El embargo de Estados Unidos contra Cuba comenzó en 1960, un año después de que Fidel Castro convirtiera esta isla hacia el comunismo. Se extendió a los alimentos y medicinas en 1962, el mismo año que el enfrentamiento con Rusia sobre la instalación de misiles allí. El embargo ha impedido que las empresas estadounidenses hagan negocios con Cuba y desalentó el turismo hacia Cuba. El gobierno estadounidense también intentó con bastante poco éxito evitar que otros países comerciaran con Cuba. En general, los embargos económicos son indeseables porque interfieren con el libre comercio entre países. Sin embargo, podría presentarse un caso de embargo contra Cuba. Castro no solo permitió que se instalaran misiles rusos en Cuba, a solo 90 millas de Florida, sino que también estaba tratando activamente de interferir en otros países mediante el envío de tropas y los llamados asesores. El objetivo del embargo era imponer dificultades económicas a Cuba que obligarían a Castro a abandonar estas acciones internacionales, y posiblemente incluso a derrocar a su gobierno y al final del comunismo en Cuba. Castro detuvo su aventura internacional, pero él y el comunismo permanecieron firmemente atrincherados durante décadas. La economía cubana lo ha hecho mal y ha quedado rezagada con respecto a las economías de muchos países comparables. Por ejemplo, en 1959, el ingreso cubano per cápita era superior al de Taiwán, otra isla cercana a una superpotencia hostil. Las dos principales exportaciones de Cuba eran azúcar y tabaco, mientras que las de Taiwan eran azúcar y arroz. En ese momento, Taiwan comenzó su transición hacia un sistema de mercado privado y una economía global, mientras que Cuba abolió la propiedad privada y el gobierno se hizo cargo de la economía con la planificación central y la organización central. Desde entonces, la economía de Cuba se ha quedado muy atrás de la de Taiwán, ya que Taiwán se ha aprovechado de los mercados mundiales para crecer a un ritmo notable, mientras que Cuba ha arrastrado con un crecimiento muy lento. El ingreso per cápita de Cuba es un quinto o menos que el de Taiwán. El azúcar y el tabaco siguen siendo exportaciones importantes de Cuba, mientras que Taiwan se ha desplazado hacia bienes electrónicos e industriales complejos. Fidel Castro era un líder carismático que hipnotizó al público con su oratoria, pero fracasó por completo al entregar los bienes al pueblo cubano. El débil desempeño económico de Cuba se debe en parte al embargo, dado que Estados Unidos sería un socio comercial natural importante para Cuba, como lo es para otros países caribeños cercanos y para México y otros países centroamericanos. Sin embargo, el comunismo mismo es la causa principal de su pobre desempeño económico. Se puede decir esto con total confianza dado que el comunismo ha fracasado por completo como sistema económico en todos los países donde se ha intentado. Basta con mirar la diferencia entre las economías de Corea del Sur y del Norte para un claro experimento natural sobre las desventajas de un sistema económico sin propiedad privada y dirección central de la economía. Antes de la Guerra de Corea, la parte atrasada de la economía coreana estaba en el sur y la parte industrial avanzada estaba en el norte. Ahora los papeles se han revertido radicalmente, ya que el Sur y su sistema empresarial privado están muy adelantados económicamente (y en otras dimensiones también) del Norte. En la última década, con Fidel Castro enfermo y su hermano Raúl asumiendo el liderazgo, el gobierno cubano ha comenzado a darse cuenta de lo que el pueblo cubano aprendió hace mucho tiempo, de que el comunismo es responsable de la gran mayoría de su debilidad económica. A pesar de la oposición de los partidarios de la línea dura, Cuba está permitiendo empresas privadas de muy pequeña escala en el comercio minorista y otros sectores, y las casas pueden comprarse y venderse de manera limitada. Estos están a solo unos pasos de distancia del comunismo, pero ponen a Cuba en una pendiente resbaladiza hacia una economía más basada en el mercado que será difícil de revertir. El libre comercio es un principio que los Estados Unidos deberían seguir, excepto en circunstancias extraordinarias. Cuba bajo Fidel, especialmente en sus primeros días, puede haber proporcionado suficientes de estas circunstancias para justificar el embargo. Como Cuba ya no representa una amenaza importante para los intereses estadounidenses, no tiene sentido seguir castigando al pueblo cubano con un embargo al comercio, ni dar excusas a sus líderes por el mal desempeño de la economía cubana. Es hora de poner fin al embargo sobre la exportación e importación de bienes y servicios entre los Estados Unidos y Cuba. El pueblo cubano se beneficiará casi de inmediato. Este puede ser el momento en que tal movimiento ejerza una presión adicional sobre el gobierno cubano para que termine su fallido experimento con el comunismo.
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