Gracias por tu pasión, compromiso y dedicación al baloncesto.
Gracias por mostrarnos que el 24 no sólo es el número de tu camiseta, sino las horas al día que has dedicado a ser el mejor del baloncesto. Gracias por dar, dar y dar. Gracias por seguir empujando incluso cuando tu cuerpo te gritaba "no", pero tu mente y tu corazón seguían diciendo "sí". Por los partidos que te has negado a perder. Y por aquellos para los que parecías destinado a ganar. Gracias por tu inagotable motivación. Por competir con despiadada ambición, y por jugar con reverencia y respeto. Por demostrarnos que no es cosa de magia, sino de trabajo duro. Gracias por hacernos reír, gritar, llorar. Saltar en nuestros asientos y disfrutar con nuestras camisetas. Gracias por jugar a este deporte en la forma en la que fue creado para ser jugado. Gracias por enseñarnos a creer en nosotros mismo incluso cuando nadie lo hacía. Durante 20 años lo diste todo por este deporte y por eso estaremos eternamente agradecidos. Gracias por amar el baloncesto.