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Cucó Maximiliano
Cucó Maximiliano
Curso: 4° 2ª
Establecimiento: EESN°9
Año: 2016
Fundamentación
El presente proyecto áulico se adscribe dentro de los contenidos del Diseño Curricular
de Historia de 4° año, siendo el enfoque de este incorporar contenidos teóricos y
metodológicos propios de las ciencias históricas, que faciliten un acercamiento al
campo de producción de conocimientos historiográficos a medida que los alumnos
avanzan en el estudio de la historia1. En este sentido siguiendo lo propuesto por Eco2,
se piensa un estudiante como productor de nuevos conocimientos y no un mero
reproductor, que actualice lo que proponen los textos de historia, mediados y
seleccionados por intervención docente, que sea capaz de interpretar los sentidos
implícitos o explícitos que los autores han plasmado y las nuevas interpretaciones que
de ellos se construyan3. Reconociendo que los estudiantes de hoy tienen limitaciones
importante en cuanto al desarrollo de estas competencias, será importante en ese
sentido las interacciones positivas entre textos y oralidad, la mediación que se pueda
hacer didácticamente y por sobretodo partiendo de aceptar como sostiene Carlino4
que no todos los estudiantes dominan correctamente la lectura y la escritura,
planteando a partir de esto la transversalidad de estas competencias desde múltiples
materias curriculares y su enseñanza como unidad y no de forma independiente.
1
Dirección General de Cultura y Educación, Diseño Curricular para la Educación Secundaria 4º año, 1ª ed.- La Plata: DGC y E, 2011,
p.9
2
Eco Umberto; “lector in fabula, la cooperación interpretativa en el texto narrativo”; Barcelona, Lumen; 1993; Pág. 73
3
“el texto está plagado de espacios en blanco, de intersticios que hay que rellenar; quien lo emitió preveía que se los rellenaría y
los dejó en blanco por dos razones. Porque un texto es un mecanismo perezoso (o económico) que vive de la plusvalía de sentido
que el destinatario introduce en él.” (Eco 1993:74)
4
Carlino, P. Escribir, leer y aprender en la universidad,: una introducción a la alfabetización académica- 1ed. 5ªreimp.- Buenos
Aires, Fondo de cultura económica, 2010
5
Chartier, Roger (2008) “Aprender a leer, leer para aprender” en Millán, José Antonio La lectura en España. Informe 2008. Madrid,
Federación de Gremios Editores de España.
A partir del diseño curricular de 4to año y a través del desglose de las temáticas
abordadas para este primer año del ciclo superior de la Educación secundaria, nuestro
eje problemático, tendrá dos aristas principales. Desde las mismas se permitirá por un
lado conocer la situación específica de los grupos sociales inmigrantes asentados en
nuestro país, y por otro lado las interacciones con el movimiento obrero argentino:
Recursos y materiales
Evaluación
Objetivos específicos:
Definir el concepto de migraciones.
Comprender la realidad socioeconómica de la Argentina Agroexportadora.
Caracterizar las migraciones europeas a nuestro país.
Exponer la línea de pensamiento de la Generación del 37
Identificar los grupos étnicos que arribaron en las migraciones.
El profesor presenta el tema instando los saberes previos de los estudiantes con
preguntas disparadoras.. ¿Qué son las migraciones?, ¿Qué entendemos por
inmigrante?, etc. la apertura de la clase (15/20 minutos) se complementa con
exposición en el pizarrón de palabras claves sobre el tema a modo que con
conocimientos colaborativos construir una definición de migraciones. Se presenta la
consigna:
Por último el cierre de la clase constara de una puesta en común de las historias,
interpelándolos las similitudes y las diferencias, trataremos de enfocarnos en una
reflexión general del tema, sobre la base de las condiciones de vida, los derechos
de estas personas recién llegadas y su incorporación a la sociedad argentina de
aquel entonces.
Propuesta 2: “GÉNESIS DEL MOVIMIENTO OBRERO E INMIGRACIÓN”
Objetivos específicos:
Conceptualizar el génesis del movimiento obrero.
Reflexionar e identificar el rol de los inmigrantes y sus ideologías en el
proceso de conformación del movimiento obrero.
La inmigración europea6
Desde hacía ya tiempo se venía discutiendo entre los hombres del pensamiento cuál sería el
camino apropiado para transformar el país de acuerdo con las características que el mundo
moderno imponía en la escena mundial. La generación del 37 coincidían en que era preciso
abandonar aquellos rasgos hispano-criollos, heredados del Barroco, que impedían asumir las
pautas de la civilización moderna. Pero diferían en cuanto al camino a privilegiar para lograrlo.
Mientras Sarmiento insistía en la necesidad de expandir la educación, Alberdi pensaba que ese
camino era insuficiente. En su libro Bases y punto de partida para la organización política de la
República Argentina rebate a los que confiaban en la educación diciendo:
“Haced pasar esto, el gaucho, el cholo, unidad elemental de nuestras masas populares, por
todas las transformaciones del mejor sistema de instrucción, en cien años no haréis de él un
obrero inglés, que trabaja, consume, vive digna y confortablemente.”
(Alberdi, 1852, 61)
La propuesta era implantar en nuestro país pedazos vivientes de la cultura europea, en una
imagen que se caracterizó como la política del gajo. Este se transplanta, para que pueda
reproducir el mismo fruto, que había venido dando en otro espacio anteriormente.
Para la elite dirigente, el objetivo de alentar la inmigración respondía simultáneamente a dos
cuestiones:
Poblar el desierto y atraer brazos útiles para la producción agropecuaria. Del mismo
modo que la Campaña al Desierto había incorporado tierras –el capital-, la política
inmigratoria debía suministrar los brazos para el trabajo –la mano de obra-.
Transformar el tipo cultural del ser argentino incorporando a nuestro suelo hombres
más fácilmente adaptables a un modelo de desarrollo capitalista.
De esta manera, la inmigración, que a partir de los tiempos de Avellaneda, fue creciendo
rápidamente, constituye una necesidad orgánica para el despliegue del sistema vigente.
En aquellos tiempos, los recién llegados comenzaron a multiplicarse de forma sorprendente.
No pasaba día sin que los barcos de ultramar descargaran en la rada un numeroso enjambre
humano. Las cifras de extranjeros venidos al país y la modificación consecuente de la
estructura poblacional son por demás elocuentes.
En cuatro años (de 1885 a 1889), llegan al país más de 700.000 inmigrantes, y la afluencia no
se detiene hasta fines de la tercera década del siglo XX. A nivel demográfico, la llegada de
grandes cantidades de extranjeros, transformó la composición de la población del país.
6
Lumerman, J. P., Historia social de la Argentina,-1ed.-, Buenos Aires, 1991. Cap. XII, pp.163.