Está en la página 1de 5

Bases insuficientes para una auténtica discusión pública sobre energía en España

Bases insuficientes para una


auténtica discusión pública
sobre energía en España
Victor Pérez
Catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid
Juan Carlos Rodríguez
Profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid

Hoy, más que nunca, necesitamos una dad de limitar las emisiones de gases de dependencia energética del exterior es de
política energética razonable en España, efecto invernadero por sus posibles efec- las más altas de la Unión Europea de los
aunque no está claro que la discusión tos en el clima. De nuevo, sea cierto o no 15: las importaciones netas representaban
pública sobre energía la facilite. Falta, pro- ese convencimiento, nuestros compromi- en 2003 el 80% de la energía primaria
bablemente, la masa crítica de ciudadanos sos internacionales implicarán, de un consumida en España, mientras que la
con suficiente conocimiento de los temas modo u otro, más costes a corto y medio media de la UE15 se situaba en el 53%2.
energéticos y distancia respecto de los plazo, así como una recomposición de Además, esa dependencia casi no ha deja-
actores interesados. Y es dudoso que las nuestra "cartera" energética. La revitaliza- do de aumentar desde el último mínimo
generaciones que se van incorporando al ción de la discusión sobre energía nuclear (63%), de 1986 (Ministerio de Industria,
debate público mejoren esos conocimien- no es más que el penúltimo ejemplo de la 2005: 174).
tos y esa distancia. urgencia y la trascendencia que tiene para
Por el lado de la evolución de las emisio-
los países de capitalismo avanzado el
Con los precios del crudo por las nubes nes contaminantes, el panorama es algo
repensar sus políticas energéticas1.
vuelve a resonar el argumento de que más halagüeño, pero no mucho. Es cierto
estamos a punto de alcanzar la cima de la que se van reduciendo las emisiones de
producción petrolífera y, por tanto, afron- óxidos del azufre, de monóxido de carbo-
Los retos para España no y de compuestos orgánicos volátiles,
tamos tiempos en los que tendremos que
confiar cada vez menos en el oro negro. Los retos energéticos son especialmente pero no las de NH3 ni las de óxidos de
Sea o no así, el gran crecimiento económi- serios y urgentes para España. Nuestra efi- nitrógeno (Klein et al., 2005: 11). La
co de China, y, pronto, de India, redun- ciencia energética (en torno a los 230 kg reducción en las emisiones de SO2, sin
dará en una creciente escasez del petró- equivalentes de petróleo por mil euros de embargo, no destaca en el marco de la
leo, especialmente si el cártel de la OPEP PIB, en euros de 1995) se encuentra en los UE15: si en 2002, España emitía el 71%
sigue, no sin dificultades, ejerciendo un puestos de cola de la Europa de los 15 de lo que emitía en 1990, la media de la
considerable poder de mercado (Stern, (que tiene una media de 191) (Eurostat, s. UE15 era del 35% (European Environment
2006). Por no hablar de los riesgos de la f. [a]). Además ha empeorado en los últi- Agency, s. f. [a]). En cuanto a los "gases
inestabilidad política en Oriente Próximo (o mos treinta años, sobre todo desde de efecto invernadero", en España están
en países como Venezuela). Ni del conven- mediados de los noventa (Ministerio de aumentando las emisiones de CO2, muy
cimiento de muchos acerca de la necesi- Industria, 2005: 169). Asimismo, nuestra por encima de nuestros compromisos

1
Claro que mientras en Europa o en Estados Unidos comienza dubitativamente esta discusión, y, si acaso, Finlandia
parece decidida a construir un nuevo reactor, en China caminan ya varios pasos por delante, con un decidido programa
de construcción de centrales nucleares (Schafer, 2006).
2
Nuestros cálculos con datos de Eurostat (s. f. [b] y s. f. [c]).

66 Cuadernos de Energía
Bases insuficientes para una auténtica discusión pública sobre energía en España

según el Protocolo de Kioto. Éstos implica- Algo similar se puede decir de los ensayos 2005), dedicado a los residuos nucleares,
ban limitar las emisiones entre 2008 y con nuevos estilos de vida y de la persua- España se situaba en el antepenúltimo
2012 a un 15% más que las de 1990, sión que intentan sus partidarios. En esto, lugar de los 25 países de la UE ordenados
pero en 2002 ya las superaban en un hay que conocer los costes de producir según el nivel de acierto en una batería
35%. En este año, España era el segundo energía con distintas fuentes, el impacto de preguntas sobre cómo se dispone de
país de la UE15 por aumento porcentual medioambiental de cada una de ellas, los los residuos nucleares. Nada muy impor-
de esas emisiones, y el primero según el costes de oportunidad de optar por unas tante si no fuera porque a medida que
aumento de las emisiones de metano y no por otras, los costes de las regulacio- aumenta el conocimiento en ese tema,
(European Environment Agency, s. f. [b]). nes, y así. Obviamente, no hace falta que aumentan, a su vez, las actitudes favora-
los ciudadanos sean expertos en esos bles a la energía nuclear. El segundo
temas, pero sí que tengan la suficiente botón procede del Eurobarómetro espe-
La necesidad de una auténtica información y conocimiento como para cial nº 247 (European Commission, 2006),
discusión pública sobre energía mantener una distancia crítica de las pos- dedicado a las actitudes de los europeos
turas de los actores interesados y juzgarlas sobre la energía. Con esta encuesta, no
En España es, pues, más urgente aún
más allá de los intereses y las posiciones sólo nos situábamos entre los países que
dotarnos de una política energética razo-
políticas de éstos. Estos ciudadanos menos concernimiento muestran por las
nable, que contribuya a asegurar un apro-
demandarán, a su vez, una mayor trans- cuestiones energéticas en sus comporta-
visionamiento de energía que permita
parencia de esos actores. mientos cotidianos, sino que éramos de
bien mantener o ir mejorando nuestro
los que más falta de opinión revelaban en
nivel de vida actual, bien evitar disrupcio- También necesitamos una discusión públi-
las preguntas sobre políticas públicas. En
nes graves en él o bien ajustes lo menos ca auténtica sobre las opciones de política
una sobre cómo afrontar la dependencia
onerosos posibles si hay que efectuar cam- energética compatibles con amenazas
energética del exterior, la ausencia de res-
bios de calado, porque la presión de unos graves a nuestra integridad territorial y,
puesta entre los españoles llegaba al
recursos naturales limitados así lo aconse- especialmente, a nuestro modo de vida.
18%: el segundo puesto por la cola, a
je. Para ello, convendrá hacer un uso En particular, necesitamos un número
distancia de la media del 8%. En otra
mucho mayor de los mercados energéti- suficiente de ciudadanos que sepan pon-
sobre las medidas para ayudar a los ciuda-
cos, experimentar con modos de vida más derar el peso de factores económicos,
danos a reducir su consumo de energía,
eficientes y/o menos contaminantes y geoestratégicos o religiosos, entre otros,
no tenía opinión un 23%: el primero por
estar muy al tanto de las crisis que pueden en decisiones de tanta envergadura. No
la cola, también muy lejos de la media,
poner en grave peligro el suministro de como expertos, pero sí con el mínimo
del 11%). Y en una más sobre sus predis-
energía. En cualquier caso, en una demo- conocimiento de causa propio de un ciu-
posiciones ante retos como los del alza de
cracia liberal como la nuestra es básica la dadano concernido.
precios o el de los compromisos interna-
presencia de una discusión pública autén-
cionales sobre el CO2, la falta de respues-
tica (Pérez-Díaz, 1997) y, por ello, de un
ta llegaba al 26%: de nuevo, el primero
número suficiente de ciudadanos críticos y Los bajos niveles de conocimien- por la cola, lejos de una media del 10%.
bien informados. to (y concernimiento) en España
Si nos planteamos confiar en los mercados Nos tememos, sin embargo, que en
energéticos, hemos de discutir y decidir España no contamos en la suficiente Los insuficientes conocimientos
sobre el alcance de dicha confianza, sobre medida con ese tipo de ciudadanos y ese de nuestros jóvenes
cómo crearlos donde no los hay, sobre su tipo de discusión pública. Al menos, care-
Por lo que se refiere a las generaciones
adecuada regulación, sobre qué aspectos cemos de ellos en menor medida que
venideras, el año pasado publicamos un
(si es el caso) dejamos fuera de la acción otros países de nuestro entorno, y las
libro con los resultados de una encuesta
del mercado, etc. No son temas sencillos, perspectivas que ofrecen las generaciones
sobre esos temas a una muestra represen-
pero se puede conversar razonablemente venideras no son especialmente
tativa de los españoles de 16 a 35 años
sobre ellos, siempre y cuando el público, o halagüeñas.
(Pérez-Díaz y Rodríguez, 2005), que ofre-
un núcleo duro de éste, entienda mínima-
Sobre lo primero, basten un par de boto- ce un retrato sombrío de su nivel de cono-
mente cómo funcionan los mercados,
nes de muestra, procedentes de sendos cimientos de esos jóvenes, similar, por
cómo producen energía las empresas del
Eurobarómetros recientes sobre el tema otra parte, al de sus mayores en las cues-
sector, qué porcentaje de esa energía se
que nos ocupa. En el Eurobarómetro tiones en que pudimos compararlos. Sig-
adquiere fuera, cuánta se produce con
especial nº 227 (European Commission, nificativamente, tampoco varió mucho el
qué fuentes, cosas así.

Cuadernos de Energía 67
Bases insuficientes para una auténtica discusión pública sobre energía en España

desconocimiento según el nivel de estu- tral de ciclo combinado (Commission of distinta, en el Eurobarómetro nº 247 se
dios del entrevistado. Dicha encuesta the European Communities, 2000)3. Muy comprueba que un 54% no estaría dis-
reveló desconocimientos profundos y acti- probablemente, la mayoría ni siquiera puesto a pagar más por la energía si ésta
tudes poco afines con una situación de sabe que una parte nada desdeñable de la procede de fuentes renovables, y entre los
relativa urgencia como la actual, lo cual se presencia actual de energías como la solar que sí estaban dispuestos, más de dos ter-
observa en los tres ámbitos considerados o la eólica se debe a las subvenciones cios apenas estaban dispuestos a aceptar
más arriba: el de el de los mercados, el del públicas de las que disfrutan. Claro que la precios superiores en un 5% (European
cambio en los estilos de vida y el de la inmensa mayoría tampoco tiene idea de Commission, 2006: 19).
posibilidad de crisis graves. cuántos impuestos gravan productos de
Tercero, tampoco parecen los jóvenes
uso tan cotidiano como la gasolina o el
Primero, los jóvenes españoles saben poco españoles muy ponderados en sus juicios
gasoil.
del origen de la energía que consumen, sobre la calidad de los problemas. Los que
de los fines en que se emplea, y, sobre Segundo, los jóvenes españoles cuentan afectan a la energía son muy diversos: los
todo, de los costes de cada fuente. Pre- con que son necesarios grandes cambios hay relacionados con la seguridad del
guntados por las fuentes de la energía pri- en nuestro estilo de vida para resolver los suministro, con la calidad de éste, con la
maria consumida en España, infraestiman problemas medioambientales. Así lo creen evolución de los precios, con el impacto
mucho el carbón, como si fuera una más de dos tercios, quizá porque una medioambiental de la producción y los
energía propia de un pasado remoto. amplia mayoría (tres quintos) piensa que el usos de la energía, entre otros. Una ciuda-
Sobreestiman, en consonancia con una crecimiento económico perjudica al medio danía concernida sería capaz de tener en
percepción sesgada por la novedad, las ambiente o porque mantienen una opi- cuenta, en algún grado, esas múltiples
energías renovables (descontando la nión dividida acerca de la posible contri- facetas. Los jóvenes españoles son bastan-
hidráulica), cuyo peso real apenas alcanza bución de los avances científicos al respec- te unidireccionales, exagerando la faceta
al del carbón. Yerran también al estimar a to. Obviamente, un cambio importante en medioambiental. Tres cuartas partes consi-
qué fines principales se dedica, no ya la el modo de vida no tiene por qué implicar deran que lo más importante de una fuen-
energía en el conjunto de España (sobre- optar por uno más costoso, pero, al te de energía es que no contamine y no
estimando el peso de la industria, tradicio- menos, habrá que afrontar costes extra en genere residuos (la continuidad en el
nal "villano" en las encuestas sobre medio una hipotética fase de transición (por suministro apenas la menciona una déci-
ambiente), sino la electricidad en sus ejemplo, los que implicaría pasar de una ma parte). Dos tercios utilizarían el criterio
hogares: no ven que el principal consumo automoción basada en el petróleo a una medioambiental para elegir suministrador
energético es el de la calefacción, sino que basada en el hidrógeno, o en el etanol). El de electricidad. Asimismo, un tercio pre-
creen que es el de la iluminación y los problema es que los jóvenes no parecen fiere el de la protección del medio
electrodomésticos. muy dispuestos a aceptar un mínimo sacri- ambiente como objetivo principal de la
ficio para facilitar ese tipo de transiciones. política española, proporción sólo supera-
Sobre todo, fallan al comparar los costes
Muchísimos, casi un 80%, son partidarios da por la de los que creen que es más
de producir electricidad a partir de distin-
de pagar más por la electricidad si ésta importante el velar por la salud y la seguri-
tas fuentes, lo cual revela, a su vez, gran-
procede de fuentes renovables, pero, de dad públicas (así lo cree la mitad). El crite-
des desconocimientos acerca de los proce-
ellos, la inmensa mayoría sólo está dis- rio de la seguridad en el suministro apenas
sos de producción de energía eléctrica.
puesta a asumir incrementos de costes lo menciona un 8%.
Una mayoría cree que son precisamente
inferiores a lo que ha aumentado el precio
las fuentes más caras, la energía solar Es decir, no parece que pase por su imagi-
de la gasolina en el último año. Lo cual es
(32%) o la eólica (27%), las que tienen nación la posibilidad de crisis graves que
un indicio no sólo de lo limitado de su
menos costes de producción, y son muy pongan en riesgo el suministro continuado
capacidad de experimentación, sino tam-
pocos los que mencionan fuentes que sí de bienes tan cotidianos como la electrici-
bién de lo difícil que les resulta evaluar
estarían entre las más baratas, como el dad o la gasolina de los coches. Que al
cuantitativamente la dimensión de los pro-
gas natural (7%), el fuel-oil (5%), el apretar un interruptor se encienda la luz o
blemas.
carbón (7%) o la energía nuclear (5%). El que al girar la llave de contacto funcione
error medio no es minúsculo: con datos De todos modos, conviene reconocer que el motor son cosas que van de suyo y no
del año 2000, un Kwh producido con en esa débil disposición a pagar más por requieren de una previsión especial.
energía solar fotovoltaica costaba catorce las energías renovables no están solos.
veces más que uno producido en una cen- Con una formulación de la pregunta algo

3
Para ser justos, hay que admitir que esos costes cambian con el tiempo. Así, hoy día, aunque las fuentes eólica y solar
sigan siendo las más caras, la distancia, por ejemplo, con el gas natural es menor, sobre todo por el alza en los precios
de este último.

68 Cuadernos de Energía
Bases insuficientes para una auténtica discusión pública sobre energía en España

Un par de razones para la Con todo, el estudio ofrece dos puntos de que una elevada proporción de la energía
esperanza apoyo para construir una discusión públi- consumida en España venga del extranje-
ca sobre energía auténtica, con la inter- ro, ante lo cual una mayoría amplia de
Esta situación nos plantea un problema de vención de los ciudadanos de a pie. Por aquéllos (tres quintos) creía que había que
educación cívica. Deben resolverlo los una parte, a pesar de su tendencia a desarrollar más fuentes de energía dentro
medios de comunicación, las empresas, los hacer suyos los estereotipos políticamente de España (no llegaban a un tercio los que
profesionales, las asociaciones y los políti- correctos que circulan en el espacio públi- proponían reducir nuestro consumo de
cos, procurando dar un tratamiento desa- co, se observa muy poca influencia de la energía). Que una mitad de esos jóvenes,
pasionado de los problemas, atenerse a ideología política en las respuestas de los con el sentimiento antinuclear tan exten-
los hechos, dar mayor cabida a todo tipo entrevistados. Esto sugiere que el tema de dido en España, considerase correcta la
de argumentos razonables, yendo más allá la energía y el medio ambiente no está apuesta francesa por la energía nuclear,
de los sentimientos superficiales y los pre- muy afectado por las pasiones partidistas, sugiere una cierta apertura a una discu-
juicios. Sin duda, debería aportar su con- como a veces se piensa, y que hay, sión más sofisticada y compleja que la
tribución a ello el propio sistema educati- todavía, una oportunidad para tratarlo habitual. Q
vo. Es curioso que en esta generación, la como un problema de estado o, mejor
más educada de la historia de España, las aún, de sociedad.
diferencias en el nivel educativo entre
unos y otros jóvenes cuente muy poco y Por otra parte, a pesar de su tendencia a
apenas afecte a las diferencias en la cali- simplificar, los encuestados eran recepti-
dad de su información, de su juicio y de vos a argumentos que no suelen plantear-
sus actitudes sobre los temas de energía y se con suficiente claridad e insistencia en
medio ambiente. Sin duda habrá que la discusión pública, tal como el de la
comenzar por mejorar radicalmente la dependencia energética. Un 82% consi-
calidad de esa educación. deraba como un problema importante el

Referencias bibliográficas

• Commission of the European Communities. 2000. Green paper. Towards a European strategy for energy supply security. Annexes. Disponible en:
http://europa.eu.int/eur lex/en/com/gpr/2000/act769en01/com2000_0769en01 02.pdf.
• European Commission. 2005. Special Eurobarometer 227. Radioactive waste. Disponible en: http://europa.eu.int/comm/public_opinion/archives/ebs/ebs_227_en.pdf.
• European Commission. 2006. Special Eurobarometer 247. Actitudes towards energy. Disponible en:
http://europa.eu.int/comm/public_opinion/archives/ebs/ebs_247_en.pdf.
• European Environment Agency. S. f. (a). Trends in emissions of acidifying pollutants (CLRTAP/EMEP). http://dataservice.eea.eu.int/dataservice/metadetails.asp?id=636.
• European Environment Agency. S. f. (b). Trends in emissions of greenhouse gases (EEA sector classification and IPCC sector classification).
http://dataservice.eea.eu.int/dataservice/metadetails.asp?id=717.
• Eurostat. S. f. (a). Energy intensity of the economy (datos disponibles en la página web de Eurostat, http://epp.eurostat.cec.eu.int).
• Eurostat. S. f. (b). Gross inland consumption of primary energy (datos disponibles en la página web de Eurostat, http://epp.eurostat.cec.eu.int).
• Eurostat. S. f. (c). Net imports of primary energy (datos disponibles en la página web de Eurostat, http://epp.eurostat.cec.eu.int).
• Klein, Heiko, Peter Wind y Maarten van Loon. 2005. "Transboundary air pollution by main pollutants (S, N, O3) and PM. Spain". Norwegian Meteorological Institute.
Disponible en: (http://www.emep.int/publ/reports/2005/Country_Reports/report_ES.pdf).
• Ministerio de Industria. 2005. La energía en España 2004. Madrid: Ministerio de Industria.
• Pérez-Díaz, Víctor y Juan Carlos Rodríguez. 2005. Los jóvenes españoles ante la energía y el medio ambiente. Buena voluntad y frágiles premisas. Barcelona: Fundación
Gas Natural.
• Pérez-Díaz, Víctor. 1997. La esfera pública y la sociedad civil. Madrid: Taurus.
• Schafer, Sarah. 2006. "China leaps forward", Newsweek, 6 de febrero.
• Stern, Roger. 2006. "Oil market power and United States national security", Proceedings of the National Academy of Sciences, 103, 5: 1650-1655.

Cuadernos de Energía 69
La creación del mercado energético europeo, una apuesta de futuro

La creación del mercado


energético europeo, una apuesta
de futuro
José Manuel Díaz Lema
Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Valladolid

La implantación de un mercado único mente se puede hablar de un mercado de la alemana Eon de comprar la españo-
energético constituye una aspiración único europeo cuando las interconexiones, la Endesa, así como de la intención del
comunitaria, que tomó cuerpo primero en como reconoce el recientemente publicado grupo italiano Enel de comprar la francesa
las Directivas del Consejo 90/547 y 91/296 Libro Verde (marzo 2006), únicamente tie- Suez. En Gran Bretaña, por el contrario, el
asociada al tránsito de electricidad y gas nen por objeto garantizar la seguridad del proceso de fusiones y adquisiciones
por las grandes redes, y en la actualidad se suministro en situaciones puntuales, y no empresariales y la entrada de capital
plasma en las Directivas 2003/54 y están pensadas para el comercio regular e comunitario, ha alcanzado una madurez
2003/55 sobre "normas comunes para el intensivo interestatal. Pero además los que debiera mover a la reflexión: de los
mercado interior de la electricidad y del mercados energéticos en los últimos años seis grandes grupos energéticos, tres están
gas natural". El objetivo fundamental de han discurrido por derroteros alejados de la controlados por grupos extranjeros
esta política comunitaria ha sido desde el concurrencia empresarial y la separación de (Powergen, por Eon; Enpower, por la ale-
principio quebrantar la situaciones mono- actividades. mana RWE; y EdF Energy por la francesa
polistas que, bajo diversas formas jurídicas, EdF).
Fundamentalmente, las perspectivas sobre
existían en la Unión. Ya se tratara de
la creación del mercado único energético Si constituye rasgo esencial de las Directi-
monopolios nacionales surgidos a partir de
han servido para alentar los procesos de vas comunitarias el estimular la concurren-
la II Guerra Mundial (Francia, Italia), o de
concentración empresarial en el plano cia por la vía de la separación de activida-
monopolios de carácter zonal o concesio-
interno (así las ocho grandes empresas des, no deja de resultar llamativa la
nal (España, Alemania), las Directivas han
alemanas de suministro energético han creación de estos grupos empresariales
tratado de aplicar la misma receta liberali-
quedado reducidas a cuatro, que produ- que suministrarán al mismo tiempo gas y
zadora a través de tres tipos de medidas
cen el 90% del electricidad y controlan el electricidad, y en cuyas estrategias la refe-
relacionadas entre sí: primera, la separa-
100% del transporte; en España, dos rida separación no parece tener lugar: se
ción de las actividades a las empresas inte-
grandes grupos empresariales, Endesa e trata de empresas de suministro integral
gradas verticalmente; segunda, la exigen-
Iberdrola, controlan el 80% del sector desde la producción hasta el suministro
cia del acceso no discriminatorio de
eléctrico, después de sucesivas fusiones y final propiamente dicho. La conclusión es
terceros a las redes; y tercera, la creación
adquisiciones, etc.). Este proceso de fusio- que no existe un mercado único energéti-
de autoridades reguladoras para asegurar
nes se ha acompañado también en una co, regulado por las Directivas comunita-
la concurrencia empresarial.
segunda fase de compras limitadas en el rias, sino de una evolución en parte al
Sin embargo, entre las intenciones de las exterior; valga señalar la compra de la ita- margen de las mismas, en parte en con-
Directivas brevemente resumidas en el liana Edison por EdF o la más reciente de tradicción con ellas, cuyo resultado al
párrafo anterior y la realidad de la evolu- la belga Elektrabel por el grupo francés momento presente es un proceso intensi-
ción de los mercados energéticos europe- Suez, etc. Y se ha acelerado en los últimos vo de concentración empresarial. El mismo
os, media un abismo. De entrada, mala- meses, sobre todo a partir de la intención Libro Verde concluye su análisis de los

70 Cuadernos de Energía

También podría gustarte