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HISTOLOGÍA

ORGANOS Y SISTEMAS

“Piel”
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

Dra. Marcia Eugenia Herrejón López

Trabajo realizado por:

Alan David Arroyo Chávez

Francisco Javier Jiménezn Arredondo

Primer año sección 16


INTRODUCCION
La piel posee un área aproximada de 2 m 2 en el ser huma- no adulto, siendo así el
órgano más extenso del cuerpo al cual envuelve de manera completa sin dejar áreas
de continuidad. En los diferentes orificios naturales la piel se continúa con las
mucosas que revisten los aparatos digestivo, respiratorio y urogenital, con las cuales
tiene en común una estructura básica fundamental. En los párpados, la piel se
continúa con la conjuntiva y en el oído recubre el con- ducto auditivo externo y la
membrana timpánica. La piel tiene un peso aproximado de 3 a 4 kg, lo que equivale
de 6 a 12% del peso corporal. La diferencia en el peso y su equivalente en el
porcentaje del cuerpo humano se debe al grosor de la capa más profunda de la piel,
éste es el tejido celular subcutáneo. Las funciones de la piel están relacionadas con
su constitución como interfase que separa el medio interno del externo, las cuales
incluyen lo siguiente: • Protección contra las agresiones externas producidas por
agentes físicos, químicos y mecánicos. De hecho, la piel provee de una eficaz
protección contra la radiación ultravioleta mediante la producción de melanina,
misma que actúa como un atrapador de radicales libres, con lo que atenúa el daño
celular. Por otro lado, la piel posee mecanismos que interfieren con la ab- sorción
de compuestos con los cuales las personas están en contacto todos los días y que
potencialmente pueden dañar al cuerpo. Asimismo, la piel constituye una efIcaz
barrera contra las fuerzas de arrastre a las que está sujeta la superficie corporal.
Este hecho se pone de manifi esto en algunas enfermedades en las que los fi
lamentos intermedios de queratina tienen una alteración de naturaleza genética, lo
que propi- cia una separación anormal de la epidermis en res- puesta a la fricción
contra alguna superfi cie. • El equilibrio hidroelectrolítico también es una fun- ción
vital realizada por la piel. Ésta impide de una manera efectiva la salida de líquido
tisular, con lo que impide la deshidratación mediante la secreción de lípidos que se
localizan entre las células epidérmicas. En los pacientes que sufren de quemaduras
en las cuales la epidermis ha desaparecido, esta función se ve gravemente
impedida, de manera que el estado de estos pacientes se agrava por la intensa
salida de líqui- do tisular. Además, en la piel las glándulas sudoríparas ejercen un
control estricto en la excreción de iones presentes en el sudor. En algunos animales
que care- cen de glándulas sudoríparas —como los perros—, la regulación
hidroelectrolítica es regulada por el jadeo intenso que realizan. • La
termorregulación es una función que se lleva a cabo en la piel mediante diferentes
mecanismos que incluyen la secreción de sudor, la cual se evapora en la superfi cie
corporal propiciando una disminución de la temperatura; la piloerección, que permite
la per- manencia de una delgada capa de aire caliente sobre la superfi cie cutánea,
y la regulación del paso de san- gre por el lecho capilar dérmico. En la piel se
localizan especializaciones vasculares llamadas glomos cutá- neos, que son
comunicaciones arteriovenosas directas que conducen la sangre sin que pase por
capilares; esto permite retener calor. En la piel de mamíferos marinos que habitan

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en aguas frías como delfi nes, lobos marinos y orcas, estas especializaciones vascu-
lares son muy frecuentes. • La piel tiene una función metabólica poco reconocida
pero que es vital para el funcionamiento adecuado de otros órganos del cuerpo. Así,
por ejemplo, el tejido subcutáneo constituye un excelente almacén de ener- gía en
forma de triglicéridos. Por otro lado, en la epi- dermis se sintetiza vitamina D 3 por
la acción de los rayos ultravioleta sobre el 7-dehidrocolesterol. La vitamina D 3 es
esencial para la absorción de calcio en el intestino. • La piel tiene una función
inmunológica importante y, de hecho, se ha reconocido un sistema inmunológico de
la piel que puede generar no sólo respuestas inmu- nológicas locales sino también
sistémicas. En la piel residen células presentadoras de antígenos, diferentes
subpoblaciones de linfocitos T, células plasmáticas productoras de anticuerpos,
células cebadas, macró- fagos y células endoteliales de las vénulas poscapila- res
de endotelio alto, que conducen el tráfi co de células del sistema inmunológico hacia
la piel. Ade- más, también se secretan diferentes moléculas y com- puestos que
poseen funciones inmunológicas como péptidos antimicrobianos e interleucinas.
Por ejem- plo, la secreción de las glándulas sebáceas tiene pro- piedades
antimicrobianas gracias a la presencia del ácido oleico que impide la proliferación
bacteriana. • Para fi nalizar, la apariencia de la piel refl eja un estado general de
salud y comunica la etnicidad, el estilo de vida y la edad. Los aspectos anteriores
están determi- nados por el color de la piel, la textura, la fi rmeza y la suavidad. Sin
duda, al tiempo de realizar un examen de reconocimiento médico el clínico debe
prestar aten- ción a las características generales de la piel, ya que puede pasar por
alto alguna información importante relacionada con enfermedades cutáneas o que
están establecidas en otros órganos pero que llegan a mani- festarse en la piel.
Estructura macroscópica de la piel Desde el punto de vista macroscópico, la piel
tiene un color característico que está en relación con la etnicidad de las personas;
por otro lado, las características de la piel varían de acuerdo con la región corporal
observada. Así, el número de folículos pilosos, grosor, número de glándulas
sebáceas y melanocitos, entre otros, es diferente en las dis- tintas regiones
corporales y también varía de acuerdo con la edadDe hecho, las características de
la piel son el resultado de la infl uencia de la dermis sobre la epidermis. Así, si se
trasplanta un fragmento de dermis hacia un segmento corporal diferente sin quitar
la epider- mis de ese sitio, la epidermis adquirirá al poco tiempo todas las
características del segmento de origen de la dermis. La superfi cie cutánea no es
uniforme y se observan distintos tipos de plegamientos: • Grandes pliegues. En la
piel que envuelve a las gran- des articulaciones, para permitir la movilidad de las
mismas. • Pequeños pliegues. Sobre pequeñas articulaciones y alrededor de los
orifi cios naturales y uñas. • Cuadrícula normal. En la piel presenta una superfi - cie
delicadamente irregular debido a los orifi cios de salida de los anexos epidérmicos
y a innumerables surcos y crestas que, en los pulpejos (yemas) de los dedos,
originan las huellas dactilares o dermatoglifos que están codifi cados desde el punto
de vista genético y son característicos de cada persona. Histología de la piel Desde
el punto de vista microscópico, la piel está consti- tuida por tres capas muy distintas
e íntimamente relacio- nadas entre sí: epidermis, dermis e hipodermis (o tejido
celular subcutáneo). La epidermis es un epitelio consti- tuido por varias capas de
células llamadas estratos, y que apicalmente se halla en contacto directo con el
medio externo y está separada de la dermis por una delgada lámi- na basal que
permite su adhesión sobre la dermis. La der- mis es una gruesa y densa capa de
tejido conjuntivo muy rico en vasos y nervios que alberga, además, a los anexos del
epitelio suprayacente: los folículos pilose- báceos, uñas y glándulas sudoríparas
ecrinas y apocrinas. La dermis se ensambla sobre el tejido adiposo subcutáneo o
hipodermis. La piel de los varones es más gruesa que la de las mujeres y los niños,
y aumenta en grosor hasta los 30 o 40 años de edad, momento en el que comienza
a adelgazarse de manera progresiva. Epidermis La epidermis es la capa más
externa de la piel y actúa como barrera frente a agresiones físicas, mecánicas,
químicas y microbianas gracias a la producción de una estructura altamente
diferenciada y programada para dicha función, el estrato córneo. En la epidermis se
localizan cuatro tipos de células diferentes desde el punto de vista biológico:
queratinocitos, células de Merkel, melanocitos y células de Langerhans.
Queratinocitos Hasta 90% de la epidermis está constituida por células epi- teliales
llamadas queratinocitos. Esta capa cutánea se clasi- fi ca como un epitelio plano
estratifi cado con estrato córneo, al cual se le reconocen 4 o 5 capas o estratos
morfológica- mente diferentes, dependiendo de la región corporal: basal, espinoso,
granuloso, lúcido y córneo. En la medida que progresan desde el estrato basal has-
ta el estrato córneo, los queratinocitos sufren una diferen- ciación terminal que
involucra diferentes cambios: un metabolismo generalizado hacia uno más
focalizado, cam bios en el tamaño y forma celular, la aparición de nuevos organelos,
la acumulación de fi lamentos intermedios de queratina y la muerte celular. Estos
cambios son los que le imprimen a cada uno de los estratos epidérmicos sus
características particulares. El estrato basal está constituido por una sola fila de
queratinocitos de aspecto cuboidal o cilíndrico, con nú cleo grande, nucleolo
prominente y citoplasma basófi lo. Las células de este estrato contienen los
organelos caracte rísticos de toda célula eucariota, lo que indica un metabo- lismo
generalizado; poseen también un proceso de mitosis activo y dan lugar a las células
de los estratos superiores. Es justo en esta capa que se localizan células madre de
los queratinocitos, sin embargo, es notorio que sólo 5% de todas las células del
estrato basal lo son. Los queratinocitos del estrato basal poseen el par de fi
lamentos intermedios de queratina 5 y 14, característicos del proceso de
cornificación normal. El estrato espinoso está formado por 5 a 10 capas de
queratinocitos. Dicho estrato recibe su nombre debido a que los queratinocitos han
sufrido una retracción del cito- plasma por un artificio durante el procesamiento de
la téc nica histológica y los desmosomas que los unen, se hacen más evidentes y

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les confieren un perfil espinoso. Las células de este estrato son grandes con forma
poliédrica, un núcleo más grande y redondo, y un cito plasma eosinófilo. En los
queratinocitos de las capas superiores de este estrato aparecen unos organelos
redondeados de aspecto laminado y rodeados de membrana denomina- dos
cuerpos lamelares o cuerpos de Odland, que en su interior contienen
glucoproteínas, ésteres de ceramidas, colesterol y varios complejos enzimáticos
que incluyen fosfolipasas, esfi ngomielinasa y sulfatasa esteroidea. En particular,
los lípidos de los cuerpos lamelares son secre tados al estrecho espacio intersticial
durante la transición del estrato granuloso al estrato córneo, lo que constituye una
barrera lipídica localizada entre los queratinocitos y cuya función es evitar el paso
de líquido intersticial desde el medio interno hacia el medio externo, evitando así la
deshidratación. A esta capa de lípidos se le conoce como barrera epidérmica de
permeabilidad; por otro lado, la barrera de permeabilidad también impide el paso de
moléculas y compuestos desde el exterior hacia el interior. Así, moléculas de
naturaleza lipídica, como las hormonas esteroideas, fácilmente penetran en la piel,
pero no así las moléculas de naturaleza hidrofílica. Las células del estrato espinoso
secretan el par de que- ratinas 1 y 10. Es sumamente necesario comentar que el
par de queratinas 5 y 14, sólo sintetizadas por las células del estrato basal, aún se
pueden observar en las células del estra- to espinoso debido a que son muy
resistentes a la hidrólisis. El estrato granuloso está constituido por 1 a 3 capas de
queratinocitos aplanados cuyos núcleos son ovoides y de abundante
heterocromatina. Estas células presentan de manera característica un organelo
redondeado que son intensamente basófi los cuando se colorean con una anili- na
de esa naturaleza. A estos organelos se les llama gránu- los de queratohialina.
Estos gránulos contienen varias proteínas que tienen funciones diferen- tes. Entre
las proteínas que poseen los gránulos están fi la- grina, loricrina, involucrina,
proteína pequeña rica en prolina y transglutaminasa K. La fi lagrina agrega haces
de fi lamentos intermedios de queratina y permite la unión de éstos con la membrana
de los queratinocitos de este estrato. Las otras proteínas forman un complejo
proteico que refuerza la membrana plasmática de los queratinoci- tos justo antes de
que se forme el estrato córneo. La fi nali- dad de esta capa proteica submembranal
es impedir que la membrana plasmática de los queratinocitos se desintegre una vez
que los queratinocitos han muerto por apoptosis. Los gránulos de queratohialina
desaparecen en la zona de transición entre el estrato granuloso y el estrato córneo.
En el estrato granuloso la síntesis de las queratinas 1 y 10 cesa y comienzan a
sintetizarse las queratinas 2 y 11. El estrato córneo representa la fase fi nal del
proceso de diferenciación terminal epidérmica, y sus células lla- madas ahora
corneocitos, carecen de núcleo y organelos, y sólo están constituidas por la
membrana plasmática que rodea a una gran cantidad de queratina. El núcleo y los
organelos han desaparecido en estas células por la activa- ción de enzimas
hidrolíticas ligadas a la activación de la vía de las caspasas. Los corneocitos son
células de gran tamaño y extremadamente aplanadas. Los corneocitos están
rodeados por lípidos y, por analogía, se ha denomi- nado a esta disposición de la
capa córnea modelo en “la- drillos y cemento”. Los lípidos proceden de los cuerpos
laminares y adoptan una disposición en múltiples capas; estos lípidos también
intervienen en los procesos de cohe- sión-descamación de los corneocitos. A
medida que los queratinocitos avanzan desde la capa basal hasta la capa córnea,
sufren un proceso de diferenciación que implica una serie de cambios de tipo
morfológico, bioquímico y transcripcional, cuya conse- cuencia fi nal es la aparición
de los corneocitos, de com- posición fundamentalmente proteica (alrededor de 95%
del peso del estrato córneo). A este proceso se le denomi- na cornifi cación. De una
forma simplista cabría afi rmar que la capa basal es el compartimiento proliferativo
de la epidermis y las capas suprabasales el compartimiento en diferenciación que
evoluciona hacia la formación del estrato córneo. El principal componente proteico
del estrato córneo es la queratina, proteína perteneciente a la familia de los fi
lamentos intermedios del citoesqueleto. Desde el punto de vista bioquímico, las
proteínas de queratina se unen formando dímeros, después tetrámeros y a
continuación octámeros para formar una especie de empalizadas que se enrollan
sobre sí mismas para dar lugar a los fi lamentos intermedios de un diámetro de 1
nm. Existen alrededor de 30 tipos de queratinas, mismas que se clasifi can como en
duras y blandas. Las diferencias físicas entre la queratina blanda de la epidermis de
superfi cie y la queratina dura de pelos y uñas se deben, fundamentalmente, a
variacio- nes tanto en su composición de aminoácidos como en sus enlaces
moleculares. El tiempo de tránsito total desde que una célula del estrato basal se
divide hasta que se elimina del estrato cór- neo es de aproximadamente 28 a 40
días. Las células tar- dan entre 20 a 30 días en pasar de la capa basal a la capa
granulosa, y 14 días más desde que se convierten en estra- to córneo hasta que se
descaman. En aquellas situaciones en las que la proliferación de los queratinocitos
se encuentra aumentada pueden apare- cer algunos núcleos en el estrato córneo,
situación a la que se le llama paraqueratosis. Distinción entre piel gruesa y delgada
De acuerdo con la región corporal la piel puede ser gruesa o delgada, que se
diferencia en dos aspectos fundamenta- les: el grosor del estrato córneo y la
presencia de un estra- to lúcido. El estrato lúcido es una línea de células
intensamente eosinófi las ubicada de manera inmediata por debajo del estrato
córneo en la piel gruesa. No se sabe con certeza por qué esta capa sólo está
presente en la piel gruesa La piel gruesa tiene cinco estratos, mientras que la piel
delgada sólo posee cuatro. La piel gruesa se denomina así por el número de
estratos de la epidermis y no se refi e- re al grosor total de la piel. Por ejemplo, la
piel del dorso del tórax es más gruesa que la piel de las palmas de las manos o
plantas de los pies, sin embargo, se clasifi ca como delgada porque su epidermis
tiene sólo cuatro estratos. La piel gruesa se localiza en sitios de intenso roce, como
pal- mas de las manos, plantas de los pies y callosidades. La piel delgada se localiza

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en la cara interna de los brazos, piernas, párpados y en los genitales externos. Para
fi nalizar es necesario comentar que los querati- nocitos secretan distintas
moléculas, además de sintetizar queratina. Los queratinocitos sintetizan, entre otras
sus- tancias químicas, el interferón α, las prostaglandinas, el factor estimulante de
colonias de granulocitos-macrófa- gos e interleucinas 1, 6 y 8. Células de Merkel
Estas células se localizan en la capa basal de la epidermis y son más numerosas
en los pulpejos de los dedos, los labios, la cavidad oral y la vaina radicular externa
del pelo. Con las técnicas de tinción habituales las células de Merkel se observan
como células redondeadas con un citoplasma claro, pero es con las técnicas de
microscopía electrónica y de inmunohistoquímica que ha sido posible apreciar su
morfología y función. Las células de Merkel tienen un núcleo redondeado de
abundante eucromatina y un citoplasma claro debido a la poca cantidad de fi
lamentos intermedios de queratina que poseen y que están localizados justo en las
uniones de tipo mácula adherente que las ligan a los queratinocitos circundantes.
En el citoplasma es posible observar algunas vesículas pequeñas electrondensas
que poseen neuro- transmisores en su interior. Por debajo de las células de Merkel
se localiza con frecuencia una terminación nervio- sa que la rodea. Es con esta
terminación que las células de Merkel establecen sinapsis verdaderas. Cuando un
estímulo (tacto fino) es aplicado en la piel se induce una entrada de calcio en las
células de Merkel que resultará en la adhesión de las vesículas electrondensas a la
membrana basal que está en contacto con la termina- ción nerviosa. El
neurotransmisor será liberado al espacio sináptico y se acoplará a su receptor, lo
cual inducirá la des- polarización de la fibra nerviosa, lo que genera la transmi- sión
del estímulo eléctrico. El origen de las células de Merkel todavía se encuen tra en
debate, ya que hay información en el sentido de que derivan de las crestas neurales
o de que son queratinocitos modificados. Melanocitos La pigmentación de la piel
representa una combinación de procesos físicos, bioquímicos y morfológicos que
se pro- ducen en la epidermis por las células efectoras de la pig- mentación como
por los queratinocitos. Así, el objetivo fundamental de todo este proceso es la
formación de melanina y su transferencia a los queratinocitos. Los melanocitos se
localizan entre los queratinocitos del estrato basal y también en los folículos pilosos,
interca lados entre las células de la matriz. Por lo normal están confi nados sólo a
la epidermis, pero en los niños de raza asiática se localizan en la dermis lumbar, en
la zona pigmentada conocida como “mancha mongológica”. Con las tinciones
habituales se observan como células claras loca- lizadas basalmente en la
epidermis y se necesitan tincio- nes basadas en plata o de histoquímica enzimática
para evidenciar la reacción de dihidroxifenilalanina (DOPA) Los melanocitos
carecen de desmosomas y poseen prolongaciones citoplásmicas que se intercalan
entre los queratinocitos adyacentes y que le confi eren a las células un aspecto
dendrítico. La proporción entre mela- nocitos y queratinocitos es de 1 a 36, la cual
se mantiene constante a través de todos los grupos humanos. A esta relación de un
melanocito con 36 queratinocitos se le denomina unidad melanocítica epidérmica.
El melanocito sintetiza la enzima tirosinasa como paso previo a la formación del
pigmento melanina. Este pigmento se forma en el interior de organelos de modo
ovoide llamados premelanosomas, cuando se aprecia su estructura membranal con
la microscopía electrónica, y en melanosomas, cuando son electrondensos debido
a la melanina formada en su interior. En la piel se distinguen dos tipos: la
eumelanina, de color marrón, presente en los melanosomas ovoides, que se halla
en piel y anexos, y la feomelanina, de color ana- ranjado, rica en cisteína y presente
en los melanosomas esféricos, que sólo se halla en la piel y cabello de personas
pelirrojas, así como en algunos tumores de melanoma. Ambas melaninas difi eren
no sólo en el color, sino también en la capacidad de atrapar radicales libres; así, la
eumelani na es un eficaz “atrapador” de radicales libres, mientras que la
feomelanina no lo es, razón por la cual en las personas pelirrojas está
contraindicado el uso de cámaras de bron ceado o luz ultravioleta con fi nes
estéticos o terapéuticos, debido al mayor riesgo de contraer cáncer de piel. La
melanina es formada a partir del aminoácido tiro- sina en presencia de la enzima
tirosinasa en el interior de los melanosomas. Así, la tirosina en presencia de oxígeno
y tirosinasa se convierte en DOPA y a continuación ésta se convierte en DOPA-
quinona y después en la indol-5,6- quinona, cuya polimerización acaba
constituyendo la me- lanina. El principal inductor para la formación de melanina es
la luz ultravioleta. La elaboración de la melanina se desarrolla en cuatro estadios
consecutivos: • Estadio I. Los ribosomas del melanocito sintetizan polipéptidos y
tirosinasa que pasan al complejo de Golgi, donde se acumulan en pequeñas
estructuras esféricas que tienen una membrana lipoproteica. • Estadio II.
(premelanosoma). Organelos ovoides en cuyo interior las moléculas de tirosinasa
se disponen sobre una matriz proteica, formando delgados fi la- mentos dispuestos
periódicamente. En esta etapa todavía no se forma la melanina. • Estadio III. Son
melanosomas parcialmente melani- zados, en los que la melanina se deposita de
manera progresiva en los fi lamentos. • Estadio IV. Los melanosomas están
completamente melanizados y no se distinguen estructuras fi lamen- tosas en su
interior. Los melanosomas en las dos últimas etapas son trans- portados hacia la
periferia a través de las dendritas y transferidos a los queratinocitos más próximos,
que fago- citarán el extremo de las dendritas con los melanosomas incluidos. A este
proceso de transferencia del melanoso- ma hacia los queratinocitos se le conoce
como secreción citocrina. En el interior de las células epidérmicas, y por la acción
de enzimas lisosomales, los melanosomas que- darán libres y se dispondrán
formando cúmulos supranu- cleares a manera de sombrilla a fi n de proteger al DNA
localizado en los núcleos. Las diferencias en el color entre los distintos grupos
humanos no dependen del número de melanocitos, mis- mo que es igual en todas
las razas. El número, tamaño, tipo y distribución de los melanosomas dentro de los
que- ratinocitos es lo que determina el color de la piel. En los individuos con piel

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negra los melanosomas están del todo melanizados (etapas III y IV), son más
numerosos, de mayor tamaño, se disponen de forma abundante en los
queratinocitos y su degradación es lenta. En íntima rela- ción con ello, es importante
valorar que hay variaciones genéticas en la pigmentación humana basadas en la
mayor o menor capacidad de melanogénesis que posee cada indi- viduo. Es
necesario tener en cuenta el siguiente principio: la extensión del daño solar es
directamente proporcional a la exposición y de manera recíproca proporcional a
lacantidad genéticamente predeterminada de pigmentación cutánea. Células de
Langerhans Las células de Langerhans se originan de precursores provenientes de
la médula ósea y se localizan en la piel y otros epitelios como los de la mucosa oral,
vagina, intesti- nal, corneal y bronquial. En la piel se ubican en las zonas
suprabasales de la epidermis, de manera específi ca en el estrato espinoso, aunque
también se pueden observar con frecuencia en el estrato basal. El número de
células de Langerhans varía dependien- do de la región corporal y es
aproximadamente de 400 a 1 200 células por mm 2 constituyendo de 2 a 4% de
todas las células epidérmicas. La relación que guardan las células de Langerhans
con respecto a los queratinocitos es de 1 a 75. Las células de Langerhans no se
pueden observar con las técnicas histológicas de rutina, por lo que se tienen que
emplear técnicas de histoquímica enzimática o de inmu- nohistoquímica. Así, las
células de Langer- hans poseen actividad enzimática de ATPasa, de esterasa
inespecífi ca y de aminopeptidasa. Las células de Langer- hans expresan diferentes
moléculas de superfi cie entre los que se incluyen: moléculas clase II del complejo
principal de histocompatibilidad (MHC), CD4, CD1a, CD80, CD86, CD40, ICAM 1,
LFA3, E-cadherina y la proteína S100. El único marcador propio de las células de
Langerhans es la lectina de membrana llamada langerina o CD207. Las células de
Langerhans también expresan receptores para el Fc de la IgG y para el C3b. En la
microscopía electrónica las células de Langer- hans presentan un núcleo plegado y
un citoplasma claro carente de fi lamentos intermedios de queratina y una
membrana plasmática libre de desmosomas. En el cito- plasma se aprecia un
organelo característico de ellas en forma de raqueta de tenis: el gránulo de células
de Langer- hans o de Birbeck. Este organelo tiene un origen dual ya que la porción
del mango de la raqueta deriva de la mem- brana plasmática mientras que la porción
aplanada de la raqueta deriva del aparato de Golgi. La función de las células de
Langerhans es la de indu- cir respuestas inmunológicas de estimulación o de tole-
rancia. También pueden acarrear antígenos desde la piel y hasta el ganglio linfático
para transferirlos a otras células presentadoras de antígenos. Antes se consideraba
que las células de Langerhans sólo inducían respuestas inmunoló- gicas
estimuladoras, pero datos recientes indican que pue- den realizar las tres funciones
ya comentadas. Dermis La dermis o corion está situada por debajo de la epider- mis
y es por menos 10 veces más gruesa que la epidermis, asimismo, está constituida
por células del tejido conjunti- vo y matriz extracelular. En la dermis y la capa
subyacen- te, el tejido celular subcutáneo, se localizan los distintos anexos
cutáneos, además de los vasos y nervios de la piel. El grosor de la dermis varía
según las diferentes regiones corporales dependiendo de la función y de la cantidad
de anexos presentes en ellas, por lo que cuando se producen quemaduras en áreas
de piel de poco grosor, la afectación en profundidad es mayor y más difícil la
restauración de la herida. La dermis se divide en dos zonas claramente diferen-
ciadas: la dermis papilar más superfi cial, y la dermis reti- cular más profunda.
Ambas se diferencian por el grosor de las fi bras de colágeno, la celularidad y la
vascularidad presentes en ellas. La dermis papilar se clasi- fi ca como tejido
conjuntivo laxo, mientras que la dermis reticular se clasifi ca como tejido conjuntivo
denso irregu- lar La unión entre la epidermis y la dermis tiene una for- ma ondulada
producida por la presencia de numerosas papilas de tejido conjuntivo laxo que
protruyen hacia la epidermis dando lugar a la formación de las crestas inter-
papilares. La dermis papilar está formada por una fina red de fibras de colágeno tipo
I mezcladas con fibras de tipo III (reticulares) y con fibras elásticas. Interpuestas
entre las fibras existe una gran cantidad de matriz intersticial amor- fa constituida
por ácido hialurónico y por proteoglucanos. La cantidad de fibras de colágeno tipo
III es mayor en eta pas tempranas y en algunas patologías como en las quema-
duras. En la dermis papilar también se encuentra colágeno tipo V, mismo que se
une al colágeno tipo I e impide que más colágeno tipo I se agregue. Por lo anterior,
las fibras decolágeno de la dermis superfi cial son delgadas, en contras- te con las
fi bras de colágeno de la dermis reticular. La dermis reticular se extiende desde la
dermis papi- lar hasta el tejido subcutáneo. Está formada por colágeno tipo I,
formando gruesos haces que la mayoría de ellos corren de manera paralela a la
superfi cie cutánea. Entre los haces de colágeno se localizan una gran cantidad de
fi bras elásticas. Es notorio que en la dermis reticular hay fi bras maduras elásticas
compuestas por elastina, mientras que en la dermis papilar las fi bras elásticas son
inmaduras constituidas por fi bras de elaunina y oxitalán. Las fi bras elásticas se
visualizan con facilidad con las tin- ciones de orceína y de resorcina-fucsina. Las fi
bras reticulares también requieren de tinciones especiales para su observación.
Miden de 0.2 a 1 micra de diámetro y son un tipo especial de fi bra de colágeno tipo
III. La sustancia fundamental de la dermis contiene glu- cosaminoglucanos y
mucopolisacáridos ácidos. Tejido subcutáneo El tejido subcutáneo o hipodermis
se caracteriza por su contenido individual muy variable de grasa de depósito. Desde
la parte profunda de la dermis se extienden a través del tejido subcutáneo tabiques
de tejido conectivo, los retináculos cutáneos, para fijarse a la fascia muscular, la
aponeurosis o el periostio subyacentes. Estos retináculos presentan uniones
transversales con otros retináculos, y en conjunto dividen el tejido subcutáneo en
compartimientos bien definidos, en los cuales se ubica la grasa de depósito.
Además de la función como depósito de energía, el tejido subcutáneo tiene
importancia como aislante para mantener el calor corporal en ambientes fríos. Pelo

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En los seres humanos, los pelos tienen particular importancia para el sentido del
tacto. Los pelos están fijados en una invaginación tubular de la epidermis, el folículo
piloso, que se extiende hacia la dermis e incluso hasta parte del tejido subcutáneo.
El folículo tiene dirección oblicua y termina en la profundidad en un engrosamiento,
el bulbo piloso. Dentro del bulbo se encuentra la papila dérmica, compuesta por
tejido conectivo laxo. El pelo presenta una porción libre, el tallo del pelo, y una parte
fija, la raíz del pelo, que lo fija al folículo. Características histológicas del pelo. En
la parte interna se encuentra la, rodeada por una corteza que representa la mayor
parte del pelo y que en el pelo pigmentado contiene gránulos de melanina. Por
último, en la parte externa se encuentra la cutícula del pelo. En la porción inferior
viva del pelo, estas tres capas están formadas por células cúbicas que después de
la queratinización poseen núcleos rudimentarios o son anucleadas y contienen
espacios llenos de aire. En la cutícula del pelo, las células son totalmente planas.
Características histológicas del folículo piloso. El folículo piloso se compone de una
vaina radicular interna y una vaina radicular externa, derivadas de la epidermis y
rodeadas por una vaina dérmica de tejido conectivo. Cada folículo piloso se
relaciona con un pequeño músculo liso, el músculo erector del pelo, que por un
extremo se fija al estrato papilar, mientras que el otro extremo lo hace a la vaina
dérmica que rodea el folículo piloso. El color del pelo se debe a que los melanocitos
epidérmicos del bulbo entregan gránulos de melanina a las células corticales
durante el crecimiento capilar. La eumelanina y la feomelanina son los pigmentos
responsables de las distintas tonalidades de pelo. Crecimiento del pelo El
crecimiento pilosoes discontinuo, dado que se pierde pelo y es reemplazado por
nuevos. Se considera que el folículo en crecimiento descrito está en fase de
anágeno, que termina con un corto período de transición o fase de catágeno, tras lo
cual el pelo pasa a fase de telógeno o de reposo. Durante la fase de catágeno, se
interrumpe la división de las células de la matriz, y el pelo termina la diferenciación
y la queratinización, con transformación simultánea del bulbo en una masa con
forma de clava adosada al pelo, el "pelo en maza". La maza se separa y asciende
hasta un nivel frente a la desembocadura de las glándulas sebáceas, donde
permanece cierto tiempo. Por último cae el "pelo en maza" o es eliminado por un
nuevo pelo. En el ser humano hay renovación continua del pelo, dado que el ciclo
de crecimiento de cada folículo transcurre con independencia del ciclo de los
folículos vecinos. El crecimiento en promedio por día es de unos 0,35 mm y el corte
o el afeitado no lo afectan. Uñas La uña se compone de una parte grande visible,
la placa ungular, y una más pequeña oculta, la raíz ungular. La uña es
semitransparente, por lo que presenta una coloración rosada como consecuencia
de la gran vascularización del tejido subyacente. Sin embargo, cerca de la raíz la
uña adquiere una coloración casi blanca en una parte con forma de semiluna, la
lúnula. La uña está rodeada por un pliegue cutáneo, el rodete ungular, separado de
la uña por el surco ungular. La uña se compone de numerosas capas de células
planas queratinizadas con núcleos que han sufrido degeneración y retracción. La
porción visible, salvo la lúnula, descansa sobre el lecho ungular, compuesto por
epitelio con dermis subyacente. El epitelio se reduce a los estratos basal y espinoso,
y el límite con la dermis adopta la forma de crestas paralelas longitudinales. Por
debajo de la lúnula y la raíz ungular, el epitelio aumenta de espesor y forma la matriz
ungular, desde donde se genera la uña. El rodete ungular tiene las mismas
características histológicas que la piel gruesa. A la altura del rodete ungular proximal
el estrato córneo se extiende sobre la superficie libre de la uña y forma el eponiquio,
y por debajo del " borde libre de la uña, el estrato córneo aparece engrosado como
hiponiquio. El crecimiento de la uña El crecimiento de la uña tiene lugar en el
epitelio engrosado de la matriz ungular. Las células basales sufren mitosis, mientras
que por encima de ellas se encuentran varias capas de células poliédricas. En el
citoplasma de todas estas células y de las basales, se observan filamentos de
queratina. Las células aumentan de tamaño y se aplanan en su camino hacia la
superficie, y se incrementa el contenido de filamentos de queratina. Glándulas
cutáneas Glándulas sebáceas Las glándulas sebáceas son glándulas simples no
ramificadas o ramificadas alveolares y se encuentran en toda la superficie cutánea
del cuerpo humano, salvo las palmas de las manos y las plantas y los dorsos de los
pies. Las glándulas sebáceas se vacían en la porción superior del folículo piloso. En
la mayor parte de la superficie cutánea, sólo hay escasas glándulas sebáceas y son
bastante pequeñas. En las zonas seborreicas son más grandes y se encuentran en
mayor número. Estas grandes glándulas son estimuladas por las hormonas
sexuales masculinas y terminan de desarrollarse alrededor de la pubertad, cuando
comienzan a funcionar. Las glándulas sebáceas de mayor tamaño están
relacionadas con los folículos sebáceos que contienen un pelo muy pequeño.
Características histológicas. La porción secretora de las glándulas sebáceas se
compone de adenómeros redondeados que, en conjunto, forman una masa con
aspecto de racimo de uvas, desde la cual se abren todos en un corto conducto
excretor. Las células más externas del adenómero o células basales son pequeñas
y aplanadas. Son muy basófilas y representan las células madre de la glándula. Las
células se desplazan hacia el centro del adenómero y crecen en tamaño por llenado
gradual de gotas de Iípido, mientras que los núcleos se retraen y los demás
orgánulos celulares desaparecen. Por último, las células explotan y forman el
producto de secreción, el unto sebáceo. En consecuencia, es una secreción
holocrina. El unto sebáceo tiene actividad antioxidante y antibacteriana, que podría
tener relevancia para la protección de la piel. Además, las glándulas sebáceas
tienen gran interés clínico por su tendencia a las infecciones con desarrollo de acné
vulgar o furúnculos. Glándulas sudoríparas ecrinas Las glándulas sudoríparas
ecrinas son glándulas simples, tubulares no ramificadas, enrolladas y se encuentran
en casi todas las superficies externas del cuerpo, son especialmente numerosas en
las palmas de las manos y las plantas de los pies. Sappey ha calculadque existen

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en el cuerpo humno 2,000,000 de glándulas sudoríparas. Características
histológicas. Las glándulas sudoríparas son glándulas tubulares simples. La porción
secretora o adenómero y la primera parte del conducto excretor forman un ovillo
arrollado que tiene un diámetro de hasta 0,5 mm y está ubicado en la parte profunda
de la dermis o en la zona de transición al tejido subcutáneo. En la porción secretora
hay tres tipos de células, de las cuales dos se encuentran en cantidad equivalente.
Las células claras son eosinófilas, con una base periférica más ancha, contienen
grandes cantidades de glucógeno y mitocondrias, y se cree que forman el sudor
ecrino acuoso típico. Las células oscuras son basó filas y más anchas hacia la luz.
Se cree que producen una secreción mucinosa. Entre las células secretoras y la
membrana basal, se distingue una capa incompleta de células mioepiteliales.
Poseen un núcleo alargado o ahusado, y el citoplasma contiene miofilamentos. El
conducto excretor es más pequeño, con un epitelio de dos capas de células cúbicas
sin células mioepiteliales circundantes. El conducto excretor pierde su pared al
pasar por el estrato córneo. En la epidermis gruesa, esta última parte del conducto
excretor presenta un recorrido característico en tirabuzón. Función. Las glándulas
sudoríparas son de fundamental importancia para la regulación de la temperatura.
La secreción de sudor se realiza en forma refleja, puesto que las glándulas
sudoríparas están inervadas por fibras posganglionares simpáticas. El sudor es
secretado por el adenómero con un contenido de iones sodio, potasio, cloruro, urea,
amoniaco y ácido úrico, pero la concentración de sales disminuye en el conducto
excretor, con reabsorción retrógrada activa de iones sodio y la consiguiente
retrodifusión de iones cloro. Glándulas sudoríparas apocrinas Las glándulas
sudoríparas apocrinas humanas se encuentran sólo en las axilas, la región
anogenital, el conducto auditivo externo, las aréolas mamarias y los párpados. Las
glándulas sudoríparas apocrinas son estimuladas por las hormonas sexuales. En
consecuencia, terminan su desarrollo y comienzan su secreción en la pubertad.
Características histológicas. La glándula sudorípara apocrina es una glándula
tubular simple con su porción secretora arrollada en un ovillo con divertículos y
algunas anastomosis entre las partes del ovillo. El ovillo se encuentra en la
profundidad de la dermis o en la parte superior de la región subcutánea. Tiene un
diámetro de hasta 2 mm. El epitelio secretor se compone de células cúbicas o
cilíndricas bajas con núcleo redondo. El citoplasma es eosinófilo con numerosos
gránulos de electrodensidad variable, y a menudo se ven proyecciones luminales
del citoplasma. Entre las células secretoras y la membrana basal, se observa una
capa incompleta de células mioepiteliales, como en las glándulas sudoríparas
ecrinas. El conducto excretor de la glándula sudorípara apocrina es recto y posee
epitelio cúbico de dos capas, sin células mioepiteliales, y desemboca en la parte
superior de un folículo piloso. El sudor apocrino tiene consistencia lechosa y color
blanco grisáceo. En sí es inodoro, pero adquiere olor por degradación bacteriana.
Las glándulas apocrinas son más sensibles a las sustancias adrenérgicas que a las
colinérgicas a diferencia de las glándulas sudoríparas ecrinas, que poseen
inervación colinérgica. Irrigación sanguínea La irrigación sanguínea no sólo nutre
la piel y sus anexos; además, tiene gran importancia en la regulación de la
temperatura corporal. Las arterias de la piel parten de las grandes arterias del tejido
subcutáneo y forman una red cutánea en la zona de transición con la dermis. Desde
allí se emiten ramas a través de la dermis, que en la transición con el estrato papilar
forman una nueva red subpapilar. Los folículos pilosos son irrigados desde una red
perifolicular que también nutre las glándulas sebáceas, mientras que las glándulas
sudoríparas son irrigadas por la red cutánea. Vasos linfáticos La piel tiene gran
abundancia de vasos vías linfáticos que comienzan como capilares linfáticos ciegos
en la parte central de las papilas. Los vasos linfáticos forman una fina red en el
estrato papilar y una red de malla más gruesa en el límite entre la dermis y el tejido
subcutáneo. Nervios La piel y sus anexos representan una parte importante del
aparato sensorial y están inervados en forma profusa por nervios sensitivos. Los
corpúsculos de Meissner, cuerpos elipsoides compuestos por una cápsula laminar
gruesa de células de Schwann aplanadas que rodean varias terminaciones
axónicas. Éstas se ramifican y pueden formar un arrollamiento en espiral en su
recorrido dentro de la cápsula. Los corpúsculos de Meissner se encuentran en la
capa papilar de la dermis, en especial en la piel lampiña. Son más numerosos en
las puntas de los dedos, las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Funcionan como mecanorreceptores de adaptación rápida que reaccionan incluso
ante estímulos táctiles (presión y contacto) muy leves. Los corpúsculos de Ruffini
son estructuras ahusadas compuestas por un haz de fibras colágenas rodeado por
una vaina de tejido conectivo. La fibra nerviosa correspondiente se ramifica entre
los haces de fibras colágenas. Los corpúsculos de Ruffini se encuentran en la
dermis de la piel con pelo. Los corpúsculos de Pacini poseen una cápsula de tejido
conectivo más desarrollada y miden varios milímetros de largo. Los corpúsculos
tienen forma ovoide y la cápsula se compone de numerosas capas de células
planas. Los corpúsculos de Pacini se encuentran, por ejemplo, en el tejido conectivo
subcutáneo y son especialmente numerosos en la mano y el pie, con mayor
abundancia en los dedos, en especial la tercer falange. Estos corpúsculos son
mecanorreceptores de adaptación muy rápida que reaccionan específicamente ante
vibraciones. También existen fibras nerviosas autónomas para los vasos
sanguíneos, las glándulas sudoríparas y los músculos erectores de los pelos.
Histogénesis La epidermis y los componentes epiteliales del pelo, las uñas, las
glándulas sudoríparas y las glándulas sebáceas se desarrollan a partir del
ectodermo, mientras que la dermis y los componentes dérmicos de los anexos
provienen del mesénquima, que en la región del rostro deriva de la cresta neural, el
denominado ectomesénquima, mientras que en el resto de las partes del cuerpo
deriva del mesodermo.

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