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El horror de vera los soldados del Black Hawk arrastrados por las calles de Mogadiscio llev6 a la administraci6n Clinton a retirar las tropas norteamericanas de Somalia. Trece aios después, las fuerzas estadounidenses han vuelto a desplegarse en el pais africano ante la creciente amenaza de los yihadistas de al Shabab. Pero esta vez la batalla de Mogadiscio no se libra aqui, por mas que el sangriento atentado de octubre fije el foco enla capital somali. La tercera batalla de Mogadiscio se disputa a treinta kilémetros, en el valle del Shabelle, donde los extremistas se rearman para volver a tomar el pais. REPORTAJE LA TERCERA BATALLA DE MOGADISCIO Texto y fotografia: Pablo L Orosa (con la colaboracién de Mohamed Ibrahim «Fanah») 26 nas sandalias y un reguero de sangre seca sobre la arena. Es todo lo que queda después del ultimo ataque de al Sha- bab en Lafoole (Somalia). El tercero de las iltimas semanas. “sto es un sinsentido. Solo eran civiles, se lamenta Inok. ‘Tene los ojos cerrados, demasiado cansados de ver el lado malo de las cosas, y el sudor se le escurre por la frente. En los minutas que siguieron a la explosién todo era tensién ~xcuando una bomba es detonada, otra puede estar a punto de serlor-, pero ahora por fin Inok puede descansar. Al menos por un segundo, Pero ese es quiza cl peor momento, El momento en el que Inok le da vueltas a la ca- beza, Pensa en sus dos hijosy en que quizé la préxlma vez no tenga tanta suerte, No han transcurrido ni elnco minutos desde que su patrulla ha atravesado Lafoole ~yNo tienes miedo? “No, no puedo tener miedo. Fsta esa vida de los soldados. ‘Todavia no son las nueve de la mafiana y los hombres del capitan, Jacob ye estén reunidos en el punto de encuentro dela base avanzada de Arbiska, a treinta kildmetros de Mogadiscio, en pleno valle de] Shabelle, Hace calor en este maldito desiertoy la mayoria se ha qui tado el casco mientras escucha las palabras dest superior. Como cada manana tienen que salir a patrullarla carretera que une Afgoye con a capital somall, nade las rutas eave para las comunicaciones con el sur de Somalis. «Es tn trabajo mity peligroso», reconoce el coronel Chris Ogwal, maximo responsable del batallon XXI desple gadocn Arblska. xEn muchos casosestamos clegos (in informacisn) ¥ylamilicia deal Shabab continua en los alrededores. Desde su retirada de Mogadiscioa finales de 203, cinco ios dex pués de haberla conquistado en la bautizada como segunda batalla de Mogadiselo, los radicales de al Shabab permanecen replegadas enel sur del pais,camufladosentre Ia gente. Ente su gente. Alaes pera de quelas 22.000 tropas dela African Union Mission to Somalia (AMISOM) comiencen a retirarse el préximoafo Entonces volverin a atacar A intentar reconquistar lo que fue la capital dela Uniénde ‘Tribunales Islémicos. «in el momentoen el que la AMISOM se retire, [AlShabab se hard mis fuerte y volver a marchar sobre Mogadiscio, alerts el coronel Ogwal. «Si, es tuna posibilidad clara», cancuerds el profesor de historia africana de la universidad de Warwick David M. Anderson, 1as victorias militares en janale, Barawa y Barlire, donde la inter- vencion fue apoyada por fuerzas norteamericanas y se saldé con una decena de muertos, entre ellos tres nlfios, no han logrado apacl {guar esta regidn del antiguo protectorado italiana de Somalia: aun: que lagren liberarlo, la AMISOM no tiene recursos para mantener sus posiciones y en cuestién de dias abandonan la ona y ésta vuelve ‘ sertomada porlos leales a Ahmad Umar. La clave, apunta Anderson, es el fuerte respaldo social conel que cuentaal Shabab: «Son a a vez resilientes y adaptables, mas que otzos grupos insurgentes, y su na- clonalisma Intrinseco les proporciona una sélida base soclal que contintia alimentando este apayo mientras los ejércitos extranjetos ‘ocupen suelo somali. los somalies puede que no les guste al Shabab, ‘pero menos les gustan los Invasores extranjeros». ‘Alrededor de la base de Arbiska hay chicos correteando. En la en- trada, apenas a unos metros de los tanques de respuesta rapida, han organizado un partiillo de futbol: no hay porterias, pero hay un balén. Algunos soldados conocen a los chiquillos y los llaman por el ‘nombre, De vez en cuando vienen a pedir aguao medicinas. También se encargen de comprarles algunos suministros. «Aunque los cona ‘cemos, no nos podemos fiar. Ahora pueden ser amigables, darte in. Cluso algo de informacién, pero unos minutos despues ya estan co- laborando con al Shababs, revela uno de los soldados del capitin Jacob, Ink la mira desde la distancia, No asiente, pero tampoco con. tradice a su superior. afoole, como todos los pueblos de la nlebla gris, también muere de desesperanza.Los pastos esti secas, los puestos de comida vacios y las nubes que asoman por el horizonte son cada ver mas oscuras. ‘Un polieia somali, apenas un chiquillo sin uniforme pero con un ‘AK-47 colgado del brazo, nos da la bienvenida. £1 comandante Walter Kisa pide a sus soldados que extremen la vigilancia: «Estamos en ‘uno de los puntos calientes», Desde hace seis meses los ataques son constantes en este punto de la carretera, ‘Mira, aqui estan los restos de una explosién della semana pasada», sefiala Inok con la punta de su fusil Bles el inieo de los saldados que saluda alos vecinos. No mis que un gesto con la cabeza, de vez en cuando alguna palabra que ha aprendido en somali. «No hay ningiin problema con ellos», Una fur sgoneta abarrotada con hombres y maletas hasta en el techo avanza 2 trompicones entre los baches. Otra minivan, “japonesa’, intenta adelantarla, pero tiene que detenerse hasta que el earro trada por lun burro tan enflaquccido como su dueno se aparta Elconvoy con materiales de construccidn viene en camino desde Mogadiscio, Ala patrulla de Walter Kisa todavia le faltan un par de kllémetros por patrullar: hay que revisar a ple cada metro, los ma torralesy las pequefias tiendas que jalonan la ruta: puede haber ex- plosives (IED, por sus siglas en inglés). «Algunos levan tiempo colo- cados y los detonan al paso de nuestros canvoyes. Otras los ponen por las noches», explica uno de los soldados. Lafoole, y los campos de desplazados internos que Jo rodean, son imposibles de controlar. Demasiada gente. Demaslada desesperanza, Demaslada nlebla gris. Sobre estas lineas, el mercado de camellos en Ia carretera que tune Lafoole la capital somali, Desde hace sels meses, los staques son cada ver mas frecuentes en Lafoole. En la otra pagina, el trayecto que une Afgoye con Mogadiscio, una de las, rutas clave para las comunicaciones con el sur de Somalia, En la imagen que abre el reportaje, la unidad de marines del ejéreito ugandés protege Ia playa que rodeaal seropuerto. a 20 Répido, répidow, grita el mée avanzado de Ia patrulla, En unos segundos, el grupo se ha dividido. Unos acuden arevisar lo que parece un artefacto sospechoso. Los demas se disponen en, formacisn, separados un metro unos de otros para que las balas| perdidas no se cobren premio doble, preparados para una embos- cada, “Falsa alarma, EnLafoole observan In escena con descon: fianza. Un grupo de mujeres refugiadas sale al paso de la pa- trulla para pedirles ayuda. En unacantina, dos hombres inter cambian algunas pala- bbras con los soldados. No te fies», repite el compaiiero de Inok. Los hombres de al Shabab estan entre ellos. Algunas son sus propios hijos. Y aun- que no lo sean, {para qué tban a calaborar con tropas extranje- ras? Cuando estas se ‘marchen, al Shabab seguiré ahi. Y al Sha- bab no perdona a tral- dores. ~All ali, 1a explosién ha sa- cudido la calzada y ‘una nube de humo negto alcanza ya el cielo. «Ha sido el minivan, japonés», cuchichea uno de las chicos de Walter Kisa, Mientras Iegan los artificieros, las tropas de la AMISOM aseguran la zona. Hay un agujero de Varlos metros en el suelo y lacabina den camnisn destrozada, También dos chancletas y un reguero de sangre ya scea sobre la arena. las sandalias son de a nia. La sangre, de su madre, ‘sto es un sinsentido, Solo eran elviles». Inok tiene los ojos ce" rrados y no para de darle vueltas a la cabera. (Hasta cusindo va a durareste infierno? Entonces alguien viene con la noticia. La mujer tne el estémago destrozado, No va a sobrevivir. nok ya no puede cerrar mis los ojos. La vida es demasiado puta, La sangre de Bariire, los muertos de Mogadiscio. 4 finales de 1992, una fuerza estadounldense desembarcé en las playas de Mo- gadiscio para garantizar el reparto de ayuda humanitaria a una poblacién que Se moria de hambre, Somalia era ya por entonces, un pais devastado: los sediores de la guerra, encabezados por Mo- ‘Las fuerzas somalies apenas pueden controlar los pueblos y cludades del valle del Shabelle. Al Indo, dos hombres rebuscan entre los escombros tras el atentado que dejo mas de trescientas victimas en Mogadiscio en octubre. hhamed Farah Aidid, habjan iniciado meses antes una guerra fratri cida en la que no se hacian prisioneros. Alarmados por las atroci dades que estaban teniendo lugar, como la ejecucion de un grupo de mujeres en la cola de reparta de alimentos, forzaron a la adm: nistracién Clinton a intervenir, bajo el auspicio de la ONU, en la bautlaada como ope- racién Restaurar la Esperanza. El asesi nate de velnticinco soldadas pakistanies| esplegados en mi- sion humanitaria fue la coartada para int ciar Ia captura de Ai id Peroel3 de octubre de 1993, la primera batalla de Mogadis- clo fue el principio el fin para los nor- ‘teamericanos: las mi: licias de Aidid, que habjan entrenadoen Yernen junto ala por entonees descono: cida al Qaeda de Osama Bin Laden, convirtieron el barrio de Bakara en tna ra tonera. El convoy su- frié una emboscada y dos helicépteros fueron derribados, Dieciocho soldados estadounidenses per dleron sus vidas y 75, resultaron herides, Uno de ellos fue linchado en plena calle: des: pues de profanar su cadaver, lo ataron con euerdas y pascaron si cuerpo por toda la ciudad. El fotografo canadiense Paul Watson, al {que todos en Mogadiscio conacian como gamay (manco, en somal, inmortalizd aquella escena que anos despucs se haria universal con a pelicula “Black Hawk derribado” Impacto medidtico de aquellas imagenes cambié la historia de la regién, Clinton ordens la retirada de las tropas norteameri canas de Somalia y cl pais qued6 en manos de los sefiores de la guerra, Pocos meses después, cuando el general canadienseal frente del contingente de Naciones Unidas en Ruanda, Romeo Dallaire, alerts dello que iba a suceder en el pais de las mil colinas, la diplo- ‘aca estadounidense obvio el uso de la palabra “genocidio’, que obligaba a una intervencién Inmediata. Cuando por fin la alsién internacional llegé a Ruanda, los hutus radicales ya habian perpe- trado una de las mayores matanzas de Ie historia moderna, Dos décadas después de aquello, Ruanda ha comenzado a sellar CAOS EN SOMALIA sus heridas, pero Somalia no ha hecho més que avanzar hacia el cea0s: aunque fueron expulsados de Mogadiscio a finales de 201, los radicales de al Shabab siguen controlando buena parte del pais. Al norte, los senores de la guerra mantenen sus bastiones, en los aque proliferan piratas y milicias afines al ISIS. Mientras, frente a Iascostas de Yemen, Somaliland, la democracia mas fuerte de Africa del Este segtin "The Economist” exige el reconoclmlento interna: clonal de su independencia. Un escenario de “divisiones” y "def Ciencias erénicas” que convierten el futuro de Somalia, en palabras de los Investigadores de Crisis Group, en “Incontzolable’, ‘Appocos meses de Iniciar la retirada del contingente de la AMISOM, cuyo repliegue deberia completarse antes de 2020, la prioridad de la mision internacional es asegurar el perimetro de Mogadiscio en el valle del Shabelle. «El propésite es garantlzar que ellminamos a Jos elementos de al shabab en esta area», explicaba el teniente co- ronel Israel Kaheru Bagenda tras iniciar el pasado noviembre una nueva fase del operativo contra los radicales en este enclave al no- roeste de a capital. Desde el pasado marzo, Estados Unidos se ha tinido a la hicha contra los extremistas: primero bombardeanda Jas posiciones de al Shabab en Baidoa y posteriormente desple gando tropas regulares en Somalla por primera vez desde lo oc Frido.en 1993. la ciudad de Barire, 45 kilémetros de Mogadiscio y a menos de treinta de Lafoole, ea gran obsesion dela US Africa Command, {AFRICOM). Aunque las tropas gubernamentales -apoyadas por los norteamericanos-lograron recuperar el cantrol de In ciudad enlos primeros meses de 2017 a principio de octubre procedieron ‘una/‘retirada tctica. Una semana después, dos atentados coor dinados devolvieron a Mogadiscioel dolor de mas de 350 victimas, ‘ortales y doscientos heridos. «Bvitar atentados en Mogadiscio es todavia més dificil st las 20 nas circundantes vuelven a estar bajo el control de al shabaab 0 cuando las comunidades, indignadas por la corrapeion y la ince pacidad del Fecutivo,y por las muertes de ives durantelas ope 29 raciones antiterroristas, ofrecen apoyo tacito a los islamistas, Al Shabaab sabe aprovechar a ira por la carrupcién de los funcionarios —Somalia esta considerado el pais mas orrupto del mundo, segiin ‘Transparencia Internacional para recabar apoyos», seRala Crisis Group en su tltimo informe. ELTM (Bedford) -un modelo de camisn que antes usaba el Ffécito somali- que exploté en el Ks, una concurrida zona de Mogadiscio lens de restaurantes y edificios gubernamentales en cl bazrio de Hodan, procedia del valle del Shabelle y se erce que pas6 varios controles vigllados por soldados somalies en la carretera que une Lafoole y Mogadiscio. Es posible que los explosivas estuvieran ocul: tosen algtin cargamento. Tambien es posible que sobomaran a los soldados para que dejaran pasar al camién, El hombre que lo con- ducia, unex miembro de las fuerzas de seguridad somalies, residia ‘en una de las aldeas de Bariire que fueron asaltadas en agosto por las tropas especiales norteamericanas en tuna polémica operacisn, que se sald6 con una decena de muertos, entre ellos tres nlfios. 30 Ala estrategia estadounidense para decapitar a al Shabab he te rida sus éxitos», reconace el profesor de historia africana de la universidad de Warwick, «pero los insurgentes han demostrado su capacidad para encontrar reemplazos y mantener sus estrue turas de mando y entrenamiento. Elimpactode los ataques contra al Shabab requiere un tiempo para ser efectivo, pueden pasar uno ‘dos afios antes de que veamos un declive substanclal en su capa: dad para levar a cabo atentados importantes», Al menos hasta centonces, la respuesta de los yihadistas esti clara: a cada operativo de las fuerzas internacionales le seguirén més muertes. Aunque sean de clviles. Aunque sean, como la mujer de Lafoole, solo un reguero de sangre seca en Ia arena, Ronda de Mogadiseio. Fl centro de Mogadiscio, sede de embaa das, del aeropuerto y de la base de la AMISOM, es un biinker. Los soldados apostados en la retahila de checkpoints que vigilan Me dina Gate, la principal puerta de entrada, comprueban minuclo- samente las autorizaciones. El peligro es latente, £1 hotel Jazeera, "un majestuoso complejo con las vistas mas imponentes de la clu- dad, donde politicos, empresarios y buscavidas divagan entre tes ¥ pottres aztcarados, ha sido objeto de stages en varias ocaslones. En 2012fallecieron ocho personas. Junto ala playa, son Jos marines los que se encargan de mantener 2 los yihadistasaleja dos: durante Is se gunda batalla de Mo g2discio, los radicales aprovechan la noche para adentrarse y ha- cerse con material mi lite. Hoy, labasees se gura y el centro de abastecimiento ha po dido trasladarse desde Mombassa a la capital somali, «Nuestra fun- clon principal es Ia de aregurar las rutas de suministros», explica el capitan "Dennis ‘mientrassls hombres aguardan para salir a patrullar la costa que rodea al acrapuerta ‘Al Shabab es muy pa- clente.Esté esperando aque bajemos a guar- dla para atacar La canretera esté lena de baches. Los blindados de la AMI- SOM tratan de esquivarios mientras sus soldados acaban de prepa- ‘arse: tunossecolocan el easca otros apuran tn trago de aga fresca nel interior hace un calorespantoso. la situaciéneesté complicada ahi fuera. Nos detengals ml os bajéis bajo ningun cancepto», repite clmando antes de despedirse de suschicos. En Mogadiscio los hasta Juego siempre suenan a ads. ‘Afuerala realidad es demasiado inestabl. La crisis del Golfo con Is disputa que Arabia Saudi y Emiratos Arabes Unidas mantienen con Qatar, ha debilitado ain més al Gobierno del presidente Moha ‘med Abdullabl Farmajo, Incapaz de alinearse publicamente con tino de los bandos. Sin las aportaciones de sus principales donantes, el Ejecutivo no puede pagar los salaries a policis, soldados ni a los funcionatios de los servicios de inteligencia. «Los esfueraos del Go- biemo de asegurar Mogadiscio consisten, sobre todo, en localizar Jas armas ilicitas, controlar alas milicias de los clanes ylevantar ba- xrerasen las principales entradas ala ciudad. Pero estas medidas no son suficientes», asegura la investigacién de Crisis Group. «Los sok ‘Uno de los hombres del x21 batallén de African Union Mission to Somalia (AMISOM) patrulls por los arededores de Lafoole. Lejos de la base, os atentados son constantes enlascalles de Mogadiscio. dadas que na cobran son sebomables y los clanes descontentos en los alrededores dela ciudad permiten que se infiltren los miembros. de al Shabaab. Las unidades de élite, Amniyat (la terida policia se creta de al Shabab), evan aios trabajando en la capital, introdu: cigndose en as estructuras de seguridad del Estado, reuniendo in- formacisn y asesinanda a funcio: narios y confidentes del Gobierno. En los mentideros del Jazeera nadie lo pone en duda. Los amigos de hoy son Jos enemigos de ma- fiana.Los politicos se mienten a la cara y Jos mands policiales desconfian unos de otras, Solo cainciden en que le retirada de Jos tropas internacio rales puede resultar catastrofica, alas fuerzas de la Somali National Alliance (SNA) y de la policfa estan mal organiza das, mal entrenadas y son potencialmente desleales al Gobiemo de Mogadisclo: estén compuestas por gru- pos de milicias, son localistas y facil: mente infiltrables. Los esfuerzos por transferir mas responsabilidades alas fuerzas somalies ke han dado ‘al Shabaab un respiro necesario para reorganizarse y reorientarse», resume David M. Anderson. sal caer la noche cuando les radicales vuelven a tomar el control Elbatalln XXI se repliega ala base de Arbiska y Lafoole recupera cl] ‘mandate de los tribunalesislémicos. Poco importa que hayan de saparecido oficlalmente, siguen slendo el orden para las comunt: dades del valle del Shabelle. La poblacisn confia en ellos. Un poco [por miedo. Un poco porque son los dinicos que siempre han estado asulado. A 30 Kllémetros de alli, en el cruce de Ansalotl, un grupo de agentes somalies da el alto a un vehicula ante la mirada apraba: toria de los soldados de la AMISOM. Dos jovenes bajan del mismo. Uno de los agentes les pide que abran el maletezo, Hotta mantiene el fusilen la mano, ‘Levante la camiseta», les exigen. En Somalia nadaes lo que parece. Menos cuando se est librando la tercera batalla de Mogadiselo. a

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