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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

M.P.P. PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR


INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA
MARIO BRICEÑO IRAGORRY
VALERA ESTADO TRUJILLO.

BIOGRAFÍA DE CRISTÓBAL
MENDOZA.

REALIZADO POR:
KARLA MATHEUS. C.I. 15.952.854
IVANA LUGO. C.I. 27.896.199
YESIKA ARAUJO. C.I. 25.458.636
KELVIS GONZÁLEZ 28.455.914
SECCIÓN: B2EA
MATERIA: CIENCIAS SOCIALES.

VALERA, DICIEMBRE DEL 2017


Nació en la Parroquia Chiquinquirá, punto de encuentro con la Parroquia Matriz,
Trujillo, el 23 de Junio de 1772, El nombre Cristóbal en griego quiere decir: “Portador de
Cristo”. El Doctor Cristóbal Mendoza tenía una contextura fuerte, 1.80 metros de
estatura, cabello y ojos negros; en su juventud fue orientado por el Franciscano Fray
Antonio de Pereira. Recibió esmerada educación en Trujillo y desde temprana edad
mostró predilección por las humanidades.
A los 16 años marchó a Caracas para estudiar en la Universidad Santa Rosa de
Lima, se gradúa de Licenciado en Filosofía y Letras y Maestro, en 1791. El Doctor Cristóbal
Mendoza era Políglota, hablaba Francés, Italiano, Inglés, Latín, Griego, Árabe, Alemán,
Ruso, Finlandés, Sueco y Español. De Caracas se traslada a Mérida en 1795, donde imparte
clases en el Convento San Buenaventura (creado el 29 de Marzo de 1785, por Juan Ramos
de Lora), conocido hoy como la Universidad de Los Andes (ULA, desde el 21 de Septiembre
de 1810; el 23 de Septiembre de 1883, se dio el definitivo nombre de Universidad de Los
Andes, ULA y su Primer Rector de 1795 a 1802, fué el Doctor Juan H. Hurtado de
Mendoza) y posteriormente, en 1796 pasa a El Doctor Cristóbal Mendoza se casó tres
veces, su última esposa, con quien se casó el 14 de Agosto de 1811 es Gertrudis Buroz
Tovar, quien tuvo varios hermanos que murieron en la Independencia, prueba de ello, es
que su madre en carta enviada al Libertador dice: “Allí le mando el último de mis hijos, el
único que me queda, para vengar la sangre de sus hermanos”. Los hermanos Buroz eran:
Pedro, Lope María, Lorenzo, Vicente y Venancio.
A fines de 1796, se halla en Barinas realizando otras prácticas de su profesión legal
al lado de los abogados Faustino de la Plaza y Manuel Antonio Valcarce Pimentel. Luego se
traslada a Caracas donde, en 1797, culmina su ya vasta y profunda preparación de
jurisconsulto y abogado, al lado de los juristas Francisco Espejo y Juan Francisco Zárate.
En 1798, es nombrado protector de naturales de la entonces extensa provincia de
Barinas (que comprendía el Apure) y como tal, dedica sus desvelos a la defensa jurídica de
los indígenas desvalidos. En 1799 tuvo que litigar contra el comandante político y militar
de la provincia, coronel Miguel de Ungaro y Dusmet, en defensa de un grupo de
agricultores barineses.
A comienzos del nuevo siglo, habiendo enviudado, Mendoza contrajo segundas
nupcias con María Regina Montilla del Pumar, emparentada con José Ignacio del Pumar,
marqués de Boconó y de las Riberas del Masparro.
En enero de 1807 Cristóbal de Mendoza fue elegido alcalde de primer voto del Cabildo de
Barinas, pero el coronel Ungaro y Dusmet se opuso al nombramiento, alegando el
parentesco de Mendoza con los miembros del Cabildo; finalmente, en marzo de 1808, la
Real Audiencia le dio la razón a Mendoza. Hacia esa época perdió a su segunda esposa.
Cuando estalla el movimiento del 19 de abril de 1810, fue de los primeros en
sumarse, desde Barinas, a los patricios de Caracas. El 5 de mayo de ese año, se organiza
una Junta de Gobierno local, de la cual Mendoza es vocal secretario. El 7 de mayo los
patricios de Barinas, acaudillados por Mendoza, lanzan la consigna: «Paz y tranquilidad
son nuestros deseos. Morir o ser libres nuestra divisa». Y esa tónica la mantendrán en
posteriores documentos.
Para representar a la provincia de Barinas en el Congreso Constituyente de 1811,
son elegidos diputados, entre otros, Cristóbal y su hermano Luis Ignacio Mendoza.
Cristóbal no llega a actuar en el Congreso. En efecto; mientras se halla aún en
Barinas cumpliendo sus funciones en la Junta de Gobierno, disponiéndose a viajar a la
capital para ocupar su lugar en el Congreso, este cuerpo, en su ausencia, le confiere el
honor de designarlo el 5 de marzo de 1811 a la cabeza del Triunvirato Ejecutivo que
ejercería al gobierno del país, haciendo así de él el primer presidente de la Venezuela que
estaba ya en vías de convertirse en Estado soberano. Formaban el Triunvirato, además de
Cristóbal de Mendoza, Juan de Escalona y Baltasar Padrón, quienes se turnaban
semanalmente en el ejercicio de la presidencia.
Cuando se instaló el Poder Ejecutivo en la tarde del 6 de marzo de 1811, le
correspondió a Mendoza, como primer nombrado, ejercer la presidencia, y así se hizo
constar; mientras él llegaba, lo sustituyó interinamente Manuel Moreno de Mendoza,
«...uno de los tenientes para suplir ausencias y enfermedades de los principales...»
Mendoza llegó luego a Caracas, y se incorporó el 25 de abril. Ejercía también la
presidencia cuando el Congreso Constituyente declaró, el 5 de julio de 1811, la
Independencia de Venezuela.
Le correspondió igualmente refrendar, en primer lugar, en su calidad de presidente
del Triunvirato, el Acta de la Independencia que una comisión del Congreso presentó al
Ejecutivo Plural el día 8. El 14 de agosto de 1811 casó en terceras nupcias con Gertrudis
Buroz Tovar.
Con sus otros colegas triunviros, Mendoza cumplió sus deberes al frente del
naciente Estado, hasta que en marzo de 1812, de acuerdo con la Constitución sancionada
en diciembre anterior, el Congreso designó un nuevo Ejecutivo Plural.
A la caída de la Primera República, a mediados de ese año, Mendoza logra refugiarse en la
Nueva Granada (Colombia). Está en Cartagena y en Tunja y al saber que el brigadier Simón
Bolívar se apresta a libertar a Venezuela, se une a él a comienzos de 1813 y se convierte
en uno de sus principales colaboradores. Bolívar lo designa gobernador político de Mérida,
ciudad que se incorpora en mayo de ese año a la causa republicana. Allí está ya Mendoza
cuando llega Bolívar, que hace su entrada triunfal el 23 de mayo.
Prosigue la campaña al lado de Bolívar, quien lo nombra gobernador político de la
provincia de Caracas. Juntos entran en la capital el 6 de agosto de 1813.
Durante la guerra a muerte, Mendoza atiende a todo: administración política, impuestos,
víveres, pertrechos y vestuarios para el Ejército, hospitales, patrullaje cívico, vigilancia de
espías y desafectos.
Regresa a Caracas con su familia a fines de 1821 y es nombrado presidente de la
Corte Superior de Justicia del departamento de Venezuela. Comparte sus actividades
jurídicas con el estudio de la historia, redactando un proyecto para escribir la de la
Independencia y acopiando documentos para ello. Junto con otro jurista colega suyo,
Francisco Javier Yanes, edita, del 1 de enero de 1824 al 31 de marzo de 1825, el periódico
El Observador Caraqueño, que promueve principios de civismo, de libertad,
republicanismo, justicia y, en las páginas del cual publican Mendoza y Yanes documentos
históricos sobre la revolución emancipadora, empezando con los de los movimientos
precursores, como el de Juan Francisco de León de 1749.
En 1825, Mendoza renuncia a su puesto en la Corte Superior y se dedica al ejercicio
de su profesión, a la vez que promueve actividades de utilidad pública como la de
construir una carretera entre Caracas y La Guaira, en vez del camino de recuas que
entonces existía; empresa que no llega a realizarse entonces. A pesar de no haber sido
candidato, obtiene la mayoría de los votos para vicepresidente de la República emitidos
en el departamento de Venezuela en las elecciones de 1825.
En 1826, Mendoza y Yanes inician la edición de la primera obra histórica de gran
envergadura para el estudio de Bolívar y su época, titulada Colección de documentos
relativos a la vida pública del Libertador de Colombia y del Perú, Simón Bolívar, la cual
llegó a tener 22 tomos, (la mención de «Colombia», en el título, aludía a la Gran Colombia
de la época de Bolívar y por consiguiente incluía a Venezuela y al Ecuador).
En abril de 1826, coincidiendo casi con el estallido en Valencia del movimiento de La
Cosiata, Mendoza fue nombrado intendente del departamento de Venezuela, por el
vicepresidente Francisco de Paula Santander desde Bogotá. Apenas posesionado, tuvo que
enfrentar aquel movimiento revolucionario, e intentó, sin éxito, impedir que Caracas se
uniera a la rebelión iniciada en Valencia. Ante el hecho consumado, se esforzó en calmar
los ánimos hasta la llegada del Libertador, a fin de evitar la guerra civil. En la Asamblea
celebrada en Caracas a comienzos de noviembre de 1826, se enfrenta a los enemigos de
Bolívar y a los que proponen la disolución de la Gran Colombia. Poco después, el general
José Antonio Páez le ordena salir del país, lo cual hace el 27 de aquel mes, hacia la isla de
Saint Thomas, mientras que su familia permanece en Caracas.
Cuando el Libertador regresa a Venezuela a fines de 1826 y restablece la paz en
enero de 1827, destaca públicamente la probidad de Mendoza, confía a su hijo Eugenio el
mando de la primera guardia que tiene en Caracas y llama urgentemente al estadista
desterrado, a quien confía de nuevo la Intendencia. A comienzos de 1828, a pesar de
sentirse enfermo, Mendoza, instado por el Libertador, piensa en separarse del cargo para
ir a Ocaña, como representante de Mérida en la Convención Nacional, pero Páez se opuso
porque «...dejando Mendoza el puesto, se abre la puerta a la corrupción y mala fe de los
empleados; este hombre les impone respeto por su saber, probidad y severidad, y tiene
también a los godos [los españoles] en continuas zozobras...», según se lo escribía el
propio Páez a Bolívar el 21 de enero de aquel año. Era el mejor elogio, viniendo de quien
un año antes había tenido serias desavenencias políticas con Mendoza.

Su grave enfermedad, de todos modos, le impedía viajar. A mediados de 1828


renunció a su cargo de intendente retirándose a las afueras de Caracas.

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