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Test de Frases Incompletas
Test de Frases Incompletas
Hemos dicho que en la medida en que se aplicó el cuestionario nos dimos cuenta no sólo de sus
limitaciones, como las respuestas con monosílabos o demasiado extensas, sino de que nos
estábamos alejando del propósito inicial de utilizar la metodología cualitativa para el trabajo
empírico, lo que nos llevó a indagar de nueva cuenta en el uso y manejo de otros instrumentos de
investigación. Derivado de las primeras observaciones a las respuestas del cuestionario, nos dimos
cuenta que la televisión ocupaba un lugar importante en el apartado sobre recreación y
esparcimiento, esto nos llevó por curiosidad, a buscar en los estudios relacionados con los efectos
de la televisión. Encontramos algunas investigaciones empíricas realizadas en Argentina y España,
que sugerían el uso de técnicas innovadoras, para explorar ámbitos de dificil inserción.
Francesco Casetti (1992) en su libro sobre instrumentos, métodos y prácticas para el análisis de la
televisión, menciona una serie de técnicas susceptibles de ser aplicadas en el estudio sobre el
tiempo libre o de ocio, muchas de esas técnicas eran desconocidas para nosotros, por ejemplo los
estudios sobre imaginación visual o imaginación verbal. El autor indica también otras técnicas
como la asociación de palabras o de imágenes y la presentación de dibujos animados. Estas
técnicas requieren de suficiente tiempo ante el participante para desplegar frente a sus ojos una
serie de materiales, lo cual evidentemente no era nuestro caso. Entre ellas se mencionaba el test
de frases incompletas, sobre el que teníamos información previa de sus usos en la psicología
clínica, por lo que decidimos averiguar en detalle si podíamos utilizar esta técnica para nuestros
fines.
El test de “frases incompletas” según Lawrence E. Abt y Leopold Bellak (1999), consiste en un
número de frases que el examinado debe completar, por ejemplo “me enojo cuando…”. Que
exploran áreas significativas de adaptación de un individuo a situaciones especiales, o con el fin de
investigar algún conjunto específico de actitudes (Abt y Bellak 1999). El test fue ideado
originalmente con la intención de obtener material clínico para diagnóstico psicológico de algunos
pacientes, en especial sobre sentimientos y actitudes en áreas de las relaciones interpersonales y
existe un debate teórico de si es o no una prueba proyectiva, que no viene al caso discutir.
El test de frases incompletas tiene cuatro áreas de adaptación: familia, sexo, relaciones
interpersonales y concepto de sí mismo. Cada área tiene una serie de actitudes a explorar y a su
vez cada serie tiene cuatro frases que sirven para deducir tendencias dominantes, en total el test
tiene 60 preguntas y puede administrarse en forma individual o grupal, requiere de 20 a 40 minutos
para su llenado. Las instrucciones que se le dan a los usuarios son: “a continuación encontrará 60
frases incompletas, lea cada una de ellas y complételas escribiendo lo primero que se lo ocurra.
Trabaje con la mayor rapidez posible. Si no puede completar un ítem, encierre el número en un
círculo y vuelva a él más tarde” (Abt y Bellak 1999: 212).
Escogimos este instrumento porque ante las resistencias que mostraron los trabajadores en el
cuestionario, necesitábamos de una técnica que nos acercara de otra manera a la exploración del
significado o valor de tiempo libre y de trabajo. El test de frases incompletas es una prueba que da
la sensación de libertad en la respuesta, aunque en realidad esta altamente estructurada y en
algunos casos es predecible en las respuestas, lo que pensamos nos permitiría acercarnos a áreas
limitadas de la vida de los trabajadores. Por la cotidianeidad y simpleza en la elaboración de sus
frases hacen que una defensa, omisión, evasión o negación en las respuestas salten a la vista
(Morales 1993), lo que constituye material de análisis valioso.
Existe una versión de esta prueba modificada por Jaime A. Grados y Elda Sánchez (1990) para su
aplicación en la industria, en ella se manejan cuatro áreas; responsabilidad, relaciones
interpersonales, motivaciones y concepto de sí mismo, difiere del anterior en las áreas de
responsabilidad y motivaciones y se conserva en las otras dos, pero en esencia contiene los
mismos principios de aplicación y de interpretación. Esta prueba tiene 68 y no 60 preguntas que
incluyen la percepción de la empresa, reacción a situaciones inesperadas, motivación en el trabajo
y otras. Estos datos los conocimos de manera posterior, por lo que no se utilizaron en el
levantamiento de información.
Bertram Forer (1950) citado por Morales (1993), creó un test de 100 frases incompletas con las
mismas bases que Bellak, pero precisó en tres, las formas en que deberían ser clasificadas las
respuestas para su interpretación posterior; a) por su estructura, b) por el contenido y c) por el
sustrato. La estructura se refieren a “los hábitos lingüísticos de la palabra, gramática, ortografía,
conexión lógica y otros objetos formales de la respuesta” que son pistas de la comunicación del
pensamiento del que responde (Morales 1993). El contenido tiene que ver con el tipo de respuesta
escogida por el sujeto cuando se le ha dado la oportunidad de hacerlo, lo que revela
preocupaciones características. El sustrato está relacionado con las tendencias hipotéticas,
impulsos, necesidades o actitudes inferidas del contenido, lo que según Forer representa la mayor
dificultad (Morales 1993).
En cualquier caso, la respuesta a una frase no es significativa hasta que haya sido comparada con
las demás del grupo y frente al listado en general. De las tres vías para la interpretación, la de
contenido es la que más se apega a los intereses de esta investigación.
Habíamos dicho que el test original cuenta con 60 frases incompletas en cuatro áreas de actitudes
frente: a) la familia, b) al sexo, c) al concepto de sí mismo y d) a las relaciones interpersonales, con
15 grupos de 4 preguntas. No todas eran de utilidad para los propósitos de la investigación así que
de los 15 grupos seleccionamos cuatro: 1) actitud frente a las metas, 2) actitud frente al futuro, 3)
frente a los supervisores y 4) frente a los colegas. Además creamos tres apartados que tuvieran
que ver más con lo que buscábamos, es decir, actitudes a) frente a las actividades fuera del
trabajo, b) en relación al tiempo libre y de ocio y c) frente a los medios de comunicación (anexo 4).
Estudiamos la forma en que estaban redactadas las preguntas para poder construir expresiones
gramaticales específicas para nuestro caso, sin alterar el sentido original de las frases, se
redactaron en primera persona del singular (yo), que les permitiera hacer una descripción de sus
propias actitudes, lo que podría provocar respuestas más directas. El instrumento para nuestros
fines quedó estructurado con una presentación de los objetivos del estudio, un apartado de datos
sociodemográficos: sexo, estado civil, edad, escolaridad, puesto, de confianza o sindicalizado y
horario de trabajo. A continuación se colocó el listado de frases incompletas. En el cuerpo del
instrumento establecimos 7 grupos de preguntas, cada uno de estos grupos tiene cuatro frases
incompletas, en total 28 frases distribuidas de la siguiente forma.
2. Actitudes frente a las expectativas, en la que incluimos las respuestas del grupo III sobre metas
y V sobre futuro.
3. Actitudes frente al tiempo libre y medios de comunicación, que abarca las respuestas del grupo
I, de actividades fuera del trabajo, II sobre tiempo libre y ocio y IV sobre los medios.
12.- Desearía…
Así organizadas las frases parecen incluso repetitivas, sin embargo al trabajador se le presentan
en forma de lista de acuerdo a la secuencia numérica del 1 al 28 que aparece al principio de cada
frase y en ningún momento se mencionan las áreas que se exploran (anexo 6). Este nuevo
instrumento lo aplicamos en las empresas Grammer y Eugen Wexler, en las instalaciones de la
primera y en un evento especial de la segunda. Debemos reconocer que el nivel de escolaridad de
los trabajadores influyó de manera importante en la comprensión de las instrucciones, pues hubo
casos en que encontramos respuestas monosilábicas de sí, no, bueno, nada etc.
No obstante las dificultades de aplicación de este instrumento, creemos que nos brindó la
posibilidad de indagar sobre el tiempo libre de los trabajadores desde otra óptica, ambas técnicas
el cuestionario y el test, constituyen distintas caras del mismo fenómeno, nos proveen de
información y experiencias. El uso de otras técnicas en la investigación no sólo nos mantiene en la
línea de la metodología cualitativa sino que, al aplicar el test de frases incompletas se contribuye a
la exploración de herramientas de otras disciplinas (como la Psicología) en la búsqueda de mayor
comprensión sobre el objeto de estudio.