materialismo en lingüista Kenneth Pike en su

215
BIBLIOGRAFÍA

libro Language in Rélation to dez de la descripción "etic" es


a Unified Theory of the Structu- negar la posibilidad de una
re of Human Behavior (2.a ed. ciencia social capaz de explicar
1967), a partir de la diferencia las semejanzas y diferencias so-
entre lo fonético y lo fonémico. cioculturales" (p. 45). En reali-
La fonética explica los sonidos dad, negar lo primero no equi-
desde las partes del organismo vale necesariamente a negar lo
que los producen, y clasifica las segundo: puede significar tam-
letras en fricativas, labiales, etc. bién el comienzo de una inves-
La fonética se refiere a las ca- tigación sobre la fundamenta-
racterísticas que dan a los soni- ción de esa ciencia social, pero
dos de una lengua los que la Harris, después de haber senta-
hablan para dotarlos de signifi- do sus principios empiristas y
cación. Tomando los sufijos de positivistas en el capítulo pri-
estas dos palabras, "etic" es uti- mero, no ve ninguna necesidad
lizado para designar el punto de ulteriores profundizaciones.
de vista de la ciencia objetiva, El problema es que tales pro-
y "emic" para designar el punto fundizaciones se van echando
de vista del informante nati- cada vez más en falta a medida
vo*. Con esto el autor piensa que. a lo largo del libro, se va
haber salvado el problemático perfilando lo "etic" como lo
escollo de definir qué quiere de- inapelablemente verdadero, de
cir "realidad" y "verdad objeti- una manera que resulta insufi-
va". Ante la objeción, explícita- cientemente fundamentada des-
mente formulada por Fisher y de una perspectiva filosófica.
Werner en 1973, de que todo Esto se pondrá más de relieve
conocimiento es en el fondo en el último capítulo, cuando
"emic" y de que lo que el culti- Harris caracterice la perspecti-
vador de las ciencias sociales va "etic" como metacultural.
hace, en último término, es sus- La diferenciación entre "etic"
tituir unas categorías culturales y "emic" es absolutamente ca-
y mentales (las de los nativos) pital en el libro de Harris, pero
por otras no menos mentales y su relevancia y alcance no se
culturales (las del investigador), perciben plenamente hasta que
Harris responde que la solución se ve el uso que se hace de ella
a ese dilema "depende por com- al criticar a las restantes estra-
pleto de que se acepte o no el tegias científicas.
conocimiento científico como Tras asentar sus principios
portador de algunas especiales epistemológicos, Harris estable-
ventajas sobre los otros tipos ce los principios teóricos del
de conocimiento. Negar la vali- cultural-materialismo suminis-

* Usaré siempre estos sufijos tal como se encuentran en inglés, sin susti-
tuirlos por sus equivalentes castellanos «ético» y «émico», porque el adjetivo
«ético» ya existe en castellano con un significado muy preciso y de cierta
relevancia en las ciencias sociales.

216
BIBLIOGRAFÍA

trando su modelo de sistema so- 55-56). A esto se añade la posi-


ciocultural. Tal sistema consta bilidad de que la superestruc-
de cinco factores: 1) modo de tura alcance cierto grado de
producción "etic" comporta- autonomía frente a la infra-
mental; 2) modo de reproduc- estructura (p. 56).
ción "etic" comportamental; 3) Todavía Harris cuenta con
economía doméstica "etic" com- dos factores más: el lenguaje,
portamental; 4) economía polí- que es independiente de la in-
tica "etic" comportamental, y 5) fraestructura y funda la mayor
superestructura comportamen- parte de la superestructura
tal. Los factores 1 y 2 consti- (pp. 54-55), y las cuatro cons-
tuyen la infraestructura del tantantes bio-psicólógicas que
sistema, los factores 3 y 4 la es- constituyen la naturaleza hu-
tructura y el 5 la superestruc- mana, a saber, la necesidad de
tura. una determinada dieta, la ten-
A la infraestructura "etic" dencia al menor gasto de ener-
corresponden los siguientes com- gía, las necesidades sexuales y
ponentes en el plano "emic" y la necesidad de afecto (pp. 62-
mental: etnobotánica, etnozoo- 63).
logía, cuerpo de conocimientos Si el lenguaje es independien-
referentes a la subsistencia, ma- te de la infraestructura y funda
gia, religión, tabúes. A la es- la mayor parte de la super-
tructura "etic" corresponden en estructura, queda abierto el
el plano "emic" y mental los problema de cómo acontece en-
sistemas de descendencia, la tonces una determinación tan
ideología política, la ideología fuerte de la superestructura
étnica y nacional, la magia, la desde una instancia menos fun-
religión y los tabúes. Finalmen- dante que el lenguaje, pero esta
te, a la superestructura "etic" cuestión no llega a plantearse.
corresponden en el plano "emic" Por otra parte, partir de las
y mental los símbolos, mitos, cuatro constantes bio-psicológi-
patrones estéticos y filosóficos, cas es un procedimiento expedi-
epistemología, ideología, magia, tivo para definir la naturaleza
religión y tabúes (pp. 52-54). humana y sus atributos, cues-
Inspirándose en Marx y re- tión que el autor considera es-
tocando su tesis en sentido pinosa, pero no es un modo de
positivista, Harris formula el resolver el problema de cuáles
principio del determinismo in- son esos atributos y cómo se re-
fraestructural en los siguientes lacionan entre sí. Ambos pro-
términos: "Los modos de produc- blemas, en realidad, obligan a
ción y reproducción "etic" com- adoptar una perspectiva más
portamental determinan pro- netamente filosófica que la
babilísticamente la economía adoptada por el autor, que se
doméstica y política "etic" com- mantiene más en el plano de
portamental, que a su vez la antropología sociocultural
determina probabilísticamente como ciencia positiva. Tal posi-
la superestructura comporta- ción es perfectamente legítima,
mental y "emic" mental" (pp. pero deja descubierto un flanco

217
BIBLIOGRAFÍA

a través del cual se pueden llegar a una confrontación con


cuestionar las conclusiones de las restantes estrategias cientí-
índole teórica que se sostengan. ficas, al exponer en el capítulo
Una vez establecido el carác- 4 los objetivos de las teorías
ter autonómico del lenguaje y cultural-materialista, lo que apa-
la función de las constantes rece es un programa completo
bio-psicológicas, el autor pasa a para explicar del modo más
definir sistemáticamente lo que satisfactorio el origen de la cul-
entiende por infraestructura tura ; la regulación del incesto;
"etic" y por estructura "etic", los diversos sistemas de paren-
y a explicar la función deter- tesco; los complejos psico-se-
minante que corresponde a la xuales; el origen de los modos
primera. Tal función no descali- de producción neolíticos; las
fica a la estructura y a la super- variedades de las sociedades tri-
estructura reduciéndolas a la bales anteriores a la aparición
condición de meros epifenóme- del estado; el origen del caudi-
nos irrelevantes. Harris rechaza llaje, de la desigualdad y de las
ln acusación de determinista y clases sociales; la emergencia
vuelve a insistir en que el de- del estado; los diversos tipos de
terminismo que él sostiene es estado y su evolución hasta la
probabilístico y en que admite, época reciente, y el origen y di-
además, una relación de feed- fusión de las grandes religiones.
back positivo y negativo entre Naturalmente, no se pretende
los medios de producción y re- dar cuenta de todo eso de modo
producción y la economía do- exhaustivo; se traza un bosque-
méstica y política. No obstante, jo de explicación y se remite al
ningún cambio social puede pro- resto de la obra del autor para
ducirse sin la alteración de la las explicaciones detalladas. Ta-
infraestructura (pp. 71-75). les explicaciones dan cuenta de
El autor dedica un epígrafe, los fenómenos en términos de
al final del capítulo 3, a defen- costes y beneficios y de mante-
derse de la acusación de dogma- nimiento equilibrado del eco-
tismo de que ha sido objeto; la sistema geográfico-económico de
defensa consiste en recordar producción-reproduccción y con-
que el cultural-materialismo es- sumo. También las religiones se
tá siempre abierto a la compro- explican en estos términos, con
bación empírica de sus tesis y lo que Harris pretende sustituir
que no pretende excluir las de- las explicaciones ideográficas
más estrategias científicas. A por las nomotéticas en este ca-
pesar de ello, también este libro pítulo de la antropología.
produce la impresión de dogma- Casi todas las explicaciones
tismo, que no se evita con una que Harris bosqueja o insinúa
declaración programática por- son plausibles, sólo que al pre-
que luego, en la segunda parte, sentarlas como aquellas que de
se presentan las explicaciones verdad dan cuenta de los fenó-
cultural-materialistas en térmi- menos, produce la impresión de
nos exclusivistas frente a otras dogmatismo, porque no suele ex-
explicaciones. Incluso antes de ponerlas junto a las otras como

218
BIBLIOGRAFÍA

explicaciones complementarias, que constituyen los medios de


y por tanto como verdades ar- producción y reproducción, co-
ticuladas entre sí, sino más bien mo los verdaderos responsables
como explicaciones no referi- de la constitución de las formas
bles a las otras o como exclu- socioculturales humanas (pp.
yentes de ellas. Así, por ejem- 126-127). Por una parte establece,
plo, se puede explicar la apari- como declaración programática,
ción y difusión de las tres gran- que la sociobiología, en cuanto
des religiones (budismo, cristia- que se elabora según los prin-
nismo y mahometismo) en fun- cipios generales de la epistemo-
ción de las estructuras económi- logía científica, es "aliado natu-
co-políticas de los imperios en ral del cultural-materialismo"
que surgen y por los que se di- (p. 119), y, por otra parte, des-
funden (pp. 109-110), y explicar monta las 13 constantes etológi-
tales estructuras desde la infra- cas comunes a los primates su-
estructura que viene dada por periores y al hombre según
los modos de producción y re- E O. Wilson (1977) como res-
producción sobre los que tales ponsables de 13 características
imperios se constituyen; es de- de las formas socioculturales
cir, se pueden dar explicaciones humanas (pp. 128-133). Harris
de las religiones singulares se- trata de mostrar que la explica-
gún leyes generales (explicacio- ción cultural-materialista hace
nes nomotéticas). Pero al pres- innecesaria la explicación socio-
cindir de las explicaciones de biológica, es decir, la tesis de la
esas religiones singulares en base genética para las formas
función de las personas singu- socioculturales.
lares que las hicieron surgir La confrontación con el mate-
(explicaciones ideográficas), la rialismo dialéctico es, al mismo
impresión que resulta es que es- tiempo, la exposición de la con-
te segundo tipo de explicaciones cepción global de la realidad del
es irrelevante, o que una com- cultural-materialismo, que que-
prensión religiosa de la religión da caracterizado como materia-
es menos profunda, menos cien- lismo empirista. "Hegel repre-
tífica y, en el fondo, menos ver- senta para el materialismo dia-
dadera, que una comprensión léctico lo que el empirista Da-
ecológica. vid Hume para el cultural-ma-
La segunda parte del libro es terialismo" (p. 142), en cuanto a
la más fuertemente polémica. la epistemología, pero no en
Frente a la sociobiología, que cuanto a los principios teóricos:
explica la aparición de la socie- "el cultural-materialismo y el
dad y la cultura humanas desde materialismo dialéctico tienen
un código genético cuyas virtua- principios teóricos similares, pe-
lidades emergen tan pronto co- ro epistemologías radicalmente
mo los "interruptores" del me- diferentes" (p. 141).
dio ambiente les van dando en- El rechazo de la epistemolo-
trada, Harris opone la conjun- gía marxista se concreta en el
ción de los factores demográfi- rechazo de la dialéctica hege-
cos, tecnológicos y económicos liana: "puesto que no hay cri-

219
BIBLIOGRAFÍA

terios para identificar las pro- l i gran masa de la prehistoria


piedades y los componentes y la historia precapitalistas no
constitutivos de las negaciones, europeas. Ninguna estrategia
las relaciones dialécticas nunca que sobrevalora las contradic-
pueden ser falseadas... La dia- ciones internas a costa de las
léctica conduce a teorías que son relaciones externas de subsis-
fundamentalmente incomproba- tencia, población y medio am-
bles y por tanto no científicas... biente, puede hacerse cargo de
Porque la dialéctica no ofrece las variedades específicas de las
ningún criterio para decidir instituciones que caracterizan a
cuándo una diferencia constitu- las bandas, poblados y caudilla-
ye una negación, el marxismo jes" (p. 162). El marxismo es in-
dialéctico se ha convertido en capaz de dar cuenta de la pre-
un inmenso criadero d!e fanáti- historia y la historia anteriores
cas revelaciones, finalidades su- a la aparición del estado y del
blimes y metáforas impenetra- capitalismo porque, al no haber
bles" (p. 145). diferenciado entre lo "emic" y
Junto a este rechazo de la lo "etic", el conjunto de sus teo-
dialéctica, Harris lleva a cabo rías no es más que una descrip-
una apología del empirismo de ción de la evolución social en el
Hume y del positivismo contem- plano "emic" del capitalismo.
poráneo, para neutralizar las Por eso —apunta Harris— el
acusaciones que Lenin lanzara marxismo es tan proclive al
contra ambos calificándolos de idealismo: "Acentuando el efec-
"ciencia burguesa y reacciona- to de retroalimentación de la es-
ria". Dicha acusación se hace re- tructura y la superestructura
caer sobre las estrategias ecléc- sobre la infraestructura en nom-
ticas, que no aciertan a captar bre de la dialéctica, el materia-
la realidad de la infraestructura lismo marxista rápidamente re-
y su función en la evolución de trocede y se disuelve en sus orí-
la cultura, a la vez que se lanza genes burgueses, pasando del
contra Lenin la acusación de materialismo dialéctico al es-
"metafísico". Por otra parte, se tructuralismo, del estructuralis-
acusa al marxismo de no haber mo al eclecticismo, del eclecti-
definido bien la infraestructura cismo al idealismo y del idealis-
y de haber acentuado en exce- mo al oscurantismo. La mayor
so el feed-bak de la estructura parte de lo que se autodenomi-
y la superestructura sobre la na marxismo en el mundo de
infraestructura dejando compro- hoy no es sino idealismo, eclec-
metida la hegemonía de esta úl- ticismo y oscurantismo, recu-
tima. biertos con retórica revolucio-
"El hecho es que el materia- naria" (pp. 163-164; cfr. pp. 223-
lismo dialéctico fue originaria- 227).
mente formulado para tratar La confrontación con el es-
con las leyes internas del capi- tructuralismo es quizá el capí-
talismo, de tal manera que dejó tulo más agriamente crítico del
a Marx y Engels completamen- libro. El blanco de las críticas
te inermes para hacer frente a es aquí Lévi-Strauss, considera-

220
BIBLIOGRAFÍA

do como un idealista que, ha- do un animal antieconómico en


biendo creado en su mente un esas zonas habitadas por los he-
mundo imaginario de estructu- breos: era un animal que sólo
ras, pretende que esas estructu- servía para suministrar carne,
ras, correspondientes al pensa- sin cumplir ninguna otra fun-
miento y a la realidad, expli- ción como medio de transporte,
quen todos los cambios sociocul- fuerza de tracción, etc., siendo,
turales. además, un competidor del hom-
A los estudios y conclusiones bre en cuanto que, en parte, se
de Lévi-Strauss sobre los siste- nutría de los mismos elementos
mas de parentesco, Harris opo- que él (pp. 193 ss.).
ne los suyos propios. "Lo que el Las explicaciones de Harris
análisis estructuralista de este resultan más plausibles que las
fenómeno deja completamente de Lévi-Strauss en orden a re-
sin examinar —y que incluso solver los problemas que anali-
bloquea— es el hecho de que los za, pero no resultan excluyentes
sistemas de matrimonio en las de las del antropólogo francés.
sociedades estratificadas y evo- Por eso, al pretender descalifi-
lucionadas, no son primaria- carlas absolutamente, vuelve a
mente sistemas de cambio en ab- producirse la impresión de dog-
soluto, sino sistemas para no matismo.
cambiar, es decir, sistemas pri- Puede decirse otro tanto de la
mariamente endógamos cuya confrontación con el marxismo
función es concentrar la rique- estructuralista. Esta vez las crí-
za y consolidar e incrementar el ticas van dirigidas fundamental-
control político-económico" (p. mente contra Godelier y contra
186). los norteamericanos Marshall
Otro de los problemas en que Sahlins, de la universidad de
el cultural-materialismo se opo- Chicago, y Alexander Alland,
ne al estructuralismo es el de de Columbia University, ambos
los cerdos-tabú entre los he- discípulos de Lévi-Strauss. En-
breos. Según la explicación es- tre los diversos problemas ana-
tructuralista el cerdo es un ani- lizados por Harris, en los que
mal tabú —impuro— entre los opone al estructuralismo mar-
hebreos porque supone un des- xista su cultural-materialismo,
orden en el sistema de clasifica- está el del tabú de las vacas en
ción zoológica que ellos utiliza- la India. Y nuevamente aquí las
ban. Para Harris esta explica- explicaciones de Harris resultan
ción es "emic" y deja perfecta- más plausibles pero igualmente
mente intacto el problema. La no excluyentes de las otras.
verdadera razón por la cual el "Tanto en Mesopotamia como
cerdo es tabú para los hebreos en Egipto, un animal cuya car-
estriba en el hecho de que, tras ne había sido consumida ante-
haber sido domesticado en el riormente empieza a resultar
neolítico y usado como alimen- demasiado costoso para ser uti-
to en amplias zonas del oriente lizado tan sólo como alimento,
medio y próximo, los cambios en virtud de cambios funda-
ecológicos habían hecho del cer- mentales en el ecosistema y en

221
BIBLIOGRAFÍA

los modos de producción. Su termina la existencia del con-


carne se convierte entonces en flicto edípico mismo (pp. 258-
objeto de una serie de restric- 265). No es la psicología de los
ciones rituales. Pero el parale- pueblos lo que explica su es-
lismo termina aquí: el cerdo se tructura sociopolítica, sino que
convierte en algo abominable y es la infraestructura la que de-
la vaca en un objeto de venera- termina la psicología de los pue-
ción. blos y la cambia al ritmo de sus
El intento de explicar esta di- propias alteraciones.
ferencia específica es la prueba Diversamente a como ha pro-
que las otras estrategias cientí- cedido en los capítulos anterio-
ficas no pueden superar. La ex- res, ahora Harris no selecciona
plicación es esta: los costes-be- problemas para realizar sobre
neficios del cerdo implican sola- ellos la confrontación entre
mente su utilización como car- otras estrategias y la suya. Aquí
ne. Cuando esta carne resulta la discusión no se desarrolla en
ecológicamente demasiado cara, el plano de los problemas con-
el cerdo entero se convierte en cretos para ofrecer soluciones
algo abominable, o, peor que ia> mejores, sino en el plano de los
útil, se convierte en un peligro. principios. Por eso la impresión
Por otra parte, el tabú que pro- de dogmatismo surge de nuevo.
hibe matar y comer vacas refle- Lo mismo puede decirse de la
ja el carácter indispensable de crítica a los cognitivistas Goo-
este ganado como fuerza de denough, Goeghegan y Kay.
tracción en las condiciones de Frente a ellos Harris vuelve a
una agricultura basada en la llu- afirmar su posición a nivel de
via y de una alta densidad de principios. "Para repetirlo otra
población" (pp. 252-253). vez: el objetivo del cultural ma-
En el capítulo 9 Harris pasa terialismo es predecir tanto las
revista a la antropología psico- ideas como la conducta desde
lógica o escuela cultura y per- un conocimiento de la conducta.
sonalidad y a la antropología Esto es una tarea no realizada,
simbólica o antropología cogni- pero, en principio, no una ta-
tiva a las que denomina idea- rea imposible. En cambio no
lismo psicológico e idealismo puede decirse lo mismo de los
cognitivo respectivamente. proyectos idealistas de reempla-
La polémica en primer lugar zar las reglas "etics" por las
se dirige contra R. Benedict, A. "emics" y predecir desde ellas
Kardiner, G. Roheim, M. Walsh tanto las ideas como la conduc-
y B. Scandalis entre otros. Fren- ta. Esto es claramente imposi-
te a las tesis de que la persona- ble en principio" (p. 211). "El
lidad modal y la personalidad principio de que las reglas diri-
de base se configuran a través gen o causan la conducta no es
del conflicto edípico, Harris opo- más creíble que la proposición
ne la tesis de que es la infraes- según la cual la tierra es plana.
tructura la que determina el Las reglas facilitan, motivan y
predominio del varón sobre la organizan nuestra conducta, pe-
hembra y por tanto la que de- ro no la dirigen ni la causan.

222
BIBLIOGRAFÍA

Las causas de la conducta han política al marxismo desde un


de ser encontradas en las con- conservadurismo burgués (pp.
diciones materiales de la vida 279-286).
social" (p. 275). La insistencia Bajo la rúbrica de eclecticis-
en esta tesis no va ahora acom- mo Harris critica el concepto de
pañada de pruebas que mues- "cultura de la pobreza" elabo-
tren la imposibilidad de que la rado por Osear Lewis, el recha-
conducta humana sea explicada zo ¡de Boas y Lowie del determi-
por lo que los hombres piensan nismo infraestructural, y el
y deciden en su propia intimi- eclecticismo de Mao Tse-tung
dad; sin duda Harris cree que según el cual la superestructu-
lo expuesto en los capítulos an- ra es tan determinante como la
teriores es suficiente para pro- infraestructura.
bar que lo que los hombres pien- Finalmente, en el undécimo y
san y deciden en su intimidad último capítulo, titulado "obs-
está determinado por la infraes- curantismo", Harris aborda la
tructura. Pero lo expuesto en antropología autodenominada fe-
los capítulos anteriores no bas- nomenológica en la figura de su
ta para producir en el lector la máximo exponente Carlos Cas-
misma creencia que el autor tie- tañeda. Para Castañeda el obje-
ne: esto explica que en el lec- to de la antropología es descri-
tor se produzca la impresión de bir el "sistema de inteligibili-
dogmatismo, y que al autor le dad díe una comunidad" e inser-
resulte incomprensible que se le tarse en él viviéndolo desde
tache de dogmático a pesar de dentro; dicho sistema es el que
las pruebas que aduce en favor funda la verdad de lo que acon-
de sus teorías. tece en la comunidad en cues-
La exposición del idealismo tión. En la crítica a Castañeda
psicológico y cognitivo le permi- es donde aparece más claramen-
te al autor trazar un esquema te formulada la concepción de
de la antropología idealista en Harris del cultural-materialis-
el que enlaza a Durkheim y We- mo como la ciencia antropológi-
ber con Lévi-Strauss, por una ca por excelencia: "El cultural
parte, y a T. Parsons, Kroeber, materialismo mantiene que la
Kluckhohn y Clifford Geertz, verdad científica es un produc-
por otra. En el fondo, todos son to social, pero niega que el cuer-
tributarios del idealismo de Dur- po de las teorías científicas di-
kheim, que hizo consistir la fiera necesariamente de una
esencia de la sociedad en la con- cultura a otra. La comunidad
ciencia colectiva y en la solida- que establece la autenticidad de
ridad orgánica, a partir de lo las teorías científicas no es una
cual la sociedad es definida en comunidad de participantes en
términos de cultura y la cultura una cultura dada, sino la comu-
en términos de ideas y valores. nidad transcultural de los ob-
Lo que Harris encuentra como servadores científicos" (p. 318).
trasfondo de estas posiciones Al final del libro, como si
teóricas es una actitud ideológi- echara de menos una fundamen-
ca que consiste en la oposición tación inapelable de la ciencia,

223
BIBLIOGRAFÍA

y como si sintiera de nuevo la mente cognitivos, que no están


gravedad de la amenaza del determinados por ella, y desde
anarquismo epistemológico de los cuales se explican dimensio-
Feyerabend, Harris condena la nes del comportamiento huma-
irracionalidad del oscurantismo no: por lo menos el comporta-
de Castañeda y Feyerabend en miento científico. Pero enton-
nombre del amor a la humani- ces, ¿por qué no va a poder ex-
dad y a la verdad. plicarse el comportamiento es-
Del conjunto de la obra pue- tético, jurídico, moral, religioso,
de decirse que es últil para un etcétera desde factores igual-
conocimiento de las escuelas mente transculturales como po-
contemporáneas de antropología, drían ser la belleza, la justicia,
e imprescindible si se quiere ob- el bien, Dios? Si la verdad! es
tener un conocimiento en pro- transcultural, ¿por qué no van
fundidad del cultural-materia- a serlo el bien y la belleza? O
lismo: nada mejor para ello también, si en la cultura occi-
que acudir al trabajo en que su dental el amor a la verdad ha
creador lo expone con más ex- sido el factor determinante de
tensión y profundidad. la aparición de la ciencia, en-
Una valoración de conjunto tonces la ciencia, "lo más ge-
de las tesis de Marvin Harris nuino de la cultura occidental"
lleva a cuestionar la validez y según sostiene el propio Harris,
el alcance de su noción de lo no puede explicarse ni com-
"etic" como punto de vista cien- prenderse en función de la in-
tífico. Si la ciencia es un pro- fraestructura. Y si esto ha sido
ducto cultural y el criterio su- así en occidente, ¿por qué ese
premo para comprender los pro- amor a la verdad no puede ope-
ductos culturales es el coste-be- rar en otras culturas como fac-
neficio del producto en cuestión tor determinante del comporta-
en función de la infraestructu- miento?
ra, entonces la comprensión y Inicialmente lo que Harris lla-
justificación de la ciencia no ma "etic" se presenta como un
puede lograrse apelando a la conjunto de factores perfecta-
verdad, sino a la infraestructu- mente definidos, en función de
ra. Desde las tesis de Harris la los cuales se pueden explicar
posición de Castañeda y Feye- los procesos socioculturales me-
rabend triunfa sobre la del pro- diante teorías permanentemente
pio Harris: el valor y la idea abiertas a la comprobación em-
de verdad es función del ecosis- pírica. Posteriormente, las teo-
tema. rías que explican desde lo "etic"
Ahora bien, Harris sostiene no constituyen ya un conjunto
que la verdad y la ciencia son de hipótesis, sino el único cono-
transculturales, y que desde cimiento científico y verdadero
ellas se puede decidir sobre las de la verdadera realidad en sí.
culturas. Pero si esto es así, jun- Pero eso es precisamente lo
to a los productos culturales de- cuestionable, porque al mostrar
terminados por la infraestructu- la verdad de sus teorías (la de-
ra, hay otros factores, y precisa- terminación infraestructura!), no

224
BIBLIOGRAFÍA

por eso resulta que las otras canza a los factores cognitivos,
teorías sean falsas (la determi- y que desde ellos se puede estu-
nación desde factores no infra- diar en cada caso la mayor o
estructurales, incluida la propia menor influencia de la infraes-
libertad humana). Para que, de tructura.
dos teorías sobre un mismo he- Con eso no quedarían resuel-
cho, una excluya a la otra, la tos todos los problemas. Todavía
relación entre ambas tiene que quedaría por resolver uno im-
ser de contradicción, cosa que portante, que es el de la rela-
no ocurre en este caso. ción entre la infraestructura y
Harris insiste en que no pre- el campo mental de los sujetos
tende excluir las restantes es- afectados por ella. Así, por ejem-
trategias científicas, sino mos- plo, la explicación de Harris so-
trar que la suya explica más y bre el tabú de los cerdos y las
mejor, pero al hacerlo intenta vacas es plausible: la declara-
mostrar también que las otras ción de tabú sobre esos anima-
explicaciones son innecesarias o les es la medida económicamen-
falsas. Es este intento el que te más acertada que las pobla-
parece frustrase siempre, y de ciones correspondientes podían
ahí que surja la pregunta ¿qué tomar; ahora bien, los indivi-
quiere decir que una estrategia duos afectados no tienen con-
explique "más" y "mejor" que ciencia de haber tomado seme-
otras?, o también la pregunta jantes medidas económicas. Más
¿qué quiere decir aquí que una aún, en el plano de lo "emic" se
teoría es "más verdadera" que trata de normas religiosas. ¿Có-
otras? mo es posible que se establezcan
unas normas religiosas porque
El dilema que el libro de Ha- son las medidas económicas más
rris deja planteado es este: si acertadas, si esto último es des-
la verdad es la determinación conocido por los sujetos que es-
de la infraestructura, la ciencia tablecen las normas? Si no se
no puede escapar a esa determi- quiere dar ninguna primacía a
nación si ha de ser verdadera, lo cognitivo habría que sostener
y por tanto no basta que unas que el ecosistema está autorre-
tesis sean científicas para que gulado según una "astucia de la
sean verdaderas (o viceversa): razón económica" más misterio-
tienen que estar determinadas sa y mágica que la "astucia de
por la infraestructura. Si la ver- la razón" hegeliana.
dad y la ciencia no están deter-
minadas por la infraestructura, * .,* *
entonces la determinación in-
fraestructural no es la verdad
científica. Después de haberle mostrado
al autor esta nota crítica, y des-
La manera de hacer compati- pués de haberla discutido con
ble la verdad científica y el él, me siento en el deber —que
determinismo infraestructural cumplo gustosamente— de ex-
sería sostener que la determina- poner aquí sus propias observa-
ción de la infraestructura no al- ciones sobre mi crítica, sin aña-

225
BIBLIOGRAFÍA

dir por mi parte ninguna con- plants to understand genetics


trarréplica. and ecology in order for them
El autor considera que la ex- to evolve forms adapted to de-
posición del contenido de su li- sertes or jungles?".
bro es fiel y correcta, pero que
la crítica está realizada desde JACINTO CHOZA
una posición idealista que man-
tiene la primacía de lo "emic".
La crítica realizada en los ca-
pítulos 9 y siguientes se man- KOLAKOWSKI, Leszek, La Filoso-
tiene en el plano de los princi- fía positivista. Ciencia y filo-
pios, ciertamente, pero —señala sofía, Colección Teorema. Ed.
Harris— en otras publicaciones Cátedra, Madrid, 1979, 262
anteriores ha realizado la críti- págs.
ca a esas teorías en el plano de
las explicaciones sobre proble- La presente monografía es
mas concretos. Por otra parte, una investigación historiográfi-
el autor insiste en que él no re- ca susceptible de varias lectu-
chaza las demás estrategias ras contextúales. Pues en pri-
científicas, ni rechaza la auto- mer lugar se debe tener en
nomía de los diversos ámbitos cuenta que esta obra refleja un
culturales, porque el determi- ambiente polémico que no pue-
nismo de la infraestructura que de ser olvidado. No en vano Ko-
é! sostiene es probabilístico. lakowski es un conocido disi-
Harris señala que el plano de dente polaco especialista en his-
lo "etic" no es considerado por toria del marxismo que publicó
él como un saber absoluto e in- esta obra en 1966 cuando estaba
apelablemente verdadero por- en su pleno apogeo la ya casi
que, en primer lugar, es un con- truncada primavera post-estali-
junto de hipótesis abiertas a la nista y dos años antes de que su
confrontación con los hechos, y, autor optase voluntariamente
en segundo lugar, no es inde- por el exilio sin alternativas.
pendiente de la infraestructura: Efectivamente fue en aquellos
la ciencia también está deter- años cuando surgió entre los
minada por esta última. En vez marxistas la vieja polémica en-
de sostener que la verdad y la tre positivismo y metafísica que
ciencia son transculturales, Ha- había sido duramente reprimida
rris sostiene que más bien "de- durante el período inmediata-
berían serlo". mente anterior de dogmatismo
Finalmente, Harris considera estalinista. Y aunque aparente-
que carece de sentido objetar mente la obra de Lenin, Ma-
que hace falta conocimiento pa- terialismo y empiriocriticismo,
ra establecer medidas de orden había zanjado definitivamente
religioso que sean a la vez me- la cuestión, sin embargo no to-
didas de índole económica. Su dos los marxistas adoptaron
respuesta a tal objeción es: "As- igual actitud ante los nuevos
tonishing! There is a process of avances de las ciencias natura-
selection. It is necessary for les y sociales. Pues los estructu-

226
BIBLIOGRAFÍA

ralistas adoptaron ante el mar- naturaleza empírica determina-


xismo una actitud terapéutica y da por la lucha de clases y mo-
empirista, tratando de eliminar mentáneamente por la superes-
del materialismo dialéctico todo tructura del estado. Se propuso
resto d¡e metafísica idealista y así una lectura libertaria, ro-
de ideología ilustrada. Se pro- mántica y terapéutica del Capi-
puso así un ocultamiento de las tal que paradójicamente justifi-
fuentes premarxistas del joven caba una revolución ilustrada,
Marx y una explicación estruc- ideológicamente centralizada y
turalista del Capital. Se separa- burocráticamente activista. Evi-
ron así dos niveles de realidad dentemente Kolakowski ha cri-
científica: la infraestructura ticado repetidamente estas dife-
que constituye el sustrato eco- rentes versiones del marxismo
nómico y social sólo indirecta- por considerar que en todas
mente observable; y la superes- ellas se impone siempre una ra-
tructura o conjunto de fenóme- zón teórica dogmática que anu-
nos sociales directamente obser- la los ámbitos de autonomía
vables que están determinados más elementales de la razón
por las leyes económicas y por práctica así como los derechos
la lucha dle clases. Se propuso más fundamentales de la perso-
así una lectura determinista, na humana. Ha contestado, así,
pragmatista y sintomatológica desde un planteamiento ético,
del Capital que paradójicamen- tanto las actitudes estructuralis-
te justificaba un capitalismo de tas como las utopistas, mostran-
estado, revolucionariamente pa- do cómo el marxismo no puede
ralizado y terapéuticamente con- llegar a conciliar las exigencias
formista. Por el contrario los lógico formales de la razón teó-
llamados utopistas adoptaron rica con las exigencias ético na-
ante el marxismo una actitud turales de la razón práctica,
humanista y crítica que debería pues el marxismo, como el posi-
eliminar de la praxis emanci- tivismo, sustituye el orden ra-
padora los conformismos permi- cional de la naturaleza por un
sivistas y los condicionamientos orden lógico, artificial y arbi-
paralizantes. Reivindicaron así trario.
la unidad del pensamiento mar- Justamente el objeto de La fi-
xiano propugnando una vuelta losofía positivista es el estudio
a las fuentes premarxistas del de esta línea de pensamiento,
Capital. Se introdujo así de nue- más amplia que el propio mar-
vo la separación hegeliana en- xismo, que abarca "desde los
tre el fenómeno y el noúmeno primeros tratados antimetafísi-
y se distinguieron dos niveles cos de los tiempos modernos"
de conocimiento: el conocimien- (p. 14) hasta la actualidad. Se
to metafísico que tiene por ob- trata, pues, de un proyecto am-
jeto la auténtica naturaleza hu- bicioso que trata de reconstruir
mana utópicamente incondicio- la línea de pensamiento antime-
nada y absolutamente transcen- tafísico a fin de localizar el pun-
dental; y el conocimiento cien- to de ruptura donde se ha pro-
tífico que tiene por objeto la ducido la escisión con la metafí-

227
BIBLIOGRAFÍA

sica. En este sentido Kolakows- mitada tolerancia de los senti-


ki ha vuelto repetidas veces al mientos naturales, introdujeron
humanismo kantiano en un in- primeramente un predominio
intento de recuperar el equili- despótico de la metodología
brio perdido entre naturaleza y científica sobre la metafísica
libertad, entre ciencia y ética, y, secundariamente, justificaron
entre razón teórica y razón una paralización terapéutica de
práctica (aunque no en sus rea- la praxis ética; o las críticas
lizaciones concretas) (p. 250). que también Kant dirigió a las
Ahora acomete una investiga- éticas heterónomas de los racio-
ción historiográfica aun más nalistas que, con el fin de jus-
ambiciosa: utilizar un método tificar un ilimitado control de
de análisis ético a fin de recons- las convenciones sociales intro-
truir "la línea de pensamiento dugeron, primeramente, una
positivista" que tiene su origen instrumentalización ética de la
en el demoledor efecto destruc- metafísica y, secundariamente,
tivo del criticismo nominalista justificaron una interpretación
del siglo xiv y del empirismo in- ideológica de los resultados de
glés (p. 50) y se proyecta en la ciencia. Mediante este méto-
autores tan aparentemente ale- do desenmascara a los empiris-
jados del positivismo como son tas por su permitivismo ético y
Duhem, Poincare e incluso al- a los convencionalistas por su
gunos modernistas católicos. Só- activismo ideológico. Pues apa-
lo así se podrá dictar un diag- rentemente el positivista se
nóstico terapéutico "del papel mueve siempre por intereses es-
tan enorme que el positivismo trictamente especulativos, cons-
ha desempeñado en la cultura truyendo rígidas metodologías
intelectual de nuestra época" científicas con fines exclusiva-
(p. 237,), mostrando a la vez "el mente lógico formales. Sin em-
valor permanente que por con- bargo el único interés que legi-
traste tiene la metafísica, ya tima estas complicadas y habi-
sea materialista o espiritualis- tualmente inútiles metodologías
ta" (p. 14). científicas, es simplemente esta-
El diagnóstico que se propone blecer un procedimiento psico-
del positivismo como filosofía lógico/genético de separación
no puede ser más negativo. Des- entre filosofía y ciencia, que
pliega contra el positivismo una permite decidir de un modo
crítica frontal similar a la que aparentemente transparente y
en otras ocasiones ha formulado sin ambigüedades la eliminación
contra el marxismo: invocar sis- o justificación de la metafísica.
temáticamente el principio kan- Y al tomar esta decisión el po-
tiano de autonomía de la razón sitivista se mueve por intereses
práctica para mostrar cómo si- puramente pragmáticos. Pues si
gue teniendo plena vigencia la pretende introducir un ilimita-
crítica que Kant dirigió a las do permisivismo ético, se verá
éticas anómalas, o fuera de toda obligado a criticar sistemática-
norma, de los empiristas que, mente toda suposición metafísi-
con el fin de justificar una ili- ca, teniendo que introducir una

228
BIBLIOGRAFÍA

rígida metodología empirista estableciendo otra disyunción:


cuyo único fin es conseguir pa- la opción entre la posición o la
ralizar con fines terapéuticos construcción, entre el empiris-
cualquier desarrollo de la pra- mo, o el convencionalismo, entre
xis ética. Por el contrario si se el análisis o la dialéctica, entre
pretende justificar un ilimitado la razón científica o la razón
activismo ideológico, se verá metafísica. Pues cuando el em-
obligado a tolerar ilimitadamen- pirista o el analítico o el estruc-
te cualquier tipo de construc- turalista optan por una rigurosa
ción metafísica, teniendo que ascética intelectual y condenan
introducir una metodología es- toda suposición metafísica a un
trictamente convencional con el silencio éticamente paralizante,
único fin de poder justificar un en el fondo están optando por
control ideológico o ético de los una metafísica positiva que pa-
resultados de la ciencia. En radójicamente hace una instru-
cualquier caso el positivismo mentalización terapéutica de la
concede mayor relevancia a las antimetafísica. Y cuando, por el
exigencias necesariamente con- contrario, el convencionalista o
dicionadas de la razón práctica el dialéctico o el utopista optan
sobre las exigencias absoluta- por una ilimitada tolerancia
mente incondicionadas de la ra- constructiva y elaboran todo ti-
zón teórica, ya sea filosófica o po de hipótesis imaginativas, en
científica. El positivista intro- el fondo están optando por una
duce, pues, en su punto de par- metafísica convencionalista que
tida, un voluntarismo especula- paradójicamente hace una ins-
tivo que decide de un modo pu- trumentalización ideológica de
ramente convencional y arbi- los resultados de la actividad
trario tanto el criterio de de- científica. En cualquier caso to-
marcación que se va a estable- das estas metodologías científi-
cer entre filosofía y ciencia, co- cas, sean positivas o costructi-
mo el tipo de código deontoló- vas, sean materialistas o espiri-
gico que se impone a la razón tualistas, introducen una inter-
teórica. pretación biológica del conoci-
Pero además Kolakowski miento humano que reduce todo
desenmascara cómo el positivis- el saber humano sea científico o
mo siempre esconde, tras su no, a un simple reflejo condi-
aparente carácter antimetafísi- cionado adaptable a los intere-
co, una metafísica y una ideolo- ses arbitrarios y despóticos de
gía. Pues normalmente el posi- la razón práctica. Pero a la vez
tivista siempre establece una hacen un rechazo sistemático
disyunción absoluta entre el po- del principio kantiano de la au-
sitivismo o la metafísica, o en- tonomía de la razón práctica,
tre la ideología y la ciencia, op- fundamento de la libertad indi-
tando inevitablemente por la vidual y social, ya que se consi-
antimetafísica y por la crítica dera que el único método de
de la ideología. Sin embargo la ejercer un control de la praxis
realidad es menos simple, pues humana es introducir un domi-
nio despótico de la razón teóri-
en el fondo el positivista está

229
BIBLIOGRAFÍA

ca, ya sea científica o metafísi- te consigo mismo. Sólo así se


ca, sobre el desarrollo de la ra- conseguirá situar el conocimien-
zón práctica. Por ello no puede to científico y metafísico en sus
extrañar que todas estas meto- justos límites evitando el con-
dologías acaben propugando trol ideológico de los resultados
tecnologías sociales inimagina- de la ciencia y la instrumen-
bles, aunténticas barbaries con talización terapéutica de la an-
rostro humano, que sacrifican timetafísica. Pues por una par-
los derechos humanos más fun- te "el rigorismo de los positivis-
damentales a ideales utópica- tas jugó un papel muy impor-
mente permisivos o a proyectos tante en el despertar de la con-
fanáticamente revolucionarios. ciencia de las obligaciones con-
Pero además de establecer un traidas por los científicos, bo-
diagnóstico se propone también rrando así de un modo eficaz la
una terapia. Pues si solamente confusión existente entre las
se delatasen los errores teóricos posturas del sabio y del parti-
y prácticos del positivismo no dista. Así pues el positivismo
se podría hacer una valoración tiene un valor que es muy di-
constructiva de las aportaciones fícil de poner en cuestión: reac-
indudables que el código deon- cionar en contra de los abusos
tológico positivista ha hecho en que se cometen en nombre de
la historia de la filosofía legíti- la ciencia en el campo de las
ma. Pues según este autor se polémicas puramente ideológi-
deben distinguir con total niti- cas. En otros términos, la capa-
dez las metodologías propuestas cidad de definir relativamente
por los positivistas, que con fre- bien los límites de la legitimi-
cuencia recogen algunas aporta- dad científica con el fin de cri-
ciones incontestables de la tra- ticar las pretensiones ilegítimas
dición científico positiva, y la de los doctrinarios que se quie-
propiamente llamada filosofía ren aprovechar de la autoridad
positivista que como se acaba de la ciencia con el fin de soste-
de ver suele hacer una instru- ner sus formulaciones. Recabar
mentalización sistemática de este rigorismo —precisamente a
sus resultados. Por ello, aunque título de deontología específica
algunas de estas metodologías del mundo científico— no será
pueden tener poca utilidad prác- nunca un anacronismo" (p. 247).
tica, sin embargo el autor nun- Pero por otra parte el rigorismo
ca las critica frontalmente des- positivista también ha evitado
de un punto de vista lógico for- la instrumentalización de la
mal. Por el contrario considera metafísica ya que "se debe ad-
que el método más adecuado mitir que la crítica a la legiti-
para superar tanto los errores mitad de la inducción, la crítica
teóricos como prácticos del pro- a las metafísicas "esenciales",
pio positivismo, es hacer una to- así como las críticas a los jui-
lerante y coherente aplicación cios de valor, han despertado
del riguroso código deontológi- entre los no positivistas una con-
co positivista de modo que ciencia de la problemática tal
sea verdaderamente consecuen- que no puede ser escamoteada

230
BIBLIOGRAFÍA

ni disimulada" (p. 262). Sin em- be, pues, postular la existencia


bargo se debe hacer una apli- de una verdad trascendental
cación tolerante y coherente de que sea la condición de posibi-
los principios positivistas "sobre lidad tanto de los juiicos sinté-
todo cuando se trata como error ticos "a priori" propios de la ra-
toda invetsigación metafísica y zón científico teórica, como de
toda investigación acerca de la los valores trascendentaoles pro-
certeza. Pero en cualquier caso pios de la razón práctica y, en
se debe tomar acta de sus re- consecuecnia, de la propia de-
sultados y reconocer que la to- fensa de los valores humanos"
talidad de este trabajo tecnoló- (pp. 111, 126, 130, 225).
gicamente inútil que promete El análisis del complejo fenó-
el acceso al Ser (se refiere a la meno positivista comienza por
metafísica) debe, de una vez por un estudio de "los primeros tra-
todas, renunciar a sus preten- tados antimetafísicos de los
siones científicas" (p. 262). tiempos modernos" (p. 24). El
Pero a la vez se reivindica pa- método utilizado es una aplica-
ra la filosofía dialéctica, ya sea ción práctica de los criterios
materialista o espiritualista, un metodológicos postulados ante-
campo específico de actuación riormente. "Se ponen así de ma-
que suele ser sintemáticamente nifiesto las condiciones cultura-
negado por los positivistas, ya les, históricas, sociales, psicoló-
sean empiristas o convenciona- gicas e incluso biológicas que
listas: la tarea de relacionar la hicieron posible el fenómeno po-
ciencia con la filosofía y de en- sitivista" (p. 244). A lo largo de
contrar un último fundamento la investigación también se uti-
incondicionado tanto al ejerci- lizan categorías totalizantes de
cio de la razón teórica como de naturaleza dialéctica, holismo
la razón práctica, que está in- transformista, adaptables a las
evitablemente asociada al desa- fluctuantes épocas históricas.
rrollo del método experimental Se ponen también de manifiesto
interpretativo de las ciencias "la incuestionable continuidad
humanas histórico sociales en- diacrónica que existe entre las
tre las quese incluye la propia distintas versiones del positivis-
filosofía. Pues "la tentativa de mo, considerado como una uni-
construir "la razón" en sus fun- dad distinta que, aunque tenga
ciones autónomas, no tecnológi- variantes particulares propias
cas, repetimos, representa una del estilo específico de cada
tentación permanente para la época, sin embargo poseen en
filosofía. Y aunque sus razones general un sentido propio" (p.
no sean absolutas, tenemos al 249). Se hace además una valo-
menos una "certeza moral" que ración crítico teleológica ya que
permite contestar las interpre- "se trata de descubrir el sentido
taciones simplemente biológicas cultural humanista que "la línea
del conocimiento humano y as- positivista" manifiesta a lo lar-
pirar a un fundamento más ra- go de la historia "legítima" en
dical del conocimiento científi- lo que tiene de valores positivos
coí (p. 259). "La metafísica de- e incontestables" (p. 249). Es

231
BIBLIOGRAFÍA

justamente esta apreciación ciones de posibilidad del propio


constructiva de algunos valores conocimiento científico y de los
del positivismo lo que impide valores en sí mismos incondicio-
un uso excesivamente dogmáti- nados; éticamente comprometi-
co del método dialéctico tras- do con el desarrollo de la razón
cendental. Pues aunque sea ne- práctica; metacientíjico pues
cesario "recurrir a una decisión trata de encontrar un sentido o
en cierto modo arbitraria y or- finalidad a la vida humana;
ganizar la historia en totalida- metarracional pues se trata de
des esquematizadas que permi- un tipo de conocimiento incon-
ten establecer semejanzas y dicionado que ya está dado an-
omitir diferencias, sin embargo tes de ser analizado por la ra-
se trata simplemente de hipó- zón, hasta el punto que consti-
tesis que en cualquier caso se tuye la condición de posibilidad
deben contrastar con el conoci- de cualquier conocimiento cien-
miento de los hechos efectivos" tífico positivo. Establecidos es-
(p. 14). Se puede entonces hacer tos criterios demarcadores en el
una interpretación histórica que, resto de la investigación se ana-
aunque tenga un cierto carácter lizan las limitaciones teóricas y
aproximativo, sin embargo "evi- prácticas del positivismo frente
ta el reproche de recurrir a cier- a la filosofía dialéctico trascen-
tas series de principios estricta- dental (pp. 13-24).
mente personales" (p. 4). En el capítulo 2 se examina
La investigación se desarrolla el positivismo del pensamiento
a lo largo de 8 capítulos. En el antiguo, Ockham, Bacon, Rena-
primero se etsablece una defini- cimiento, La Ilustración y Hu-
ción aproximada del positivis- me. Lo característico de esta
mo como una filosofía jenome- época es el inicio del voluntaris-
nista que pretende abarcar la mo antimetafísico que condena
totalidad de la experiencia cien- de un modo sistemático todo ti-
tífica posible; nominalista pues po de suposiciones metafísicas
pretende vaciar de contenido con el fin de justificar un ilimi-
metafísico el sentido de todas tado intervencionismo teológico
las proposiciones científicas; en la vida práctica. Se introdu-
éticamente neutro pues introdu- ce así un riguroso control ascé-
ce una deontología científica tico del desarrollo de la razón
simplemente formal que deter- teórica y una mística de la to-
mina las condiciones éticas mí- lerancia que paraliza el desarro-
nimas que debe reunir una acti- llo de la razón práctica. El em-
vidad científica formalmente co- pirismo nominalista tuvo así un
rrecta ; dentista pues se declara efecto destructivo totalmente
antimetafísico y considera que demoledor: sustituir el orden
el método positivo es el único racional de la naturaleza por un
que permite desarrollar la cien- simple orden lógico artificial y
cia. A su vez, por contraposi- arbitrario (pp. 24-64).
ción, se define el concepto de En el capítulo 3 se examina
metafísica como un saber tras- la época romántica, especial-
cendental acerca de las condi- mente Comte. Lo característico

232
BIBLIOGRAFÍA

de esta época es el inicio de la vencia biológica que niega los


llamada filosofía positiva que, derechos humanos más funda-
además de condenar todo tipo mentales (pp. 93-127).
de suposiciones metafísicas, in- En el capítulo 5 se examina el
troduce un predominio despóti- positivismo modernista de Ave-
co de la metodología científica narius, Ernest Mach y la crítica
y una instrumentalización per- de Lenin a los empiriocriticis-
misivista del silencio metafísico. tas. Lo característico de esta
Es así la época del progresismo, época es establecer un procedi-
del cientifismo, del fisicalismo, miento de decisión psicológico/
de la tecnocracia, del pragma- genético que permita la crítica
tismo, del objetivismo. Además
Comte mitificará la noción de sistemática de la metafísica; se
"hecho", posteriorente muy cri- introduce así una interpretación
ticada por el propio positivis- biologista del conocimiento hu-
mo (p. 89), pero que sin embar- mano (la teoría del reflejo) que
go, según el autor, "contribuirá será utilizada como justificante
de un modo irrevocable a esta- teórico de una filosofía pura-
blecer las fronteras entre lo que mente experimental. Se propug-
se llama ciencia y lo que se lla- na así una abolición de los dua-
ma filosofía, siendo así que se lismos entre lo físico y lo psí-
intentaba inútilmente abolir es- quico, entre el ser y el deber
ta última" (pp. 92 y 65-92). ser, entre el sujeto y el objeto.
En el capítulo 4 se examina el Sin embargo todos los intentos
positivismo de Claude Bernard, de elaborar una filosofía expe-
Stuart Mili y Spencer. La ca- rimental terminaron en un ab-
racterística más acusada de esta soluto fracaso ya que inevitable-
época es la progresiva sofistica- mente introducían una disyun-
ción de las metafísicas positi- tiva entre el solipsismo idealis-
vistas que desarrollan comple- ta o el hiperrealismo objetivista,
jas metodologías experimenta- no consiguiendo en ninguna de
les y se presentan como autén- ambas opciones eliminar el re-
ticas filosofías científicas: se curso a la metafísica. Pero ya
hace así, una indiscriminada Lenin advirtió el carácter ficti-
utilización de la noción de tota- cio de estas disyuntivas pues el
lidad tan criticada posteriormen- empiriocritismo, que se presen-
te; proliferan abusivamente re- ta como una teoría científica, es
glas metodológicas paralizantes una filosofía marcadamente
e inútiles; se introduce un libe- idealista, subjetivista, fenome-
ralismo ilimitadamente permi- nista de clara extracción bur-
sivista con el desarrollo de la guesa. De este modo Lenin
razón práctica; aparece el uti- adoptó una actitud claramente
litarismo y el pragmatismo so- delatadora del empiriocritismo;
cial que justifica por razones de pero, según Kolakowski, no su-
eficacia una jerarquía de valo- po apreciar los valores positivos
res convencional y acríticamen- que tenía la rígida deontología
te impuesta; se introduce tam- positivista y no pudo evitar un
bién una ética de la supervi- desarrollo excesivamente dog-

233
BIBLIOGRAFÍA

mático de la razón dialéctica los dogmas de fe y las verdades


(pp. 128-161). científicas. Y aunque según Ko-
En el capítulo 6 se examina lakowski estos dualismos hege-
el convencionalismo y la des- lianos fueron utilizados hábil-
trucción de la idea de "hecho" mente para la defensa de una
en Poincare, Le Roy, Duhem y ideología, sin embargo a la lar-
lo que el autor llama genérica- ga "supuso el gran triunfo del
mente positivismo modernista positivismo en cuanto que in-
católico. Lo característico de cluso los propios metafísicos
esta época es el paso de las filo- aceptaron el criterio de objeti-
sofías positivas a las metafísicas vidad de los positivistas, admi-
convencionales que introducen tiendo de un modo indirecto
una ilimitada tolerancia meta- que la metafísica no puede te-
física en la construcción de hi- ner aspiraciones científicas" (p.
pótesis imaginativas aunque al 184) (pp. 162-184).
precio de hacer un control ideo- En el capítulo 7 se examina el
lógico de los resultados de la positivismo de Peirce James,
ciencia y de instrumentalizar Dewey. Se les incluye entre los
terapéuticamente a la metafísi- positivistas empiristas por su ri-
ca. Se vuelve así a la separa- gurosa asccética especulativa,
ción hegeliana entre el nourrie- por su silencio metafísico, por
ro y el fenómeno, entre la natu- su criticismo objetivista y por
raleza auténtica objeto de la la primacía que otorgan al prin-
metafísica y la naturaleza em- cipio de verificación científica:
pírica tal y como es estudiada además introdujeron una inter-
por las ciencias positivas; se pretación puramente biológica
establece así una separación ra- del conocimiento humano y del
dical entre lo observacional y propio lenguaje, aceptando que
lo teórico, negando la posibili- el significado de una proposi-
dad de obtener un conocimiento ción se identifica con las con-
científico efectivamente separa- ductas prácticas que provoca su
do de presupuestos metafísicos; enunciación; se trata, además,
se sustituye así el principio de de una filosofía ilimitadamente
objetividad científica por el de tolerante con el desarrollo au-
intersubjetividad, y el principio tárquico de la razón práctica fo-
de verificación inductiva por el mentando una instrumentaliza-
de falseacción empírica; se in- ción áe la metafísica por simples
siste así en el carácter cons- criterios terapéuticos; se intro-
tructivo de los conceptos y teo- duce así un reduccionismo de
rías científicas, especialmente la verdad al bien, de éste a la
los de espacio y tiempo. El posi- utilidad colectiva, y de ésta a la
tivismo derivó así hacia un ma- utilidad individual, derivando
nifiesto idealismo subjetivista finalmente como ocurrió con
que fue utilizado por el positi- Musolini hacia un irracionalis-
vismo modernista católico para mo activista que ejerce un rígi-
introducir una nueva versión de do control en el desarrollo de la
la teoría de la doble verdad que razón especulativa a la vez que
tendría por objeto armonizar es ilimitadamente tolerante con

234
BIBLIOGRAFÍA

las desviaciones y errores de la positivismo fomentará un mo-


razón práctica (pp. 185-208). delo de sociedad permisivista
En el capítulo 8 se examina el basado fundamentalmente en un
empirismo lógico de Moore, modelo de intelectual masa ab-
Russell, Wittgenstein, Neurath, solutamente tolerante, demócra-
Carnap, Popper y el empirismo ta impenitente y escéptico im-
lógico polaco de Lukasiewicz, parcial. Y a este ideal de tole-
Adjukiewicz, Tarski. Lo propio rancia se sacrifican los ideales
de esta época es la vuelta a la más sagrados de la existencia
prudencia positivista de los con- humana, creyendo además inge-
vencionalistas que tratan de in- nuamente que este modelo so-
terpretar hipotéticamente todas cial se puede conseguir fácil-
las conclusiones de la ciencia a mente mediante una rigurosa
fin de evitar los fanatismos ideo- aplicación de la ascética intelec-
lógicos y las construcciones irra- tual del silencio metafísico (pp.
cionales poco saludables para la 208-247).
sociedad (p. 207). Se introduce Por último en las conclusio-
así una separación absoluta en- nes el autor nos ofrece un diag-
tre las cuestiones genético bio- nóstico de la cultura contempo-
lógicas y las cuestiones de legi- ránea, proponiendo una deter-
timidad científica, que conduce minada terapia para los princi-
a una rígida separación entre lo pales problemas éticos que se
analítico y lo sintético, tan ta- han planteado los positivistas al
jante como la que anteriormen- querer resolver de un modo an-
te se establecía entre el fenó- timetafísico el problema de las
meno y el noúmeno, y que fo- relaciones entre ciencia y filo-
mentará un desrarollo asombro- sofía; se trata de mostrar cómo
so de la lógica formal y de los la disyunción que habitualmen-
lenguajes matemáticos artificia- te suele establecerse entre cien-
les. Se introduce así una crítica cia y filosofía, entre positivismo
demoledora de la noción de to- y metafísica, entre materialismo
talidad tan utilizada por los dialéctico y filosofía transcen-
propios positivistas anteriores, dental, esconde una disyunción
interpretándola en un sentido más profunda entre empirismo
simplemente hipotético condi- y convencionalismo, entre razón
cional. Se eliminan así las ase- analítica y razón dialéctica, en-
veraciones del lenguaje empíri- tre estructuralismo y utopismo
co observacional y se sustituyen que con frecuencia pasa desaper-
por implicaciones condicionadas cibida tanto para los positivis-
propias del lenguaje axiomático tas como para los propios mar-
formal. Se sustituye también el xistas. En este sentido el autor
principio de verificación por el adopta un planteamiento dia-
de falseación, introduciendo el léctico transcendental que le
racionalismo, el nominalismo, la permite apreciar tanto las limi-
antimetafísica, el cientifismo y, taciones éticas de los plantea-
en general, un rígido control mientos empiristas como las li-
especulativo de la actividad mitaciones metodológicas de los
científica. Pero a la vez el neo- planteamientos convencionalis-

235
BIBLIOGRAFÍA

tas, ya sean materialistas o es- hacer compatible el método hi-


piritualistas. Y en contestación potético condicionado propio de
a estas limitaciones se ofrece las ciencias experimentales con
una nueva alternativa entre po- el método incondicionado trans-
sitivismo y filosofía transcen- dental propio de la filosofía
dental que trata de recuperar lo dialéctica, imponiendo así la
mejor de cada una de ellas. Se existencia de totalidades in-
acepta así la rígida separación observables de naturaleza diná-
que la filosofía transcendental mica como si fuesen más evi-
suele establecer entre la razón dentes que los propios hechos
teórica, ya sea analítica o dialéc- de la experiencia (cfr. Rod, W.;
tica, y la razón práctica a fin La filosofía dialéctica moderna;
de poder hacer una más enérgi- Recensión Anuario Filosófico,
ca reivindicación del principio año 1977, n.° 2, pp. 252). Pero en
kantiano de autonomía de la ra- contraposición a estas posibles
zón práctica. Pero a la vez se limitaciones formales que en
acepta la aplicación de un rígi- nada afectan al desarrollo de la
do código de metodología em- investigación propiamente his-
pirista que, sin paralizar el toriográfica, se debe tener en
desarrollo de la metafísica, fo- cuenta en favor del autor tres
menta el desarrollo de la acti- méritos indudables: 1) Haber
vidad científica (pp. 248-262). reivindicado, a pesar de su ac-
Evidentemente la solución titud formalista, el principio de
propuesta por Kolakowski resul- autonomía de la razón práctica
tó escandalosa para el ambien- que no puede ser declarada ni
te cultural en el que se formu- anómala, o sin normas, ya que
ló. No en vano el autor ha adop- en todo momento debe respetar
tado una actitud formalista, pro- el orden racional existente en la
pia de la ética kantiana, que en naturaleza y el orden de liber-
todo momento presupone la tades existentes en la sociedad
existencia de un orden de valo- democrática; ni heterónoma, ya
res incondicionado y transcen- que la praxis humana nunca
dental inabordable tanto para la debe estar dominada despótica-
crítica científica como para la mente ni por la ciencia ni por
propia reflexión filosófica; ade- la metafísica, sino que por el
más se ha adoptado una actitud contrario debe tener su propio
delatadora, llevando la crítica ámbito de autonomía manifes-
del positivismo más allá del tación de los derechos y liber-
propio Lenin, con el riesgo de tades de la persona humana; 2)
paralizar el desarrollo no sólo Haber sabido distinguir, a pe-
de la razón teórica sino también sar de su actitud delatadora, en-
de la propia razón práctica, ya tre el rígido código deontológico
que en cualquier caso su ejerci- positivista, que como todo lo
cio estaría condicionado por una ético debe declararse autónomo
decisión voluntarista de tipo respecto a la propia razón teóri-
ideológico o terapéutico; por úl- ca, y la instrumentalización
timo, se ha adoptado una acti- ideológica o terapéutica que en
tud convencional tratando de ocasiones se ha querido hacer

236
BIBLIOGRAFÍA

del mismo; se ha reivindicado que haga compatible la libre


así el principio de autonomía y autonomía de la razón práctica
de libre expresión de la activi- con la inevitable subordinación
dad científica, comprobando en que en todo momento debe te-
su propia experiencia como en ner respecto a la metafísica, y
algunas ocasiones el permisivis- más si se trata de una meta-
ta código positivista puede llegar física dialéctico trascendental
a convertirse en una auténtica que impone la existencia incon-
bandera contestaría cuando no dicionada de un sujeto absoluto
se respeta el mínimo ético in- y de un orden de valores acríti-
dispensable que exige el desa- camente aceptado. Ni tampoco
rrollo de cualquier actividad se ofrece un código deontologico
científica; y por último, ha- lo suficientemente coherente
ber desenmascarado, a pesar de que sea autónomo respecto al
su actitud convencionalista, la desarrollo de la razón teórica y
presencia de una metafísica in- a la vez evite tanto la paraliza-
condicionada y transcendental, ción de la metafísica por moti-
incluso en aquellos programas vos terapéuticos como la instru-
de investigación que se decla- mentalización de los resultados
ran taxativamente antimetafísi- de la ciencia por motivos ideo-
cos y niegan sistemáticamente lógicos. En conclusión Kola-
el principio de jerarquía entre kowski nos desccribe la situa-
las ciencias. ción que adopta ante el positi-
Sin embargo se debe señalar vismo "el hombre sin alterna-
una limitación en el plantea- tivas".
miento crítico desplegado por el
autor a lo largo de su investiga- CARLOS O. DE LANDÁZURI
ción y que sin duda alguna
constituye el precio que se ha
tenido que pagar al positivismo
hegeliano: el no haber contes-
tado la contraposición exclu- SARANYANA, José Ignacio, Joa-
yente que los hegelianos suelen quín de Fiore y Tomás de
hacer entre salvar lo particular Aquino. Historia doctrinal de
en lo universal o alienar lo uni- una polémica, con la colabo-
versal en lo particular. De este ración de Ignacio BROSA y
modo se acepta, al menos para Francisco CALOGERO, Pamplo-
el desarrollo del razonamiento na, Eds. Universidad de Na-
práctico, la disyunción positivis- varra ("Coleccción Teológica,,,
ta: o paralizar terapéuticamen- 22), 1979, 174 págs.
te la dispersión de la iniciati-
va social, o fomentar ideológi- Joaquín de Fiore está de mo-
camente un desorbitado activis- da. Lo prueba el hecho de que
mo humanista con el fin de jus- se hayan publicado simultánea-
tificar el control dogmático de mente dos importantes mono-
un uniformismo social. En este grafías sobre su influencia doc-
sentido "La filosofía positiva" trinal: la que comentamos, obra
no aporta una alternativa viable del Prof. Saranyana, titular de

237
BIBLIOGRAFÍA

"Historia de la Teología" en la mo y beguinismo heterodoxos,


Facultad de Teología de la Uni- el fondo luterano de la Refor-
versidad de Navarra, y el pri- ma, el pelagianismo y los puri-
mer volumen de un vasto estu- tanismo de todo signo, hasta
dio del P. Henri de Lubac sobre acabar en los símbolos de la
los epígonos joaquinistas, desde "tercera fase de la Historia",
los orígenes hasta Schelling. que se reconocen en Biondo,
También los conocidos Beitrdge Turgot, Hegel, Schelling, Marx,
de Münster anuncian la recien- Engels y en tantos contemporá-
te aparición de un trabajo de neos nuestros como Hitler y
Schachten, comparativo de las Mussolini.
doctrinas tomistas con las joa- El gnosticismo, a pesar de sus
quinistas. Nadie piense, sin em- mil manifestaciones distintas y
bargo, que 1979 haya sido acaso en ocasiones aparentemente
el "año joaquinista", porque le contradictorias, resume —siem-
bastaría consultar cualquier ín- pre en opinión de Saranyana—
dice bibliográfico especializado una de las eternas aspiraciones
—la "Theologische Revue", por del hombre: su deseo de poseer
ejemplo, que tan acertadamente y dominar intelectualmente el
dirige Erwin Iserloh— para misterio, cualquier misterio que
comprobar el constante e ininte- se presente a su atenta mirada;
rrumpido goteo de publicacio- y el afán de alcanzar la pureza
nes joaquinistas iniciado poco definitiva, más allá del bien y
antes de la II Guerra Mundial. del mal, merced a la cual su-
¿Por qué su constante actuali- perar irreversiblemente la pro-
dad? ¿A qué es debe la perma- pia y diaria experiencia del mal
nente atención que le presta la en sí mismo. Explicación racio-
literatura científica desde hace nal y satisfactoria que aquiete
medio siglo? completamente su expectativa
Saranyana afirma, en la "In- de saber, que es lo mismo que
troduccción,, a su libro, que erigirse en señor y hacedor de
late, en el particular y capricho- todo, pues sólo el que ha hecho
so acercamiento de Joaquín de la realidad puede aspirar al do-
Fiore a los hechos históricos, minio perfecto de todos los se-
esa invariante gnóstica que a lo cretos y recobecos de su propia
largo de los últimos veinte si- obra; y superación, al mismo
glos ha emergido periódicamen- tiempo, de esa comprobación
te aquí y allá. El gnosticismo, diaria y humillante de la propia
como se sabe, nunca ha dejado debilidad e indigencia. Como se
de estar presente: desde la gno- ve, el gnosticismo, al menos el
sis cristiana y la gnosis pagana así entendido, constituye una
de los primeros momentos de de las más refinadas sistemati-
nuestra Era hasta el actual zaciones de la soberbia humana.
pentecostalismo, su actualidad Por ello mismo puede catalo-
no ha decaído en ningún siglo. garse como una invariante de
Así el maniqueísmo, los medie- todas las culturas, con su co-
vales cataros, valdenses y albi- rrelato de grandeza y debilidad
genses, los brotes de begardis- que no puede menos que admi-

238
BIBLIOGRAFÍA

rar y atraer la atención del Cruzada (1147-1149) y —después


historiador. de una experiencia mística vivi-
Pero no se agota aquí el inte- da probablemente en Constanti-
rés del gnosticismo. También nopla— a dedicarse con todas
desde el punto de vista doctri- sus fuerzas a una nueva exége-
nal-teológico, y no sólo desde la sis de las Sagradas Escrituras,
perspectiva de la Filosofía de la según un método "concordísti-
Historia, se ha podido hablar de co" que él perfeccionó, y a con-
la enigmática actualidad del sagrarse a Dios en el Císter
joaquinismo (De Lubach). En (hacia 1160) y más adelante en
él, en su actitud eclesiológica y la Orden Fiorense que él mis-
en sus ideales proféticos algu- mo fundó (1189).
nos encuentran, o pretenden Ya en vida fue un personaje
encontrar, la razón de una nue- ampliamente controvertido. Lo
va esperanza o la explicación de fue por los cistercienses, por ha-
unas incógnitas de futuro que ber abandonado la Orden; y lo
resultarían así inteligibles. Son fue también por la Santa Sede,
los que postulan o pronostican que, después de un período ini-
una futura edad "del Espíritu cial de favor hacia los resulta-
Santo" consistente en una Igle- dos de sus trabajos escriturísti-
sia sin sacramentos, sin clero, cos, optó por exigirle la presen-
dirigida por laicos, en la cual tación de sus escritos a fin de
habrá —dicen— una nueva in- proceder a la censura (1188).
teligencia, mucho más espiri- Sin embargo, sólo después de
tual, de las Sagradas Escritu- muerto fue condenado. El IV
ras o, incluso, una nueva pú- Concilio de Letrán (1215) ana-
blica revelación o "Evangelio tematizó su doctrina trinitaria;
Eterno". Son los que oponen y el Concilio provincial de Ar-
radicalmente y en enfrentada les (1263) proscribió el aspecto
dialéctica histórica una supues- más fundamental de su obra:
ta Iglesia carismática y una los resultados exegéticos de su
Iglesia jerárquica. método concordístico. Esta últi-
Por eso, estamos ante un libro ma vertiente de su doctrina, pe-
que se lee con pasión por la ac- ro mucho más radicalizada, ha-
tualidad de cuestiones que plan- bía sido divulgada por Gerardo
tea, y porque las resuelve con de Borgo de San Donnino
un rigor investigador envidia- (t 1276), y dio pie a las contro-
ble. versias eclesiológicas de París
Joaquín de Fiore, "la más (desde 1254).
singular y fascinante figura del Santo Tomás tomó contacto
Medievo cristiano" —como lo con las corrientes joaquinistas
ha caracterizado su historio- con ocasión de las controversias
grafía—, nació en Célico (Ita- eclesiológicas y escatológicas
lia) hacia 1130 y murió en 1202. parisinas. Y tuvo que intervenir
Su vida transcurrió transida por muy activamente en ellas para
un profundo y muy particular defender la subsistencia y ra-
sentido religioso, que le llevó, zón de ser de las Ordenes men-
primero a enrolarse en la II dicantes gravemente comprome-

239
BIBLIOGRAFÍA

tidas en el fragor de la polé- asociados a este trabajo se en-


mica. Pero, al mismo tiempo, y cargó de revisar los resultados
en diversos lugares de su am- del Dr. Calogero, de completar
plia y dilatada producción lite- la bibliografía y de profundizar
raria, el Angélico trató muy a en la doctrina trinitaria de Joa-
fondo la particular concepción quín y en las condenas del
joaquinista de la Historia de la Concilio provincial de Arles.
Salvación y llevó a cabo una
crítica solapada, pero implaca- J. Luis FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ
ble.
Por todo ello, y a tenor de los
hechos, la obra que analizamos
se configura en forma de trípti-
co: Joaquín (su vida, obra y SPANG, Kurt, Fundamentos de
condenas posteriores a su muer- retórica, Pamplona, EUNSA,
te), las polémicas parisinas, To- 1979, 278 págs.
más de Aquino (argumentos
desarrollados contra la doctrina Aunque Fundamentos de re-
joaquinista). Al hilo de su estu- tárica esté concebido más espe-
dio, el autor procura también cíficamente para filósofos, pe-
tomar posición en algunas dis- riodistas y publicitarios, posee
cusiones de la crítica histórica una innegable utilidad para el
si el Fiorense fue o no realmen- filósofo, dado que el "arte del
te triteísta; en torno a la cues- buen decir" es o al menos debe-
tión de la autoría del De Uni- ría ser del dominio de todos, si-
tote condenado en el IV Conci- quiera de todos los universita-
cilio de Letrán; y a propósito rios. Además el libro ofrece una
de la supuesta división joaqui- iniciación a las técnicas de ar-
nista de la Historia en tres eta- gumentación, ámbito este de es-
pas o períodos, que se corres- pecial interés filosófico.
ponderían biunívocamente a El libro consta de 2 partes
tres revelaciones de cada una subdivididas en 7 y 3 capítulos
de las Personas divinas. respectivamente. La primera
Esta excelente monografía ha parte, de índole histórico-teóri-
sido posible merced a la colabo- ca, reviste indudablemente un
ración del Dr. Francesco Calo- especial interés; la segunda, pre-
gero y del Dr. Ignacio Brosa. senta un repertorio de recursos
Es fruto, por consiguiente, de retóricos tanto literarios como
un trabajo de años, llevado a publicitarios y un esquema pa-
cabo en equipo en el seno del ra la identificación de figuras
Seminario de Historia de la y tropos en un texto. Al final
Teología medieval, que dirige se añaden una bibliografía, va-
el Prof. Saranyana. El primero rios índices de materias y uno
de los dos colaboradores estudió onomástico.
a fondo la biografía del Abad El primer capítulo de la parte
calabrés y la reacción anti- histórico-teórica intenta un rá-
joaquinista de Santo Tomás. El pido esbozo de la evolución de
segundo de los investigadores la retórica desde los inicios

240
BIBLIOGRAFIA

hasta la actualidad. Natural- Ceñidos son también los capí-


mente es una tarea ardua resu- tulos IV, V y VI dedicados a los
mir 2.500 años de retórica en "criterios cualitativos del dis-
poco más de 50 páginas y el curso", a "los estilos" y a la
autor, consciente de las lagunas "tópica". Sobre todo en los dos
inevitables, se limita a los hitos últimos, el filósofo se queda con
destacados de la evolución del deseos de mayor información;
"ars bene dicendi" en un inten- pero el libro respeta aquí los
to de síntesis que además se límites que se había propuesto.
centra preferentemente en el Precisamente para los filósofos
ámbito hispánico. la problemática de los "topoi"
El segundo capítulo "Sistema reviste una importancia primor-
de la retórica" introduce en la dial; y de ellos se debe esperar
organización interna de la dis- en España una indagación más
ciplina, destacando la finalidad profunda. Sin embargo —lo ad-
que preside todo quehacer retó- vierte el propio autor-r la dis-
rico: la persuasión; y eso en cusión acerca de la definición y
todos los géneros en los que se de la metodología a seguir en
plasman las elaboraciones retó- esta rama del saber todavía no
ricas, a saber: desde los géneros ha alcanzado unos resultados
clásicos de los discursos foren- convincentes.
se, parlamentario y festivo, pa- Ya destacamos la originalidad
sando por el "ars praedicandi" del capítulo VII "Publicidad y
y el arte epistolar, hasta el gé- retórica". Después de definir el
nero más reciente de la publi- fenómeno publicitario, el autor
cidad. Acaso la aportación más introduce en técnicas y métodos
original de este libro sea la de del anuncio y pasa revista a las
haber incorporado el fenómeno obvias interferencias entre el
publicitario en el sistema de la proceder tradicional de la retó-
retórica clásica. El autor ha lo- rica y el de la publicidad. Los
grado demostrar que, mutatis temas de la estética y la ética
mutandis, el quehacer del pu- de la publicidad redondean ese
blicitario es perfectamente iden- capítulo que se puede conside-
tificable y analizable desde las rar una introducción sintética y
categorías tradicionales de la concisa en este género más re-
retórica. ciente del antiguo arte de ha-
La tercera parte, escueta y blar.
clara, está dedicada a "la ela- De la segunda parte del libro,
boración del discurso" siguiendo que introduce un extenso "re-
los convencionales cinco pasos pertorio de recursos retóricos"
de la inventio, dispositio, elocu- y de cuyo valor documental
tío, memoria y actio, al que se para filólogos y publicitarios no
añade una sexta fase, la de las dudamos, merecen ser destaca-
exercitaciones, referida a las dos los dos capítulos introduc-
prácticas escolares de la imita- torios, titulados "aclaraciones
ción de los autores modélicos terminológicas" y "definicio-
en la enseñanza de las artes li- nes". En ellos se plantea la pro-
berales. blemática de los términos 'figu-

241
BIBLIOGRAFÍA

ra' y afines de cuya vaguedad facilitarán el manejo de este


ya no nos damos cuenta y por manual. Quizás por descuido
otro lado la problemática de la editorial no se ha puesto el nú-
incertidumbre respecto de la mero de la página en el índice
viabilidad de los conceptos de de los recursos, dado que la nu-
"stándart lingüístico" o "nivel meración de las figuras y de
cero del lenguaje" sobre los los tropos, tal como aparece en
cuales se efectúa la manipula- ei repertorio, no es de gran
ción retórica. Porque no es fácil ayuda a la hora de buscar ejem-
determinar objetivamente cuál plos concretos.
es "la fagon nórmale de s'expri- Resumiendo: un manual bien
mer" que menciona Chaim Pe- concebido como introducción en
relman como base de la modifi- la retórica que el filósofo debe
cación. La cuestión queda en el tener en cuenta y que puede ser
aire, porque hasta la fecha na- de gran utilidad para el estu-
die ha sido capaz de formular dioso de los fenómenos de ma-
con exactitud lo que es el uso nipulación de lenguaje, tanto
"normal y corriente". desde el punto de vista de la
La nutrida bibliografía al fi- argumentación como del de la
nal del libro servirá para pro- modificación puramente formal.
fundizar en aspectos particula-
res de la materia y los índices JUAN CRUZ CRUZ

242

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