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Rilke, un representante del Neuromantik.

Algunos críticos de la literatura han clasificado la obra de Rainer Maria Rilke como una

representante del Neuromantik, movimiento que surge a principios del siglo XX.1

El Neuromantik nació como una contraposición a las corrientes del Realismo y del

Naturalismo, este movimiento retomó los preceptos del Frühromantik o Romanticismo de

Jena. El primer Romanticismo apareció entre 1798 y 1800 con la publicación de la revista

Athenaeum por parte de los hermanos Schlegel que contó con la contribución de algunos de

los pensadores más destacados de la época como: Friedrich Schleiermacher, Karoline

Schelling, Dorothea Schlegel y Novalis. El filósofo alemán Rüdiger Safranski en su libro

Romanticismo: una odisea al espíritu alemán, considera que el Romanticismo surge a partir

del viaje que emprendió Herder por la mar, el cisma que sufre con su maestro Immanuel

Kant y el rastreo de las raíces germanas, debido a esto nace el término Volksgeist2. Por otra

parte el filósofo inglés Simon Critchley en su ensayo “Desobrar el Romanticismo” define al

Romanticismo como una simple tentativa; <<la de unificar la filosofía y la poesía o

remediar la brecha abierta desde la Republica de Platón entre las pretensiones de la filosofía

y la literatura>>3.

El problema que intentó resolver el Romanticismo fue el de conciliar los valores de la

ilustración, la libertad, la secularización y el humanismo. Los románticos consideraban que

la Ilustración o Aufklärung no había logrado su cometido, por lo que era necesario

contrarrestar la tiranía de la razón, era momento de volver a los sentimientos y hacer caso

omiso a esta. En otras palabras la razón pretendía no solamente aniquilar con gobiernos

totalitarios sino que además intentaba destruir tradiciones, costumbres, buscaba hacer

tabula rasa de todo aquello que no es comprensible. No obstante, la ingenuidad del

Romanticismo radicó en la convicción, de que la mejor forma de contrarrestar la tiranía de

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la razón era a través del arte; pero ¿Cómo es que cien años después este fundamento renace

en una época en la que la modernidad está a punto de darle al hombre la tan anhelada

libertad? Probablemente la respuesta es muy simple, el hombre seguía sintiéndose

insatisfecho y tal parece que la modernidad no lograba satisfacerlo. A principios del siglo

XX la situación en Europa era bastante complicada, Prusia y el Imperio Austrohúngaro

rompían relaciones, los movimientos obreros están en pleno auge y aparentemente el

Psicoanálisis lograba descifrar la conciencia del europeo y por parte de la filosofía el

Nihilismo comienza a develarse como una nueva corriente. La crítica social del Realismo

no parece convencer del todo y las complicadas construcciones del Naturalismo no logran

satisfacer del los lectores. Otra vez tanta “Racionalidad” cansa y no logra su cometido por

lo que será necesario frenarla, antes de que aniquile todo. Debido a esto un grupo de

jóvenes escritores darán prioridad a los sentimientos e intentaran expresarse con un

lenguaje refinado y vocabulario exquisito. Se olvidaran de los temas del Naturalismo y

retomaran los cuentos de hadas, el sueño y la “Ichkeitheit” o “Yoidad”, estos serán los

temas predilectos de los herederos de Novalis, Tieck, Chamisso, etc.

Rilke, el neorromántico

Un cuatro de diciembre de 1875 en Praga, Bohemia en el extinto Imperio austrohúngaro

nace René Karl Wilhelm Johann Josef María Rilke en el seno de una familia fragmentada

por la pérdida de su primogénita; la madre de Rainer, Sophie Entz vive atormentada y

obligará a su pequeño hijo hasta la edad de cinco años a usar la ropa de su difunta hermana

Tal parece que Rilke vivió una infancia y adolescencia bastante tormentosa. En 1886 por

órdenes de su padre ingresa a una escuela militar, sin embargo, años más tarde la abandona

por problemas de salud. En 1895 tras un periodo de estudio logra ingresar a la Universidad

de Praga, dónde cursó Historia del Arte y Filosofía, al terminar sus estudios emprende un

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viaje por Europa y en 1897 al llegar a München conoce a la discípula de Freud y al eterno

amor de Nietzsche, Lou Andreas- Salomé de la cual se enamora y se vuelve su amante; por

consejo de Salomé Rilke decide cambiarse el nombre de René por Rainer.

La obra de Rilke se puede dividirse en dos grandes periodos, poesía lírica y poesía

metafísica, en la segunda podemos encontrar dos grandes obras: Los Sonetos a Orfeo y Las

Elegías de Duino sin embargo podríamos añadir una tercera: Los Cuadernos de Malte

Laurids Brigge. En 1902 durante su estancia en Paris, Rilke entró en una crisis personal y

artística, abrumado por el ajetreo de la capital francesa, escribió la novela autobiográfica

“Die Aufzeichnungen des Maltes Laurids Brigge”, la cual es considerada como la primera

novela moderna del Siglo XX. Empero es difícil de catalogarla como novela ya que la

obra no se presenta a sí misma como una, sino como unos meros apuntes desordenados, en

la cual se renuncia a un argumento tradicional y desarrollo coherente. Cómo se mencionó

anteriormente Rilke estaba en una profunda crisis y esto se lo hace saber a su mujer Clara,

en una de sus epístolas el 11 de noviembre de 1902:

“Yo no puedo expresar lo antipático que a mí me resulta aquí todo, ni describir la instintiva repulsa

con que yo me muevo aquí.”4

El poeta sufrió agónicamente durante su estancia en Paris, se sentía abatido por la

despersonalización de la masa siempre había abogado por la soledad y por una vida libre en

la naturaleza. Dentro de este periodo podemos encontrar una necesidad de adentrarse en el

mundo de la inminencia, de ver hacia adentro, develar la experiencia humana. De manera

que en su poesía y en su prosa encontramos una exaltación del Yo, donde todo lo que existe

solamente puede ser explicado a través de este. En otras palabras lo que intenta Rilke con el

uso del Yo es el de volverse hacia adentro a través de la experiencia; en Malte, por ejemplo,

el protagonista rompe relación con su presente para hacer una introspección a su pasado y

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así poder construir su identidad. Malte es un joven aristocrática que viaja a Paris con el

único propósito de morir ahí. Durante su estancia en la capital francesa, se entretiene

invocando en los recuerdos necesarios de su niñez para construir su Yoidad.

El juego de la Ichkeitheit o Yoidad en esta etapa de Rilke es sumamente Fichteana, ya que

hace de la poesía y de la prosa una experiencia metafísica, una necesidad de exteriorizar su

mundo interno con el externo. El <<Yo>> para Fichte no es una cosa, un ser muerto, sino

un hacerse, una autogénesis y en Rilke esto se cumple mediante la experiencia del poeta, la

necesidad inminente de exteriorizar las experiencias más íntimas que solamente sucedían

dentro de un mundo interno donde tienen sentido pero dentro del mundo externo no existen

debido a que son ajenas a la palabra y al lenguaje. (Quizás es por esto que nunca sabemos

de qué está enfermo Malte).

La poesía para Rilke era la exteriorización del Yo empírico en un fragmento de Malte lo

describió así:

“ Y es que, contrariamente a lo que cree la gente, los versos no son sentimientos (éstos se tienen ya

en la primera juventud): son vivencias. Para dar a luz un sólo verso hay que haber visto muchas

ciudades, hombres y cosas, hay que conocer los animales, hay que sentir como vuelan las aves y

saber con qué ademán se abren las flores pequeñas al amanecer”

Con esta breve cita podemos partir de la visión Romántica en Rilke, donde el mundo no es creación

ex nihilo en otras palabras, no aparece de la nada o no es creación de la nada sin embargo, este

solamente puede ser explicado a través del Yo. Como otros tantos poetas del siglo XX la crisis de

su mundo interno lo lleva a sentir un desamparo y una angustia, la cual intenta exteriorizarse

mediante la poesía. En esta etapa Rilke es consciente de su finitud, su poesía toma el papel de

mediadora entre el Yo interno y el empírico, esto podría remitirnos a lo que Novalis escribió en la

revista Athenaeum << el poeta es un mediador entre el mundo interno y el externo o lo que es lo

mismo las fantasías poéticas, los juegos de lenguaje, las imágenes serán las mediadoras o las

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ventanas de lo infinito>>. Con base a lo ya mencionado, Rilke es un creador, un poeta que revive

los preceptos de los románticos de Jena por consiguiente el propósito de esta etapa es la de

encontrar la tan anhelada libertad mediante la poiesis o creación. La creación de la que tanto

hablaba Friedrich Schlegel en el Athenauem y la que aseguraba que era la única que podía dar una

imagen sensible de la libertad. En otras palabras la poiesis arte era la única capaz de liberar al Yo

absoluto.

No obstante, en “Die Aufzeichnungen des Maltes Laurids Brigge” existe un juego con

respecto a la introspección del individuo, en ocasiones las reconstrucciones del pasado de

Malte no son muy confiables por lo que el argumento del pasado se llega a perder en el

mito. Asimismo los personajes no parecen reales, pues no son descritos ni física ni

psicológicamente, hasta bien podría ser catalogados como fantasmas o unos Doppelgänger;

quizás esté recurso literario en la novela es parte del ejercicio de la reflexión y de la

autogénesis, en dónde el Yo no es algo finito, sino que el Yo está basado en la acción o la

Thathandlung. De hecho la absolutez del Yo no es óntica sino ontológica. En otras palabras

el Yo no tiene solamente una posibilidad sino varias posibilidades, cuando Malte imagina

cada uno de estos personajes solamente está haciendo uso de su imaginación por lo que a

partir de la fantasía crea un mundo, es por esto que Rilke renuncia al orden tradicional

cronológico de la biografía y se centra en la consciencia y la imaginación de Malte.

Considerando esto nos remitimos de nueva cuenta al Romanticismo de Jena, con Friedrich

Schleiermacher el cual afirmaba que la fantasía era aquella fuerza cuyo auxilio notamos el

proceso creador de la naturaleza <<Sabed que es vuestra fantasía la que os crea un

mundo>>. En “Die Aufzeichnungen des Maltes Laurids Brigge” encontramos un

enfrentamiento del Yo con el mundo exterior.

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Tras abandonar Paris en 1912 y aún en plena crisis, Rilke decidió marcharse, al Castillo de Duino

cerca de Trieste, Italia. El castillo era propiedad de su amiga y protectora, la princesa alemana

Marie von Thurn und Taxis-Hohenlohe. El 21 de enero de 1912 comenzó la composición de la

primera elegía, y la segunda a finales de enero, principios de febrero. Tras el estallido de la primera

Guerra Mundial Rilke tiene que detener la composición del poemario, el cual lo lleva la cúspide de

las letras alemanas.

Erste elegie.
“Wer, wenn ich schriee, hörte mich denn aus der Engel Ordnungen? Und gesetzt selbst, es nähme
einer mich plötzlich und Herz: ich verginge von seinem starkeren Dasein. Denn das Schöne ist
nichts als des Schrecklichen Anfang, denn wir noch grade ertragen, und wir bewundern es so, weil
es gelassen verschmäht, uns zu zerstören. Ein jeder Engel ist schrecklich”.
¿Quién me oiría, si gritase yo, desde la esfera de los ángeles? Y aunque uno de ellos nos estrechase
de pronto contra su corazón, su existencia más fuerte me haría perecer. Pues lo hermoso no es otra
cosa que el comienzo de lo terrible en un grado que todavía podemos soportar y si lo admiramos
tanto es sólo porque, indiferente, rehúsa aniquilarnos. Todo ángel es terrible 5.

En el primer verso se refleja la angustia del poeta, la soledad abrumadora y la necesidad de

exaltarla. “Wer, wenn ich schriee, hörte mich denn aus der Engel Ordnungen? ¿Quién me oiría, si

gritase yo, desde la esfera de los ángeles? El grito de nuestro poeta es angustiante con este verso

podríamos afirmar que es consciente de su finitud. La intención del poeta en las elegías es la de ser

un mediador entre el mundo sensible y el inteligible. De nueva cuenta podemos encontrar la

influencia romántica en Rilke, ya que en las Elegías el poeta funge como un mediador entre el

mundo sensible y el inteligible. La angustia de Rilke es el Yo interior saliendo al mundo exterior, la

reflexión, la búsqueda del Yo interior provoca angustia y miedo esto hace que el poeta sea

consciente de sí mismo, una vez logrado esto el poeta logra alcanzar el estado de la libertad.

Al igual que en la novela de Malte, Rilke intentó poetizar sus experiencias más íntimas, sin

embargo el lenguaje lo limita por lo que n o es coincidencia que Rilke haya elegido el castillo

del Duino para lograr expresar todo aquello que habitaba dentro de él. Muy lejos de toda

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modernidad abrumadora el castillo del Duino está situado en un risco, rodeado de mar en

una región donde la palabra no tiene acceso, un lugar donde libremente se puede hacer el

ejercicio de la autorreflexión. Rilke en este castillo logra el camino a la intimidad, un

estado de concentración dirigido al interior, en oposición a lo disperso de la distracción la

cual esta vertida a lo exterior. En las Elegías de Duino el poeta es consciente de los estados

de la conciencia del mundo invisible que invade al visible. De nueva cuenta encontramos

un poco de Fichte en este predicamento: el sujeto es conocer y abrirse a lo real << elevar la

conciencia>> a partir de ahí podríamos partir de un origen y depende del sujeto actuar.

El actuar del sujeto es relacionar lo sensible con lo inteligible, la conciencia se rebasa a sí

misma. En la poesía de Rilke es necesaria la relación conciencia-mundo ya que para el

poeta a partir de esto se puede hablar de las cosas que son portadoras de lo humano.

En la primera Elegía el poeta actúa consciente de su finitud, en la novena elegía el poeta

interroga la existencia del mundo visible:

Erde, ist es nicht dies, was du willst: unsichtbar in uns erstehn?- Ist es dein Traum nicht,

einmal unsichtbar zu sein?- Erde! Unsichtbar! Tierra, ¿No es eso lo que tú quieres:

invisible resurgir en nosotros? ¿No es tu sueño volverte algún día invisible? – ¡Tierra!

¡Invisible!

Este versos apunta al espacio circundante, al espacio temporal, el mundo visible es lo

portador de lo humano, si este desaparece entonces va desapareciendo la intimidad del

mundo. El espacio en el que se mueve el espacio interno del espacio exterior es el espacio

de nuestra propia intimidad pues el significar el mundo es comprenderlo y acceder al deseo

de que este mundo se haga invisible en nosotros los humanos ya que con nuestra existencia

formamos parte del mundo invisible y que la relación mundo visible-invisible es infinita y

está en permanente transformación.

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En las Elegías de Duino el lenguaje podemos apreciar a un poeta creador entre la naturaleza

y el Yo de la experiencia. Agregando a lo anterior quisiera enfatizar el nombramiento de los

ángeles dentro de las elegías, ya que los ángeles parecen ser los mediadores entre el poeta y

la naturaleza ya que pertenecen a ambos mundos el sensible y el inteligible. Rilke

emprende un viaje metafísico en las Elegías de Duino, un viaje entre el mundo sensible e

inteligible, Dios ya no aparece más en este poemario, ya que ahora el poeta es el creador de

este nuevo mundo, este nuevo orden que abre la puerta a lo infinito del ser. La tarea del

poeta es clara: traer a este mundo “sensible” lo “inteligible”. Una tarea ardua, una tarea que

cien años antes los Románticos de Jena de manos de Fichte y de Schelling intentaron hacer,

llevar al idealismo trascendental a la cúspide en dónde el cogito, ergo sum no fuese un

impedimento, y que el Ich bin eine Thathandlung6 fuese por antonomasia el precepto de la

humanidad, en dónde el Yo absoluto se convierta a sí mismo en el artesano de la naturaleza

y de la historia humana. El Romanticismo de Jena no desapareció con la abrupta muerte de

Novalis o la conversión de Friedrich Schlegel al cristianismo, simplemente los ideales

durmieron durante un tiempo; tuvo que pasar casi un siglo para que los frutos de este

movimiento le otorgase al género humano el <<Evangelio de la humanidad>>7 Aunque

Schlegel nunca vio publicada la gran novela romántica, me atrevo a decir que Rilke lo logra

con Malte y que las Elegías de Duino es la poesía viva y sociable, la ventana a lo infinito.

Bibliografía:

Safranski. Rüdiger (2009) Romanticismo: una odisea del espíritu alemán .


México: Tusquets, 2009.
Critchley, Simón (2007) Muy poco-- casi nada : sobre el nihilismo contemporáneo .
Rubí, Barcelona: Marbot.
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Barcelona: Peninsula,

8
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Xirau, Ramón. (2000) Introducción a la historia de la filosofía. México: UNAM
Rilke, Rainer Maria. (1999). Elegías de Duino. Madrid: Hiperion .
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Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Susana Arroyo Arredondo. (2008). ¿Quién es Malte Laurids Brigge?. 13 de noviembre
del 2016, de Cervantes Virtual Sitio web: www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/quin-es-
malte-laurids-brigge-0/
Nicholas Saul. (2009). The Cambridge Companion to German Romanticism. 2016, de
Cambridge University Press, Sitio web: https://books.google.com.mx/books?
id=vy5AAw9ODMgC&pg=PA266&lpg=PA266&dq=Rilke+neo+romanticism&source=bl
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1
Nicholas Saul. (2009). The Cambridge Companion to German Romanticism. 2016, de Cambridge University Press, Sitio
web: https://books.google.com.mx/books?
id=vy5AAw9ODMgC&pg=PA266&lpg=PA266&dq=Rilke+neo+romanticism&source=bl&ots=GmlWWrPVaa&sig=Yfyns
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2
Safranski. Rüdiger (2009) Romanticismo: una odisea del espíritu alemán .
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3
Critchley, Simón (2007) Muy poco-- casi nada : sobre el nihilismo contemporáneo .
Rubí, Barcelona: Marbot.
4
Susana Arroyo Arredondo. (2008). ¿Quién es Malte Laurids Brigge?. 13 de noviembre del 2016, de
Cervantes Virtual Sitio web: www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/quin-es-malte-laurids-brigge-0
5
Rilke, Rainer Maria. (1999). Elegías de Duino. Madrid: Hiperion .

6
Market, Oswaldo y Rosales, de Rivera Jacinto. (1996). El inicio del Idealismo alemán. Madrid: Universidad
Nacional de Educación a Distancia.
7
Critchley, Simón (2007) Muy poco-- casi nada : sobre el nihilismo contemporáneo .
Rubí, Barcelona: Marbot.

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