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Apologética

del
Evangelio de
la Gracia
Comentarios sobre el
libro “El Evangelio
según Jesús”

Por: Miguel Cocoris

Iglesia Cristiana Misionera El Camino

Ministerio de Educación Cristiana

www.elcamino-cr.org

Pastor: Manuel Carvajal


Apologética del Evangelio de la Gracia

Comentarios sobre el libro


“El Evangelio de Jesús”
Por Dr. Miguel Cocoris

Pastor de la Iglesia Puerta Abierta

Prólogo: UNA PALABRA PERSONAL ACERCA DE MI MISMO Y DEL DR. JOHN MacARTHUR, JR

Cuando tenía 18 años de edad, un pastor de la iglesia en mi ciudad natal, me guió a Jesucristo Ese
martes por la noche de abril de 1958, mi vida fue transformada completamente. Inmediatamente
comencé a contarles a todos los que conocía que Jesucristo salva a los pecadores. Desde ese día hasta
hoy he estado interesado en que las personas lleguen a conocer a Cristo.

A los dos años de mi conversión también comencé a estar interesado en algo más. Descubrí que
algunos de los creyentes en excesivo celo estaban disparado versículos a manera de balas saliendo de
una ametralladora sobre personas con posibilidades de convertirse, haciendo que oraran (generalmente
con “un revolver apuntándoles a la cabeza” ) y denominando a esto conversión. No había convicción de
pecado ni compresión del evangelio. Había una decisión pero sin fe salvadora. Virtuosamente toda mi
vida cristiana he deplorado ese enfoque del evangelismo denominado ahora, creencia facilista. Cuando
escribí un libro sobre el tema del evangelismo, incluí un capítulo titulado “no le pidas a Jesús que entre
en tu corazón”, dirigido a la creencia facilista, a la cual yo prefiero llamar decisionismo.

Durante cinco años tuve el privilegio de enseñar evangelismo en el Seminario Teológico de Dallas.
Intenté exponer simplemente lo que las escrituras tenían que decir acerca de evangelio y el
evangelismo. Durante esos días un alumno me preguntó por qué nunca mencioné el señorío para
salvación. ¡Nunca se me había ocurrido la idea! Por un lado, el señorío para salvación no era tan popular
en el círculo evangélico como ahora, además, había tantas otras cosas que quería cubrir en mi curso
básico de evangelismo en el seminario, que tenía poco lugar para el señorío para salvación. No obstante
para apaciguar a un pequeño grupo de estudiantes, desarrollé una exposición del señorío para
salvación, la cual desarrollé fuera del periodo de clase. Esa exposición finalmente se convirtió en u
pequeño librito titulado El Señor para la Salvación ¿es bíblico?

Más recientemente, el decisionismo parece esta declinado en popularidad mientras que pareciera
ser que está en aumento el señorío para salvación. Quizá esto se deba, en parte, a los recientes
escándalos entre los evangélicos. Con la caída a grandes profundidades de hombres que ocupaban
posiciones elevadas, el señorío para salvación tiene para muchas personas una atracción magnética. Sea
como sea, han aparecido dos libros escritos por pastores muy conocidos defendiendo el señorío para
salvación; El llamado de Cristo para el discipulado de James Montgomery Boice, y el Evangelio según
Jesús de John MacArthur, Jr.

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Debido a que mi folleto acerca del señorío para salvación se menciona en las notas al pie de
páginas del libro de MacArthur, repetidamente se me ha preguntado qué pensaba de su libro en
general, y en particular en cuanto a su posición del Señorío para salvación. Fue solo después de gastar
demasiado tiempo debatiendo estos temas, que decidí ahorrar tiempo colocando mis opiniones por
escrito. Mantengan en mente que mi interés de toda la vida ha sido una presentación precisa del
evangelio. (Tengo que admitir que esto es breve. Quizá algún día, si Dios lo permite, escribiré un libro
acerca de la salvación que ofrecerá una explicación mucho más definida de lo que entiendo que el
Nuevo Testamento enseña con respecto a la salvación) En primer lugar corresponde que exprese un
comentario personal de John MacArthur, Jr.

En mi opinión, es Dr. John MacArthur, Jr es un expositor y maestro dotado. Es un colega pastor, y


conocido personal. Él habló en mi asunción como pastor de la iglesia de La Puerta Abierta. En una
ocasión, cuando nuestra iglesia estaba enfrentando una decisión muy importante, busqué su consejo y
él, con toda bondad, me otorgó toda una tarde para escucharme y aconsejarme. Aunque el tema del
señorío para salvación se mencionó brevemente en esa reunión, en realidad no hemos tratado el tema
el uno con el otro. (En una oportunidad se programó para varios de nosotros una reunión para debatir
este tema con John, pero desafortunadamente fue cancelada) En lo que a mí concierne, y en lo que sé
respecto a John, no hay rencor entre nosotros. Creo que ha servido sinceramente al Señor, y que Dios lo
ha utilizado en gran manera.

Mis diferencias con el Dr. MacArthur con doctrinales. Simplemente diferimos sobre el tema de la
salvación. Tal vez sea difícil de explicar las diferencias ya que hay demasiadas cosas involucradas. Los
puntos son textuales, teológicos y prácticos. Para responder a las preguntas que ahora se me hacen en
relación a todo esto, es necesario que examinemos cuidadosamente El Evangelio según Jesús.

En mi opinión, el decisionismo no profundiza lo suficiente en la presentación del evangelio de la


gracia de Dios. El señorío para la salvación va demasiado lejos. El equilibrio bíblico yace entre los dos
extremos, lo siguiente no lo he escrito ni para defenderme a mí mismo, no para atacar a MacArthur. No
estoy tomando mi posición debido a nada que haya sucedido en mi vida, o en mi familia, o entre
algunos de mis amigos. En cuanto a mi relación con MacArthur, no estar de acuerdo con un hombre no
significa deshonrarlo. Mi motivo es simplemente defender el evangelio de la gracia de Dios, y hacer un
llamado a tener un equilibrio bíblico, de manera que los creyentes les presenten el evangelio claro a los
pecadores que necesitan tan desesperadamente ser salvos.

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Introducción: El sistema de Salvación de MacArthur


En el Evangelio según Jesús, John MacArthur, JR. Expresa su profunda preocupación en cuanto a la
predicación de un evangelio de gracia barata y creencia facilista. Según MacArthur, la creencia facilista
ha producido conversiones falsas y ha arruinado la pureza de la iglesia. La solución es regresar al
“evangelio que predicó Jesús.”

Hay más, MacArthur declara que la creencia facilista enseña que todo lo que tiene que hacer una
persona para se salva es creer ciertos hechos, tomar una decisión momentánea, hacer una oración,
llenar una tarjeta, o pasar al frente. Según MacArthur, el dispensacionalismo ha producido el evangelio
de la creencia facilista del día de hoy debido a su casi “deseo obsesivo” de dividir la verdad en
compartimentos hasta el punto de efectuar distinciones que no son bíblicas. Los dispensacionalistas han
realizado distinciones y dicotomías donde no lo deberían haber hecho. Por ejemplo, hacen una división
entre la salvación y el discipulado, y entre dos clases de creyentes: carnal y espiritual. Han separado el
arrepentimiento de la obediencia, y las obras de la fe salvadora. Han relegado para el milenio el
material del Sermón del Monte. Más específicamente, MacArthur reclama que el Dr. Lewis Sperry
Chafer, fundador del seminario teológico de Dallas, enseñó estas cosas que luego “se convirtieron en el
fundamento para toda una nueva manera de ver el evangelio.” (p.24). Un mensaje evangelístico que
“nace de un sistema tal, difiere profundamente del evangelio según Jesús” (p.27) La idea de MacArthur,
pues, es que el dispensacionalismo ha producido el evangelio de la creencia facilista de la actualidad el
cual enseña que todo lo que uno tiene que hacer para ser salvo es, simplemente, creer lo hechos acerca
de Cristo, y reclamar tener vida eterna. “ no hay necesidad de que haya un alejamiento del pecado,
ningún cambio consecuente en el estilo de vida, ninguna consagración- ni siquiera una disposición a
someterse al señorío de Cristo” (p.22) inclusive es posible rechazar a Cristo como Señor, y aún así,
recibirle como Salvador (p27)

MacArthur propone que la manera de corregir las falacias y faltas de la creencia facilista es
predicar y enseñar el evangelio según Jesús. Él insiste en que cree que la salvación es por gracia por
medio de la fe, pero agrega que envuelve el alejarse del pecado y el someterse al señorío de Cristo. Este
es un costo que se debe calcular y un precio que se debe pagar. Pero eso no constituye la salvación por
obras, nos asegura el autor, ya que la salvación es la obra de un Dios soberano quien otorga “la fe
salvadora, el arrepentimiento, la entrega, y la obediencia”. Por lo tanto, la salvación debe producir
inevitablemente un cambio en el corazón y en la vida. Si no hay transformación del comportamiento, no
existe obra de Dios, sino solo una profesión vacía en cuanto a creer ciertos hechos. El respaldo para esta
posición se recoge a partir de conversaciones que Jesús mantuvo con diferentes individuos, las
parábolas que contó, y las doctrinas que enseñó, especialmente en el Sermón del Monte.

En el proceso de explicar su opinión acerca del evangelio según Jesús, ya sea que haya tenido la
intención de hacerlo o no, MacArthur presenta un sistema de salivación (mediante sistema, quiero decir
que MacArthur ha seleccionado a partir del ministerio de Jesús información perteneciente a la
salvación, y la ha organizado de tal manera que constituye una teología de la salvación.) Su sistema de
salvación consiste en cuatro principios básicos: 1. Dios da arrepentimiento, fe, entrega y obediencia. 2.
Habrá una inmediata transformación del comportamiento, capaz de ser percibida y observada. 3. Los

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creyente verdaderos tal vez caigan momentáneamente, pero a la prostre perseverarán hasta el fin; y 4.
Si una persona se desliza y se aparta, nunca ha sido genuinamente salva. En resumen, la salvación, es la
obra de Dios, y en consecuencia, traerá como resultado una vida transformada que permanecerá.

El escenario presentado en el evangelio según Jesús hace surgir una cantidad de cuestiones: la
creencia facilista y la falta de vida piadosa entre los miembros de la iglesia en la actualidad, la
interpretación de diferentes pasajes de los evangelios, el significado de los requisitos para salvación, y
los resultados de la misma, el rol de Dios en la salvación, más preguntas referentes a la enseñanza de las
epístolas y las posiciones de distintos líderes de la iglesia a lo largo de la historia. Este Libro también
crea varios problemas prácticos.

El formato de este ensayo seguirá la estructura del evangelio según Jesús. Primero, examinaré la
interpretación de MacArthur de las conversaciones de que tuvo Jesús, las parábolas de Jesús, y la
doctrina de Jesús. Trataré la forma en que maneja las epístolas y la historia de la iglesia. Luego se
ofrecerá una evaluación. A lo largo de este ensayo, una declaración entre comillas, seguida del número
de página entre paréntesis, es una cita del libro de MacArthur, si estás interesado en mi crítica a las
interpretaciones de MacArthur, es necesario que leas todo el articulo. Si solo te interesa mi evaluación
general del libro de MacArthur, entonces solo necesitas leer el último capítulo titulado “Observaciones
finales”

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Las conversaciones de Jesús

Según el Libro El Evangelio según Jesús, Jesús les anunció su evangelio por lo menos a nueve
individuos. Estas conversaciones individuales demuestran, según MacArthur, que Jesús no predicaba
una gracia barata o una creencia facilista, en cabio Jesús demanda que lo individuos dieran las espaldas
al pecado y se sometieran a su señorío. ¿Es esto correcto? Examinemos lo que MacArthur dice acerca
de estas conversaciones y, luego, observamos en el Nuevo Testamento estas mismas conversaciones
para ver si el comentario de MacArthur es correcto.

Nicodemo
MacArthur señala que algunos toman Juan 3 como una declaración en cuanto a lo fácil que es creer
en Jesucristo. Lo acusa de perder el sentido del episodio (p 38). Declara que una de las razones por las
cuales Jesús utilizó la historia de la serpiente en el desierto fue para mostrarle a Nicodemo “la
necesidad de arrepentimiento”. “En realidad”, escribe MacArthur, “Jesús utilizó esta ilustración en
particular precisamente por el hecho de que desafiaba el fariseísmo arrogante de Nicodemo” (p. 46).
Según MacArthur, Jesús le estaba diciendo a Nicodemo que necesitaba “identificarse con los israelitas
rebeldes y pecadores”, reconocer su pecado y arrepentirse (p 46). El defiende que los israelitas tenían
que “arrastrarse hasta donde pudiesen ver la serpiente” (p46) la serpiente fue levantada para que todos
las pudieran ver! La exposición de MacArthur sobre Juan 3:14 es inségesis y no exégesis. Está
introduciendo un mensaje dentro del texto en lugar de estar sacando una verdad a partir del texto. El
utiliza esto para insistir en que Jesús le estaba mostrando a Nicodemo la necesidad de arrepentirse.
Pero la palabra arrepentimiento no aparece para nada en Juan 3. No aparece en todo el evangelio de
Juan, ni una sola vez! (a propósito, MacArthur declara es digno de hacer notar que Moisés no registra
casos similares en clase de rebelión que trajo como resultado el juicio de ellos. Se volvieron hacia Dios
con desesperación y arrepentimiento genuino. Jesús estaba demandando que Nicodemo hiciera lo
mismo” (p46). La verdad es: el pueblo que en Números 21 miró a serpiente para salvarse de la muerte
debido a que había murmurado, en Números 25 cometió idolatría e inmoralidad.)

A partir del material de Juan 3, MacArthur defiende que “la fe verdadera trae como resultado la
obediencia” (p. 46). Para establecer ese punto, cita Juan 3:20,21, pero no lo explica, y reclama que Juan
3:36 está diciendo que la desobediencia es incredulidad (p. 47). Luego concluye que “así, la prueba de
la fe verdadera es esta: ¿produce obediencia? Si no lo hace, no es fe salvadora. La desobediencia es
incredulidad. La fe verdadera obedece” (p. 47). (En el capítulo siguiente también se refiere a Hebreos
3:18,19 para argumentar que la desobediencia es equivalente a la incredulidad)

Juan 3:20 simplemente dice que la gente que practica el pecado aborrece la luz, y no viene a la luz,
no sea que se hagan evidentes sus acciones. El versículo 21 dice que la gente que practica la verdad
viene a la luz. ¿Cómo prueba cualquiera de estos versículos que “la fe verdadera trae como resultado la
obediencia”? La manera e que MacArthur manera estos versículos requiere que una persona renga que
practicar la verdad antes de venir a la luz, o que aquellos que creen siempre practican la verdad, por lo

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tanto, vienen a la luz. A partir del resto del libro, probablemente no habría peligro en asumir que lo que
él quiere decir es que los que creen siempre practican la verdad y, por eso, vienen a la luz. Pero no es lo
que dice Juan 3:21. No dice que todos los que creen siempre practican la verdad. Una vez más,
MacArthur está leyendo dentro del texto algo que simplemente no está allí.

Juan 3:36 dice: “el que cree en el hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece el Hijo no verá la
vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. El apóstol, está empleando un paralelismo. Está haciendo un
contraste entre el creer y obedecer. Por lo tanto obedecer es creer. (Dios les ordena a los hombres que
crean para ser salvos. Ver Hechos 16:31) además, obsérvese que el versículo dice: “el que desobedece
no verá la vida (tiempo futuro)” la obediencia es algo que precede a la vida, es simple obediencia a l
mandato de creer. Juan 3:36 no dice nada en cuanto a que la fe produce obediencia. MacArthur lo
observa a la inversa, este texto no está diciendo que la desobediencia es incredulidad, está enseñando
que la incredulidad es desobediencia. Hebreos 3:18, 19 tampoco hace a la obediencia equivalente a la
fe. Este pasaje simplemente dice que los israelitas fracasaron en obedecer a Dios porque no creyeron en
él.

Si una persona no tuviese la explicación de MacArthur para confundirle, nunca llegaría a la


concusión, partiendo de Juan 3, de que la base para la vida eterna fuera cualquier otra cosa aparte de
creer, u obedecer al mandato de creer. No se dice nada acerca del arrepentimiento, o de la obediencia
subsiguiente a la fe. El mensaje de Juan 3 es simplemente que “de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, so se pierda mas tenga vida eterna”. Si
cualquier persona del mundo simplemente confía en Jesucristo, y en Él solo, tendrá vida eterna.

La mujer junto al pozo


MacArthur acusa de no comprender en absoluto el sentido del texto a aquellos que no ven que
Jesús demanda una consagración de parte de la mujer junto al pozo. (p. 54). Argumenta que ese beber
dela agua no consiste simplemente en una apropiación, sino que “implica plena sumisión y entrega.
Además es una particularidad no garantizada el definir la fe como una metáfora”. (p52, 23). Luego apela
a Juan 3:36 y Hebreos 3:18,19 para demostrar que la desobediencia equivale a la incredulidad,
concluye: “el agua viva que le extendió fue el don de la salvación, incluyendo todo lo que es inherente a
la realidad de la redención, liberación del pecado, consagración a seguir a Jesús, la capacidad de
obedecer a la ley de Dios, y el poder y deseo de vivir una vida que lo glorifique a Él”. (p.53)

¿Quiere decir MacArthur que, cuando Jesús le ofreció beber del agua viva, la mujer junto al pozo
entendió que él estaba pidiendo sumisión y obediencia? Asumiendo que la referencia que MacArthur
hace a otros versículos comprobara este punto, y con toda seguridad no lo hacen (compárense mis
comentarios acerca de Juan 3:36), ¿comprendió ella que Jesús le estaba requiriendo sumisión y
entrega? ¿Cómo pudo ella haber deducido a partir del hecho de beber agua la metáfora creada por Dios
en relación a la fe?

MacArthur apela a Mateo 20:22 y Juan 18:11 para argumentar que el beber “implica claramente
una sumisión y entrega completas” (p.52). pero el significado de una figura del lenguaje en una pasaje
no es necesariamente el significado de ella en otro. Si se sigue ese método se puede llegar a todo tipo

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de conclusiones erróneas, por ejemplo, en Apocalipsis 5:5 a Jesús se le llama León, y en 1 Pedro 5:8 se
denomina león a Satanás. ¡si se usa un pasaje para interpretar el otr o se podría llegar a la conclusión de
que Cristo es Satanás! Primero y principal, la interpretación de un pasaje está determinada por el
contexto. El contexto de Juan 4 no contiene nada que sugiera que Jesús estaba demandando “sumisión
y entrega completas” de parte de la mujer. En este pasaje, lo único que Jesús está diciendo es que ella
tenía que beber (ver Juan 4:10, lo cual no significa “sumisión y entrega completas”.

MacArthur también reclama que, “cuando Jesús dijo que el Padre estaba buscando verdaderos
adoradores, eso fue más que una simple declaración de una verdad. Fue una invitación personal para a
mujer samaritana. No debería pasarse por alto la importancia de esa invitación porque pone de
manifiesto a falsa noción de que Jesús estaba ofreciendo vida eterna sin hacer ninguna demanda en
cuando a una consagración espiritual” (p.56). Pero Jesús trata sobre al adoración porque ella sacó el
tema (comparar Juan 4:20). Más aún, cuando Jesús terminó su mini-discurso sobre la adoración, ella no
dijo: “Ah, ya veo, no estoy adorando correctamente”. Ella dijo: “yo sé que el Mesías vendrá (al cual
llaman el Cristo). Cuando venga nos dirá todas estas cosas” (Juan 4:25). Ella captó la idea que Jesús
estaba exponiendo, es decir, que Él era el Mesías! Esa es la razón por la cual le contó a todo el pueblo
(comparar Juan 4:28,29).

Lo que esta conversación ilustra claramente es que Jesús no demanda ni un alejamiento del pecado
ni una consagración para un futuro servicio para poder ser salvo. Sí la enfrentó con el pecado de vivir
con un hombre con el que no estaba casada (ver Juan 4:17,18). Pero no le dijo que tenía que dejar o
desistir antes de que pudiera ser salva. Sí habló acerca de la adoración, pero no hizo de ella una
condición para la salvación. (No todas las cosas que se tratan en una conversación evangelística son
condición para la salvación.) Cristo, simplemente, le comunicó a la mujer junto a la fuente que ella era
pecadora. (Juan 4:17,18) y que él era el Salvador (Juan 4:25,26), y ella creyó (Juan 4 :29). Él no puso en
práctica el Señorío para salvación.

MacArthur concluye este capítulo diciendo que “el capítulo final de la Biblia concluye con esta
invitación que evoca un cuadro de la mujer samaritana: “el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome
del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17).Aunque es gratuita no es barata; el Salador
mismo pagó el precio definitivo para que los sedientos y agobiados que le buscan puedan beber tanto
como deseen” (p.58) ahora bien, MacArthur tiene razón. ¡Cristo pagó para que nosotros no tuviésemos
que pagar! Tal como dijo el apóstol Juan, es “gratuitamente” (Apocalipsis 22:17). Quién podría conocer
mejor el significado de Juan 4 que el apóstol Juan.

Mateo
En Mateo 9, Jesús le dijo a Mateo, un recaudador de impuestos, “sígueme” (Mateo 9:9). Luego,
Jesús comió en la casa de Mateo (Mateo 9:10). Cuando los fariseos se quejaron de que Jesús estaba
comiendo con “publicanos y pecadores”, Jesús respondió que no había venido a llamar a Justos, sino a
pecadores al arrepentimiento (Mateo 9:10-13). MacArthur denomina esto “la conversión de Mateo”.
Señala que Lucas agrega: “dejándolo todo” (Lucas 5:28). Luego dice; el (es decir, Mateo) pagó un gran
precio; quizá un precio más elevado que cualquiera de los otros discípulos” (p.61,62). “sabía para que se
estaba comprometiendo. Había considerado el costo, y estaba preparado para obedecer” (p.63)

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¿Registra Mateo 9 la conversión de Mateo o su llamado al discipulado? ¿dejó él todo con el fin de
que sus pecados le fueran perdonados o para convertirse en un discípulo y siervo de Cristo?.
Anteriormente, en el evangelio de Mateo, la invitación de Pedro y Andrés de “sígueme” (Mateo 4:19) no
fue un llamado a la conversión, sino al discipulado. ¡No hay manera de que la invitación de Mateo 4
pudiese ser la conversión de ellos porque ya eran convertidos! En Juan 1, que cronológicamente sucedió
antes de Mateo 4, ellos descubrieron quién era Jesús (ver Juan 1:40-42). Juan dice específicamente que
creyeron (Juan 2:11). Fue después de su fe en Cristo que Él los invitó diciendo “síganme”. Mateo 9 no
es el llamado de Mateo para la salvación, sino su llamado para el discipulado.

Además de la declaración de Jesús de que no había venido a llamar a justos, sino a pecadores al
arrepentimiento, no se halla un comentario en cuanto a la conversión de Mateo, sino más bien una
observación diferente a la crítica de los fariseos de que estaba comiendo con “publicanos y pecadores”
(Mateo 9:11). Mateo 9 no es la enseñanza de que Mateo “pagó un gran precio… calculó el costo y
estuvo preparado para obedecer de manera que se le perdonase los pecados. Está enseñando que hizo
todo eso para seguir a Cristo. Recuerda, tal como MacArthur mismo lo señaló en el capítulo 3, el agua
viva es “gratuita” (p. 58). Si Jesús pagó el precio, entonces Mateo no tenía que hacerlo. Si Mateo pagó el
precio, ¿por qué tuvo que pagarlo Jesús? Si Jesús pagó el precio, y Mateo tuvo que pagarlo también,
entonces, la salvación se pagó dos veces. ¡La verdad es que la salvación era demasiado costosa para que
Mateo la pudiese pagar de alguna manera!

El Ciego
MacArthur acusa que “aquellos que argumentan contra el señorío para salvación tienen una
tendencia a ver al fe como un mero consentimiento intelectual hacia una serio de hechos bíblicos. Para
ellos el evangelio es, al fin y al cabo, una cuestión académica, una lista de información histórica y
doctrinal básicas en cuanto a la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. El creer en esos hechos
constituye la fe salvadora” (p.67). Luego argumenta que, no fue una lección de teología la que trajo
como consecuencia la transformación de del ciego en Juan 9, sino un milagro de la gracia de Dios (p.69).
El ciego no obtuvo la vista porque fue expuesto a la luz, ya que como lo expone correctamente Juan, “la
ceguera no es afectada por la cantidad de luz. Un ciego a la luz del día es de la misma manera ciego en
la oscuridad. Toda la luz del mundo no puede hacer que los ojos del ciego vean. La única cosa que puede
curar la ceguera física es la cirugía o un milagro” (p.73)

MacArthur también extrae de esta historia el hecho de que si la salvación “es verdaderamente al
obra de Dios, no puede tener defecto. No puede dejar de tener efecto en el comportamiento del
individuo. No puede existir sin que sus deseos cambien o su conducta se altere. No puede traer como
resultado una vida infructuosa. Es la obra de Dios, y continuará con firmeza desde su inicio hasta la
perfección final (filipenses 1:16)” (p.74).

MacArthur claramente acusa a los que rechazan el señorío para salvación de enseñar que la
salvación es simplemente otorgar asentamiento intelectual a los hechos bíblicos. Previamente en el
libro, dirige esa acusación hacia mi (pp.88,45), y en este capítulo, acusa de la misma cosa al Dr. Tom
Constable miembro del cuerpo facultativo del seminario de Dallar. Cita le artículo de Constable titulado
“el mensaje del evangelio” en Walvoord: un tributo, y deja la impresión de que Constable cree que todo

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lo que se necesita para que una persona sea salva es creer hechos. Ni yo, ni Tom Constable creemos que
todo lo que tiene que hacer una persona para ser salva es creer hechos. En la bibliografía del Evangelio
según Jesús, incluye el libro que yo escribí sobre evangelismo titulado Evangelismo: un enfoque Bíblico.
En ese libro tengo un capítulo titulado “Qué es la Fe”, en el cual expongo muy claramente que la fe es
más que un consentimiento mental. Es confianza en la Persona de Jesucristo (ver pp 73-77). En su libro
el Evangelio según Jesús nunca hace referencia a eso en ninguna parte, ni al libro sobre evangelismo. En
el capítulo de Constable que cita MacArthur, para definir la fe Constable cita a Chafer. Su definición es
“creer es lo opuesto a hacer algo: es confiar en otro a cambio” (página 205). A lo largo del artículo,
Contable constantemente se refiere a creer como confiar. Dice cosas tales como “no hay otra cosa que
el hombre deba hacer, sino confiar en la obra de Cristo, como suficiente para su salvación (p.204)…Una
persona se convierte en creyente cuando transfiere su confianza sacándola de cualquier otra cosa en la
cual haya estado confiando para salvación, y la coloca en Jesucristo y en lo que él hizo sobre la Cruz.
Esta es una acción que abarca al hombre todo: intelecto, emociones y voluntad” (p.206). MacArthur
simplemente ha malinterpretado a aquellos a quienes los puntos de vista que está buscando
desacreditar.

¿Qué sucede con la manera en que MacArthur considera Juan 9? Es correcto cuando dice que “la
visión espiritual depende de la iniciativa de Dios y del poder de Dios, ofrecidos por la gracia divina y
soberana” (p.73). También es acertado cuando señala que “el enseñarle teología a un pagano no lo
llevará a tener fe en Cristo” (p. 74). La cuestión es: ¿Qué hizo el ciego para ser salvo?, y no qué se le
requirió para que fuese sanado? El texto indica que todo lo que él hizo fue creer que Jesús era el Hijo de
Dios (ver Juan 9:35-38). La palabra traducida “creer2 quiere decir “confiar”.

MacArthur señala que, tan pronto como creyó, el ciego adoró, y llega a la conclusión de que esta
historia está enseñando que la salvación es una obra sobrenatural de Dios que no puede ser defectuosa
(p.74). “Hace una diferencia en la vida de aquella persona cuyos ojos le han sido abiertos” (p.76). ¿Se
basa esto en el hecho de que el ciego adoró una vez después de la fe? No hay duda de que este hombre
por lo menos adoró en una oportunidad después de haber creído (Juan 9:38). ¿Significa esto que todos
los que venían a Cristo le adoraban inmediatamente? MacArthur no quería convertir en norma la
historia de la mujer junto al pozo, pero insiste es que esta sí lo es. ¿Qué lógica aplica?

El Joven Rico
En Mateo 19, un joven rico le preguntó a Cristo: “Maestro bueno, ¿qué haré para tener la vida
eterna” (Mateo 19:16). Jesús le preguntó: ¿por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno:
Dios. Mas si quieres entrar en la vida; guarda los mandamientos” (Mateo 19:17). Cuando el joven
sostuvo que había hecho todo eso, Jesús le dijo: ”…anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y
tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme” (Mateo 19:21). El análisis que MacArthur hace de esta
historia es que Cristo “dio un mensaje de obras y que, hasta este momento, ni siquiera mencionó la fe o
los hechos de la redención” (p.79); “…nuestro Señor no reveló nada de sí mismo o de los hechos del
evangelio. No invitó al hombre a que creyera” (p.83). según MacArthur, el asunto en esta historia es
“¿obedecerá este hombre al Señor?... Cristo está diciendo: ¿vas a hacer lo que quiero que hagas?
¿Quién gobernará tu vida tú o yo?...” Él le estaba diciendo al joven, “a menos que Yo sea la máxima

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autoridad en tu vida, no hay salvación para ti” (pp. 86,87). Esto no quiere decir, nos asegura MacArthur,
que una persona debe literalmente dar todo lo que posee para convertirse en creyente, pero sí tiene
que estar dispuesto a abandonar todo. “el pedido que Jesús le hace a este hombre fue simplemente
para establecer si estaba dispuesto a someter su vida a la soberanía de Dios” (p.87). MacArthur se
apresura a agregar que él cree que la salvación es por gracia por medio de la fe, “pero las personas con
fe genuina no se niegan a reconocer su pecaminosidad. Sienten que han ofendido la santidad de Dios, y
no rechazan el Señorío de Cristo…la fe salvadora es un compromiso a dejar el pecado y seguir a Jesús a
cualquier precio, Jesús no toma a ninguno que no esté dispuesto a venir bajo esos términos (p.87)…
debe haber disposición para obedecer” (p.88).

¿Es verdad que, en este incidente, “nuestro Señor no reveló nada acerca de sí mismo” (p.83), o “los
hechos del evangelio” (p.83), o “los hechos de la redención” (p.79), o “la fe” (p.79), y en cambio, “le dio
un mensaje sobre obras “(p.79)? ¿Fue el mensaje de Cristo al rico, “a menos que sea la máxima
autoridad en tu vida, no hay salvación para ti” (p.86, 87)? ¿Es la idea del pasaje que una persona debe
estar “dispuesta a obedecer” para tener la vida eterna? Pienso que no.

Cuando este joven le preguntó a Jesucristo que tenía que hacer para tener vida eterna, en esencia
Jesucristo le dijo tres cosas: 1) Debes reconocer quien soy Yo. Esa es la idea de la pregunta “¿por qué
me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios” (Mateo 19:17). Para tener la vida eterna uno
debe reconocer que Jesucristo es Dios (Juan 20:31). 2) Debes saber que eres un pecador que necesita de
un Salvador. Esa es la razón por la cuál Jesús le dio la ley (Mateo 19:17-19). Jesús estaba utilizando la ley
legalmente (ver 1Tim 1:8-11). El propósito de la ley era revelar el pecado (Romanos 3:20). 3) Debes
dejar de confiar en cualquier otra cosa, y confiar en mí. Esa es la razón por la cual el Señor le dijo al
joven rico que vendiera todo lo que tenía para dárselo a los pobres. Un antiguo proverbio judío declara:
“al que ama a Jehová, éste lo enriquece”. El joven rico opinaba que Dios lo amaba, y la prueba de ello
eran las riquezas que poseía, en este sentido él estaba confiando en sus riquezas para la vida eterna.
Una situación análoga en el día hoy sería decirle a una persona que confía que ser miembro de la iglesia
le da la vida eterna, que cancele su membresía a la iglesia y comience a confiar en Cristo, en el relato
Marcos sobre este incidente, después que el joven rico se alejó, y los discípulos expresaron su asombro
ante lo que había sucedido, Jesús les dijo: “Hijos, ¡Cuán difícil le es entrar en el reino de Dios a los que
confían en las riquezas” (Marcos 10:24). Con la palabra “difícil” Jesús quería decir que era imposible,
porque continúa diciendo: “Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en
el reino de Dios. …Para los hombres es imposible…” (Marcos 10:25,27). Las palabras “los que confían en
las riquezas” no aparecen en algunos manuscritos, pero están en la mayoría de ellos. El punto que Jesús
estaba estableciendo tenía que ver con la fe.

¿Sobre que base llega MacArthur a la conclusión de que esta historia por un lado está enseñando
que debes obedecer a Cristo (p.86), y al mismo tiempo por otra parte sólo está demandando disposición
a obedecer (pp.87, 88)? Él pregunta: “¿Debemos nosotros literalmente entregar todo lo que poseemos
para convertirnos en creyentes?” Su respuesta es “no”, pero sí tenemos que estar dispuestos a
abandonar todo) Lucas 14:33), queriendo decir que no debemos aferrarnos a nada que tome un lugar
de preeminencia por encima de Cristo” (p.87). En Mateo 19 o Lucas 14:33, ¿qué garantiza el criterio de

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Apologética del Evangelio de la Gracia

que Cristo no está pidiendo obediencia literal, sino solamente disposición a obedecer? MacArthur se
apresura a señalar que, cuando Jesús le dijo a Mateo “sígueme”, él literalmente lo hizo. ¿Habría sido
salvo Mateo si hubiera estado solo dispuesto a seguir a Cristo, pero de hecho no lo hubiese
concretado? (Por supuesto, Mateo 9 no es el llamado de Mateo para salvación, pero MacArthur así lo
cree; por tanto, esta pregunta es con el objeto de reafirmar el concepto.)

La invitación “sígueme” es un llamado al discipulado, no a la conversión. La historia del joven rico


es otra ilustración en cuanto a ello. Observa cuidadosamente que, si el joven rico hubiese hecho
literalmente lo que Cristo le dijo que hiciese, habría tenido tesoro en el cielo antes de haber seguido a
Cristo (Mateo 19:21). El problema del joven rico era que estaba confiando en su dinero. El señor le dijo
que lo regalara. En ese momento, habría confiado en Cristo, y habría tenido tesoro en el cielo. Luego,
después de la fe, Cristo lo invitó diciendo “sígueme”, convertirse en su discípulo.

Zaqueo
En Lucas 19 se registra el encuentro entre Zaqueo y Jesucristo. Zaqueo estaba buscando ver a Jesús,
y se encontró con que Jesús lo estaba buscando a él para salvarlo. Zaqueo dijo:”He aquí, Señor, la mitad
de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, so lo devuelvo cuadruplicado”
(Lucas 19:8), y Jesús respondió: “Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de
Abraham” (Lucas 19:9). MacArthur correctamente llega a la conclusión de que: “la salvación no llegó a
Zaqueo porque dio su dinero, sino porque fue un verdadero hijo de Abraham, es decir, un creyente. Fue
salvo por la fe, y no por las obras” (p.95).

MacArthur también enseña que “la transformación instantánea y dramática” de Zaqueo era
resultado esperado de la fe verdadera. …El resultado imprescindible de la obra salvadora de Dios es una
persona transformada. …Si no ocurre un cambio así, no hay razón para creer que ha tenido lugar la
salvación genuina” (p.96). Debemos admitir que Zaqueo fue instantánea y dramáticamente
transformado, pero ¿bajo qué lógica llegamos a la conclusión de que “si no ocurre un cambio así, no hay
razón para creer que ha tenido lugar la salvación genuina?”. Esta es una historia de la conversión de un
hombre. Tal como MacArthur insiste en relación al caso de la mujer junto al pozo, “no podemos aislar
este pasaje y, a partir de él, tratar de establecer un modelo y a partir de él, tratar de establecer un
modelo para un presentación universal del evangelio” (p.49), ni tampoco podemos aislar este pasaje de
Lucas y, a partir de él, establecer un modelo en cuanto al resultado universal de la salvación. Si lo
hacemos, el resultado que debemos buscar es que todo convertido dé la mitad de todos sus bienes a los
pobres, y restaure cuadruplicado cualquier cosa que le haya robado a alguna persona. ¿Cuál es la
norma? ¿Es este pasaje una norma? ¿Cómo sabemos eso? ¿Qué otra persona en el Nuevo Testamento
hizo esto? Respuesta: Nadie.

Judas
Según MacArthur, Judas es una ilustración de un creyente profesante que nunca ha sido
genuinamente salvo. Es “un ejemplo sobresaliente de un creyente profesante que ha caído en la
apostasía absoluta (p.99). Es “prueba de que una persona que es amiga de Jesús, aún así se puede
volver contra Él, y de ese modo condenarse” (p.100). “Su fe nunca fue genuina” (p.102). Por el contrario
los discípulos abandonaron a Cristo y Huyeron, pero regresaron” (pp. 103,104). “Judas era un falso

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discípulo. Era amigo de Jesús, pero no consagrado, por lo tanto, capaz de realizarla pero de las
traiciones. Un discípulo verdadero puede caer, pero nunca se volverá en contra de Cristo” (p.105)

No hay duda de que Judas nunca fue salvo. Era el hijo de perdición (Juan 17:12). La Biblia nunca
dice que Judas tuvo fe. Por lo tanto, so se puede utilizar como un ejemplo de una profesión salva. Él es
una ilustración del hecho de que es posible ser “amigo de Jesús”, y no confiar verdaderamente en Él
como salvador. Pero simplemente por el hecho de que un hombre fue amistoso, e inclusive fue contado
como discípulo, pero finalmente lo traicionó, no comprueba, por más imaginación que se ejerza, que los
“creyentes verdaderos perseverarán”. Según MacArthur, “si una persona se vuelve contra Cristo, es
prueba que esa persona nunca fue salva” (p. 98). Judas no puede ilustrar lo que un verdadero creyente
hará o dejará de hacer. Él no era un creyente verdadero, y la experiencia de los otros discípulos, en este
caso, no prueba que un “discípulo verdadero… puede fallarle a Cristo, pero nunca se volverá contra él”
(p. 105). Hay creyentes que caen, cometen el pecado de muerte, y nunca regresan al Señor antes de su
prematura partida de esta tierra (1 Corintios 11:30).

La Multitud
La opinión de MacArthur es que la invitación del evangelio que aparece en Mateo 11 no era un
suplica a los pecadores para que “aceptaran a Cristo”. Era, más bien, un “mandato a arrepentirse y a
colocarse un yugo de sumisión” (p.107). “esta es una invitación para salvación, no simplemente una
apelación a los creyentes para que entren en una experiencia de discipulado más profunda” (p.107). A
partir de este pasaje, MacArthur bosqueja cinco elementos esenciales de la conversión genuina:
humildad, revelación, arrepentimiento, fe y sumisión. MacArthur interpreta la orden “venid a mí” como
una demanda para “ un giro completo, un cambio total de dirección” (p.111) como así también un
mandato de creer en Cristo (p.112). la invitación de “tomad mi yugo sobre vosotros” es una invitación a
la sumisión (p.112)e implica obediencia (p.113).

Un análisis cuidadoso de Mateo 11 revela que, una vez más, MacArthur ha convertido dos aspectos
diferentes en una sola cosa. La filiación y el discipulado son dos cosas diferentes. Cuando Cristo dijo:
“venid a mí” (Mateo 11:28), simplemente estaba diciendo “crean en mí) (comparar Juan 6:35).
MacArthur señala acertadamente que “venir a Jesús es creer en él” (p.112). Cuando una persona hace
eso, Jesús dijo que tendría descanso (Mateo 11:28). ¡Eso es salvación!

El paso siguiente a la salvación se describe en el próximo versículo, donde Jesús dijo: “llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí” (Mateo 11:29). Debería ser obvio que Mateo 11:29 no es una
referencia a la salvación. En primer lugar, el versículo 28 dice que Cristo les había dado descanso. El
hecho de llevar el yugo es algo que sucede después de recibir el descanso. En segundo lugar, llevar el
yugo es aprender. Una persona no aprende con el fin de ser salva. En eso consiste el discipulado. De
hecho, la palabra “discípulo”, aunque no se usa en este pasaje, significa ser un aprendiz.

Estas nueve conversaciones que Jesús tuvo con individuos no enseñan en absoluto el señorío para
salvación. En realidad, ningún pasaje ni conversación de Jesús lo hace. Por otra parte, muchos
versículos, especialmente en el evangelio de Juan, declaran enfáticamente que la fe sola en Cristo solo,
trae vida eterna (ver Juan 3:16, 5:24; etc.) ¿Pero qué sucede con las parábolas que Jesús narró?

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Las Parábolas que Jesús Refirió

No todas las parábolas que Jesús contó tratan acerca de la salvación, pero, según MacArthur, varias
de ellas lo hacen. Las parábolas que él escoge explicar son utilizadas para defender el señorío para
salvación. Nuevamente, escuchemos la exposición de MacArthur sobre las parábolas, y luego
observemos las parábolas en sí mismas.

Los Terrenos
MacArthur interpreta los primeros tres tipos de terreno en la parábola del sembrador de Mateo 13
como ilustraciones de las personas que no llegan a ser salvas. En su opinión, sólo la última clase que da
fruto es una ilustración de aquellos que fueron salvos. La idea que establece a partir de este pasaje es
que “el fruto es la prueba definitiva de la salvación verdadera” (p.127). Él dice que “si no hay fruto
espiritual, o si el fruto es malo, el árbol debe estar podrido o, trasladando la imagen a la metáfora de un
campo, si el terreno no produce granos, es una tierra sin valor símbolo de un corazón no redimido”
(p.126). “…no todos los creyentes siempre darán tanto fruto como debería o podría, pero cada uno es
fructífero hasta cierta medida. Los creyentes a veces son desobedientes y, por supuesto, todavía pecan,
pero al fin y al cabo los creyentes se identifican por sus frutos.” (p.127).

¿Cómo sabe MacArthur que el Señor tenía la intención de enseñar que los tres primeros tipos de
terreno representaban a personas que no eran salvas? Excepto en lo referente al simbolismo que tiene
que ser interpretado, el relato de Mateo no nos dice nada acerca de la condición espiritual de los cuatro
tipos de terreno. El relato de Lucas, no obstante, si lo hace. Según el relato de Lucas, el diablo quitó la
palabra del corazón de los que estaban junto al camino “para que no crean y se salven” (Lucas 8:12). Por
lo tanto, sabemos que el primer grupo no era salvo. El relato de Lucas revela que el segundo tipo eran
aquellos que “creen por algún tiempo” (Lucas 8:13). Si el primer tipo hubiese sido salvo por creer, y
solamente por creer, entonces tenemos todo el derecho de asumir que, si el segundo tipo creyó, fueron
salvos aún si solamente continuaron haciéndolo por algún tiempo. Del tercer tipo se dice que el fruto
no llegó a ser maduro (Lucas 8:14), implicando que eran salvos pero inmaduros. El cuarto y último
grupo, por supuesto, eran creyentes fructíferos en alguno u otra medida. La única manera en que
MacArthur puede llegar a la conclusión de que este pasaje está enseñando que dada creyente debe
producir cierto grado de fruto es introducir este concepto dentro del pasaje. El pasaje en sí no dice eso;
en realidad, dice exactamente lo opuesto. Enseña que un creyente puede ser infructuoso (ver 2 Pedro
1:8,9). Por supuesto, la idea general de esta parábola es que no deberíamos ser infructuosos, sino
fructíferos. Ser buen terreno. Ser oidores y hacedores de la Palabra para que puedan ser fructíferos.

El Trigo y la Cizaña
Según MacArthur “el mensaje del Trigo y la cizaña es simplemente que Dios no autoriza ninguna
actividad que por la fuerza, sacaría del mundo a los incrédulos “ (p.131). “…aún así, esta parábola, no
está diciendo que deberíamos despreocuparnos hasta el juicio final por las diferencias entre el trigo y la
cizaña. No nos impulsa a que aceptemos la cizaña como trigo. No permite la indiferencia por los
pecados de los perdidos, ni sugiere que nos olvidemos de que hay malezas en el campo, ni que

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desatendamos los peligros que representan. Simplemente nos dice que dejemos en manos del Señor y
de sus ángeles el juicio y retribución finales. Al final, el trigo verdadero inevitablemente será
identificado por el fruto que produce. …El fruto que (los creyentes) lleven será diferente al fruto dado
por los hijos del maligno” (p.133)

MacArthur tiene razón al decir que esta parábola está enseñando que más tarde Dios separará el
trigo de la cizaña, y que nosotros, mientras tanto, no deberíamos intentar por la fuerza sacar del mundo
a los incrédulos. También tiene razón cuando dice que “hasta que la semilla madura, (la cizaña) es casi
imposible distinguir del trigo verdadero, aun bajo el más cuidadoso escrutinio” (p.130), razón por la cual
precisamente la inspección del fruto es una tarea difícil, si no a veces imposible.

Piénsalo. Una cizaña puede parecerse al trigo, un incrédulo puede ser moralista y religioso como un
creyente. Esa es una de las razones principales por las cuales debemos enfocar a las personas hacia la
obra de Cristo en la cruz, y no hacia las obras de ellos; y hacia la Palabra para tener seguridad, y no hacia
la experiencia.

El Tesoro y la Perla
Admitiendo el hecho de que es difícil ser dogmático en cuanto al significa de las parábolas que no
fueron específicamente explicadas por el Señor, la opinión de MacArthur es que el tesoro y la perla
valiosa de Mateo 13 están enseñando el costo de la salvación. “Ambas parábolas establecen la idea de
que un pecador que comprende las riquezas invalorables del reino, para obtenerlo gustosamente
cederá cualquier otra cosa que aprecia” (p.135). la opinión de MacArthur es que la salvación es un
intercambio: “ la fe, tal como él (Cristo) la caracteriza, no es nada menos que un intercambio completo
de todo lo que nosotros somos por todo lo que Él es” (p. 135) “Así, en un sentido nosotros pagamos el
precio final para la salvación. Cuando nuestro yo pecaminoso es clavado a la cruz, es un abandono total
de la voluntad propia así como el grano de trigo que cae en la tierra y muere, de manera que pueda
llevar mucho fruto (comparar Juan 12:24). Es un intercambio de todo lo que nosotros somos por todo lo
que Cristo es. Y ello denota una obediencia implícita, una entrega plena al señorío de Cristo. Ninguna
otra cosa se puede calificar como fe salvadora” (p.149)

Si tú insistes en que la salvación es un don gratuito, MacArthur estará de acuerdo, y aún así al
mismo tiempo defiende que es costosa. El dice que “la vida eterna es, en verdad, un don gratuito
(Romanos 6:23). La salvación no puede ser ganada con buenas acciones ni comprada con dinero. Ya ha
sido comprada por Cristo, quien pagó el rescate con su sangre, pero eso no quiere decir que no haya
costo el lo que hace al impacto de la salvación en la vida espiritual. Esta paradoja puede ser difícil, pero
no obstante, es cierta: la salvación es tanto gratuita como costosa” (p.140). ¿Es preciso el análisis de
MacArthur?

MacArthur considera que el hombre que hall6 el tesoro en el campo, y el mercader que busca
perlas, se refieren a un pecador en busca de la salvación, pero en las otras parábolas de Mateo 13, por
ejemplo en las parábolas del sembrador y del trigo y la cizaña, el sembrador es el Hijo del Hombre (ver
13:37). Por la tanto, en este contexto es más natural interpretar que el buscador de perlas y el mercader
son el Hijo del Hombre. Jesucristo, el Hijo del Hombre, dio todo, simbolizado aquí en el hecho de vender

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todo para comprar a su pueblo, representado aquí por media del tesoro escondido en el campo, y por la
perla. En Éxodo, Dios denominó a Israel "mi especial tesoro" (ver Éxodo 19:5; también Salmo 135:4). Es
perfectamente consistente con la Escritura el hecho de hablar de que Cristo nos compr6. Es
incongruente hablar de que nosotros compramos a Cristo o la salvación. Si estas parábolas son acerca
del Hijo del Hombre y no de los pecadores, entonces la interpretación de MacArthur simplemente es
incorrecta. Además, la salvación no es un intercambio (p. 135); es un regalo (Romanos 6:23). La salvación
no puede ser al mismo tiempo gratuita y costosa para la misma persona.

La Parábola del Primero el Postrero

En Mateo 20:1-16, Jesús contó una parábola acerca de un terrateniente que empleó obreros
para su villa. Aunque los empleó a diferentes horas del día, les pagó a todos el mismo salario,
concluyendo que el postrero seria primero, y el primero postrero. Sega MacArthur, "las epístolas
describen diferentes recompensas para el servicio, pero esta no es la idea que establece esta parábola.
El tema aquí es la cualidad de la vida eterna" (p. 146). "Todo el que entra en el reino tiene vida eterna,
tal como cualquier otra persona" (p. 145).

También dice que "la verdad importante que se debe captar es que la fe salvadora es un
intercambio de todo lo que nosotros somos por todo Jo que Cristo es. Es necesario que entendamos que
eso no significa que hacemos un trueque por la vida eterna. No compramos la salvación sometiendo
nuestra vida, ni se da el don de la vida eterna en proporción a la calidad o extensión de la vida que
sometamos. Todo el que le entrega su todo a Cristo, obtiene a cambio todo lo que Cristo tiene para
dar" (p. 143).

La parábola del primero y el postrero es acerca de un trabajo por una paga. Por lo tanto, no es
acerca del evangelio (Romanos 11:6). Interpretar esta parábola como una historia acerca de las
recompensas estaría mucho más de acuerdo con la apariencia de esta parábola y la enseñanza del
Nuevo Testamento. La interpretación de MacArthur y su aplicación para la salvaci6n, pues, confunden la
idea de esta parábola. La parábola no es, en absoluto, acerca de la salvación; es sobre las recompensas.

Lo Perdido y lo Hallado

Las parábolas de la oveja perdida, La moneda perdida y el hijo perdido, en Lucas 15, "marca la idea
de que Dios no está sentado en actitud pasiva mientras la gente va camino al infierno" (p. 150). "Dios
está buscando a los perdidos, Los que reconocen su pecado y se vuelven hacia Él, hallaran que Él está
corriendo hacia ellos con los brazos abiertos" (p. 155).

Con respecto al hijo pródigo, MacArthur escribe: "Aquí aparece una ilustración perfecta de la
naturaleza de la fe salvadora. Obsérvese la sumisión incondicional del joven, su absoluta humildad, y su
disposición inequívoca para hacer todo lo que el padre requiriese de su parte. El pródigo, que comenzó
demandando una herencia anticipada, ahora estaba dispuesto a servir a su padre coma un esclavo de
amor. Dio un giro completo. Su conducta reflejaba una entrega incondicional. Un abandono completo
del yo y una sumisión completa al padre. Esta es la esencia de la fe salvadora. ...Su arrepentimiento fue

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un giro completo y total. Se hizo pobre en espíritu. Se lamente por su pecado. Su arrogancia dio paso a
la mansedumbre y humildad. Fue un hombre diferente al que originariamente dejó el hogar" (p. 153).

MacArthur tiene razón, las tres parábolas de Lucas 15 ilustran que Dios está buscando a los
perdidos. Jesús contó estas tres parábolas para responder a la pregunta de por qué estaba comiendo con
publicanos y pecadores (ver Lucas 15:1). En esencia, estaba enseñando que comía con los pecadores
porque estaban perdidos, y Él los estaba buscando. Pero la declaración de MacArthur de que el hijo
pródigo "es una ilustración perfecta de la naturaleza de la fe salvadora" pasa por alto una observación
fundamental. ¿No es significativo el hecho de que eI hijo pródigo pensó en hacer una promesa de
servicio (Lucas 15:19), pero que el padre no se la requirió, y la habría rechazado porque lo aceptaba como
hijo, no como esclavo (ver versículo 22)? En realidad, el hijo nunca le dijo al padre en cuanto a lo que
tenía intención de hacer porque el padre estaba tan contento de verlo que lo interrumpió (ver versículo
21). El hijo regresó al padre, y el padre lo recibió como estaba y le dio el lugar de un hijo, no de un
esclavo. Para ser especifico, sin importar cuales fueran las intenciones del hijo, las expectativas del padre
eran diferentes. El hijo fue recibido incondicionalmente en base a la elección del padre, no las
intenciones o el comportamiento del hijo.

Estas cinco parábolas que refirió Jesús no enseñan acerca del señorío para la
salvación. Algunas de ellas contienen verdades magnificas y gloriosas referentes al evangelismo tal como
el deseo del padre de salvar a los perdidos, pero no revelan que Jesús demandara que, con el objeto de
ser salve, una persona se alejara del pecado y se sometiese a su señorío. ¡De hecho, algunas de ellas no
tienen absolutamente nada que ver con la salvación!

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Apologética del Evangelio de la Gracia

La Doctrina que Jesús enseñó

Finalmente, la respuesta a La pregunta, "¿Qué deba hacer para ser salvo?" va a plasmarse en una
definición de ciertos términos bíblicos tales come arrepentimiento, fe y discipulado. MacArthur trata
acerca de estos términos en una sección importante de su libro, a la cual denomina "Jesús Califica su
Evangelio". ¿Qué dice MacArthur en cuanto a lo que Jesús quería significar por medio de
arrepentimiento, fe verdadera, discipulado, señorío y el Sermón del Monte? ¿Puede su opinión ser
respaldada con el significado de esos términos y con el texto de la Escritura?

Arrepentimiento

MacArthur lamenta que escritores come Ryrie, Constable y yo hayamos "redefinido el


arrepentimiento de una manera que elimina sus ramificaciones morales". Continua diciendo que "lo
describen como simplemente un cambia de mentalidad en cuanto a quien es Cristo. Esta ciase de
arrepentimiento no tiene nada que ver con dar las espaldas al pecado o abandonar el yo. Esta
completamente despojado de cualquier reconocimiento de culpabilidad personal, cualquier intento de
obedecer a Dios, o cualquier deseo de verdadera rectitud" (p. 161). ¿Qué es, pues, el arrepentimiento?

MacArthur admite que "literalmente quiere decir pensamiento posterior' o 'cambio de idea', pero
bíblicamente su significado no se detiene allí...siempre habla de un cambio de propósito y,
específicamente, un alejamiento del pecado. En el sentido que Jesús lo utilizó, el arrepentimiento
requiere un repudio hacia la antigua vida, y un volverse a Dios para la salvación" (p. 162). "También el
arrepentimiento no es simplemente una actividad mental; el arrepentimiento genuino involucra el
intelecto, las emociones y la voluntad" (p. 163). Luego, MacArthur cita a Geerhardus Vos quien dijo:
"De las tres palabras que se utilizan en los evangelios griegos para describir el proceso, una enfatiza el
elemento emocional del lamento y pena por el malvado curso de la vida pasada...la segunda expresa
una inversión de toda la actitud mental... la tercera denota un cambio en la dirección de la vida, siendo
sustituida una meta por otra" (p. 163, 164). "Ningún evangelismo que omita el mensaje del
arrepentimiento puede ser, adecuadamente, denominado evangelio, porque los pecadores no puede
venir a Cristo sin que haya un cambio radical de corazón, mente y voluntad. Eso demanda una crisis
espiritual que conduce a una cambio completo, y a la postre, a una transformación total. Es la única
clase de conversión que reconoce la Escritura" (p. 167). "No hay salvación fuera del arrepentimiento
que renuncia al pecado" (p. 168).

Así que, MacArthur enseña que el arrepentimiento "siempre involucra un sentimiento de


remordimiento. ...Es un cambio de dirección en la voluntad humana, una decisión voluntaria de
abandonar toda injusticia, y en lugar de ello, procurar la justicia. El arrepentimiento tampoco es
meramente una obra humana; es como cada elemento de la redención, un don de Dios otorgado
soberanamente... Hechos 11:18; 2 Timoteo 2:25. Si Dios es el que otorga el arrepentimiento, no puede
ser visto como una obra humana" (p. 163).

¿Confundido? Con el objeto de ser salvo debes cambiar tu forma de pensar, lamentarte por tu
pecado, darle las espaldas al pecado, abandonar toda injusticia, y procurar la justicia. Aún así, no es
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Apologética del Evangelio de la Gracia

una obra humana. Dios, soberanamente, te otorga eso. Si es así, ¿qué haces, pues, para conseguir que
Dios te dé arrepentimiento?

En el Nuevo Testamento hay solo dos palabras griegas, no tres, que se traducen como
“arrepentimiento”, (la tercera palabra que Geerhardus Vos mencionó nunca se traduce
“arrepentimiento” y quiere decir “tornarse o ser convertido”. Obviamente es diferente a arrepentirse
porque se utiliza en la misma frase junto al arrepentimiento (ver Hec.3:19; 11:21). Una de las dos
palabras traducidas “arrepentimiento” en el Nuevo Testamento quiere decir “lamentarse, sentirse
apenado por algo que has hecho”, pero nunca se utiliza como condición para la salvación (solo
aparece seis veces. Comparar Mateo 21:29; 21:32; 27:3; 2 Corintios 7:8 (dos veces) Hebreos 7:21. En
una de estas referencias Judas se arrepintió-Mateo 27:3). El error de la evaluación de Geerhardus Vos
es que vuelca el significado de las tres palabras en un solo significado. Luego hace de ese significado la
definición de arrepentimiento en cada oportunidad que aparece.

La palabra traducida “arrepentimiento” que se utiliza en pasajes soteriológicos simplemente


describe un cambio de pensamiento o actitud interior. Mantey, de gran fama en gramática griega dijo:
“significa pensar de manera diferente o tener una actitud diferente hacia el pecado y hacia Dios, etc”
(Doctrina Cristiana Básica, p 193). Westcott, el famoso erudito griego, dijo: “se deduce por tanto, que
“arrepentimiento de obras muertas” expresa ese cambio de mentalidad completo-de actitudes
espirituales-que lleva a que el creyente abandone estas obras y busque otro respaldo para la vida”
(Westcott, sobre Hebreos 6:1, p. 144). Plummer denomina arrepentiento a “un cambio de mentalidad
interior” (en su comentario sobre Lucas 3:8). En realidad, Geerhardus Vos, el autor citado por
MacArthur, está de acuerdo en este punto en particular. El define la palabra traducida
“arrepentimiento” en los versículos para salvación como una “inversión de toda la actitud mental” (ver
p. 163).

En mi libro sobre evangelismo, lo resumí de esta manera: “Cuando alguien cambia de idea, tal vez
haya emociones—y tal vez no las haya. Y cuando alguien cambia de idea, se espera un cambio en el
curso de sus acciones, pero ambas cosas son los resultados del arrepentimiento, y no la naturaleza del
arrepentimiento" (Evangelismo: Un Enfoque Bíblico, p. 66). Posteriormente en ese capítulo, señalé que
Berkhof dijo: "Según la Escritura, el arrepentimiento es totalmente una actitud interior, y no se
debería confundir con un cambio de vida que surge de ello. La confesión de pecado y la restauración en
las equivocaciones son frutos del arrepentimiento" (Teología Sistemática, p. 487). Berkhof tiene razón.
Es obvio que el arrepentimiento no es un cambio en el comportamiento, porque la Escritura habla de
arrepentirse y (dar frutos dignos de arrepentimiento (ver Lucas 3:8; Hechos 26:20). Por lo tanto, por
definición, arrepentimiento no es un cambio en el comportamiento. El arrepentimiento es la raíz, el
cambio de comportamiento es el fruto. (Para un debate más detallado sobre el tema del
arrepentimiento, véase “Que Es Arrepentimiento en Evangelismo: Un Enfoque Bíblico p. 65-72).

Iglesia Cristiana Misionera El Camino Página 19


Apologética del Evangelio de la Gracia

La Fe Verdadera

Según MacArthur, el error del enfoque popular actual hacia el evangelismo es que "la apelación
del evangelio está unida a una explicación totalmente inadecuada de lo que significa creer. La definición
moderna de fe elimina el arrepentimiento, borra el elemento moral del creer, olvida la obra de Dios en el
corazón del pecador, hace optativa una confianza progresiva en el Señor" (p. 171). Su opinión es que la
Escritura describe la fe como un regalo (Hechos 11:18; 2 Timoteo 2:25; Efesios 2:8, 9; Filipenses 1:29;
Juan 6:44). Por lo tanto, "como un don divino, la fe no es ni pasajera ni impotente. Es una cualidad
permanente que garantiza su perdurabilidad hasta el final" (p. 173), y obedece. "La fe que Dios
concede incluye tanto voluntad como la habilidad para someterse a su voluntad (comparar
Filipenses 2:13). En otras palabras, la fe acompaña a la obediencia" (p. 173). Luego cita a Berkhof el
cual, dice él, ve tres elementos de la fe genuina—un elemento intelectual que es la convicción y
afirmación de la verdad, "y un elemento volitivo (Fiducia) que es la determinación de la voluntad para
obedecer a la verdad" (p. 173). MacArthur, luego, llega a la conclusión que "el creyente verdadero
obedecerá” Debido a que todos guardamos vestigios de la carne pecaminosa, ninguno obedecerá
perfectamente..., pero el deseo de hacer la voluntad de Dios estará siempre presente en los creyentes
verdaderos...la fe siempre produce un anhelo de obedecer" (p."...Claramente, el concepto bíblico de la
fe no se puede separar de la obediencia" (p.174). Cita a Bultman, quien dijo que "creer es obedecer" (p.
175). El insiste en que "la obediencia es La manifestación inevitable de la fe verdadera" (p.175)

MacArthur reclama que "las bienaventuranzas de Mateo 5:3-12 revelan el carácter de la fe verdadera
tanto como cualquier pasaje de la Escritura que yo conozco" (p. 176). Aquí, pues, está la opinión de
MacArthur en cuanto a cómo es la fe verdadera: "Su característica fundamental es la humildad—pobreza
do espíritu, un quebrantamiento, un conocimiento de la bancarrota espiritual—los creyentes genuinos
se ven a sí mismos como pecadores; saben que no tienen nada para ofrecerle a Dios que
compre su favor. Esa es la razón por la cual se lamentan (Mateo 5:4). Con la pena que acompaña al
arrepentimiento verdadero, destroza al creyente haciéndolo manso (versículo 5). Tiene hambre y sed de
justicia (versículo 6). Cuando el Señor satisface esa hambre, hace misericordioso al que c ree
(versículo 6), puro de corazón (versículo 7), y pacificador (versículo 9). El creyente, finalmente, es
perseguido e injuriado por causa de la justicia (versículo 10). Esa es la descripción de Jesús en
cuanto a la fe verdadera. Comienza con la humildad y alcanza la complacencia en obediencia. La
obediencia que produce la fe verdadera es más que exterior; es una obediencia que brota del
corazón...esta clase de justicia no evita simplemente los actos de adulterio; se extiende hasta aun evitar,
los pensamientos adúlteros. Evita el odio tanto como el asesinato" (p. 177).
MacArthur concluye que "la fe obedece, la incredulidad rebela. El fruto de la vida de una persona
revela si es creyente o incrédula_ No hay término medio). En el sentido bíblico, el simple hecho de
conocer y afirmar hechos, aparte de la obediencia a la verdad, no es creer" (p. 178).

La explicación de fe de MacArthur es contraria a la definición protestante tradicional sobre la fe, y


su respaldo sacado de Berkhof no se presenta con precisión. Una evaluación en cuanto a cómo maneja

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Apologética del Evangelio de la Gracia

la fe requiere, por lo menos, tres puntos: (1) una explicación de la definición teológica clásica de la fe; (2)
un análisis de la cita de Berkhof; y (3) una pregunta exploratoria.

En su comentario sobre Romanos, Charles Hodge, el famoso teólogo de Princeton del siglo
diecinueve, dio la definición de la fe salvadora que ha sido reconocida durante cientos de años par los
teólogos protestantes. Dijo:

Esa fe, por lo tanto, que está conectada con la salvación, incluye conocimiento, es
decir, una percepción de la verdad y de sus cualidades, el asentimiento o la persuasión
en cuanto a la verdad del objeto de la fe; y confianza o seguridad. El ejercicio o condición
mental expresados por la palabra fe, tal coma se utiliza en la Escritura, no es un mero
asentimiento o simple confianza. Es la percepción inteligente, la recepción y la confianza
en la verdad tal como se revela en el evangelio (Comentario sobre la Epístola a los
Romanos, p. 29).

En resumen, la definición teológica clásica de la fe es (1) reconocimiento de la verdad;' (2) recepción


de la verdad; y (3) confianza en la verdad. La fe es confianza, no obediencia. La fe que salva es confianza
en Jesucristo y en su muerte como el pago por el pecado, más ninguna otra cosa.

MacArthur cita a Berkhof reclamando que el había dicho que el tercer elemento, el elemento
volitivo, en la fe era "la determinación de la voluntad para obedecer a la verdad" (p. 173). Obsérvese
que él no encerró esas palabras entre comillas. ¿Quçe dijo Berkhof en realidad? Bajo el título "Los
Elementos de la Fe" da una lista de (a) un elemento intelectual; (b) un elemento emocional; y (c) un
elemento volitivo (paginas 503-505). Bajo este tercer elemento, Berkhof escribió:

Este es el elemento que completa el concepto de fe. La fe no es simplemente una


cuestión del intelecto, ni del intelecto y las emociones combinados; es una cuestión de la
voluntad, determinando la dirección del alma, un acto del alma yendo hacia su objeto, y
apropiándose de este. Sin esta actividad, el objeto de la fe, el cual el pecador reconoce
como verdadero y real, y que se aplica completamente a sus necesidades presentes,
queda fuera de sí y de su fe salvadora. Es una cuestión de vida o muerte el hecho de
apropiarse del objeto. Este tercer elemento consiste en una confianza personal en Cristo
como Salvador y Señor, incluyendo una entrega a Cristo del alma culpable y corrompida,
y una recepción y apropiación de Cristo como la fuente de perdón y vida espiritual
(Teología Sistemática de Berkhof, p.505).

Hay más en cuanto a la cita de Berkhof. Continua a Io largo del resto de la pagina 505 y se extiende
a la pagina 506. La palabra obedecer no aparece ni una sola vez en este extenso párrafo sobre el
elemento volitivo de la fe. Por el contrario, el describe este tercer elemento de la fe come "confianza
personal... apropiación de Cristo" y "una entrega del alma culpable y corrompida", pero nada,
absolutamente nada, se dice acerca de la obediencia. El hecho, es que Berkhof define el elemento

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Apologética del Evangelio de la Gracia

volitivo de la fe como Fiducia, una palabra latina que significa confianza. MacArthur efectúa una cita
perjudicial de Berkhof.

Tengo una pregunta punzante. Si las bienaventuranzas de Mateo 5 revelan el verdadero carácter de
la fe tan bien come cualquier pasaje, ¿por qué la "fe" no aparece allí por lo menos una vez? ¿No está
ese pasaje hablando de ser bienaventurados, una palabra griega que significa "feliz", en lugar de ser
salvos?

El Sermón del Monte (Mateo 7:13-14)


Tal como lo explica MacArthur, "la salvación es una elección que cada persona debe efectuar, pero no
es solo una decisión momentánea en el sentido en que, a menudo, la consideramos...en la culminación
de todo lo que tenia para decir en el Sermón del Monte, el Señor demanda que cada persona elija entre
seguir al mundo por el camino de fácil transitar, o seguirle a él por el camino difícil. En ninguna otra
parte de la Escritura encontraras una definición más clara del evangelio según Jesús" (p. 180).

MacArthur enseña que "Cristo es la puerta; Él es el camino (página 181). Por primera vez en su libro
finalmente llega a mencionar el evangelio tal como lo define Pablo en 1 Corintios 15. Acertadamente
observa "que es la única base de la salvación. La muerte de Cristo sobre la Cruz pagó el precio por
nuestros pecados (1 Corintios 15:3), y su resurrección revele que había conquistado la muerte (1 Corintios
15:20)" (p. 181).

Aún así, MacArthur insiste en que "entrar por la puerta estrecha no es fácil. El señala que, cuando se
le preguntó: "Señor, ¿son pocos los que se salvan?", el Señor respondió: "Esforzaos a entrar por la puerta
angosta" (Lucas 13:23). Luego agrega que la palabra griega traducida "esforzaos" implica "una lucha
agonizante, intensa, con un propósito" (p. 182). "El reino de Dios no es para personas que quieren a
Jesús sin ningún cambio en sus vidas. Es solo para aquellos que lo buscan de todo corazón, aquellos que
agonizan por entrar. Muchos de los que se acercan a la puerta, al descubrir el costo se alejan. No sea
que alguna persona objete que esto es salvación por el esfuerzo humano, recuérdese que es solamente la
capacitación de la gracia divina la que otorga el poder a una persona para que atraviese la puerta. En el
quebrantamiento de un arrepentimiento concedido divinamente, en la pobreza de un espíritu humilde
conferido divinamente, el poder de Dios se convierte en la fuente" (p. 183).

MacArthur es inexorable en cuanto a que "la salvación requiere una transformación


total...produce un cambio de vida (p. 183). ...Cuando una persona se convierte en creyente le declara
la guerra al infierno, y el infierno devuelve el ataque. El seguir a Cristo puede costar la vida misma de
una persona—ciertamente costará la vida de uno en el sentido espiritual. Necesitan solicitarlo los
quebrantados de corazón y comprometidos" (p. 185).

No hay duda que, al final del Sermón del Monte, el Señor coloca dos puertas delante de la gente, dos
caminos que conducen a dos destinos. Tal como lo declara MacArthur, Cristo es la puerta y el camino,
pero asume que el "esforzarse" para entrar es una referencia en cuanto a agonizar por cambiar el estilo
de vida de uno. Esto no tiene por que ser verdad en absoluto. La manera de entrar es confiar en
Jesucristo. La idea de esforzarse es la de, buscar con vehemencia hacerlo, convertido en una prioridad,

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Apologética del Evangelio de la Gracia

y evitar ser indiferente en cuanto a ello. La idea que Jesús establece es la de esforzarse para entrar, lo
cual se hace per la fe, no esforzarte para que cambies tu vida. ¿Esforzarte para cambiar tu estilo de vida
no sería salvación por el esfuerzo propio?

El Sermón del Monte (Mateo 7:21.23)

Jesús advirtió que no todo el que dice "Señor, Señor", o que inclusive hace milagros poderosos,
entrara en el reino de los cielos (Mateo 7:21-22). Él les dirá, "nunca os conocí...hacedores de maldad"
(Mateo 7:23), y no hicieron la voluntad de mi Padre que está en los cielos (Mateo 7:21). El comentario
de MacArthur sobre este pasaje es que lección aquí es que, si una persona vive una vida injusta de
desobediencia, no importa lo que digas, o las buenas cosas que haya hecho, es un incrédulo en peligro
de condenación eterna. Esta es una advertencia muy fuerte, pero es una parte indispensable del
evangelio según Jesús". Por medio de eso, quiere decir que una persona que dice sin hacer, y escucha
sin obedecer, no es creyente (pp. 189-192). "Esta es una repetición final del tema central del Sermón del
Monte—que aquellos que no manifiestan una justicia genuina no entraran en el reino de los cielos" (p.
192).
Debemos admitir que las personas a las cuales Jesús les habló en Mateo 7:21-23 practicaban el
libertinaje, pero ese no era el problema radical de ellos. Su problema fundamental era que no habían
hecho "la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21) y, consecuentemente, nunca
habían conocido a Cristo (Mateo 7:23). La pregunta es: ¿Cuál es la voluntad de mi Padre que está en los
cielos?"
Esa es una frase poco común en el Nuevo Testamento. La Escritura habla a menudo de la voluntad
de Dios, pero solo raras ocasiones acerca de la voluntad del Padre. Jesús mismo nos dice: "Y este es la
voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo
resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y
cree en el, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero" (Juan 6:39-40). La voluntad del Padre
es creer en el Hijo y, así, conocerle. Esa es la idea de Mateo 7:21-23.
Obsérvese cuidadosamente que MacArthur está enseñando que obedecer a Cristo es una parte
"indispensable" (p. 189) del evangelio. MacArthur define al que obedece come "el que considera la
responsabilidad, el que entiende a que se está comprometiendo, y quiere hacerlo bien. Este es el
hombre que oye y obedece" (Mateo 7:24) (p. 194). Aunque MacArthur dice repetidas veces que no cree
en la salvación por obras, lo que dice en este capítulo, como así también en otros lugares del libro,
suena come que si cree. Lo que escribe es, en su mejor aspecto, descuidado y confuso, y en Io peor del
mismo, la salvación por obras. El sí dijo que alguien lo acusaría de enseñar la salvación por obras (pagina
xiii). Con seguridad uno puede ver por qué pensó eso.

Discipulado

La tesis de MacArthur es que "cada creyente es discípulo" (p. 196). Cualquier distinción entre
creyente y discípulo es "puramente artificial" (p. 196), y un llamado al discipulado cristiano
definitivamente demanda "dedicación total". Es una consagración plena sin guardarse nada de manera

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Apologética del Evangelio de la Gracia

consciente o deliberada" (p. 197). Lo que sigue es un poco confuso. En cierto memento parece estar
argumentando que estos son requisitos del discipulado o condiciones de la salvación. Por ejemplo,
dice: "Nuestro Señor aún les enseñó que implicaba la fe de ellos en la salvación, y les recordaba
constantemente del compromiso que habían hecho cuando escogieron seguirle a Él" (p. 198). Por otra
parte, señala que discipulado significa confesar a Cristo delante de los hombres, y luego pregunta:
"¿Significa eso que la confesión delante de los hombres es una condición para convertirse en un
creyente verdadero? No, pero quiere decir que una característica de todo creyente genuino es que él o
ella si confiese a Cristo delante de los hombres... La confesión es una obra humana; es impulsada por
Dios, subsecuente al acto de creer, pero inseparable del mismo. Nuevamente, es una característica de
la fe verdadera, no una condición adicional de la salvación" (pp. 198, 199).

El niega que la confesión sea una condición para convertirse en creyente, pero declara que es
"inseparable" del hecho de creer. ¡A menos que el "creer" no sea necesario para la salvación, esto
es una confusión total!

La falacia en el argumento de MacArthur es que no hay diferencia entre ser "creyente" y "ser
discípulo", entre la filiación y el discipulado. Pero la Escritura enseña que, en el momento en que una
persona cree, se le da la dádiva de la vida eterna (Juan 3:16; Juan 3:37, etc.). Ser discípulo es algo
totalmente diferente. La palabra griega traducida "discípulo" quiere decir aprendiz, alumno. Cuando se
utiliza para designar a un aprendiz de Cristo, el término tiene una variedad de significados. En un
sentido, su significado evoluciona. Al principio, se usa en un sentido general con relación a cualquier
persona que aprende de Cristo (Mateo 8:21; Lucas 16:17; Juan 4:1). Aparentemente, algunos de estos
discípulos ni siquiera eran salvos (Juan 6:60-66). Todos estos aprendieron de Cristo, pero no viajaron
con Él. La palabra discípulo también se utiliza específicamente con relación a los doce apóstoles que
abandonaron sus ocupaciones y viajaron con Cristo (Mateo 4:18-20; Mateo 10:1; etc.). Así que, en los
evangelios, un discípulo era cualquier persona, desde un simple aprendiz que no confiaba en Cristo
hasta un compañero constante que viajaba con Él. Algunos, obviamente, no aprendieron mucho; por lo
tanto, Cristo tuvo que definir que era un verdadero aprendiz, es decir, un discípulo genuino.

Para aprender realmente, una persona debe hacer más que llamarse estudiante y escuchar a un
maestro. Hay una vasta diferencia entre anotarse en una clase y verdaderamente aprender la lección.
En el caso de aprender de Cristo, uno debe comenzar confiando en él (Juan 8:30). Pero simplemente
confiar en Cristo para la vida eterna no garantiza que esa persona aprendiera de él; por eso, "...Dijo
entonces Jesús a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra serás
verdaderamente mis discípulos" (Juan 8:31). La palabra traducida "verdaderamente" quiere decir
"realmente". El verdadero discípulo no es solo uno que ha confiado en Cristo (Juan 8:30), sino uno que
también ha comenzado a obedecer los mandatos de Cristo (Juan 8:31). En otras palabras, Jesús les dijo
a los que creyeron y por lo tanto, tenían vida eterna: Ahora bien, si realmente quieren aprender, deben
continuar en mi Palabra, es decir, obedecerme. Hay, pues, una diferencia entre ser "creyente" y ser
"discípulo".

Iglesia Cristiana Misionera El Camino Página 24


Apologética del Evangelio de la Gracia

Debería ser claramente obvio que hay una diferencia entre ser creyente y ser
discípulo. En el memento en que una persona confía en Cristo, se le otorga el don de la vida eterna (Juan
4:10 Romanos 6:23). Es justificado "gratuitamente" (Romanos 3:24; Apocalipsis 22:17). Por otra parte, ser
discípulo tiene un precio (Lucas 14:28). Esto no es una paradoja, es una simple declaración de hecho.

Si aun existe alguna duda en cuanto a que haya una diferencia entre ser creyente y ser discípulo.
Considérese cuidadosamente Mateo 28:19, 20. Unido al mandato de "hacer discípulos aparecen tres
verbos: ir, bautizar y enseñar. El ir incluye presentarles a Cristo a las personas (comparar Marcos
16:15, 16). El bautismo identifica al creyente con el cuerpo de creyentes, tal como un anillo de bodas
identifica a la persona como casada. Enseñar es, por supuesto, instrucción. El proceso del discipulado,
pues, involucra presentación de Cristo a la persona, identificación con el cuerpo de Cristo, e
instrucción en los mandatos de Cristo. Para decir lo mismo de, otro modo, para que una persona sea
discípulo, debe confiar en Cristo, ser bautizado, y comenzar a obedecer sus mandamientos. Si ser
discípulo es lo mismo que ser creyente, entonces, para ir al cielo uno debe ser bautizado y obedecer los
mandatos de Cristo.

Señorío

MacArthur afirma que "ciertamente la palabra Señor significa deidad dondequiera que la
Escritura, en conexión con el mensaje del evangelio, denomina a Jesús `Señor'. La verdad de que Cristo
es Dios es un componente fundamental del mensaje del evangelio. Ninguna persona que niegue la
deidad de Cristo puede ser salva (1 Juan 4:2, 3)" (p. 208). Luego dice que "pero en la idea de deidad
esta inherente la autoridad, el dominio y el derecho de mandar. Una persona que vive en rebelión
contra la autoridad de Cristo no lo reconoce como Señor en ningún sentido (comparar Tito 1:16)" (p.
208, 209). Insistiendo pues, en que el señorío "involucra las ideas de dominio, autoridad, soberanía y el
derecho a gobernar", MacArthur defiende que en la frase "confiese que Jesús es Señor de Romanos
10:9, está implícita la idea de que “la persona que se allega a Cristo para la salvación debe hacerlo en
obediencia a Él, es decir, con una disposición a someterse a Él como Señor" (p. 207).

La palabra "Señor" en el Nuevo Testamento tiene una variedad de significados, incluyendo


"señor", "dueño", "amo", y "Dios". Cuando se utiliza en relación a Cristo, frecuentemente significa
"Dios". La razón de esto, y la prueba de esto, es simple. En el Antigua Testamento, los judíos no
pronunciaban el nombre personal de Dios. En lugar de eso, decían "Señor" (Jehová). En la
Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento, el término "Señor" se utiliza para el
nombre de Dios; así que, la palabra "Señor" simplemente significa Dios. Al llamar a Jesucristo “el
Señor Jesucristo", el Nuevo Testamento le está atribuyendo deidad. Esa no es solo la opinión de los
dispensacionalistas. Están de acuerdo no menos que todos estos: el obispo Westcott, B. B. Warfield, J.
Gresham Machen y, más recientemente el artículo en el Nuevo Diccionario de Teología
Neotestamentaria (para citas y referencias véase El Señorío para Salvación ¿Es Bíblico? de G. Michael
Cocoris, pp. 13,15). Tal como llegué a la conclusión en ese folleto sobre Señorío para Salvación
publicado en 1983:

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Apologética del Evangelio de la Gracia

La idea es que el Nuevo Testamento está defendiendo que Jesucristo es Señor, es decir, que él es
Dios y que como el Dios-hombre, es nuestro Salvador. La palabra "Señor", en la frase “Cree en el
Señor Jesucristo", no se diferencia de un equivalente moderno tal como "pon tu confianza en el
Presidente Reagan". El término "Presidente es su título. Indica su posición y su capacidad para
cumplir sus promesas. En forma similar, el término "Señor", cuando se aplica a Jesucristo, indica su
posición como Dios y, por lo tanto, su capacidad para salvarnos y concedernos la vida eterna (p. 15).

Quizá seria titil una ilustración. Utilizando el método de MacArthur, alguien podría decir que
"Tenemos que creer en el Señor Jesucristo. El significado de Cristo es que Él es el futuro Rey davídico
del reino. Por lo tanto, la implicancia es que, si no crees en Cristo come el futuro rey, no puedes ser
salvo".

Ni los términos que Jesús utilizó, ni la doctrina que enseñó, pueden sustentar la conclusión de
que el evangelio según Jesús era el señorío para la salvación. Mas bien, Jesús mismo dijo: Todo el que
cree en el unigénito tiene vida eterna (Juan 3:16).

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Apologética del Evangelio de la Gracia

AP ÉN D ICE I

El Evangelio según los Apóstoles

En un breve apéndice, MacArthur defiende que el evangelio según los apóstoles era igual al
evangelio según Jesús. Obviamente, eso es verdad (comparar Gálatas 1:11-12). El problema es que ha
querido decir que los discípulos predicaban el mismo evangelio pervertido que colocó en boca de
Jesucristo. Eso no es cierto. Con el objeto de demostrar su caso, practica con pasajes de los epístolas la
misma clase de exposición que utilizó con pasajes de los evangelios. Por ejemplo, cita Romanos 6, y
llega a la conclusión de que Pablo "veía a todos los creyentes como esencialmente obedientes no libres
del pecado o impecables, sino libres de la tiranía del pecado, y siervos de la justicia" (p. 215). Para su
conveniencia, falla en mencionar que en el mismo capítulo siguiente, Pablo dijo de sí mismo: "Soy
carnal, vendido al pecado" (Romanos 7:14). Además, Pablo admitía que había una ley en sus miembros
que lo llevaba "cautivo a la ley del pecado" (Romanos 7:23). ¿Cómo puede una persona leer Romanos y
llegar a la posible conclusión de que todos los creyentes eran libres de la tiranía del pecado? Hay
verdades grandiosas y gloriosas en el libro de Romanos, verdades que todo creyente debería seguir,
pero la realidad es que el capitulo que le sigue a Romanos 6 es Romanos 7, y el libro que le sigue a
Romanos es l Corintios.

Tómese otro ejemplo. MacArthur proclama con vehemencia: "El hecho de que una persona, al fin
y al Cabo, se aparte de la fe demuestra que esa persona, en realidad, nunca fue redimida" (p. 216).
Para respaldar esta declaración cita Colosenses 1:22, y 23. Estos versículos hablan de Dios
reconciliándonos consigo mismo de manera que pueda "presentaros santos y sin mancha e
irreprensibles delante de Él, si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe..." (Colosenses 1:22,
23). Pablo no está diciendo que un creyente será presentado si permanece en la fe. Esta diciendo que
solo será presentado santo, sin mancha, e irreprensible delante de él, si permanece en la fe. No está
diciendo que un creyente debe permanecer en la fe para ser presentado. Punto. Esta diciendo que un
creyente debe permanecer si es que va a ser presentado maduro en Cristo. La prueba, eso es lo qu e
quiere decir Pablo, aparece más tarde en el pasaje cuando dice: "A quien (Cristo) anunciamos,
amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar
perfecto en Cristo Jesús a todo hombre" (Colosenses 1:28). La palabra traducida "presentar" en
Colosenses 1:22 es la misma que se traduce "presentar" en Colosenses 1:28. Ambos versículos
están hablando de nuestra presentación delante del Señor en el tribunal de Cristo. Colosenses 1:28
demuestra de manera concluyente que el presentarnos maduros es el objeto de la muerte de Cristo y
de la predicación de Pablo, y está condicionado al hecho de permanecer en la fe. Esto implica que un
creyente puede ser presentado inmaduro (ver un versículo similar en 1 Juan 2:28).

Hay más. MacArthur denomina a Santiago 4:7-10 "quizá la invitación para salvación más
comprensiva de las epístolas" (p. 218). Si Santiago 4:7-10 es una invitación para salvación, entonces,
para ser salvo, ¡uno debe "limpiar" las manos, "purificar" el corazón, "afligirse", "lamentarse" y "Llorar"!
(ver Santiago 4:8, 9). ¿En realidad, tienen todos que llorar para ser salvos? iNo! Este pasaje no es una

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Apologética del Evangelio de la Gracia

invitación para salvación, no está dirigido a los incrédulos. Está dirigido a los creyentes mundanos
(comparar Santiago 4:1-5). En el versículo siguiente, se dirige a los lectores llamándolos "hermanos"
(Santiago 4:11).

La opinión de MacArthur en relación a I Juan es que les fue escrita a personas que estaban
“luchando con la seguridad" (p. 219) y, por tanto, Juan les dio una prueba moral y una doctrinal para
ver si eran verdaderamente salvos. "La prueba moral requiere obediencia (p. 219); la prueba doctrinal
que Juan dio se relaciona con la deidad y señorío de Jesús" (p. 219). Pero, si Juan, el apóstol, les estaba
escribiendo a personas para tomarles un examen con el propósito de ver si eran salvos o no,
entonces les dio las respuestas para el examen antes de darles el examen mismo. Dice que sabia con
seguridad que sus pecados habían sido perdonados (1 Juan 2:12-14) El tema real de 1 Juan es que el
apóstol Juan está interesado en que estos creyentes permanezcan en la doctrina Cristo (1 Juan 2:24), y en
la persona de Cristo. (1 Juan 2:28)

MacArthur concluye: “El Evangelio según Jesús es el evangelio según los apóstoles” (p.220). Eso
es correcto. El evangelio que Jesús predicó era el evangelio de salvación por medio de la fe (Juan 3:16).
Ese es el mismo evangelio predicado por los apóstoles (ver Romanos 3:28, Santiago 2:23; 1Pedro 2:21;
1 Juan 3:23)

Lo que MacArthur no hace es señalar que sólo hay un pasaje en el Nuevo Testamento que deliberadamente
define en detalle el evangelio ese pasaje es 1 Corintios 15: 1-8, el cual define el evangelio como la muerte de Cristo
por nuestros pecados, y su resurrección de entre los muertos. Los apóstoles, especialmente Pablo, enfatizaron
mucho la muerte y resurrección de Cristo (compara Hechos 17:3-3; 1 Corintios 2:2; Gálatas 2:21; 3:1; Efesios 1:7;
Hebreos 9:14; 1 Pedro 1:19: 1 Juan 1:7) y el hecho de que la salvación es por fe (ver Romanos 3:28; Gálatas 2:16;
Efesios 2:8.9; Santiago 2:23; 1 Juan 5:13; etc) lo cual es precisamente lo que Jesús le dijo que hiciesen (ver Lucas
24:46-48; Marcos 16:15,16)

La opinión de MacArthur acerca del evangelio según Jesús no fue el evangelio predicado por Jesús ni por los
apóstoles. MacArthur ha dicho que esperaba que algunos lo acusaran de “enseñar la salvación por obras” (p.xiii).
¿Puedes imaginarte a alguien acusando a los apóstoles de predicar salvación por obras? El hecho es que Pablo fue
acusado de predicar un evangelio gratuito que permitía que los hombres continuaran en el pecado (Romanos 3:8,
6:1). Además, el hecho de que MacArthur haya anticipado ser acusado de enseñar la salvación por obras es prueba
de que no está predicando el evangelio según Jesús (Gálatas 1:11-12)

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Apologética del Evangelio de la Gracia

APÉNDICE II

El Evangelio según el Cristianismo Histórico

En un segundo apéndice, MacArthur declara que “los más grandes santos a través de los siglos de historia de la
iglesia han repudiado la noción de que la salvación no produzca una transformación completa en el carácter,
comportamiento y forma de vida del creyente” (p.222) es necesario tener en mente varias observaciones en cuanto
a la historia de la iglesia. En primer lugar, todos los evangélicos concuerdan en que la Escritura, no la historia de la
iglesia, es nuestra única autoridad para la práctica y la fe. Mantén eso en mente durante esta exposición, y en todo
otro debate doctrinal que tengas en adelante.

En segundo lugar, no hay duda de que muchos, a lo largo de la historia de la iglesia, incluyendo algunos grandes
santos, han enseñado que la salvación produce la transformación completa del comportamiento del creyente.
¿Significa eso que todas las personas a las cuales cita y se hace referencia en este apéndice estarían de acuerdo con el
sistema de salvación de MacArthur? ¿Estarían esto mismos santos de acuerdo con MacArthur en relación a los
requisitos de la salvación, como así también con los resultados de la salvación? Si leyeran este libro. ¿Aplaudirían o
quedarían aterrados y los acusarían de enseñar la salvación por las obras? No todos los grandes hombres santos que
cita MacArthur se suscribirían al sistema de salvación de MacArthur; v.g. Augustin enseñaba que una persona podía
ser regenerada, pero no elegida, Una persona regenerada se podía perder, pero una persona elegida no
(ciertamente esa es una opinión diferente!) Lutero por su puesto, no creía en la perseverancia de los santos de la
manera que MacArthur lo describe en su Libro.

En tercer lugar, considérense los santo que se citna, veinticuatro en total. Cuatro vivieron ante de la reforma
Protestante, un período que cubre cuatrocientos años. Cuatro- Lutero, Malanchton, Zwingli, y Calvino-fueron
reformadores. Catorce de los dieciséis restantes o eran puritanos o estaban fuertemente influenciados por la
teología puritana. Tal como lo declara MacArthur: “los puritanos, en particular, escribieron mucho de la fe salvadora
y el papel de las obras rectas en la vida del creyente” (p.228). el apéndice acerca del “evangelio según el cristianismo
histórico” es una pista en cuanto a dónde sacó MacArthur su evangelio . No es el evangelio según Jesús, o los
apóstoles. Es más precisamente “el evangelio según los puritanos”. Pero hay miles, si, millones de creyentes, muchos
de los cuales podrían ser llamados “grandes santos”, a los cuales aceptarán la teología puritana o el señorío para
salvación.

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Apologética del Evangelio de la Gracia

Observaciones Finales

En su libro, El Evangelio según Jesús, el Dr. Jhon MacArthur, Jr. Refuta la creencia facilista y , supuestamente,
expone el evangelio de Jesús enseñando un sistema de salvación que consiste en cuatro elementos básicos: 1. Dios
da arrepentimiento, fe, dedicación y obediencia. 2. Habrá una transformación del comportamiento, inmediata, capaz
de ser percibida y observada 3. Los creyentes verdaderos tal vez caigan momentáneamente, pero a la postre
perseverarán hasta el fin, 4. Y si una persona se aleja nunca fue genuinamente salva. En resumen, la salvación es la
obra de Dios y por lo tanto, traerá como resultado una vida transformada que permanecerá.
El Evangelio Según Jesús hace surgir una cantidad de cuestiones críticas y corrientes a saber: la creencia facilista
y la falta de de una vida piadosa entre los miembros de la iglesia en la actualidad, la interpretación de varios pasajes
en los evangelios, el significado de los términos para salvación y los resultados de la misma, el papel de Dios en la
salvación, más preguntas referentes a las enseñanzas de las epístolas y la posición de algunos hombres a lo largo de
la historia de la iglesia. El Libro también crea varios problemas prácticos.
Evaluemos estos puntos, y el sistema de salvación de MacArthur.

SE TERGIVERSA A LOS DISPENSACIONALISTAS


MacArthur esta tremendamente preocupado en cuanto a la creencia facilista y la falta de una vida
piadosa entre los miembros de las iglesias en la actualidad, y tiene razón. Existe una creencia facilista que
enseña que todo lo que tiene que, hacer una persona para ser salva es creer los hechos del evangelio,
levantar la mano, hacer una oración, llenar una tarjeta y pasar al frente. Muchos han pasado por tal
proceso y salieron por el otro extremo tan perdidos como cuando entraron. Además, simplemente no
hay duda que machos creyentes profesantes no están viviendo vidas piadosas. El pecado abierto y
público es un hecho del todo común en las iglesias evangélicas de la actualidad. Tal coma dije en el
prólogo, he estado preocupado en cuanto a la creencia facilista virtualmente casi toda mi vida cristiana,
y he escrito en contra de ello antes de que el libro de MacArthur fuese publicado (comparar el capítulo
titulado: "No le Pidas a Jesús que Entre en tu Corazón" en mi libro Evangelismo: Un Enfoque Bíblico).
John y yo estamos de acuerdo en cuanto a la creencia facilista (decisionismo).

MacArthur culpa de la situación actual de las iglesias al dispensacionalismo en general, y en


particular al Dr. Lewis Sperry Chafer, fundador del Seminario Teológico de Dallas. ¿Es esto acertado?
¿Enseñan los dispensacionalistas la creencia facilista de la manera en que lo define MacArthur?

Hombres nombrados en este libro (coma Chafer, Ryrie, Hodges, Constable y yo) no han enseñado
antes, ni enseñan ahora que todo lo que una persona tiene que Hacer para ser salva es creer hechos.
Todos ellos enseñaron, y enseñan ahora, que la conversión verdadera se produce cuando una persona es
convencida de pecado, entiende que Jesucristo—Dios en carne—murió par sus pecados y resucitó de
entre los muertos, y confía en Jesucristo, y en Él solo, para el perdón de sus pecados y la vida eterna.

Iglesia Cristiana Misionera El Camino Página 30


Apologética del Evangelio de la Gracia

Lo que MacArthur no entiende es que realmente hay tres posiciones entre los evangélicos en
cuanto a la salvación, no dos. En su libro ataca constantemente la creencia facilista que debe ser
corregida. Pero luego asume que, debido a que ha derrotado lo que yo prefiero llamar decisionismo, él
ha establecido la única alternativa, a saber, el Señorío para salvación. No obstante, hay una tercera
alternativa, esto es, que lo que un pecador necesita hacer para ser salvo es reconocer su pecado confiar
en Jesucristo como su Salvador. El punto donde MacArthur más se acerca a reconocer tal posición es en
una nota de pie de página en la cual dice que Blauvelt define la fe como "confiar en Cristo para la vida
eterna". MacArthur agrega: "Es difícil ver como ese tipo de fe, aparte de cualquier clase de entrega,
difiere del mero asentimiento verbal o consentimiento mental” (p. 171). Ese es precisamente el
problema de MacArthur. No entiende que hay tres posiciones, no dos: (1) el señorío para salvación; (2)
el evangelio de la gracia de Dios; y (3) la creencia facilista. El gráfico siguiente resume la esencia de cada
punto de vista:

Señorío para Salvación Gracia Creencia Facilista

Alejarse del pecado y Confiar en Cristo Tomar una decisión


someterse a Cristo

MacArthur también tergiversa constantemente a los dispensacionalistas en que él dice que creen
que una persona podría ser salva teniendo intención de vivir en pecado. Ninguno de los hombres
citados en este libro cree eso.

Otra ilustración: MacArthur cita a Chafer cuando éste dice que la gracia es "la libertad cristiana
para hacer precisamente Io que se escoja" (p. 31). Lo que MacArthur omite es que, en el mismo
párrafo, Chafer también dice: "Pero Dios ha provisto una protección suficiente que consiste en el hecho
de que el ideal divino se produce primeramente en el corazón: 'Porque Dios es el que produce en
vosotros así el querer coma el hacer por su buena voluntad' (Gracia, p. 345). MacArthur nuevamente
tergiversa lo que él dice que otros enseñan.

MacArthur ha ido demasiado lejos al sugerir que los dispensacionalistas han creado la creencia
facilista, la cual ha arruinado la pureza de la iglesia, Los dispensacionalistas no han enseñado la
creencia facilista. Además, algunos no dispensacionalistas que precedieron a Chafer han sido acusados
de creencia facilista comentario de J. I. Packer en el Prólogo, p. ix).

SE HA MALINTERPRETADO EL NUEVO TESTAMENTO


Las conversaciones que tuvo Cristo, las parábolas que contó y la doctrina que enseñó no
comprueban que una persona debe abandonar todo pecado conocido y someterse al señorío de
Cristo para ser salva. (Comparar los capítulos de este artículo sobre esos temas.) Repetidamente
MacArthur introduce material en un pasaje tras otro y en una parábola tras otra. Además, redefine la

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Apologética del Evangelio de la Gracia

gracia, el arrepentimiento y la fe. Según MacArthur, gracia es Dios haciendo todo. Ha redefinido el
arrepentimiento incluyendo en él la pena por el pecado y el alejarse del pecado, lo cual no es así. Ha
redefinido la fe, dándole el sentido de obediencia. (Comparar específicamente el capitulo en este
articula sobre "La Doctrina de Jesús".) MacArthur ha ido demasiado lejos al decir que el
arrepentimiento siempre consiste en un profundo dolor por el pecado, y que la fe significa
obediencia.

Mas aún elimina el concepto del creyente carnal. Según él una persona siempre debe ser
transformada inmediatamente, y debe perseverar hasta el fin. ¿No enseña el Nuevo Testamento que
algunos caen en el pecado de muerte? (1 Juan 5:16; 1 Corintios 11:30; Hechos 5:1-11.)

Para decir lo mismo de otra manera, hay dos elementos: el requisito para la salvación, y el
resultado de la salvación (finalmente este debate se centra en: (1) la definición de fe salvadora y (2) la
relación de, justificación y salvación).

El Requisito de la Salvación. ¿Qué debo hacer para ser salvo? La respuesta que da El Evangelio Según
Jesús es que un pecador debe calcular el precio y estar preparado para obedecer (p. 63). Se debe pagar
un gran precio (p. 62). El pecador ser un dolor profundo por el pecado (p. 186). Debe confesar
abandonar su pecado (p. 53). No puede aferrarse, o ligarse a ningún pecado (p. 85). Estará
avergonzado de ello (p. 86). "La fe salvadora es un compromiso a abandonar el pecado y seguir a
Cristo a cualquier precio. Jesús no acepta a ninguno que no esté dispuesto a venir bajo esos términos"
(p. 87). Este acto de fe toma un yugo de sumisión (pp. 107. 112). Demanda "dedicación total",
"consagración plena sin retener nada consciente o deliberadamente" (p. 197). Es una "total negación
del yo---hasta el punto de morir voluntariamente por su causa" (p. 201). Además, la fe "encierra la
obediencia" (p. 173). "...La obediencia a la autoridad divina es un prerrequisito para entrar en el reino.
Claramente, su señorío es una parte integral del mensaje de salvación" (p. 204). "Es claro que la
persona que viene a Cristo para salvación debe hacerlo en obediencia a él, es decir, con una disposición
a someter a Él coma Señor" (p. 207). La fe que salva es “una fe que obedece" (p. 168).

Si se sigue la idea de El Evangelio Según Jesús, entonces, para guiar a alguien a Cristo, en lugar de
usar Juan 3:16 deberías utilizar las bienaventuranzas del Sermón del Monte porque, tal coma explica el
autor, "las bienaventuranzas de Mateo 5:3-12 revelan el carácter de la fe verdadera tanto como
cualquier pasaje de la Escritura que yo conozco" (p. 176). Lo mismo se deberla hacer con Santiago 4:7-
10 porque "quizá la invitación para salvación más comprensiva de las epístolas aparece en Santiago 4:7-
10" (p. 218). ¡Mateo 5:3-12 y Santiago 4:8-10 no usan ni una sola vez la palabra "fe"!

¿Cuál es el requisito para la salvación? El Nuevo Testamento enseña que una persona debe ser
convencida de su pecado (Juan 16:8-11). Debe entender el evangelio. Hay solamente un pasaje en el
Nuevo Testamento que define el evangelio, este es, 1 Corintios 15:1-3. A partir de ese pasaje es
evidente que la esencia del evangelio es que Cristo murió por nuestros pecados y resucitó de los
muertos. Luego una persona debe creer en Jesucristo (ver Juan 3:16; etc.) Fe en el Nuevo Testamento es
simple confianza en Jesucristo. No es suficiente el asentimiento mental hacia los hechos del evangelio.

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Apologética del Evangelio de la Gracia

Para la vida eterna, uno solo debe creer esos hechos debe confiar, depender, fiarse de Jesucristo, más
ninguna otra cosa.

La cuestión final es la definición de la fe salvadora. MacArthur redefine la fe para incluir la


obediencia. Su opinión es que la fe que salva es la fe que obedece. Esa es la opinión de la Iglesia
Católico Romana, con excepción de que dice que la obediencia es hacia la iglesia. Esa es la opinión de la
Iglesia de Cristo, excepto que ellos enseñan que la obediencia incluye el bautismo. Esa es la opinión de
los Adventistas del Séptimo Día, con la excepción de que ellos predican que la obediencia incluye
guardar el sábado como el día de reposo. La verdad es que la fe que salva es la fe que confía en
Jesucristo.

A propósito, MacArthur ataca la creencia facilista por utilizar terminología no


bíblica (ver p. 21). Pero al final del libro, él ha reemplazado la terminología bíblica
con una serie propia de términos no bíblicos, tales como someterse, entregarse, etc.

El Resultado de la Salvación. Según el libro, El Evangelio Según Jesús: "el resultado correspondiente a la
obra salvadora de Dios es una persona transformada...implícito dentro de ese cambio de corazón hay
una nueva serie de deseos, un deseo de agradar a Dios, de obedecer, y de reflejar su justicia. Si no
ocurre un cambio tal, no hay razón para pensar que ha tenido lugar la salvación genuina" (p. 96).
Además, "aquellos cuya fe es genuina comprobaran que su salvación es segura al perseverar hasta el
fin en el camino de rectitud y...los creyentes verdaderos perseveraran. Si una persona se vuelve contra
Cristo, eso es una prueba de que esa persona nunca fue salva... no importa lo convincente que pueda ser
el testimonio de esa persona una vez que se ha vuelto apóstata, ha demostrado irrefutablemente que
nunca fue salvo" (p.98). No es que un creyente nunca peca "sino mas bien, que, cuando peca,
inevitablemente se vuelve al Señor para recibir el perdón y la limpieza" (página 104). (En las palabras
de otro: "La fe que fracasa antes de terminar, fue falsa desde el principio.) "...El fruto es la prueba final
salvación...todos son fructíferos en alguna medida. Los creyentes a veces son desobedientes y, por
supuesto, todavía pecan, pero al final los creyentes son identificados por su fruto" (p. 127). "Si el
arrepentimiento es genuino, podemos esperar que produzca cambios visibles" (p. 166). La fe que es
dada por Dios tiene una cualidad permanente que garantiza su perdurabilidad hasta el fin" (p. 173). ..El
deseo de hacer la voluntad de Dios siempre estará presente en el creyente verdadero" (p. 174). "La
obediencia es la manifestación inevitable de la fe verdadera" (p. 175). "La fe obedece, la incredulidad
rebela. El fruto de la vida de uno revela si esa persona es creyente o incrédula. No hay término, medio"
(p. 178). "La salvación requiere transformación total...produce una vida cam biada" (p. 183).

¿Enseña el Nuevo Testamento que un creyente tendrá siempre una transformación tal en su
comportamiento que será inmediatamente visible? Esta puede ser una pregunta difícil porque el Nuevo
Testamento si enseña que un creyente en Jesucristo es constitucionalmente cambiado (Romanos 6:1-
14), y la implicancia es que esta vida debería comenzar a manifestarse. Pero, ¿enseña el Nuevo
Testamento que todo creyente nuevo inmediatamente hace eso o que, si no lo hace, no fue salvo?

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Apologética del Evangelio de la Gracia

El Nuevo Testamento enseña que es posible ser un discípulo secreto (Juan 19:38). Eso, por lo
menos, demuestra que es posible que no se observe inmediatamente la vida de un creyente nuevo.
MacArthur ha ido demasiado lejos al defender que la salvación siempre produce una vida
transformada inmediatamente visible.

¿Pero no demanda el Nuevo Testamento que el creyente finalmente produzca fruto? ¿Puede una
persona ser creyente y no tener en absoluto ningún fruto? Obviamente, si una persona no tuviera
ningún indicativo de salvación, los creyentes tendrían todo el derecho a dudar de la salvación de esa
persona. Pero esta pregunta es muy difícil y altamente subjetiva. Hay versículos que parecen indicar
que el creyente genuino puede terminar con poco fruto o nada (Juan 15:2; 2 Pedro 1:8-9; 1 Corintios
3:11-15). Además, ¿qué cantidad de fruto es suficiente? El otro lado de esta cuestión es: ¿Puede un
creyente genuino caer en pecado? ¿Puede un creyente ser controlado por el pecado? El Nuevo
Testamento enseña que es posible ser creyente carnal (Romanos 7:14-24; 1 Corintios 3:1-4). La
posición tomada en El Evangelio Según Jesús en cuanto a la regeneración considera como
redundantes e inútiles los imperativos del Nuevo Testamento. Por ejemplo: Pablo dice "no os
conforméis a este mundo" (Romanos 12:2). Si la opinión de MacArthur sobre la salvación es correcta,
no es posible que un creyente se conforme al mundo. ¿Por qué Pablo, pues, advirtió contra esto? El
sistema de salvación de MacArthur ha eliminado la posibilidad de un creyente carnal. ¡Ha ido
demasiado lejos!

¿Enseña el Nuevo Testamento que todos los creyentes perseverarán hasta el fin, enseña también
que si un creyente profesante cae, nunca ha sido salvo? ¡Por supuesto que no! ¿No es posible que un
creyente cometa el pecado de muerte, que es morir en pecado (ver I Juan 5:16; 1 Corintios 11:30;
Santiago 1:15; 5:1-11; Hechos 5:1-11; etc.)? MacArthur una vez más ha ido demasiado lejos al insistir
en que, si un creyente apostata, nunca fue salvo.

Aquí, pues, están las preguntas que deben ser contestadas con relación al resultado de la salvación.
¿Es el cambio en el creyente siempre observado inmediatamente por los demás? ¿No existe cosa tal
come un creyente carnal? ¿No es posible que un creyente cometa un pecado que sea de muerte? El
Nuevo Testamento parece indicar que algunos creyentes no comienzan bien, algunos viven vidas
carnales toda su vida, y algunos no terminan demasiado bien. Eso es trágico, pero cierto. Cuando
sucede, deberíamos lamentarnos y hacer todo lo posible para ayudar a que esos creyentes crezcan. Yo,
personalmente, comenzaría por repasar verdades del evangelio para asegurarme de que el individuo es
salvo. Una vez que estuviese satisfecho de que entendió el evangelio, y dio un testimonio claro de haber
confiado en Cristo, entonces lo instaría, por las misericordias de Dios, a que crezca en la gracia y en el
conocimiento de Jesucristo.

El sistema de salvación de MacArthur tergiversa lo que dice el Nuevo Testamento acerca del
requisito para la salvación y el resultado de la salvación. El Nuevo Testamento no enseña señorío para
salvación. Enseña que Dios en su gracia, salva a los pecadores que son constitucionalmente cambiados

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Apologética del Evangelio de la Gracia

en la conversión y deberían manifestar el señorío de Cristo en sus vidas. Pero, desafortunadamente,


no todos lo hacen inmediatamente, y algunos; caen en el pecado para nunca más volver. Dios, entonces
los castiga inclusive con la muerte física prematura. !Léase 1 Corintios!

SE MANIPULA LA TEOLOGIA
Para prevenir el ser acusada de enseñar la salvación por obras, MacArthur declara
repetidas veces que Dios da el arrepentimiento, la fe, la dedicación y la obediencia. ¿No ha utilizado
MacArthur una legítima enseñanza de la escritura-La obra de Dios en la salvación-para eliminar otra
enseñanza de la Palabra, a saber, la parte del hombre en la salvación? ¿No amonesta constantemente la
escritura a los hombres para que crean? El sistema de salvación de MacArthur parece manipular este
punto doctrinal fundamental al insistir en que Dios hace todo. En el sistema de MacArthur, Dios maneja
títeres. Teológicamente, MacArthur ha ido demasiado lejos. Ha enfatizado el papel de Dios para
virtualmente eliminar el papel del hombre.

SE MALINTERPRETA LA HISTORIA DE LA IGLESIA

Este libro confunde tanto a los creyentes como a los incrédulos por igual en relación a: 1.la condición
para salvación y 2. La seguridad de salvación, sin mencionar lo que hará al provocar que algunos creyentes
juzguen a otros creyentes. (El sistema de salvación de MacArthur producirá confusión y actitud crítica.
Donde el libro de MacArthur es aceptado por una iglesia como la verdad, no producirá un grupo de
creyentes que se amen, sino un grupo de “santos” críticos. Por lo menos así ha sucedido en los lugares
donde se ha predicado esta clase de puritanismo calvinista.)

La Condición para Salvación. ¿Qué debo hacer para ser salvo? El sistema de salvación de MacArthur
enseña que Dios lo hace. Bien, si Él lo hace, ¿Qué debo hacer para conseguir que Dios lo haga?
Aparentemente, debes sentir arrepentimiento por el pecado, abandonarlo, y someterme al Señorío
absoluto de Cristo. ¿Cuánto debo arrepentirme? ¿Qué grado de giro debo efectuar? ¿En qué medida debo
obedecer? Esas preguntas nunca se contestan. Por la naturaleza del caso, cualquier respuesta sería
subjetiva, lo cual causaría que la gente se confundiese, especialmente las personas de tipo perfeccionistas.
El énfasis de MacArthur produciría confusión en relación a la condición para salvación.

Seguridad de Salvación ¿Qué debo hacer para estar seguro de que soy salvo? El sistema do
salvación de MacArthur declara enfáticamente que lo único que convalida la salvación es una vida
de obediencia. Es la única prueba posible de que una persona realmente conoce a Jesucristo, Si uno no
obedece a Cristo como forma de vida, entonces el profesar conocerle es un ejercicio verbal vacío" (p.
194). El autor cita con aprobación a Jonathan Edwards, quien dice; "…No es la intención de Dios que los
hombres obtengan la seguridad de otra manera que mortificando la corrupción, creciendo en la gracia y
obteniendo el ejercicio viviente de ella" (p. 231). “¿La Única prueba posible?" El apóstol Juan dijo: "Y
esta es la promesa que Él nos hizo, la vida eterna" (1 Juan 2:25); "Y este es el testimonio: que Dios nos
ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene vida; el que no tiene al Hijo de
Dios no tiene la vida. Estas cocas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios,
para que sepáis que tenéis vida eterna" (1 Juan 5:11- 13). El apóstol Juan dice que podemos tener

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Apologética del Evangelio de la Gracia

seguridad tomándole la Palabra a Dios. Pero no le hagamos caso a lo que dijo el apóstol Juan. Si
seguimos a John MacArthur, debemos mirar nuestra vida, no la Palabra de Dios; nuestras obras, no la
obra de Cristo. Según el sistema de MacArthur, ¿Es posible tener seguridad de salvación el día en que la
persona confía en Cristo? Por supuesto que no. No saber si simplemente has hecho una mera profesión
o no. Aún no has tenido suficiente tiempo para una "vida de obediencia". Entonces, ¿en qué momento
puedo estar seguro de que tengo la salvación? Juan, no el apóstol, nunca nos lo dice.

Ese, es el problema. “El Evangelio Según Juan" (MacArthur, Jr.) nos deja sin seguridad. Gracias a
Dios que el evangelio según Jesús no es el evangelio Juan (MacArthur Jr.)

Si el señorío para salvación no es la respuesta para la creencia facilista y la vida limpia entre los
creyentes profesantes, ¿entonces cuál es? LA RESPUESTA ES PRE DI CA R EL EVANGE LIO DE LA
GRACI A DE D IO S Y ENS EÑ ARLE A LOS CREYENTES A OBEDECER LA PALARRA DE DIOS,

El evangelio bíblico es !a bendita noticia de que el Dios-hombre. Jesucristo, murió para pagar por
todos nuestros pecados, y resucitó corporalmente de los muertos (1 Corintios 15:3-4). Si alguien
simplemente reconoce que es pecador y confía en Jesucristo--su muerte en la Cruz y resurrección de los
muertos--como su única esperanza de cielo, más nada, ¡el día en que confía en Cristo puede saber que
tiene vida eterna! Tenemos la Palabra de Dios en cuanto a eso (1 Juan 5:10-13).

¿Pero que sucede con el bajo nivel de espiritualidad entre los creyentes profesantes del día de hoy?
No hay duda que muchos asistentes a la iglesia no son regenerados; por lo tanto, primero y principal,
debemos predicar claramente el evangelio de la gracia de Dios, de manera que puedan llegar a conocer
a Jesucristo (el enfoque de MacArthur nos diría que, les pidiésemos a estas personas que observaran
sus vidas para ver si son salvos. Lo que necesitan estas personas es entender el evangelio). Debemos
dirigirlos hacia Cristo y señalarles, especialmente, su muerte en la cruz como el pago complete por el
pecado de ellos). Pero más allá de eso, también es cierto que hay creyentes que están viviendo vidas
impías. Desafortunadamente, esto no es nuevo. En la antigua Corinto había creyentes quo se estaban
emborrachando en la iglesia---y aun viviendo en inmoralidad Algunos inclusive murieron debido a
su pecado; ver I Corintios 11:30) No lo malentendamos, debemos interesarnos en la espiritualidad de
los creyentes, pero la solución no es rehacer el evangelio. Más Bien, la Palabra de Dios se debe predicar
para que los creyentes crezcan en la gracia. Es necesario enseñarles a los creyentes que todo hijo de
Dios debería vivir una vida piadosa ya que Dios lo ha salvado por su gracia, y si lo hace, Dios lo
recompensará en el tribunal de Cristo, o de lo contrario, Dios lo castigará si no lo hace. Es necesario que
se enfrente con la disciplina de la iglesia a los creyentes que están viviendo en pecado público y abierto.

La creencia facilista y la carnalidad son problemas legítimos que deben ser tratados. Pero la
solución no es el señorío para salvación. Es la clara predicación del evangelio de la gracia de Dios a los
pecadores, y la enseñanza adecuada de la Palabra de Dios a los creyentes. Dios salva a los pecadores par la
gracia solo por medio de la fe sola, en Cristo solo-gratuitamente-sin precio para el que simplemente
confíe, es decir, se fíe de Jesucristo para la vida eterna (ver Juan 3:16). En la medida en que el creyente
viva una vida de fe y obediencia, crecerá en la gracia de Dos, será conformado a la imagen de Cristo, será

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investido de poder por el Espíritu Santo, y será recompensado en el tribunal de Cristo. Ese es el mensaje
que necesita ser proclamado, no la creencia facilista ni el señorío para salvación.

La creencia facilista va demasiado lejos en una dirección, y el señorío para salvación va demasiado
lejos en la dirección opuesta. Quiera Dios darle a la iglesia un equilibrio bíblico.

TRADUCCION: Alicia A. Guerci

Material compartido a los alumnos del


Instituto Bíblico Palabra de Vida
Agosto, 1, 1989

Manuel Carvajal Jiménez

Iglesia Cristiana Misionera El Camino


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