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CADETERA de cordones
muy cerca del corazón,
pasillo de Perdigones,
escalera del Cañón.
Soy más perdigón que El Tato,
que se duche El Carbonilla,
¡VALEE..! al caer la vajilla,
¡que no me roce un novato!.
Y El Capitán en la ducha
con el gorrillo en la mano;
sólo el silencio se escucha
en ese tropel humano.
El agua está fría, helada,
sale por mil agujeros,
¡hay quien pasa el Tubo entero
corriendo y no se mojaba ¡
Pendientes siempre del Tubo,
del Loro o la Corrección,
correr elevado al cubo
para estar en Formación.
Impasible, el de Segundo,
entra en la Nave con gorro;
¡ que corra, Novato! y corro
y le doy la vuelta al mundo.
Por la noche irás reptando
tengas o no tengas ganas,
y al oír la voz de mando
subes y bajas las camas.
El gorrillo cuartelero
Es prenda de distinción,
No lo lleva el de Primero
¡excepto si es Perdigón ¡
Y aprende sin dilación
lo que te manda tu padre:
el verso de Calderón
te sabrás de puta madre
El Mediano como fruto
al llegar la primavera,
¡qué ilusión ser Cabo Bruto
y en mayo cerrar Cartera!.
ARCA DE NOÉ: Autocar que traía a los Protos (véase luego ) desde
Zaragoza. Su nombre deriva de que estaba lleno de animales. Obvio.
FLOR DE LA IGNORANCIA o “HUEVO FRITO”: Distintivo del
Profesorado que hace alusión a su alto nivel de conocimientos.
RECONOCIMIENTO: Refiérese al Medico durante el examen de Ingreso.
Dase la casualidad de que en las dos Promociones a las que, por razones
que no hacen al caso, pertenezco algunos muleros, siempre escogidos
entre los más bajitos, no daban la talla mínima, creo entonces era de 1,67
mts, y se daba la circunstancia, oh misterios del azar, oh diosa de los
afortunados, que los de la minitalla solían ser hijos de protos.
BERNARDA: Nombre mítico en la Academia y famosa por su carácter
que reiteradamente se negaba a portar la placa del mortero y lo
argumentaba con coces. Este argumento se ha repetido reiteradamente
en la Historia de España y sigue aún vigente.
PROTO: Es un elemento prefijal que entra en la formación de las
palabras para dar un sentido de prioridad y lógicamente dícese del
Profesor de la Academia, ¡oh catedráticos insignes!, Se comentaba que
se parecían al bikini en que enseñaban todo, menos lo más importante.
TRUSA: Minitanga cadeteril para ocultar las partes pudendas. Usábase
para entrar en la ducha de tubo o corredor larguísimo con alcachofas de
20 en 20 cms echando agua, fría por supuesto, en todas las direcciones
de la Rosa de los Vientos (véase la licencia poética).
Asegúrase que un Cadete cuyo nombre no recoge la Historia, (hay tantos
héroes anónimos y soldados desconocidos) entró y salió seco. Loado
sea.
VALEEE: Grito unánime, más bien alarido, que sonaba en el Comedor
cuando se rompía algún plato o vaso. Naturalmente por el importe de
dicha loza el desgraciado Cadete que lo rompía firmaba un vale que le
era descontado a fin de mes de su más que exigua paga.
Otro murmullo sonoro, que no grito acompasado, era cuando en el
Comedor el Cura, o Páter, bendecía la mesa y decía “Bendice, Oh Señor
(murmullo de los hambrientos Cadetes: Y MULTIPLICA) estos alimentos
que vamos a recibir “
NAVE: Dormitorio común de una Compañía de Cadetes. Generalmente
constaba de 62 camas alineadas una frente a otra y delante de cada
cama una taquilla para los efectos personales. Una novatada muy
corriente era hacer el “Moncayo de taquilla” que consistía en que un
Cadete de Segundo te echaba sobre la cama todo lo de la taquilla,
uniformes, botas, botos, camisas, ropa interior, artículos de aseo y, para
más gracia solía hacerse antes de la Revista personal y de efectos. Solía
oírse a continuación, en boca del Capitán de la Compañía, la simpática
frase: Caballero, deme Nota. Y arresto al canto.
CUARTELERO: Autoridad máxima en el Dormitorio, el Can Cerbero que
controlaba el orden, la entrada y salida de la Nave. Su función más
importante era cuando de noche apagaba las luces, decía PILOTS y se
encendían unas tenues lucernarias (qué estro poético) y en el cavernoso
silencio de la nave el más caracterizado Cadete de Segundo exclamaba
con voz potente: Y ahora vendrá un vámpiro (con acento en la a) y os va
a chupar la sangre”... y la masa gris de los Parias respondía:” Eso, eso,
que nos la chupe, que nos la chupe “.
MONCAYO: También cierzo, ventarrón que al pasar por el puente de
piedra te arrebataba la gorra lanzándola al Ebro. Los maños decían
“Moncayo ladrón, naces en Castilla y riegas en Aragón “y los sastres-
gorreros decían “ Moncayo frío tira la gorra al río “ y a vender más...
GORRILLO: Prenda de cabeza que dentro de la Nave sólo la usaban los
cadetes de Segundo y los Perdigones. ¡CATEGORÍA!.
El novato, paria de Primero, que no tenía derecho a la vida, no podía
usarlo.
CABO BRUTO: Los doce Cadetes de mejor expediente eran Sargentos
Galonistas y Jefes de Clase y les seguían 24 Cadetes Cabos Galonistas
con fama de muy estudiosos pero que no alcanzaban el estratosférico
nivel de los Sargentos. De entre los Cabos suelen salir los Generales.
CERRAR CARTERA: Al llegar Mayo los Protos ya no preguntaban a los
que tenían aprobados los bimestres, “ cerraban “ la cartera y ya hasta el
15 de Julio sólo tenía”mos” Instrucción, Maniobras, Campamentos, pero
no clases, que sólo recibían los pobres que iban a examen.
Frecuentabas la piscina, campos de tenis y oías el murmullo del agua, la
caricia del aire, el aroma de los naranjos, el trinar de los pajaritos... y el
rechinar de los compañeros que iban de “mediano “. Qué gozada.
NOTA: Cuando hacías algo incorrecto el Proto te decía: “ Caballero,
deme Nota “, es decir Nombre, Apellidos, número de Filiación, Compañía
y Sección. Con estos datos salías en la lista de Arrestados.
COTO: Famosa, y posiblemente única, Sala de Fiestas a la que podían
acceder los Cadetes. Nos gustaba más EL OASIS con sus negritas
descocadas o AMBOS MUNDOS con sus Señoritas de alterne... pero ¡Ay
¡ si te sorprende la Vigilancia. Y me sorprendió y bajó el Coeficiente.
TABLILLAS: Hormas de madera para sacarse las botas de montar.
Operación que con éste artilugio era complicadilla, pero a mano era más
difícil que un problema de Tiro.
PILLOS: Cadetes procedentes de la Escuela de Suboficiales de
Villaverde. Generalmente casados, con más de treinta años de edad que
los sábados y con urgencias de cumplir el débito conyugal deben
agradecimiento eterno a las imprescindibles tablillas. Y supongo que
también “ las pillas”.
TRULLO: Nombre vulgar de la Corrección, cuartucho al que te llevabas
tus mantas, sábanas y el cabezal ( romántico nombre que en la milicia
recibe la almohada ) y allí, entre rejas, permanecías el tiempo del arresto.
Era el más grave y te quitaba mucho Coeficiente y perdías puesto en la
Promoción.
VIRGO: Estado virginal referido al Caballero Cadete que no ha recibido
ningún arresto. Si bien es cuasi imposible permanecer en este angelical
estado se asegura que hubo un Cadete que no conoció lo que era un
arresto...pero este aserto no ha sido comprobado ni figura en el Summun
Caesaragustanus Academiae Historiae. Malas lenguas, siempre las
habrá, aseguraban que era hijo del Capitán General de la V, es decir, de
Zaragoza. Casualidades.
COEFICIENTE: Diez puntos simbólicos que tenían los Cadetes al
comenzar un curso y cada arresto de Dormitorio, Prevención o
Corrección te “ limaba “ puntos según su gravedad. Al llegar a tener sólo
dos puntos te formaban Tribunal Disciplinario que podía decidir hasta la
expulsión de la Academia. Oh témpora, oh mores. (Un Proto lo hubiera
traducido: “oh tiempo de los moros”)
VOLOVÁN: Especie de hojaldre relleno de especie de carne que algunos
aseguran que botaba mejor que una pelota y era más extensible que el
chicle. Un Cadete de Utebo llegó a comerse media docena... por lo
menos eso pone su epitafio.
BATALLÓN Y LLAMADA: Guisadillo de carne o similar nadando en un
caldo marrón diarréico guarnecido de patatas terrosas con piel y
verduras de origen desconocido con gusano incorporado. Los cerdos de
la Academia agradecían a los Cadetes las repletas bandejas sobrantes.
Decían los puercos: Es verdad que lo que no mata, engorda... y era la
víspera de San Martín. Inocentes cual Cadetes.
MASCADA: Vomitera sabatina debida al abundante Cariñena de
garrafón. Como literario precedente tenemos al genial Don Mendo que
exclamaba “fue el maldito Cariñena que se apoderó de mí “.
Dicen que los Curas lo hacen mejor ya que beben vino toda la semana
pero sólo la media hora que trabajan. Yo, y séame perdonada la autocita,
también digo: