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ORGANIZACION Y FORMAS DE RESISTENCIA ARTESANALES: LOS SASTRES DE [A CIUDAD DE MEXICO, 1864-1873 Car.os ILLADES Instituto de Investigaciones Dr. José Maria Luis Mora La historia del artesanado mexicano durante la segunda mitad del si- slo XIX es un tema poco estudiado. Numéricamente, los artesanos constituian el niicleo de trabajadores urbanos mAs importante; ellos di- rigieron y marcaron las pautas organizativas de las asociaciones de tra- bajadores que se formaron en México en la segunda mitad del siglo xix; no obstante, los historiadores han centrado més su atencién en el estu- dio del movimiento obrero. En consecuencia, la historia del trabajo de la segunda mitad de la centuria, y mas precisamente su tiltimo cuarto, se ha visto més en rela- cién con el surgimiento del proletariado industrial que en funcién del artesanado. Por lo general, los artesanos han adquirido un sentido para la historiografia en la medida en que fueron desplazados por las maqui- nas y sustituidos por obreros industriales, es decir que han sido estudia- dos en la medida en que dejaban de serlo. En la ciudad de México encontramos un artesanado que se resiste a desaparecer hasta ya entrado el siglo xx. A mediados de la centuria anterior, en la capital federal hab{a una multitud de tiendas pequefias y de talleres artesanales de poca monta. De una poblacién que se aproxi- maba a los 200 000 habitantes, se calcula que el 38% de los adultos eran artesanos.? + Ponencia presentada en la VIII Reunién de Historiadores Mexicano-Norteame- ricanos. San Diego, California, 18-20 de octubre de 1990, ? Lopez Monjarbin, 1978, p. 2, dice que de acuerdo con el P; ‘adrén Municipal de la ciudad de México de 1850, aproximadamente el 75% de los establ i lecimientos citadinos 323 324 CINCUENTA ANOS DE HISTORIA EN MEXICO Los artesanos capitalinos no entraron en dicho periodo en un pro- ceso de extincién, sino que sufrieron a consecuencia de la pobreza, de lo cual hablaremos en la primera parte de este escrito. Por otra parte, la respuesta de los artesanos ante la situacién adversa que padecfan no se dio de manera automitica. Fue necesario crear instancias organizati- vas para, posteriormente, hacer frente a los problemas que los agobia- ban. En la segunda parte de este trabajo revisaremos las corrientes ideo- ldgicas que participaban en el movimiento artesanal para, més adelante, centrarnos en el estudio de la organizacién de los sastres y en su lucha reivindicativa. Hemos elegido como ejemplo a los sastres por ser uno de los oficios que se organizé mas tempranamente, pues ya en la dé- cada de los setenta desempefiaba un papel destacado. Hacia 1872 un gru- 10 de estos trabajadores realizé una huelga para evitar que les rebajaran a tarifa de las prendas que elaboraban y, al afio siguiente, el primer ta- ller cooperativo que se fundé en México fue precisamente un taller de sastreria, I. CONDICIONES DE VIDA Durante las décadas posteriores a la guerra de Independencia, fueron constantes las quejas de los artesanos a causa del deterioro de sus condi- ciones de vida. Con frecuencia, diversos grupos de estos productores en- viaban escritos (‘“‘representaciones”) a los cuerpos legislativos, en los que solicitaban la aplicacién de medidas proteccionistas que ampliaran el mercado a sus productos.* La necesidad obligé a los artesanos a combinar el ejercicio del oficio con tareas de distinta indole; Ilevé a sus mujeres y a sus hijos a buscar otras actividades remunerativas, y, en muchos casos, los artesanos tuvie- ron que emplearse como barrenderos 0 cargadores. Otros, en lugar de trabajar sobre pedido, como era la costumbre, salian afanosamente a las calles a ofrecer sus productos.‘ La dificil situacién econdmica de muchos artesanos también se re- flejé en sus viviendas. Los barrios de El Carmen y San Sebastian, proxi- mos al centro de la ciudad y donde habitaban numerosos artesanos, ha- eran exclusivamente comerciales y el porcentaje restante correspondfa basicamente a los talleres artesanales. SHaw, 1979, p. 400. _ , 2 En 1851, mis de seis mil artesanos suscribieron una representaci6n en la que so- licitaban al Congreso la adopcién de una legislacién proteccionista en materia econdmi- ca, Representacion, 1851, pp. 5-6. + CaLpEnon, 1955, p. 97; Sorpo, 1983, p. 79. ORGANIZACION Y FORMAS DE RESISTENCIA ARTESANALES 325 bian perdido su antiguo esplendor. Un cronista de la Hee: pinté el si- guiente cuadro: “Ruinas, bazares con muebles viejos y tierros oxidados, pulquerfas y tiendas de pobre aspecto, es lo tnico que por aquellos ba- trios se encuentraf.. .}; en las accesorias y en los cuartos interiores de las casas de vecindad, habitan porcién de artesanos”’. José Maria Gon- zdlez, un sastre militante de ideas cooperativistas, decfa hacia 1876 que “se lastima el alma... al penetrar en esos calabozos himedos y malsa- nos que se llaman cuartos de vecindad, en donde habitan los infelices trabajadores’’.¢ La inestabilidad politica que se vivid a lo largo de la década de los setenta coadyuv6 al deterioro de la calidad de vida de los artesanos, ya que motivé la paralizacién del comercio, propiciando el crecimiento del desempleo entre los pequefios productores. Asimismo, las disposiciones fiscales aplicadas a partir del triunfo republicano desalentaron la pro- duccién en. pequefia escala, dado que los impuestos de cuota fija y de cuota proporcional (que ascendia al 15% del valor de la renta del local que se ocupaba) resultaban altos, sobre todo si se piensa que las fabricas textiles y de papel no pagaban impuesto federal alguno. Por si fuera po- co, a partir de 1872 se levanté cualquier tipo de prohibicién a la impor- tacién de articulos extranjeros.’ La leva era otro de los problemas que sufrian los artesanos. Hacien- do eco de las quejas de los artesanos desocupados, en la prensa de los trabajadores se decia que a causa de la leva “nos obligan a sentar plaza de soldados y abandonar a nuestras familias, y a ir a morir como carne- ros en los campos de batalla’’. Il. Las CORRIENTES IDEOLOGICAS Se puede afirmar que desde los inicios de la organizacién artesanal, en particular en las sociedades de ayuda mutua, existia una tensién entre distintos grupos con respecto a la posibilidad de recurrir o no a la ayuda oficial. Hay que recordar que desde la época colonial los artesanos ha- bian estado ligados al poder publico: sus organizaciones no eran autdno- mas ni se inscribian en la esfera de “‘lo privado”, sino que dependian 5 Rivera Camas, 1882, vol. u, p. 93. ‘“Nuestras ideas”, EI Hijo del Trabajo (3 sept. 1876), pp. 1-2. GonzAtez, 1974, p- 43; Gonzatez, Cosio Vi.tecas y Monroy, 1956, p: 427, pintan un cuadro semejante, 7 CALDERON, 1955, pp. 98-99; Carposo, 1980, p. 15. * “Los tribunales de vagos”, El Socialista (12 nov. 1871), p. 1. 326 CINCUENTA ANOS DE HISTORIA EN MEXICO del Estado y formaban parte del entramado institucional de la adminis- tracién publica local.’ Esta tradicién pervivid. en el México indepen- diente; por ejemplo, el presidente Lerdo de Tejada concurria regular- mente a los actos conmemorativos de la Sociedad del Ramo de Sastreria para Auxilios Mutuos, “dando asi una muestra de benévola deferencia ala clase humilde de los artesanos, que digase lo que se quiera, va to- mando la injerencia y representacion que debe tener en la prosperidad y en los destinos del pais’’."° Los artesanos eran trabajadores calificados y, dado su nivel de alfa- betizacin, conformaban un grupo social permeable a las ideas sociales y politicas de vanguardia. En México la constitucién de sociedades de artesanos corrié a la par de la difusién de las ideas socialistas. De hecho, en las instancias organizativas de los artesanos operaba la fusién de las ideas adquiridas a través de su propia experiencia con las ideologias es- tructuradas de manera mas sistematica. En contrapartida a la tradicién colonial que vinculaba a las organi- zaciones artesanales con el Estado, las ideas de pensadores socialistas, como Charles Fourier por ejemplo, difundidas en México en la década de los cuarenta, daban por sentada la ‘‘apoliticidad”’ de los trabajadores y su distancia con respecto al poder puiblico. Asi, la Sociedad Particular de Socorros Mutuos, creada en la ciudad de México hacia 1853, insistia en “la abstencién completa de todos los socios en todos los problemas politicos del pais’."! Para la difusién de las ideas socialistas y cooperativistas la prensa desempeiié un papel muy importante. Desde la década de los cuarenta, pero de manera més sistematica a partir de los afios setenta, encontra- mos una prensa artesana y obrera vigorosa."? A través de este vehiculo de la palabra escrita, los trabajadores no sdlo informaban y se enteraban de lo que pasaba en México y en el mundo; también se organizaban. Este papel organizador de la prensa se manifesté con claridad en la crea- cién del Gran Circulo de Obreros de México, en 1871. Alrededor de El Socialista se agruparon los artesanos que fundaron aquella organiza- clon, La influencia que a partir de la década de los sesenta ejercid en México el revolucionario griego Plotino Rhodakanaty, se dejé sentir en algunos organizadores de agrupaciones artesanales, como Santiago Vi- 9 GONZALEZ ANGULO, 1983, p. 2 1 El Socialista (23 nov. 1873), p. 2; BARRAGAN, Oxniz y Rosates, 1977, p. 9 1 VaLapés, 1984, p. 12. 2 OpreG6n, 1979, pp. 35-46. ORGANIZACION Y FORMAS DE RESISTENCIA ARTESANALES 327 lanueva. Las ideas de Rhodakanaty y, sobre todo, la elaboracién que de ellas hicieron sus discfpulos mexicanos, generaron dentro del movi- miento de artesanos y obreros una corriente que preconizaba la inde- Pendencia de los trabajadores respecto del gobierno.! Entre las organi- zaciones de artesanos, al menos, este planteamiento ideoldgico no cundié de manera significativa. ; Resulta pertinente sefialar que fue en el Segundo Imperio cuando se legislé por primera vez en materia laboral. Por otra parte, durante la Guerra de Intervencién y en algunos casos desde antes, diversos lide- res artesanales (Epifanio Romero, Juan Cano, etc.) apoyaron al gobier- no republicano y generaron ligas con los mas prominentes liberales. Con el triunfo republicano, los nexos de estos dirigentes artesanales con los gobiernos de Juarez y Lerdo de Tejada se hicieron més estrechos. Algunas sociedades de socorros mutuos llegaron incluso a recibir ayuda econdmica del gobierno. Cuando Porfirio Diaz se rebelé contra el gobierno de Juarez y pro- clamé el Plan de la Noria el 9 de noviembre de 1871, desde la prensa de los trabajadores se censuré el hecho, y dirigentes artesanales como Victoriano Mereles declararon enfaticamente que “la clase obrera no puede por ningan motivo estar por la guerra civil, cualquiera que sea su ee porque para ella es siempre su ruina; por eso es que ha conde- nado los pronunciamientos y los motines”’.!4 _, Durante la década de los setenta cobré mayor intensidad la asocia- cién de artesanos y obreros, agrupandose en mutualidades, tan sélo en la ciudad de México, entre 8 000 y 10 000 trabajadores.!* Tanto la ten- dencia encabezada por Santiago Villanueve como en la que se inscribian Epifanio Romero, Juan Cano y Juan de Mata Rivera, participaron en la formacién de la agrupacién Me trabajadores mas importante de la épo- ca: el Gran Circulo de Obreros de Mexico. Esta organizacién, fundada en septiembre de 1871, pretendid coordinar las luchas de artesanos y obreros, utilizando a su érgano de prensa, El Socialista, como el instru- ® Hacia 1878, José Maria Gonzélez seftalaba que “no somos de los que creen que la proteccién que el gobierno debe impartir al trabajador consiste en asignar subvencio. nes a las sociedades, a los talleres, a las fAbricas, etc., ni en pensiones 0 cantidades de dinero para repartrlas entre quienes carezcan de trabajo, sino en la sabiduria y oportu. nidad de las leyes”. GonzALEz, 1974, p. 159. 4 El Socialista (26 nov. 1871), p. 2. “Como la revolucién de Diaz tuvo sus simpa- tizantes y sus enemigos en el seno del Gran Circulo, a proposicién de Villanueva, se invité a todos aquellos que opinaran en pro y en contra de algiin Partido politico, se re- tiraran inmediatamente de sus filas’”. Vatapés, 1984, p. 54. 8 Sorvo, 1983, p. 79. 328 CINCUENTA ANOS DE HISTORIA EN MEXICO mento privilegiado para promover la organizacién de los trabajadores y difundir sus reivindicaciones. Cabe apuntar, para no dejar duda de la hegemonia que los artesanos ejercieron dentro de la naciente agrupa- cién, que de las filas de los impresores y sastres salieron sus primeros cuadros dirigentes.16 Se puede afirmar que en el Gran Circulo de Obreros los artesanos se expresaban como clase. La organizacién reunia a los trabajadores por oficio (agrupados en sociedades de ayuda mutua) y pretendia tener un alcance nacional (hacia 1875, contaba con 28 sucursales en el interior del pais). Por otra parte, fijaba como requisito indispensable de ingreso ser trabajador nheleeesad o manual; luchaba por la ampliacién de la ayuda mutua, el mejoramiento de los salarios y la disminucién de la jornada de trabajo, a la vez que apoyaba las huelgas como formas validas de lu- cha.'” En esta organizacién se marcaban con nitidez, las lineas que di- vidian al capital y el trabajo. La inesperada muerte de Villanueva en 1872, sin duda uno de los promotores de la organizacién de los trabajadores que contaban con mayor autoridad entre éstos, permitié a Romero, Cano y De Mata Ri- vera —quienes gozaban de una gran ascendencia entre los artesanos or- anizados— influir de manera decisiva en la accién del Gran Circulo. jin embargo, el hecho de que no pretendieran encarar al gobierno no cancelaba la posibilidad de que en talleres y fabricas, artesanos y obreros se enfrentaran contra los propietarios y demandaran mejoras en sus condiciones de vida. Ill. La SoctEDAD DEL RAMO DE SASTRERIA PARA AUXILIOS MUTUOS Las instancias organizativas que crearon los artesanos para defenderse de la situacién adversa que padecian fueron las cajas de ahorro (la prime- ra se constituyé en Orizaba hacia 1839), las sociedades por acciones (co- mo la fundada en Guadalajara en 1850) y las sociedades de socorros mu- tuos. El Estado, por su parte, auspicié la formacién de organizaciones artesanales. Asi, por ejemplo, en 1843 se establecieron las bases legales para el funcionamiento de la Junta de Fomento de Artesanos, ligada a la Direccién General de la Industria Nacional encabezada por Lucas Alaman. Tomando como marco de referencia sus experiencias organizativas 16 Rojas Conta, 1984, pp. 197-198. Y VALADES, 1984, pp. 52-53. ORGANIZACION Y FORMAS DE RESISTENCIA ARTESANALES: 329 previas (bdsicamente de cardcter gremial), hacia 1853, bajo el gobierno del general Santa Anna, los artesanos capitalinos constituyeron las pri- meras sociedades mutualistas. La Sociedad Particular de Socorros Mu- tuos abrié brecha en este terreno. Se cuenta que la causa inmediata que propicié la creacién de esta asociacién fue la muerte de un sombrerero: Al tener noticia del acontecimiento, varios amigos, también sombrereros, pasaron a ofrecer sus servicios a la familia y quedaron dolorosamente sor- prendidos al ver el caddver tendido en el suelo y con un pequefio plato en los pies destinado a recoger limosna para los gastos de inhumacién.'* Al parecer, este acontecimiento hizo reflexionar a estos artesanos sobre la precariedad de su situacién y los motivé a organizarse. Hasta antes de la Constitucién liberal, se carecia de una normativi- dad legal que rigiera las formas de asociacin. Sin embargo, siguiendo con el ejemplo de la Sociedad Particular de Socorros Mutuos, queda la impresion de que el Estado no las combatia. La asociacién recién funda- da sometié su reglamento a la consideracién del ministro de Fomento, Colonizacién, Industria y Comercio, el cual, después de hacerle algunas modificaciones, lo consider apropiado. El Estado reconocia de facto la existencia de la asociacién." _ En 1857 los artesanos tuvieron legalmente el derecho de asociarse. Si bien es cierto que la nueva Constitucién abolié las corporaciones, también permitié el derecho de asociacién en la medida en que éste se inscribfa dentro de las garantias individuales. En el articulo 9 del docu- mento se asentaba que “a nadie puede coartarse el derecho de asociarse o de reunirse pacificamente con cualquier objeto licito”’.”° Con la ayuda de los miembros de la Sociedad Particular de Socorros Mutuos, se organizé en el mismo afio de 1853 en la'ciudad de México la Sociedad del Ramo de Sastrerfa para Auxilios Mutuos. Los sastres die- ron a su agrupacién un perfil gremialista, al permitir que se incorpora- ran a su sociedad tinicamente quienes trabajaran en el oficio y no tuvie- ran un capital mayor de cien pesos. Este segundo requisito tenfa como fundamento la decisién de excluir de su organizacién a los propietarios, pues resultaba obvio para estos artesanos que “los obreros no podian estar al lado de los propietarios”’.*! 18 “Testimonios”, 1978, p. 9. En este articulo se da 1854 como afi é de |e Scag PHPlist sioner. os 9 “Testimonios”, 1978, pp. 911. 20 Tena Ramirez, 1957, p. 608. 21 VaLaDEs, 1984, p. 13. 330 CINCUENTA ANOS :DE HISTORIA EN MEXICO Ignoramos cudnto tiempo existié esta organizacién de sastres. Lo cierto es que las sociedades de socorros mutuos se disolvian y se volvian a formar periddicamente, lo que nos lleva a pensar en cierta continuidad impulsada por la recuperacién de las experiencias previas y por la con- servacién de algunos cuadros organizativos. Probablemente eso sucedid con la Aaeliied de los sastres, que el 20 de noviembre de 1864 se fun- dé de nueva cuenta, y prolongé su existencia hasta finales de siglo.” Al parecer, la Sociedad del Ramo de Sastreria para Auxilios Mutuos tuvo como principal dirigente durante sus primeros afios a Epifanio Ro- mero, quien fue su presidente durante el periodo 1865-1871. Romero te- nia una larga trayectoria como organizador de sociedades de artesanos, dado que desde 1844 habja participado en la fundacién de la Sociedad Artistico-Industrial, agrupacién que reunia a varios ebanistas y que te- nia por objeto el perfeccionamiento del oficio. Posteriormente, se alisté como voluntario contra el ejército invasor estadunidense y, mas adelante, se adhirié al Plan de Ayutla y participé en la Guerra de Tres Ajios y en la de Intervencién. Romero fue designado presidente del Gran Circulo de Obreros de México en 18722 Se desconoce el texto del reglamento inicial que tuvo la asociacién de los sastres capitalinos. En el discurso que pronuncié Epifanio Rome- ro cuando fue electo presidente de la mesa directiva de la sociedad para el aio de 1873, manifest6 que los ejes rectores de su labor serfan “la mo- vilizacién del fondo (general) y las reformas que sean necesarias al regla- mento”.25 En agosto del mismo afio sé modificé el reglamento de la organizacién de los sastres, dado que resultaba indispensable poner enérgicas restricciones a las solicitudes que se presen- ten, pues desgraciadamente se ha visto que algunos individuos, profanando la palabra asociacién, la han invocado para venir a ocupar un lugar en esta sociedad, que no les es digno.?° Lo cierto es que en agosto de 1875 se expidid un nuevo reglamento que afortunadamente ha llegado hasta nosotros. E] documento normati- Vo permitia que se incorporaran a la asociacién de los sastres capitalinos todos los artesanos honrados, independientemente de que fueran sastres 72 Cuavez Orozco, 1938, p. 73; BasurTo, 1975, p. 61, atribuye a Santiago Villa- nueva la formacién de la sociedad de sastres. 2 VaLapés, 1984, p. 14. 28 Sorvo, 1983, pp. 84-85; Garcia CANTO, 1974, p. 421: 25 El Socialista (12 ene. 1873), p. 1. » El Socialista (17 ago, 1873), p. 1. ORGANIZACION Y FORMAS DE RESISTENCIA ARTESANALES 331 © no. Asimismo, sélo quien ejerciera un oficio podia ingresar en la so- ciedad.”” Con ello se rebasaba la conciencia estrecha y vertical del ofi- cio —propia del artesanado colonial— y se marcaban las pautas clasistas de la organizacidn. Era comin, por otra parte, que los artesanos fueran miembros de distintas sociedades a la vez, como fue el caso de Jestis Marmolejo, “honrado y aplicado sombrerero que pertenecia a las socie- dades... de sastres y unionista de sombrereros”’.** El arma fundamental con que contaban estos artesanos era la solida- ridad, que se manifestaba en cada uno de los postulados de su organiza- cién. Entre los objetivos de la agrupacién de los sastres destacaba la for- macién de una caja de ahorros para asistir a los socios en caso de enfermedad o decrepitud, o a sus familias en caso de muerte. El fondo de ahorro se creaba con las cuotas que periddicamente entregaban sus miembros, pero, como ya sefialamos, era comtn que las sociedades mu- tualistas lo complementaran con aportaciones gubernamentales. No encontramos en las organizaciones de los artesanos mexicanos un marcado énfasis en las practicas rituales. Cuando un trabajador in- resaba a la asociacién de los sastres, se pronunciaba la siguiente formu- la: “El presidente. —;Os comprometéis, por lo mas sagrado de yuestro honor, a observar y acatar todo lo contenido en este reglamento? Solici- tante. —Si, me comprometo por mi honor. El presidente. —En virtud de vuestra protesta, queddis debidamente inscrito en esta sociedad”. Los funerales tenian un contenido ritual significativo. El relato de las pompas funebres de dos artesanos da razén de ello: El entierro de nuestros apreciables consocios Lemus y Salvatierra se verifi- c6[...] con pompa hasta ahora inusitada en la clase de los desheredados. Ambos cadaveres fueron conducidos en hombros hasta los confines de la ciudad; comisiones de todas las asociaciones de artesanos de la capital y més de doscientos miembros de las sociedades de sastreria y Unionista (de Sombrereros) con sus dignos representantes, formaban el cortejo fanebre, marchando a pie y de dos en dos: mas de cuarenta carruajes iban en pos de este acompafiamiento que llamaba la atencién en las calles por su transito. El relato concluye con las siguientes palabras: Antes, los restos del pobre artesano, del desheredado, eran conducidos en » También habla que ser mexicano, tener entre 16 y 50 afios y no padecer ningu- na enfermedad al ingresar. “Reglamento”, 1977, p. 22. 2 El Socialista (25 mar. 1872), p. 4. 2 “Reglamento”, 1977, p. 23. 332 CINCUENTA ANOS DE HISTORIA EN MEXICO triste soledad y depositados en una humilde [...] sepultura, sino es que iban a dara la fosa comin. Hoy, gracias a los auxilios de las ideas filantré- picas de la asociacién, el artesano que pertenezca a ella puede esperar que su entierro sea casi igual al de un potentado, De esto nos congratulamos, y no por la vana ostentacidn, sino porque esa pompa y solemnidad indican que hay entre nosotros verdaderos sentimientos fraternales.>? E] perfeccionamiento del oficio y la educacién (elemental y moral) Constituyeron preocupaciones centrales de la agrupacién de los sas- tres.*! Finalidad basica de la sociedad era el fomento de la biblioteca existente, “para que por medio de ella se propague la instruccién moral entre los socios”. En la eleccién de los libros se darfa prioridad a “aquellos que se relacionen con las artes, la historia y los derechos del ciudadano”.> Sin embargo, la cultura de estos trabajadores no se redu- cia a la lectura; era comin encontrar en sus publicaciones periddicas anuncios referentes a las actividades culturales que se desarrollaban en la ciudad. Cuando habia recursos, los artesanos acudian al teatro o a la dpera. En las sedes de las sociedades mutualistas, con frecuencia se cele- braban veladas literarias y, cuando se trataba de un acto conmemorati- Vo, se tocaba musica de camara o se iriterpretaban algunas canciones y arias de épera. Otro objetivo importante de la organizacién de los sastres fue la creacién de un fondo cooperativo, destinado “‘a la fundacién de talleres, 0 establecimientos de consumo, en los que de preferencia ser4n atendi- dos los socios”.*4 En suma, la agrupacién de los sastres pretendia no sdlo mejorar las condiciones de vida de sus miembros, sino también lo- grar liberarlos, aunque fuera parcialmente, de la dominacién de los pro- Pietarios de los talleres. 30 El Socialista (20 jul. 1973), p. 3. Una de las obligaciones de los miembros de la eet de sastres era “asistir al funeral de los socios que fallecieren”. ““Reglamento”, 77, p. 25, .__ >! En el reglamento de la organizacion de sastres, se sefialaba que “una de las prin- Cipales tendencias de esta sociedad es llegar a un grado de moralidad tal, que sea una recomendacién el solo hecho de pertenecer a ella”. “‘Reglamento”, 1977, p. 22. *“Reglamento”, 1977, p. 21; BERMUDEZ, 1988, pp. 134-135, sefiala que en la se- Bunda mitad del siglo xix, la Librerfa Mexicana ofrecia una apreciable cantidad de Obras de interés para los artesanos, uno de sus clientes mas importantes. y._ Reglamento”, 1977, p. 30; Cunisturs, 1977, p. 48, sefiala que el Gran Circulo de Obreros de México llegé a contar en lo relativo a oficios y artes con una biblioteca de cinco mil ejemplares, patrocinando incluso la publicacién de obras como Necesidad ¥ peligros del socialismo de Isidro Masseron y otras. **“Reglamento”, 1977, p. 26. ORGANIZACION Y FORMAS DE RESISTENCIA ARTESANALES 333 La Sociedad del Ramo de Sastreria para Auxilios Mutuos funciona- ba con base en principios democraticos. Su mesa directiva estaba forma- da por un presidente, un vicepresidente, dos secretarios, dos prosecreta- rios, un tesorero y un contador. Estos funcionarios eran electos en una junta general —en la que participaban todos los miembros de la sociedad que gozaban de plenos derechos— mediante sufragio directo. Los miem- bros de la mesa junto con los presidentes de las comisiones permanentes (hospitalidad, hacienda y biblioteca) y los representantes de fraccién (uno por cada veinte artesanos, electo por voto directo) formaban la junta directiva. Este organismo se reunia todos los martes y tenia por obligacién “tratar del progreso y del gobierno de la sociedad, asi como Para resolver los casos extraordinarios (por ejemplo la incorporacién de nuevos socios)”’.2> Una vez al mes, la junta directiva daba cuenta a to- dos los miembros de la sociedad de las tareas realizadas y del manejo de los fondos. En estas juntas generales, todos los socios tenian voz y Voto. La sociedad de los sastres prohibia toda “‘iniciacién, acuerdo o dis- cusién que trate de cuestiones politicas o religiosas’’.>* Sin embargo, el 1 la agrupacién de los sastres no interviniera directamente en activi- lades politicas no cancelaba la posibilidad de que, en lo individual, los artesanos tomaran parte en estas lides. Epifanio Romero figurd como candidato a regidor en la planilla encabezada por Mariano Riva Palacio, la cual perdié la eleccién municipal de 1873, pero en los dos afios si- uientes Romero ocupé cargos en el ayuntamiento.”” Participar en el gobierno local resultaba importante para los artesa- nos, en la medida en que podfan ejercer alguna influencia en el manejo del presupuesto del ayuntamiento y en la eiakceacibn de ciertos proyec- tos. No hay que olvidar que una de las comisiones que se formaba en el cabildo de la ciudad era precisamente la de “fomento de artesanos”’. TV. Las TENSIONES LABORALES Con la decadencia de los gremios de artesanos, cobraron mayor impor- tancia las relaciones economicas dentro de los talleres. Para convertirse en maestro ya no era necesario el pleno dominio del oficio, sino la pose- 9 “Reglamento”, 1977, p. 22. 36 “Reglamento”, 1977, p. 21. : 37 “Candidatos del pueblo para‘el Ayuntamiento de 1873”, El Socialista (24 nov. 1872), p. 2; Rojas Conta, 1984, pp. 206 y 208. 334 CINCUENTA ANOS DE HISTORIA EN MEXICO, sién de un capital suficiente para alquilar un local, comprar instrumen- tos y materiales y contratar oficiales'y aprendices.>* El proceso de dife- renciacion entre los propietarios de los talleres (que con frecuencia eran los propios maestros) y los trabajadores (oficiales y aprendices), que se podia observar con claridad en la ciudad de México hacia finales del si- glo-xvil, cobré velocidad a lo largo de la centuria siguiente.’? Los tra- bajadores, por lo comin, tenfan pocas posibilidades de establecer un ta- ller propio. La distancia cada vez mayor entre los maestros artesanos (que se es- taban afianzando en su calidad de propietarios) y los oficiales y aprendi- ces (que se estaban convirtiendo en trabajadores por contrato) generd constantes tensiones en los talleres. En las siguientes paginas, tomando como referencia los conflictos surgidos en distintos talleres de sastreria de la ciudad, trataremos de ilustrar la polarizacién que se vivia en estas unidades productivas. A lo largo de 1872 la prensa informé de diversas disputas laborales verificadas en los talleres de sastrerfa. Malos tratos y rebajas en el jornal fueron los principales motivos de queja de los trabajadores. Una nota periodistica ilustra de manera chusca el persistente conflicto entre maes- tros y oficiales. En agosto de 1872 un grupo de aproximadamente vein- ticinco sastres que laboraban bajo las érdenes de ‘Teodoro Gougaud, abandonaron el establecimiento porque se le habia rebajado en cincuen- ta centavos el jornal a un oficial. En el transcurso del dia el patrén traté de contratar nuevos oficiales y traerlos a su taller. No lo logré. Al dia siguiente, segun se narra, el propietario del establecimiento mandé traer asus oficiales en carruajes. La nota acaba con los siguientes versos: ‘jVa- ya una galanteria!/ Apenas habra un patrén/ que con tanta cortesia/ mande hacer un pantalén’’.*° Con mucho, el conflicto mas importante verificado en los talleres de sastrerfa durante el afio de 1872 fue la huelga de los oficiales de la Casa Cousin. El problema alrededor del cual gird el conflicto fue una rebaja en el pago que, al parecer, corria el riesgo de ampliarse a otros establecimientos.‘! En una carta firmada por “varios sastres de la Casa *8 Carposo, 1980, pp. 163-164. 9 GonzAtez ANGULO, 1983, p. 209; Lorez MoNIARDIN, 1978, p. 7, 40 “Los sastres””, El Socialista (25 ago. 1872), p. 4. __ MEI Arancel de Aduanas Maritimas y Fronterizas (promulgado en enero'de 1872) fijaba un impuesto bajo (83 centavos) a cada chaleco de lana que se importaba. Dust AN y Lozano, 1876-1904, vol. x11, p. 14. Es posible que los bajas aranceles hayan perjudica- do a los talleres de sastreria. ORGANIZACION Y FORMAS DE RESISTENCIA ARTESANALES 335 Cousin” (25 de julio de 1872), un grupo de oficiales denuncié que el nuevo propietario del taller donde laboraban no conforméndose con lo que gana por el precio exorbitante que pone a sus prendas, con la baratura en la que compra sus efectos, y aun con el mi- serable pago que antafio se ha establecido a los obreros de sastreria, ha pre- tendido ultimamente rebajarles a éstos dos reales en cada prenda o pieza de ropa que hagan en su casa (en la Casa Cousin), so pretexto que en otros talleres se paga menos.” En respuesta a la medida tomada por el propietario, continua el do- cumento, varios de los confeccionadores de ohalecos de la Casa Cousin, hemos resuel- to declararnos en huelga antes de convenir se nos disminuya el precio de nuestro trabajo jEsperamos que todos nuestros compafieros hagan lo que nosotros, si cunde a todos los talleres el mal ejemplo del arbitrario paso del sefior Cousin! ;Energfa, sastres mexicanos! Hagamos comprender a los que vienen a enriquecerse a nuestra patria que ya estamos a punto de abandonar nuestra habitual condescendencia, y que el dfa que esto suce- da, ellos seran los primeros en sufrir las consecuencias.*? La redaccién de El Socialista felicité a los trabajadores de la Casa Cousin y llamé a los oficiales de otros talleres, si fuera necesario, a se- guir el ejemplo de aquéllos.!4 La prensa de los trabajadores no se limité a festejar la decisién de los sastres; también funciond como instrumento de organizacién. Asi, desde las paginas de El Sovtalista, el secretario del Gran Circulo de Obreros, Luis G. Miranda, convocé “a todos los obre- ros del ramo de sastrerfa para que concurran hoy a las diez de la mafiana al Gran Circulo de Obreros, 14, del Reloj ndmero 3, con el objeto de tra- tar el auxilio que debe impartirse a los sastres declarados en huelga”.** Progresivamente se fue extendiendo la solidaridad entre los sastres. A principios de agosto se informaba que la mayoria de los sastres de la ciudad de México se han reunido y que, por lo general, han levantado una protesta por la cual se comprometen a no trabajar en la casa de Cousin mientras no se les pague con arreglo a los precios que 2 “Remitido”, El Socialista (28 jul. 1872), p. 2; El Siglo xix (29 jul. 1872), p. 3. 3 Ell Socialista (28 jul. 1872), p. 2. “El Socialista (28 jul. 1872), p. 4 45 El Socialista (28 jul. 1872), p. 1. 336 CINCUENTA ANOS DE HISTORIA EN MEXICO ese sefior tenia establecidos hasta el 23 del pasado julio, y esto, a reserva de procurar més tarde una mejora general en beneficio del arte. Desafortunadamente no hemos encontrado informacién sobre el desenlace final de la huelga. Sin embargo, queda la impresién, dada la enorme sensibilidad de la prensa de los trabajadores hacia cualquier acto contrario a éstos, que el Estado no aplicé el cddigo penal vigente que, en su articulo 925, establecia penas de ocho dias a tres meses de arresto y multas de veinticinco a quinientos pesos a quienes provocasen tumul- to o motin, “‘o empleen de cualquier otro modo la violencia fisica 0 mo- ral, con el objeto de hacer que suban o bajen los salarios o jornales de los operarios’’.*” Las huelgas que artesanos y obreros desarrollaron a lo largo de la década de los setenta calaron hondo en la conciencia de intelectuales como Guillermo Prieto, quien desde sus principios liberales sostenia ue “al tratarse del contrato para producir, se ponian frente a frente dos dashes de dos propiedades, una que se llama capital, otra trabajo”, sien- do “‘la huelga.. . el uso del derecho de propiedad protegido por el dere- cho de asociacién’’, Continuaba su razonamiento sefialando que la huel- a no implicaba holgazaneria, porque “no se trata de no trabajar, sino ns no trabajar al precio que nos quiera imponer cualquiera, porque na- die tiene derecho para ello”. Para Prieto, las huelgas eran legitimas siempre y cuando quienes las realizaran no ejercieran violencia fisica 0 moral, dado que “los pactos entre los huelguistas son legales”’.‘8 V. EpiLoco Las experiencias de organizacion de los artesanos, sus luchas reivindica- tivas y la influencia de las ideas socialistas en boga, definidas por algunos como socialistas cristianas, condujeron a estos trabajadores a plantearse formas de organizacién de la produccién alternativas a las dominantes.” La necesidad de trascender un mutualismo defensivo, el despotismo de los propietarios de los talleres y la difusién de obras tales como la Histo- ria de las asociaciones obreras en Europa o las clases trabajadoras regenera- das por la asociacién del espaiiol Fernando Garrido, sirvieron como 46“Los sastres de la capital”, El Socialista (4 ago. 1872), p. 4. 2. Codigo Penal, 1902, p. 157. *8 PRIETO, 1978, pp. 28-31. __ Gaeta Canto, 1974, pp. 172-179, definié a Rhodakanaty como un socialista cristiano, que pretendia Hevar a la prictica los principios del cristianismo primitivo. ORGANIZACION Y FORMAS DE RESISTENCIA ARTESANALES 337 marco de referencia y acicate para que los artesanos mexicanos forma- ran talleres cooperativos. El innegable peso que habfan adquirido los sastres dentro del Gran Circulo de Obreros de México, hizo que la dirigencia de esta organiza- cién encomendara a Victoriano Mereles la formacién un taller coopera- tivo de sastrerfa, el primero de este género que hubo en México. Luis G. Miranda explicé por qué era necesario crear unidades productivas de este tipo: “Para conseguir la libertad ante los hombres, es fuerza romper todos los yugos, y el yugo mas pesado que oprime a la clase obrera es el capital: pues colectivamente formemos capitales que oponer al de Nuestros explotadores”5° : Este taller de sastrerfa tuvo una corta vida, a pesar de haber obteni- do un éxito econémico apreciable. Al parecer, hacia finales de 1876 ce- trd sus puertas. Dos afios atras, cuando surgieron algunas diferencias en- tre los accionistas de la coo| erativa, Victoriano Mereles se separd de €sta y establecié su propio taller.>! Sin embargo, esta primera experien- cia sirvié como modelo para los talleres cooperativos que formaron Posteriormente carpinteros y sombrereros. En veinte afios, los sastres organizados de la ciudad de México habfan dado un salto considerable, al trascender la ayuda mutua y hacerse cargo por si mismos de la organi- zacién y direccién de su propio trabajo. 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