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SERMÓN 5

Las dos naturalezas

Tema: La lucha de la naturaleza humana contra la naturaleza del Espíritu


Texto clave: Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la
carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. (Gálatas 5:17).
Objetivo o propósito: Mostrar a los creyentes lo que significa una vida espiritual y cómo
asegurarnos el éxito en ella.
1) Saber. Qué es la naturaleza carnal y la naturaleza del Espíritu.
2) Sentir. El anhelo de que el Espíritu Santo gobierne la vida.
3) Hacer. Decidir rendir la vida al Espíritu Santo para vivir una vida espiritual genuina.

Introducción
Cuando Adán y Eva pecaron perdieron la capacidad de dominar sus emociones,
deseos e impulsos, el pecado se apoderó de ellos y dominó sus acciones, condenaron a sus
descendientes (la raza humana entera) a vivir una lucha espiritual interna, y entre más
avanzamos en la historia humana menos control poseemos de nosotros mismos, el mismo
apóstol Pablo experimentó esta terrible realidad cuando escribió:

Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo
que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si
lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien
hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no
mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien
que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo,
sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal
está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley
en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del
pecado que está en mis miembros. !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de
muerte? (7:14-24)
¿Cómo podemos asegurar el éxito en esta lucha interna contra nuestras inclinaciones
naturales? ¿Encontró Pablo solución a su propia lucha?

Analicemos juntos el pasaje de Gálatas 5:16-25 y estructuremos un plan de lucha ¿Te


parece?:

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de
la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí,
para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la
ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las
cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han
crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también
por el Espíritu. (Gálatas 5:16-25)

I. Dos naturalezas: “el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es


contra la carne” Como lo hemos mencionado anteriormente, el primer paso en este
plan para triunfar en la lucha espiritual interna, es reconocer que existen dos
naturalezas antagónica:
A. La primera de ellas es la naturaleza “carnal” o podrías también nombrarla
como la naturaleza humana, es con la que todos nacemos, es esa inclinación
natural hacia el mal. Vivir bajo esa naturaleza nos llevará irremediablemente a
morir eternamente. La única forma de escapar de ella es volver a nacer, del
agua y del espíritu para obtener una nueva naturaleza.
B. Y esta es la segunda naturaleza, la del Espíritu, la llamaremos naturaleza
espiritual, esta nos es implantada para suprimir la anterior cuando somos
bautizados y nos dejamos guiar por el Espíritu, cuando permitimos que él nos
gobierne.
C. Estas dos naturalezas no pueden convivir pacíficamente, siempre están
confrontación una contra la otra, y siempre una dominará a la otra.
II. Una cuestión de deseos y autodisciplina: “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los
deseos de la carne” Pablo reduce este dilema a una cuestión de deseos o impulsos que
exigen ser satisfechos, sin embargo si deseamos vencer será necesario no satisfacer
los deseos pecaminosos propios de la naturaleza humana. Para decirlo en una solo
palabra se trata de autodisciplina, por supuesto esto se dice fácil pero es mucho más
complejo de lo que creemos.
A. No te engañes, no puedes hacer lo que quieres: Es importante que sepamos
que no poseemos el control absoluto de nuestros actos y emociones, esto no
significa que no seamos responsables de ellos sino que estos estarán
condicionados por nuestra naturaleza interna. Esto es una mala noticia porque
significa que estaremos condenados a vivir en pecado mientras alimentemos
los deseos de nuestra naturaleza humana, pero sí en cambio sometemos
nuestra voluntad al Espíritu este nos capacitará para vencer.
III. ¿Cómo sabemos quien controla nuestras acciones? La tendencia de nuestros actos
refleja la naturaleza que predomina en nuestro interior:
A. Las obras de la carne: A continuación el apóstol lista una serie de acciones que
son producto de los deseos de la carne con la intención de que el lector pueda
hacer un análisis de su propia vida y comprender que tipos de acciones
reflejan la naturaleza predominante en su vida, es interesante notar:
1. 4 de esas acciones están relacionadas con la sexualidad (adulterio,
fornicación o inmoralidad sexual, lascivia y orgías), de hecho el
mismo apóstol escribiendo en la Carta a los Romanos 1:22-31
menciona muchas de estos actos como el resultado de rechazar a Dios
una las consecuencias últimas que acarrea la rebelión contra él.
2. 4 son faltas directas contra Dios (inmundicia, idolatría, hechicerías, y
herejías) lo que refleja que la naturaleza humana tiene la tendencia a
estar contra Dios y no le reconoce como Señor y Creador, aún cuando
su naturaleza busca creer y adorar, sino tiene una revelación de DIos
por medio de las Escrituras y si no se somete a ellas tenderá a
reemplazar al Creador con las cosas creadas.
3. 9 de estas acciones están relacionadas de forma directa con el carácter
y las relaciones humanas (enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, envidias, homicidios y borracheras), el ser humano por
naturaleza es egoísta, pero lo que más me sorprende y preocupa es que
muchos “buenos” cristianos están listos para reprobar las acciones
anteriormente mencionadas como actos pecaminosos y por los que no
se puede entrar al reino de los cielos, pero estos también están en la
lista y los pasamos por alto, los practicamos y no nos parecen tan
malos, es hora de replantearse y buscar el auxilio divino.
4. Todas estas acciones están enmarcadas en la ley de Dios, por lo que, a
menudo, la naturaleza humana siempre encuentra placer en acciones
infringen la ley de divina.
B. “Los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”: Hay dos
aspectos que debemos enfatizar aquí:
1. La consecuencia última de satisfacer los deseos de la naturaleza
humana será perder el acceso al reino de los cielos. Así que esto es un
asunto importante, un tema de salvación que no debemos descuidar.
2. Lo segundo es que no se tratan de meras acciones aisladas o realizadas
alguna vez en la vida, sino de la “práctica”, es decir de aquellos que
viven practicando estas acciones, que forman parte de su estilo de vida,
y tiene una conciencia indolente.
IV. Más el fruto del Espíritu: En contraste con los deseos de la carne, el apóstol presenta
“el fruto del Espíritu”, importantes aplicaciones aquí:
A. La única manera de garantizar el éxito contra la naturaleza carnal es que el
Espíritu de Dios produzca en nosotros su fruto, que satifagamos sus deseos y
dejemos de satisfacer los propios.
B. Al considerarse un fruto y varios significa que el resultado es uno mismo y no
varios o la combinación de algunos. Por otro lado al ser del Espíritu significa
que le pertenece a él y solo a él y es el resultado de sus acciones en el ser.
C. En contraste con las “obras” de la carne, está “el fruto del Espíritu”, las
primeras son acciones, el segundo son cualidades del carácter, y estas
cualidades son las del carácter de Cristo; así que Pablo no está hablando solo
de autodisciplina y control, o de una plan de “couch de vida”, se trata de la
transformación del carácter humana al carácter de Cristo. Solo el Espíritu
Santo puede lograr algo como eso, los seres humanos solo podemos
perfeccionar y mejorar ciertas acciones y hábitos externos, pero un verdadero
cambio en nuestra naturaleza sólo es posible si el Espíritu Santo toma el
control total del ser y le permitimos transformarlo de raíz.

Conclusión
El apóstol Pablo descubrió en su propia vida que, desde que Adán y Eva pecaron, todos los
seres humanos somo seres imperfectos vendidos al pecado, que no tenemos la capacidad
absoluta de controlar nuestras acciones y deseos sino que nos gobierna una naturaleza de
pecado, el le llama la naturaleza carnal ¿Cómo vencerla entonces? ¿Cómo podemos ser libres
de ella? En su carta a los Gálatas él nos enseña:
1. Reconocer que todos enfrentamos este conflicto.
2. Alimenta los deseos del Espíritu y no los de la carne.
3. Una persona que está en rebelión contra DIos indudablemente estará gobernada por su
naturaleza carnal. Y eso se reflejará en sus acciones. La consecuencia final será la
muerte eterna.
4. Si permitimos que el Espíritu Santo gobierne nuestra vida y sometemos nuestra
voluntad y deseos a él, se producirá en nuestro interior su fruto que es un carácter
como el de Cristo, una vida santificada.

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