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El arroyito

A Nina le encantaba estar en la casa de su abuela, porque ella le permitía

jugar con agua. Llenaba con la manguera una piletita de plástico rojo donde

bañaba su muñeca, Manú, el perro de la abuela, y también se metía en ella


aunque

ya le resultaba chica.

- ¿ Qué querés de regalo para tu cumpleaños?- le preguntó su abuela

- Un arroyito

- No entiendo, explicame

- ¡ Ay, Abu, cómo no vas a saber que es un arroyito! Es un río chiquito

- Eso no se puede regalar. Pertenece a la naturaleza.Y ¿Para qué querés un

Arroyito?

- Primero que todo para mirarme en el agua como en un espejo, en

segundo lugar para nadar sola sin que nadie esté a mi alrededor, en tercer

lugar para tener peces.

- Tenés peces en la pecera de papá

- Pero no son libres. No pueden ir adonde quieran, ni buscarse su propio

alimento.

- ¿ Para qué más necesitás un arroyito?

- Para jugar con Manú y además para sentarme junto a la orilla y pintar

el cielo, los árboles, los pájaros y el agua, tan clara, tan sonora, tan bonita.

- Nina, tenés alma de poeta, ¿ lo sabías?

- ¡ Ah, y también quiero escribir cosas bonitas para mi maestra!

La abuela estaba sorprendida por el razonamiento de Nina quien tenía

seis años.

- Creo que no voy a poder regalarte un arroyito, pero puedo llevarte


adonde haya uno para que puedas hacer todo eso que dijiste.

Amalia, la abuela, tenía una amiga que vivía en el Tigre, a orillas de un

arroyuelo. Le contó lo que su nieta deseaba y así fue como un omingo

viajaron al Tigre . En una lancha llegaron al lugar elegido.

La casa era, como son las de la zona, de madera, sobre pilares rodeada

de vegetación . Corría un arroyuelo poco profundo, podía verse el fondo.

Los peces, la mayoría pequeños, nadaban libremente. El agua corría límpida

con un murmullo eterno.

Nina pudo bañarse, jugar y también sentarse a la orilla y pintar, tal como lo

había soñado.

Para su cumpleaños tuvo su fiesta, con sus amiguitos. Recibió muchos regalos

-¡Qué regalos tan bonitos has recibido! - Le dijo su mamá

- Sí, pero ninguno como el de la abuela. Cuando sea mayor la naturaleza

me va a dar uno para que lo tenga siempre

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