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HISTORIA MILITAR Y POLITICA DEL MUNDO MODERNO, SIGLOS XVI - XIX Dae ee mary tc rebeldes holandesas El Camino Espanol ~ La batalla de Jemmingen EI sitio de Amberes Servicio de inteligencia y guerraen eee La Verdadera Destreza de las CAUCE ¢ , Los corsarios de Dunquerque. & es ay - Lease eae MTOR) is a 4 ' ae Sh doriiek) sr int snd un joshi. ui de quedo ou (0 quizis slo piensa en acabar cuanto antes, en vender cara sa centra en la figura de vida ylevarse por delante a cuantos herejes tengan el valor de en unaltivo oficial espaol frentarsea l, De momento sigue engi, impevido, contemplando magnificamente ilus- _ comola muerte avanza lentamente, Atrés quedian los buenos tiem: trado por Ferrer Dal- pos de Alejandro Farnesio y Ambrosio Spinola milagros como los mau, que con su de Empelo Goes, gestas como la defensa del castillo de Amberes, Inigualable trazo y re- la campatia del Overiissel, la resistencia del coronel Vercugo en Fri alismo nos traslada alsa o los ttinicos esfuerzos por conquistar ls plazas de Ostende, ‘ocaso dela Guerra de Breda y Bergen op Zoom, Flandes El oficial porta Durante 70 afios os infantesespaioles, cuyo nimero no ‘una media armadara con petoyespaldar,unashombreras amplias, llegé nunca superar os 10,000 hombres y sex poco mis brazales y una escatcel ala altura del muslo las de caballeia del 15% de los efectivos del Ejrcto de Flandes, on- legaban hasta la rodill-; eva guantes de cuero en ver de siguiron enfrentarse con éxitoaholandeses, alema- guantcletes de meta, el cuello dela camisa por fuera, “ala nes, ingleses y franceses en. innumerables valona’,y viste pantalones amplios conocidos como gre- gtescos, En ver de levar un morrién o capaceteprefiere l.cémodo sombrero de filtro de ala ancha y con plama ‘oj, dal mismo color que su banda, colo tipico de la in- fanteria espafiola. Como armamento blande una es- encuentros: recibieron palabras de elogio ("el nervio del ejército,“murallas humanas’ “el Linco sustento de la monarquia’) en ‘el momento de amotinarse lo hacian después Ldevencer ena batalla, a diferencia de susher- pada de lazo de tres anillos con un barroco diseho y P manos de armas de las otras naciones:"Re- ‘cult ala mirada del lector, esgrime una daga de ela, apodada marosisira,término tomado del italiano para hacer referencia a que se usaba con la mano izquierda. Alrededor del oficial, muerte y desolacin los cx GUILEDAO DE ORANGE pec Hes Tar, jlsmaseum hse. Dal ad eo decane es een, tuo de lo pines rules ene Fe exci so a sae de sprains ys beng 2 ona a rei we, Sin eae SPER RR Tego pic mc iar, depuis de bs reese ISB 1572 bie ssn ul, pada Ademés, la herejia, que ya se habia manifestado desde los ahos veinte, haba empezado a difundirse libremente, creando nue- vas tensiones con Felipe II, autor de una politica represiva y de tun proyecto de reforma de la Iglesia catélica, Se crearon 14 ‘nuevas obispadas, lo que produja una fuerte reaccién de los Estados y de la nobleza, defensores del statu quo y de una po- Iitica mas coneiliadora para con los protestantes. FLANDES EN LA ESTRATEGIA DE FELIPE II En un contexto ya convulso de por sla grave crisis econémica de los aiios sesenta ~debido al cierre del trifico desde el Baltico por guerra entre Suecla y Dinamarca-y el cima de depres sgeneralizado en et Viejo Continente ~que arruiné las manufac turasy el comercio- facilité un empeoramiento notable dela. tuacién, Un cuadro casi catastrdfico, en el que ademas se imputaba al Rey Prudente de abandonar las Diecsiete Provin. ciasy de olvidarse de los asunios desu gobierno, concentrindose solo en la situacién del Mediterrineo, Este desinterés se mani- fest con el fracaso dela misidn del bard de Montigny ~enviado ala Corte para defender la causa de los Paises Bajos y con la pe- rpidamente una importante remesa de dinero para asegurar la defense del pas contra las amenazas de una po. sible invasién de los hugonates (protestantes franceses)-. Ea 1561 y 1562 habian legado a Bruselas unos 650.000 florines, de- -masiado poco pata poder hacer frente a todas las necesidades, y en 1563 las remesas cayeron a unas miserables 59,000 coronas. A finales de 1562 Montigny volvié a Bruselas con Ia impresién de que a Corona de Espana habia decidido hacer frente la gue- ra contra el gran sultin exclusivamente, descuidando lo demés. En realidad, si bien es verdad que a partir de 1559 la gran cstrategia de la Monarquia espaiiola se concentraba en el Mare [Nostrum para hacer frente a la amenaza turca,y que Felipe IT se ‘ocupaba poco de os asuntos de sus provincias septentrionales, el monarca hizo lo posible para evitar una confrontacién con ticién de envi Presenacin de speci sobs, de Frans Hoey, Ruse Pose En 156, penomldés cain y proton, Fate des cas gr Gallo de age, psa 2 Magis de usa, gabe deo us as, ua prpusta de cox, CORPYOMISO DE BREDA. Es ites partial pars Inger xv aed ‘ye pid wn ene ci ep In ln de gun a eps abet ecu E ream fonalde elipe W2 sus demands Go pr cero alge lin gc al ei, 7 ESF RRO Invierno de 1565 fire uno de los mas frios del siglo y la cosecha fue particularmente escasa. Todos los asuntos de estado esta bban paralizados por la arrogancia de los grandes y a difusion de la religién calvinista. Mientras los protestantes se organiza bban en armas, el rey estaba totalmente concentrado en la lucha contra Solin (en 1564 los espaioles consiguieron una de sus grandes victorias con la toma del Pesién de Vélez y en 1565 los turcos fracasaron en su intento de apoderarse de Malta) el pais estaba marchando hacia la catistrofe La década de los afios sesenta fue testigo de un aumento Considerable del ndmero de convertidos a la fe calvinista y de ‘su actuaci6n cada ver més agresiva. Margarita de Parma, pre~ sionada por parte de la nobleza, pidié al soberano, mediante cl envio de Egmont a Espaiia, una mayor moderaci6n en los asuntos religiosos para evitar asi el peligro de una robelién y ‘una intervencién de los hugonotes, que amenazaban las fron. teras meridionales con una invasién en apoyo de sus corxeli- ‘glonarios. Sin embargo, a misién de Egmont fue un completo fracaso. Felipe IL, presionado por el duque de Alba, no estaba dispuesta a hacer ninguna concesién de carécter religioso, Las ccartas regias enviadas desde Segovia (el 17 y el 20 de octubre de 1565) a Bruselas fueron asf un duro ataque contra los segul- ores de la religion reformada y la nobleza, La contundente respuesta del rey dio lugar ala formacién ‘de una liga entre Ia nobleza, que haciendo uso de su poder pre- La api rele seri su ie Pan ny ge se abe dra done pda isn ds sii’ ao wn cay EDU, in no a ea ens HEE pp Pp ete aa pea el age Ma ip 3 pda cua es ais Bi {Vn pio wd ete de er gs ee cae mp of dae 4s pct om Ms ara lg I en a ge edn ie ‘cre m cau el pe hye oe gine con ea wei mas eis pts So ame ne, ell ae ie sii 3g. BIBLIOBRAFIA BASICA it hn (000: Fro en fea 555-5 Barcel Perr, Beofry (SBD): Te Gch Reval Landes. Perkr, ear (S98): La gran extratgia dF i Madi Tracy. lames D. (0B): Te Funcng ofthe Dutch Republi: Mar Fence, and Pots n Holand 15721988 stor, ~ > Biblnareis completa an www desperiaferro-ediciones com Davide Muff ER ee aM apse tG ua a Sor ed laa eles siglos XVI XVIL yen general en la de ia Monarguia Hispénica. Entre su publcaciones destacanos Ul Baluardo della Corona (Florencia, 2007), La citeclla in Armi (Sil, 2010) y Ea defensa del Imperio (Actas, Madrid de préxima aparicién). > ANS EEE pan Pj ea (159, aes Hosein por Alfredo Alvar Ezquerra - Profesor de Investigaci6 Académico Correspondiente de la Real Academia de lan nesta ness vengo a acuparme del cambio de actitud ante In cuestién de Flandes que se opera en a visiin politica de Europa del embajadar imperial ante Felipe Il y Felipe Il, Hans Khevenhiilr En esta ocasin solo mangjaré las referencias que &l hace dela cuestién en su Diario secret, publicado por su loscendiente Georg Khevenhiller Mew en Graz, 1971. Hans Khevenbiiller no pudo conocer mas en caliente los aacontecimientos que estaban teniendo lugar en Centroeuropa, Su segundo viaje a Espafia, que deberia haber sido todo fiesta porque era para felicitar al rey por el nacimiento de Isabel Clara Eugenia, empez6 con mal augurio: en agosto de 1366 habia te- rnido lager la Faria icono asta, Indiferenteaello,"& 23 de octubre salitarde de Viena y me i con la posta a Espatia Elvin, desde nego, tenfa sus intenciones porque habla otras rutas més corta Para ir de Viena a Madeid, “tomé el camino pasando por Salz- burgo, Innsbruck, Miinich, Augsburgo y los Paises Bajos”. El asunto de Flandes “pasado el verano de 1566- ya era noticia por todas las cortes de Furopa. De hecho, en Miinich hablé con Al- berto de Baviera sobre la cuestin Igualmente “se me pidié que redactara por escrito cémo estaba ls asuntos en los Pases Bajos desde Bruselas.¥ aslo hi Por fin, e16 de noviembre entré en Braselas y se aloj6 en Ia Casa de Hungria (Ungarishe Schild), aunque los sefiores de Eg, ‘mont yMa feldt le habian ofrecido sus propias casas, Por la bre vedad dela estancia prefirié rehusar la invitacién, No asf el ira cenar esa misma noche a casa del conde de Mansfelt, junto a Egmont y ottos seflores. Uno de los capitulos ms interesantes del Diario secreto es la permanente alusion gue se hace alas rela~ ciones no coificadas: las cenas, por ejemplo, en su casa, en casas ajenas. Ory oi, ver, escuchar. Debieron hacer muy buenas migas los tres, porque al dia siguiente fue, en compania de ellos él que era el embajador imperial, a visitara Margarita de Parma, Con luda la reunin, comi6 en casa del conde de Egmont ycon ottos ee) asistié, “Huelga decir gue los ya mene ddeses se mostraron muy amables con Tos a los que venian de la corte de S.M. Imperial, mim seftor, fer .Imente respetuosos". Esto de ganar y per las batallas de imagen es algo que forma parte dea idiasincrasia espaol, Finalizadas esas breves horas de asucto y percepcién, “con- tinué mi viaje con la posta ordinaria a través de Francia pa: sando por Paris, Orleans, Bless, Amboise, Poitiers, Burdeos, Bayona y otros lugares distinguidos hasta que legué a Espana’ Cumple como estaba prevista la misi en Madrid y re~ ‘gresa a Viena, pero de nuevo, atravesando Europa. Mucho in teresaba en la corte de Viena/Pt que los territorios Imperiales estuvieran tranquilos. A fin de cuentas eran piezas dela Casa de Austria, Por el camino se entrevisté con Carlos 1X de Francia y su esposa Isabel, hija de Maximiliano Il, lem bajador de Austria debia velar por el estado de la alianza inte- nacional Habsburgo-Valois. El caso es que desde Paris, pasé de nuevo a los Paises Bajos: 1 | sre ome [.cLyel tstleguéa Amberes,en Bruselas desayunt yes tuve con el duque de Alba durante dos horas por diversos asuntos, Entre nosotros hubo mucha controversia. EL20 parti de Amberes y e126 llegué a Augsburgo, Es decir, que en 1567 no se soportaban y Hans Khevenhi Tler puso las cosas claras a Alba, sobre cémo se veia en Viena lo que pasaba en Flandes. Fn 1568 se encuentra tomando unos bafos salubres en Ve~ neciay le Hegan noticias de la batalla de Heiligerlee en las que Jos Nassau derrotaron a las teopas reales, incluido el tercio de Cerdefia, que al aio siguiente seri disuelto por Albe como re presalia por la derrota. No hubo muchas muertes entre los re beldes, aunque si entre los espaitoles y realistas: "Que Dios se apiade de sus almas’, Y mientras sigue tomando los bases: [Lu] escrbieron el 21 del mes referido [de junio] que el duque de Alba habia hecho decapitar pblicamenteen Bru- seas, acusados de rebeldia, al conde de Egmont, al conde cde Horn, ambos caballeros dela ordon del Toisin de Oro, 1 acotros mis, Que Dios se apiade de sus alas, pues sent de corazén que la muerte les hubiera alcanzado de ese ‘modo, dado que los eonocia, yen vatias ocasiones habia sido recibido por ellos con todo el honor ya amistad. ¥ me preocupé que dicha ejecucin tan severa de a justiciaen- cendiera en el futuro los animos ya de por si acalorados (como lamentablemente ya estiba sucediendo) y que aque To no trajese nada bueno, Mi vise a Italia se demoré por tanto casi dos meses. Las noticias que legaban de Espana, desde Inego, no podian ser mis infortunadas. Los recuerdos de Hans Khevenile,tam- ‘poco pueden ser més lacénicos. Las alusiones a la Casa de Aus tria, lenas de lealtad, que se refuerzan con los lamentables suucesos de la detencién, prisién y muerte del principe don Car- Tos, hijo de Felipe I En este tipo de cuestiones peliagudas prefiero que den «su opinion los historiadores antes que yo. El mencionado principe estuvo estrictamente confinado hasta el mes de julio de este afo, EL 24, dia de San Juan, fallecié. A raiz de ello huibo toda serie de habladurias que por discrecién prefiero omiti, Pero mis conocidos en Espaia, alos que encontré cuando estuve ai habia buscado la muerte, unas veces por atracones deco imida y otras veces por dejar de comer del todo, asf como, 1 dijeron que él mismo se ‘por otras anomallas. Que Dios misericordioso se apiade cde su alm y que protej ala loable casa de Austria de pa- dec similares penas. Pero volviendo a les cosas de Alba, vuelve a manifestar st desprecio por él en 1570 al llegar las noticias del apacigua: riento del motin de Valentiana: ‘Fambign se supo el da 14 del mismo mes de qué manera el duque de Alba y el conde Alberto de Ladrén, capitan, hhabjan procedido contra los siervos alemanes, que se amotinaron en Valentiana, a saber, hicieron colgar, de cepitar y descuartizar a los mismos cabecillas principa les, anos cincuenta, de fo que muchas cosas extraiias se hablaron, sobre todo porque lacondena contra ellos de dicho duque de Alba no To legitimaba a tal proceder. Alba fue cesado en 1573 y leg6 a Espana en 1574. Al dia siguiente de su entrada en Madrid, Hans Khevenhilller fue a visita No es necesario explicar en qué estado habia dejado el \dugue la cuestién en los Paises Bajos. Lamentablemente rho se pudo ocultar que el conflicto era grande y muy grave, por To que el rey le manlfesté su desagrado cuando lego. y sobre este particular bubo muchas discusiones. ‘Muchos pensaban que habia sido un engaio para apaci- guar los neerlandeses ofendidos, pero otros considera- ban que el rey actuaba en serio, entre los que me cencontraba yo, y el tiempo lo mostraria en breve. Ahora bien: sus preferencia,o sus sentimientos e expresan, precisamente,en lo que no dice, Cuando en 1374, en la batalla de Mook murié Luis de Nassau, hermano de Guillermo de Orange, yegé la noticia a Hans Khevenbilller, anot6 “nos en- teramos de que os leales al rey en los Pases Bajos habian abatido y matado a muchos, entre ellos al conde Ludovico de Nassau, dems del conde palatino Cristobal, el hij del principe elector, Luis de Nassau era uno de los cabecillascalvinistas. En cualquier caso, tal vino a coincidir con un giro en sus relaciones con Alba: “el 19 [de septiembre de 1574] me visitd cel duque de Alba” Por vez primera, sin criticas, menosp ni discusiones, [No abstante las opiniones de Hans Khevenhiller las expo alg libre y valientements ants el propio ray. Porque cuando 4 hhablaba, zera 61 0 Maximiliano II de Austria, el que se habia criado en Espanat: EI 19 [de diciembre de 1574] volvimos a tener una larga audiencia con el rey en los Jerénimos, en la que revelé y planteé muchas cuestiones a S.M., pero sobre todo ex- pliqué los inconvenientes que podrian producirse en caso de no llegar aun acuerdo con Bélgica [A partir de entonces no parece que vuelva a mantener com tactos interesantes con Alba hasta 1578. Era la quinta dela reu- iniones que tuvieron dese el regreso de don Fernando, Aunque aiios atris habian sido corteses, ahora, en 1578, volvian alas ac- titudes broncas, Fue en una cita el & de mayo de ese ait: ‘También visité al dugue de Aba y al marqués de Alima- én, con los que traté la cuestién holandesa, El mentcio- nado marques se dirigié a mi de forma altanera y con palabras malsonantes, atentando contra la autoridad de _mi muy benigno ser, antelo cual no tave mas remedio {que responder del mismo mogo ya partir de abi, fe mas ‘comedido, Después de aquello no volvimos a visitarnos, nia vernos nia hablarnos, E14 tuye audiencia con el ey en un lugar mado Méstole, donde me quejé del com: pportarniento irespetuoso del marqués, de manera que se Je amonest asf que él no gané nada. En esa audiencia ‘até coa el rey sobre toda la cuestin de Balgics. Fucron dias ajetreados en la Corte de Madrid sobre “la ‘cuestion belga’: el 20 yel 21 de mayo visité al marqués de los ‘Vélez y al presidente del Consejo Real, Antonio Maurifio de Pazos, y de nuevo el dia 22 volvié a escribir al rey [..Lexpresinclole que me gustaria verle para que $.M. to ‘ase un camino que no arrojase aesepaisala ruina, pero ‘no consegut mucho, a pesar de que puse todos los medios 1 de que hice todas ls propuestas aS.M., sobre lo cual es- crib ese mes larga y detalladamente a SM, No es necess rio relatar aqui todas ls partculridades de este asunto. [En el mes de junio escribi6 no menos de dos veces a Felipe sobre la cuestin de Flandes, recibiendo otras tants respucs tas, De esto tiltimo se vanagloria: “Ha de saberse que todas las cartas que dirigia a SM. las eseribia yo de mi puso y letra, que su vez me respondia también personalmente, como podra verse entre mis documentos"; y también en el mismo parrafo ‘ras ponderarla piedad y buenas intenciones de Ana de Austria, 4 la que acude para que inst al rey a terminar con la cuestién de Flandes, “S.M. siempre me ha escrito personalmente” ‘Cuando Felipe Il ordena el destierro y encarcelamiento de Alba, Fradrique ye secretario Albornor Hans anota: “Creo que ‘este rigor del rey se debe no poco a os asuntos acaecides en los Paises Bajos con el citado duque ysu hijo" la pena sobre Albor- ‘no, ‘pues en Bélgica habia hecho pocas cosas buenas” ¥ no slo seve en estas frases, sino en otras opiniones e impresiones mis, que las exculpaciones a Felipe TI son la norma en sus escrtos. ‘Va sintiendo cada vex. mis aiciin por el ry, y poco a poco por todos los esparioles. usr ERED En efecto, Felipe Il envia a Alba a Portugal, en palabras de ‘Hans Khevenhiller, “el buen duque de Alba fue liberado de su ‘encarcelamiento y nombrado general de la guerra contra Portu- gal" ¥, como sabemos, el ahora ya “buen duque” cayé enfermo ‘en 1583, Fue el momento de a reconeiliacign entre caballeros. Hey visit al dague de Aha, porgue se encontraba en fermo, 19 yo también visit al mencionado dague y permaneci largo rato junto En todo este tiempo me ha tomado apreci y ha deposit una especial con- fianza en mi Y, por fin Ie legs el dla: “También murié cristianamente en corazén y alma el dugue de Alba, que seguramente serviré por ello de cjemplo, Tenia 80 aos de edad. Hasta el fin de sus dias Ajo lo que quiso y, se diga lo que se diga, fue un hombre Sistinguido y esperimentado guertero,y un sirviente tan ‘grande y leal como pocos otros pods encontrarse. A. ppesar de todo el peso que huibo de llevar, lo soparté con ‘gran entendimiento y paciencia, y como me dijo en va- ‘las ocasiones, “Solo de dos cosas no se havia hallado jams arrepentido, que eran det callary sufir” Gon I cuestién de Flandes como ejemplo, vemos como Hans Khevenbiller mantiene os puntos de vista que ledictan 0 Viena, 0 sar conclenciaosussaberes, Pero también vemos emo, poco a poco, ‘muy poco a poco, levence la humanidad y cada vex més el punto evista espaol. Esta esp alpsoluta. Pero eso es cuestion para otra veflexién, Aquines queda ‘mos con este buen modelo de evolucién politica ante el aria de los ‘acontecimientos que sacudian toda Europa debidos a la eligi, BIBLIOGRAFIA BASICA izaci6n” del embajador acabé siendo ans heverlr:Gehenes Tgetuc, ra. I {nls ectualitad ol aio Seoreta be sid tradueda por Ingrid Cicares ‘orig Hiica Sin Mista y alr aha once fein ei tied tate same restads dl prayertadeinvetgein dal ln Na ‘tal de sD fnencido par l HEC del Rain de spate ques eae nel CSIC baja dreccin de fred Hvar Exquerraycuyottula esd _esuritrs del recuerdo en rinera persone daria, memariasycorres- dries de eyes, enbjadresvcranistas (ins VAM) can n° ert, ARZAI-2025 8 ‘mans, tanto en la infanteria como en laca- balleria, asi como espaiioles (en 1557 el jército habsbairgico de los Paises Bajos contaba con dos tercios con 40 compas) Para la década de 1550 la recluta de infante ra por regimientos completos, normalmente de 10 compatias, ra la norma. Las compa- as bajo alemanas contaban en 1552.€0n 300 efecivos, mientras quea mediados dea década e150 las valonas se establecieron en 200 hom- tzes Las primeras contaban con I organizacién € instituciones de los lansquenetes alemanes, mientras que ls segunda estaban organizadasa la manera francesa Para sus invasiones de os Paises Bajos en 1568 y 1872¢l lider rebelde el principe Guillermo de Orange, RUQBOCED rele ne paral conde. ace sua eas mca aac de orn es wae a Eop de a pc. En cate lara ee i cede por pov sla, a quel montane ein deus pers es ees Ge pag. ‘nat de por, wa cen cox cpa pra yun pada cola quien acaluescruinan te a uent por Gen de inna rely 2 vee as nguyen rats de Pe oj, ecas cme raias compos por fanning, ples y exces aban ere cn abil la gue in mace hr ud a aces (de ‘lds sn ea nce para ls rebldes ys pon ua coders e- Singer de mapa = pc sry) ‘mando del Ejrcito de Flandes. EL mariscal de campo, por ejemplo, detentaba el mismo cargo que el maestro de campo general. La autillerla también se ogenizé en base alas formas hebsbirgicasy en 1583 se desplegaron dos trenes de artillria, cada uno de ellos bajo el mando de un teniente, ademnis de un train ds barques et pontons para salvar ris, Orange cofsiguialcanzar una posicin de preponderancia ‘ene gobierno central y cops el alto mando con sus partidaros, ‘pero como en laprictica cada provincia velaba principalmente Por sus propios intereses y defensa, las insttuciones centrales, tanto politicas como militares, carecian de poder cfectivo, Esta falta de cooperacidn y asistencia ‘tua propiié la derrota de las levantiscas Bra- ‘ante y Flandes en 1580-1585, Las restantes pro- vincias,comiinmente conocidas como la Republica Holandesa, una alianza militar de facto liderada por Holanda, continuarén la lucha valiéndose de un alto mando cuya estructura variaba poco del habsbirgico. Una ‘vex:mis, poco cambiariaa este respecto bajo Mauricio. ESTRATEGIA Las invasiones de 1568 y 1572 tenia como fin salvar el honor yla reputacién de Orange, puesto en entredicho tras se despojado de sus posesionesy sus cargos yprvado de su primoggnite enviado a Bspaia. El objetivo de Orange era prender la mecha de la re ‘ela, especialmente en la provincia mas ric, Brabant, lo quele roporcionaria una base territorial yfinanciera sobrela que actu. ‘Una victoria en el campo de betalla constitu el impulso defini tiv hacia ebelién, pero Fernando Alvarez de Toledo, el duque de Alb, gobernadorycpitén general de los Pases Bajos, sabedor PRUE fi nia i i fea ns en: es la i see fat a ioe Bp Tipe ioe) nooo Clea were a la Pe Meco ps bry ben po ties prem enor akan som pesmi Wi ope rg ick los rebeldes holandeses, En la batalla de Noordhorn (1581), por «ejemplo, los 3.000 infantes fueron agrupados en un tnico cuadro de picas con armas de fuego desplegadas en su frentey lancos, y ‘un grabado de 1578 dela revista del eército de campata de Bra- bante desplegadlo en formacién de batalla muestra cuadros de pcas regimentales rodeados por armas de fuego. Sin embargo, habia otros métodas de empleo de las armas de fuego en los que se puede discerir la influencia de los hugo: notes, cuyas compafias de infanterfa contaban con un 80% de ‘armas de fuego a las que se sumaban regimientos enteramente de arcabuceros. Estos empleaban tdcticas inauguradas por el rmarqués de Pescara en Pavia (1525), donde los arcabuceros com- Datieron en pequeties grupos, en formaciones abiertas, aproves chando el terreno para obligar al cnemigo « combatir en Adesventaja y evitando el cuerpo a cuerpo. En la Tucha por Ho- Janda y Zelanda en 1572-1576 las compaifas de Orange llegaron ‘a contar can un 70% de armas de fuego y apostaron claramente por una téctica defensiva, condicionada por el terreno y, de ‘nuevo, porla mayor calidad de las tropas enemigas. Los frecuen- temente esttechos y complicados caminos y accesos otorgaban los defensores una clara ventajay se construyeron fortines en Iugaresestratégicos donde esperar el ataque del enemigo. En este tipo de acciones el mosquete era un arma tremendamente til Tras 1576 la proporcién de las armas de fuego en las com patiias rebeldes declind, un signo de que los combates en campo to comenzaron a tomarse mis en consideracién. En 1579 158% de los efectivos portaba armas de fuego, porcentaje que se redujo al 47% en 1588 y que no variard sustancialmente bajo “Mauricio, Sin embargo, resulta incierto sila proporcién de picas prescrita en la época se alcanzaba o no, ya que abundan las te (erencias acerca dela escasez de piqueros, por lo que parece que la tendencia seguiria siendo la deconfiar en las ticticas defensi- vas ya potencia de fuego. En Rijmenam (1578), por ejemplo, la Infanteria rebelde se valié de setos y de los atrincheramientos que rodeaban su campamento para resist los ataques, tras los que padecieron una tremenda carestia de pélvora, y tun afio més tarde Orange contraté los servicios de dos regimientos de arcabuceros franceses (2.400 hombres) liderados por coroneles hugonotes. El fuego por salvas estaba ya prictica- ‘mente implantado en la época. Evidencia lings tica deestoesla frecuente aparicién a partir dela década de 1580 del término inglés volley asf como del holandés salve, un préss tamo del francés, El capitin espattol Bguiluz fue el primero en proponer, en 1586, la contramarcha para disparar descargas me~ diante un sistema de rotacién, [La caballeria del siglo XVI también adopts armas de fuego ddemanera progresivaen forma de pistolasy arcabuces, mientras {que el cteciente niimero de cafiones en el campo de batalla pa- rece haberinducido a una reduccién de a cantidad de armadura, ‘empleacla, Las gendarmes de los Paises Bajos inictalmente ves- tian ermadura completa y montaben caballo bardados. Los"ar- queros’ clasificados como caallria ligera también usaban ar- adura completa, asi como la otras compafias de cabaleria ligera Todos estos jnetes eran, en realidad, lanceros. Probable mente ya para la década de 1540 la armadura por debajo de la roilllahabrie sido descartada, ls bardas dels monturas pen- sadas para asallarformaciones de infantera, eran cada vez ms raras Por contra las arias de fuego impelian alos jnetes a usar armadurasa prueba de bales, que resultaban tan pesadas que se tendia minimizar la cantidad portada. As, comienzos dela <écada de 1580 os lanceros ativosrebeldes vstfanarmadura solo en la mitad superior del cuerpo, cubierta por una casaca con los colores de su capitan, yocasionalmente incluso descar- taban Ia armadura de los brazos,con la excepcién de un par de guanteletes de hierro. Este desarrollo propicié que gendarmes,arqueros y chevaule legierscomenearan gradvalmente a emplear el mismo equipo, cvolucidn igualmente aestiguada en Francia, cuyos gendarmes que combatiron con los ebeldes a comienzos dela década de 1580 vestian la misma armedura que sus aliados. Los rebeldes, podrian haber reclutado nuevas companias de ordenanza, pero ‘en su lagar optaron por los chevauls legers, queen la préctica Fer Hein de Ad, CONDE DE FUENTES, aor Aviom him Cs, run [-} igus [aun]. Gaberada de in ent 1400 y 1410, ate se mand fa verte mis ciel dl aie escort orbs ances tra wd lp del Gina tees ec sobe spss pis qt avn a Gen Hei. cone de Foes smiobr cn ga dees eve os mus nie ef mnargugvan an po as amis come er bay eng led she au vis de miei envio de tropas desde la Italia espatiola hasta los Patses Bajos, siendo una de las piezas claves del sistema militar hispénico, 1 mantenimiento de las comunicaciones a través de este corredor militar, como el del continuo flujo de soldados hacia Flandes ~junto con los metals preciosos que venian de Amé- rica-, eran la sangre y los pulmones que mantenian el enorme cuerpo que era la Monarqaia Hispénica durante los siglos XVI y XVIL La constante presencia hispénica en Flandes, una re- si6n en a perteria del Imperio, distante del centro de gravedad de la Monarquia, fue siempre necesaria, por lo que nunca se «scatimaron esfuerzos, tanto para levarsoldados espaioles ¢ italianos a Flandes ~reconocidos como nervias de ese ejército, ‘las tropas mis lealesyfiables-, como para mantener siempre abierto un coreedor militar que pudiera comunicar Milén con Flandes. Mantener el Camino Espafiol fue una necesidad tan importante que vertebré la politic exterior de la Monarquia durante casi un siglo, siendo la clave de las relaciones diplo :aticas con Saboya, Lorena, los cantones suizos, Francia 0 el Imperio. Buena parte de las intervenciones militares espattoles en diversas contiendas centrocuropeas ~en algunos casos ache cadas al impert de fondo la defensa de este corredor, vital para el manteni- imiento de los Paises Bajos espaioles. smo espaiiol- realmente tenfan como telén “ESPANA MI NATURA, ITALIA MI VENTURA, FLANDES MI SEPULTURA” Esta vieja coplilla de la época resume bastante bien las bases del sistema militar hispanico, fundamentado en el continuo envio de soldados espaitoles desde Italia a Flandes a través del ‘Camino Espafol, Periédicamente los soldados espatiles vete- ranos de los presidios italianos, y los napolitanos y milaneses redlutados por Ia Monarquia, podian ser transportados a las sguerras de Flandes. El envio de estos soldados veteranos y en- ‘trenados que a su vez eran remplazedos por nuevos rectutas Iegados desde Espa permitira en cierta manera que la ca: Tidad de estos hombres en Flancls fuera muy alta, de ahi la tra- icional buena fama que mantuvieron los soldados expanoles ‘durante el Siglo de Oro, muchas veces considerados exagera- ‘amente como invencibles. Lo cierto es que la veterania y ‘mayor experiencia de los soldados espafoles durante el siglo [XVI se fraguaba en su profesionalidad y en el paso previo de a mayoria por las guarniciones espaiiolas de Népoles, Sicilia © Milin antes de ser enviados a Flandes, por lo queasullegada los soldados solian considerarse como milicia vieja EI Camino Espafiol también encontraba su sentido en el hecho de que los monarcas espafioles siempre prefirieron tener ppocos soldacios, pero profesionales,siendo los espaiioles los sol- \dados mis codiciados y elogiados por los militares del siglo XVI, a teorla de la expatriaci6n militar, ya esbozada par el profesor Parker tiempo atris, también influia en el hecho de que los mo- ‘areas espatoles intentarin por todos|os medios enviar espaioles 1 Flandes, en detrimento de las tropas reclutadas localmente, Dicha idea suponia que un soldado era mis efcae cuanto mis lejos estaba desu lugar de origen, ya que la cercania del hogar pro. piciaba y faciltaba la desercién, De esta manera los soldados es. pafioles en la Peninsula eran poco valorados. En cambio, los soldados profesionales espaftoles de los Tercios, diante los sistemas voluntarios, eran muy apreciados fuera dela reclutados me- Peninsula, debido no solo ala idea dela expatriacién militar, sino también ala mayor confianza que los mandos tenfan en ellos, LA RUTA MARITIMA A mediados del siglo XVII el panorama bélico internacional {runcaré la hegemonia espariola sobre gran parte de Buropa, co- ‘menzando as la lamada decadencia, Poner una pica en Flandes sera cada vex mas dificil, ebido ala falta de reclutas -ante ls, Importantes crisis demograficas que asolaron especialmente Castlla-,y porque ef Camino Espanol, que se habia mantenido hast el ato 1634 fecha en la que el Cardenal Infante recorrera este camino por iltima ver-, quedara virtualmente cortado ante 1a caida de [a plaza imperial de Breisach, El ciere de este impor tante corredor militar suponde el colapso del sistema que en. viaba veteranos de las guarnicionesitalianas a Flandes. Pero el envio de espaiioles no cesaré, aunque la empresa seri cada vez ‘més complicada, al tenerse que realizar por mar, siendo estos generalmente de peor calidad, al ser la mayoria bisof La ruta maritima hacfa Flandes siempre habia estado pre- sente, pero era la mis peligrosa, pese a ser mis econémica y ri pida. De hecho, os primeros soldados esparioles que legaron a Hlandes lo hicieron en barca, dlécadas antes de que se estableciese 1 Camino Espafol, como lo hicieron todos los espattoles que lucharon en San Quintin (157). A pesar de la ventaja de le ra pides, el paso de una flota por et canal dela Mancha era siempre peligraso al quedar a merced de otras armadae anemigas,siom- ‘pre més numerosas, En una costa plagada de enemigos, se ne- cesitaba alin puerto amigo en el que poder atracar en caso de snecesidad, ya fuera por las condiciones meteorolégicas 0 los ata {ques enemigos. Esto condicioné notablemente la ruta maritima, ‘hasta el punto que sino se contaba con un refugio segura la mo- narquia no se arriesgaba a ninguna operacién naval Durante la primera mitad del siglo XVII, pesar del fracaso dela Armada Invencible (1588), se comenzaron a enviar refuer- 20s desde la Peninsula por mar con mucha mayor asiduidad, gracias a una nueva politica naval més ambiciosa que intentaba a 2p | csr reera fenar a los holandeses, pero también gracias a que se contaba con la neutralidad que ofrecian los puertos ingleses del Canal En le década de 1620 el transporte de tropas parecia esta solu- cionado gracias alas nuevas expediciones maritimas protagoni- zadas por las fragatas de la Armada de Flandes y sus expertos ‘marines, que exitosamente realizaron expediciones punitivas ‘contra los holandeses, acciones de corso y también de transporte de tropas entre Ia Peninsula y los puertos flamencos. La derrota de la expedicion naval de Oquendo en 1639, en: viada por la monarquia para intentar no solo transportar tropas ‘aFlandes sno también para destruira Ja Armada holandesa, fue tun enorme fracaso que dejé maltrecha la flota hispana, aunque tuna buena parte dels hombres que transportaba pudieron legar a Flandes, El desastre dej6 ala Monarquia con menos barcos, y ten muchos casos este hecho se ha interpretedo como el fin de la via maritima para llegar a Flandes, aunque hoy sebemos que no fue as. A pantir de la década de 1640 hubo que buscar una solu- cién al problema, ya que a pesar de contar con el abrigo de los puertos ingleses, cualquier expedlcién naval a esas latitudes tenia l peligro de ser apresada. La Monarquéa experiments sus peores ‘momentos en esa fatidica fecha, ante ls sublevaciones de cetala ‘nes yportugueses, por lo que se debieron multiplicar los reclut ‘mientos en todas partes, quedando seriamente limitado el envio de espafoles a los Pases Bajos, ala ver que se comenz6 a reca sar al Bj para formar un ejército profesional y de importancia en la Pe insula. La unién entre la Peninsula y los puertos flamencos, a rode Flandes wna parte de sus efectivos extranjeros pesar de la precariedad del sistema, sigulé realizandose gracies Tosnavios dela Armada de Flandes ya otros de corso, queen pe- quefias expediciones se encargaron de transportartropas de un lado a otro: espafioles a Flandes, y soldados de otras naciones a los nuevos ejécitas que se formaban en Espata. A diferencia de las expediciones pasadas, o las que se rea- lizaban por via terzestte, estas eran limitadas y en muchos ‘casos estaban protagonizadas por barcos individuales o peque: fias expediciones de pacos buques, que gracias a su pericia y poco calado intentaban zafarse del bloqueo holandés, no sin ‘que algunos terminaran siendo capturados por estos. A pesar de las trabas hubo afios en los que pudieron llegar a Flandes ‘entze 1.500 y 2.000 espatioles, que fueron intercambiados por 1 mismo numero de valones o alemanes. Desde 1648 cl sistema empez6 a ser mis factible al decla- rarse la paz entre Espaia y Holanda, produciéndose un impor- tante acercamiento entre ambas potencias. A partir de esa época el trasporte maritimo fue mucho més viable al poder en: contrar proteccién de cualquier flota enemiga en los puertos holandeses, ademés de la posiblidad de que el transporte se pudiera realizar en navios mercantes de su pabelldn. Pero las

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