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Los Drones, son vehículos aéreos no tripulados (UAV), son aviones controlados por pilotos en

tierra o de forma autónoma siguiendo una misión pre programada.

No es sólo el equipo visible en vuelo, requiere de un control, de una base en tierra, y de un piloto
que cumpla un protocolo de vuelo.

Ellos pueden ser programados o ser controlados para muchas tareas, sin arriesgar vidas
humanas y usando menos energía que los aviones más grandes.

Los Drones pueden ser equipados con cámaras, que proporcionan imágenes aéreas y videos

Una de las aplicaciones donde más útiles resultan los drones es la topografía, pues es una de
las que más ventajas aporta con respecto a las técnicas convencionales. Con topografía
clásica, trabajar 100 hectáreas puede llevar 3-4 semanas. Sin embargo, “con el drone en 40
minutos estamos cubriendo esas 100 hectáreas, el trabajo de un mes. En apenas 24 horas
puedes tener un modelo digital completo de ese terreno.

El proceso de trabajo

El primer paso es fijar la zona, “a partir de ahí metemos coordenadas de la zona en un software
de planificación, introducimos solape entre foto y foto, la altura y el vuelo”, apunta Rubio. Y tras
esto solo queda echar el dron a volar.

Aunque hay otro factor a tener en cuenta. Para poder tener un histórico y poder comparar
diferentes fases, se utiliza la georreferenciación (GPS). “Esto se realiza tomando una serie de
puntos mediante topografía clásica, que saldrán reflejados en las imágenes digitales, para
correlacionar las coordenadas de la imagen con los puntos obtenidos por topografía clásica”,
explica.

Una vez que el dron ha aterrizado, con las imágenes se utiliza la fotogrametría, mediante
el software de post-proceso Pix4D, para identificar el mismo punto en distintas imágenes, esta
es la forma que tiene de crear el modelo digital. Con este proceso se obtiene el modelo digital
en 3D.

Y como toda aplicación tiene sus ventajas, que son muchas, y algún que otro inconveniente.
Algunos de los aspectos que aporta son el mayor rendimiento y seguridad en el trabajo. “El mayor
inconveniente que tenemos ahora mismo es que por legislación no podemos volar por zona
urbana”, matiza el entrevistado, añadiendo que “se obtienen más o menos los mismos
resultados, las mismas precisiones que con topografía clásica, con menos coste y mayor
rendimiento”.

Una de las características más importantes para este trabajo es el peso del dron, y que este sea
inferior a dos kilos es una ventaja en cuanto a la legislación actual se refiere.

Además, es un equipo fácil y cómodo a la hora de transportarlo, algo importante en terrenos


abruptos en los que pueden desarrollarse las actividades topográficas. ”Es un equipo muy
práctico que lo puedo guardar en una maleta y llevarlo a una zona inaccesible para poder volarlo,
no necesito ningún tipo catapulta para lanzarlo”.

Los drones en la topografía han conseguido que la fotogrametría sea más asequible y sea, en
cierto modo, más accesible para el público en general. “Esta técnica da el poder de hacer un
vuelo cuando quiero, de la zona que yo quiero y en cuestión de minutos poder tener el modelo
digital a partir de esas imágenes. En otros sectores puede estar más en entredicho esta
tecnología. En este sector está más que contrastada”.

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