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Regreso Al Nuevo Orden PDF
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Índice
Prólogo
CAPÍTULO 1 .....................................................................................................................8
CONSIDERACIONES SOBRE EL REINO .......................................................................8
1. LA PREGUNTA DE LOS DISCÍPULOS DE CRISTO .................................................................8
2. RAZONANDO ................................................................................................................9
El orden de los tiempos es importante..........................................................................10
3. ¿¡REINO AHORA!?.......................................................................................................10
4. EL PAPEL DE LA IGLESIA EN ESTE TIEMPO .....................................................................11
5. SERÁ M ENESTER UNA LIMPIEZA ...................................................................................12
6. CUIDADO CON CIERTAS DOCTRINAS .............................................................................13
CAPÍTULO 2 ...................................................................................................................15
EL REY; EL REINO Y LA IGLESIA (LA CUESTIÓN POSTMILENARISTA).............15
Basados en el Espíritu Santo .......................................................................................15
1. ¿CUÁL DEBE SER HOY LA EXPERIENCIA DEL REINO ENTRE LOS CRISTIANOS?...................15
2. ¿POR QUÉ ALGUNOS CREEN QUE “AHORA ES EL REINO”?...............................................16
3. LA CUESTIÓN DEL POSM ILENARISM O Y EL DOM INIONISMO .............................................16
A. ¿Qué creían los primeros discípulos? ......................................................................17
B. El error escatológico de Agustín de Hipona y su influencia .......................................18
El emperador Constantino ..........................................................................................19
4. ES M ENESTER BUSCAR DE VERAS A DIOS EN ESTO .........................................................19
Jesuitas, Illuminati y el Vaticano .................................................................................20
¿El Dominio Mundial de la Iglesia? ............................................................................21
CAPÍTULO 3 ...................................................................................................................22
MEDITANDO SOBRE CIERTA REALIDAD ECLESIAL ACTUAL (LA CUESTIÓN
DEL DOMINIONISMO Y AFINES) ................................................................................22
1. ENTENDIDOS EN LOS TIEMPOS......................................................................................22
Un atisbo a una de tantas manifestaciones del “otro evangelio”: el “éxito” ..................24
2. HABLEMOS DE CONSECUENCIAS...................................................................................25
Esas doctrinas que pelean contra la Escritura..............................................................25
3. ÉL VENDRÁ EN LOS DÍAS COM O LOS DE NOÉ .................................................................26
La apostasía: un apunte ..............................................................................................27
4. ¿DISCIPULANDO LAS NACIONES? / LOS SISTEM AS PIRAM IDALES.....................................29
5. ¿LO “NUEVO” DE DIOS?...............................................................................................30
¿Ganando las almas a modo del mundo? .....................................................................31
El “mensaje positivo”; la psicología humanista, y ¡soñar mucho! ................................32
CAPÍTULO 4 ...................................................................................................................35
¿QUÉ VELO HAY QUE CRUZAR ESTA VEZ? .............................................................35
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FIN
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INTRODUCCIÓN
Me entregué al Señor hace treinta años, y por bastante tiempo, estuve flotando en los mares de
la escatología, a la vez, y sin darme cuenta, en dos diferentes e imaginarios barcos, que navegan
en dos direcciones diferentes también.
El primero de esos barcos pertenece a la armada llamada premilenarista, y navega poniendo
rumbo en la dirección literal que da la Biblia. Va a buen puerto, a recibir al Señor en las nubes.
Sube a los cielos con toda la verdadera Iglesia, es testigo del paso de la Iglesia por el Tribunal
de Cristo, es testigo también de las Bodas, y luego desciende con todos los santos glorificados,
con el Señor como capitán, a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de
venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de
Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar
del espíritu angustiado. Seguidamente, a constatar que se reedifican las ruinas antiguas, se
levantan los asolamientos primeros, se restauran las ciudades arruinadas, los escombros de
muchas generaciones, y así empiece el Reino Milenial, etc.
El segundo de esos barcos pertenece a la armada postmilenarista, y navega poniendo rumbo a
una exaltación triunfal de la Iglesia en este mundo y ahora, mucho antes de que el Rey vaya a
descender en gloria en él, y antes de que venga a recogerla. En ese barco, se celebran grandes
fiestas triunfalistas, cargadas de emocionalismo, hay mucha creencia para alcanzar todos los
puertos de su periplo, y muchos creen que la Iglesia que navega en él, con sus supuestos
capitanes y almirantes al frente, podrá derrotar y echar fuera de los mares de este mundo al
enemigo de nuestras almas.
Realmente, y por años me mareé bastante con tanto trajín y con tantas olas. Por un lado
esperaba la venida del Señor a por su Iglesia de un momento a otro, por otro lado creía que la
Iglesia tenía la encomienda del Señor de establecer el Reino en este mundo, antes de Su venida,
y pensaba, ¿cómo va a haber tiempo material para hacer toda esa tarea, si el Señor ya viene? No
me salían los números. En ese momento, fui consciente de estar en dos barcos a la vez,
navegando en direcciones opuestas, hasta que, definitivamente me quedé en un solo barco, el de
bandera premilenarista, y en él avanzo seguro en el rumbo que marca la Biblia, sin lugar a
dudas, y hasta aquí valga esta metáfora marinera.
Y llegaba el año 2000. Una gran mayoría esperaba el paso del terrible “efecto del año 2000”, en
inglés el famoso, ya caduco y olvidado Y2K. Los profetas de turno, sobre todo los de corte
posmilenarista/dominionista, auguraban desastres y tumultos sin par. También decían que
gracias a ese evento sin precedentes, la Iglesia iba a tomar posiciones de autoridad en la tierra, y
que las gentes, en desesperación iban a correr a las iglesias cristianas buscando ayuda y
entregándose al Señor sin paliativos; incluso algunos aseguraban que ese evento iba a ser el
disparador del ansiado y tantas veces anunciado “Gran Avivamiento Mundial”…Pero llegó el
uno de enero del año 2000, y nada, absolutamente nada ocurrió en el mundo, y todo lo que
profetizaron esos profetas y profetisas quedó reducido a simple y vano vapor de humo. Muchos
se acordaron de Deuteronomio 18: 22, donde la Biblia habla de los falsos profetas que hablan en
el nombre del Señor, y no se cumple lo que dicen, que esa no es palabra que el Señor ha
hablado. Ese fue el pistoletazo de salida para algunos, en la carrera de búsqueda de la siguiente
verdad: “¿Qué espera realmente el Señor de Su Iglesia hoy en día?”
Ahora, después de mucho recorrido, podemos dar una definitiva razón en cuanto toda esta
cuestión, y esta es la razón por la cual me he decidido a escribir este libro.
Hablaré con claridad poniendo bastantes ejemplos, testimonios, poniendo a la luz enseñanzas,
doctrinas, movimientos, actitudes y declaraciones diversas, contrastándolo todo con la Biblia.
No va a ser ni fácil ni agradable a veces, debido a que será necesario poner ante los ojos del
lector la realidad sobre diversos movimientos heréticos y herejías varias que, paulatinamente, se
han ido introduciendo en el seno eclesial a lo largo de los últimos años, como es el caso de la
“Visión del G12”, llegando a formar en estos días una verdadera metástasis espirit ual. Pero
como nos enseñó el Maestro: “Nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido,
que no haya de ser conocido, y de salir a luz” (Lucas 8: 17)
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Por todo ello deseo aclarar que en todo esto, jamás busco el dañar a nadie bajo ningún concepto.
Al contrario, el motivo de este libro, obedece a ayudar a muchos a razonar y meditar sobre todos
los aspectos de su creencia, con la intención de hacer pensar, incentivar el deseo de investigar,
aclarar dudas, y llegar a conclusiones conforme a la verdad de Dios una vez revelada a los
santos (Judas 3, 4). Espero conseguirlo con muchos; y con otros, lo habré intentado.
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Capítulo 1
“En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni
será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él
permanecerá para siempre” (Daniel 2: 44)
Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar que viniera el Reino (Mt. 6: 10), ese es el Reino al
que hacía alusión Daniel. Nos adelantamos diciendo que ese es el prometido Reino Mesiánico, y
de ese Reino estaremos hablando mucho en lo sucesivo.
Aunque el Reino está en la Iglesia, y en cada corazón de cada creyente verdadero, el Reino no
es la Iglesia, ni la Iglesia el Reino. Confundir el Reino de Dios, invisible e intangible en el que
la Iglesia presente en este mundo está así como en cada miembro de ella, con el Reino visible,
llamado Reino Mesiánico (Dn. 2: 44; Hchs. 1: 6; Ap. 20) que todavía tiene que venir, es un
error que cometen muchos, y por ello son muy confundidos.
¿Está el Reino establecido en la tierra?, y si no es así, ¿se le ha encomendado a la Iglesia que
establezca ese Reino? Es mi propósito traer luz sobre estas cuestiones en lo posible, para que no
nos llevemos a engaños y a falsas expectativas que incluso puedan desembocar en un posterior
enfriamiento de nuestra fe, y a un apartarse del verdadero camino; para intentar evitar que al
menos en los que pueda ser, se cumplan las proféticas palabras de Cristo:
“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de
tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24: 24) (énfasis nuestro)
“¿Restaurarás el Reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los
tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad” (Hechos 1: 6, 7).
La respuesta fue, no acerca de la restauración del Reino a Israel, sino acerca de cuándo se iba a
producir. Por lo tanto, partimos de la base de que el Reino iba a ser restaurado a Israel, pe ro
Cristo no dijo cuándo en ese momento. Era cosa sólo del Padre.
Hoy en día se habla mucho en cuanto a que la Iglesia debe establecer el Reino en esta tierra, y
se anima a todos los creyentes a avanzar en esa acción, pero, ¿es eso bíblico? ¿Realmente la
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Iglesia está aquí y ahora para establecer el Reino en este mundo? ¿Es el papel de la Iglesia de
Jesucristo establecer el Reino visible? Estas preguntas son importantes, porque si la respuesta a
ellas es sí, entonces entendemos las pretensiones y creencia de muchos maestros y ministros de
ver, no sólo un ansiado avivamiento mundial, sino una reforma total, que traiga consigo una
cristianización del planeta, y un discipulado de las naciones hasta ver el Reino establecido en su
totalidad. Pero si la respuesta es no, entonces es preciso que revisemos nuestros postulados y
nuestra creencia. Mientras tanto, ya les adelanto que ciertamente la respuesta es un rotundo,
¡no!: La Iglesia no está aquí y ahora para establecer el Reino visible en este mundo.
2. Razonando
Leemos en la Palabra: “Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y
todas las familias de las naciones adorarán delante de ti” (Salmo 22: 27). Aquí el salmista
David, inspirado por el Espíritu Santo nos dice que en un futuro se volverán al Señor todas las
familias de las gentes desde todo rincón del planeta. Esto no ha ocurrido jamás, y no ocurrirá,
sino hasta cuando Cristo vuelva en gloria. La confirmación de esto último, la tenemos en el
versículo siguiente: “Porque de Jehová es el reino, y Él regirá las naciones” (V. 28) Pero
veamos: Si como postulan los dominionistas, el profetizado Reino Mesiánico en la tierra debe
ser establecido por la Iglesia, entonces deberíamos esperar una dominación y una paz mundiales
antes del regreso de Jesucristo, que hubieran empezado desde el momento de la Ascensión de
Cristo a los cielos, aunque hubiera sido de modo progresivo. No obstante, jamás la Iglesia de
Jesucristo ha conseguido que se haga la voluntad de Dios en este planeta, no porque haya
fracasado, sino porque ese no es, ni ha sido su llamamiento.
Todos los esfuerzos – bien intencionados o no - que presuntos cristianos han hecho para
establecer por la fuerza o presión el Reino, han fracasado y han sido de gran vergüenza y
oprobio, blasfemando el nombre de Cristo entre las naciones.
Si lo que se pretende es que ahora es el tiempo como enseñan muchos, significaría que los
cristianos deberíamos tomar posiciones de poder en todas las naciones y estamentos de todo
tipo, y progresivamente, ir sacando del medio a los dirigentes impíos, hasta que efectivamente,
un supuesto gobierno de Dios, o Teocracia, fuera establecido, eso, entre otras muchas cosas
afines; pero, ¿es esto lo que la Iglesia debe hacer a partir de ahora?, y ¿cómo supuestamente
debería hacerlo? A esto se le llama Dominionismo o Teología del Dominio, y el nombre corto es
Reino Ahora (Kingdom Now). Para ello, he tomado prestada la definición que nos da un
reconocido ministerio de apologética:
Algunos dominionistas creen que dicha incautación o confiscación de los poderes terrenales será
como resultado de las señales, maravillas y milagros por parte de los líderes muy ungidos que
convencerán al mundo. Otros creen que será como resultado de una política de conquista militar
básicamente, podría entenderse esto como el llamado Reconstruccionismo. La mayoría lo ven
como una combinación de ambas. Esta posición de base absolutamente posmilenarista -
veremos más acerca de este término - es por cierto, la enseñanza histórica de la iglesia católico-
romana.
Estarán de acuerdo conmigo en que el tema es importante. Nos es muy necesario entender qué
es lo que creen muchos de nuestros hermanos en la fe, y aún, lo que realmente cre emos cada
uno de nosotros, porque la comprensión acerca de la tarea y destino de la Iglesia de Jesucristo
varía en sumo grado si uno sigue un postulado u otro. Por lo tanto, sigamos analizando todo ello
para ir entendiéndolo mejor.
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“…y el monte de los Olivos se partirá por en medio…” (Zac. 14: 4), cuando Él regrese en
gloria”
3. ¿¡Reino Ahora!?
Y sin embargo, tenemos, bajo la bandera del Dominionismo (teología del Dominio o Reino
Ahora, Latter Rain Movement, Manifest Sons of God; etc.), a los Reconstruccionistas; a los Neo
Reformistas Apostólicos, los Restauracionistas (Restoration Movement), a los seguidores de la
teología del Reemplazo (*), al G12 de Castellanos o de Cash Luna etc. etc. entre otros, que
parecen no hacer caso a las palabras de Jesús cuando respondió acerca de la restauración del
Reino: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola
potestad” (Hechos 1: 7), sino que ellos por su cuenta ya están anunciando la restauración del
Reino para ahora, y la subsiguiente conquista de las naciones.
(*) (La llamada teología del Reemplazo es la que enseña que todas las promesas y beneficios de Dios
concernientes a Israel pasaron a la Iglesia cuando Israel rechazó al Mesías)
El Reino en el que ahora vivimos los verdaderos cristianos, no es un Reino terrenal, sino
espiritual. Jesús mismo aclaró que Su Reino no era de este mundo (Jn. 18: 36), y esto sigue
siendo así. Recordemos que la Biblia dice que “Nosotros somos de Dios, y el mundo entero está
bajo el maligno” (1 Juan 5: 19). Los cristianos estamos en la tierra de paso. No hemos sido
colocados aquí para echar raíces en este actual sistema de cosas y valores. Nuestra ciudadanía
está en los cielos, no aquí en la tierra (Fil. 3: 20). En el momento de nuestra conversión a Cristo,
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pasamos de ser ciudadanos del mundo, de lo cual algunos se sienten particularmente orgullosos,
a ser ciudadanos del Cielo; cambiamos de nacionalidad; por ello, nuestra visión es celestial, no
terrenal (Col. 3: 1-3). El Reino de Dios se acercó con la venida de Jesús a esta tierra, y se quedó
en la Iglesia, y para la Iglesia. Por ello Jesús exhortaba de este modo: “El tiempo se ha
cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:
15) ¡La Iglesia de Cristo sí debe vivir en el Reino! Los cristianos vivimos en el Reino de Dios,
estando aquí en la tierra. Es algo así como Dios nos ha constituido una Embajada aquí en la
tierra. Esta es una Embajada invisible e intangible pero real; y como embajadores del Reino de
Dios que somos, cumplimos - o deberíamos cumplir -con el mandamiento de ser sal y ser luz en
este mundo de densas tinieblas (Mt. 5: 13, 14), dando testimonio de Cristo a los demás. Así que,
en esta actual dispensación de la gracia y la verdad (Jn. 1: 17b) la cuestión del Reino de Dios
aquí en la tierra, sólo atañe a la Iglesia, en cuanto a la Iglesia. Cuando la Iglesia no esté, cuando
volvamos a casa, cuando el Señor venga y nos arrebate (1 Ts. 4: 13-18) debido a que nuestra
ciudadanía es celestial, después de ciertos hechos que deberán ocurrir en este mundo, y que
comentaremos hasta la saciedad en este libro, volverá el Rey, y nosotros ya glorificados con Él,
para establecer el Reino Mesiánico, siendo Israel la nación clave en cuanto a todo esto.
El reino de Dios y el reino de los cielos son sinónimos, y en los Evangelios, tanto se usa un
enunciado como el otro para definir lo mismo, es decir, el reino que le pertenece a Dios, y que
no es de este mundo. Jesús predicó el evangelio del Reino (Mt. 24: 14), que son las Buenas
Nuevas para la entrada de los verdaderos creyentes en Cristo al Reino de Dios, por medio de
poner fe en Cristo y en su obra de la cruz y posterior resurrección. De esta manera, nacemos del
Espíritu (Jn. 3: 3) y ya pasamos a ser ciudadanos del reino de los cielos. Este es el mensaje que
predicaron los apóstoles y la Iglesia primitiva (Hchs. 8: 12; 28: 31), y es el mensaje que hay que
seguir predicando sin añadiduras. Por lo tanto, nada tiene que ver todo esto con establecer el
Reino visible sobre la tierra, tal y como pretenden miles de dominionistas, y otros muchísimos
que no saben que lo son; a través de, no sólo enseñanza hablada o escrita, sino también a través
de numerosos cánticos (cada vez más) de muchos autores y cantores creyentes modernos, que
llenan el tiempo de alabanza y adoración de muchos congresos y de muchos servicios de las
iglesias con ese tipo de mensajes. A propósito de esto último, me gustaría expresar aquí, que los
músicos y cantores no son necesariamente ministros (conforme a Ef. 4: 11), ni teólogos, y sin
embargo, aun y sin ser conscientes muchas veces, otros sí, definen doctrina con sus letras de sus
cánticos, y sin quizás pretenderlo, en cierta medida, han llegado a ser, sin serlo, los nuevos
maestros para muchos. Muchos cristianos no leen la Biblia suficientemente, pero sí escuchan y
aprenden de memoria esos cánticos, y los llegan a creer, y hay inexactitud en muchos de ellos, y
hasta herejía en algunos. Atención con eso. Los músicos per se, no pueden sustituir a los
maestros. Se requiere del verdadero ministerio profético en marcha para corregir todo esto (ver
Hchs. 15: 32)
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“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del
Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de
los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2: 15-17)
Sólo aquellos que sean llamados por el Padre (Jn. 6: 65), podrán espiritualmente salir del mundo
para ser parte de la Iglesia, y consecuentemente ser súbditos del Reino de los Cielos.
Contrariamente a lo postulado por los que creen que la Iglesia está aquí para establecer el Reino,
y que hasta que la tierra no esté llena del conocimiento de la gloria de Dios (Hab. 2: 14), el
Señor Jesús no volverá, Éste, en el Monte de los Olivos, profetizó acerca de la tremenda
maldad, rebelión y hasta negación del verdadero Evangelio que iba a ir ocurriendo in crescendo
hasta Su venida en gloria (Mt. 24:3-26). Posteriormente, la revelación de Dios vino a Juan en el
Apocalipsis, donde clara y literalmente la Palabra de Dios nos hace conocer las cosas terribles
que vendrán sobre este mundo. Así que no debemos esperar que las gentes vivan conforme a la
perfecta voluntad de Dios, y que el mundo sea cristianizado, ni por fuerza ni por bondad, antes
que regrese en gloria Jesús, sino radicalmente todo lo contrario. No valen planteamientos
humanistas de buscar hombres de “buena voluntad” que llenen la tierra, sino que Dios tiene
“buena voluntad para con los hombres” (Lc. 2: 14), en el sentido de que, desea el bien de las
almas, y en cuanto a salvación, ésta no es corporativa, sino individual. Así pues, no se trata de
“cristianizar” el planeta, sino en todo caso, de hacer discípulos a todas las naciones (Mt. 28:
19). No todos creerán, como no todos han creído. No todos creen, porque como está escrito, no
de todos es la fe (2 Ts. 3: 2), no obstante, la misión de la Iglesia es la de testificar de Cristo. Si
esto hacemos, estaremos cumpliendo con el propósito por el cual todavía estamos aquí.
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan
de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes
anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la
restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han
sido desde tiempo antiguo”
Ellos aducen dos cosas básicamente, las cuales pasamos a ver en un instante. Cuando la
Escritura nos enseña que la gente al arrepentirse y convertirse vienen de la presencia de Dios
sazones de refrigerio, eso lo interpretan algunos como un avivamiento, que lo extrapolan a lo
mundial, previo a la venida de Jesucristo. No obstante, el verdadero avivamiento, si queremos
usar ese término - el cual por cierto, no vemos en la Biblia - es justamente el del creyente, el
cual previamente tiene el Espíritu Santo – ya que nada se puede avivar que no haya sido
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“Hemos recibido la Palabra en el sentido de que en los años venideros habrá gente
hambrienta por conocer el mensaje de salvación, millones y millones correrán por las
calles demostrando su deseo de saber de Cristo…” 2 (énfasis nuestro)
Pero, honestamente, ¿es eso lo que dice la escritura aludida? Lo que dice este pasaje de Hechos
es justamente lo que leemos, que cuando vayan a llegar los tiempos de la restauración de todas
las cosas, entonces vendrá Cristo para que eso se cumpla. Apoyo a esto dicho lo encontramos en
las mismas palabras de Jesús cuando dijo que su venida en gloria sería como en los días de Noé
(Mt. 24: 37), y como analizaremos más adelante, los días de Noé fueron cualquier cosa menos
días de “restauración de todas las cosas”. Así como el rey Ezequías mandó limpiar el templo
de Jerusalén, Jesucristo en su venida gloriosa hará lo propio respecto a esta tierra. Sólo el Rey
de reyes puede hacer tamaña obra.
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4: 1)
Muchos líderes, bien intencionadamente o no (cada uno sabrá), enseñan que la Iglesia sobre
todo y primeramente a través de los neo apóstoles y profetas, está para “discipular a las
naciones”. Me gustaría que alguien facilitara alguna reseña en el Nuevo Testamento que diga
tal cosa. Lo más parecido a esto, es lo dicho por el Señor Jesús cuando dijo: “Id, y haced
discípulos a todas las naciones…” (Mateo 28: 19), hablándonos de una salvación personal e
individual entre los habitantes de las naciones, y no de una salvación corporativa o nacional,
como éstos proponen. También enseñan que “hemos de tomar las naciones para Cristo”, como
si la Iglesia tuviera el mandamiento y la responsabilidad de subyugar a las naciones, en este
caso, y ponerlas a los pies de Cristo. Esto último es lo que los judíos esperaban que hiciera el
Mesías cuando vino, que hubiera ido contra sus oponentes los romanos, pero como no ocurría,
le rechazaron. La realidad es que los habitantes de las naciones son todos y cada uno de ellos
libres de escoger o rechazar a Cristo (con lo que ello implica en términos de eternidad
individual). Aún Dios, en Su longanimidad, permite esta dispensación de Su gracia para todo
aquel que la quiera aprovechar.
Algunos postulan que el problema estriba en los principados y en las potestades satánicas que
tienen atadas a las personas para que no se conviertan, y para ello citan:
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los
cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les
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Sin embargo, si prestamos atención, lo que el apóstol Pablo está diciendo no es eso, sino lo
contrario. Lo que dice es que el diablo toma ventaja de la incredulidad de las gentes para
cegarlas. El problema es la incredulidad de las gentes, no el diablo en primera instancia. El
diablo no puede impedir en ningún modo que las personas que Dios ha de salvar, se salven. Lo
único que impide que la gente se salve es su amor al pecado y su negativa a abandonarlo, siendo
el principal pecado el rechazar a Cristo.
Nosotros enseñamos y practicamos acerca de la guerra espiritual, entendiendo por tal, aquella
que, dirigida por el Espíritu Santo, cumple con el requisito de Efesios 6: 12, o de 2 Corintios 10:
4, 5. Además Dios nos ha concedido entendimiento y acción en cuanto a lo que significa
expulsar demonios (Mr. 16: 17) y dar a los presos apertura de la cárcel (Is. 61: 1), pero esto
dista mucho del errado magisterio de algunos que aseguran que la Iglesia de Jesucristo está aquí
para echar fuera al diablo y a sus principados de cada nación del globo. Muchos de ellos caen en
fabulismo y superchería. En este sentido, me llegó el testimonio de un ministro, que me decía
acerca de ciertas prácticas de supuesta “guerra espiritual”, como regar con aceite calle por calle,
sembrar estacas en ciertos territorios; hasta enterrar biblias en algunos lugares. Textualmente
me decía así:
“Como en México, promueven un video que un día lo pasaron en una iglesia estando yo
presente, y lanzaron una Biblia al lago por que decían que allí había un encanto,
inmediatamente después enfocaron hacia las nubes y decían que se formó un dragón en
las nubes, e inmediatamente después enfocaron hacia otra nube y decían vean ahora se
formo un león y decían: ¡El león de la tribu de Judá, ya obtuvimos la victoria!” 3
La Iglesia no puede salvar, ni puede tomar las naciones para Cristo, ni establecer el Reino, ni
literalmente echar fuera de este mundo los principados demoníacos, todo esto es una falsa
enseñanza. Básicamente, el diablo sigue en este mundo - hasta que vuelva Cristo en gloria para
ser atado por mil años en el abismo Ap. 20: 3 - por el derecho que tiene a causa de los impíos y
de su pecado, y porque la Palabra así lo enseña. En la medida en que el Espíritu Santo lo dirija,
deberemos hacer guerra espiritual (¡y debemos!) tal y como la Palabra nos enseña, atar y luchar
espiritualmente contra él y sus huestes (Efesios 6: 12) en oración y ayuno, pero nunca creamos
que, usando o no de la “cartografía espiritual”, literalmente echaremos del planeta o de alguna
nación, o territorio a los principados y potestades antes de que vuelva Cristo. Eso es, como
mínimo, una pérdida de tiempo y esfuerzo, y por supuesto, demuestra tener muy poco
conocimiento de las Escrituras, y un demasiado prestar oído a las herejías de ciertos maestros
dominionistas.
En este mundo, tal y como lo conocemos, las cosas no van a ir a mejor, sino a peor, ya nos lo
advirtió el Señor cuando comparó los días de su venida con los días de Noé (Mt. 24: 37). Así
pues, quienes predican y enseñan que la Iglesia va a transformar este mundo y dominarlo en el
nombre de Cristo, se equivocan de manera total, y engañan a los que les creen. Este mundo que
cada vez le da más la espalda a Dios está para ser juzgado a través de los juicios y plagas de
Dios, tal y como lo leemos en el libro de Apocalipsis. Juan ve que la mayor parte de la
humanidad “blasfemaba contra el Dios del cielo, y no se arrepentía de sus iniquidades” (Ap. 9:
20, 21). Aunque, al menos, la tercera parte de la humanidad morirá durante la Tribulación, ni
siquiera el resto en ese tiempo se arrepentirá (Ap. 16: 11; 9: 15-20). Como puede verse, a la luz
de la Escritura, esto está lejos de considerarse un “avivamiento y reforma mundiales”, y aunque
a muchos les cueste creerlo, esto es lo que está para venir, nos guste o no, porque Dios ha
establecido sobre este mundo el “día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” (Ro.
2: 5), aunque esto no agrade a la mente humanista que tanto se ha introducido en los medios
eclesiales hasta este día.
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Capítulo 2
“Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con
excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna
sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y
temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría,
sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la
sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios” (1 Corintios 2: 1-5) (énfasis nuestro)
Como fue con Pablo, el único poder que debemos ejercer a la hora de esparcir el Evangelio, no
es el que brinda el temporal, incluido en él las influencias de este mundo, sino el poder de Dios
por el Espíritu Santo.
1. ¿Cuál debe ser hoy la experiencia del Reino entre los cristianos?
Jesús jamás habló del Reino como una realidad presente terrenal en la Iglesia, o desde la Iglesia.
Los judíos rechazaron a su Mesías, y consecuentemente el Reino prometido fue rechazado
también. Por esa razón, Jesús, el Rey de Israel retornó al Cielo, y está sentado a la diestra del
Padre en espera del tiempo de la Regeneración (Mt. 19: 28), cuando sus enemigos sean puestos
por estrado de Sus pies (S. 110: 1), y eso será a partir del Armagedón (Ap. 16: 16; 19: 11: 21).
Mientras tanto, la experiencia del Reino entre los creyentes en Jesús (tanto de origen gentil
como judío) deberá ser:
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c) En demostración de Su autoridad sobre los poderes de las tinieblas (Mt. 12: 28; Ef.
6: 12; Lc. 10: 19; Mr. 16: 17, 18, 2 Co. 10: 3-5 etc.)
d) En el poder del Espíritu Santo para cumplir con la Gran Comisión (Hchs. 1: 8; Mt.
28: 18-20, etc.)
e) En constante esperanza y santidad.
f) Voluntaria y por fe.
g) Personal e individual.
h) Espiritual.
i) En espera del Rapto (1 Ts. 4: 13-18)
La Iglesia es extranjera y peregrina en este mundo, por eso, llegará un día en que Cristo vendrá
a por ella (Jn. 14: 1-4; 1 Co. 15: 51-53; 1 Ts. 4: 13-18). La ciudadanía de la verdadera Iglesia no
es terrenal, es celestial: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también
esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3: 20, 21). El gobierno de la Iglesia
sólo puede ir hasta donde permite su Cabeza, esto es, Cristo; y hasta el momento - hasta que Él
vuelva en gloria - ese gobierno y acción son exclusivamente espirituales sobre esta tierra (Ef. 1:
20-23).
2. ¿Por qué algunos creen que “Ahora es el Reino”?
Parte de la enseñanza “Restauracionista”, entiéndase, “Movimiento de la Restauración”,
versión europea de la enseñanza dominionista del antiguo, pero aún presente, “Latter Rain
Movement” de Canadá y EEUU de los años 40, del cual hablaremos más tarde con más detalle,
tiene como base que los eventos del libro de Apocalipsis ya han sucedido, que son historia, y
que el Reino de Cristo como Rey sobre la tierra es ahora. Esta es una posición preterista, la cual
también comparte la iglesia católico romana, y de ella procede.
Creen que el Reino es ahora, el llamado Milenio (Ap. 20: 2-4), aunque no lo entienden como un
periodo de mil años exactamente tal y como está escrito, sino como un periodo que, arrancando
desde la Ascensión del Señor, se prolongaría hacia la eternidad. Por lo tanto, las creencias de
este “movimiento de la Restauración”, que muchos comparten aunque no sepan que se llama
así, tienen su naturaleza en la posición POSTMILENIAL. Dicho esto, nos será extremadamente
útil entender que significa ese término. Veamos.
Muchos, sin ser conscientes ni darse cuenta, en mayor o menor medida, son posmilenaristas en
su credo. Esa es la razón por la cual, muchos esperan que en este tiempo ocurran las cosas que
sólo ocurrirán a partir de la venida en gloria de Cristo, cuando realmente empiece el Milenio, o
el Reino de Dios sobre esta tierra. Sólo hay que prestar una mínima atención a cómo va este
mundo para ver que de ninguna manera estamos en el Reino que Dios prometió a Israel; ni
supuestamente a la Iglesia (teología del Reemplazo).
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ministerio), y que ahora está reinando de facto a través de Su Iglesia, de hecho, tomando ella el
lugar de Él en el mundo. Entonces, Él no volverá hasta que progrese un periodo significativo de
gobierno cristiano en este mundo. Los que así creen, dicen que hay que cristianizar toda la
tierra, accediendo al gobierno de las naciones y de las instituciones, y trayendo paz y
prosperidad a la humanidad. El modismo que emplean comúnmente es el de “dominar para
Cristo”. Esta creencia se da de bruces con la respuesta de Jesús a sus discípulos cuando en el
momento en que Él iba a ser ascendido a los cielos, fue preguntado por ellos si en ese tiempo Él
iba a establecer el Reino (ver Hchs. 1: 6, 7). También se da de bruces con la realidad que vemos
y experimentamos en este planeta, que más bien nos indica lo que enseña el premilenarismo,
esto es, que el Señor Jesús viene en breve para poner las cosas en Su orden.
Ireneo (130-200)
“Cuando ese Anticristo haya devastado todas las cosas de este mundo, reinará durante
tres años y seis meses, y se sentará en el templo de Jerusalén. Entonces el Señor vendrá
desde el Cielo sobre una nube y en la gloria del Padre, enviando a ese hombre y a
aquellos que le siguen al lago de fuego, pero trayendo para los justos los tiempos del
Reino; esto es, el Descanso, el Santo Día del Shabbat, y restaurando a Abraham la
herencia prometida, en cuyo Reino el Señor declaró que muchos viniendo del este y del
oeste, se sentarían con Abraham, Isaac y Jacob”.
Tertuliano (160-220):
“Pero confesamos que un Reino nos ha sido prometido sobre la tierra, aunque antes que
en el Cielo, sólo que en otro estado de existencia, y mucho de ello será después de la
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“Antes de St. Agustín, la identificación del reino con la Iglesia parece que nunca fue
establecida, pero a partir de entonces (alrededor del 400 d.C.), vino a ser general”.
La idea de que la Iglesia reinaría victoriosa como un Reino en la tierra, antes de la venida en
gloria de Cristo, no estaba latente en la Iglesia primitiva, ni tampoco está patente en la Biblia si
se es honesto en su interpretación. Como venimos diciendo, la Biblia misma y todos los escritos
de antes de Orígenes, y sobre todo, antes de Agustín de Hipona, son premilenaristas, es decir,
enseñan que el Milenio (mil años literales), es decir, el Reino de Dios sobre la tierra, no será
sino a partir de que vuelva Cristo en gloria a este mundo, destruyendo a Sus enemigos, reunidos
a la sazón en Har Meggido (Armagedón) (Ap. 16:13-16; 19: 11-21; 20: 3-6; Dn. 2: 44, 45; 7: 7-
14; etc. etc.)
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Incluso historiadores liberales y amilenialistas, no tienen otro remedio que admitir que el
premilenarismo fue “observado y creído extensamente por la Iglesia primitiva” 2 . Uno de los
más prestigiosos historiadores de la Iglesia, dijo:
“El punto más chocante en la escatología de la era pre-nicena (antes del año 325), es
el prominente Chileanismo o Milenarismo; es decir, la creencia del reino visible de
Cristo en gloria sobre la tierra con los santos resucitados durante mil años, antes de la
resurrección general y el juicio” 3
El emperador Constantino
El error en e l que están cayendo todos los proponentes del “Reino Ahora”, es exactamente el
mismo que aquél de aquellos líderes cristianos del tiempo del emperador Constantino.
Siguiendo a Constantino, que dijo haberse convertido al cristianismo (él nunca abandonó el
paganismo en realidad), establecieron los principios de lo que luego vino a ser el catolicismo
romano, el fútil intento de teocrizar el mundo entero.
El hombre, aun el cristiano, no está capacitado para ejercer dominio sobre los demás hombres,
ni en el nombre de Cristo. El mismo Señor enseñó así a sus discípulos:
“Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes
ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse
grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será
vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar
su vida en rescate por muchos” (Mateo 20: 25-28)
Sólo Cristo puede gobernar a los hombres según la voluntad de Dios, y lo hará cuando regrese.
La Iglesia no es llamada a ejercer esa función; ya lo intentó en los tiempos de Constantino, y
fracasó estrepitosamente, y a causa de ello, el camino de la verdad fue blasfemado. ¡Cuánta
gente hay en día de hoy, que no quiere saber nada de la verdad de Cristo, a causa del pésimo
ejemplo de una iglesia que se levantó en su día pretendiendo desempeñar el papel de Cristo Rey
en esta tierra!
4. Es menester buscar de veras a Dios en esto
Siendo el caso, es menester ponerse delante del Espíritu Santo, para discernir cuáles son las
motivaciones verdaderas que impulsan a pretender “establecer el Reino Ahora”. Nos daríamos
cuenta de que en muchos casos, entre verdaderos creyentes, esos motivos son básicamente
carnales. Obedecen a la búsqueda de un reconocimiento, de un presunto derecho, de una
ambición o codicia, de un orgullo religioso, de una actitud personalista, de una falsa fe o
presunción. En el mejor de los casos, es la búsqueda de una gloria terrenal para la Iglesia, y
consecuentemente, de una eventual transformación de la humanidad bajo el magisterio y
supuesta autoridad de ella. Esto último no deja de ser atractivo, especialmente para aquel
creyente que vive sinceramente preocupado por el creciente estado caótico de este mundo. Por
eso, muchos ministros cristianos presentan la doctrina del establecimiento del “Reino Ahora”,
como la única opción adecuada para la salvación de este mundo, y el único motivo práctico y
realista de la existencia de la Iglesia. Lamentablemente, esta visión atractiva de gloria no deja de
ser un delirio, un engaño. En realidad es la visión del Globalismo y de los arquitectos del
“Nuevo Orden Mundial”: “Un mundo; una iglesia”. No deja de ser la meta de un sinfín de
grupos y organizaciones, llamados en el argot illuminista, “los mil puntos de luz” (A Thousand
Points of Light), que ocultan sus verdaderas intenciones, y a la cabeza de ellos está el mismo
infierno. Y este deseo del alma el de: “levantarse y tomar la tierra”, está haciendo que miles de
cristianos sinceros vayan en la dirección del Anticristo y de su Falso Profeta, pretendiendo
establecer un reino mundial terrenal antes de la venida de Cristo. Me gustaría detenerme un
poco aquí para dar cobertura a un testimonio que entiendo es importante para comprender un
poco más acerca de todo este asunto.
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(*) (Vaticano, es en latín Vaticanus, la loma donde se asienta esa organización religiosa. Vaticanus
significa: “Lugar de adivinación”, y anteriormente a ser la sede católico romana, durante el imperio
romano, era el lugar donde enterraban a los ejecutados, y donde se realizaban multitud de prácticas de
brujería, de ahí su nombre)
Según Rivera - el cual misteriosamente falleció hace pocos años, y algunos están seguros que
murió a causa de un veneno que actúa al cabo de un tiempo, no deja rastro y muy pocos conocen
- son los Jesuitas (de alto rango) con el General Superior al frente, apodado el pa pa negro el
cual es quien verdaderamente dirige el Vaticano tras las bambalinas, los que están en la
cúspide de toda organización importante: los Illuminati (jesuitas), seguidos por, Opus Dei,
Banca Internacional, la Mafia, el C.F.R. (Council of Foreing Relations), Masonería,
Bieldeberg, Club de Roma, Nueva Era, etc. etc. etc. 6. Según él cuenta, y quizás por todo eso le
costara la vida, cuando empezó a divulgarse que Loyola fundó los Illuminati, los Jesuitas
hicieron que otro miembro fiel llamado Adam Weishaupt (bajo juramento extremo e inducción),
fingiera dejar la orden jesuita y afirmara ser el organizador de los Illuminati, justamente el 1 de
mayo de 1776 (fíjense en el reverso del billete de un dólar americano, y sorpréndanse). Esto se
hizo, según Rivera, para que el mundo creyera que no hay conexión entre los Illuminati y el
sistema católico romano 7
En el siglo II, los montanistas (Herejía de Montano, s. II), fueron los primeros “carismáticos”.
Caían en éxtasis, y practicaban lo que hoy en día hacen muchos neopentecostales. Loyola siguió
sus pasos y mucho de esto lo podemos ver y entrever en los “Encuentros” del G12, o en las
actuaciones de Benny Hinn entre otros muchos. De hecho, los Jesuitas en secreto han estado
usando el movimiento carismático para promover las técnicas de los montanistas del siglo II, los
místicos, y los ejercicios espirituales de Loyola, al igual que las ciencias conductistas. Por
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(Apocalipsis 13: 11-14) “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos
semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón…También hace grandes señales,
de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y
engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia
de la Bestia [Anticristo]”
Ese “avivamiento de poder” será una realidad, pero va a ser un tremendo y apocalíptico falso
avivamiento, dirigido a encumbrar a la Bestia Anticristo, y no cabe duda de que será mundial.
Por otra parte, estamos persuadidos de que la enseñanza que se escucha acerca del gran
avivamiento mundial, cristianizar las naciones, discipular las naciones, conquista de las
naciones, no es más que una preparación para ese falso avivamiento. Entendamos bien que el
Dominio Mundial de la Iglesia es un concepto que no está apoyado por ninguna evidencia
escritural; sólo descansa en un impacto emocional para ser aceptado. Es lamentablemente
curioso el hecho de que en la actualidad es menor el énfasis en los círculos Restauracionistas y
afines, acerca de la necesidad de prestar atención al cumplimiento de la profecía bíblica, ya que
se enseña que el Anticristo, la Tribulación y la apostasía de la Iglesia son temas prácticamente
irrelevantes. Mientras ponen su mira en una “nueva era” (*) de paz y éxito de la Iglesia, sin
tomar en cuenta las profecías de la Tribulación, no esperando en este tiempo la venida de Cristo
a por los suyos, ¡Muchos verán a priori en el Anticristo a un príncipe de paz, ya que éste
prometerá engañosamente a todos, los mismos postulados que ellos persiguen!
(*) Según cuenta Rivera, el finado Pedro Arrupe, General Superior de la Sociedad de Jesús, dijo en una
ceremonia de inducción y juramento extremo de los jesuitas en la que el propio Rivera estuvo: “Es la hora
de la nueva y final purificación de la Iglesia en preparación para el reino de la Nueva Era”. Arrupe usó
“purificación” como palabra clave para describir la purga o exterminio de todos aquellos que son infieles
al papa.
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Es fácil para el creyente corriente y sencillo llegar a pensar que todo el mundo es bueno (porque
él lo es). Eso se llama ingenuidad. La realidad es que vivimos en tiempos muy peligrosos en el
cual existen hombres amadores de sí mismos, lobos rapaces que no perdonan al rebaño, falsos
profetas y maestros que introducen encubiertamente herejías destructoras, falsos apóstoles que
se disfrazan como apóstoles de Cristo ( 2 Ti. 3: 1; Hchs 20: 29; 2 Pe. 2: 1; 2 Co. 11: 13), y a la
cabeza de todos ellos está el propio Satanás disfrazado como ángel de luz, empeñado en que no
se cumpla lo que Cristo prometió: “Las puertas del Hades no prevalecerán contra la Iglesia”
(Mt. 16: 18). Por ello, cuando se intenta sacar a la verdadera Iglesia de su posición y papel
auténticos, para encaminarla en una dirección que no es la del Espíritu Santo, como pretenden
entre otros, los defensores del establecimiento del Reino Ahora, el diablo toma ventaja, y
tristemente muchos son, y serán dañados.
Estaremos aprendiendo más sobre la cuestión del Reino y de sus implicaciones en los siguientes
capítulos. Pero recordemos esto: No hay Reino sin el Rey. Cuando venga el Rey, tendremos el
Reino manifiesto y manifestado en este mundo, no antes.
Capítulo 3
A diferencia de tantos y tantos maestros del Dominionismo actuales, hasta el ladrón que moría
en la cruz al lado del Mesías sufriente, sabía acerca del Reino del cua l hablamos, y de Quien lo
iba a establecer: “Acuérdate de mí cuando Tú vengas en tu reino” (Lucas 23: 42)
Sabemos por la Palabra que sólo Cristo en Su venida (Dn. 2: 44; 7: 14; Ap. 19, 20) establecerá
Su Reino. No obstante, esos maestros enseñan otra cosa, enseñan que la Iglesia es la que está
levantando el Reino, dominando sobre las naciones en este mundo, el cual, paradójicamente, es
cada vez más caótico a todos los niveles, cumpliéndose a cabalidad las palabras de Jesús cuando
dijo que la maldad iría en aumento (Mt. 24: 12) Ahora cuando al diablo se le está dando permiso
para que levante todo lo concerniente a su hijo de perdición, a la Bestia Anticristo (Ap. 13: 2),
¿cómo van a coexistir dos reinos, el de Cristo y el del Anticristo al mismo tiempo? Eso no lo
saben explicar, a no ser que, como muchos hacen, nieguen el surgimiento del personaje
Anticristo y el advenimiento de la Tribulación (Mt. 24: 21; Ap. 7: 14) que están por acontecer
en este mundo, menoscabando terriblemente así el libro de Apocalipsis.
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algo similar. Muchos, no saben distinguir las señales de los tiempos tampoco, y guiados por
doctrinas de hombres y planteamientos extrabíblicos y hasta contrarios a la revelación escrita,
pretenden adelantar el Milenio a estos días, y declarar que “ahora es el Reino”. Esto está
teniendo, y va a tener, unas consecuencias desagradables para muchos que creen lo que enseñan
estos maestros de corte postmilenial, y muchos se sentirán decepcionados y frustrados. Eso
como poco. No obstante, las peores consecuencias serán para todos aquellos que perseverando
en el engaño, entristezcan al Espíritu, porque el problema es que una mentira lleva a otra, y
luego, a otra; e iremos viendo a lo largo de este libro qué erradas doctrinas pueden ir sumándose
unas a otras (y de hecho eso ya está ocurriendo), de manera que el daño llegue a ser mucho. La
Palabra es muy clara al respecto, amonestándonos de veras:
“El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4: 1)
Evidentemente todos ellos, los que apostatan de la fe, jamás nacieron de nuevo.
Algunos dirán que estoy siendo alarmista por decir estas cosas, pero cuidado con los juicios
rápidos, porque la Biblia tiene mucho que decir al respecto. Cuando uno más seguro está de
todo en su propia suficiencia, la Palabra amonesta diciendo: “el que piensa estar firme, mire
que no caiga” (1 Co. 10: 12). El apóstol Pablo exhortaba a los creyentes profesantes de Colosas,
diciéndoles:
“Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente,
haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte,
para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis
fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual
se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro”
(Colosenses 1: 21-23)
Les venía a decir que por haber sido reconciliados con Dios, no por ello podían relajarse de la
fe, y no haber consecuencias. Dios castiga a quien ama. La condición para presentarnos
irreprensibles ante Dios, es permanecer fundados y firmes en la fe, sin salir de la esperanza de la
verdad del Evangelio. Pero, ¿Qué ocurre a aquellos que no actúan como la Palabra está
enseñando? Una cosa sí tengo que decir, porque me consta. El diablo está en estos días últimos,
desesperadamente moviendo el infierno y a los suyos, para intentar que cuantos más cristianos
apaguen al Espíritu, mucho mejor.
La lucha espiritual es tan feroz y espectacular, que me asombra ver a tantos hermanos y
ministros que en vez de estar esperando al Señor que venga a buscarles en cualquier momento,
preparándose para ese evento sin igual, están absolutamente enredados en las cosas de esta vida;
perdiendo el tiempo en asuntos que no aprovechan; absolutamente ausentes de la realidad
espiritual que se está produciendo a su alrededor. Y es que se tienen que cumplir las palabras de
Señor Jesús, cuando dijo que Él vendría cuando menos nos iba a parecer (Mt. 24: 44; 25: 5)
Pero eso no nos excusa, sino que más bien nos acusa. El Señor quiere que estemos velando en
todo tiempo, orando para ser dignos de escapar de todas las cosas que están por venir (Lc. 21:
36); y sin embargo qué poco se predica y se enseña en los púlpitos acerca del Arrebatamiento de
la Iglesia, y de que está por producirse. Al contrario, ahí tenemos a tantos y tantos predicadores
de amplio púlpito, que enseñan, dándolo por hecho, que el Señor todavía va a tardar muchos
años en regresar (Mt. 24: 48), y que ahora es el tiempo de lograr a través de la fe de cada uno, la
consecución de los sueños y ambiciones personales.
El principal problema para el creyente que no cree en el Arrebatamiento, no es ese, sino el que
viva una vida relajada espiritualmente, casi de espaldas a la voluntad de Dios para su vida;
como si todos y cada uno de los días fueran su futuro en esta tierra, como si nunca fuera a partir
de aquí, enredado o absorto en las cosas de este mundo.
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Este entendimiento del “éxito” que expresa Castellanos, es el que tienen todos y cada uno de los
impíos inconversos de este mundo, cuya meta en esta vida es su propia “felicidad”, en el estilo
de aquella popular tonadilla, “Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor…” No obstante,
en todo caso, el “éxito” para el cristiano comprometido, es el agradar a Dios por buscar el hacer
Su voluntad en su vida, y a través de su vida. Para Jesús, el “éxito” era hacer la voluntad del
Padre: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me
envió” (Juan 6: 38). Es Dios quien cuenta aquí, y no las metas, ni los sueños, ni los triunfos
personalistas conquistados como asegura Castellanos; o Joel Osteen, quien a la sazón escribe así
en su libro best-seller “Your Best Life Now”, enseñando sobre el hipotético poder de la mente:
Según Osteen, y todos los maestros posibilistas, todo depende de visualizar y del esfuerzo
mental de uno para conseguir las cosas que todo el mundo en lo natural anhela. Lo que aquí se
presenta es: “usted tiene una vida, vívala como mejor lo entienda”. Pero para el cristiano el
mensaje es otro: “vive la vida de acorde a la voluntad de Dios y Sus designios”, tal y como dice
el salmista:
“El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”
(Salmo 40: 8)
Además, el cristiano verdadero, no anhela ser reconocido, ya que no busca lo suyo. Al respecto,
Jesús quien nos da ejemplo, dijo: “Gloria de los hombres no recibo” (Jn. 5: 41). Por lo tanto, el
verdadero creyente, no necesita ser valorado, porque ya se sabe valorado y aceptado por su
Padre Celestial. Aunque los hombres le rechacen, él se sabe acepto por el Amado (Ef. 1: 6), y
eso es lo que importa, y si lo quieren del siguiente modo, él ya tiene su “éxito” de esta manera.
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Para César Castellanos como dice él en su libro “Liderazgo de éxito a través de los 12”; pág. 38,
lo importante es “alcanzar el éxito”; sin embargo, para el cristiano comprometido, Cristo
mismo es su mayor galardón (o éxito), y no debe alcanzarlo, porque Él ya le alcanzó primero.
2. Hablemos de consecuencias
Como ya mencioné, para el creyente que no profundiza en la Escritura, y se deja llevar por la
falsa enseñanza de la teología del Dominio (Reino Ahora) y otras complementarias, las
consecuencias a las que se enfrenta por seguir ese posicionamiento están a la vista.
Primeramente debemos hablar de error. Ese error es el de llegar a caer en un triunfalismo sin
base real. Ese triunfalismo derivado de creer que la Iglesia está por fe “conquistando las
naciones para Cristo” se volverá en decepción y frustración cuando esa falsa fe se empiece a
apagar, y muchos correrán el peligro de menospreciar la verdadera fe, por haber creído y
antepuesto a la fe, lo que parecía fe, y no lo era. Esa es la trampa del diablo, debilitar al creyente
por ingerir falso alimento, y cuando vienen las verdaderas pruebas a lo largo del peregrinar por
esta vida, entonces no hay la suficiente fuerza y salud para vencerlas, aunque la gracia de Dios
está siempre ahí para el verdadero creyente. Sólo la verdadera fe perdura, pero la presunción no
es fe, y eso es lo que tienen muchos y enseñan a muchos otros.
Por otra parte, se produce un efecto muy curioso; y es el de la “fe forzada”. Esto significa que
en muchos círculos neopentecostales y carismáticos, el individuo se siente forzado a decir amén
cuando se dice desde el púlpito que viene un “avivamiento mundial” sin precedentes, y que
nuestra nación será avivada y convertida a Cristo en este tiempo. Si no se expresa de este modo,
se siente desplazado, y le ven raro; fuera de lugar. Esa es una fe forzada. Hace algún tiempo, un
ministro que había vivido en el extranjero, y que volvió a España con la intención de establecer
su propia congregación, en una reunión de pastores, en un momento dado, levantó la voz
asegurando y reasegurando que la conversión de España iba a ser un hecho y pronto. Con sus
palabras comprometía a todos a que creyésemos exactamente lo que decía, y le lanzásemos el
consabido amén. Tanto insistió el hombre, hasta ponerse de rodillas frente a todos, en que de
verdad creyéramos que venía el tan manido súper avivamiento, que casi todos los pastores
reunidos hacían señas y muecas de estar de acuerdo con el mensaje. Si no lo hacían así ante la
insistencia del pastor recién venido, quedaban ante ese hombre y ante los demás como que no
tenían mucha fe. Muchos cedieron ante el forzado compromiso creado.
Pienso que en primer lugar deberíamos aprender a ser más honestos, y no decir amén cuando no
debamos, y en segundo lugar, deberíamos ir más a la Palabra y estudiarla, así como hacían
aquellos bereanos del libro de los Hechos, y aprender de ella para poder tener convicción real
acerca de todos los asuntos, y no dejarnos llevar por el ruido espiritual ajeno.
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¡30.000 años! para supuestamente cristianizar este mundo; muchos más de los que en realidad
tiene. Absurdo.
Si comparamos esas nuevas doctrinas dominionistas con la Escritura, nos damos cuenta de que
no casan entre sí; de que son imposibles; de que en realidad, pelean contra la Palabra. No vienen
de un mismo Espíritu, y necesariamente llevan al fiel a las mismas, en una dirección
absolutamente contraria a la profecía bíblica, y a la revelación escritural en general, y ahí
tenemos un gran problema. Prestemos atención a lo siguiente: Para levantar a la falsa iglesia
mundial que dirigirá el Falso Profeta (Ap. 13), el diablo, osadamente, pretende usar a la Iglesia
de Cristo, o quizás mejor expresado, a todos los presuntos creyentes que pueda. Para conseguir
tal atrocidad debe, de alguna manera, aportar error al seno eclesial, y tratar de pervertir a
muchos. Para ello usa la mentira; ¿cuál sería aquí, entre muchas, esa mentira?, el engaño de que
todo lo “espiritual, poderoso, ungido, sobrenatural, milagroso, con apariencia de piedad
cristiana” es del Dios de la Biblia. Una vez el creyente profesante traga ese anzuelo, ya no se
cuestiona nada de lo que ve y escucha supuestamente cristiano, y a todo “le da la gloria a Dios”.
Entonces el diablo ha tomado ventaja aquí para seguir engañando. Ese es el por qué, jamás
muchos se cuestionarían si tal o cual ministro de la “unción” de púlpito mayor, pudiera no ser
cristiano de veras, sino un impostor, ministrando por el poder de los demonios. Esa es la
aplicación de Mt. 24: 24; “Porque se levantarán falsos ungidos, y falsos profetas, y harán
grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los
escogidos”.
De todo ello, iremos viendo a lo largo de esta divulgación, así como del origen de muchas de
esas doctrinas heréticas, de sus precursores y propagadores.
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La apostasía: un apunte
Vivimos en días peores que los de Noé, y los dominionistas (los seguidores del Reino Ahora)
aseguran que la Iglesia está estableciendo el Reino, y está empezando a ejercer dominio sobre
las naciones, ¡que terrible contradicción! ¡Qué terrible burla! También aseguran que se está
produciendo un “avivamiento mundial”, cuando en realidad lo que se está produciendo es una
terrible apostasía en general, así como un rechazo sin igual de las cosas de Dios en amplios
sectores de la sociedad de Occidente, no digamos en Europa. Exclamó al respecto el finado
pastor David Wilkerson en uno de sus sermones:
“Antes de todo, usted tiene que estar voluntariamente ciego para no ver una impetuosa
apostasía afligiendo al mundo entero. La incredulidad está barriendo a través de todas
las naciones, con los creyentes abandonando la fe por todos lados. La apostasía a que
Pablo se refiere, claramente ha llegado” 5
Algunos no estarán a priori de acuerdo del todo con la apreciación de Wilkerson, tildándola de
exagerada, y también es cierto que sólo apostatan aquellos que jamás fueron de Cristo
realmente. No obstante, se puede tener un concepto equivocado acerca de qué y cómo es la
apostasía realmente, o de más bien, cómo se manifiesta. Más adelante, estaré hablando a fondo
sobre esta cuestión, pero quisiera aquí decir que la apostasía no se presenta como un horrible
monstruo de siete cabezas, que lo es, sino todo lo contrario. En la mayoría de los casos es casi
imperceptible a primera vista, porque va camuflada de “visión”, de “unción” y de “triunfo” de
la Iglesia en este mundo. Gran culpa del devenir de apostasía que se está produciendo hoy en
día, es debido sin lugar a dudas, a l tremendo error en el magisterio que muchos comparten al
pueblo. César Castellanos Domínguez enseña lo siguiente:
“¿Por qué es tan importante tener los doce? ¿Cuál hubiera sido el resultado del
cristianismo o quiénes habrían escrito el Nuevo Testamento si Jesús no hubiese
escogido a doce?” 6 (énfasis del autor)
Haciendo su falsa apología de los doce, nos presenta por delante el craso error – si fruto de
ignorancia estamos persuadidos que no, por lo garrafal del asunto – de decir que el cristianismo
no hubiera podido ser como ha sido, si los doce no hubieran escrito el Nuevo Testamento. ¿Es
que Castellanos desconoce que en la escritura del Nuevo Testamento intervinieron otras
personas que no eran de los doce de Jesús, y de que hubo de los doce que no escribieron nada?
Al ignorar barbaridades como estas, haciendo muchos la vista gorda, el espíritu de error obtiene
mayor preponderancia. Abundando en este sentido, nos dice Guillermo Pérez, ex pastor
principal de la iglesia Alianza Cristiana de Reynosa, Tamaulipas, México:
“Hay una clase de apostasía que me llama mucho la atención, que viene promovida por
muchos de esos movimientos heréticos, y es la apostasía de corazón. Muchas personas
pueden estar llenando iglesias pero su corazón está lejos de Dios. De ahí que de
continuo vemos tantos conciertos, eventos multitudinarios, incluso iglesias que están
creciendo numéricamente, pero que las vidas de esas personas no cambian, porque un
espíritu de apostasía está operando en sus corazones, por eso, cuando aparecen
muchos de esos falsos profetas, creen los que les dicen con mucha facilidad” 7
Es cierto que muchos, ni siquiera son realmente cristianos, no obstante, no muchos dirían que la
apostasía está tan sumamente extendida e introducida en lo que llamamos Iglesia, como lo está a
horas de hoy.
Muchos adormecen a la Iglesia , alejándola de la verdad del próximo encuentro en las nubes con
el Señor. Está el engaño de esos pseudo maestros que dicen que estamos en vísperas de un
avivamiento mundial. Falsos maestros que quitan de los ojos de los creyentes la realidad de que
Roma está detrás de un mover apostático, empujándolo, cuya intención es llevar a los pies del
Anticristo a cuantos más cristianos mejor.
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Cierto es que en diferentes partes del mundo ha habido y hay avivamientos (entendiendo aquí
por avivamiento, conversiones genuinas a Cristo por parte de las gentes). Estamos tan
agradecidos al Señor por la labor del Espíritu Santo y por esas vidas salvadas. También decimos
que anhelaríamos un verdadero gran avivamiento mundial en esos mismos términos, pero la
Biblia no nos dice que eso vaya a suceder en este tiempo. Nos asegura que sí ocurrirá sobre
Israel al finalizar el tiempo de la Gran Tribulación, salpicando a las naciones (Joel 2: 23, 26, 27,
28-32; Dn. 12: 1-3; Zac. 12: 10; Ro. 11: 25-27; Ap. 7; etc.). Según las Escrituras, millones se
salvarán:
“Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas
naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del
Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero...
Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas,
¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los
que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la
sangre del Cordero” (Apocalipsis 7: 9, 10, 13, 14)
Nótese que morirán por su fe, ya que comparecen ante el trono de Dios, y este trono está en los
cielos. Morirán a manos del Falso Profeta y de la Bestia Anticristo (Ap. 13: 7; 20: 4). Por lo
tanto, como venimos diciendo, ese avivamiento verdadero no vendrá hasta el tiempo final,
cuando el Anticristo haya dominado sobre las naciones, (y él sí va a dominar…aunque por poco
tiempo –Ap. 13: 5). Lejos de un presente y pretendido avivamiento mundial como aseguran los
dominionistas, se está cumpliendo lo que en realidad la Escritura dice (ver 2 Ts. 2: 3; 1 Ti. 4: 1;
2 Ti 3: 1-5; etc.), es decir, una apostasía general. Sólo hay que prestar atención al creciente y
envolvente movimiento ecuménico, que con la asistencia de mucha de la carismatía
internacional, ambos, pretenden congraciar a todos con el Vaticano, con el convincente
argumento del “amor verdadero” y de la llamada “unidad entre todos los creyentes”, ambos
conceptos y enseñanza absolutamente jesuita. Dice el pastor de origen peruano Víctor Pino-
Gamboa:
El ex jesuita Alberto Rivera, también nos hizo saber exactamente lo mismo que el anterior
ministro, cuando dijo que el movimiento carismático fue levantado y auspiciado por el
Vaticano, para poder acceder y sujetar para sí a los pentecostales, porque no podían hacerlo de
otra manera. Incluso cuando antes de la fecha de 1945 levantaron el movimiento ecuménico
hasta nuestros días, cuando también se fundó el Concilio Mundial de Iglesias con la
financiación jesuita en Europa acabada la Segunda Guerra Mundial, no pudieron sujetar para sí
a las denominaciones pentecostales, y ese fue el origen y la razón del movimiento ecuménico y
del Concilio Mundial de Iglesias: unir a todas la denominaciones protestantes en Europa 9 . Y es
así. La combinación de todos los factores mencionados por los autores referidos, constituyen la
fuerza que impulsará al advenimiento del “Nuevo Orden” eclesial que está surgiendo ante todos
nosotros, y de lo cual muchos ni siquiera se aperciben. En cuanto a esto, sin ambages, un
ministro restauracionista (dominionista) escribió del siguiente modo en una publicación de
orden interno:
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“Un “Nuevo Orden Mundial”, en vez de un nuevo orden religioso, puede ser formado
por un movimiento que a menudo ha sido menospreciado, pero que ya no puede ser de
ninguna manera ignorado por más tiempo” 10
Pero eso jamás Dios se lo pudo haber dicho, porque una cosa es hacer discípulos a las naciones,
y otra es "discipular las naciones". Esto último, no sólo no está en la Palabra, sino que en un
gran sentido, la contradice. Huelga decir, que el Señor nunca nos comisionó a “discipular las
naciones”, sino a hacer discípulos a las naciones, los cuales entregaran sus vidas a Cristo. Esto
de “discipular las naciones”, no sólo es falsa doctrina del G12 (Gobierno de los 12), sino de
diferentes contextos neopentecostales, muy aferrados al concepto del gobierno de los nuevos
apóstoles y profetas, que pretenden que se levante una nueva jerarquía que gobierne la Iglesia
(en definitiva, y aunque muchos no piensen en ello, una copia del gobierno de la iglesia de
Roma), proclamando que Dios está haciendo “algo nuevo” en estos días. En su momento,
contará con una cabeza visible: el Falso Profeta (Ap. 13: 11ss)
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“Cada visión requiere innovación, o sea, la disposición de romper con las formas
tradicionales de hacer las cosas.” 14 …“Dios nos ministró la unción de creatividad a
nuestras mentes...Como resultado, descartamos los himnos tradicionales y comenzamos
a tocar música moderna y organizamos un grupo de danza. Los resultados fueron
inmediatos y miles de jóvenes comenzaron a ver la iglesia como un lugar para reunirse
y ser bendecidos los fines de semana” 15 (énfasis nuestro)
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Por lo tanto, en cuanto a eso “nuevo”, más bien me viene a la mente lo advertido por el propio
apóstol Pablo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina…” (2 Timoteo 4: 3)
¡El mensaje de Jesús aderezado con espectáculo mundano! ¿Es eso lo “nuevo” de Dios? Pero
como dice el pastor René X. Pereira de Puerto Rico:
“Hay una línea que separa el esfuerzo evangelístico para ganar para Cristo a los que
no le conocen, y el hacer yugo desigual con los incrédulos, participando de lo que Dios
aborrece. El fin no justifica los medios. Me da la impresión que en lugar de ganar el
mundo para Cristo, está sucediendo lo opuesto; el mundo está metiéndose dentro de la
Iglesia y la está conquistando, y contrariamente a como lo dijo Pablo en Ro. 12: 2, nos
estamos conformando a este siglo en lugar de ser transformados por medio de la
renovación de nuestro entendimiento” - Y sigue diciendo el Hno. Pereira - “Pienso que
algunos de estos artistas cristianos buscan mayormente su propia gloria, su fama, antes
que la gloria de Dios. Estamos llamados a salir de las paredes del templo a buscar las
almas donde están, y cada uno de nosotros ser luz y sal en este mundo. Pero ese ser luz
y sal implica el que la gente vea en nosotros que somos diferentes. Lo que veo es que
hoy día se están bajando las demandas de Dios y cada día se proyecta más un
evangelio sin cruz, sin negación, y sin el aborrecimiento del mundo que es parte del
costo que tenemos que pagar” 17
Es cierto que nada puede limitar a Dios, por esa misma razón, Dios no se va a dejar limitar por
todo aquello que aborrece, y sencillamente no lo va a aceptar. Y así también le respondió el
Pastor René X. Pereira:
“Dios es soberano, pero hay cosas que Dios no hará porque van en contra de su
naturaleza santa y justa. Y algo que Dios nunca hará es ir en contra de su Palabra. Es
por eso que tenemos, como dice Pedro, la palabra profética más segura, que es la
Biblia. En estos tiempos, bajo el argumento de "lo nuevo de Dios" se pretenden infiltrar
en la iglesia una serie de modas y estilos que van en contra de lo que Dios nos ha
comunicado en su Santa Palabra” 19
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Dos de los importantes representantes de ese “mensaje positivo” que en su totalidad no son sólo
cientos sino miles en todo el mundo, serían por ese orden, Robert Schuller y Rick Warren de
“Purpose Driven Church”. Al respecto leemos lo siguiente:
¡Craso error! Jamás deberemos anteponer las genuinas necesidades del individuo, a las
demandas de Dios. Dios está en control, no nosotros. Eso es simple y llano humanismo; pero la
cosa se dispara alarmantemente...Hace pocos meses, el pastor, sexólogo y psicólogo argentino
Bernardo Stamateas fue entrevistado para el diario más vendido de la Argentina , El Clarín, para
su revista dominical. En el encabezamiento de la entrevista se leía así al respecto de su último
libro:
“...recién ahora se colocó en el top de ventas con resultados extraordinarios, técnicas y
estrategias sencillas para alcanzar tus sueños y hacerlos realidad...” (énfasis nuestro) 23
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Otra vez el mismo mensaje que el G12: “Sueña y logra tus deseos”. Ante la pregunta de la
periodista secular: “¿Le hicieron la contra las demás iglesias evangélicas?”, Stamateas
responde:
“Hubo muchos preguntando qué me pasa que no ando con la Biblia diciendo:
"Arrepiéntanse". Pero otras iglesias nos miran con alegría y han copiado el modelo” 24
Como vemos, la Biblia va quedando relegada a un simple libro religioso y poco más. Otros
mensajes van tomando su lugar. Un evangelio añadido. Modelos y técnicas basadas en la
psicología humanista, en el management, en el potencial humano, en el hombre a fin de cuentas,
y no en el poder de Dios y de Su Palabra. Pero aún hay más que esto. Ante la pregunta “¿Es un
libro de autoayuda?”, referente a su última publicación, fíjense como Stamateas responde:
¿Liberar energía oculta?... Ya sería triste que el autor se estuviera refiriendo al Espíritu Santo
llamándole “energía oculta”, pero dense ustedes cuenta de que ese libro de Bernardo Stamateas
va dirigido no sólo a los creyentes, sino a todo el mundo. ¿Qué tipo de “energía oculta” tienen
los impíos, si no demonios en todo caso? Según Stamateas, ¡es preciso despertar la habilidad
que está dormida, es decir, liberar esos demonios en uno (energía oculta), que no saben que los
tienen, pero que en ellos están! ¡Cuánto daño y estrago se está haciendo, no sólo a los creyentes,
sino al Nombre!
Otro de los principales valedores del “mensaje positivo”, de la confesión positiva, pensamiento
positivo, optimismo a ultranza, es sin duda alguna Joel Osteen, el pastor de la congregación
numéricamente más grande de Estados Unidos, Lakewood Church, en Houston, Texas.
Curiosamente, uno de sus pastores principales, para el mundo hispano, fue nada más y nada
menos que el cantante y músico Marcos Witt. En la revista Charisma del mes de junio del 2004,
pág. 46, la siguiente cita encontramos allí:
“Marcos Witt, quien llena estadios en Latinoamérica con sus conciertos de adoración,
fue presentado en el año 2002 para ser el pastor de la congregación hispana de
Lakewood que consta de unos 3.000 miembros” 26
Los ávidos buscadores del “éxito”, persiguiendo un crecimiento numérico sustancial, como
parte intrínseca de aquél, se ven, a la postre, abocados en el intento de hacer de la iglesia algo no
demasiado diferente a un lugar de encuentro y de entretenimiento. Sobre todo así, aseguran, las
iglesias podrían crecer hasta convertirse en “mega iglesias”. Joel Osteen, habiendo encontrado,
según él, la fórmula eficaz, declaró que para llegar a tener una mega iglesia, había que hacer lo
siguiente según sus mismas palabras:
“Haz que la iglesia sea competente…dale a la gente algo que pueda llevarse. Entiendo
que hoy en día la gente [el creyente] no está interesada en la teología” 27
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incomoden, que levanten el ánimo, más que traigan convicción y quebrantamiento. Siempre
poniendo mucha atención a que la enseñanza de esos mensajes no ofenda a nadie, o provoque
rechazo jamás. Es por demás sabido, que un cierto y elevado toque de megalomanía envuelve de
por sí todo el asunto. César Castellanos, haciendo su particular apologética de su modelo G12, y
a modo de neo profeta, escribe lo siguiente:
“Las congregaciones de tipo parroquial en las que no hay más de 200 personas no
estarán en el modelo porque cada iglesia será de mínimo cien mil miembros, con un
pastorado especializado coordinado a través del modelo de los doce impactando a toda
una ciudad o a toda una nación” 28 (énfasis nuestro)
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír,
se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el
oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 3, 4) (énfasis nuestro)
Si como creyentes dejamos de estar interesados en las cosas de Dios y de conocerle, entonces
nuestro lugar no es la iglesia. Vayamos y hagamos cualquier otra cosa. Y como pastores
entonces, vayamos y hagamos cualquier otra cosa, y dejemos de “hacer” iglesia como si de un
club socio-religioso-mercantil se tratara. El Señor no viene a por una iglesia entretenida y
autocomplaciente, sino a por una Iglesia que le ama y espera. Pablo insta al joven Timoteo a
predicar la Palabra; a instar a tiempo y fuera de tiempo; a redargüir, reprender, exhortar con toda
paciencia y doctrina (2 Ti. 4: 2). Pero según Osteen y cientos más, estas suyas son las “cosas
nuevas” que dicen que Dios, “contradiciéndose”, está haciendo: hacer crecer numéricamente las
iglesias, entreteniendo a las gentes con mensajes positivos que alientan el ego y traen confort al
alma, entonteciendo el espíritu. La Palabra como tal, queda relegada a un segundo y tercer
planos, en todo caso.
Joel Osteen, fue entrevistado en el famoso programa de la TV norteamericana, Larry King
Show, el 20 de Junio del 2005, y el propio King, le preguntó si podían ser salvos los judíos o los
musulmanes, que habiendo escuchado el evangelio, rechazaran a Cristo. La respuesta de Osteen,
hasta asombró al propio entrevistador secular. El respondió diciendo así:
Y la respuesta del pastor de la iglesia Lakewood, quizás la más grande numéricamente hablando
de todo EEUU, fue:
¿Jamás escuchó Osteen el conocido adagio “uno puede estar sinceramente equivocado”? Estas
declaraciones que no merecen ulterior comentario, son las del propio Rev. Joel Osteen, el pastor
principal de Lakewood Church ante millones de televidentes; muchos de ellos absolutamente
anonadados por sus declaraciones, propias de cualquier persona ajena al Evangelio , o como
mucho, las que pudieran proceder de un cristiano nominal. Y por otra parte, nótese, un impío
como King, haciéndole sacar los colores de la cara a un denominado pastor evangélico, qué
triste.
Saquen ustedes sus propias conclusiones.
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Pero muchos siguen convencidos de lo suyo: “habrá que hacer lo necesario, y darnos prisa en
ello, para que al final, en el mínimo e indispensable término de tiempo, se obtenga la
consumación del Reino, y entonces el Rey pueda volver”. Claro, que eso está sólo en la
imaginación de los seguidores de esta espuria doctrina dominionista.
Capítulo 4
“Frecuentemente se nos pide que creamos que los nuevos apóstoles y profetas de la
escena actual, son el gobierno prometido de la Iglesia en el nombre de Dios. Se nos
asegura que caminan en tal elevado nivel de unción y autoridad, que son el filo lideral
de la revelación espiritual, y que todos los cristianos deberíamos hacer caso a las
palabras de los profetas que nos llevarían a la gloriosa Iglesia del siglo XXI. Ellos nos
aseguran que ya han llegado a un punto más allá del velo, a un lugar de claridad donde
tienen visiones, sueños y palabras de Dios que están más allá del alcance de los
cristianos comunes” 1
Lo que significa para ellos, es que los cristianos, siguiendo el dicho de estos nuevos mentores
tenemos que pasar por un tipo de preparación para acceder a la nueva revelación, la que están
trayendo, y seguirán aportando los líderes del “Nuevo Orden” eclesial que se está gestando en el
mismo seno de la Iglesia (aunque ajeno a la verdadera Iglesia). Con todo ello, dicen que
obtendremos el conocimiento o gnosis; subiremos a lo más alto de la montaña, y luego a la otra,
y a la otra, para así, a modo de un nuevo tipo de Moisés en el Sinaí, poder tener un encuentro
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con el “dios” que dicen que cada uno somos. Siendo así ya podríamos ver a Dios cara a cara, y
de esta manera poder reinar y dominar la tierra con esa unción especial. Nótese esto último, ¡no
el Señor Jesús, sino nosotros los cristianos! No cabe duda de que la enseñanza espuria de la
Nueva Era está penetrando en el seno eclesial. Veamos más de todo esto.
1. Urge el “cambio”
En su libro “The Final Quest”, su autor Rick Joyner, reconocido profeta en los círculos
dominionistas, y sorprendentemente, miembro activo de la católico romana Orden de los
Caballeros de Malta (*), dice haber recibido en visión lo que escribe en él, y nos cuenta acerca
de un ángel llamado Sabiduría que le dijo:
“Todavía estás falto de algo muy importante. Tú debes todavía obtener una gran
revelación del Rey. Incluso habiendo llegado a la cima de la montaña, y…habiendo
probado Su amor incondicional…tu sólo conoces una parte de todo el consejo de
Dios” (énfasis nuestro) 2
¡Pero qué frustración! Según Joyner y todos los maestros iluminados precursores del tan manido
Avivamiento Mundial que siempre está supuestamente a las puertas, parece como que nunca
llegamos…como si siempre nos falta un escalón más que subir o una montaña más alta que
alcanzar. Por cierto, este es el común denominador de todas las religiones: los esfuerzos del
hombre por llegar a la perfección, por estar en control de todas las cosas, por alcanzar lo de Dios
por méritos propios. Y no obstante la Biblia nos dice otra cosa muy diferente a la del supuesto
ángel de Joyner:
“Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si
ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad”
(1 Juan 2: 20, 21) (énfasis nuestro)
El supuesto ser angelical de Rick Joyner también dice algo absolutamente diferente a lo dicho
por el apóstol Pablo, cuando dirigiéndose a los Efesios les amonestó diciendo: “estoy limpio de
la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hechos 20, 26,
27) (énfasis nuestro)
(*) La orden de los caballeros de Malta, llamada también la Orden de San Juan, es una orden católico
romana regida por el Vaticano.
Pero, nos es necesaria esa unción, dicen. Ese poder espiritual especial que Dios quiere dar a
todos aquellos que se sometan a lo “nuevo” que Dios está haciendo. Nos es necesario cruzar el
velo. Nos es necesario entrar en el “Nuevo Orden”, el cual no dudan en llamar el “Orden
Divino”. En definitiva, nos es necesario cambiar. Así enseñan ese tipo de maestros
neopentecostales. Pero la pregunta es simple, ¿cambiar de qué, o en qué? Quizás podremos
encontrar respuesta en la siguiente profecía de Barry C. Linville, una entre muchas del mismo
estilo provenientes del sector neopentecostal del estilo del Toronto Blessing:
“¡Cambiad, cambiad, cambiad! Vuestras maneras de hacer las cosas son antiguas;
vuestros pensamientos son antiguos, vuestras oraciones son desfasadas; vuestro clamor
es antiguo; vuestra adoración es antigua; vuestra manera de hacer iglesia es
antigua…Dejadme cambiaros…Dejadme poseeros… ¡Es hora de cambiar! No seréis
usados en la cosecha a menos que cambiéis” 3 (énfasis nuestro)
O la de Carol Arnott, del Toronto Blessing, que aseguró que Dios habló a través de ella cuando
dijo:
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“El modo en que habéis estado usando mis armas, los métodos que habéis estado usando
en el pasado, tenéis que desecharlos, ya que os estoy dando mi espada ahora, y las antiguas
maneras de hacer las cosas, ya no sirven. Los métodos viejos no serán ya aceptables para
mí, ya que estoy haciendo algo nuevo”. 4 (énfasis nuestro)
¡Así que Dios en realidad no nos había dado Su espada hasta ahora! Resulta que la Biblia dice
que la espada del Espíritu es la Palabra de Dios (Ef. 6: 17), y ¡no la teníamos de acorde a la
profecía de Arnott! Esto es bien grave... y ridículo también.
¡Salir del “viejo paradigma”, para entrar en el “nuevo paradigma”!, según ellos. Así que,
hermanos, me temo que hemos de cambiar, ya que todo lo que hacemos para el Señor, de
acuerdo a esta profecía, y a todas las de ese estilo es ya obsoleto, antiguo, desfasado y ya no le
gusta. Tenemos que dejar que Dios... ¡nos posea!
¡Gracias a Dios que las cosas son de otro modo! En todo caso, lo que sí quiere el Señor que
cambiemos, es en cuanto a dejar de lado toda manera pecaminosa de vivir, ya que en eso reside
el verdadero cambio, el del corazón.
Pero lo del cambio no es sólo cosa de estos falsos profetas, es cosa de los maestros de esta
nueva ola, llamada la “Tercera Ola” (The Third Wave)* en la que supuestamente todavía están
los pentecostales, según ellos.
* (Según algunos dominionistas de renombre como Paul Cain o C. Peter Wagner, La Primera Ola (First
Wave) fue el movimiento pentecostal. La segunda (Second Wave) fue el movimiento Carismático (Latter
Rain, Restauracionismo, etc.), y la Tercera Ola (Third Wave) es la actual del nuevo mover de los nuevos
apóstoles y profetas, etc.)
Dicen que lo que está a punto de ocurrir sobre la tierra no es sólo un avivamiento u otro
despertar; dicen que es una verdadera revolución. La visión ha sido entregada, según Rick
Joyner, con el fin de despertar a aquellos que están “destinados a cambiar el curso, y aun la
definición completa de lo que es el cristianismo” 5 ¡Tremenda declaración! Ahora resulta que
Dios ha cambiado de parecer respecto al cristianismo, y ha destinado a algunos durmientes
escogidos para que despierten, con el fin de que nos hagan entender cómo ser cristianos
verdaderos en estos tiempos actuales. Abiertamente, los proponentes del Reino Ahora, como el
autor justamente mencionado, nos dicen que la fe tal y como la hemos aceptado y comprendido,
ya no va a ser más así de aquí en adelante.
Contrariamente, el verdadero cristianismo y la Iglesia verdadera de Jesucristo jamás cambiarán
su configuración. El Señor prometió que Él iba a edificar Su Iglesia, y que las puertas del Hades
no iban a prevalecer contra ella. Si el cristianismo y la Iglesia tienen que cambiar, como
aseguran todos esos falsos maestros, entonces tenemos problemas, porque haciendo así
estaríamos yendo directamente en contra de la voluntad del Señor. Así pues, lo que estos
hombres están planeando es “otra” iglesia, pero no es la Iglesia de Cristo. Su cristianismo no es
verdadero entonces. Ahora, además de la Biblia, la cual, de hecho, va quedando relegada a un
segundo plano, viene la revelación de los hombres de la nueva fe cristiana, esos apóstoles de
supuesta gran unción y autoridad espirituales, que con el respaldo de los infalibles profetas
(algunos ellos todavía en cierto estado de dormición) cuando sean despertados, reorganizarán la
Iglesia y la llevarán a la conquista mundial. Para estos maestros, la simple y llana fe en
Jesucristo parece no ser suficiente; esto es quedarse tras el velo; es estar anclado en el “viejo
orden”, en vez de avanzar hacia el “Nuevo Orden” de la unción especial, y de la majestad de la
Iglesia; a la perfección y poderío de una Iglesia que está llamada, según ellos, a ejercer dominio
absoluto sobre el mundo en este tiempo.
Olvidan que los cristianos, por haber nacido de nuevo, ya hemos cruzado el velo que separa el
Santo del Santísimo; ya estamos en comunión con Dios, gracias a que Jesús, el Cordero de Dios,
al dar su vida por nosotros, lo hizo posible. El mismo Jesús exclamó: “¡Consumado es!”, en
otras palabras, la obra ha sido felizmente concluida, y ya nada se puede añadir a la misma (Jn.
19: 30) ¿Por qué esa obsesión en alcanzar algo que ya ha sido logrado por Cristo en la cruz? La
Biblia dice que, como creyentes nacidos de nuevo, ya somos hijos de Dios aunque todavía no se
ha manifestado lo que hemos de ser; sabiendo que cuando Él se manifieste, seremos semejantes
a Él, porque le veremos tal como Él es (1 Juan 3: 2). Ahora somos salvos por medio de la fe (Ef.
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2: 8), y esa manifestación de salvación no se verá sino hasta que Jesucristo venga sobre las
nubes. Sólo entonces, y no antes, se manifestará dicha salvación en gloria. Entonces se efectuará
la resurrección de los muertos Suyos, y la transformación de los vivos Suyos. ¡Nos es necesaria
la paciencia para obtener el galardón (He. 10: 36)! No obstante, prestemos atención a lo dicho
por otro de estos maestros aludidos, Kenneth Copeland:
“Yo quiero ver a todo el cuerpo de Cristo fluyendo en la unción tan poderosamente que
toda la tierra sea llena de la gloria de Dios. Creo con todo mi corazón que nosotros
somos la generación que veremos esto…” 6 (énfasis nuestro)
¿La tierra llena de la gloria de Dios por la supuesta unción de la Iglesia? ¿Es eso escritural?
¡No! Es tan triunfalista, como falso. Copeland se equivoca. El único que llenará la tierra de la
gloria de Dios es el propio Dios, Quien no comparte Su gloria con nadie (Is. 42: 8), y cuando
vuelva el Mesías glorioso. No lo hará la Iglesia, y menos todavía en este tiempo, antes de ser
exaltada.
2. Megalomanías
¿Por qué ese deseo de precipitar las cosas, de adelantar los acontecimientos? En mi opinión, es
debido a la obra del enemigo en los corazones demasiado ambiciosos de ciertos ministros, los
que sin prestar atención a lo que realmente enseña la Biblia, y siguiendo sus propios impulsos,
se lanzan a los púlpitos y plataformas multitudinarias enseñando cosas como que el Reino es
Ahora, y que vayamos y conquistemos la tierra para poseerla. Por supuesto, que no dejamos de
observar la realidad de la penetración en el seno de la Iglesia de falsos obreros y falsos
ministros, siervos directos y conscientes del diablo, los cuales encubiertamente siguen los
mandatos de los demonios de alto rango.
No es el tiempo todavía de ver la manifestación visible del Reino de Dios en esta tierra.
Adelantar los acontecimientos, sin esperar al tiempo de Dios, es algo más que falta de sabiduría;
es trágico. Acordémonos del rey Saúl, (ver 1 S. 13) de cómo al ver que el peligro crecía y que
los suyos se le iban, se precipitó sin esperar a Samuel al ofrecer él mismo el holocausto cuando
no debía hacerlo, ya que era cosa de Samuel (tipo de Cristo en este caso). Haciendo así, buscó
su propia ruina. Tristemente esto es lo que está ocurriendo en muchas partes, no se tienen la
paciencia y la fe para esperar de Dios lo que Él ha prometido y establecido, el aguardar la
bienaventurada esperanza (Tito 2: 13), y se enredan en responsabilidades espirituales que no les
corresponden. Hacen como Saúl, pretendiendo hacer lo que solamente el Rey puede hacer, está
haciendo y hará: Entregar el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda
autoridad y potencia; poniendo a todos sus enemigos por estrado de sus pies (1 Co. 15: 24, 25)
No le toca a la Iglesia atar en el abismo al diablo; esto es cosa de Cristo. No le toca a la Iglesia
establecer el Reino Mesiánico, que como su mismo nombre indica, es sólo cosa del Mesías. No
le toca a la Iglesia ejercer dominio sobre este mundo. La Biblia enseña otra cosa: “Sabemos que
somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5: 19). Sin embargo, tenemos a
nuestro alrededor a todos esos maestros y a muchos de los llamados apóstoles y profetas que
enseñan constantemente algo muy diferente a todo esto. En vez de enseñar lo que la Biblia nos
dice, acerca de exhortarnos a la renuncia de la impiedad y a los deseos mundanos, a vivir de
manera sobria, justa y piadosa, aguardando con paciencia y anhelo la esperanza bienaventurada
y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Ti. 2: 12, 13), enseñan
acerca de que la Iglesia debería andar llena de súper poder y unción, mucho más que la Iglesia
primitiva, ahora dirigida bajo una nueva jerarquía, la de los nuevos apóstoles y profetas, para
tomar las naciones en el nombre de Cristo, para transformar las ciudades 7 , para cristianizar a
todos, para ejercer gobierno y dominio, en una especie de arrogancia “santa”. Algunos enseñan,
enorgullecidos, que bajo la unción impresionante que tienen y que todavía más les tiene que
venir, no sólo las personas que están a su alrededor quedan impresionadas por el poder que
emana de ellos, sino que el mismo diablo, ante esa unción huye y se esconde en las cavernas de
la tierra, renunciando a su dominio sobre e l mundo, gritando de miedo. Enseñan, sacando de
contexto S. 110: 1 y S. 8: 6, que nosotros somos los pies de Cristo, y que nos toca a nosotros
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pisar a sus enemigos hasta hacerlos desaparecer. ¡Qué gran sed de poder tienen algunos! ¡Qué
megalomanía, que son capaces de hacer creer y de creer ellos mismos todas estas cosas, y
muchas otras! ¡Qué mentiras esparcen algunos para alimentar el ego de los que les creen! Al
final, cuando no suceda nada de lo que enseñan esos maestros iluminados, resultará en una
tremenda frustración y confusión para todos estos cristianos hermanos queridos que
ingenuamente les han creído. Tristemente, esto último también va a ocurrir; acordémonos de las
palabras de Jesús: “Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por
haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24: 11, 12)
¿Dónde en la Biblia se enseña tal cosa como la declarada por este autor? La Biblia nos enseña
que el Espíritu Santo es el que vino, una vez el Señor Jesús ascendió a los cielos (Hchs 1; 2). El
mismo Jesús lo dijo así: “recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo…” (Hchs. 1: 8), y nada ha cambiado desde entonces. No nos enseña la Biblia que en este
tiempo el Señor Jesús, de forma espiritual va a venir para dar una unción y poder especiales a la
Iglesia. Nosotros no esperamos que Jesús venga en espíritu, eso lo enseñan los así llamados
“testigos de Jehová”, nosotros esperamos que Él venga en carne y hueso (tal y como partió,
Hchs 1: 9), pero como dice Tricia Tillin, de Cross+Word Ministries, “¿No nos sugiere que tras
ese concepto del regreso espiritual de Jesús, la nube de gloria que transforma la Iglesia, existe
una vieja creencia gnóstica acerca de que Cristo es un espíritu, una unción?...” 9
Efectivamente, así es:
“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha
venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo” (2 Juan 7).
Y en cuanto a lo que tiene que ver con la grandeza y majestad de la Iglesia, no es un tema
nuevo. Ya en los inicios de la iglesia de Roma esta forma de pensamiento existía. Después de
casi 300 años de persecución y martirio en manos de los emperadores romanos enemigos de la
fe, el cristianismo visiblemente se convirtió de la noche a la mañana en la religión misma del
Estado por mano de Constantino. Eusebio de Cesarea, el célebre autor de la Historia
Eclesiástica, estaba a la sazón, como una inmensa mayoría de los hombres de iglesia,
asombrado y exultante. Este varón había aprendido su teología conforme a Orígenes, al cual
tenía como a uno de los más grandes. Ya sabemos acerca de Orígenes, y de su posicionamiento
postmilenarista, y de su interpretación alegórica de las Sagradas Escrituras. Cuando Constantino
decidió hacer del cristianismo la religión del imperio romano, Eusebio de Cesarea “se declaró
un decidido partidario de la unión Iglesia-Estado, en lo cual creía ver sus convicciones
milenaristas sobre el establecimiento del Reino de Dios y el triunfo de la Iglesia” 10 Así pues
vemos que de nuevo se cumple el adagio bíblico de que no hay nada nuevo bajo el cielo; lo que
fue, es ahora. El mismo error en el que cayeron aquellos hombres de Dios, muchos de ellos
tremendamente ingenuos y verdaderamente desconocedores de la profecía bíblica, que se
dejaron atrapar por el orden mundial de la época, están cayendo los de hoy en día, creyendo que
la Iglesia está estableciendo el Reino.
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“De esta manera las enseñanzas del Movimiento Latter Rain llegaron a producirse a
través de profecías, visiones, revelaciones; palabras que la gente escuchaba para sus
adentros, y que eran elevadas a un lugar más alto que la Palabra escrita de Dios” 11
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Después de que las Asambleas de Dios denunciaran este Movimiento y llegaran a expulsar a
algunos ministros que no querían abandonarlo, dicho Movimiento de Latter Rain, desapareció
como tal. No obstante, sus enseñanzas heréticas nunca fueron abandonadas, y se cimentaron en
el llamado Movimiento Carismático de la Renovación Católica de 1967, el Movimiento del
Discipulado/Pastoreo (Discipleship/Shepherding Movement), y más tarde en otros movimientos
como el de la “risa santa” de Toronto, Pensacola, Brownsville, etc. de los años ochenta y
noventa, hasta hoy, con el G12, neo reforma apostólica, etc. No sólo tienen que ver algunos de
esos movimientos con el asunto de las manifestaciones visibles, como caídas, risas, ruidos de
animales, convulsiones, etc., también llevan implícita mucha doctrina espuria, y conclusiones
teológicas erradas. Al respecto de esto último, uno de los defensores del Restauracionismo
(Dominionismo), Stephen Matthew, se pregunta y se responde: “¿Podría Jesús venir hoy? No-
ciertas cosas tienen que cumplirse antes de que Jesús pueda volver” 17 Decir que el Señor Jesús
no puede volver aún; y según estos maestros, no puede volver porque la Iglesia todavía no ha
terminado su presunta labor de establecer el Reino, es lamentable errado. Ellos esperan que aquí
las cosas lleguen a ser casi como en el Cielo para que Jesús pueda volver a por los Suyos. En
realidad, no esperan la venida de Cristo, ¡esperan la glorificación de la Iglesia aquí en la tierra
sin Cristo estando presente! Claramente, los dominionistas lo exponen de esta manera. Escribe
así el recientemente finado, Earl Paulk:
“…puedo decir con la autoridad de Dios, que Cristo no puede y no volverá hasta que
hayamos manifestado el Evangelio del Reino a las naciones de la tierra. Esa tarea
demanda una Iglesia madura, que constituya una alternativa a los reinos del mundo.
Eso es el todo acerca de la Iglesia, y el regreso de Jesucristo depende de nosotros ”
18
(énfasis nuestro)
Ciertamente la Biblia nos dice que como Iglesia debemos predicar el Evangelio a toda criatura
(Mr. 16: 15), y esa es parte de la Gran Comisión, pero extrapolar esto, y decir que tenemos que
manifestar una alternativa de poder y gobierno sobre los reinos del mundo para que así pueda
regresar el Señor, es otra cosa. Eso no está en la Biblia. También decir que “el regreso del Señor
depende de la Iglesia”, es espurio y una estupidez. El regreso del Señor Jesús depende del
Padre, y no de la Iglesia. Es el Padre el que envía al Hijo para desposarse con su novia, la
Iglesia. No es la novia la que dice cuándo ha de venir el novio a por ella. Sencillamente, eso no
es así. Otro destacado dominionista, Fred Price, enseña la siguiente herejía:
“En esencia, Jesús dijo: “Me vuelvo al Cielo. Voy a ocuparme de la autoridad en el
reino celestial, pero os dejo aquí, cuerpo mío... y os doy por delegación mi autoridad en
el reino terrenal. Así pues, id y conquistad”. Esta es la manera que Dios ha diseñado el
sistema: Nosotros lo controlamos; así que depende de nosotros” 19 (énfasis nuestro)
Pero Jesús no dijo eso. El, por el Espíritu Santo, hace la obra de poder en cada uno de nosotros,
y a través de nosotros, porque la gloria debe ser para Dios sólo. No nos ha dejado solos para que
nosotros determinemos qué hacer y cómo “conquistar el mundo para Cristo”. Eso es deísmo. Si
nosotros controlamos, y si todo depende de nosotros, entonces, si todo sale bien, la gloria será
para nosotros y no para Dios, pero esto se da de bruces con la Palabra, la cual asegura que: “Yo
Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria…” (Is. 42: 8). Es de simple sentido
común que Dios nunca nos va a pedir algo que no podamos, no debamos, ni sepamos hacer.
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Paulatinamente, después del final de la Segunda Guerra Mundial, los maestros en el mundillo
pentecostal empezaron a dejar de lado el entendimiento literal premilenarista de la profecía, y
llevados por los nuevos aires esotéricos del momento, encabezados por movimientos como el
mencionado Latter Rain, más tarde el Restauracionismo, Reconstruccionismo, Nuevo
Reformismo Apostólico, etc. y en estos días, el G12 y afines, y toda su doctrina postmilenarista
y triunfalista, vinieron a creer el mensaje, que en absoluto es nuevo:“Podemos ser
espiritualmente transformados en conocimiento y unción sin límites para así dominar el
mundo”. En realidad, ¿A qué nos recuerda esto último, sino a las palabras del padre de la
mentira, Satanás, cuando dijo: “serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios…”? (Gn. 3: 5)
He aquí la propuesta a la que se nos invita: “Regreso al Nuevo Orden”.
A pesar de todas esas novedades de poder sobrenatural acontecidos en los últimos quince años
hasta la fecha, en realidad sólo el error doctrinal ha progresado de manera mucho más radical y
descarada, y la consecuente apostasía. Y si alguien llega a pensar que estos movimientos están
de capa caída, o que no tienen incidencia real en la Iglesia, es que son ignorantes de la realidad,
y les aconsejo que sólo hagan una pequeña labor de investigación al respecto. No están de capa
caída, sino todo lo contrario, esta es otra de las realidades que nos indican los tiempos finales en
los que nos está tocando vivir, previos al Alzamiento de la verdadera Iglesia, y al efímero reino
del Anticristo y de su Falso Profeta, y la siguiente es la conclusión a la que llega un ministro,
que estuvo en ese mover, y del cual salió cuando buscó de veras a Dios: 20
“Concluyendo, todo lo que quiero decir, es que el Nuevo Orden del Latter Rain está
vivo y marchando con éxito. Como mínimo más de un millón de personas suscriben sus
doctrinas, y sus iglesias son de entre las más grandes y de crecimiento mayor en el
mundo. Por favor, oren por esos hermanos. La inmensa mayoría de ellos son sinceros
y quieren servir a Dios de veras” 21 (énfasis del autor)
¡No me cabe la menor de las dudas acerca de esto último, de ahí la tragedia!
Nota: “William Marrion Branham, nacido en 1909, se autoproclamó profeta de los últimos
días, y fue figura clave en el establecimiento del Latter Rain Movement (Movimiento de La
Lluvia Tardía), el cual empezó en los años 40, cuyas doctrinas espurias retomaron los
maestros neopentecostales Kenneth Copeland, Oral Roberts, Pat Robertson, y el Club 700 entre
muchos otros. Branham decía que sanaba por el ángel que vivía dentro de él”
PARTE II: …es como un león rugiente que busca a quien devorar
Mucho temor de Dios nos hace falta para no caer en los errores que llevaron a Eva y a Adán a
ser sacados del Huerto del Edén por haber creído la mentira de la serpiente. Lamentablemente,
hay tantos hoy en día que van de regreso al “Nuevo Orden”, a ese “Nuevo Orden” que es tan
viejo como la misma naturaleza caída en este planeta. “…seréis como Dios, conociendo el bien
y el mal”: esta es la filosofía diabólica que es vieja y es nueva al mismo tiempo, y que fue, ha
sido y es, el caballo de batalla del diablo para echar al infierno a los hombres; y lo sigue
intentando contra la Iglesia. El diablo sabe manejar muy bien los conceptos divinos para sus
propios fines de perdición. No sin razón se le conoce como el padre de toda mentira. Él inte nta
pelear contra el amor de Dios, levantando un falso amor, de manera que actúe como caballo de
Troya para encandilar a muchos, aportando muchas agradables emociones, y así enturbiar toda
visión objetiva de cómo proceder en la vida cristiana, porque el verdadero amor es aquel que
está basado en la verdad de la voluntad de Dios, y no en cualquier concepto religioso-
humanista, ni tampoco emocionalista. Pero eso último, también en lo referente a los que se
presentan ante los demás como cristianos, pero no lo son, es la cizaña del diablo, la engañosa
copia del trigo de Dios. Escribe F. V. Dabold en su excelente libro “El Misterio de la
Iniquidad”:
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“Advertimos una revelación sorprendente: Los hijos del diablo son comparados con la
cizaña, lo que quiere decir que se parecen a los hijos de Dios, aunque son la obra
maestra del Satanás. Por esa razón nadie se da cuenta de la diferencia…La cizaña es
una “quinta columna” que se ha infiltrado en la Iglesia y la está minando desde
adentro. Sus representantes pasan por cristianos, pero nunca fueron renacidos…es un
hecho sorprendente que muy pocos parecen darse cuenta de su presencia en nuestro
medio” 22
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casi infalibles. Rara vez (si alguna) piden perdón por algo, y esperan que no se cuestione nada
de lo que dicen o enseñan. Los que por un sentido exagerado y desproporcionado de la sumisión
se ponen bajo ese tipo de yugo, son víctimas potenciales, y están constantemente expuestos a
toda falsa doctrina, abuso, engaño y mal espíritu. Unos buenos amigos míos, muy queridos, que
aman al Señor, me comentaban con cierta reticencia, que no estaban muy de acuerdo con ciertas
directrices y método que su pastor quería implementar en la iglesia; que estaban preocupados
con el hecho de que bastantes personas, incluidos responsables, por no estar de acuerdo, optaron
por salir de la iglesia. No obstante me decían que porque estaban comprometidos con ese pastor,
y sujetos a él, habían decidido aceptar ese yugo. Ellos temían caer en deslealtad y acabar
criticando. Tenían un exagerado sentido de la sumisión. Eso es muy común en los círculos
restauracionistas/dominionistas, donde el “no juzgar” se ha elevado a la categoría de la quinta
esencia de la conducta cristiana. Si lo observamos detenidamente, ese tipo de conducta derivada
de la consiguiente enseñanza, tiene un matiz impresionantemente católico romano. En el
catolicismo, se espera que los fieles confíen ciegamente en sus líderes, los curas, el papa, etc. ya
que aquéllos requieren de la guía absoluta de los únicos que pueden enseñarles, porque en ellos,
la clerecía romana, recae esa “responsabilidad”.
Yo estoy de acuerdo en que hay que tener paciencia, y no salir de una iglesia cristiana por
cualquier cosita o problema que se produzca (ahí tenemos a todos esos “paseantes”, que van de
iglesia en iglesia, como la mariposa de flor en flor). Entiendo que cada congregación debe ser
como una familia, y en toda familia hay problemas alguna vez, y no por ello nos vamos a la
primera de cambio, abandonándola. Sin embargo, la cosa cambia cuando en esa congregación
por una razón u otra, la situación es insostenible por diferentes causas acerca de la dirección
espiritual de la misma: pecado no confesado, herejía, falsa doctrina, imposiciones, etc. cuando
estas cosas u otras están ahí, sin que el pastor quiera arrepentirse de todo ello y volver a la sana
doctrina de nuestro Señor Jesucristo, entonces el compromiso con la congregación, y con la
dirección de la misma debe cesar. Dice el libro de Proverbios que “cuando los justos se alegran,
grande es la gloria; mas cuando se levantan los impíos, tienen que esconderse los hombres”
(28: 12) El apóstol Pablo e enseñaba así a Tito: “Al hombre que cause divisiones, después de
una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está
condenado por su propio juicio” (Tito 3: 10, 11). Existe una limitación para la sumisión al
pastor: la verdad de Dios.
(*) (La Nueva Era, es la oferta de las tinieblas para un “mañana mejor”. Parte de la propuesta del diablo a Eva:
“seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gn. 3: 5) y reúne y sincretiza todas las líneas de pensamiento,
movimientos humanistas, religiones, creencias, esoterismo, ocultismo, artes, y un cada vez más largo etcétera que
actúan a espaldas del Espíritu Santo, con el hipotético, engañoso, falso y blasfemo fin de hacer ascender al individuo
a la categoría de Dios, por lo tanto, pretendiendo inútilmente hacer de él un ser independiente del Creador)
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Es horrorosa la declaración de Copeland. Primeramente, cuando Pedro dijo que hemos sido
participantes de la naturaleza divina, no quiso decir que tenemos la naturaleza divina. Sólo
participamos de ella. Como acertadamente enseña el pastor José Mª Argudo Avellana:
“participación de la naturaleza no infiere consubstancialidad con ella” 25 En segundo lugar, a
diferencia de lo dicho por Copeland, sí tenemos, no un dios, sino al mismo Dios dentro de
nosotros por su Espíritu; y nosotros, definitivamente, no somos Dios, ni “dios”. Si nos damos
cuenta, el que lleguemos a creer que somos Dios, es esencial para poder aceptar el desafío de
establecer el Reino en esta tierra. ¿Cómo podría ser de otra manera? Sólo los “dioses” podrían
cambiar todas las cosas en este mundo caótico. Literalmente así lo dice otro autor dominionista
y alineado como Copeland en la Nueva Era, el finado Earl Paulk:
“Dios engendra pequeños dioses. Hasta que no nos demos cuenta de que somos
pequeños dioses, y actuemos como tales, no podremos manifestar el Reino” 26 (énfasis
nuestro)
Dios no engendra pequeños dioses, sino todo lo contrario: “Los dioses que no hicieron los
cielos ni la tierra, desaparezcan de la tierra y de debajo de los cielos” (Jeremías 10: 11).
Recordemos de nuevo las palabras de la serpiente antigua, para alejarnos de su veneno: “…y
seréis como Dios…”. Estos tipos de mensajes intentan dirigirnos de regreso al Nuevo Orden.
Ese reino del que habla Paulk no es el de Cristo, sino el del hombre endiosado. Benny Hinn, en
uno de los programas en la televisión TBN, “Praise the Lord”, exclamó lo siguiente, haciendo
participar al público allí asistente:
El único que puede exclamar eso es Jesús de Nazaret, es decir, el mismo Jesucristo, el único
JUSTO, quien dio su vida por todos nosotros, los injustos. Decir que cada uno de nosotros
somos un Dios-Hombre, es decir que cada uno de nosotros es Jesucristo; ¡qué terrible
blasfemia! Más adelante, hablaremos más extensamente sobre toda esta cuestión de la falsa
deidad del hombre, de dónde procede esa herejía, y cómo se está esparciendo por doquier.
“El sacrificio de niños hoy en día ha resurgido con el satanismo, las sectas diabólicas y
muchas prácticas de brujería que están floreciendo en América y en otras partes del
mundo occidental” 28
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Por otra parte, Satanás está derramando ríos contaminados de falsa unción desde las plataformas
multitudinarias, a los humildes púlpitos (Mt. 24: 24; Ap. 13: 13). Todo esto suena novelesco y
fantasioso, y ¡ojalá fuera así!, no obstante es verdad, y muchos que lo saben, me darán la razón.
Hoy en día, los satanistas disfrazándose de auténticos cristianos y siervos, se están
introduciendo en las congregaciones cristianas con la meta de destruirlas, y los pastores parece
que no nos percatamos de nada de todo esto. No podemos dudar de esa realidad porque la
misma Palabra de Dios nos lo advierte:
Los verdaderos cristianos, no tememos al diablo en modo alguno, sino que tememos a Dios; por
ese motivo debemos andar muy rectamente ante Él, porque si no lo hacemos así, el enemigo
puede tomar ventaja; ventaja que no debemos darle en absoluto. Todo ello no quita el hecho de
que el maligno siga a modo de león rabioso, buscando a quien hacer daño. De ahí que debemos
ser prudentes y no ingenuos. La lucha espiritual bíblicamente entendida, es un hecho: “Porque
no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes” (Ef. 6: 12). El diablo siempre se ha propuesto intentar llevar al pueblo de Dios a la
destrucción. No lo conseguirá, pero la batalla está servida.
Estamos viviendo en los tiempos anunciados por la Palabra. Hoy en día cada vez hay más
hambre de lo sobrenatural y de lo “nuevo”, y el pueblo de Dios, por falta de discernimiento, se
entrega con demasiada facilidad a estas cosas, cayendo muchas veces en las garras de la falsa
unción (no olvidemos que el diablo tiene también “unción”, que es poder), y a espíritus
religiosos poderosos que no son obviamente el Espíritu Santo. El mismo Jesús nos advirtió
acerca de los falsos ungidos y de su falsa unción:
“Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el
cristo; y a muchos engañarán” (Mateo 24: 4, 5)…”Porque se levantarán falsos cristos
(ungidos), y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que
engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos” (Mateo 24: 24) (énfasis nuestro)
¿Qué nos está diciendo aquí el Señor?, justamente lo que dice, que en el nombre de Jesús de
Nazaret, se iban a levantar falsos cristos. Ahora bien, la palabra cristo, significa ungido; ¿cómo
se les llama a los tele-evangelistas famosos y a algunos ministros de renombre?, se les llaman
ungidos, y ellos no se oponen. Así pues, el Señor nos advierte de que muchos de estos que se les
conoce como los “ungidos”, son los falsos ungidos, o falsos cristos. Hacen grandes señales y
prodigios, porque tienen unción, que significa en este sentido, poder. Si esa unción no es de
Dios ¿de quién es? El común denominador de muchos de estos “ungidos” es el amor a lo
material; el dinero, la prosperidad material y la ostentación, así como al reconocimiento, y a la
propia gloria. También los milagros y sanidades, que tantas veces se han demostrado falsos, y
otras veces de más que dudosa procedencia.
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Capítulo 5
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Si nos damos cuenta, existe mucha aceptación encubierta o no, pero siempre sistemática, en
amplios sectores eclesiales de muchas de esas características, en mayor o menor grado. La
prueba palpable la tenemos, digamos, en el prácticamente nulo énfasis que se hace hoy en día en
tantos púlpitos acerca de la resurrección de los muertos. De hecho, en muchas plataformas, al
igual que no se enseña sobre el Rapto, tampoco se predica sobre la resurrección, siendo ese
tema, crucial en la enseñanza neotestamentaria (ver 1 Co. 15), evidentemente obviado hoy por
muchos. Es la influencia de las corrientes gnósticas.
Acerca de Cristo, los así llamados cristianos gnósticos, daban de Él la siguiente explicación:
“El espíritu de Cristo simplemente habitaba en el cuerpo del hombre Jesús. El espíritu
Cristo vino para enseñar a los hombres la gnosis para ser libre de la atadura de este
perverso mundo material” 1
Algunos incluso enseñaban que Jesús no vino en un cuerpo real, sino que era un espíritu
corporal; por lo tanto los conceptos de muerte física y resurrección de Cristo eran negados por
ellos. Ahora ya podemos entender lo que Juan enseñaba en sus epístolas, refutando a los
gnósticos y a sus predecesores:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos
falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que
confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que
Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros
habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1 Juan 4: 1-3)
“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha
venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo” (2 Juan 1: 7)
Juan enseñaba que el anticristo (en este caso, no el personaje del Apocalipsis), estaba ya en el
mundo. Ese anticristo al cual Juan se estaba refiriendo era la herejía llamada Gnosticismo que
estaba entonces en sus albores, además de todos aquellos que se mostraban como cristianos,
pero no lo eran (1 Jn. 2: 18, 19). El Gnosticismo anticristo enseña la redención como una
transformación espiritual. Dando sólo importancia al ser espiritual, llegando a ser sólo un ser
espiritual. Nosotros, los creyentes en la Biblia, no obstante, esperamos la resurrección o la
transformación de nuestros cuerpos a la semejanza del de Cristo (1 Juan 3: 2) Nosotros los
cristianos, no entendemos la salvación como un asunto meramente espiritual. Como dice Tricia
Tillin: “Nosotros vemos a un Hombre que sangró y murió, en total realidad y en agonía, en una
cruz de madera” 2 . No recibimos la redención a través de alguna emanación espiritual que nos
comunica “revelación” de un incomprensible Ser Supremo que vive quién sabe dónde. Nuestra
fe es real, no es esotérica ni inalcanzable. Tenemos un Salvador, el Cordero de Dios, quien
murió en nuestro lugar, se levantó de los muertos no como un espíritu iluminado y trascendente,
sino con un cuerpo real, de carne y huesos, eso sí, glorificado, y que se podía palpar. Nuestro
Salvador es absolutamente real y tangible, si ahora mismo apareciera entre nosotros, cosa que
hará en su día, lo podríamos ver y tocar.
Los así llamados cristianos-gnósticos, tenían su propio y particular entendimiento de la
Escritura, y de cómo era para ellos Dios. Entre otras cosas, ellos:
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verdadero dios. En otras palabras, el Demiurgo, o Arquitecto del universo, como principio
activo del mundo según esos gnósticos, habría fallado, habría encerrado a los hombres en
cuerpos terrenales y les habría aplicado una ley restrictiva y represora, así que ellos debían
escapar a través de una sabiduría superior del control dictatorial de ese Dios, y así entrar en una
intimidad espiritual con el “Ser Supremo”, el dios que está por sobre todo. Esa es la razón por la
cual los gnósticos no aceptaban la Ley de Dios (la Biblia), viéndola desfasada, anticuada,
restrictiva, dominante, impositiva, etc. Buscaban alzar el vuelo con las alas del “espíritu” a una
hipotética libertad que no les comprometería a nada, pero que les otorgaría prácticamente todo.
Por supuesto que esa doctrina no ha muerto, sino que siguió a través de los siglos a través de
diferentes vehículos. La podemos ver, por ejemplo, en la Masonería, no en los órdenes bajos,
donde se enseña que Dios es el Arquitecto del universo (el Demiurgo), sino en los altos órdenes,
en los ascendidos, “los adeptos, los príncipes de la masonería” 3 donde se enseña claramente
que el “ser supremo” aludido sería Lucifer, el “portador de luz”. Así pues, los masones de alto
rango (grados 31, 32, 33 en adelante) creen en definitiva que Lucifer (Satanás) es el verdadero
Dios. Albert Pike, uno de los grandes maestros de la Masonería, inductor del dogma, escribe así
en su libro “Ética y Dogmas”, uno de los libros guías más importantes de esa institución
ocultista:
La masonería de alto rango, sabe a qué dios sirve, es Lucifer, el cual es Satanás, aunque no lo
describan así, (eso sólo lo saben y admiten los de muy arriba en la pirámide). La masonería de
alto rango cree en un perpetuo dualismo, en el cual el bien siempre está en lucha con el mal.
Albert Pike, explicó en sus “Instrucciones” en el año 1889 a los veintitrés Concilios Supremos
del mundo el dogma “teológico” de la francmasonería. Escribió así la siguiente blasfemia:
“Si Lucifer no fuese Dios, ¿lo calumniarían Adonai (el Dios de los cristianos), cuyas
obras prueban sus crueldades, perfidia, odio hacia el hombre, barbarismo y repulsión
por la ciencia; lo calumniarían Adonai y sus sacerdotes? Sí, Lucifer es Dios, y por
desgracia Adonai también es Dios…la verdad científica del dualismo divino se
demuestra en los fenómenos de la moralidad y la ley universal de simpatías y
antipatías…” 5
Como, según Pike y todos sus correligionarios, Lucifer, que es el dios bueno, está en constante
lucha en pro de la humanidad contra Adonai, no es de extrañar que todos sus adeptos, también
lo estén. De ahí que ya no nos extrañe que al estar tan sumamente engañados y poseídos, puedan
muchos de ellos infiltrarse en las iglesias, incluso ocupando responsabilidades importantes en
ellas, y no convertirse a Cristo, el cual le ven sólo como a un siervo exaltado del Demiurgo.
No podemos negar, sino advertir que hoy en día percibimos un despertar de muchos elementos
gnósticos en la Nueva Era, y con gran preocupación observar que son trasladados a muchos
sectores de la Iglesia nos cueste o guste aceptarlo, o no. Tras conceptos como “posibilismo”,
“confesión positiva”; “pensamiento positivo”; “fe en la fe”, “autorrealización”, “renovación”,
“transformación”, “nueva unción”, “visión”, “Éxito: crecimiento”, “visualización”, “sueños”,
“regresión”, “viejo y nuevo paradigma”(Nuevo Paradigma, es escuela de pensamiento de la
Nueva Era de tipo esotérico) “canalización”; “armonía interior”; “energía espiritual”, “poder
mental”, “cambio de naturaleza”, y un largo etcétera, según se usen, se mueven espíritus
religiosos diabólicos y doctrinas que pretenden apartar al verdadero pueblo de Dios de la sana
doctrina de nuestro Señor Jesucristo. El ataque es tan fuerte a la vez que sutil, que nos hace
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darnos mayor cuenta de que estamos verdaderamente en los últimos días; en el último tiempo de
gracia. Las palabras del apóstol Pablo se hacen muy reales hoy en día:
“Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, de hipócritas y mentirosos,
cuya conciencia está cauterizada” (1 Timoteo 4: 1-3)
En cuanto a esas doctrinas de demonios que sin ninguna duda incorpora en sí la doctrina
gnóstica, definitivamente está sumamente introducida en la iglesia, sobre todo en el mover
neopentecostal/carismático.
La verdad es que por aquel entonces - y de eso hará más o menos dos años - nos sorprendieron
estas palabras, y nos preguntábamos, ¿qué tipo de “transformación espiritual” iban a
“experimentar” los Castellanos para el año 2008? Bien, quizás ya estamos en situación de
entender y responder acerca de esto, por lo siguiente: recabamos las palabras en vivo de César
Castellanos, en su 12ª Convención Internacional del G12 en Bogotá (Colombia), “Su mano está
sobre mí”, cuando dijo así:
“Jacob lo logró después de una noche de oración, y en esa noche de oración, él sintió
que hubo un desprendimiento de su alma; sintió que la parte espiritual se desprendía
de la parte carnal, y por eso él dijo vi a Dios cara a cara, y fue liberada mi alma;
porque hubo un desprendimiento… Si usted ha asistido a reuniones, ha pasado
momentos de adoración, de alabanza, de intimidad con Dios, pero no ha tenido ese
momento donde siente que la parte espiritual se desprende, se desliga de la parte
carnal, aun no ha obtenido el cambio de naturaleza.” 7 ( énfasis nuestro)
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La “nueva” unción
Acerca de la llamada “nueva” unción, el término es común en el movimiento G12, entre otros.
Dijo así un proponente de dicho movimiento:
“Creo que brevemente seremos revestidos con la unción de los grandes y maravillosos
prodigios del Espíritu Santo y nuestra sombra sanará como la de Pedro…” 8
Aquí vemos de nuevo el matiz acerca de las “cosas nuevas” que Dios se supone que está
haciendo. Parece ser que no podemos contentarnos con lo que verdaderamente Dios nos ha dado
ya. Este afán dominionista está absolutamente patente en ese movimiento. Con esta “nueva
unción” se establecerá el Reino; nos preguntamos cuál. Acerca de esa “nueva unción”, un
analista del G12 dice lo siguiente:
“Dicen que solamente ellos son poseedores de la „unción‟ de Dios, del Espíritu de
Dios. La llaman “nueva unción”. No encontré en la Biblia nada que denotara esa
afirmación, porque la unción de Dios no envejece, no se hace vieja. ¿Por qué entonces
“nueva unción”?” 9
Porque la unción de siempre se les ha quedado pequeña ya – ¡nótese: es el poder del Espíritu
Santo, Hchs. 2!, pero les es insuficiente para conseguir sus objetivos, porque son bíblicamente
inexistentes. No existe tal cosa como la “nueva” unción. Si echamos agua al agua tendremos
siempre agua. La verdadera unción es la que nos trae el Espíritu Santo, el cual ya vino ¡y no
puede venir más, porque ya vino! ¿Qué puede ser, para esta dispensación de la gracia y la
verdad, más poderoso que aquel advenimiento del Santo Espíritu de Dios que tal y como
descendió de los cielos ha permanecido en este mundo, y en las vidas de los hijos de Dios hasta
ahora? Por todo ello, discernimos entre líneas muy claramente una actitud megalomaníaca, un
exigir al Cielo a través de una presunta de fe, para recibir la “nueva” unción, y en última
instancia, un emular a Dios. Por lo tanto, vemos aquí otro atisbo de la vieja filosofía satánica –
seréis como Dios (Gn. 3: 5) -, que regresa al “Nuevo Orden” que se está infiltrando con fuerza,
pero con sutilidad en el mundo eclesial actual.
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Tan aparentemente convencido está Castellanos de lo que cree acerca del gobierno de los doce,
que asegura que:
¡Impresionante la declaración del fundador del G12! Impresionante y peligrosa, porque implica
por lo menos dos cosas: Dejar de hacer iglesia como enseña la Palabra (a eso él lo llama lo
tradicional), y garantizar un sano crecimiento que sólo Dios puede realizar, y nunca ningún
método o modelo persuasivo como lo es G12, por mucho que asegure Castellanos que es Dios
quien se lo ha dado a conocer. Muchos, desde que abrazaron lo que denominan la “visión”,
están en la absoluta verdad, a pesar de que muchos de ellos ya eran creyentes hace cinco, diez,
veinte años o más. Esto es muy preocupante y lleno de claros indicios sectarios y divisionarios
del cuerpo de Cristo. “Si yo estoy en la “visión” y tú no, yo estoy en la manifestación plena de
la verdad, mientras que tú estás en rebeldía por no aceptar lo que directamente viene de Dios”.
En una meditación pronunciada el 14 de diciembre de 2006 por el pastor Juan José Churruarín,
en la Asamblea General Ordinaria de la Federación Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de
la República Argentina - A.C.I.E.R.A. con la presencia de los presidentes de las instit uciones
evangélicas que representan a más de 15.000 iglesias en el país, el hermano en cuestión dijo lo
siguiente:
“Observamos en el libro de los Hechos de los Apóstoles que, por el Espíritu Santo, el
crecimiento de la Iglesia fue espontáneo, y no por estrategias o métodos de crecimiento.
La Iglesia NO DEBE SACRALIZAR EL MÉTODO. Hay mucho conflicto ahora mismo
por esto. Leemos en Habacuc 1:16: “Por esto hará sacrificios a su red y ofrecerá
sahumerios a sus mallas; porque con ellas engordó su porción, y eng rasó su comida”.
Es decir, rendían culto a sus redes de pesca; por eso engordaban. No existe en el
mundo entero ninguna metodología para hacer crecer la Iglesia”. 12
“De manera que la base es ganar. Por eso hay que dominar las áreas de la visión, y
tenemos que convertirnos en expertos ganadores de almas” 13
Jesucristo dijo que nadie podía por afanarse “añadir a su estatura un codo” (Lc. 12: 25),
queriendo decir que hay obra que sólo Dios puede y debe hacer. Dígame usted, ¿cómo se puede
uno convertir en “experto ganador de almas”, cuando esa es solamente prerrogativa del Padre?
Pero todavía va más lejos. Añade Castellanos: “El modelo de los doce es muy celoso, o se toma
en su totalidad, o no; no hay término medio” 14 Además, implícitamente le añade una autoridad
similar a la de la propia Biblia, ya que sólo de ella no se puede ni añadir ni quitar nada. Todo lo
mencionado hasta aquí es parte de la “visión de los doce”, pero sigamos. Curiosamente ninguna
de las siete iglesias a quienes Jesús se dirige en Apocalipsis siquiera se acerca a lo ideal, sin
embargo aquí se nos presenta ese hombre diciendo tener la fórmula del éxito, recibida
directamente de parte de Dios. A esa supuesta revelación, la transformará en la visión.
Explícitamente se nos está diciendo que antes de la visión, la Iglesia de Jesucristo ha fallado
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bastante, no ha llegado al grado de perfección que el Maestro hubiera deseado. Ahora, a partir
de la visión, la cosa ya va a cambiar. Así pues, toda iglesia o congregación que no se sujete a la
visión, está en rebelión, y en serio peligro de desaparecer.
“G12 ha sido levantado por Dios para compartir contigo los secretos de la visión que
Dios nos ha confiado”. Ya es tiempo que la visión corra por toda la tierra. Es mi deseo
y ferviente oración que Dios te bendiga y te libere en el poder de esta visión” 15 (énfasis
nuestro)
El fundador del G12 asegura que tiene en su haber los secretos - en plural - de la visión y que
vienen de Dios. Esto es preocupante. Implícitamente, con ello, nos está diciendo dos cosas,
como poco:
a) Que la visión contiene revelaciones que sólo Dios ha dado a conocer a su “profeta”
Castellanos, y que le utiliza a él como medio para divulgar esas revelaciones que
hasta la fecha han sido secretas, contradiciendo abiertamente lo dicho en Hebreos 1:
1, 2 donde la Palabra infalible de Dios nos dice que en esta dispensación, Dios ya
no habla más por los profetas como hacía en el A.T. sino que nos ha hablado por el
Hijo. En cierta forma, Castellanos se ha erigido como mediador entre Dios y Su
Iglesia, y como administrador de la divulgación de esos secretos.
Pero hay más. Dice que esa visión tiene poder en sí misma. Si tiene poder, ya nos está hablando
de una fuerza espiritual implícita en ella. Si esa visión, con sus secretos incluidos, no es de Dios,
¿de quién viene ese poder?...
Parte del secreto, ya revelado según sabemos por parte de Castellanos, es el asunto del número
doce. Lo expone así:
“En el reino espiritual existe el grupo de 12 que nos da autoridad, gobierno y madurez
al completo…” 16 (énfasis nuestro)
Aquí entramos en aguas profundas. Primeramente nos habla del “reino espiritual”, ¿cuál “reino
espiritual”? Ese término era muy usado por los gnósticos, y es muy usado por los ocultistas y en
particular por los practicantes de la Nueva Era y luciferinos. También es muy usado por los
proponentes de la súper-fe (word of faith). Es un término muy ambiguo, y que se suele utilizar
para hablar del mundo invisible o espiritual. La Biblia, cuando nos habla del mundo espiritual
de Dios, le llama el Reino de Dios, o el Reino de los Cielos, pero nunca “reino espiritual” a
secas. De hecho esa expresión no se encuentra en la Escritura. Por el contrario, por “reino
espiritual”, sino se aclara previamente que estamos hablando del Reino de Dios, habrá que
interpretar esa expresión como que hablamos del reino espiritual de los demonios. Muy
sutilmente Castellanos nos planta delante de nuestros ojos un supuesto principio espiritual – el
de los doce – proveniente del “reino espiritual”, y no del Reino de Dios. Seguidamente nos dice
que en ese “reino espiritual” existe un ente llamado “grupo de doce” que nos da ciertas virtudes
¿cómo deberíamos interpretar eso? ¿Es eso como un núcleo del cual emana algún tipo de
energía virtual, poder metafísico, o algo así? Todo esto suena clarísimamente a las enseñanzas
del esoterismo, a los conceptos tipo “el poder de la mente” y cosas por el estilo. Ahora, según
Castellanos es el “poder de los doce”. ¿Dónde en la Escritura leemos algo como eso, cuando ni
siquiera se nos menciona acerca de ese pretendido “reino espiritual”?
Si prestamos atención, el meollo de la visión en cuestión recae sobre un asunto de índole
numérico, que en concreto es el número doce. Según William Schnoebelen, un ex satanista de
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alto rango que se convirtió al Señor Jesucristo, el “nueve es uno de los números más estimados
entre los satanistas, porque es el único número que siempre se reduce a sí mismo” 17 Y según
Castellanos, el doce nos da: “autoridad; gobierno y madurez”. ¿No es esto simple y llana
numerología?*
*(La numerología es una ciencia oculta de adivinación, que busca la interpretación esotérica de las cosas
que nos rodean por medio de los números. Dícese que los números claves contienen verdades poderosas
acerca de los aspectos positivos y negativos de la verdadera naturaleza y del destino)
¿Cómo puede darnos un número determinado madurez? Yo pensaba que la madurez la daba el
Espíritu Santo cuando vamos obedeciendo sus directrices por amor a Dios. ¿Cómo puede darnos
un número determinado autoridad?... ¿Cómo puede darnos un número determinado gobierno?
Yo creía que el gobierno es el que ejerce el Espíritu Santo sobre la Iglesia ¿Son todas estas
cosas que enseña Castellanos las “cosas nuevas”; el “algo nuevo” que dicen que Dios está
haciendo en estos últimos tiempos? Ellos creen que así es. ¡Esa es la visión! Los números en la
Biblia no se nos dan para que los imitemos, buscando cierto poder o misticismo en ellos, los
números en la Biblia son únicamente para demostrarnos la perfección de la Palabra del Señor y
su milimétrico cumplimiento en todos los sucesos que se dan en este mundo y en el universo y
que son controlados por el Creador. Pero, ¿quiénes son los que basan sus creencias en los
números y atribuyen poderes a ciertas combinaciones numéricas o que realizando ciertos actos
teniendo en cuenta los números creen que obtendrán un éxito asegurado?, son únicamente los
ocultistas, son los hechiceros los que recetan que una persona haga cierto acto a una hora
determinada y combinando ciertos números mágicos. Ejemplo publicar siete veces una oración
en un periódico para recibir un milagro, o prender una vela roja a las 12 horas frente a una
fotografía o visitar siete veces a un parapsicólogo para obtener cierta liberación. Estos son sólo
ejemplos que con certeza traerá a la memoria de todos las muy difundidas prácticas ocultistas.
Es de ese modo como, entre otras maneras, se mueven los demonios. Y ahora se nos presenta
este G12 (Gobierno de los Doce) dándonos una receta mágica de súper-resultados, organizarse
de a 12, tener 12 discípulos, haciendo del número 12, ciertamente un fetiche. Porque la realidad,
es que se ha montado toda una filosofía espiritualista alrededor del 12. Hasta que el líder (en
representación de Cristo) no tiene sus doce no está completo, y su ministerio no va a fluir de la
manera que fluirá cuando tenga sus doce. Todo eso no es más que superstición. No obstante, los
seguidores de G12 son muchos, y se muestran muy convencidos de lo que han llegado a creer.
El “espíritu de la Visión”
Alarmantemente, la visión del G12 va acompañada de su propio espíritu, llamado el “espíritu de
la visión”. Pero, si la visión aludida no es de Dios, entonces hemos de concluir que el espíritu de
la misma tampoco lo es. Quizás por eso, el concepto visión de G12 ha ido engordando
haciéndose más voluminoso y sacralizado cada vez, conforme va pasando el tiempo, llegando a
ocupar un lugar de extremo privilegio en los corazones y en los espíritus de sus proponentes y
también de sus seguidores, produciéndose un efecto de repercusiones alarmantes en el seno
eclesial. Esto es, que de una visión, se está produciendo una división.
Hoy por hoy, para los entusiastas del G12, la visión, tal y como ellos la llaman, es el todo. O
estás en ella, o estás fuera de ella. Tanto es así, que muchos se atreven a afirmar que todos los
que no quieran entrar en la visión irán desapareciendo de la escena eclesial, y aquellos que la
critican, recibirán castigo de lo Alto, porque no sólo no aceptan lo que Dios ha revelado, sino
que son rebeldes a dicha visión. Por lo que vemos, toda esta cuestión está adquiriendo tintes de
fanatismo, y se les está yendo a muchos de las manos. Esto es típico de todos los planteamientos
de tipo sectario, tan comunes en otros escenarios, pero que duele verlo en el contexto de
hermanos queridos que han sido atrapados, muchas veces por su propia ingenuidad, y ¿por qué
no decirlo?, por el insuficiente conocimiento de las Escrituras, o quizás por el escaso apego a las
mismas, prestando mayor oído y atención a supuestas revelaciones y sueños de algunos
iluminados, más que a la misma Palabra de Dios. La gran tragedia de todo esto, es que muchos
queridos hermanos y consiervos, han colocado “toda la carne en el asador del número doce”. Y
cuando digo todo, quiero decir todo, hasta su misma fe en Jesucristo y su obra. Un día se
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¡Éxito: Crecimiento!
Dentro del punto de la Visión del G12, vamos a ver seguidamente un objetivo que va de la
mano de aquélla, y se llama crecimiento numérico. Pero ante todo, debemos declarar una
verdad: todos los pastores querríamos ver en nuestras congregaciones, y experimentar un
verdadero crecimiento numérico; pero un crecimiento aportado por Dios mismo (Hchs. 2: 47; 1
Co. 3: 7), y no de otra manera, al menos ese sería el criterio santo y lógico. No obstante, si
existe actualmente algún sistema o método eclesial que hace un enorme énfasis en el
crecimiento numérico por encima de los demás sistemas, este es sin duda el G12. Así que nos
detendremos de nuevo para ver más de todo esto. Castellanos, sin ambages escribe:
“La visión del G12 es la herramienta que Dios ha dado a este mundo para traer el
avivamiento – quizás el último y más grande de la historia” 18
No se si Castellanos es consciente de lo que ha escrito, pero dice que Dios ha dado la visión del
G12 “a este mundo” (¿?) para supuestamente traer el “avivamiento”. Así pues la visión del G12
es para el mundo... No está desencaminado el asunto, como veremos más adelante.
Un pastor conocido mío que está en el G12, muy influenciado por la doctrina de ese modelo, me
dijo una vez charlando mientras paseábamos, que lo que hace que una congregación crezca
numéricamente, depende básicamente de cómo sea el pastor. Me dijo: “Tendremos
congregaciones numéricamente grandes cuando cada uno de nosotros, como pastores, seamos
mejores hombres de Dios”. Ese era su enfoque, como decía. Yo no le contesté entonces, pero
me quedé pensativo, y me dije a mí mismo: “Entonces, ¿depende de mí que la congregación
que pastoreo crezca más o menos?” Me puse a pensar en docenas de escenas de la Escritura,
buscando algo de todo eso, y nada puede hallar. Me vinieron a la mente congregaciones muy
grandes en diferentes lugares del mundo, cuyos pastores no son precisamente el mejor ejemplo a
seguir; y también, lo contrario, congregaciones muy pequeñas, cuyos pastores son preciosos
hombres de Dios. Me vino a la mente el propio ejemplo del Maestro, que a la postre sólo tenía
algo más de 500 verdaderos discípulos a los cuales se les apareció resucitado (1 Co. 15: 6). Así
pues, creo que eso que el consiervo me dijo no es acertado; ¿por qué lo diría? Yo no voy a
cuestionar su corazón, pero es evidente que estaba errado. Meditando en todo eso, llegué a mis
conclusiones: el crecimiento numérico es lo que define el éxito del ministerio pastoral según el
G12, y a eso le llaman fruto.
La Biblia enseña que “por sus frutos les conoceréis”. Castellanos argumenta que el fruto es el
crecimiento numérico, pero, ¿es esto lo que enseña la Palabra? No. Jesús de Nazaret dijo en
Mateo 7: 20, que por los frutos conoceríamos a los falsos profetas que vienen a nosotros
vestidos de ovejas, pero que son lobos rapaces. Ese es el contexto correcto. Pero ahora leamos
lo que dice el mismo G12. Dice así un slogan de los productos que el G12 pone a la venta:
“La Escritura dice “por sus frutos les conoceréis”, y esta es una frase cuyo significado
de compromiso con la extensión del evangelio ha sido plenamente comprendida por los
fundadores del G12, los pastores de la Misión Carismática Internacion al con sede en
Bogotá, Colombia” 19
Sacando ese versículo de su correcto contexto, los Castellanos aseguran que el fruto es el
crecimiento numérico, cuando el Señor nos dice otra cosa muy distinta; nos dice que por el fruto
o evidencia, conoceremos a los falsos profetas, que como los Castellanos, tuercen la Escritura
para decir lo que ellos quieren, y no lo que la Escritura dice.
La mayoría de los defensores del G12, como mi amigo, se han quedado prendados y
embelesados por el crecimiento numérico que ha experimentado la Misión Carismática
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Internacional de Bogotá, y otras, como si eso en sí probara algo definitorio. No puedo dejar de
señalar, que el impresionante crecimiento numérico acaecido en la M.C.I. de Bogotá, sin lugar a
dudas, ha sido el gancho ideal para haber llegado a tener éxito en introducir el G12 en todas las
congregaciones e incluso concilios donde actualmente está, o ha llegado a estar. A todas luces,
parece ser que lo que prima aquí es el crecimiento numérico. Ese es el concepto de éxito de los
que piensan así. ¡Cuantos más seamos, mejor! No han tenido en cuenta que el mismo diablo
puede sin problema alguno llenar las congregaciones que ignorantemente se presten a ello, de
gente sólo en apariencia piadosa, causando así un estropicio grande a la larga.
Eso no es en absoluto nuevo, ya ocurrió al inicio de la iglesia católica, cuando los templos
cristianos se llenaban de gente de todo tipo a partir del emperador Constantino. El mismo
Agustín de Hipona se quejaba de ello en el siglo IV de nuestra era, y decía así:
“El hombre que entra en la iglesia está forzado a ver borrachos, avaros, truhanes,
jugadores, adúlteros, fornicarios, gente llevando amuletos, clientes asiduos a los
adivinos y a los astrólogos...Debe saber y estar avisado, que las mismas multitudes que
se amontonan para entrar en las iglesias para los cultos cristianos, son las que llenan los
teatros de las fiestas paganas”
Muchos de los defensores del G12 dirán que esto no ocurre en muchas de sus iglesias, pero no
saben que en los orígenes de lo que hoy conocemos como la iglesia de Roma todavía no se daba
el caso, sino que empezó a ocurrir después. En cuanto a esto último, Eusebio de Cesarea, obispo
de la ciudad de Cesarea, discípulo de Orígenes, en su Historia Eclesiástica (s. IV), se
maravillaba del que para él era tremendo milagro de ver como nacía “una iglesia jerarquizada”
20
que se iba extendiendo por todo el Imperio Romano, y entusiasmado escribió lo siguiente:
“Otros autores, cuando componen relatos históricos, suelen trasmitir por escrito
únicamente victorias de las guerras, trofeos ganados a los enemigos…pero nuestro
relato -que es la descripción de la conducta de acuerdo con Dios- grabará en columnas
eternas las luchas más prácticas a favor de la paz del alma y de cuantos se esforzaron
por ella, por la verdad antes que por la patria, por la piedad antes que por los seres
queridos, y expondrá, para un eterno recuerdo, la resistencia de los atletas de la
piedad, su fuerza en innumerables tormentos, los trofeos conseguidos contra los
demonios, las victorias sobre los contrincantes invisibles y, por encima de todo eso, sus
seguras coronas” 21
Jamás olvidemos que a pesar del entusiasmo y admiración de Eusebio por el aparente prodigio
de ver una iglesia que se habría paso en el Imperio Romano, pocas decenas de años después de
estas palabras, las iglesias se convirtieron en lo que Agustín de Hipona nos relató arriba, y en
parte de ahí surgió la Gran Ramera del Apocalipsis. Desde luego nada de todo eso constituyó
ningún verdadero éxito.
Pero, la palabra ÉXITO, que tanto emplea el G12, es una palabra básicamente secular, como por
ejemplo, la palabra felicidad, de corte griego y latino. Sólo cuatro veces aparece en la Biblia, en
el A.T. y nada que ver con el concepto de crecimiento numérico (1 S.18: 30; 1 R.22: 13; Neh. 1:
11; Dn. 11: 17). La Palabra dice que es el mismo Dios el que añade a la iglesia los que tienen
que ser salvos (Hchs. 2: 47). Ahora parece que eso ya no es del todo así, y que es a través de la
“Visión del Gobierno de los Doce” cómo las iglesias que siguen ese método crecerán en número
de creyentes, y eso garantizado por el mismo fundador del G12.
Lo sintomático del caso, es que muchas de las congregaciones, parecen crecer numéricamente.
Al contemplar ese crecimiento, muchos lo ven como una respuesta a su fe posmilenarista del
Reino Ahora, y se dicen: “¡Eso es lo que tanto estábamos esperando desde hacía tanto
tiempo!” Anteriormente convencidos de que la Iglesia tiene que crecer hasta llenar la tierra, ven
en la supuesta explosión del G12, la respuesta a sus oraciones. Esto parecido ocurrió hace casi
dos mil años atrás, cuando Constantino, el emperador romano, consiguió seducir a la mayoría de
los ministros cristianos de entonces, haciendo de la fe de ellos la religión oficial del Imperio, y
de ahí surgió la iglesia católico romana que todos conocemos. Constantino proclamó un edicto
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de tolerancia para hacer salir a los creyentes de sus escondites, pero sólo aceptó proteger a los
que se sometían a su clase de cristianismo apóstata. Por tanto, cuidémonos de no ser engañados,
creyendo que es el Espíritu Santo el que está detrás de todo crecimiento numérico, resultando
ser el espíritu del diablo disfrazado de ángel de luz (2 Co. 11: 14). Veamos por qué. El enemigo
tiene mucho interés en que muchos nuevos creyentes, cuantos más mejor, entren en iglesias
presuntamente avivadas, pero dirigidas por un falso espíritu. A estos nuevos creyentes, al ser
bebés espirituales, les puede engañar más fácilmente, con la intención de destruirlos
definitivamente. Esto último será imposible, pero sí buscará el hacerles el mayor daño espiritual
posible.
Al tiempo, los antiguos y fieles miembros de esas mismas iglesias que ahora son dirigidas por
ese falso espíritu, al no querer aceptar, ni someterse a eso “nuevo” que los defensores de esas
tendencias dicen que Dios está haciendo, son tildados de rebeldes y tienen que salir de ellas, o
salen de ellas, sencillamente porque ya no pueden continuar allí, como está ocurriendo por
doquier. En ese sentido, testifica el Hno F. Carvajal:
Abundando en esta cuestión, una hermana española, hace poco me escribió contándome su
testimonio, y diciéndome:
“…sentimos mi esposo y yo del Espíritu Santo una clara voz que nos advirtió que
saliésemos, no lo deseábamos hacer porque no queríamos causar división o daño a la
iglesia, pero fuimos obedientes, y difícil ha sido, perseguidos, criticados, calumniados,
por supuesto, pero felices, libres y extendiendo el Reino de Dios y la Salvación de Jesús
en estos tiempos finales, también” 23
Es cierto lo que dice esa hermana, vivimos en los tiempos finales, en los cuales el infierno está
apretando desaforadamente, y ahora es cuando la Iglesia de Cristo debe estar más que nunca en
constante alerta, vigilia y oración; en expectativa de la venida del Señor a por ella.
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“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga
más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la
medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12: 3) (én fasis nuestro)
Pareciera como que esos nuevos maestros ponen un peso muy grande sobre los hombros de los
creyentes. Ya me puedo imaginar a muchos, que, siguiendo sus directrices, se pasan horas
esperando a que les venga esa revelación para así supuestamente obtener el poder de Dios. Esto
no es más que gnosticismo; iluminismo mezclado con misticismo, donde el esfuerzo del hombre
es esencial para experimentar lo sobrenatural. Por otra parte, el mismo autor, imponiendo manos
sobre una mujer, le dice lo siguiente:
“Pasa por encima, pasa por encima, pasa por encima y adéntrate en el reino de lo
sobrenatural. Pasa por encima del reino de la razón y adéntrate en el reino de la
gloria” 25
Esta es una declaración que nos recuerda absolutamente a la experiencia mística, también del
gnosticismo. ¡La razón no es obstáculo ninguno para entrar en la presencia de Dios! La razón es
creación de Dios. En cambio el dejar la mente en blanco, es una puerta abierta al mundo
espiritual del diablo.
Respecto al misticismo, coincidentemente cayó en mis manos una definición de la misma, tan
explícita y clara, que no tuve por menos que incluirla aquí. Es de Travers van der Merwe (1935-
1995). El corazón de este hermano en Cristo ardía por dar un toque de atención severo a la
Iglesia, la cual él veía que se ponía de acuerdo en gran manera con el gnosticismo, dejando de
lado la simplicidad de la Palabra de Dios. Respecto al misticismo y la manera alegórica de
interpretar las Escrituras, se expresó así:
“El misticismo es la búsqueda sin fin de la verdad más alta y más oculta, a través de
experiencias espirituales y conocimiento de Dios, usando para ello la imaginación, la
intuición, las pretendidas revelaciones del “Espíritu Santo”, y los sentimientos
subjetivos antes que los hechos, la razón y la recta Palabra de Dios... La iglesia que se
aparta del método literal de interpretación, y falla al usar la Escritura para interpretar
la Escritura, está en peligro de ser absorbida por el Gnosticismo o e l misticismo. La
iglesia que resbala hacia la escuela Gnóstica de pensamiento, inadvertidamente se
apartará de la autoridad de la Biblia y vendrá a ser ley en sí misma” 26
Travers veía el peligro que corre el creyente cuando se aleja, perdiendo de vista la tierra firme,
que es la Palabra escrita, y empieza a nadar en aguas incógnitas, que son las experiencias de
corte sobrenatural. Toda experiencia de esa índole sólo puede proceder de dos fuentes, Dios o el
diablo. Por tanto siempre deberán ser probadas por la Palabra de Dios. Si pasan la prueba,
deberán sólo ocupar el espacio designado por el Espíritu Santo, y cumplir el propósito por el
cual esa palabra ha sido enviada (Is. 55: 11), por ejemplo, una palabra de ciencia (1 Co. 12: 8).
Es lo que llamamos palabra Rhema. Jamás competirán contra la revelación escritural.
Démonos cuenta, por tanto, que importante es creer sólo lo que Dios ha dispuesto para nosotros,
los creyentes. No es un buen consejo ir más allá de lo establecido por Dios en cuanto a la fe. Y
esa fe, es la que ha sido una vez y por todas dada a los santos, y por la cual hemos de contender
ardientemente (Jud. 3). Esa fe, nos salva, no sólo de la perdición eterna, sino de caer en el
engaño del diablo que es casi tan viejo como la creación misma (Gn 3: 5), y que alienta la
carnalidad del hombre, animándole con sutilezas doctrinales y carnales a regresar al “Nuevo
Orden” de la soberbia de la cual el maligno mismo es absoluto príncipe, partícipe e instigador.
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“El hombre fue creado en términos de igualdad con Dios, y podía estar en la
presencia de Dios sin ninguna conciencia de inferioridad…Dios nos hizo tanto como
El mismo fue posible…El nos hizo la misma clase de ser como es Él…El hombre vivía
en el reino de Dios. El vivía en términos de igualdad con Dios…El creyente es
llamado Cristo….Eso es lo que somos; somos Cristo” (énfasis nuestro) 29
¡Insólito y blasfemo! Sin ningún tipo de rubor ni reparo asegura que el creyente es Cristo, ¿qué
mayor blasfemia se puede lanzar a la cara de nuestro amado Salvador que esa? El que tampoco
se queda atrás es el camaleónico Benny Hinn, que asegura lo siguiente:
“Cuando yo me levanto en Cristo, yo soy uno con El; unido a El; un espíritu con El. Yo
no soy, ¡Escúchenme! YO NO SOY PARTE DE ÉL, ¡YO SOY EL! LA PALABRA HA
VENIDO A SER CARNE EN MÍ…Cuando mi mano toca a alguien, es la mano de
Jesús que toca a alguien…[“profetizando”] “Yo, Jesús, les he amado tanto, como para
llegar a ser uno como ustedes, y les he amado tanto como para hacerles uno como yo
soy” (énfasis de Hinn en su voz) 30
¿Benny Hinn es Cristo? Así lo afirmó públicamente en ese medio televisivo. Además de la
horrible blasfemia que eso implica, no deja de ser simple y llana enseñanza de la Nueva Era, la
cual enseña que cada ser humano es un dios, y que debe escalar posiciones de exaltación, entre
otras maneras, a través del conocimiento (gnosticismo). La Biblia dice que ningún siervo es
mayor que su maestro; ¿Cómo va a ser el creyente que es un seguidor de Cristo, igual o mayor
que Él? Nosotros los creyentes, no somos cristos, ni grandes ni pequeños cristos, somos
criaturas humanas de las cuales Dios en su infinito amor, tuvo misericordia y nos salvó. Eso no
nos hace ser Cristo, sino todo lo contrario, nos hace ser absolutamente dependientes de Cristo.
Earl Paulk, citado arriba, defendió públicamente al sacerdote católico romano Bertolucci cuando
recibió críticas por adorar a María en un programa de televisión 31 ; así que aquí vemos
claramente, la conexión entre cierta carismatía, y el ecumenismo más recalcitrante, porque,
¿cómo podría un hombre de Dios decir que un adorador de María es cristiano? Continuamente
vemos como van de la mano amplios sectores del neopentecostalismo con el catolicismo
romano. Es imposible verlo y no darse cuenta de ello. Pero volviendo a la cuestión, uno de los
más conocidos ministros de las plataformas multitudinarias, Morris Cerullo, dijo públicamente:
“¿Quiénes sois vosotros?, Vamos, ¿quiénes sois vosotros? Vamos, decidlo: “Somos
hijos de Dios”, ¿Y que es lo que se mueve por dentro, hermanos?, es la manifestación
de la expresión de todo lo que es Dios, y de todo lo que Dios tiene. Y cuando estamos
aquí reunidos, hermanos, no estáis viendo a Morris Cerullo; estáis viendo a Dios.
Estáis viendo a Jesús” 32 (énfasis nuestro)
Con sus declaraciones, el mismo ministro se pone en total y clara evidencia ante todos lo que
quieran entender. Y es que todo esto parte de posicionamientos antiguos, del gnosticismo , y
luego de la masonería. Hablando de ella un poco más, para poder entender por qué muchos de
esos maestros del neopentecostalismo dicen lo que dicen, nos convendrá entender que todo ello
implica un torcido sentido de progreso, a partir de una iniciación. Lo representa una escalera, la
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cual es uno de los muchos símbolos masónicos, y pretende indicar el avance de la tierra al cielo,
de la muerte a la vida, de lo mortal a lo inmortal. Todo ese progreso, conlleva una meta a
alcanzar: La autodeificación, es decir, cuando el que fuera iniciado y pasa por todo el proceso
mencionado, se autoproclama Dios. Se enseña que el hombre es un “Dios” en proceso de
construcción…así que con todo ello, ¿comprendemos ahora mejor el sentido e intención de las
palabras de Cerullo, Hinn, Copeland, Paulk o Hagin, así como la de cientos más que tienen
similar discurso? Para entenderlo del todo prestemos atención a lo siguiente:
“En las ceremonias de clausura del rito del grado del Arco Real (masonería), se le
pregunta al candidato: “Hermano Inspector, ¿qué eres tú?”, y él responde: “YO SOY
EL QUE SOY” (énfasis del autor) 33
La expresión “YO SOY EL QUE SOY” fue la utilizada por Dios cuando se manifestó a Moisés
(Ex. 3: 14), y éste le pidiera que le diera Su nombre. Quien así diga de sí mismo, es un blasfemo
idólatra. Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó a sus captores,
y les dijo: ¿A quién buscáis?, y le respondieron: A Jesús Nazareno. Jesús les dijo: Yo soy.
Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra (Juan 18: 4-6). Antes, públicamente
dijo: “si no creéis que Yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Jn. 8: 24) ¡Jesús es el YO SOY
verdadero! Y alguien que diga que es Cristo, es decir un YO SOY, es blasfemo e idólatra.
“Para asegurarse de que nadie se rebele, entonces desde el púlpito se enseña con
temeraria insistencia que EL QUE TOQUE EL MANTO DEL UNGIDO (que en este
caso no sería Cristo, sino el pastor o el Líder) CAE EN MALDICIÓN, César
Castellanos es a la membresía M.C.I., lo que el Papa a los católicos: infalible. Tocar
este nombre, para un miembro, es como chuzarle un ojo con una aguja. No lo tolera.
Les duele mucho” 34 (énfasis del autor)
Sin embargo, la Biblia nos enseña a que sí hemos de juzgar. Esto debe entenderse como un
juicio no arbitrario (Mt. 7: 1), sino que como dice la Palabra en Levítico 19: 15, “con justicia
juzgarás a tu prójimo”. El mismo Señor Jesucristo enseñó: “No juzguéis según las apariencias,
sino juzgad con justo juicio” (Jn. 7: 24)
Sacando el texto del contexto, en los círculos carismáticos y neopentecostales sobre todo, se
enfatiza hasta la saciedad el “no criticar”, “no juzgar”, “no hablar”, en relación a los ministros
del Evangelio, como si fueran “intocables”. En cambio, prácticamente nada se enseña acerca de
lo anterior: A juzgar con justicia. De ahí muchos se aprovechan. Pensemos esto: si se enfatiza
una verdad a medias, llegamos a tener una mentira. De la misma manera, si enfatizamos una
verdad siempre, pero ocultamos otra, la cual es elemento de equilibrio con la anterior, tenemos
otra mentira. Pongamos un ejemplo: La Biblia enseña que no debemos juzgar condenando (Mt.
7: 1), y que no debemos criticar maliciosamente a los ministros (Nm. 12), sin embargo, también
enseña que debemos hacer una defensa ardiente de la fe (Jud. 3), que debemos apartarnos de los
falsos hermanos y ministros (Ro. 16: 17; 2 Ti. 3: 1-5; II Juan 9, 10), y que debemos
denunciarlos cuando sea el caso (1 Ti. 1: 19, 20; 2 Pr. 2: 1-3; III Juan 9, 10; 2 Ti. 4: 14, 15; 2 Ti.
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2: 17, 18). Esto trae el debido equilibrio. Sin embargo, esta manera de proceder, enseñando una
verdad y no la otra, es lo que han hecho muchos maestros dominionistas de corte ecuménico por
años, y esa es la razón por la cual tantos están tan mediatizados, por lo extendida que está la
enseñanza que dice que no debemos exponer a los que enseñan herejía, que sólo debemos “orar
por ellos, y que Dios ya les juzgará en su momento”; pero, ¡esta es una cobarde manera de
evadir la responsabilidad que la Biblia nos exige cumplir! Por esa razón muchos son incapaces
del todo de poder decir lo que realmente piensan; tienen un temor infundado a pecar; son
llevados por un falso temor de Dios. El simple hecho de exponer a la luz a todas aquellas figuras
públicas que llamándose siervos de Dios, muestran conductas y doctrinas que contradicen ese
apelativo, es imposible para ellos. Están mediatizados.
No obstante, Jesús de Nazaret nos enseñó cómo juzgar con justicia. Nos dijo que, a los falsos
profetas (y falsos líderes) de los cuales también nos dijo que nos habíamos de guardar (Mt. 7:
15), los conoceríamos por “sus frutos” (Mt. 7: 20). Por sus frutos, es decir, por su proceder, por
su enseñanza, por el resultado de su conducta, y por ella misma, podemos ver quien es quien.
Por naturaleza, nos suena excesiva la palabra "falso", pero hay más falsedad en los medios
eclesiales hoy en día, de lo que nuestra mente puede llegar a asimilar. En cierta medida, todos
estamos también mediatizados.
Negando el Arrebatamiento
Lógicamente, frente a las tremendas expectativas – aunque falsas - que levanta el “modelo de
Jesús”, de inminente triunfo de la Iglesia aquí en la tierra, una de las flagrantes mentiras que se
están colocando en orden de batalla contra la verdad revelada por Dios, es la negación del
Arrebatamiento o Rapto de la Iglesia que ama la venida del Señor (1 Ts. 4: 13-18; Tito 2: 12,
13). El propio Cash Luna menosprecia el Arrebatamiento, (harpazo en gr.). Un hermano me
envió un e mail diciéndome así:
“Me sorprendió mucho escuchar al pastor Cash Luna decir en un programa "que es
por andar predicando del Rapto, que la iglesia se encuentra estancada". 35
No le interesa a Cash Luna hablar del Rapto, ni que los suyos lo crean tampoco; ¿por qué? La
respuesta nos la sigue dando otro ministerio:
“Estos grupos como el G-12, Modelo de Jesús, Visión 12, y otros grupos relacionados
enfatizan fuertemente el “establecimiento del reino de Dios aquí y ahora”, o mejor
llamada la predicación del “reino terrenal” 36
“El colmo llegó cuando vino un pastor a predicar [refiriéndose a Dante Gebel] y se burló
abiertamente de los cristianos que creían en el Rapto, diciendo: "…sigan esperando y
serán raptados por un plato volador.", y estalló la risa de casi todo el auditorio” 37 (énfasis
nuestro)
Igual testimonio es el que recibí, esta vez por mano de un conocido mío, Pastor en Avellaneda,
Argentina, el Hno. Daniel Pastore, que me decía así:
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Muchos “les ríen las gracias” a esos hombres, pero, así como no debemos a la ligera decir
“¡Amén!” a todo lo que se dice desde el púlpito, tampoco debemos hacer lo anterior, no sea que
en vez de comprobar lo que es agradable al Señor, estemos participando, aún sin darnos cuenta,
en las obras infructuosas de las tinieblas, en vez de reprenderlas (Ef. 5: 10, 11). Esa palabras del
dominionista Dante Gebel cargadas de burla y sorna hacia todos los creyentes aludidos por él,
no dejan de ser una afrenta a la misma Palabra de Dios, la cual enfáticamente nos enseña acerca
de un Rapto o Arrebatamiento (harpazo en gr.) que está por producirse cuando el Padre envíe al
Hijo a por Su Amada, la Iglesia que le ama y le espera, y no de una dominación de la Iglesia
sobre este mundo agonizante. El Dominionismo (Reino Ahora o teología del Dominio) es una
herejía que está causando que muchos creyentes sinceros estén apartando sus ojos de la
bienaventurada esperanza (Tito 2: 13) que es la venida del Señor a por los suyos y la
consiguiente resurrección de los muertos en Cristo. Negar el Rapto, es negar la resurrección de
los muertos. Sigue diciendo aquel ministerio aludido anteriormente:
Esa es la razón por la que escribimos, y seguiremos escribiendo…Por estas razones, a las que se
suman muchas más, el G12, en sus múltiples versiones, es sin duda una de las principales lacras
espirituales que la Iglesia de Jesucristo padece, y debe confrontar hoy en día, y prácticamente se
ha transformado ya en una pandemia.
2. El poder de la religión
Uno de los poderes religiosos más fuertes en el mundo es el de la cristiandad en todas sus
posibles versiones, de ahí el énfasis ecuménico acerca de la “unidad” de todos los cristianos, no
importa las diferencias doctrinales, slogan y acción jesuita por excelencia. Por lo tanto, de lo
que se trata por parte de esos sujetos especialistas en el comportamiento humano, y ayudadores
para el establecimiento del reino del Anticristo (Ap. 13), es el de crear “al cristiano que ellos
desean” para sus fines de control y dominio mundiales. No podemos hacer otra cosa, sino
admitir con tristeza, y reconocer que el G12 es parte muy importante de todo este consorcio
global. La Biblia también le llama apostasía a este mover pseudo cristiano que está
capitalizado, no sólo por el G12, sino por otras corrientes de falsa espiritualidad cristiana muy
en boga hoy en día, (2 Ts. 2: 3). Todo ello tiene por finalidad el ayudar a levantar el Nuevo
Orden Mundial, la copia sucia y blasfema, aunque efímera y estéril del Reino Mesiánico, el cua l
solamente el Rey Jesucristo establecerá cuando venga en gloria, y la Iglesia glorificada con Él
(Zac. 14: 5; Ap. 19: 11-21; 20: 1-6)
3. El objetivo final
Por lo tanto, se ve con claridad que lo que se persigue como meta final, es pretender llevar a lo
que comúnmente llamamos Iglesia, a ser parte del “Nuevo Orden Mundial” que ya se está
gestando, y está casi listo para ser manifestado en este mundo. Este es el objetivo del diablo. El
enemigo de nuestras almas está arduamente trabajando en una misma dirección, que tiene dos
ramificaciones que van en paralelo. La primera es pretender que muchos cristianos profesantes,
por haber sido engañados y seducidos por un falso espíritu a través de falsos líderes, lleguen a
apostatar. Una de las grandes mentiras que enseñan muchos falsos maestros es que el
Arrebatamiento será una realidad, pero será el arrebatamiento de los malos, no de los justos.
Enseñan que los buenos se quedarán aquí para establecer el Reino, mientras que Dios purgará la
Iglesia llevándose a los indeseables que son como la cizaña, a esos que son tropiezo para la
implementación del Reino Ahora en la tierra. Esto último nos lleva a la segunda parte: el diablo
está trabajando a través de los falsos líderes para levantar su falsa iglesia mundial, la iglesia del
Falso Profeta (Ap. 13: 11ss), por cierto, a un ritmo veloz. Para ello está obrando de dos maneras
también: (1) Implementando un sistema jerarquizado, utilizando entre otros, sistemas de
gobierno como el G12, redes neo apostólicas/proféticas, etc. (2) Trabajando en las mentes de los
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creyentes que se someten a esos líderes, entre otras cosas, creándoles la necesidad de
dependencia de ellos a través de sus líderes inmediatos, llegando a creer sin duda ninguna en lo
que enseñan, como verdad de Dios. Esto es lo que en realidad es la “Visión”, y para asistirla y
potenciarla, está el “espíritu de la Visión”. Podríamos entenderlo mejor según el siguiente
cuadro:
Las bases para el levantamiento de la falsa iglesia del Falso Profeta están más que solidificadas
ya. Mientras muchos creyentes creen esperan el momento de establecer el Reino en esta tierra
en este tiempo y sin Cristo presente, otros muchos cristianos, y oramos y trabajamos para que
sean muchos más, estamos esperando la venida del Señor, mientras queremos seguir
cumpliendo con la Gran Comisión (Mr. 16: 15; Mt. 28: 19, 20), santificándonos día a día para
Cristo, buscando la llenura del Espíritu Santo.
“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han
surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros,
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pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con
nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” (1 Juan 2: 18,
19)
A la mayoría de los cristianos no les cabría en la cabeza que su pastor o su “líder” pudiera ser
un impostor, porque ni siquiera se plantea esa posibilidad. Ahora bien, no estoy sugiriendo aquí
que debemos por norma desconfiar de nadie, y menos de nuestros pastores, viendo fantasmas
donde no los hay. Sólo expongo el hecho de que, como a muchos nos ha pasado durante años,
los cristianos tenemos la tendencia a creer que todos los que nos rodean y se dicen creyentes
como nosotros, son como nosotros. En otras palabras, no vamos más allá, en el sentido de
analizar, conocer el fruto, y discernir de parte del Señor, y sin embargo, el mismo Maestro nos
dice que nos envía en medio de lobos, y que hemos de ser prudentes como serpientes (Mt. 10:
16), y que los enemigos serán los de nuestra misma casa (Mt. 10: 36). Jesús no era en absoluto
ingenuo, así como nosotros lo somos muchas veces, pensando que todos los que se dicen
cristianos lo son. Respecto a los que creyeron en Su nombre, dice la Palabra: “Jesús mismo no
se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio
del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre” (Juan 2: 23-25) (énfasis nuestro)
La vida del Señor es un claro ejemplo para nosotros, cuando observamos al hombre de su paz,
Judas Iscariote, siendo, no sólo un impostor, sino un traidor, que le entregó (S. 41: 9; Mt. 26:
24); ¿necesitamos mayor o mejor ejemplo que ese? Escriben William y Sharon Schnoebelen, en
su libro “Lucifer Destronado”:
“Estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y
no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño
si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus
obras” (2 Corintios 11: 13-15) (énfasis nuestro)
¿Es que acaso la Escritura dice estas cosas en vano? Escuchen bien. Son personas de apariencia
muy respetable y amplia sonrisa, algunos con cabezas canas, inteligentes, conocedores de la
Palabra, y muchos son bien conocidos internacionalmente; ¡nos sorprenderíamos si llegáramos a
saber! Otros son pastores de congregaciones más grandes o más pequeñas, otros, evangelistas;
son gente con presunto ministerio. Esas personas han logrado escalar a esas posiciones de
liderazgo, entre otras razones porque el pueblo de Dios es muy ingenuo y crédulo por lo
general. Han sabido engañarnos, porque muchos no se cuestionan apenas nada, y se tragan el
anzuelo con la carnada, con la caña y hasta con la barca entera. No en vano la Palabra dice:
“…los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz”
(Lucas 16: 8), pero el Señor lo dijo, no como una sentencia irrevocable, sino para que los que
somos de la luz aceptemos el desafío, despertemos y ganemos en valentía, sagacidad, sabiduría,
fe, entendimiento etc. Para que, sepamos llamar al “pan, pan y al vino, vino”. Para que dejemos
atrás todo tipo de mojigatería y beatería pseudo espiritual y afrontemos el verdadero desafío que
tenemos por delante: ¡Realmente estamos en lucha contra las tinieblas, (Ef. 6: 12)! Un buen
ejemplo en cuanto a esto, lo tenemos en la iglesia de Efeso, cuando el Señor les dijo: “Yo
conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has
probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos” (Ap. 2: 2)
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El Señor Jesús les alabó por haber probado a esos que se decían ministros de
(énfasis nuestro)
Cristo, y no lo eran. Les vino a decir que esa obra fue buena. ¡Aprendamos de esa iglesia en
cuanto a esta cuestión! Si buscamos de veras al Señor, Él nos guiará en esto también.
Recordemos que no todo es oro lo que reluce.
La intención por la cual el enemigo ha ido colocando a esos obreros fraudulentos como
ministros en el seno eclesial, es para hacer tropezar al pueblo santo. El diablo se tomó muy en
serio las palabras de Jesús, cuando dijo que Él iba a edificar su Iglesia y que las puertas del
Hades no iban a prevalecer contra ella (Mt. 16: 18). Justamente Satanás está intentando que esto
no se cumpla, y ha designado a demonios muy poderosos a los cuales llama “perlas del Hades”,
es decir, “puertas del Hades”, plagiando en cuanto a las puertas de la ciudad celestial, la nueva
Jerusalén que son doce perlas (Ap. 21: 21). Esos demonios, entre muchos otros, están dando
poder a esos falsos ministros del Evangelio para que puedan seguir engañando al pueblo de
Dios, utilizando una falsa apariencia de amor, gozo, paz, fe, palabra, etc. que convence a todo
aquel no discierne por el Espíritu Santo.
Ante esa situación, el pueblo de Dios ha de hacer varias cosas como poco. Primero refrendar y
comprobar con la Escritura en la mano, toda la doctrina que ha aprendido y ha dado por válida a
lo largo de su vida cristiana, seguramente habrá alguna cosa o más que no casa bien con la
Palabra. Segundo, en el más puro espíritu bereano (Hchs. 17: 10-12), debe contrastar el mensaje
que se da desde los púlpitos con la Biblia. Tercero, orar por la cobertura del Espíritu Santo,
buscando siempre la dependencia de Dios y no la de los hombres. Cuarto, si no se ha encontrado
todavía, buscar la iglesia o congregación que enseñe y viva la sana doctrina del Señor
Jesucristo, huyendo de aquellos ministros o congregaciones que enseñen o vivan otra cosa.
Quinto, y no menos importante, creer que todo esto lo puede en Cristo, que le fortalece.
El principal enemigo de Satanás, es la Iglesia de Jesucristo. Lo que más odia el diablo en este
mundo es la Iglesia de Jesucristo, la cual es extranjera y pasajera en él, por ello, no es difícil de
creer que el objetivo a destruir número uno de Satanás, es la Iglesia de Jesucristo… El diablo se
vale del concurso de todos sus satanistas, los cuales tienen diferentes nombres, nomenclaturas y
rangos, que están en las diferentes bases de la pirámide, y que son muchos miles, muchos, por
todo el mundo; hombres y mujeres que no vacilan en derramar sangre de animales y de personas
de todas las edades, violar niños, y cometer las aberraciones más impúdicas y horribles posibles,
con el fin de así, obtener poder, que son más demonios, para seguir llevando engaño a amplios
sectores de lo que denominamos iglesia, con el fin de llevarles a la apostasía y a la destrucción,
levantando así con más fuerza y blasfemia la falsa iglesia mundial del Falso Profeta. ¡Estamos
en guerra abierta!... Dice el hermano O. Barudi:
“Para que una doctrina llegue a ser tan nefasta a tal punto de meterse en miles de
congregaciones cristianas/evangélicas de todos los países de América (norte, centro y
sur) quien lo inspire debe ser sin dudas el mismo Satanás, lógico que cualquier error
doctrinal o pecado tiene su origen en el enemigo, pero para que llegue a ser tan
penetrante, dicha teología debe provenir del laboratorio del mismo infierno” 41
El autor de esa cita está hablando en el contexto del poder que el diablo está manifestando a
través del G12 y sus Encuentros, el cual se ha extendido como una metástasis por todas partes.
El diablo, haciendo gala de su título de “padre de mentira”, quiere llevar el engaño hasta su
máxima exponencial, ¿cuál es? Llevarlo hasta el mismo límite con la verdad. Hasta allí,
cuando es muy difícil saber si es de Dios o si es del diablo un asunto espiritual que se presenta
ante la Iglesia como genuinamente cristiano. Escribía F.V. Dabold:
¡Cuánta razón tenía Dabold! Satanás, maestro de la falsificación, usa de la imitación para hacer
que muchos cristianos, desde el verdadero ministro de púlpito, hasta el genuino creyente que se
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sienta en la banca, lleguen a creer que todos, todos los demás profesantes son como ellos. Al
hilo de todo esto, escribe el Dr. C.I. Scofield:
“Los hijos del maligno profesan ser los hijos del reino, y exteriormente son tan
parecidos a los hijos de Dios, que sólo a los ángeles se puede confiar, al fin de la edad,
la tarea de separarlos. Es tan grande el poder de Satanás para engañar, que a menudo
los mismos que representan a la cizaña, creen ser los hijos del reino (Mt. 7: 21 -23)” 43
Esa es la razón por la cual el creyente hoy en día, y más que nunca, debe depender de la guía del
Espíritu Santo, de la Palabra de Dios, y debe buscarle, porque hay y habrá situaciones y asuntos
que sólo se podrá saber la naturaleza espiritual de ellos por lo que nos diga directamente el
Señor.
El Señor Jesucristo no tardará en volver a por Su Amada. Él puede venir en cualquier momento
a modo del ladrón (Mt. 24: 43), como vendrá. Esta es la razón por la cual la batalla espiritua l se
está intensificando tanto. El diablo y sus agentes están apretando porque sabe Satanás que le
queda muy poco tiempo. Es hora de dejar de lado toda ingenuidad, y con la inocencia del Señor
Jesús, no olvidar sus ungidas palabras:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos
de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No
puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da
buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:
15-20)
Sed de sangre
Pero eso no es todo. El diablo quiere vengarse, y quiere hacerlo matando a cuantos más
cristianos pueda. Si no pudiera ser antes del Arrebatamiento, pues luego. El enemigo pretende
realizar esa macabra obra a través de la falsa iglesia, en principio, dentro de la Iglesia, la cual
que se está gestando. El ya mencionado Rick Joyner, uno de los más afamados nuevos profetas
dominionistas de la actualidad, y Caballero de la Orden católica de Malta, escribió lo siguiente:
“El cambio que está aconteciendo al cuerpo de Cristo es tan profundo, que el mundo
conocerá una nueva definición de cristianismo…Aquellos que se sometan a El en
verdad…serán la gente más peligrosa y poderosa sobre la tierra, y constituirán la
mayor amenaza para el espíritu del Anticristo que ahora está aposentado en la Iglesia
como sustituto de Cristo” 44 (énfasis nuestro)
No podemos sino advertir a priori una sensación de amenaza, un hálito de persecución en todo
este terrible comentario. ¡Una nueva definición de cristianismo que se revelará a todos a través
de una gente peligrosa y poderosa, sometida a Dios (¿cuál dios?)! No encontramos parangón de
todo esto en la Iglesia neotestamentaria ni en la misma Biblia. La definición de cristianismo es
la que la Biblia enseña, y así como no hay, ni habrá una nueva Biblia, tampoco habrá una
“nueva definición de cristianismo”; los cristianos no somos gente peligrosa, ¡somos ovejas e n
medio de lobos!
Pero dice que esa “nueva definición de cristianismo” será la mayor amenaza contra un espíritu.
Joyner, así como la inmensa mayoría de los autores dominionistas, le llama “el espíritu de
Anticristo”, el cual dice estar en la Iglesia, y no está hablando del personaje Bestia Anticristo
(Ap. 13), el cual queda exento de sus enseñanzas heréticas como si hubiera sido cosa del
pasado. Él está hablando de 1 Juan 2: 18, 19, pero redirigiéndolo a todos aquellos que nos
oponemos al “cambio de paradigma” que ellos dicen se debe producir en la Iglesia. Para ellos,
nosotros somos los inmovilistas, que componemos el espíritu anticristo. Dice así el autor del
ministerio apologético británico Reachout Trust al respecto de la sentencia de Joyner:
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“Nótese que esa es una referencia al “espíritu Anticristo” que hay en la Iglesia; una
Iglesia que no andaría del todo bien todavía. Una Iglesia de la cual, uno de los más
prominentes “profetas” dijo: “Dios está cansado de la Iglesia”. Es extraño que ese
discurso no lo vemos en las Escrituras, sino solamente en los escritos de esos hombres
que se creen ser parte de un grupo de élite. Cristo ama a la Iglesia, y dio su vida por
ella. También añadió diciendo que las puertas del Hades ¡jamás iban a prevalecer
contra ella!” 45
La realidad, es que la verdadera Iglesia, aquella que ama la venida de su Amado y espera ese
momento, está siendo llamada el “espíritu de Anticristo” porque no comparte la enseñanza ni
espíritu herético de esa falsa élite cristiana, y es esta una excelente excusa, para que en un
momento dado, se levante una persecución en el seno de la Iglesia, por parte de esa supuesta
élite y de sus correligionarios, que componen esa “nueva definición de cristianismo”, y que son
o serán “la gente más peligrosa y poderosa sobre la tierra”, según Joyner. Sabemos que esa falsa
Iglesia tiene su cuartel general en cierto lugar de Roma. Al respecto aseguró el Dr. Alberto
Rivera, ex jesuita de alto rango, y convertido al Evangelio:
“El católico regular no sabe nada de la inquisición sangrienta que sus líderes tienen
planeada para los cristianos bíblicos” 46
Recordemos las siniestras palabras de Pedro Arrupe, el que fuera General Superior de los
Jesuitas:
Acordémonos que Arrupe usó el término “purificación” como palabra clave para describir la
purga o exterminio de todos aquellos que son infieles al papa en aras de un “Nuevo Orden
Mundial” en lo religioso y social. Por cierto, ahora que los jesuitas han escogido a su nuevo
Prepósito Superior, el español y palentino Adolfo Nicolás, según el portavoz de los jesuitas en
Roma, José María de Vera, muy cercano a la figura de Pedro Arrupe, ya que ambos ejercieron
como Provincial o responsable regional en Tokio, ¿Qué deparará el futuro cercano?
Curiosamente, esa misma intención de matar a los creyentes, es la opción que presenta una
facción del dominionismo en cuanto a deshacerse de todos aquellos que sean un obstáculo para
el levantamiento del Nuevo Orden llegado el momento, el cual obviamente será después de
haberse efectuado el Arrebatamiento de la Iglesia. Leemos así:
“La Iglesia tendrá, por necesidad, que usar la fuerza física para juzgar, sentenciar y
ejecutar juicio (incluida la pena de muerte) sobre los disidentes” 48
Rony Chaves escribe el siguiente punto en su espuria enseñanza neo apostólica, “El gobierno
apostólico anulará al gobierno de Satanás”:
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doctrinas heréticas de estos últimos días. ¡Verdadero hermano en la fe, es mejor estar en el
bando de los perseguidos que en el de los perseguidores (Mt. 5: 10-12)!
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Capítulo 6
Justamente para cumplir con lo que dicta el “Nuevo Orden”, es decir, llegar a dominar la tierra
como “Cristo corporizado en la Iglesia”, primeramente va a ser imprescindible, tal y como
hemos ido comentando hasta aquí, el organizar jerárquicamente el cuerpo de Cristo, de manera
que funcione como un ejército bien disciplinado y bien entrenado, porque, ¿cómo se va a poder
literalmente “tomar las naciones para Cristo” si previamente no se toman posiciones de
autoridad en las mismas?, y ¿cómo se va a hacer eso si primeramente la Iglesia no funciona bajo
ese orden de autoridad?
Para lo primero, los profetas y maestros del Reino Ahora alientan constantemente a los
creyentes a trabajar y creerle a Dios para alcanzar las posiciones de poder de este mundo.
Transfiero lo que en su momento fue la siguiente noticia:
“El cantautor cristiano Marcos Witt, además de su labor artística, se perfila como un
auténtico portavoz de la comunidad latina ante las autoridades de la nación
norteamericana. Quizás como resultado de su experiencia en este papel, hizo un llamado
a los evangélicos para involucrarse en puestos de influencia. Marcos Witt, realizó unas
importantes declaraciones en torno a un tema poco escuchado en general, y menos en
boca de Witt: La política. Marcos, ahora pastor de una próspera congregación en los
Estados Unidos, con una fuerte convicción y conocimiento de causa, desafió al
liderazgo cristiano a involucrarse en puestos de influencia. "Cada uno de nosotros
tenemos una responsabilidad ante la comunidad. No decir más "ojalá", hay que
involucrarse en la política", aseveró” 1
Personalmente no tengo nada en contra de que si Dios abre puertas para entrar por ellas,
entremos. Pero asegurémonos que es Dios quien las abre, porque el diablo también sabe abrir
puertas y llegar a hacernos creer que tales puertas las ha abierto el Señor. El motivo de Witt de
animar a que los cristianos se metan en política, obedece a su teología. El es de los que cree que
los cristianos debemos entrar en el mundo tomando posiciones, para cambiarlo. El es un
dominionista convencido. Una vez, el gran predicador británico Dr. Martin Lloyd-Jones
escribió:
“El propósito del cristianismo no es producir hombres buenos, sino crear hombres
nuevos, no mejorar la sociedad como tal, sino confrontar a los hombres
individualmente” 2 (énfasis nuestro)
Y en cuanto a Witt, una cosa son las buenas intenciones, y otra muy diferente la voluntad de
Dios expresada en la Escritura, y como venimos diciendo a lo largo de este libro, en este
mundo, el próximo capítulo es el levantamiento de la Bestia Anticristo (Ap. 13), y no la
presunta dominación de la Iglesia sobre el mismo.
1. Ahora que remos más; no sólo avivamiento, ¡que remos reforma total!
Una muy conocida profetisa dominionista y neo reformista profetizaba sin cesar, y a voz en
cuello en un congreso celebrado en el mismo plató de la televisión T.B.N-Enlace en Madrid,
España. Cindy Jacobs, ya que de ella se trata, decía que el Señor les decía a éste y a aquél que se
levantaran en Su nombre y que “conquistaran y dominaran”; que les iba a dar las naciones para
que las tomaran en Su nombre. Añadía, diciendo supuestamente de parte del Señor: “No es sólo
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un avivamiento mundial lo que traigo, dice el Señor, sino una Reforma mundial…” 3 Hasta
profetizó a alguien entre el público que tal individuo iba a ocupar la presidencia del gobierno de
su nación. El hermano Fernando H. de Costa Rica, nos pasó el siguiente testimonio que es
exactamente el mismo que el anterior, si cabe más exagerado, y esta vez protagonizado por
Carlos “Cash” Luna, y es el siguiente:
¿Por qué ese afán en “envisionar” a los cristianos con grandilocuencias dispares? Es
absolutamente patente el esfuerzo de querernos hacer entender de que, sin lugar a dudas, la
Iglesia va a, no sólo cristianizar las naciones, sino traer una reforma mundial sin precedentes,
porque, dicen, estamos estableciendo el Re ino. Charles G. Finney, antes de su conversión a
Cristo, había sido masón por años. Una vez dijo darse cuenta de la maldad de ese sistema, se
puso manos a la obra, y escribió un libro titulado “El carácter, declaraciones y obras prácticas
de la francmasonería”, en el cual denunció públicamente la gravedad de ese sistema diabólico.
Decía que la administración americana está casi toda en manos de los masones, al igual que la
prensa. Una de las citas de ese libro es la siguiente:
“Creo que todas las oficinas civiles del condado donde yo residía mientras pertenecía a
ellos, estaban en sus manos. No recuerdo haber visto un magistrado, un comisario, o un
alguacil de ese condado que no fuera al mismo tiempo un masón” 5
Nótese que Finney escribió esto en el 1869, fecha de publicación de su citado libro. Si eso fue
así entonces, ¿qué no será ahora? Mi reflexión es la siguiente. Sabiendo que casi todos los
estamentos de la administración civil y militar, la economía, etc. así como los medios de
comunicación, etc. de esta sociedad occidental están infestados e infiltrados por el poder
masónico y derivados, llámesele Illuminati, Jesuitas, ¿Cómo se puede pretender que Ahora es el
Reino? ¿De qué reino nos están hablando realmente esos seguidores dominionistas, si es que lo
saben? Es indiscutible la conexión entre la Masonería y el Dominionismo a alto nivel.
Acerca de la preparación debida en la Iglesia para la implantación de la conquista de las
naciones, Tricia Tillin, comenta lo siguiente:
Se propone y se enseña justamente eso último, una Iglesia absolutamente jerarquizada. La “New
Apostolic Reformation” (Nueva Reforma Apostólica) de C. Peter Wagner parece estar tras de
esa idea y concepto. El autor de ese sonoro nombre, que por cierto, según él mismo, no le fue
fácil inventar, 7 propone cambiarlo casi todo a nivel eclesial. Resumiendo el artículo de un
colega suyo, Donald Miller, nos habla de un “nuevo nombre”, “nueva estructura de autoridad”,
“nuevo enfoque ministerial”, “nuevo estilo de alabanza”, “nuevas formas de oración”, etc. Pero
lo más central de esta “New Apostolic Reformation” (Nueva Reforma Apostólica), sería el
lanzamiento de los nuevos apóstoles y profetas. 8 Vemos otra vez aquí, que la forma tradicional
de hacer iglesia evangélica, ya habría quedado obsoleta según ellos. Ahora, a través de unos
pocos pero muy ungidos hombres y mujeres, ¡veremos como las cosas van a cambiar! La nueva
profetisa Cindy Jacobs lo expone con diáfana claridad:
“La Biblia expresa claramente que hay veinticuatro ancianos que se postran delante
del trono de Dios y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas
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delante del trono (Ap. 4: 10). Existen ancianos en el cielo, y Dios quiere también que
se establezca el oficio de ancianos en la tierra“¿Cuál es el tipo terrenal de este oficio
celestial de ancianos? Creo que son los apóstoles que Dios está levantando en las
naciones. Al ser reconocidas las estructuras apostólicas de autoridad del reino sobre
las naciones enteras, un mover poderoso del Espíritu Santo será desatado hacia la
tierra que afectará el sistema físico gubernamental. Los avivamientos barrerán
naciones enteras, y los reyes de esas naciones echarán sus coronas terrenales ante el
que está sentado en el trono” 9 (énfasis nuestro)
Así pues, la condición para que ese “Avivamiento” sea un hecho – dice Cindy Jacobs (y como
ella, los maestros reformista-dominionistas) – es necesario:
I. Que Dios levante esos milagrosos apóstoles, (dicen que ya lo está haciendo)
II. Que todos crean en esos nuevos apóstoles ungidos.
III. Que se reconozcan esas estructuras apostólicas de autoridad sobre las naciones enteras.
Pero para tristeza y lamentación de los proponentes de la Nueva Reforma Apostólica - como así
la llaman, y veremos más en un próximo capítulo - no todos los cristianos, ministros o no
ministros, reconocemos a esos “nuevos apóstoles”, tampoco reconocemos esas “estructuras o
redes apostólicas de autoridad del reino sobre las naciones” (¡?!), así como tampoco creemos
que Dios lo esté levantando, ni mucho menos. No obstante, para ellos, las denominaciones y
concilios son un gran estorbo. Los pastores que entendemos que nuestras congregaciones no
tienen por qué estar en ninguna red apostólica o bajo un determinado “apóstol”, somos
rebeldes. Los que no pensamos según la mentalidad del “Reino Ahora”, estamos en error y
somos más bien un freno a sus pretensiones expansionistas, y así un largo etcétera. Según ellos,
ahora es el tiempo de unificar toda la Iglesia. Es el tiempo de que los ministerios,
organizaciones, iglesias, etc., bajo el control y autoridad de los llamados apóstoles, formen
redes, y redes de redes como nunca antes. Formen nuevas alianzas, formulen nuevas doctrinas,
estructura y liderazgo para una absoluta Nueva Iglesia Global. 10 Es revivir la iglesia
constantiniana, ni más ni menos.
Escudándose en la ignorancia
Algunos predicadores de la misma posición teológica que aquella profetisa internacional antes
mencionada, se excusan ante todos sus oyentes diciendo que “no entienden el libro de
Apocalipsis” 11 , para seguir justificando sus improperios doctrinales. No contentos con eso,
arremeten contra los que creemos en la profecía bíblica y su implicación escatológica,
burlándose de nosotros y de nuestra creencia. En el mismo congreso televisivo en el que
participó dicha profetisa, lo siguiente fue literalmente declarado por un predicador, Bruno
Interlandi, que lleva el inescritural título de “apóstol de mercado”:
“Hay dos motivos por los cuales muchos no creen que Cristo es el Rey en este mundo, y
que el Reino no está establecido. El primer motivo se llama ESCATOLOGIA. El libro
de Apocalipsis, que la verdad es que yo no lo comprendo, habla de un Anticristo; de
mucho juicio de Dios contra este mundo, y que en un momento dado, la Iglesia será
sacada de este mundo...Hay quienes todavía predican, ¡sí todavía! que la Iglesia va a
ser sacada de este mundo; que Cristo vendrá sobre las nubes en un caballito blanco
para llevársela...una iglesia debilitada y derrotada...” 12
No es justo que hombres que dicen serlo de Dios, hablen de este modo por la “televisión
cristiana”, y que se les permita hacerlo, potencialmente viéndoles muchos miles de personas de
todo tipo, exponiendo sus necios argumentos sin miramientos, ni sabiduría, ni respeto a la
Palabra, y a los demás creyentes que sí creemos en lo que ellos burlonamente niegan. Eso no le
da la gloria a Dios, obviamente.
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“La idea del Rapto es ridícula…Debemos concluir que la teoría del rapto secreto puede
muy bien ser evangélica, aun y así no es bíblica. Es una idea grotesca – el Rapto puede
ser una agradable doctrina para los cobardes, pero no es más que un pensamiento
deseable, y debe ser relegada al área del mito y la fantasía” 13
¡No entendemos como puede ser doctrina evangélica y no ser bíblica! Esto es como decir, es
doctrina bíblica y no es bíblica, a la vez. Es un contrasentido. Y es que estos autores anti-
Arrebatamiento, mal que les pese, deben doblegar sus rodillas ante la Palabra escrita (1 Ts. 4:
13-18), la cual proclama la verdad, y denuncia atropellos como el destacado aquí. Por otra parte,
si esa doctrina del Rapto es para los cobardes según dice Coates, entonces, la Iglesia de
Jesucristo es cobarde y vive engañada en el mito y la fantasía.
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Si nos damos cuenta, en todas existe un tácito alejar a Cristo de la Iglesia, por hacer de ella un
dios en esta tierra, hasta el punto que algunos ya dicen que Cristo no es necesario que vuelva,
porque volverá incorporado en la Iglesia. “The Manifest Sons of God” (Los hijos de Dios
Manifestados) es el movimiento y doctrina que enseña que el cuerpo de Cristo va a llegar a una
madurez espiritual tal, que podrá incluso vencer a la muerte 15 , en este mundo. Esto lo sacan
como pretexto del contexto de las palabras de Pablo de Romanos capítulo ocho. Algunos dentro
de este movimiento que se puede englobar partiendo de la enseñanza de Latter Rain Movement,
dominionista a ultranza, dicen que la Iglesia de los últimos tiempos dará a luz a ese Cristo
incorporado, por lo tanto, el Jesús resucitado y literal, no será necesario que vuelva a la tierra,
ya que previamente estará “corporizado” espiritualmente en su Iglesia, la cual tendrá el poder
para conquistar incluso la muerte por sí misma. Eso es simple y llano gnosticismo y
pensamiento de la Nueva Era.
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debemos ayudar a Dios, debemos hacer sólo lo que Él nos ordena hacer, y esto ya está escrito
en la Palabra.
Creo que llegados a este punto, podemos entender ya más de la gravedad del asunto de todo lo
que estamos tratando. Si la Iglesia abandona la interpretación literal de la Escritura, y entre otras
cosas, deja de creer en el Arrebatamiento de la Iglesia, el retorno literal de los judíos a su tierra
original, la Bestia Anticristo como personaje y literal, la Tribulación literal, el literal juicio de
Dios sobre este mundo, el Milenio literal cuando vuelva el Rey, etc. y avanza en una
interpretación alegórica al estilo del viejo Orígenes, entonces preparémonos para un tremendo
engaño (como ya ocurre). Cualquier cosa y doctrina se pueden sacar de la Biblia si se interpreta
fuera de contexto, tratándola como un libro lleno de símbolos y metáforas. En ese sentido, en la
conferencia europea del G12, en Londres (Reino Unido) del 2004 17 , César Castellanos, quien
me fue personalmente presentado junto con su esposa en un momento aparte, ante los miles allí,
hizo su apología del número 144 (múltiplo de 12), y para ello, y absolutamente sacándolo de su
literal contexto (cosa que notaron hasta los más allegados a ese movimiento), nos leyó el pasaje
que habla de los 144.000 sellados de las tribus de Israel que se encuentra en el libro de
Apocalipsis 7: 1-8. Seguidamente dijo que ¡apartáramos de nuestra mente los millares, y nos
quedáramos sólo con los 144! (¡¿?!) Prosiguió su disertación, y la Palabra de Dios quedó
chasqueada y defraudada. Cualquier cosa se puede sacar de la Biblia si se quiere, haciendo de
ella un útil para la defensa de cualquier pensamiento de tipo personal, por alegorizar su
contenido. Un texto fuera de contexto, es un simple pretexto.
Es del todo evidente que el G12 se mueve en los mismos parámetros que el viejo (y nuevo a la
vez) Latter Rain Movement. El citado movimiento cambió la manera de interpretar la Biblia.
Como principio hermenéutico, usaban la tipología y la alegoría siempre a la hora de ilustrar la
doctrina. En vez de interpretar la Escritura tal y como es, es decir, de forma literal. Lo que
hacían (y hacen) es espiritualizarla o interpretar la doctrina literal en metáfora, de tal manera
que ya no significaba lo que decía en su contexto. Ahí el caso de Castellanos y su enseñanza
sobre los 144, basándose en los 144.000 de Apocalipsis.
¡Debemos ser claros! No podemos utilizar la Biblia para defender nuestras ideas preelaboradas
de antemano. Eso es un fraude. En realidad lo único que demostramos actuando así, es aupar
nuestra filosofía por encima de la verdad de Dios, en un claro menosprecio hacia la misma, lo
que se corresponde con un claro menosprecio al mismo Dios. Nos hace falta mucho temor de
Dios, especialmente en estos días últimos , previos al Levantamiento de la Iglesia. Pero vemos
en toda esta dinámica atrás mencionada toda una intencionalidad y acción que se mueve entre
bambalinas y más allá, para levantar la gran iglesia ramera en este mundo: El absoluto,
completo y abominable fraude religioso que está para ser levantado (Ap.13)
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desarrolla con fuerza inusitada hasta la fecha y que tendrá (y está teniendo) implicaciones
escatológicas importantísimas, y muy graves para aquellos cristianos que se están dejando
seducir.
La realidad, bien lejos de su maquillada bondad, es que dicho Concilio reafirmó los cánones y
decretos de los previos concilios claves, entre ellos, el de Trento, como fue dicho:
¡Atención a ese último! El Concilio de Trento, en el que la doctrina de Roma se hizo oficial,
afirmó:
“Si alguno dijere que en la misa no se ofrece a Dios un sacrificio propio y verdadero,
sea anatema” (es decir, sea maldito)
“Si alguien dice que en el santo sacramento de la Eucaristía, Cristo el unigénito Hijo
de Dios, no ha de ser adorado con el culto de latría, también externamente
manifestado, y que consecuentemente no ha de ser venerado en festividad solemne
extraordinaria, ni ha de ser cargado solemnemente en procesión según los laudables y
universales ritos y costumbres de la santa Iglesia, ni ha de ser exhibido públicamente
ante el pueblo para que lo adoren, y que por lo tanto los adoradores son idólatras, sea
anatema” 20
¡Es tremenda la cantidad de maldiciones que declararon sobre los verdaderos cristianos esos
romanistas de Trento, y nada de todo eso ha cambiado ni un ápice! El Concilio de Trento, fue la
respuesta a la Reforma Protestante, y los que lo iniciaron y llevaron adelante, fueron los Jesuitas
de Loyola.
Con el Vaticano II, ¡nada realmente cambió, y no es cierta su pretendida intención de cambio!
Es sólo un ardid para engañar a cuantos ingenuos creyentes verdaderos se pongan por delante.
Roma no ha cambiado, sólo ha tenido que adaptarse cosméticamente a los nuevos tiempos. Aun
en el siglo XX, en el año 1908, el cardenal Lepicier, profesor de teología sagrada en el Colegio
de la Propaganda de Roma, escribía así:
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Esa siempre ha sido la manera como la Roma eclesial ha pagado a todos aquellos que han
disentido de sus espurias enseñanzas. Al constituirse a sí misma como la única y verdadera
iglesia de Cristo, la iglesia de Roma, cae en un segundo y craso error. Si es la única Iglesia de
Cristo, lógicamente no puede haber salvación fuera de sus muros espirituales; y justamente así
lo declara. El papa Pío XII declaró lo siguiente:
Algunos todavía me insistirán diciendo que eso es cosa del pasado y que los antiguos herejes
(cristianos) son a partir del Concilio Vaticano II “hermanos separados”. Bien pues, justamente
dicho Concilio Ecuménico dice así al respecto:
Así que no seamos ya más torpemente ingenuos, y conozcamos bien a aquellos que nos quieren
mal, y acerca de sus engaños.
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antes llamados herejes y anatemas, ahora, después del Vaticano II, “hermanos separados”. De
ahí, todo ese énfasis sobre el llamado amor verdadero, y esas bellas palabras de la unidad de los
cristianos. En realidad, lo que busca Roma no es la verdadera unidad de los cristianos ya que es
imposible que personas con diferentes creencias - aquí estoy hablando de doctrinas básicas -
puedan tener la unidad en el Espíritu (Efesios 4: 5, 6). Entre los verdaderos cristianos, es la
Palabra de Dios la que nos une, tal y como el Espíritu Santo la inspiró. Roma, tiene su propia
palabra. Vemos como el diablo es sutil, que pelea contra nosotros, los verdaderos cristianos con
nuestras propias armas: El amor, la unidad, el entendimiento, la comprensión, la bondad, etc.
pervirtiéndolos. El finado Dr. Rivera ex jesuita de alto rango, testifica que él mismo fue
ordenado a unirse a las fuerzas ecuménicas en el tiempo del papa Juan XXIII, y da a conocer el
siguiente hecho por parte de los maestros jesuitas a sus correligionarios:
“Si no puedes con tu enemigo, ¡únete a él!”. Como Ramera que es (Ap. 17: 5), la iglesia
católica y romana ha buscado a través de la seducción espiritual, atraer a sí misma a todos en
sus ansias de poder y de absoluta megalomanía. Roma se dio cuenta después del fracaso del
resultado de la Segunda Guerra Mundial, donde perdieron sus paladines, Hitler y Mussolini, que
debía de cambiar de estrategia. Ya no podía hacer como siempre había hecho, es decir,
empleando la imposición abierta y la fuerza de los ejércitos de los reyes y emperadores. La
nueva estrategia se llamaba: ecumenismo. Escribe Dave Hunt:
“Habiendo perdido su categoría como la iglesia oficial del estado en casi todas las
partes del mundo, y no pudiendo ya más imponer la pena de muerte por el
inconformismo, Roma ha adoptado nuevas tácticas. Fue debido a su iniciativa,
siguiendo la publicación de Dignitatis Humanae (la Declaración de la libertad de
religión) en el Concilio Vaticano II, que los concordatos en unos cuantos países
remanentes donde sólo se permitía el catolicismo, se cambiaron para otorgar libertad
de religión” 25
La estrategia que escogió, llamado también el plan “B”, fue la de buscar asociarse con el mundo
protestante o evangélico, introduciéndose en él, y buscando llamar su atención, sobre todo a
través de lo que vendría a llamarse el Movimiento Carismático. La meta final de todo ello, sería
la de llevar a los verdaderos creyentes al engaño, y consecuentemente a los pies del Anticristo,
vía el Falso Profeta (Ap. 13: 11 ss). Lejos de fracasar, están teniendo un éxito muy grande, ya
que una gran mayoría de los santos no se dan cuenta que, una gran multitud de líderes, han sido
ganados para la causa de Roma, y les están arrastrando sin percatarse del peligro inminente.
Los Jesuitas se movieron y trabajaron duramente, así como siguen haciéndolo. El Concilio
Vaticano II fue la clave. Oficialmente abrió las puertas para que los católicos pudiesen
involucrarse en el Movimiento Carismático, y presentó la más amable de las caras que jamás ha
mostrado la Ramera a toda la cristiandad.
Antes de proseguir, y a modo de pequeña reseña, daré a conocer el orden de cómo se sucedieron
los hechos. El Movimiento Carismático, evolucionó a partir del Movimiento Pentecostal, el cual
a su vez surgió del Movimiento de Santidad en los Estados Unidos. Así que vemos que algo que
fue de Dios, como la predicación de la santidad, la separación con lo pecaminoso, y el
redescubrimiento de los dones espirituales (1 Co. 12), fue más tarde en parte contaminado por el
diablo, y usado para su beneficio gracias a la mala gestión de ciertos siervos de Dios, que por
razones diversas, se dejaron seducir por Roma, y la infiltración de agentes jesuitas haciéndose
pasar por verdaderos ministros del Evangelio.
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El Diálogo entre los representantes del pentecostalismo, encabezado por David du Plessis y el
catolicismo romano, empezó en el año 1971. Este varón fue el mayor contribuyente del
movimiento ecuménico de la facción pentecostal, y llegó a ser un puente entre Roma y el
mundo del pentecostalismo. 26 En el año 1976, du Plessis, apodado Mr. Pentecostés, (porque ya
en 1963 había predicado la experiencia pentecostal en cuarenta y cinco países), estaba en Roma
para la quinta y final sesión del Diálogo. Se puso en contacto con el cardenal Bea para
asegurarle, ingenuamente (o no), que la manera de renovar la iglesia católica había de ser a
través de la “charismata” o dones espirituales. El cardenal, alemán de nacionalidad, le aseguró
que iba a comunicar en seguida al papa ese mensaje. 27 Por su empeño ecumenista, du Plessis
recibió de mano de la sede romana ese mismo año el “Premio Pax Christi” como “evidencia de
su gran reputación en medio de los círculos católico romanos” 28
Volviendo al cardenal Bea, este era el encargado del movimiento ecuménico del Vaticano, fue
confesor del papa Pío XII, y era un jesuita de alto rango bajo juramento extremo de obediencia
absoluta. 29 Curiosamente el cardenal Bea, fue mencionado por el ex jesuita de alto rango, y
hermano en la fe que ya partió con el Señor, Dr. Alberto Rivera en sus crónicas. En ellas, él dijo
lo siguiente:
“El diablo se está moviendo a través del movimiento carismático para deleite del
Vaticano. Hemos sido traicionados por nuestros líderes “cristianos”. En vez de
contender por la fe (Judas 3), se han convertido en fariseos, y han comenzado a jugar a
la política. Los han puesto sobre pedestales, y han transigido con el diablo. Predican
amor y unidad con el Vaticano, en vez de predicar, “…salid de en medio de ellos, y
apartaos, dice el Señor…” (2 Corintios 6: 17)” 30
No hemos de dejar de lado el hecho de que Rivera sabía de lo que hablaba, porque él mismo
estuvo sumamente involucrado cuando era jesuita de alto rango en los planes y actuaciones del
Vaticano acerca de la cuestión.
Respecto a la intromisión del catolicismo, o más bien, de sus agentes especiales en ciertos
grupos pentecostales que resultaron ser a la corta muy activos en su ecumenismo carismático,
Tricia Tillin, aporta unos datos muy concretos en relación a todo ello. En concreto, ella dice que
hubo aportación secreta por parte de los agentes del catolicismo romano en ambos movimientos,
a saber, el Latter Rain y el carismático. Nos trae la siguiente evidencia a modo de hechos
conocidos y probados:
“Los católico-romanos Ralph Martin y Steve Clark, se juntaron con el grupo “Fort
Lauderdale Shepherding” (*), y en 1974 instauraron un Consejo para trabajar juntos
hacia un avivamiento mundial” 31 (énfasis nuestro)
A partir de entonces, los eventos carismáticos fueron ecuménicos; carismáticos evangélicos con
carismáticos católico-romanos.
(* The Fort Lauderdale Five, fueron los fundadores del Shepherding Movement. Entre ellos estaba Ern
Baxter, que en su día fue secretario de William M. Branham, el profeta del Latter Rain Movement que
“sanaba” y “profetizaba” a través de su ángel (¡su ángel dentro de él!) Baxter exaltó a Branham siempre)
¿Cómo se puede trabajar hacia la unidad del pueblo cristiano con la jerarquía romana? Es
realmente triste que, en muchas ocasiones por la simple ignorancia de líderes pentecostales de
origen anglosajón, muy desconocedores de la realidad de Roma, y por su afán en hacer venir ese
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pretendido avivamiento mundial como fuere, para que el Reino sea establecido, sean capaces de
no discernir y se pongan de acuerdo con esa institución religiosa llamada catolicismo romano,
que tantísimo daño ha hecho al verdadero cristianismo y a muchos otros a lo largo de su
vergonzosa historia. Desconocen, o no quieren reconocer, que el Vaticano lo que busca a través
de su pretendida “visible unidad de la iglesia” es en realidad la visible supremacía de la iglesia
de Roma con su papa al frente. Para ello, no dejan de usar lemas muy bien pensados por las
mentes jesuitas. El siguiente eslogan se hizo muy popular, y sigue engañando a muchos hoy en
día: “Unidos por una variedad de relaciones, en vez de estar divididos por el dogma”. En otras
palabras, la unidad primaría sobre la sana doctrina. Este fue el espíritu a la hora de la realización
de un evento ecuménico en Buenos Aires (Argentina) en el 2006, donde entre otros ministros
evangélicos, participó el cantante Marcos Witt junto con curas y frailes católicos; entre ellos
Raniero Cantalamessa, predicador oficial de la Casa Pontificia. Tal evento tuvo “el apoyo y
aliento del cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia
Episcopal Argentina” 33 En una entrevista que se hizo al respecto de ese evento ecuménico, el
cantante Marcos Witt, compareciendo junto con el fraile Rainiero Cantalamessa, expresó:
“...Es un nuevo día y necesitamos buscar un nuevo camino. Quiero caminar por esta
vereda diferente, ¡porque ya conozco la otra!...” 34
La “otra vereda” a la que hacía expresa mención Marcos Witt, la cual le parece ya antigua y
desfasada al cantante, es la de la separación de la luz del Evangelio respecto a las tinieblas del
papado. ¿Es consciente Marcos Witt de lo que está haciendo? ¿Es consciente, no sólo del daño
que se hace a sí mismo, sino a todos los demás hermanitos que le siguen y que para ellos, él es
ejemplo a imitar? ¿Es consciente de lo que significa caminar, como dice él mismo, en diálogo,
respeto y acercamiento con Roma? Podríamos seguir haciéndonos preguntas en ese sentido,
pero si Witt es o no es consciente poco importa, la Palabra es muy clara en cuanto a no unirnos
a yugo desigual con los incrédulos, y todo tiene sus consecuencias, a la corta o a la larga. La
Palabra es bien diáfana:
“Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere
fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”
(1 Corintios 5: 11) (én fasis nuestro)
Marcos Witt, debido a sus comentarios netamente pro ecuménicos, y a la ulterior respuesta
evangélica, rebatiendo dichos comentarios y actuaciones, como la del Evento ecuménico de
Buenos Aires (junio 2006), mostró un vídeo suyo, en el que él mismo sale haciendo unas
declaraciones, defendiéndose. Rescatamos lo principal de lo que ha dicho en ese vídeo:
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“En una conferencia de prensa que se realizó en el evento, mencioné que era
interesante que los carismáticos católicos se hubieran reunido con los cristianos
evangélicos para desarrollar un diálogo teológico sobre las cosas que nos unían a
ambos.
Ese diálogo me pareció un camino interesante. El camino de la confrontación, la
acusación y el aislamiento es el que escogieron mis abuelos y mis padres, y ya
conocemos los resultados de esa decisión: aislamiento, confrontación y acusación.
Al referirme a un nuevo camino, me refería a esta nueva actitud, una de respeto, de
diálogo, de acercamiento, no me refería a ninguna otra cosa, y definitivamente no me
refería a dejar mi llamado de ser el embajador evangélico del cuerpo de Jesucristo”. 35
“Curas, frailes, obispos romanos, pastores evangélicos, todos juntos en una imposible, irreal, y
aún blasfema unidad”
La Biblia es clara en que debemos separarnos - por lo tanto, aislarnos – del catolicismo
romano en cualquiera de sus formas o apariencias. La Biblia es clara en que debemos
confrontar el catolicismo romano, eso fue lo que hicieron los protestantes o evangélicos de la
Reforma, movimiento al cual Witt pretende representar como embajador, pero sin conseguirlo.
La Biblia es clara en que debemos acusar formalmente a Roma. Y siguiendo en esa misma
tónica, seguimos escribiendo. El 22 de Noviembre del 2006, Benny Hinn viajó a Roma para
expresamente encontrarse con el fraile franciscano capuchino Raniero Cantalamessa, el mismo
del evento católico organizado por C.R.E.C.E.S. en Argentina, donde participó Marcos Witt.
Cantalamessa fue escogido en 1980 por Juan Pablo II para ser el predicador oficial del Vaticano.
El capuchino predica un sermón diario en la presencia del papa Benedicto XVI, los cardenales,
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obispos y demás miembros de la llamada “Santa Sede”. 36 Nuestra pregunta es, ¿qué hace
Benny Hinn, supuestamente un pastor evangélico, orando agarrado de las manos con el
predicador oficial del Vaticano? ¿Qué tipo de terrible concubinato espiritual tenemos ante
nuestros ojos?
Tal y como abiertamente lo expuso el Dr. Rivera, el ex jesuita de alto rango, lejos de ser un
movimiento de renovación espontáneo del Espíritu Santo, el Movimiento Carismático, desde su
concepción, fue una estratagema cuidadosamente planeada por el Vaticano, manipulando a
pentecostales engañados (otros no), para implementar su plan para establecer un milenio de
dominación mundial. 37 De esa manera, irán engañando y seduciendo a cuantos pentecostales
puedan, y bajo la bandera del “amor verdadero” y la “unidad de los cristianos”, buscar el ir
llevándoles de la mano hacia la meta final del diablo: La marca de la Bestia (Ap. 13: 16-18)
Nótese que es el Falso Profeta el que hace esto, y ¿quién será ese personaje sino un agente muy
especial proveniente de las oscuras y profundas alturas del Vaticano?
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“Mi educación, por supuesto, fue católica, yendo a una escuela católica en Jaffa,
Israel. Por ello mi forma de pensar es básicamente católica. Cuando me convertí,
seguía siendo católico. Yo he sido muy católico en mis ideas y en mi conducta” 39
No existe una organización sobre la faz de la tierra que sea más demoníaca que el catolicismo.
Está repleta de enseñanzas paganas y doctrinas de demonios, y ahí tenemos a uno de los
principales valedores de la carismatía evangélica internacional, enorgulleciéndose de su fe
católica, siendo seguido y admirado por miles y miles de cristianos evangélicos; ¿cómo es esto
posible; dónde está el discernimiento que debiéramos tener? Un conocido ministerio de
apologética cristiana asegura que “Benny Hinn es un místico católico romano, que está llevando
a la iglesia carismática y pentecostal en la ruta ecuménica hacia Roma” 40 En una cruzada en la
ciudad de Roma a finales de 1996, Benny Hinn habló tantas maravillas acerca del papa y de la
iglesia católica romana, que llegó a exasperar a los representantes de las iglesias pentecostales
que le habían invitado, los cuales no quisieron invitarle de nuevo a Italia. Incluso el intérprete,
rehusó a seguirle traduciendo, y el grupo musical que debía intervenir, decidió no tocar. Cabe
decir que las Asambleas de Dios de Italia previamente habían decidido no estar involucradas en
la campaña de Hinn. 41
En 1997, en la Conferencia Nacional de las Asambleas de Dios en Adelaida (Australia), Benny
Hinn de nuevo elogió al papa de Roma, y comentó allí acerca de su encuentro con el cardenal
Sin de las Filipinas y del acuerdo entre ambos, en el sentido de que el cardenal promocionaría a
Benny Hinn, y de que él, por contra partida, animaría a los católico romanos a volver a la
iglesia de Roma, y a permanecer en su fe católica. 42
En un famoso programa televisivo de los Estados Unidos, Larry King Show, el conocido
evangelista afirmó sin reservas que la gente que va a Lourdes o a Fátima es sanada por Dios.
Dijo así Hinn:
“Mira, Dios nos ha dado, Larry, muchas fuentes de sanidad. Mira Lourdes. La gente es
sanada yendo a Lourdes y a Fátima”. 43
Ningún cristiano verdadero podría decir lo que dijo Benny Hinn… ¿por qué lo dijo? Por la
razón que él mismo argumenta: El es un místico católico.
En estos últimos tiempos previos a la venida del Señor a por su Iglesia preparada, personajes
públicos, presuntamente evangélicos, han recibido las “bendiciones” del papa, como fue el caso
de Katheryn Kuhlman.44 Kuhlman fue recibida por el papa Pablo VI, y después de esa reunión
con el jefe de la iglesia de Roma, habiéndole él alzado sus manos como signo de confraternidad,
Kuhlman exclamó: “Cuando me encontré con el papa Pablo, allí había unidad; una misma
identidad”. ¿Unidad y una misma entidad con un anticristo? Esa “unidad” fue la tónica que
formó parte de Kuhlman en todos sus cultos de sanidades hasta su muerte. La audiencia en esas
reuniones era de un sesenta por ciento de gente católica romana, y no les animaba a salir de la
iglesia de Roma sino todo lo contrario 45 , Billy Graham o Benny Hinn entre otros muchos han
hecho lo mismo, han animado a los católicos a que permanecer fieles a la iglesia católica
romana. Billy Graham por motivo del deceso de Juan Pablo II, el más grande idólatra mariano
de la historia de la humanidad, dijo de él: “Sin discusión alguna la voz de mayor influencia en
favor de la paz y la moralidad en los últimos 100 años.” 46 ¿Qué está pasando a nuestro
alrededor, hermanos? ¡Dejemos toda ingenuidad de lado!
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“La forma de un cuerpo, y mi cuerpo se entumeció del todo…y Dios me dio una
revelación esa noche, de que cuando tomamos la comunión, no es sólo la comunión,
dijo; estamos tomando a Jesucristo mismo. El no dijo: “Tomad, comed, esto representa
mi cuerpo” El dijo: “Este es mi cuerpo, roto por vosotros”. Cuando tomáis la
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comunión, estáis tomando a Cristo, y eso sana tu cuerpo. Cuando tu tomas a Jesús
¿Cómo puedes estar débil o enfermo?” 47
Realmente, Hinn nos deja a nosotros entumecidos, perplejos, y sin palabras. ¿Cómo profesando
ser cristiano de la Biblia puede hablar así? Su misma declaración le coloca donde
verdaderamente está, junto al Vaticano. El es un convencido católico romano que se atreve a
“enseñar” y “ministrar” a los cristianos evangélicos, la inmensa mayoría de ellos, ignorantes de
la realidad de Hinn, porque si no, ¿irían a sus eventos y ofrendarían a su “ministerio”?
“El presidente Bush ha expresado una afinidad bastante pronunciada por una especie de
protestantismo que desde los años 80, desde Reagan, se siente muy identificado por la
causa de los católicos conservadores...dentro de ese grupo de protestantes liderados por
el Dr. James Dobson de Focus on the Family, el ya fallecido director del Liberty
College, o Pat Robertson, etc. todas estas personas han hecho alianza con los católicos
romanos... hay una gran afinidad entre Benedicto XVI y el presidente Bush en
cuestiones de moral individual...”
El coincidir en cuestiones de moral, no es razón suficiente para congeniar y formar una alianza
con el jefe del Vaticano. Esto es una absurda incongruencia, y me atrevo a decir más, es una
tremenda burla dirigida al verdadero cristianismo. Hasta los peores asesinos más despiadados,
podríamos decir que tienen algún sentido de moralidad en alguna parte recóndita de su ser;
seguro que descubriríamos alguna coincidencia en cuanto al sentido del bien, porque esto es
intrínseco en la naturaleza humana, por la Providencia divina. No obstante a nadie se le ocurriría
invitar a dormir a su casa a uno de esos malvados impenitentes, ¿verdad?
Esta imagen del presidente de los EEUU recibiendo al jefe de la institución enemiga por
excelencia de la verdadera Iglesia de Jesucristo – el papa romano – y sobre suelo
norteamericano, nunca jamás ocurrió, sino hasta hace relativamente poco tiempo. Empezó con
el presidente James E. Carter, siguió especialmente con Ronald Reagan, Clinton, y con
profusión con el actual mandatario de la Casa Blanca.
Es una cortina de humo lo de las coincidencias en materia de moral social o individual que
intentan colocar ante nuestros ojos. Realmente, el motivo de esa puesta en escena, es la
manifestación visible de un profundo ecumenismo, que pretende sin lugar a dudas, que la
opinión protestante de EEUU y del mundo entero acepte, e incluso llegue a apreciar la figura del
“sumo pontífice” romano. Todo ello es básico para los planes del Nuevo Orden en materia de
religión; es básico para el levantamiento del Falso Profeta (Ap. 13: 11s)
No nos engañemos, para los cristianos evangélicos, evangelismo significa llevar la gente a
Cristo, para la jerarquía católico romana no obstante, significa llevar la gente al seno de la
iglesia de Roma. Tom Forrest, un cura que dirigió la "Nueva Evangelización 2000" desde el
Vaticano, usó los correctos términos evangélicos cuando habló ante una audiencia mixta de
protestantes y católicos. Atrajo los aplausos de los protestantes cuando hizo un llamamiento por
la "unidad cristiana" en la "Evangelización Mundial". Pero cuando habló en un taller sólo para
católicos, se dejó saber, con aplausos repetidos de sus correligionarios, lo que él realmente cree,
y los católicos deben creer también. Lo que viene a continuación fue lo que dijo en ese taller:
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¡Ya lo hemos leído! Esta es la realidad del tan manido ecumenismo, y de la unidad de los
cristianos, todo lo cual tantos ingenuos evangélicos carismáticos, y protestantes en general, han
defendido con uñas y dientes, y siguen haciéndolo. Un conocido mío, evangélico carismático,
que no veía hacía años, me envió un correo electrónico, absolutamente enfadado conmigo,
porque previamente había leído un artículo que yo escribí de apología , contra las mentiras y
engaños de Roma. Su comentario fue el siguiente: “¿Puedes tú de una vez dejar a los romanos
en paz?... Ya basta de denunciar a los papas. Espero que no tenga que volver a decírtelo”.
¿Cómo se puede ser tan ciego? Este conocido mío ha estado bebiendo desde años en las fuentes
del ecumenismo carismático más profundo. Sólo ruego que algún día despierte de ese
demasiado prolongado letargo y abra sus ojos a la verdad total de Cristo, antes de que Él vuelva
a por nosotros.
Lo que voy a dar a conocer a continuación es escalofriante. Paso transcribir algunas de las
declaraciones de algunos muy conocidos ministros acerca de la unidad presuntamente cristiana
en relación con el catolicismo romano. Declaraciones todas ellas hechas en un congreso
ecuménico-carismático patrocinado por el Comité de Servicio de Renovación Americana en St.
Louis, Missouri del 21 al 23 de junio del 2000, y llamado Celebration Jesus 2000. Vinson
Synan, pentecostal, y ecuménico convencido dijo:
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“…debemos confesar nuestros pecados por cómo hemos quebrado el cuerpo de Cristo a
través de la división”.
Así pues, para estas personas presuntamente comprometidas con el Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo:
El problema para Roma, es cuando se levantan cristianos verdaderos que declaran seguir a
Cristo sólo a través de Su Palabra, la Biblia, y no reconocen al papa romano. El cardenal
D‟Allen declaró que el enfoque protestante en la autoridad de la Biblia, era un obstáculo para la
unión ecuménica de todas las iglesias del mundo. D‟Allen declaró:
“La Reforma fue una revuelta protestante que molestó la unidad de la Iglesia. La unión
se llevará a cabo cuando los rebeldes acepten la autoridad del papa y abandonen la
autoridad de las Escrituras. Roma no puede aceptar algo que quede por debajo de
esto” 50 (énfasis nuestro)
Este es el concepto de unidad cristiana que el Vaticano tiene. No existen medias tintas con
respecto a Roma. La Biblia nos dice enfáticamente que nos es preciso salir de ella y no ser
partícipes de sus pecados (Ap. 18: 4). No vamos a conseguir “convertir” al Vaticano. Esta
institución está ya condenada por la misma Palabra de Dios (Ap. 17: 16-18), y nada de Dios se
va a conseguir enredándose con la Ramera, la cual, para prevalecer, es capaz de fornicar con
todos, pequeños o grandes (Ap. 17: 2), así lo dice la Palabra, y así la misma historia es testigo
de todo ello. La ingenuidad en este caso nos puede resultar letal. Por el contrario, busquemos
alcanzar para Cristo a los católicos sinceros, porque esa sí es la labor a realizar ante Dios.
“Veo la formación de una súper iglesia mundial, que consistirá en una unión entre los
protestantes ecuménico-liberales y la iglesia católica romana, que se unirán
políticamente de la mano, creando una de las más poderosas fuerzas religiosas en la
tierra. Esta súper iglesia mundial será espiritual sólo de nombre, y usará
desembarazadamente el nombre de Jesucristo, pero de hecho será anticristo y política
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Todo esto se está gestando ya, y a pasos agigantados. Ya lo tenemos entre nosotros.
Mencionamos atrás que uno de los profetas dominionistas por excelencia, es miembro de la
orden de los Caballeros de Malta, una organización militar y jerarquizada católico romana que
sirve directamente a los intereses del papa romano. Como Joyner existen otros, como Paul Cain.
La pregunta es, ¿Por qué hay líderes de corte carismático que tienen tanto interés en ser
miembros de organizaciones así, aceptando por tanto la responsabilidad de servir a la iglesia de
Roma, y a su jefe? ¿Por qué existen tantos líderes carismáticos de la nueva ola (New Wave
Charismatics) que se posicionan junto a la iglesia de Roma? La respuesta es sencilla y espantosa
a la vez; porque han adoptado las mismas metas finales de un solo Gobierno Mundial, una sola
Religión Mundial, y la necesidad de presionar con esa idea sobre el mundo entero. Juan Pablo II
se esforzó mucho para lograr su objetivo de encontrarse con casi todo representante de
organizaciones religiosas de toda índole, invitando a todos a la misma mesa religiosa. Un Nuevo
Orden eclesial y mundial está ya prácticamente preparado, y dispuesto a ser presentado en
público, una vez la verdadera y santa Iglesia de Jesucristo sea quitada de en medio, arrebatada
por el Señor en los aires.
Las experiencias de corte sobrenatural, muchas de ellas muy difíciles de discernir si vienen
realmente de Dios, otras claramente no son de Dios, son un instrumento de confusión y engaño
contra todos aquellos que lanzan al vacío de una presunta fe, que siguen ciegamente a muchos
de esos ministros de masas, tan conocidos (Mt. 24: 24). Esa es una herramienta que los
promotores de una Iglesia Mundial y Ramera, meta del Nuevo Orden religioso están usando sin
medida.
Los cristianos de la Biblia, somos un verdadero aguijón en la carne para todos esos promotores
del Nuevo Orden; pero no será así por mucho tiempo, ya que la novia de Cristo pronto será
llamada por Él; ¿estás listo, hermano?
“El diablo es demasiado listo para influenciar a la Iglesia con una mentira tras otra. El
presenta una verdad y la saca de contexto, como por ejemplo, el tiempo incorrecto de
suceder una cosa, como es el caso. Imagina una enseñanza que pueda afectar la
manera de creer de la gente acerca de lo que ocurrirá en el futuro, y afecte a como
vivan hoy. Esto es lo que encontramos con la enseñanza del Reino Ahora” 52 (énfasis
nuestro)
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Muchos actualmente no creen que se está levantando una apostasía sin precedentes históricos,
pero pensemos esto bien, sin una tribulación pendiente de producirse (Mt. 24: 21; Ap. 13; 15;
16), no hay necesidad de estar vigilantes; si no hay apostasía (2 Ts. 2: 3; 2 Ti. 4: 3, 4; 3: 1-5) no
hay necesidad de discernir el engaño, ni preocuparse por el error, sólo esperar la “bendición”.
De ese modo, el diablo consigue que los que viven regidos por la enseñanza dominionista, como
poco, pierdan la bendición de servir a Dios de la manera que Él quiere ser servido. El Reino
antes del Rey. Eso es lo que enseña el posmilenarismo, el cual no fue entendido así por los
primeros padres de la Iglesia (tales como Justino Mártir, Ireneo, Tertuliano) como ya vimos, y
que no apareció sino por mano de Orígenes en el siglo III, el cual era un estudioso de filosofía
pagana, que se basaba a la hora de interpretar la Escritura en el sistema alegórico griego,
introduciendo muchas herejías en el seno de la Iglesia. Posteriormente, Agustín de Hipona (s.
IV-V) se encargó de establecer esa doctrina al inicio de la iglesia católica y romana. Démonos
cuenta del hilo conductor que arranca de Orígenes y su espíritu alejandrino, apóstata y su
enseñanza posmilenarista, y llega hasta nuestros días en la manifestación del dominionismo
carismático y ecuménico. ¿Qué vemos que haya en común en toda esa trayectoria?: El espíritu y
la obra de la Gran Ramera. Suena fuerte, pero así es. De hecho, el catolicismo romano es ese
hilo conductor.
Lamentablemente, muchos ministros evangélicos carismáticos y pentecostales están cediendo en
pos de Roma, y hacen ojos ciegos a la gran enemiga de Cristo, y siendo engañados por la
variopinta paleta de mentira de ésta que se dice la verdadera y única santa madre iglesia, en la
actualidad parecen haber olvidado todas estas cosas; y muchos, por un loable sentid o de lealtad
a Cristo, pero sin discernir lo que realmente las Escrituras enseñan al respecto, se lanzan en una
batalla de supuesta fe con el fin de establecer el Reino ahora…Ahora, cuando el diablo, con
permiso de Dios, está levantando a su Bestia Anticristo y a su Falso Profeta, dos personajes
literales que engañarán a la mayoría de los hombres de este planeta, y que sus espíritus
inmundos ya se están anticipando (Ap. 13)…Ahora, cuando el principio de dolores hace algún
tiempo que ya ha empezado en esta tierra, y todo apunta hacia la Tribulación, hacia una Gran
Tribulación, la cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá (Mt.
24: 21). De nuevo, ¿Cómo van a coexistir dos reinos, el de Cristo establecido a modo de
Teocracia, y el del diablo a través del Nuevo Orden Mundial y de su Anticristo, los dos al
mismo tiempo? Hermanos, otro problema es que muchos evangélicos han hecho caso omiso a
las advertencias del mismo libro de Apocalipsis, donde dice:
“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere
a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro . Y si alguno
quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y
de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro” (Apocalipsis 22: 18, 19).
Conque no concuerdan sus teorías del Reino con lo declarado en este precioso libro de Dios,
prefieren obviar dicho libro argumentando que no lo entienden. Pero olvidan que la Escritura
está para ser creída, y no cuestionada, y que ninguna teología particular se puede poner por
delante ni por encima de la Palabra de Dios. No en vano el mismo libro de Apocalipsis nos
advierte a todos de esto. Creámosle a Dios, y no a nuestro corazón, porque como también está
escrito: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” (Jer. 17: 9).
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Capítulo 7
De un tiempo a esta parte, hemos sido testigos de un aparente cambio en la escena eclesial, el
cual C. Peter Wagner llama “un cambio trascendental en la estructura de la iglesia” 1 , y que,
así como él, algunos otros lo definen como una “nueva etapa” 2 , a la que no han dudado en
bautizarla con el sonoro apelativo de “Nueva Era Apostólica” 3. A raíz de esto, algunos de los
que antes eran simples y sencillos pastores de congregación, ahora han ascendido de categoría,
y son apóstoles. Comenta el Rev. Robert S. Liichow:
Los defensores de esta “nueva etapa”, como Bill Hamon, 5 aseguran que a lo largo de los
últimos cincuenta años del siglo XX, Dios ha restaurado los cinco ministerios de Efesios 4: 11,
es decir: “…a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros”. También enseñan que es menester un proceso gradual hasta que haya una
comprensión generalizada de esa “revelación apostólica” por parte de los sectores más reticentes
a aceptar lo “nuevo” de Dios. En este sentido, dice Rony Chaves:
“En este proceso de Reforma Eclesiástica, tenemos que tener paciencia, pues al final
del mismo, muchos habrán permitido al Espíritu Santo hacer el cambio” 6
“Con la llegada del tercer milenio, la iglesia ingresó en una nueva etapa. Si bien otros
pueden disentir al respecto, yo creo que la historia de la iglesia tiene dos eras
apostólicas bien definidas. La primera se extendió durante casi doscientos años; un par
de generaciones después de que los primeros apóstoles del Nuevo Testamento
concluyeran su ministerio; el segundo tuvo lugar aproximadamente mil ochocientos
años después, alrededor del año 2001” 7
Son bien arriesgadas las conclusiones de Wagner, a tenor de que el año 2001 todavía lo tenemos
a la vuelta de la esquina. No obstante, Dios no predijo en Su Palabra que tal cosa iba a ocurrir,
ni nada parecido. El ministerio apostólico que observamos en los Doce, tuvo su principio y tuvo
su fin. Volviendo a la declaración de Hamon, ¿Realmente Dios ha tenido que restaurar algún
ministerio? Cuando hablamos de restaurar, implícitamente estamos hablando de “recuperar” o
“recobrar, o también “reparar algo deteriorado”. ¿Qué es lo que se tenía que mejorar,
recuperar o reparar? ¿Es que Dios hace las cosas a medias? La pregunta que nos hacemos es:
¿Qué es lo que realmente quieren decir Hamon, Chaves, Wagner, Eckhardt, Chaves,
Maldonado, Jacobs y todos los demás junto con ellos? En primer lugar, no podemos dejar de
considerar, que estos maestros dominionistas nos quieren hacer creer que la Iglesia por siglos y
hasta el momento actual, no ha funcionado según Dios hubiera deseado. No obstante, aseguran,
que por el contrario, ahora Dios ha traído nueva luz, y el Espíritu Santo está levantando a
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“Dios nos ha llamado a nosotros, los apóstoles, para que traigamos toda esta reforma
a cabo, implantándola dentro de la Iglesia; la reforma es poderosa porque trae el
Avivamiento; la reforma es lo que trae el orden en las cosas...para poder estar en el filo
cortante de lo que Dios está haciendo hoy, tenemos que pegarnos a los apóstoles,
porque los apóstoles tienen el acceso a la abundante revelación del Espíritu de Dios” 9
“La forma que está tomando la iglesia actual puede denominarse “Nueva Reforma
Apostólica”. Utilizo el término “Reforma”, porque estamos siendo testigos del cambio
más radical en la forma de hacer iglesia desde la Reforma Protestante del siglo XVI”
11
Ya en otra parte de este libro he argumentado acerca de la Reforma Protestante, que más que
una reforma en sí, fue – un no volver – sino ir a la verdad del Evangelio, dejando atrás la
mentira del catolicismo romano; por lo tanto, no fue una reforma como tal. Comparar ese hecho
de Dios con esta pretendida “neo reforma apostólica” nos parece una inmensa insensatez.
1. ¿Los cimientos de la Iglesia son los apóstoles y profetas?/la tiranía del hombre
Ralla peligrosamente lo blasfemo lo que a continuación asegura Wagner. Para él, los apóstoles y
profetas actuales y a través de los años son “los cimientos de la Iglesia”. Dado lo importante de
sus afirmaciones, me ha parecido oportuno transferir por entero todo el párrafo suyo:
“Un himno muy conocido afirma “La base de la Iglesia es Jesucristo, su Señor...” En
un sentido teológico general esto es así porque no habría iglesia alguna sin la persona
y la obra de Jesucristo. Sin embargo, en lo que se refiere al crecimiento y desarrollo de
la iglesia después de su ascensión, Jesús prefiere ser reconocido no como los
cimientos, sino como la piedra angular. Los cimientos de la Iglesia a través de los
años deben ser los apóstoles y profetas...Si la Iglesia tiene a Jesús pero no tiene
apóstoles o profetas, es posible que no cumpla con todas las expectativas que Dios
tiene para ella” 12 (énfasis nuestro)
Es impresionante lo que este varón se atreve a decir. La Biblia dice que Jesucristo es tanto la
piedra angular (1 Pr. 2: 4-8), como el cimiento o fundamento de la Iglesia (1 Co. 3: 11; Mt. 16:
18), y no lo es hombre alguno ni ministerio alguno en ningún momento de la historia de la
Iglesia. La Biblia dice que todos nosotros somos miembros los unos de los otros, y los
miembros no son los cimientos del cuerpo, que es el de Cristo. En otras palabras, somos
prescindibles; pero Cristo jamás. ¿Por qué extraña iluminación puede ese varón asegurar que
Jesús sólo quiere “ser reconocido como la piedra angular y no como los cimientos”? Eso es
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poner en boca del Señor algo que jamás Él ha dicho en Su Palabra, menos aún cuando de pleno
la contradice:
“Porque nadie puede poner otro fundamento [o cimiento] que el que está puesto, el cual es
Jesucristo” (1 Corintios 3: 11)
El mismo autor declaró lo siguiente: “La Segunda Era Apostólica empezó el año 2001”. Y
pretendiendo dar mayor énfasis a sus palabras, agregó, dirigiéndose a sus oyentes:
“Lo importante es que ustedes son la gente de Dios de hoy en día, ustedes representan
el reino de Dios, y ustedes saben que, nada ha ocurrido hasta ahora, porque el
Gobierno de la Iglesia todavía no se ha establecido” 13 (énfasis nuestro)
Tomen nota de sus palabras. Lo que sin ambages dice, es que la Iglesia necesita un Gobierno
(para Castellanos sería el G12), y que éste se va a levantar. Wagner, junto con todos esos
reformistas dominionistas, asegura que en la Iglesia debe vertebrarse una estructura jerárquica,
tomándolo como ejemplo, como la que tiene la iglesia católico romana. Por supuesto, ese
gobierno de la Iglesia, para la Iglesia, es el que viene de la mano de los nuevos apóstoles y
profetas. Wagner lo expone con mucha claridad en su libro “Apóstoles de la ciudad”:
Lo que Wagner asegura como cierto de Dios, es un jerarquizar la iglesia en una ciudad
determinada y en todas las del mundo, como funciona la iglesia de Roma con sus diócesis, sus
arzobispos, obispos y curas, etc. De esa manera las congregaciones ya no serían sanamente
independientes, sino que cada anciano principal o pastor, junto con sus ancianos los cuales
todos conforman el gobierno espiritual de cada congregación, ya no tendrían esa
responsabilidad, sino que la tendría su “apóstol de la ciudad”, que a su vez estaría bajo otro
“apóstol”, y así, formando una estructura piramidal, a la postre debería haber un hombre en la
cúspide de esa estructura, como la iglesia de Roma tiene su papa. ¡Cómo va a ser eso de Dios!
Es la tiranía del hombre.
Wagner no está solo en esa calentura. Tomen nota de lo que abiertamente enseña el llamado
apóstol Guillermo Maldonado:
“El apóstol hoy en día debe poner fundamentos doctrinales en las iglesias, y los
pastores de las mismas deben seguir esa misma línea. El apóstol está por encima del
pastor o ancianos de las iglesias, y las dirige.” 15 (énfasis nuestro)
¡Impresionante! Maldonado, también en el más puro estilo romanista, nos está diciendo que el
apóstol es el jerarca que tiene que decir, por mediación del pastor de la congregación, lo que los
creyentes deben creer, y nosotros preguntamos: ¿en qué difiere esto del catolicismo romano?
Y Wagner sigue imparable en cuanto a esto, e insiste:
Wagner pone un peso sobre la conciencia del lector que aun y temiendo a Dios, no conoce
suficientemente las Escrituras. Hermanos, ¡despojémonos de todo este peso y carga que nos
intenta asediar, y sigamos la enseñanza de la Palabra, la cual es demasiado clara como para no
entenderla como es!
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Wagner obvia que el “gobierno divino” de las ciudades y de este mundo en general y en
particular, como su misma palabra lo expresa, es de Dios, y no está en las manos de los
hombres, ni tampoco en la Iglesia. No existe el Reino de la Iglesia, porque aunque el Reino está
la Iglesia, la Iglesia no es el Reino, ni tampoco reina en este mundo. Wagner nos habla de de
“una visión apostólica para transformar las ciudades” 17 , pero la Biblia no nos habla de nada
de eso. No somos llamados a “transformar” las ciudades o las naciones. La Biblia no hace de
ello mención. Nosotros no podemos hacer que las gentes se rindan a Dios, eso en todo caso lo
hace exclusivamente el Espíritu Santo, el cual es del todo obviado, de hecho, por esas
enseñanzas neoapostólicas, levantando al hombre en Su lugar. La única mención que la Palabra
de Dios hace respecto a “transformar”, es en cuanto al cuerpo de la humillación nuestra, para
que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí
mismo todas las cosas” (Fil. 3: 21); nada más. ¡Todavía no hemos sido glorificados para poder
reinar como lo haremos en el Milenio!
La controversia de Efesios 2: 20
El problema de base, es que tanto C. Peter Wagner como decenas más, patrocinadores de esos
“nuevos apóstoles y profetas”, parten de una premisa falsa. Básicamente ellos se circunscriben a
un solo versículo de la Biblia para levantar su tótem pseudo apostólico. Ese versículo es Efesios
2: 20;
“edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo”
Dirigiéndose a los nuevos creyentes de la ciudad de Efeso, Pablo les asegura que en Cristo, “no
son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de
Dios” (v. 19), y que consecuentemente están edificados sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas, el cual es la Palabra de Dios – tanto Antiguo como Nuevo Testamento. No obstante,
Wagner se expresa del siguiente modo:
“Sostengo que, si la iglesia de la ciudad es en realidad una sola iglesia, como sería la
opinión aceptada por líderes cristianos, el fundamento de esa iglesia, al igual que el
de las iglesias individuales locales, denominaciones y redes apostólicas, es,
bíblicamente hablando, los apóstoles y los profetas” 18 (énfasis nuestro)
¿Ven?, Wagner no está hablando de la revelación bíblica como fundamento que es lo que Pablo
les enseñaba a los Efesios, sino de su entendimiento acerca de los “apóstoles y profetas”.
Claramente lo expone en otra parte:
“Creo que el Gobierno de la Iglesia está ya a punto de tomar lugar finalmente, y esto
es lo que la Escritura enseña en Efesios 2:20, que el fundamento de la Iglesia son los
apóstoles y profetas…” 19 (énfasis nuestro)
Confundir la Revelación de Dios a través de los profetas y de los apóstoles, cuyo legado nos
quedó por escrito y que es la Biblia en sí, con los “apóstoles y profetas” pseudo reformistas, nos
parece de una simpleza atroz, aunque peligrosa, y no obstante Wagner sigue insistiendo en este
punto, cuando argumenta:
“...debemos tomar literalmente lo que dice Efesios 2: 20: “[Los miembros de la familia
de Dios], edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo
Jesús mismo la piedra angular”. Los apóstoles y los profetas no son personajes con
una actuación especial histórica de dos mil años o más en el pasado. Son una
realidad actual” 20
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Asegurar que los apóstoles y profetas de hoy en día – más adelante veremos de qué trata este
asunto – son una realidad exacta y precisa como lo fueron aquellos profetas
veterotestamentarios, o los benditos apóstoles de Cristo, compartiendo un mismo llamamiento y
obra, es como poco, de una supina ignorancia. No sólo Wagner enseña esto, sino todos los
proponentes de esta fiebre megalómana. Maldonado al respecto dice sin ambages:
“Jesús establece a sus apóstoles tal y como fueron aquellos doce suyos... el apóstol
guía todo el cuerpo de Cristo” 21
El Espíritu Santo es puesto de lado, al tomar esos hombres el lugar de Él. Esa es la realidad, se
quiera aceptar o no.
A qué se está refiriendo por “estructuras religiosas” en sí, no lo dice claramente, pero por el
contexto de su disertación, el asunto debe referirse en cuanto a lo denominacional o conciliar.
Chaves deliberadamente declara que el modelo divino es lo “apostólico”, necesario según él
para traer un supuesto “cambio en el orden y gobierno de la Iglesia”. Contradiciendo la profecía
bíblica, da por hecho que eso es así. Pero se atreve a mucho más, cuando dice:
Dando por hecho de que el bendito Espíritu Santo está haciendo algo que en realidad no hace,
porque contradice la profecía bíblica, va todavía más lejos…Fíjense con que sutilidad está
culpando a la “estructura pastoral y denominacional” donde se halle, de oponerse a esa
supuesta obra del Espíritu Santo. Eso es grave.
“El presente es mi quinto libro relacionado con los apóstoles, y en ninguno de los cuatro
anteriores he brindado una definición de la palabra apóstol. Una de las razones para esto
es que intuitivamente temía que cualquier definición a la que llegara iba a tener que ser
revisada ¡y no sólo una, sino muchas veces!”
Y a renglón seguido nos asegura que ya está preparado para “tomar el riesgo” 24 . La cosa es que
si es tan extremadamente importante el asunto apostólico, el cual para él supone los mismos
cimientos de la Iglesia, ¿cómo es que le ha sido tan difícil definir el asunto después de varios
libros asegurando el papel absolutamente vital del “apóstol”? Nos parece esto de una extrema
incongruencia. Como veremos, está muy claro en la Biblia qué es un apóstol, e inmediatamente
lo veremos, pero antes, leamos la tan esperada definición de lo que es un apóstol por parte de
Wagner, y analicémosla aunque sea de forma somera. El escribe así:
“Un apóstol es un líder cristiano, al cual Dios dotó, enseñó, comisionó y envió con la
autoridad necesaria para establecer el gobierno fundacional de la iglesia dentro de
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Brevemente. La Biblia no nos habla de “líderes cristianos”, sino de siervos, obreros o ministros.
Esto ya lo hemos expuesto con claridad a lo largo de este libro. El concepto que tienen Wagner
y todos los demás, veremos que sustancialmente difiere de lo que es un apóstol. Un apóstol no
es enviado por Dios para “establecer el gobierno fundacional de la iglesia” en modo alguno,
sino – y como veremos en profundidad – establecer el gobierno fundacional de una iglesia; la
que él apóstol funda. Por otra parte, nadie humano puede “lograr el crecimiento ni la madurez
de la Iglesia”, sólo el Espíritu Santo.
“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo,
ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento” (1 Corintios 3: 6, 7)
Nos produce cierta lástima que Wagner vaya a tener que revisar su definición de lo que es un
apóstol, después de tanto tiempo de espera en brindarnos una, pero si es honesto, debería
hacerlo, adecuándose a la enseñanza escritural.
“De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el
que le envió” (énfasis nuestro)
Aquí, la palabra “enviado”, se traduce de la palabra griega apóstolos, que transcrita al español
es apóstol, como ocurre en muchos otros lugares en el Nuevo Testamento. En la Biblia vemos
que a Jesucristo se le llama apóstol:
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“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y
sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús; el cual es fiel al que le constituyó…”
(Hebreos 3: 1, 2)
Jesucristo fue enviado al mundo por el Padre para dar su vida por él (Jn. 3: 16). Como vemos,
ese apostolado de Cristo no tuvo ningún cariz de superioridad, mando o jerarquía. Cristo fue
enviado al mundo como víctima, como Cordero de Dios con el único propósito de servir, y no
de ser servido, hasta literalmente dar su vida por nosotros. El mismo dijo:
“…el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no
vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:
44, 45)
Si Cristo nos dio un ejemplo así como apóstol, ¿cómo no deberemos nosotros seguir por detrás
de Él; es decir, siguiendo Su ejemplo? El mismo lo dijo: “De cierto, de cierto os digo: El siervo
no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió” (Juan 13: 16). Si Cristo
no llevaba en su cartera ninguna tarjeta de presentación en la que se pudiera leer: “Jesús de
Nazaret; Rey de reyes y Señor de señores” (ya que no se presentó a sí mismo ante las
multitudes diciendo que era el Rey, que por cierto, lo es), ¿por qué ese afán de muchos en hacer
ostentación de una hipotética autoridad e hipotéticos título y oficio, encumbrándose ante los
demás, y con una actitud de demanda de un reconocimiento y respeto especiales hacia sus
personas y supuesto ministerio, como sacerdotes por encima de los sacerdotes? Cristo no lo hizo
así, y tenía todos los motivos, porque Él es el Señor.
3. El oficio de apóstol
Ahora bien, la Biblia nos habla de los doce apóstoles que estuvieron con Jesús (Mt. 10: 2-4). De
esos doce, uno era traidor, murió quitándose la vida, y después de la ascensión del Señor,
escogieron a otro que le reemplazara, a Matías (Hchs. 1: 26). De la misma manera, estos
hombres humildes y sencillos, no hacían ostentación ninguna de su privilegio de haber estado
conviviendo con el Señor. El mismo Pedro decía:
“Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los
padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada:
Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros” (1 Pedro 5: 1, 2)
El apóstol Pedro, sencillamente decía que era un anciano (presbiteros en gr.) como los demás
ancianos o pastores de las congregaciones de su tiempo (por extensión, también de nuestros
días). No hacía alarde de posición alguna. No mostraba una apariencia de superioridad o
jerarquía. No se imponía ante nadie. No pedía los diezmos a los creyentes para sí. Su actitud y
obra era de absoluto y abnegado servicio a los demás, mostrándose tal y como era, sin ningún
aire de grandeza, ni de falsa santidad (Gl. 2: 11-14), tampoco pretendía que le siguieran, sino
por el contrario, que siguieran a Cristo. Sin embargo, él junto con los once restantes, si tenía el
oficio de apóstol (Hchs. 1: 20b) Por cierto, era un título exclusivo de los doce, y esto no permite
la posibilidad de una sucesión apostólica (Hchs. 1: 26; 1 Co. 15: 5; Ap. 21: 14), porque ellos
recibieron la encomienda del Señor acerca de tres cosas básicamente, que sólo ellos podían
satisfacer. A saber:
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“Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo
que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta
el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su
resurrección” (Hchs. 1: 21, 22) (én fasis nuestro)
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros
de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la
principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va
creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente
edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Efesios 2: 19-22) (énfasis nuestro)
Otras escrituras corroboran esto: 2 Pedro 3: 2; Efesios 3: 5; Judas 17; Hechos 4: 33, etc.
Pablo de Tarso fue más tarde constituido apóstol – enviado - también, por la segunda razón
aunque más bien, Pablo fue apóstol a los gentiles, es decir, enviado a los gentiles, como él
mismo lo dice (ver Ro. 11: 13)
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encomienda de gobierno sobre los Filipenses. El era un sencillo mensajero que esa
congregación envió para socorrer en un momento dado a Pablo (Fil. 4: 18); eso sí, exponiendo
su propia vida (Fil. 2: 30)
¿Amén?, ¡De eso nada! Aparte de lo tremendamente ambiguo de esa declaración, que se puede
entender de ella cualquier cosa, me preocupa una en especial, y es esa aludida “Reforma del
Espíritu” que puede llegar, dice, para que esos “apóstoles” puedan “rediseñar y reestructurar la
Iglesia” que previamente hubieran diseñado, estructurado y formado…¡Saquen ustedes sus
propias conclusiones! Entonces, cada vez que uno de ellos entienda que es el momento, se
pondrá a rediseñar las congregaciones que tiene bajo su “manto apostólico” o supervisión,
reestructurando y formando; es decir, haciendo y deshaciendo como quiera o entienda, y nadie
podrá osar negarse a ello, porque esos hombres serían los “escogidos” por Dios para hacer esa
labor, porque ellos tienen la “autoridad”. En otras palabras, si le dejamos hacer a Chaves, llega a
la Iglesia, no sólo una autarquía general, sino una dictadura del individuo. En vez de una
Teocracia (cual en el contexto de la Iglesia, sería el gobierno actual del Espíritu Santo en ella),
tendríamos una Tiranía del hombre sin precedentes. Según esas premisas, sin paliativos el
gobierno congregacional o de la asamblea, y el gobierno del presbiterio o ancianato de las
iglesias (1 Ti. 3: 1) está a punto de terminar como tales, para dar paso a un gobierno autócrata
externo, que dirá al anciano o pastor, al presbiterio, y consecuentemente a toda la congregación,
qué creer o no creer, qué hacer o no hacer.
(* La palabra que se traduce por “pastores” es la griega “poimenas”, y significa “pastor que apacienta y
cuida la grey”; en otras palabras, no son necesariamente los ancianos (presbiteros en gr.), comúnmente
llamados pastores)
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“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso
Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que
hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don
de lenguas”.
Ciertamente, pareciera aquí que nos hablara la Palabra de un orden jerárquico, ya que nos habla
de los apóstoles colocándolos en primer lugar, ¿pero es eso así? No, por cierto. Por favor, no
olvidemos que esos apóstoles son enviados. Esos hombres son los que en el cuerpo de Cristo
van y abren obra allí donde son enviados. Este versículo nos habla de un primer lugar de acción,
algo así como el “orden de aparición” en el starring de una película. Si pudiese existir en ese
versículo mencionado arriba un sentido de importancia, desde luego deberíamos adjudicarlo a
los doce apóstoles que tenían el título y oficio de ser testigos de Cristo y de ser depositarios de
la doctrina de Cristo, y a nadie más.
Debemos entender que los apóstoles a los cuales se está refiriendo Pablo en ese versículo, aparte
de los doce de Cristo, son los otros misioneros o enviados que hacían la obra de apostolado, cual
fue y es: Predicar el Evangelio allí donde nadie lo había hecho con anterioridad (Ro. 15: 20, 21),
y como resultado de las conversiones a Cristo, constituyendo ancianos para el gobierno
espiritual de las congregaciones recién nacidas (ver Hchs. 14: 23). Así mismo también nos lo
dice el comentarista de Matthew Henry de forma aún más reticente:
“Es probable que el vocablo apóstoles, incluya aquí, además de los Doce, a Pablo y
otros siervos de Dios que colaboraban en la evangelización y en la fundación de iglesias
(Bernabé, Timoteo, Tito, etc.)”
Hoy en día eso último sigue, sólo para aquellos que hacen lo mismo que hicieron aquellos
primeros misioneros (apóstoles). Por lo tanto, nada tiene que ver todo esto con las famosas
“redes apostólicas” de la actualidad, que son en definitiva “redes autócratas” que enredan a los
creyentes bajo su control, haciéndoles llegar mucha, pero mucha herejía. Toda esa herejía es la
“nueva doctrina” dominionista y similares de la que estamos hablando a lo largo de este libro.
Atención: La Iglesia de Jesucristo es LIBRE, y el gobierno de la misma, es el gobierno del
Espíritu Santo, para cada congregación (Ap. 2, 3), y para cada creyente (1 Juan 2: 20, 21).
Los enviados (apóstoles), son los que abren una obra, y en los primeros meses, incluso años, se
encargan de formar al que será el pastor o anciano principal, o los ancianos. Les enseñan los
rudimentos de la Palabra, les ministran, les ayudan en la medida que sea necesario, así como un
buen tutor a sus tutelados. Pero al igual que con una familia natural, que cuando los hijos crecen
llegan a emanciparse, así cuando el enviado ve que la grey de Cristo que se originó está lo
suficientemente madura en el Señor, paulatinamente los deja hacer y los libera en la obra del
ministerio. No busca el enseñorearse de ellos, sujetándoles de por vida a sí mismo, solicitando
de ellos diezmo alguno.
Por así llamarlo, siempre quedará esa bonita relación de “padre” espiritual a “hijos” espirituales,
pero la relación ya será más como la del padre respecto a los hijos mayores de edad,
emancipados, y seguramente casados y con hijos, porque la historia se repite.
Definiendo al apóstol
Así pues, ¿cómo podríamos definir lo que es un “apóstol” aparte de aquellos benditos doce de
Cristo? Un apóstol es un enviado. Es un enviado por parte del Espíritu Santo y del cuerpo de
Cristo (Hchs. 13: 2, 3) allí donde Cristo no ha sido todavía predicado, para no edificar sobre
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fundamento ajeno (Ro. 15: 20). Su misión es, con la ayuda del Espíritu Santo, levantar una
congregación a partir de cero; constituir ancianos (Hchs. 14: 23), y ayudar en el crecimiento y
maduración de esa incipiente congregación, sirviendo a la misma con sus dones y sabiduría (1
Co. 4: 19-21). Como puede verse, nada tiene que ver todo esto con jerarquías, sino con servicio
por amor.
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Rony Chaves nos da toda una serie de definiciones de estos “impresionantes apóstoles”, en su
escrito publicado que lleva el rimbombante título de “El gobierno apostólico anulará el
gobierno de Satanás”. Una de esas definiciones, la primera de ellas, es la siguiente: “El apóstol
y su unción traen revelación a la Iglesia, como en los días primeros” 27 Chaves, sin ningún
pudor, pone a esos actuales presuntos “apóstoles” a la misma altura que los doce de Cristo. El
ya mencionado Dr. Bill Hamon, uno de los expositores de los “nuevos apóstoles y profetas”,
todavía nos lo dice más claro:
“La iglesia del siglo XXI será irreconocible en comparación con la iglesia del día de
hoy. Los apóstoles y profetas de los últimos días que están vivos en el día de hoy
tomarán la iglesia a través de la transición de la dispensación de la gracia a la
dispensación del reino, de la dispensación de la iglesia mortal a la iglesia inmortal.”
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“Etimológicamente, apostasía entre los antiguos griegos quería decir: “Salirse del
camino, continuar caminando paralelamente al camino real pensando que se transita
por él, pero arribando a un destino distinto.” “Apostasía” es un término alarmante que
los eruditos y hombres genuinos de Dios están sonando con sus trompetas para
despertar a la iglesia... Muchos transitan por un camino religioso, se divierten en él, se
sienten realizados, son entretenidos con repertorios carentes de sentido y contenido
bíblico, asisten a iglesias donde los pastores tienen la diabólica habilidad de hacer que
todos se sientan bien con sus bufonadas. Pero, no transitan por el camino real que es
Cristo, sino por el paralelo que les lleva a un destino de condenación” 29
Según este mismo autor, Joel Osteen, pastor de la mega iglesia de Houston, Texas, la cual
heredó de su padre, prometió solemnemente a su congregación que “nunca en la vida usaría en
sus mensajes la palabra „pecado‟. De manera que los que visitan su iglesia se sentirán cómodos
en su vida de vivir, ya que se les aceptarán como estén y como vivan en el nombre de la
misericordia – mal entendida. Evidentemente, ese en ningún modo fue el planteamiento inicial
de la Iglesia de Jesucristo, donde la santidad era (y es) imprescindible (2 Ti. 2: 19).
Siguiendo en esa misma línea, el Pastor Almirudis nos da una correlación de diecisiete señales
de la gran apostasía que ya, no sólo se está gestando, sino que ha surgido del vientre del mismo
infierno. Almirudis dice que “las evidencias de que la Iglesia cruza por un momento de clara
apostasía son muchas; entre ellas”:
Obviamente, no estamos hablando aquí de la verdadera y genuina Iglesia que sólo Dios puede
discernir, sino de todo aquello que se presenta ante los ojos de todos, como la iglesia. No
obstante, cabe señalar que aún un verdadero hijo de Dios puede estar participando en alguna de
esas cosas, y como consecuencia de ello, estar contristando al Espíritu (Ef. 4: 30), de lo cual se
ha de arrepentir.
El pecado imperdonable
Nos va a ser muy útil entender acerca de la blasfemia contra el Espíritu Santo, que tiene que ver
con un asunto primordial: la negación a sabiendas de la verdad de Dios. Sólo pueden negar a
sabiendas la verdad de Dios, aquellos que la conocieron, la entendieron, y luego la rechazaron.
Nótese que uno puede conocer la verdad de Dios, como el diablo la conoce, o como la conocía
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Judas el Iscariote. Por lo tanto, estoy persuadido de que el pecado imperdonable, la blasfemia
contra el Espíritu Santo, (Lc. 12: 10) es justamente el apostatar, o /y el resultado de apostatar.
El que realmente apostata, ya no puede ser restaurado (He. 6: 4-6), aunque hubiera tenido una
experiencia con el Espíritu Santo en su momento, eso se terminó, esa persona se seguir
llamando cristiana, pero jamás lo fue, y jamás lo será. Consecuentemente, no fue escogida por
el Padre para salvación (Jn. 6: 44; Ef. 1: 3-5).
Dicho esto, los verdaderos hijos de Dios debemos guardarnos sin mancha del mundo (Sgto. 1:
27b), y de las asechanzas del diablo (Ef. 6: 11), sobre todo de las que promueve el maligno a
través de los falsos ministros y falsos hermanos; no para caer en apostasía como tal, sino para
no participar en lo más mínimo en ese espíritu del mal. Hoy en día escuchamos frases como “Yo
sigo a mis líderes”, como si esa fuera una virtud en sí misma; y no estoy hablando de desconfiar
de los pastores, sino de seguir sus dictados al pie de la letra sin cerciorarse antes de la veracidad
bíblica de sus postulados. Cuando un pretendido “apóstol”, por ejemplo, cree seguir el designio
de Dios de decidir lo que los demás deben o no creer, tenemos entonces aquí otro fu ndamento
que no es Cristo. Tal personaje se ha convertido en un “en vez de” Cristo (un anticristo), y todos
los que le siguen están en peligro de apostatar. Claro y ejemplo extremo de esta actuación lo
tenemos en los papas de Roma, los cuales, a través de sus bulas, encíclicas y concilios deciden
qué deben creer sus fieles, y que no. Ellos son anticristo, y sus feligreses están perdidos.
Lamentablemente, ese es el camino similar que muchos evangélicos han empezado a recorrer,
sobre todo en el mundo carismático y neopentecostal, edificando en ese sentido, sobre
fundamentos ajenos al verdadero, que es Cristo, y consecuentemente, su Palabra.
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tiempo, fue terrible, porque él deseaba hacer la voluntad de Dios, y esa es la razón por la cual
tuvo que enfrentarse a ese hombre, habiendo querido evitar todo tipo de polémica, pero no
siendo eso posible.
Sí es cierto que la Palabra nos insta a estar en una iglesia local y no dejar de congregarnos, (He.
10: 25), en ese contexto, el creyente está bajo el cuidado y protección del Espíritu Santo, porque
está cumpliendo con el requisito escritural. Cada congregación de Dios, madura y establecida,
es soberana (Ap. 2 y 3); es guiada por el Espíritu Santo, y el Señor la protege y cuida. Por eso
digo, ¡cuidado con las coberturas! Porque la mayoría de las veces, no son tales coberturas, sino
ataduras. Sin embargo, contradiciendo esto, Rony Chaves asegura:
Pero eso que dice que hacen esos hombres, con sus “diversas medidas de unción” (¡?), lo hace y
se le debe dejar hacer al Espíritu Santo, que tiene toda la unción, Quien es el Paracletos de Dios
para la Iglesia, y no los hombres (Juan 14: 16, 17). El apóstol Pablo nos da un clarísimo ejemplo
de su verdadero ministerio apostólico, que era el de “predicar el Evangelio, no donde Cristo ya
hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno” (Romanos 16: 20), a
diferencia de lo que estos falsos apóstoles hacen. Pablo iba a los lugares donde Cristo no había
sido anunciado y predicaba allí. Ese es el verdadero ministerio apostólico (o misionero); y los
que así hacen, esos son los verdaderos apóstoles (mejor, enviados o misioneros). Estos, como
Pablo, cuando el Señor añade los que han de ser salvos (Hchs. 2: 47), ya que la salvación es del
Señor, y no del esfuerzo del hombre, se ocupan en ayudar a los recién convertidos, enseñarles,
protegerles, etc. como hacía Pablo cuando podía, hasta que alcanzan la madurez necesaria para
hacer lo propio. Si así se hiciera, en vez de perder el tiempo en zarandajas, antes cumpliríamos
con la Gran Comisión.
Por lo tanto, la excepción es la de esos verdaderos enviados que predican el Evangelio allí
donde son enviados, se convierte gente, y se empieza una congregación. Evidentemente, en los
primeros años de andadura como iglesia local, la verdadera y eficaz cobertura, no sólo de ese
misionero, sino de la iglesia que le envía, será más que útil y deseable.
Pero el asunto va mucho más lejos que el de la simple cobertura. El asunto es un asunto de
acción y de verdadera intromisión en la labor de las iglesias locales. No obstante, estos hombres
están convencidos de su llamamiento divino en este sentido:
“Un nuevo gobierno sacerdotal está siendo establecido que sólo puede ser comparado
con el que existe en la jerarquía de la iglesia católica romana a lo largo de la historia.
Son llamados los “ungidos”, “apóstoles y profetas” y la Iglesia debe oírles, permitirles
que ministren, y dejarles sanar y cumplir con la comisión de ella. Sin ellos, no
podremos completar nuestra comisión para Jesús; así enseñan” 33
Este nuevo movimiento apostólico/profético está dirigido a promocionar todo lo que de control
e imposición había en el movimiento llamado en inglés discipleship/shepherding (*) bajo el
título y excusa del crecimiento numérico eclesial. Así pues, el deseo y ambición de crecimiento
es uno de los motores que impulsan a muchos a creer casi cualquier cosa con tal de obtener
resultados, siguiendo de hecho la pauta maquiavélica de que el fin justifica los medios.
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Imprescindibles hombres
Acerca de estos profetas modernos, dice Bill Hamon:
“El ministerio de ellos será aclarado e irá en aumento hasta que toda la verdadera
Iglesia presente en el mundo les reconozca como que son ordenados por Dios y son
dones de Dios para la Iglesia” 34
¡Realmente, han entrado pisando fuerte! Así pues, se pretende que toda la Iglesia de Jesucristo
siga las instrucciones y revelaciones pretendidamente de Dios; sus palabras han de ser la guía
que las iglesias deben seguir. Lamentablemente, esto está ya ocurriendo. Muchos maestros y
pastores de congregaciones comunes y corrientes, bien intencionados y amantes del Señor, no se
aperciben de que enseñan, entre otras, cosas de una gran trascendencia extra y anti bíblica,
aprendidas de esos hombres y mujeres, quizás porque las han oído de ellos mismos, de otros
pastores, o en la “televisión cristiana”, o en la radio, en ciertas publicaciones, en congresos de
“avivamiento” o “proféticos”, por Internet, etc. etc. Han sido impactados por las palabras y el
espíritu de ellos, aun y sin percatarse. Se enseñan conceptos o doctrinas que no se encuentran
reflejadas en la Escritura, y se les da mayor importancia que la Escritura en sí a muchas de ellas.
Un ejemplo de esto último, entre los numerosos mensajes hoy en día, sería justamente el
levantamiento y justificación de ese mover presuntamente apostólico profético del que estamos
hablando. Pensemos que cualquier revelación extrabíblica, según sea el contenido de la misma ,
niega la suficiencia de la Biblia (Jn. 8: 31, 32; 2 Ti. 3: 16, 17; 2 Pr. 1: 3) Pero como apunta
Hamon, Chaves, y tantos y tantos más, ese nuevo conocimiento revelado a esos profetas, propio
de las “cosas nuevas” que Dios está haciendo en estos últimos días, nos será necesario. Según se
nos dice, no podemos llegar a estar completos y equipados para toda buena obra solamente con
la revelación de la Biblia. Para afrontar los nuevos desafíos que vienen sobre el mundo y la
Iglesia, vamos a necesitar a esos profetas y apóstoles ungidos para que nos dirijan, y de ese
modo poder obtener ese esperado “avivamiento mundial”, y consecuentemente poder
“conquistar y dominar las naciones para Cristo”. Así dicen, y aseguran… ¡pero no les creemos!
¿Orden divino?
Sigue diciendo Hamon al respecto:
“La total restauración de los apóstoles y los profetas en la Iglesia, traerá el orden
divino, unidad, pureza y madurez al encarnado (*) cuerpo de Cristo” 35 (énfasis nuestro)
Prestemos atención a ese “orden divino”. John Eckhardt, también habla sobre ese “orden
divino”:
“Todo lo que pido es que permanezcamos abiertos a escuchar de parte de Dios lo que
tiene que ver con cómo encajar en el “orden divino” 36 (énfasis nuestro)
Esta es una expresión que se oye muy a menudo de parte de estos hombres y mujeres. (*)
Nótese que ese “encarnado”, es decir, hecho carne, cuerpo de Cristo, al que heréticamente se
refiere Hamon, no es sino la falsa creencia de que Cristo está “encarnado” o “corporizado” en la
Iglesia, sobre todo a través de los “ungidos”.
Un muy conocido autor restauracionista británico, Terry Virgo, dice que Dios va a visitar la
Iglesia, en el sentido de que la gloria de Cristo, su persona espiritual y gloriosa vendrá y entrará
en la Iglesia, en vez de Su venida literal. Dice así:
“El resultado de esa visitación es que el pobre y perdido rebaño será unido y
transformado en un majestuoso caballo de guerra; un gran vehículo de poder y
energía, una temible, inspiradora y efectiva herramienta de guerra. Las ovejas vendrán
a ser poderosos hombres echando abajo al enemigo en batalla” 37
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Desde hace algún tiempo hasta esta parte, se están levantando personas que se autodenominan
apóstoles y, también profetas. En cuanto a los primeros como vimos, muchos de ellos eran
pastores, y otros no tenían ningún ministerio conocido o reconocido. No obstante, ahora
reclaman tener autoridad; una autoridad jerárquica en muchos casos, que no podemos
encontrarla en el Nuevo Testamento, y con ella, pretenden ser cabeza en distritos, ciudades,
regiones, incluso en países y continentes, con la intención de derribar toda barrera
denominacional al estar todas esas iglesias o congregaciones bajo su “manto apostólico y
profético”, y establecer un gobierno, es decir, una jerarquía, que más bien nos recuerda el
proceder de la institución eclesial católica. Y no es que actúan como lo hacía el apóstol Pablo,
yendo a los lugares donde Cristo no había sido todavía predicado (Tito 1: 5), para no edificar en
fundamento ajeno (Ro. 15: 20, 21), sino que su “ministerio” está dirigido a las iglesias y
ministerios ya existentes.
Prestemos de nuevo atención a lo siguiente. Cuando leemos en Efesios 2: 20-22, “Así que ya no
sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de
Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del
ángulo Jesucristo mismo…”, se nos habla básicamente del cambio de muerte a vida, de ser
ciudadanos de esta tierra que desaparecerá con todas sus obras un día (2 Pr. 3: 10, 11) a ser
ciudadanos de la Nueva Jerusalén (Fil. 3: 20). Cuando se menciona acerca de ser edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, no se está hablando de autoridad jerárquica
eclesiástica, sino que se está refiriendo al crecimiento o madurez que el creyente obtiene cuando
es edificado en la doctrina de los apóstoles y profetas; es decir en la doctrina de aquellos
hombres que recibieron la inspiración, la revelación de la Palabra que es la Biblia, la Palabra de
Dios 38 . Aquel ministerio fue irrepetible, porque el canon bíblico está cerrado.
Sin embargo, el llamado apóstol Rony Chaves, uno de los princ ipales propagadores del nuevo y
espurio movimiento apostólico y profético en el mundo hispano parlante, dice así:
“Los profetas inician el modelo divino, porque oyen La Palabra y la proclaman. Los apóstoles
son las que la ejecutan. Aleluya”. 39
¿Aleluya? ¿Cómo es que no dicen la verdad? ¿Es que no la conocen? ¿Qué pretenden con toda
esa doctrina de hombres?...Nos va a ser muy útil llegar a entender con la Biblia en la mano cuál
es la verdad sobre estos asuntos. En esta parte, nos estaremos volcando mayormente en la
cuestión de los profetas, ya que en el anterior lo hicimos con la de los apóstoles. Al respecto de
los primeros, escribe David Wilkerson:
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“Muchas personas hoy en día se autodenominan profetas. Piensan que cada palabra
que les viene a la mente procede directamente del cielo...” 40
Por ello nos será de mucha importancia el entender qué es profetizar, y qué es realmente un
profeta. Por lo tanto, primeramente, veamos el primero y mejor de los ejemplos , el cual lo
tenemos en la persona de Jesús de Nazaret, nuestro Salvador y Señor.
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“Con respecto a los profetas del Antiguo Testamento muchas profecías se han cumplido
y en el día de hoy son históricas, otras están en cumplimiento o se cumplirán en un
futuro inmediato por lo tanto los profetas originales aún están vigentes” 41
¡Están vigentes los profetas originales, y no los actuales falsos, que intentan emularlos!
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que esas acciones de Judas y Silas se enmarcaban en un contexto doctrinal concreto. Los nuevos
creyentes de origen gentil fueron consolados a causa de lo declarado en aquel concilio en
Jerusalén (Hchs. 15). Fueron liberados de imposiciones concernientes a la ley (Ro. 10: 4). Por
lo tanto, el ministerio profético neotestamentario, tuvo por misión llevar a los creyentes a la
verdad liberadora de Cristo, la cual ya nos ha sido revelada. Este fue el principal sentido de su
existencia. Allí donde sea necesario, el mismo ministerio procede hoy en día de igual modo.
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(2) También entre ellos, están todos aquellos que son de hecho satanistas, luciferinos o
similares que han entrado encubiertamente en la iglesias y en sus organizaciones y
ministerios. Hay más de ellos; muchos más de lo que nuestra mente pueda llegar a
aceptar, y están perfectamente organizados piramidalmente, ocupando muchos lugares
de preeminencia ministerial, muchos en el neopentecostalismo actual. Nadie puede
darse cuenta de lo que en realidad son, a no ser que el Espíritu Santo los delate. Tienen a
su disposición miles de demonios especializados en hacerles ver ante los demás como
verdaderos siervos y siervas de Dios.
(3) Personas sinceras e incluso piadosas, fundándose en ocasiones sobre la Ley, pero
persuadiéndose a sí mismas de haber sido llamadas por Dios al ministerio profético ,
cuando no es así. A pesar de su sinceridad, son falsos guías.
Bien, tal como ocurrió en el Antiguo Testamento, está ocurriendo hoy en día. En estos tiempos,
no obstante, abundan más que nunca los falsos profetas. Pensemos, que el pretender recibir
nuevos mensajes de Dios, nos llevará a darle más valor a los mismos y dejar la Biblia en un
segundo plano, y este es un gran peligro que se corre, sobre todo cuando se adjudica a los
profetas y profetisas, o pretendientes a serlo, un peso superior al que deberían, según enseñan
las Escrituras.
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Chaves, de Costa Rica, que se denomina apóstol y hay quien le llama el “apóstol de apóstoles”,
en relación al Gobierno que dice que Dios está estableciendo, asegura que los “apóstoles son
imprescindibles”, porque, dice, “el apóstol y su unción traen revelación a la Iglesia como en los
días primeros” 46 . Las declaraciones de ambos hombres, contradicen la misma Palabra que
declara que el canon está cerrado, y no se puede añadir nueva revelación, y de paso diré que me
asombra que no se levanten más voces de gente de Dios que declaren el absurdo de estas y otras
manifestaciones heréticas. Claramente la Biblia nos advierte que no se puede quitar de la
misma, ni añadir a la misma (Deut. 4: 2; 12: 32; Prov. 30: 5, 6; Ap. 22: 19). Si así se hace,
necesariamente esa nueva revelación no vendrá del Espíritu Santo, y si no viene de Él, entonces
es doctrina de demonios (1 Ti. 4: 1).
Pero Chaves, parece que quiere todavía recorrer más terreno, y nos planta ante nuestros ojos la
siguiente declaración en relación a los “nuevos profetas”: “El profeta está ungido para
desarraigar líderes y sistemas religiosos”. 47 ¿Desarraigar líderes y sistemas religiosos? Todo
esto nos suena a una nueva inquisición. Chaves parece que nos plantea aquí aquel tipo de
profeta como Samuel, que a la vez era juez sobre Israel cuando en la antigüedad
veterotestamentaria, esa nación de Dios vivía en un atisbo de lo que será la Teocracia Milenial
(Ap. 20). ¡Nos preocupan esas drásticas aseveraciones!
Mucho de lo que Chaves dice que hacen los profetas según él lo entiende, es la tarea exclusiva
del mismo Espíritu Santo. La Biblia enseña que el Espíritu Santo: Activa el don de profecía;
derriba poderes demoníacos; destruye las obras del enemigo (Cristo vino a eso, 1 Juan 3: 8b);
destruye lo carnal, lo pecaminoso, lo demoníaco en la Iglesia; ayuda a la edificación del cuerpo
de Cristo; ayuda a los cristianos a sentirse como hijos de Dios; trae luz sobre la Pala bra y los
propósitos de Dios; libera dones espirituales; trae unción de alabanza y adoración a la Iglesia,
etc. etc. Estas son algunas de las cosas que el bendito Espíritu Santo hace, pues bien, ¡según
Rony Chaves, estas cosas y muchas más las realiza el profeta! No exageramos un ápice este
punto, es perfectamente constatable en el apartado llamado “Profetas en acción” que se
encuentra en su estudio “El Gobierno Apostólico anulará al gobierno de Satanás”, 48 vayan allí
y léanlo.
Lo que enseña Chaves, y muchos de esos maestros, como verdad de Dios, no deja de ser un
idilio con el engaño expresado en su momento por el mismo diablo en el jardín del Edén,
prometiendo a la humanidad dominio sobre la vida (Gn. 3: 4), y conocimiento sin límites (Gn.
3: 5).
Entre otras herejías, estos hombres enseñan que la Iglesia, organizada bajo un Gobierno
autocrático piramidal, va a dominar el mundo entero, llamándole a eso la “dispensación del
reino”, pasando, de la dispensación de la iglesia mortal, a la de la iglesia inmortal” 49 y con
un conocimiento o gnosis (revelación) constante y en aumento, eso sí, a través de algunos
escogidos de entre todos los cristianos, a los que se les llama ungidos (ver Mt. 24: 11; 24) En
realidad, estos hombres que dicen ser arquitectos de un “nuevo paradigma”, los cuales han
prometido un río, en realidad han vendido a la Iglesia un pozo seco 50
El pastor Mario E. Fumero, en su libro “Los virus espirituales”, escribe acerca de esta cuestión
del dominio, diciendo así:
“Notemos que en esta oración, (la de 1 Timoteo 2: 1-3), no se pidió el Señorío sobre los
reinos de la tierra, sino para que podamos llevar a cabo nuestra misión en tranquilidad,
piedad y dignidad. ¿Podremos evitar que los sistemas de este mundo caigan bajo el
dominio del Anticristo? …Es alarmante como se promueve establecer una unidad eclesial
a base de 12 para conquistar después el control político de los gobiernos humanos,
buscando que la iglesia sea la que gobierne el mundo pecador, sin la venida de Jesús
(milenio eclesial)” 51
Y sin embargo, contradiciendo la revelación profética bíblica, Rony Chaves asegura que si los
nuevos apóstoles enseñan consecuentemente a los demás líderes que tienen por debajo de ellos,
y se establece el “orden apostólico/profético”, se logrará desplazar y anular el gobierno de
Satanás en este mundo. Dice así:
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“La Estructura Apostólica que debe ser levantada en las naciones para que a través
de la misma, los pastores y líderes sean enseñados a orar como conviene para atar
poderes demoníacos…es necesario establecer el orden apostólico para desplazar y
anular el gobierno de Satán” 52 (énfasis nuestro)
Ya no es suficiente con el poder del Espíritu Santo, ahora es necesario que se levante la
“Estructura Apostólica”. Es horrible, y un claro insulto a Dios. Nótese además que esa
“Estructura Apostólica” deberá de ser levantada, ya no solamente en la Iglesia, sino también en
las naciones. Tal y como Mario E. Fumero indirectamente lo observaba, y dicho con otras
palabras, esto nos suena al Nuevo Orden Mundial. Además esa aludida “Estructura Apostólica”
pretende tomar el lugar de Cristo, ya que sólo Él anulará el gobierno de Satanás en Su venida
gloriosa (Ap. 20: 1-3).
Adornando el pastel
Luego vienen las supuestas profecías, que suelen ser así: “Así dice el Señor: Te he llamado a
ser un líder en mi ejército y llevar a mi pueblo a un nuevo nivel; toma tu autoridad y decláralo,
decrétalo, al mundo espiritual.” U otro ejemplo: “Te he llamado en esta hora para que no
retrocedas sino que avances en una nueva dimensión espiritual; a tus palabras le seguirán
señales y milagros, porque yo estoy ungiendo en este día tu ministerio con un nuevo poder
creativo y la autoridad que viene de mi trono…etc. etc.” Antes de avanzar con esta
argumentación, cabe decir que hoy en día el profetizar continúa tal y como el apóstol Pablo
enseñó a los Corintios (1 Co. 14: 1-3), y nada ha cambiado en este sentido, pero no estamos
hablando de esto. Estamos advirtiendo acerca de los falsos profetas que profetizan “lo bueno”, y
“lo nuevo” utilizando siempre expresiones impresionantes que suenan a gloria, pero que están
muy carentes de la verdad y realidad de Dios. Por eso nos va a ser muy necesario aprender a
discernir.
Demos ejemplo: Cualquier profeta o profetisa que exalte todo posicionamiento dominionista,
acerca de nuestra autoridad aquí en la tierra para levantar el Reino en este tiempo sin estar
Cristo presente, o por el estilo, es un falso profeta o profetisa.
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Cualquier profeta y profetisa que exalte el ego de la persona a la que se dirige la profecía;
diciéndole que va a tener una unción mayor que todos, que va a hacer grandes milagros, más
que la mayoría, que va a conquistar las naciones, etc. etc. es un falso profeta o profetisa o actúa
como tal. Recuerdo los mensajes de Cindy Jacobs, una afamada profetisa norteamericana que
venía muy a menudo a España. Profetizaba a todos los presentes en un congreso cosas así: “Así
dice el Señor: El avivamiento llegará en el año 2003 a España” (el año 2003 llegó, y pasó, y no
ocurrió nada). Curiosamente, el mismo mensaje lo dio Benny Hinn cuando vino a Barcelona
hace ya varios años. La profetisa en cuestión, en un congreso en Madrid, España hace algunos
años al cual asistimos mi esposa y yo, dijo: “Pastores y líderes, no se preocupen, porque dice el
Señor, dice, que el dinero viene, ¡viene! Y viene de Alemania, para que compren sus templos y
no tengan ya que alquilarlos”. Jamás ocurrió tal cosa. A todos sin excepción les predicaba “lo
bueno”, y en aquella ocasión, a los gitanos españoles cristianos, que estaban allí, muchos en
número, les dijo de parte del Señor que se prepararan porque el Señor les mandaba ir al Medio
Oriente 53 , a ¡¡Irak, a predicar el Evangelio, justo durante la guerra!!
Ese tipo de profecía, tan común en los círculos dominionistas/neo-reformistas, se parece tanto a
lo expresado por el profeta Jeremías, cuando de parte de Dios exclamó: “…desde el profeta
hasta el sacerdote todos hacen engaño. Y curaron la herida de la hija de mi pueblo con
liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz” (Jeremías 8: 10, 11) Quieren complacer a muchos,
cuando estos buscan que se les profeticen “lo bueno” y no lo correcto: “No nos profeticéis lo
recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras” (Isaías 30: 10) No en vano la Palabra
nos insta a examinarlo todo, que significa, ponerlo a prueba, y sólo retener lo bueno (1 Ts: 5:
21)
Me causa mucha tristeza la situación actual eclesial. Cuando se habla de “avivamiento”, lo que
ocurre, es que contrariamente, una mayoría del pueblo de Dios, ni siquiera lee la Biblia, y
consecuentemente, no la conoce. Creen que “avivamiento” es ver a muchos en muchos
Congresos y Conferencias; mucho emocionalismo; y mucha música… En el libro de Proverbios
encontramos: “Mas los necios mueren por falta de entendimiento” (10: 21). El pastor y el
maestro tienen la responsabilidad ante Dios de enseñar la sana doctrina desde el púlpito, pero el
oyente tiene exactamente la misma responsabilidad ante Dios en cuanto a cerciorarse de que esa
enseñanza es como deba ser, para ser aceptada y creída, o si no, desechada, pero… ¿cómo lo
harán, si no leen ni conocen suficientemente la Biblia?
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Capítulo 8
En una ocasión, hace tiempo, junto a las puertas del Hades, el diablo convocó una reunión
urgente con parte de sus principales capitanes, a los cuales parecían acabárseles sus ideas para el
mal. Éstos, sudorosos aunque sin perder su compostura de soberbia, se miraban unos a otros, sin
atreverse a hablar.
Tras una breve pausa que les pareció una eternidad (la cual ciertamente la pasarán en el lago de
fuego y azufre Ap. 20: 10), uno de ellos, el más gallito se levantó y dirigiéndose al padre de
mentira, le dijo - ¡No sabemos como dañar de forma más dolorosa a los que más odiamos!
¡Ayúdanos, oh Satanás!
Este, sin inmutarse, se dirigió a sus camaradas de las tinieblas, y les preguntó - ¡Piensen! ¿Qué
tipo de mentira creen ustedes que les sería más fácil hacer creer a los hombres?
Uno de los ya temblorosos capitanes contestó - Indudablemente, si esa mentira se mostrara con
sumo y especial atractivo... ¿no?
¡Ajá! - Respondió tajante el maligno, y añadió - ¿Y en cuanto a los muy odiados cristianos, cuál
sería la mentira que les supondría más fácil creer o aceptar?
El mismo demonio respondió vacilante - Pues de igual manera, la que fuera suficientemente
atractiva. Pienso que en ese caso en concreto, la que se pareciera a la verdad de ellos, y se
presentara envuelta en triunfo, como un desafío de fe... ¡Un engaño presentado como un
desafío de fe y victoria! ¡Esto es! – sería confundirles con algo presuntamente santo, para
vencerles en su propio terreno... ¡El “santo engaño”!
Otro de los demonios, ya en ese momento más inspirado, prosiguió diciendo - Además se le
podría añadir el efecto de la sucesiva redundancia para obtener un resultado más impactante en
las mentes y emociones, como dijo uno de nuestros muy usados y ya desaparecidos hombres
nuestros... Humm, ¿cómo se llamaba? - ¡Ah, sí!, Adolfo Hitler - “una mentira, repetida muchas
veces y por mucho tiempo, se transforma en una verdad”
Inmediatamente el diablo respondió – ¡Ja, ja, bien contestado, entonces, ¿a qué están
esperando?! ¡Vayan y háganlo! –
Inmediatamente, cada uno fue a su lugar de combate con las instrucciones bien claras y
específicas, y el tiempo transcurrió, hasta hoy en día...
Discúlpenme por haber empezado este artículo haciendo una alusión tan directa al Maligno -
Dios le reprenda - pero pienso que ha sido útil para que usted, estimado hermano, entienda que
el mensaje en cuestión de esa imaginaria reunión, ¡es cien por cien real! Me dispongo a escribir
este tema, porque a mí me preocupa lo que está ocurriendo en nuestro medio, y
comparativamente, muy pocos se dan cuenta de lo que en realidad está pasando.
Desde unos años a esta parte, ¿qué es lo que más reiteradamente se escucha sobre todo en el
medio eclesial neopentecostal/carismático? Sin lugar a dudas acerca de la venida, no de Cristo,
sino del “gran Avivamiento sobre las naciones”. Una y otra vez, los nuevos profetas y los
nuevos apóstoles, no han cesado ni cesan de declarar que debemos creer en el Avivamiento que
es para estos días y que siempre, siempre está “a las puertas”, el cual va a tener un alcance
mundial, y que con él y de forma paulatina, ocurrirá:
Que el Evangelio se predicará por todos los medios de comunicación que existen.
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Contemplar en este tiempo actual el mundo cambiado, en paz y seguridad, y las gentes
predicándose unas a otras la palabra de vida del Evangelio, respaldadas y cubiertas por un
gobierno justo, eficiente y eficaz, que cumple su buena función en todo el g lobo terráqueo; ver
que Cristo está en el corazón del mundo, y el mundo es del todo de Cristo por voluntad
propia...Todo ello, y mucho más, realmente resulta inmensamente atractivo, pero lo que es más,
supone ciertamente un desafío de fe y una esperanza de triunfo...pero, hermanos, ¿es la
verdad? No, es falso. Es la mentira diseñada en las mismísimas puertas del Hades para
embaucar a los cristianos bien intencionados, crédulos de lo aparentemente bueno, pero que no
tienen suficiente amor por la verdad, y que por tanto, no conocen suficientemente bien las
Escrituras, las cuales revelan con detalle la verdad sobre este asunto.
“La Biblia expresa claramente que hay veinticuatro ancianos que se postran delante
del trono de Dios y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas
delante del trono (Ap. 4: 10). Existen ancianos en el cielo, y Dios quiere también que
se establezca el oficio de ancianos en la tierra” 1
Como hemos leído, la Tierra deberá ser regida por una élite muy especial y muy ungida de
hombres que Dios habría de levantar. Según Jacobs, estos se corresponderán con los
veinticuatro ancianos que están ante el trono de Dios. Así que, unos ya están en el cielo, y los
otros pronto en la tierra... ¿enseña esto la Biblia? No, pero sigue diciendo la profetisa Cindy
Jacobs a renglón seguido, y sin cortapisas:
“¿Cuál es el tipo terrenal de este oficio celestial de ancianos? Creo que son los
apóstoles que Dios está levantando en las naciones. Al ser reconocidas las estructuras
apostólicas de autoridad del reino sobre las naciones enteras, un mover poderoso del
Espíritu Santo será desatado hacia la tierra que afectará el sistema físico
gubernamental. Los avivamientos barrerán naciones enteras, y los reyes de esas
naciones echarán sus coronas terrenales ante el que está sentado en el trono” 2
Aunque estupefactos, hemos leído que como condición para que ese Avivamiento del Espíritu
Santo, que dicen, tiene que barrer las naciones, sea un hecho – dice Cindy Jacobs (y como ella,
los maestros reformista-dominionistas) – es necesario:
I. Que Dios levante esos milagrosos apóstoles, (dicen que ya lo está haciendo)
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2. Lo que produce y obliga el creer y esperar que ese gran Avivamiento mundial se
va a producir e n esta dispensación
Creer por creer, sin más, no debería resultar demasiado problema, pero en este caso no es así en
absoluto. Déjenme antes aclarar que yo deseo como el que más no uno, sino mil avivamientos
reales. No seamos torpes. Si alguno piensa que yo no amo el genuino mover del Espíritu Santo
se equivoca de pleno y de plano. Lo que detesto es que con algo tan hermoso como es la
anhelada acción del Espíritu Santo, trayendo salvación y santificación a las gentes, se esté
engañando al pueblo de Dios llevándoles a la fantasía y a engaños subsiguientes.
“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de
mis manos” (2 Timoteo 1: 6)
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primer engaño, y son su consecuencia inmediata del mismo. Pensemos. Cuando ineludiblemente
se cree que Dios va a traer un gran avivamiento a todas las naciones, es menester colaborar
con Dios para la consecución de ese propósito divino. Pero conque Dios jamás ha revelado esto
– sino lo contrario – aunque se ha llegado a creer así, entonces la manera de colaborar con los
supuestos propósitos de Dios, siempre será, como mucho, conforme a la buena intención y
manera humanas, y no conforme a la expresa voluntad divina. Un ejemplo de esto que venimos
diciendo, lo vemos claramente en la reacción de Pedro, cuando Jesús anunciaba su muerte en la
cruz, y cual fue la respuesta del Maestro:
“Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión
de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de
delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino
en las de los hombres” (Mateo 16: 22, 23)
Pedro, en ese momento intentaba “ayudar” a Cristo, y sin embargo, le era tropiezo – porque
ponía la mira en las cosas de los hombres – es decir, pensaba sólo conforme a la lógica humana.
Las siguientes que ahora veremos, son algunas prácticas, creencias y actuaciones que se
enseñan, existen y se promocionan pretendiendo “ayudar” a Dios en lo que se entiende son Sus
propósitos. Estas cosas se están produciendo por todas partes, sobre todo en el contexto del
llamado mundo libre, entre los cristianos que han creído en “el avivamiento mundial que
siempre está a las puertas ”, y como venimos diciendo, son consecuencia directa de creer ese
mismo engaño:
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equivocadamente la enseñanza de la parábola de Jesús “la gran cena” - ver Lc. 14: 23). La
mente natural razona así: Para que el avivamiento pueda producirse, es necesario colaborar con
los poderes de este mundo, buscando el establecer el Reino ahora. La mente natural razona así:
Para que el avivamiento pueda producirse, es necesario adaptar las formas de hacer iglesia,
(cambiar paradigmas, como dicen); hasta incluso, rebajar un poco los estándares de entrega y
dedicación, para adecuarnos a las gentes del mundo, para que no les sea tan difícil el proceso de
cambio una vez vayan entrando en la iglesia. La mente natural razona así: Para que el
avivamiento pueda producirse, es necesario dar un ejemplo impactante de excelencia, y qué
mejor que mostrar excelencia en lo que es deseable, es decir, en lo “tremendamente bendecidos”
que debemos estar los cristianos, teniendo de todo lo deseable, a fin de cuentas, ¿no dice la
Escritura “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas...” (3 Juan 1: 2). La
mente natural razona así: Para que el avivamiento pueda producirse, es menester creer que Dios
esté haciendo “algo nuevo”, aunque no venga en las Escrituras. Un poder manifestado en las
reuniones de avivamiento, es decir, las gentes siendo tumbadas y esparcidas por el piso por parte
de un muy ungido ministro (probablemente un nuevo apóstol o profeta, o un muy ungido
evangelista telepredicador); la gente riendo sin control, revolcándose, temblando, sacudiéndose,
y cosas por el estilo, todo sin decencia ni orden (1 Co. 14: 40)
La mente natural razona así: Para que el avivamiento pueda producirse, es necesario neutralizar
del todo, y hasta expulsar los principados y las potestades de los pueblos, ciudades, naciones y
continentes, porque si no, ¿cómo podrán las gentes estando atadas por el diablo aceptar el
Evangelio?...Y así podríamos continuar. Es la mente natural razonando, y obviamente
excluyendo el dictamen de las Escrituras. ¿Se dan cuenta? Sólo lo que hemos analizado partió
de llegar a creer que “el avivamiento mundial está a las puertas” ¡Es la mentira del diablo que
desearíamos todos que fuera verdad! Es, ¡Un engaño presentado como un desafío de fe y
victoria! ¡Es el “santo engaño”! Más adelante explicaremos brevemente, pero con la Biblia en
la mano qué hemos de creer al respecto de toda esta cuestión.
3. Veamos ahora más de cerca las consecuencias de imple mentar los engaños
subsiguientes del primero
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el G12 y similares, donde se hace un énfasis exhaustivo acerca de “ganar almas”. De hecho,
nadie puede ganar almas, sólo Dios (1 Co. 3: 6, 7). Lo único que consigue esa dinámica, es
entrar en la carne, y caer en mucho afán, en competencia (a ver quien consigue más discípulos),
y en un mover en el cual el Espíritu Santo queda excluido, ya que el esfuerzo es el del presunto
evangelizador, utilizando muchas veces métodos manipulativos y de control, aunque no se de
cuenta de ello. Se llega a dejar de lado lo que el mismo Jesucristo enseñó: “toda planta que no
plantó mi Padre Celestial, será desarraigada” (Mt. 15: 13). Nada de esos esfuerzos en la carne
cuentan para Dios.
c. Aceptación sin más de que Dios está haciendo “algo nuevo” y no declarado
necesariamente en las Escrituras
A la par que históricamente se empezó a enseñar acerca del “gran avivamiento mundial”, se
empezó a enseñar también acerca de que Dios está haciendo “algo nuevo”. Claro, si nunca antes
se ha producido “el avivamiento mundial que está a las puertas”, ahora Dios va a hacer algo
absolutamente novedoso para que ocurra. Las consecuencias: se llega a creer y aceptar de
todo.Para muchos, nada realmente se coteja frente a las Escrituras, ya que cualquier cosa Dios
puede estar haciendo que no hizo antes; y después de todo, ¿quién osaría pedirle explicaciones
al Señor? Pero estos olvidan que Dios está sujeto. Dios está sujeto a Su propia Palabra, y ni un
ápice cambiará de ella. Haciendo como hacen, llegan a tragarse mucho engaño, como así está
ocurriendo. Parte de ese engaño es la aceptación de señales, manifestaciones, prodigios,
fenómenos, etc. que compiten y aun niegan lo declarado en la Escritura. Prácticas de corte
orientalista, budista y ocultista (Nueva Era): visualización, soñar para conquistar y lograr lo que
se quiere; también fe en la fe (Word-of-faith Movement), confesión positivista, poder de la
mente y de la palabra humanas, regresiones, psicodramas, psicología ocupando el lugar de la fe
escritural, Encuentros del G12, falsas liberaciones, salidas del cuerpo (proyección astral o
bilocación), levitación, trances (manifestación demoníaca en realidad), sacudidas y temblores
incontrolados (lo mismo), mesmerismo e hipnosis colectiva puesta en marcha por falsos
hombres y mujeres de Dios, provocando caídas en el “espíritu” y falsas sanidades, hiper
emocionalismo y carnalidad atribuidos al Espíritu Santo, falso gozo (risa “santa”), sonidos de
animales, arrastrarse por el piso como un animal, saltos y danzas estrambóticos (falso gozo),
falsas lenguas del Espíritu (los demonios y los satanistas también hablan en lenguas), falsa
impartición del Espíritu Santo (a personas que ni siquiera nacieron de nuevo), abuso de la
imposición de manos, transferencia de espíritus inmundos (confundiéndolo con el Espíritu
Santo), etc. etc. etc.
En definitiva, se llega a aceptar que casi todo lo sobrenatural es de Dios, porque, ¿Cómo va a
suceder el “gran avivamiento mundial” si no ocurren manifestaciones sobrenaturales jamás
vistas con anterioridad en la historia de la Iglesia? Ese es su lacónico razonamiento. Lo mismo
ocurre con dar prioridad a las experiencias espirituales personales, antes que a lo declarado en la
Palabra. Lo que vale es lo “nuevo de Dios”. Es parte de ese engaño.
d. Expulsar y atar del todo los poderes demoníacos de las naciones (mal
entendimiento de la lucha espiritual)
Debemos orar y reprender al maligno conforme nos dirija el Espíritu Santo, porque tenemos
lucha contra él y sus huestes (Ef. 6: 12), así como expulsar los demonios de las personas (Mr.
16: 17), siempre velando por las almas, porque nuestra lucha es espiritual y no carnal. De eso no
nos cabe la menor de las dudas. Pero recordemos que el maligno es especialista en intentar
engañarnos en nuestro propio terreno. ¿Cómo lo hace esta vez?: A través de la falsa guerra
espiritual. Este es otro engaño proveniente de la pluma de C. Peter Wagner y correligionarios,
los mismos que enseñan acerca de los nuevos apóstoles y nuevos profetas (Nueva Reforma
Apostólica). Antes, otro engaño, que es el siguiente: “¡Dios nos ha entregado nuestra ciudad y
nuestra nación, allí donde pisáremos a modo de Israel, la tierra será nuestra! Hasta algunos
van “ungiendo” con aceite las ciudades donde van de visita, como si fueran suyas. Existe un
principio que pocos parecen entender: ¡usted no puede ungir algo que no es suyo, o no tenga
permiso! Hacer eso, es como mínimo ridículo ante Dios, y lo que es peor, ante los ojos de los
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demás, especialmente de los impíos, los cuales se ríen a mandíbula batiente de todos los
cristianos por extensión, y el Evangelio de la gracia queda por los suelos una vez más.
La Biblia es clara cuando afirma que “somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno”
(1 Juan 5: 19), y nos guste o no, esto no cambiará hasta la venida gloriosa del León de la Tribu
de Judá. En esta dispensación jamás echaremos fuera de la ciudad o nación donde vivimos al
diablo, esto la Biblia no lo enseña. No obstante apela mucho a la carne y al ego el sentirnos
importantes, y es, como no “un desafío de fe”. ¡Y que más importantes que creer que realmente
estamos con nuestra “cartografía espiritual”, “oración estratégica y de poder”, etc. etc.
neutralizando del todo, y hasta expulsando al “hombre fuerte” de la ciudad o de la nación! “Es
que haciendo así” – dicen – “las gentes pueden quedar libres para recibir el Evangelio”. Así
pues, parece que el Espíritu Santo precisa de nuestra ayuda, ya que Él, que es el Todopoderoso
no puede hacer mucho, si antes los ungidos cristianos no atamos definitivamente al diablo y lo
echamos fuera de la ciudad. Olvidan que, “si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los
que se pierden está encubierto”, no porque el diablo les cegó primero, sino después, a causa de
su supina incredulidad de la cual no se quieren arrepentir (ver 2 Co. 4: 3, 4). Creer que la
salvación de las gentes depende de que cese la actividad demoníaca contra ellos, es como creer
que el diablo le puede a usted hacer pecar. Ambas cosas son sencillamente falsas, y colocan al
maligno en una posición elevada que no tiene. Este es otro de los múltiples engaños, y todo eso
se hace porque esperamos ¡“el avivamiento que siempre está a las puertas ”! (y nunca llega).
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“La Iglesia de Jesucristo está dormida. Sus pastores están dormitando o andando en
pos de sus propios sueños. Sólo una iglesia adormecida puede haber permitido las
abominaciones que ahora la contaminan” 4
g. Búsqueda a ultranza la riqueza económica (ya que se cree que el cristiano tiene
derecho a ella)
También de forma paralela a la espuria enseñanza del “avivamiento mundial que siempre está
a las puertas”, se empezó a enseñar como nunca que los cristianos somos hijos del Rey, y
merecemos las riquezas y la ambrosia que este mundo ofrece; algo así como el “poder
temporal” enseñado por la iglesia católica y romana, y una de sus dos columnas sobre las que se
basa. Espuria enseñanza que ha logrado y logra acrecentar la codicia y la ambición de los
creyentes, engañados, al creer que ese avivamiento mundial logrará como consecuencia, que
lleguen a sus pies las riquezas y el poder de este mundo, y que se precisa de ese poder temporal
para, no sólo conseguir ese ansiado “avivamiento”, sino la reforma total sobre la Tierra ¡qué
falacia!
(*) Desde el inicio mismo de su ministerio, Hinn ha tenido una inclinación y una obsesión con la
Kuhlman de los últimos tiempos del ministerio. Hinn públicamente ha declarado que la tumba de
Kuhlman tiene una sobrenatural "unción". Él alega el mismo efecto en el cuerpo y la tumba de Aimee
Semple McPherson 5
La Biblia (y la experiencia) nos dicen que no todos son sanados milagrosamente. El mismo
Pablo decía: “quien enferma y yo no enfermo” (2 Co. 11: 29), y acabó muriendo decapitado,
según el relato de los padres pos-apostólicos. Cada día en diferentes lugares del mundo, hay
cristianos enfermos que están saliendo de los congresos y reuniones de sanidad, también
llamados “campañas de milagros”, tal y como entraron, con el agravante de que salen
desilusionados y traumatizados, y muchos desconfiando de la Palabra de Cristo, ¿por qué?
Porque han creído lo que no debían. Escribe Andrew J. Birch:
Toda esta actuación trae como consecuencia un pésimo testimonio, y un dar una horrorosa
reputación al santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. No obstante, esto es parte de creer en
el “avivamiento mundial que siempre está a las puertas”. Uno va con lo otro.
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Recordemos las palabras de Jesús que le íamos al inicio de este capítulo: “Muchos falsos
profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor
de muchos se enfriará” (Mateo 24: 11-12).
En otras palabras, o creemos a los ungidos nuevos profetas y sus nuevas revelaciones, o creemos
lo que la Biblia enseña. Personalmente, me quedo con lo segundo.
Aquel día de Pentecostés de Hechos 2, el Espíritu Santo vino de repente con un estruendo a
modo de viento recio, y llenó toda la casa donde estaban los discípulos sentados. A todos y cada
uno en particular se les aparecieron lenguas como de fuego sobre cada uno de ellos (Hchs. 2: 2,
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“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo
un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban
sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno
de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo...” (Hechos 2: 1-4)
Ese Espíritu Santo manifestado en poder ha permanecido en ella, y permanece, hasta el día y
hora en que la Iglesia sea arrebatada de este mundo (1 Ts. 4: 13-17). En aquel entonces, fueron
todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en idiomas diferentes. El motivo por el
cual esto último ocurrió, fue para mostrar una señal a los no creyentes (Hchs. 2: 4-12, 1 Co. 14:
22). Esos judíos estaban dando testimonio oral del único Dios en las diferentes lenguas que se
hablaban entonces. Eso le dio pie a Pedro para dar su discurso. La multitud al oír el estruendo se
reunió entorno a los discípulos con mucha curiosidad y sintiéndose confusos a causa de lo que
tenían delante, algunos exclamaban:
“Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar
cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?” (Hchs. 2: 7, 8)
Estaban atónitos y perplejos (Hchs. 2: 11, 12), pero otros se burlaban diciendo que estaban
llenos de vino dulce (gleikus, en gr.) (v. 13). Por ello, Pedro les tiene que aclarar que de ninguna
manera estaban ebrios (Hchs. 2: 15). Los que se burlaban, lo hacían porque veían a esos galileos
hablando en lenguas desconocidas para ellos y pensaban que estaban haciendo el loco, o estaban
borrachos. Muy probablemente los que se burlaban eran mayormente los habitantes de
Jerusalén, que eran judíos que no entendían los idiomas de los judíos frigios, egipcios, de
Capadocia, Panfilia, Creta, etc. Les oían hablar así sabiendo que eran galileos, y al estar llenos
del Espíritu Santo, estaban llenos de Su presencia, de su gozo y de alabanzas a Dios, adorando a
Dios en voz alta en cualquiera de esos idiomas desconocidos para aquellos judíos ignorantes de
Jerusalén. Seguramente algunos de los discípulos levantarían sus manos limpias sin ira ni
contienda para bendecir al Dios del cielo (1 Ti. 2: 8). Todo ello les debió chocar. Siempre hay
burladores que el diablo envía cuando los hombres adoran al Dios del cielo para intentar
desmerecer ese acto. Todo lo que podemos leer en ese pasaje de Hechos 2, es que cuando
descendió el Espíritu Santo con todo Su poder sobre esos discípulos:
A. Los discípulos de origen galileo hablaban en otros idiomas en ese momento (V. 6);
B. Hablaban en esas lenguas las maravillas de Dios (V. 11).
C. No se caían, ni estaban borrachos como el mismo Pedro les aclaró a todos en su
discurso (v. 15); ni hacían ruidos extraños con la boca, ni se contorsionaban, ni se
revolcaban.
D. Mas bien seguían uno de los principios del amor: No hacían nada indebido (1 Co.
13: 5).
Meditemos: Si Dios nos manda a no embriagarnos con vino, ya que haciendo así uno pierde el
control de sí mismo (y abre puertas a los demonios), ¿cómo es posible que por otra parte Dios
nos quiera “embriagar” de otra manera - pretendidamente con el Espíritu - perdiendo también el
control de uno mismo, como así les ocurre a muchos, (ya que el efecto final es el mismo, es
decir, los síntomas de la borrachera)? ¡Está claro, que esto no puede ser del Espíritu Santo! No
obstante, hoy en día, muchos de nosotros, los pentecostales o renovados, y por tanto, creyentes
en la fanerosis o manifestaciones del Espíritu Santo (1 Co. 12: 7-11), somos lacónicos
espectadores de doctrinas, señales y supuestos prodigios que muchos atribuyen al Bendito
Espíritu de Dios, pero que en ninguna manera lo son. Estas, son manifestaciones que no recoge
en modo alguno la Biblia; que no hizo Cristo; que no hicieron Sus discípulos de la era
apostólica, y que sin embargo de un tiempo hasta ahora, son parte ineludible e inexcusable de la
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liturgia de un amplio sector eclesial, de corte neopentecostal. ¡Si no se dan esas señales, no
tienen la unción esperada! Nos estamos refiriendo a extrañas manifestaciones diversas como el
de “la risa santa”; estar “borrachos o ebrios en el espíritu”; “caídas en masa y desorden para
atrás”, donde la persona pierde el control de sí misma por mediación de un muy “ungido”
ministro de turno; “la unción de ruidos animalísticos”; “el santo revuelco”, etc. También
podemos añadir otras acciones y herejías, como la “doctrina de los pequeños cristos”, “doctrina
de pactos (materialismo)”, “dualismo”, “activación de ángeles G12”, “imposición directa de
manos en las partes genitales para echar fuera demonios lujuriosos”, “gritar todos a una
creyendo que así salen los demonios (G12)”; “espíritu de la Visión (G12)”, “Encuentros del
G12”, “regresiones”, “visualizaciones”; “psicodramas”, “hipnosis en masa”, “guía exclusiva por
sueños y visiones”, “salidas del cuerpo (proyección astral)”; “levitaciones (levantarse del
suelo)”, y otras muchas indecencias espirituales (cada vez surgen más). En el contexto del G12
y sus Encuentros, llaman a todo esto “experiencias espirituales personales”, y así lo justifican.
Muchos incluso aseguran que todos, o algunos de esos fenómenos espectaculares, o más bien
grotescos y del mundo de lo oculto como hemos venido diciendo, constituyen parte esencial del
avivamiento, ya que creen que es algo nuevo que Dios está haciendo en estos días, y es señal de
un despertar espiritual sin precedentes en la historia eclesial, cosa que en realidad la Biblia no
registra, sino más bien todo lo contrario (ver 2 Ts. 2: 3)
También la presunción (falsa fe), la sugestión y la autosugestión tienen una implicación muy
importante en todo esto, confundiendo y mezclando lo concerniente a la fe con el factor
emocional, y es tal el fervor desatado, que si alguien lo denuncia como espurio, o sólo se atreve
a dudar de ello públicamente, la reacción de sus defensores va, desde tachar a los detractores de
faltos de fe e ignorantes de las “cosas nuevas” que Dios está haciendo, hasta de que blasfeman
contra el Espíritu Santo.
El asunto es más serio de lo que a priori nos pudiera parecer, y requiere de un suficiente análisis
por nuestra parte, ya que muchos, muchos legítimos hijos de Dios hoy en día, están siendo
engañados y seducidos por hombres y mujeres que haciendo estas cosas, aun se atreven a
tacharnos a los que nos oponemos, de fariseos, religiosos, legalistas, faltos de fe, de ser
seguidores de la “teología de la resignación” (en cuanto a que nos resignamos a no ver nada
“nuevo” de parte de Dios). Pero, veamos en qué pretenden basarse bíblicamente a la hora de
defender su credo al respecto.
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y
aun mayores hará, porque yo voy al Padre” (Juan 14: 12)
Muchos se basan en ese sólo versículo bíblico para justificar y defender la realización de todas
estas prácticas aludidas y otras, que dicen ser parte importante de la “nueva unción” que Dios
está derramando hoy en día sobre los que están dispuestos a creerla y recibirla. ¿Es eso así? La
realidad conforme a la Palabra de Dios, es que no. En primer lugar cabe decir que Jesús no dijo
a sus discípulos que harían milagros más asombrosos que los que hizo Él, ni tampoco que se
salieran de la línea de la edificación, la sensatez y la cordura. Por otra parte, los discípulos de
Cristo, una vez llenos del Espíritu Santo a partir de Pentecostés, iban a recorrer el mundo entero
siendo testigos de Cristo y de Su obra (Hchs. 1: 8), haciendo su labor para traer la salvación a
todos aquellos que iban a creer. Por lo tanto, esas obras a las que alude el Maestro, que incluso
iban a ser mayores que las que hizo Él, no eran tanto en cuanto a poder, sino en cuanto a alcance
mundial 7 en aras de esparcir el Evangelio por doquier. Como también encontramos en el
Comentario Bíblico Moody: “las obras no podían superar a las realizadas por Jesús en
calidad, aunque sí en extensión”. Evidentemente, Jesús sólo obró por tres años y medio,
mientras que sus discípulos, y por extensión, todos sus discípulos de todos los tiempos, han
seguido y seguimos cumpliendo con la Gran Comisión, hasta lo último de la tierra (Hchs. 1: 8b).
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Si nos damos cuenta, en cuanto a milagros se refiere, los apóstoles y discípulos en general
actuantes en el libro de los Hechos, repetían el mismo patrón de Jesús. Todos esos milagros iban
dirigidos a la edificación de los que justo momentos antes habían oído y creído de sus bocas el
Evangelio de la Gracia, para perdón de sus pecados y salvación de sus almas (Hchs. 8: 4-7; 14-
17, etc.). Por cierto, ese era el sentido de los milagros, que eran señales que seguían, y no
predecían al mensaje de la Palabra de salvación (Mr. 16: 17ss). Hoy en día, contrariamente,
vemos todo un vergonzoso, escabroso y escandaloso circo puesto en acción al contemplar el
escenario donde “ministros” actúan, y los “ministrados” también, cada uno en su
correspondiente y espurio papel. Nada de todo esto tiene que ver con las palabras de Jesús de
Juan 14: 12; en cambio, sí tiene que ver la obra apostólica de los primeros discípulos llenos del
Espíritu Santo del libro de Hechos. ¡Qué gran diferencia entre una cosa y la otra! ¡No tiene nada
que ver!
(*) Otra cosa diferente es cuando una persona endemoniada caía revolcándose por el piso
justo antes de salir el demonio (Mr. 9: 20). Esto mismo seguimos haciendo en Su nombre: echar
fuera demonios.
Jesucristo jamás hizo nada de todo esto, y por consecuencia, ninguno de sus santos discípulos;
menos todavía el Bendito Espíritu Santo, porque todo ello representaría una clara afrenta a la
Palabra de Dios y a los creyentes mismos. Abundando en ello, ¿Se imaginan ustedes al apóstol
Pablo vestido de forma extravagante, y diferente a todos los asistentes en una plataforma
pública, tumbando a los creyentes al suelo, a modo de un “Benny Hinn”, y de ese modo
contradiciendo su propia palabra, que es la del Señor (leer 1 Co. 14: 40)? ¿Se lo pueden
imaginar? ¡Yo pienso que no! ¿Entonces, por qué se acepta como de Dios el vergonzoso
escándalo que se produce por doquier, y que más triste todavía, el mundo está contemplando
llegando a la conclusión, como as í existe testimonio al respecto, de que “estamos locos o somos
estúpidos” los cristianos (ver 1 Co. 14: 23)?
¡Se nos coló el circo del diablo en nuestro patio, y encima lo celebramos! ¿Tan ineptos
hemos llegado a ser?
¡No hermanos, no nos sirve ese versículo aislado de Juan 14 para defender esas doctrinas,
manifestaciones, señales y procedimientos, absolutamente ajenos al orden de Dios y a la sana
doctrina de nuestro Señor Jesucristo! Y siguiendo con Benedictus “Benny” Hinn y su manía de
tumbar a las personas, el Pastor David Cox en su apreciado artículo “Benny Hinn Falso Profeta
del Movimiento de Palabra de Fe”, dice así:
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“En una reunión de sanidades, Benny Hinn echó el “espíritu santo” sobre un grupo de
personas en la plataforma y como siempre, se cayeron en el piso. Un hombre se cayó
sobre una anciana, y resultó fracturada su cadera; luego murió en el hospital de esta
fractura. Hinn no sanó a la señora, y luego la familia puso un demanda en contra de
Hinn, y el pagó la multa. Este no es el único ejemplo de personas heridas en sus
sesiones, por caer según el, en el “Espíritu Santo” 8
Si fuera esto fuera de Dios, ¿cree usted que esas lesiones, daños y hasta muertes ocurrirían?
Evidentemente no.
“Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a
los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta
Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias” (Mt. 8:
16, 17) (Ver también: Mt. 4: 24; Mr. 6: 56; Lc. 4: 40)
Sin embargo, hoy en día, no todos los enfermos son sanados cuando se ora por ellos, a
diferencia de Jesús que sanaba a todos. Dios es Soberano, y a fin de cuentas, es Él quien sana
milagrosamente cuando Él quiere. Pero hay más, insistimos en que el ministerio del Señor
Jesucristo, El cual hizo acercar el reino de Dios a este mundo – Mr. 1: 15; Mt. 3: 2 - (cosa que
no es ahora), se caracterizó por milagros que efectuó el Señor y que “formaron parte de su
identidad única”11 Escribe Andrew J. Birch al respecto:
“El ministerio de sanidad del Señor Jesucristo fue un ministerio único e irrepetible.
Hay quienes hablan como si todo lo que hizo el Hijo de Dios encarnado deberíamos ser
capaces de hacerlo todos los creyentes... ¡Creo que esto está peligrosamente cerca de
la blasfemia! ¡¿Según que enseñanza bíblica tenemos derecho a creernos capaces de
hacer cualquier cosa que hiciera Jesús?! El es el único, y su misión y sus credenciales
también lo eran” 12
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“¿Cuál es el fuego extraño que Nadab y Abiú ofrecieron ante el Señor? El fuego del
holocausto nunca debía apagarse implicando que era santo. Es posible que Nadab y
Abiú llevaran al altar brasas provenientes de otro lugar, haciendo con esto que el
sacrificio fuera impuro. Como líderes, tenían la responsabilidad especial de obedecer a
Dios, ya que estaban en un puesto en el que fácilmente podían extraviar a mucha
gente” 14
Cuando el fuego usado por supuestos ministros de Dios, no es Su fuego, a eso se le llama fuego
extraño, como el que físicamente usaron Nadab y Abiú para adorar a Dios.
Esa es la razón por la cual nos es tan imperiosamente necesario no ser ligeros, incautos, e
ingenuos, y discernir que fuego es de Dios y cual no lo es, no prestando atención a la simple
apariencia, ya que, insistimos tanto el uno como el otro, son ¡fuego! Este fuego extraño, es un
espíritu que aparenta ser el de Dios. Es un espíritu tremendamente imitador del Espíritu de Dios.
Un ejemplo claro lo tenemos en el llamado “espíritu de la Visión” del G12, que pretende ser el
Espíritu Santo. Otro, lo tenemos en el poder del Mesmerismo (*), variante del hipnotismo, que
manejan supuestos hombres y mujeres de Dios, para realizar muchas de esas manifestaciones
que aludimos en este artículo. Hay suficiente prueba de todo ello, y ¡sólo hay que abrir los ojos!
No es más que poder de lo oculto; poderes psíquicos, es decir, brujería, puesta en acción, y
cubierto todo con un lenguaje cristiano, para que pueda ser aceptado. Una burla más del diablo
hacia la verdadera Iglesia de Jesucristo. Acordémonos de las palabras verdaderas de la
Escritura:
“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de
Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no
es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será
conforme a sus obras” (2 Corintios 11: 13-15)
(*) El Mesmerismo es ocultismo, y denominación del hipnotismo con un énfasis muy grande en las sanaciones.
Teoría del magnetismo animal, expuesta por Mesmer, médico y ocultista alemán de la segunda mitad del siglo XVIII.
a) Señales y prodigios.
b) La Biblia en la mano del predicador y su lenguaje evangélico.
Una gran mayoría de verdaderos, aunque incautos creyentes ven esas dos cosas y
automáticamente asumen que lo que aperciben es de Dios sin ir más lejos. No recuerdan el
hecho de que el mismo Satanás, Dios le reprenda, “tenía la Biblia en sus manos” cuando con
ella intentaba engañar al mismísimo Hijo de Dios (Mt. 4: 5-7). ¡No nos engañemos, no todo es
oro lo que reluce! Nos es necesario DISCERNIR, que es una variante de JUZGAR. La Escritura
nos lo enseña con excelsa claridad:
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B. Discernimiento de espíritus
La Biblia nos ayudará tremendamente a conocer la verdad sobre todos esos asuntos.
Encontramos en 1 Corintios 14: 33;
“pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz. Como en todas las iglesias de los santos”.
“Porque se levantarán falsos ungidos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios,
de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos”
Son engañados, porque no se preocupan en discernir si esas “grandes señales y prodigios” son
fuego santo, o son fuego extraño. Además del discernimiento de espíritus, tenemos el sentido
común (que también es un don de Dios), y la misma Biblia para enseñarnos, así que sigamos
leyendo en ella.
La Palabra de Dios nos exhorta a ser sobrios, amables, ordenados, cuerdos, decorosos,
prudentes, sabios, dueños de nosotros mismos. En cuanto a esto último, leemos acerca de los
requisitos de los ancianos y de los obispos, y por extensión, de todos los verdaderos discípulos
de Cristo:
¡Díganme!, cuando uno pierde el control de sus actos, cosa que ocurre cuando uno se involucra
en la práctica de algunas de esas necedades mencionadas, ¿Cómo va a ser entonces dueño de sí
mismo? Por otro lado, en 1 Timoteo 2, leemos de la siguiente manera:
“Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio,
prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar”
Ahora bien, ¿ustedes realmente creen que es decoroso el vergonzoso espectáculo de ver a los
hermanitos y a las hermanitas revolcándose por el piso, como ebrios y sin control de sí mismos?
¿Ustedes creen que es decoroso, prudente e irreprensible el espectáculo de esos hermanos
tambaleándose como borrachos – ellos aseguran que están llenos del Espíritu – emitiendo
sonidos extraños, riéndose sin control y cayéndose de las sillas al piso, etc.? ¿De qué “Espíritu”
están llenos esos hermanos? Leemos en 1 Pedro 5: 8;
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor
buscando a quien devorar”
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El diablo no siempre ataca de frente, prefiere hacerlo a modo del león, ¡acechando! Me gustaría
que vieran el siguiente video, donde aparecen los maestros de muchos, los muy famosos
telepredicadores Kenneth Hagin y Kenneth Copeland entre otras personas, haciendo todas estas
cosas vergonzantes: http://video.google.es/videoplay?docid=-8051164054472598492 Es triste y
vergonzoso ver como los cristianos hacen el ridículo y el tonto ante los ojos del mundo. Eso al
diablo le encanta. Es lamentable (y debería abrirnos eso los ojos) ver a Hagin imitando el
silbido de la serpiente y sacando la lengua, riéndose como un borracho de las calles, sostenido
por varias personas mientras deambula y se cae; y a Copeland y a su esposa Gloria, riéndose
desquiciadamente a carcajada limpia y sin motivo, junto con todos los demás, haciendo todos
cosas estúpidas, algunos retorciéndose en sus sillas, bailando exasperadamente y moviéndose
como poseídos, cayéndose en masa. ¡Véanlo y díganse a sí mismos si eso es de Dios!... y por
favor, ¡no nos engañemos más!
¡Lo dice la Biblia, y lo que la Biblia dice, es la verdad, y hay que hacer caso! Lo que implica
pasiones desordenadas, no está exclusivamente circunscrito a la cuestión sexual o similar. Toda
actuación emocionalista, que no emocional, fuera del simple orden natural, es impropia de un
hijo de Dios. Toda actuación irregular, de mal testimonio, indecorosa, indebida o similar, es
impropia de un cristiano. No representa a Cristo. Como hemos leído, toda pasión desordenada
ha de ser eliminada de la vida de todo verdadero hijo de Dios y no fomentada como es el caso
de la “borrachera o la risa santas”; actuaciones que defraudan y apartan los ojos de muchos del
Evangelio al ver esos pésimos ejemplos de presuntos maestros de la fe cristiana. Algo hay que
hacer al respecto. Por ello la Biblia nos exhorta lo siguiente:
La Palabra de Dios nos exhorta a apartarnos de todo aquello, y de todos aquellos que por sus
hechos niegan o defraudan el Evangelio y su propósito. Mejor apartarse de ese circo, y de sus
“artistas”.
“Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel. Para entender sabiduría y doctrina,
para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y
equidad; para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura” (Proverbios
1: 1-4)
“Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura”
(Proverbios 4: 1)
“(La Sabiduría) dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dice: Venid, comed
mi pan, y bebed del vino que yo he mezclado. Dejad las simplezas, y vivid, y andad por el
camino de la inteligencia. (Proverbios 9: 4-6)
“En los labios del prudente se halla sabiduría; mas la vara es para las espaldas del falto de
cordura” (Proverbios 10: 13)
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¿Habla la Biblia todas esas cosas de balde? ¿Es de personas cristianas, cuerdas, prudentes y
sabias todas esas manifestaciones mencionadas que dicen ser de Dios, pero que claramente
contradicen la Palabra y su Espíritu? ¡No! Es de locos y de incautos que se dejan arrastrar por la
felonía de los falsos maestros que iniciaron todo este engaño. Los que defienden esta calentura
argumentan que Dios es soberano para hacer lo que quiera en un momento dado y romper con
su propio orden, porque para eso es Dios. Pero yo siempre les respondo de la siguiente manera a
estos que argumentan así: “Efectivamente, Dios es Soberano, ¡pero es Dios!; y lo es para
honrar Su Palabra y jamás contradecirla”. Esos negligentes e incautos olvidan que Dios es
Justo, y no es en absoluto un dictador caprichoso, así somos nosotros los hombres por
naturaleza, pero Dios SÓLO tiene una Palabra, y jamás la cambiará ni añadirá a ella, ni torcerá
el sentido de la misma.
3. Concluyendo
“Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran
indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?” (1 Corintios 14: 23)
El apóstol Pablo estaba muy preocupado porque sus discípulos los corintios, usaban
inapropiadamente el don de lenguas, hablando unos a otros como si estuvieran en conversación
en voz alta, y todos a la vez, incluso se hablaban uno a otro en lenguas, como si se entendieran
lo que se decían, pretendiendo aparentar ante los demás como muy espirituales. Recientemente
ese mismo caso está debidamente documentado, y los protagonistas son dos muy famosos
telepredicadores, Kenneth Copeland y Rodney Howard-Browne, ambos hablándose en lenguas
al otro y contestándose, como si entendieran lo que uno le dice al otro
http://es.youtube.com/watch?v=ixOr_bT0mOk ¿Es que no conocen las Escrituras? El apóstol
Pablo temía que al llegar personas ajenas a la fe, e incluso recién convertidos, se escandalizaran
al contemplar todo eso (1 Co. 14: 23). Ahora bien, si el apóstol Pablo se preocupaba del
comparativo pequeño desorden de los corintios cuando fuera del contexto hablaban en lenguas,
¿qué no diría de todo este circo que se está produciendo actualmente, respecto del cual hemos
estado refiriéndonos con cierto detalle en este artículo?
1. Cualquier manifestación del “espíritu” que consigue que los creyentes se presenten ante los
demás como locos o desquiciados, NO ES DE DIOS.
2. Cualquier manifestación del “espíritu” que denigra a la persona, y es en sí misma humillante
y vergonzante, haciendo aparecer a dicha persona como estúpida o ridícula, NO ES DE DIOS.
3. Cualquier manifestación del “espíritu” que hace que el creyente pierda el control de sí mismo,
NO ES DE DIOS; (recordemos que “los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas” (1
Co. 14: 32)
4. Cualquier manifestación del “espíritu” que hace que el “ministro” quede por encima de los
demás creyentes como un “súper ungido”, como es el caso de las caídas en masa donde todos
quedan tendidos en el piso en total desorden, mientras el “ministro” impecablemente queda
erguido y dominante, NO ES DE DIOS.
La Biblia dice: “...hacedlo todo para la gloria de Dios... Y todo lo que hacéis, sea de palabra o
de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de
él” (1 Corintios 10: 31; Colosenses 3: 17). No sigamos a los hombres, menos todavía a todos
aquellos que se consideran a sí mismos “ungidos”, que con una enseñanza y aún obra apartada
de la Palabra y su Espíritu, confunden y corrompen a los verdaderos hijos de Dios. ¡No sigamos
las señales per se, sigamos la verdad, en amor y en el temor de Dios! ¡Apartemos de nuestras
vidas todo fuego extraño!
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EPILOGO
“Estamos siendo convocados para poner nuevos fundamentos para una Nueva Era;
fundamentos para el amanecer de la era del Nuevo Reino. Estamos en los dolores de
parto previos al nacimiento de un Nuevo Orden” 1 (énfasis nuestro)
Pero eso no es cierto en relación a la verdadera Iglesia de Jesucristo, la cual tiene por
fundamento al mismo Jesucristo (1 Co. 3: 11). En cambio, lo que sí estamos contemplando en
todo ese mover neopentecostal como el G12, las estructuras neo apostólicas, y todo este
sincretismo, es un híbrido entre el dominionismo católico romano, un amilenarismo liberal, una
escatología absolutamente postmilenarista, todo ello mezclado con las doctrinas del Latter
Rain…y como dice Tricia Tillin: “Detrás de las caras sonrientes, la camaradería, cariñosos
abrazos y alabanzas de victoria, se esconde un espíritu de dominio que quiere atar y de struir a
cualquiera que se oponga a ese mover triunfalista”.
En su libro “El orden emergente”, de 1979, Jeremy Rifkin escribe:
¿Qué les parece esa declaración? ¡No se equivoquen!, permítanme aclararles que Rifkin no es
cristiano, sino que es un autor de la Nueva Era, pero ¿verdad que suena absolutamente familiar?
Sus predicciones empezaron a cumplirse en estos últimos años a través de los diferentes
movimientos que hemos estado describiendo en este libro. Por otra parte, ¿por qué estarán tan
interesados los autores y seguidores de la Nueva Era en las cuestiones cristianas? ¿No será
porque están verdaderamente infiltrados en la Iglesia? Sabemos que así es, como lo hemos
estado exponiendo con detalle en este libro. Por todo ello, es menester que se levanten voces
verdaderamente proféticas que expongan la verdad y denuncien todos esos despropósitos con
los que se están engañando al genuino pueblo de Dios. Debemos exponer a la luz a los falsos
maestros y a sus herejías, justo como lo hacían los apóstoles del Señor, caso de Pablo que así
hacía:
“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se
hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena
conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son
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Acerca de esta cuestión, el mismo apóstol Pablo enseña de manera muy clara que hay que hacer:
“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la
doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos” (Romanos 16: 17)
No vale aquí levantar el estandarte del amor para cubrir el error y la falsedad (1 Pr. 4: 8). No
vale, porque esos pecados no han sido cubiertos, porque no ha habido arrepentimiento previo,
ya que esos falsos maestros siguen adelante con su campaña de desprestigio de la verdad de
Cristo. La expresión del amor verdadero deberá ir siempre de la mano de la expresión de la
verdad, porque sólo con misericordia y verdad se puede corregir el pecado (Prov. 16: 6)
Existen planes para levantar una única iglesia mundial, la iglesia del Nuevo Orden Mundial que
está a las puertas. Es evidente que también existen muchos eslabones humanos de una cadena
que pretende unir atando, a la verdadera Iglesia con la que no lo es, en un preclaro ecumenismo
que es aceptado por muchos sin ambages, porque les convencen ciertos hombres de púlpito y
plataforma multitudinaria, sin discernir qué tipo de unción tengan, y de donde proceda,
cumpliéndose una vez más las palabras admonitorias de Jesús contenidas en Mateo 24. En
cuanto a esta cuestión, y acerca del Carismatismo, dice lo siguiente el pastor de Perú, Víctor
Pino-Gamboa:
No existe comunión entre Cristo y Belial, no existe comunión entre la luz y las tinieblas, y por
mucho que se disfracen, las tinieblas seguirán siendo tinieblas. Alguien anónimo una vez
escribió:
“Vivimos en un tiempo cuando los términos amor y unidad son muy llamativos. Es muy
difícil discernir que esas palabras han sido tomadas fuera de contexto, y no significan
lo que creemos que significan. Amor sin verdad, es corrupción. Ponerse de acuerdo a
cualquier precio, es rechazar la doctrina; y sin doctrina, no hay esperanza. Al escoger
entre la UNIDAD y la VERDAD, la unidad deberá ceder ante la verdad, porque es
mucho mejor estar divididos por la verdad, que estar unidos en el error” 4
Muchos líderes actuales, ingenuamente o no (cada uno sabrá), han llegado a creer que es
imposible establecer el Reino sin contar, en suma, con una unión de todos los que se llaman
cristianos… ¡qué impresionante es el espíritu de seducción de la Gran Ramera! Han llegado a
esa conclusión porque ciegamente creen que nos toca a nosotros, los cristianos, establecer el
Reino de Cristo en este mundo, y ¡ahora! Están en un error que llegará a ser muy grave para
muchos profesantes, si no se vuelven atrás, porque eso les encamina a las fauces del Anticristo,
el cual aparecerá en un principio como el valedor de la verdad, de la unidad y del bien. No en
vano es el “Anticristo”, es decir, el “en vez de Cristo”. El diablo, astuto como él sólo es, les
engañará nuevamente, haciendo que en un principio, en los primeros meses incluso años, el
Anticristo, el líder mundial, y su Falso Profeta, hablen palabras que suenen casi cristianas, y
fomenten el levantamiento de una iglesia muy unida y jerarquizada. Hasta se les dará mucha
“unción” a esos falsos apóstoles y profetas (Mt. 24: 24), empezando por el propio padre de
ellos, el Falso Profeta Ap. 13: 11ss, y creerán que están consiguiendo sus objetivos
dominionistas. Parecerá como que el mundo se esté cristianizando, parecido al modo como
empezó la religión cristiana del imperio romano con Constantino. El diablo se va a burlar como
lo hizo antes, y va a jugar con todos esos líderes soberbios y ambiciosos, hasta que se canse.
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Luego, el Anticristo, cuando haya resurgido a modo de Nerus redivibus (Ap. 13: 3) se quitará la
máscara y todos ellos se echarán las manos a la cabeza.
El enemigo posee un arma que no duda en usar desde que la empleó por vez primera en el
Jardín del Edén, y se llama el error.
Me gustaría transcribir aquí, para ir finalizando, una corta lista que una autora cristiana,
Jeannette Haley, da con el fin de evitar el caer en error, y defenderlo creyendo que es verdad;
porque recordemos el adagio, uno puede estar “sinceramente equivocado”.
La primera cosa que uno tiene que hacer, es reconocer que puede llegar a ser engañado en algún
modo. Cualquier persona que piensa que no puede llegar a ser engañada, está ya engañada. A
modo de ejemplo, mencionaré a ese ministro involucrado en la visión del G12, convencido de
que es de Dios. Aún y estando dispuesto a dar su propia vida por la “visión”, aun así, no deja de
estar absolutamente engañado.
La segunda cosa, es pedirle al Espíritu Santo que revele la verdad a la hora de estudiar la
Palabra de Dios. Cuando decimos estudiar la Biblia, queremos decir, ¡Estudiarla!
La tercera cosa, es ver la diferencia entre alimentar la mente natural y alimentar el espíritu. Si
estudiamos sólo para alimentar la mente con hechos e información, recordemos que el
“conocimiento envanece”. Nadie será justificado por su conocimiento. Al contrario, estudiar la
Palabra para alimentar el espíritu y así recibir mayor luz del Cristo vivo.
La cuarta cosa, pedirle al Señor un renovado amor por la verdad (2 Ts. 2: 10); sin importar el
costo en materia de orgullo, vanidad ni persecución, que de seguro la habrá.
La quinta cosa, es el no ser ignorantes de las asechanzas del diablo.
La sexta cosa: Nunca permitir que otro piense por nosotros o que tome decisiones por nosotros.
Busquemos a Dios para tomar decisiones 5
Existen como mínimo dos razones más. La séptima sería limpiarnos de toda contaminación de
carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios (2 Co. 7: 1)
Y la octava cosa, es estar verdaderamente expectantes de la venida del Señor a por nosotros (1
Ts. 4: 13-18), la cual puede producirse en cualquier momento.
Huyamos, pues, de toda tentación de ir de regreso al “nuevo orden”, que casi es tan viejo como
la misma creación.
FIN
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BIBLIOGRAFÍA Y CITAS
1. The Prophets who do not Prophesy; The Leaders who cannot Lead; http://intotruth.org/news/flash-extra.htm
2. Rick Joyner; “The Final Quest” (La Búsqueda Final)
3. Barry C. Linville, para “New Wine Vineyard Bulletin Board”
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PARTE II: …es como un león rugiente que busca a quien devorar
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www.centrorey.org| Ps. Miguel Rosell
38. Artículo del Dr. Erwin de León, “El M ovimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”
39. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM
40. Pastor David Wilkerson; “El Llamado Final”, pág. 91. Ed. Vida
41. Artículo del Dr. Erwin de León, “El M ovimiento apostólico y profético, ¿mito o realidad?”
42. Rony Chaves; “El gobierno apostólico anulará al gobierno de Satanás”; AMM
43. Randy Clark; “The Apostolic Network of Global Awakening”
44. John Eckhardt; “M oving in the Apostolic”, pág. 45
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PARTE I
1. Cindy Jacobs, “El poder transformador del avivamiento”; p. 124, Ed. Peniel; Harold Caballeros & M ell Winger
Editores.
2. Ibidem
3. C. Peter Wagner; “Apóstoles en la Iglesia de hoy”, pág. 9.
4. David Wilkerson, de su libro “El rock cristiano”, extraído del libro “Legalismo vrs. M odernismo” de M ario E.
Fumero, pág.172.
5. http://www.cristianismo-primitivo.org/apologetica/Aimee_Semple_M cPherson.htm
6. Andrew J. Birch, art. Revista Evangélica Nueva Reforma, pág. 9, nº 75.
Epílogo
1. Bill Hamon, “The Third Apostolic Reformation”, en el art. de Jeannette Haley “Kingdom Theology”
2. Jeremy Rifkin, “The Emergin Order”, del art. de Ed Tarkowski “Apostasy & the Year 2000 Conference”
3. Pastor Víctor Pino Gamboa, “¿Qué es el Carismatismo?”
4. “Cortinas de Humo”, pág. 42; por J.T.C. Chick P.
5. Jeannette Haley, su artículo “Kingdom Theology”
FIN
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