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CONSECUENCIAS DE LA I GUERRA MUNDIAL

El 27 DE Octubre de 1918 Alemania consintió en aceptar las negociaciones de paz, Guillermo II debió entregar el poder, se
extendía por toda Alemania una revolución proletaria que fue posteriormente sofocada. En Europa comenzaron los preparativos
para conferencia de Versalles.

En 1919 se reunieron en Versalles los representantes de los países vencedores para preparar el tratado definitivo de paz. En ese
mismo año, Alemania firmó el Tratado de Versalles, por lo que quedaba obligada a reducir drásticamente su ejército y
armamento y a pagar fuertes sanciones económicas como reparación por los daños causados a los aliados durante la guerra.
Además, Alemania perdió su imperio colonial y numerosos territorios en Europa.

Tras la derrota de Alemania en la I Guerra Mundial, los vencedores no llegaban a un acuerdo sobre las reparaciones de guerra
que debía pagar la nación vencida. Los líderes de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia e Italia celebraron la Conferencia de
Paz de París en 1919 y elaboraron el Tratado de Versalles. Éste imponía a Alemania una serie de medidas restrictivas y
compensatorias que incluían su desmilitarización a gran escala y el pago de indemnizaciones. Los representantes de la reunión
fueron el primer ministro británico Lloyd George, el ministro de Asuntos Exteriores italiano Giorgio Sonnino, el jefe de
gobierno francés Georges Clemenceau y el presidente de Estados Unidos Thomas Woodrow Wilson (foto).

A pesar de que todas las naciones confiaban en que los acuerdos alcanzados después del conflicto restablecerían la paz mundial
sobre unas bases estables, las condiciones impuestas promovieron un conflicto aún más destructivo. Los Imperios Centrales
aceptaron los catorce puntos elaborados por el presidente Wilson como fundamento del armisticio, esperando que los aliados los
adoptaran como referencia básica en los tratados de paz. Sin embargo, la mayor parte de las potencias aliadas acudieron a la
Conferencia de Versalles con la determinación de obtener indemnizaciones en concepto de reparaciones de guerra equivalentes
al coste total de la misma y de repartirse los territorios y posesiones de las naciones derrotadas según acuerdos secretos. Durante
las negociaciones de paz, el presidente Wilson insistió en que la Conferencia de Paz de París aceptara su programa, pero
finalmente desistió de su propósito inicial y se centró en conseguir el apoyo de los aliados para la formación de la Sociedad de
Naciones.

Se puede puntualizar que las principales consecuencias de tan nefasta guerra fueron:

La muerte de más de 12 millones de personas, equivalente a casi la mitad de los habitantes de Venezuela, y varios millones de
heridos, en su mayoría jóvenes, principalmente de Rusia, Alemania, Francia y el Reino Unido.

Las pérdidas materiales fueron enormes se supone que pasó los 186.000 millones de dólares.

En tan sólo las tres primeras semanas de la guerra, los alemanes perdieron 600.000 hombres.

El territorio de Turquía se redujo. El imperio austrohúngaro desapareció y dio lugar a cuatro nuevos Estados: Austria,
Checoslovaquia, Hungría y Yugoslavia.

La Primera Guerra Mundial marcó el fin de la supremacía de las potencias de Europa y fortaleció la posición de los Estados
Unidos y de Japón.

En casi toda Europa los medios de comunicación, el transporte, los cultivos, los edificios, etc. quedaron destruidos.

Todas las pérdidas ocasionaron una disminución de la producción industrial y agrícola. Las reservas de oro y las inversiones se
redujeron, toda Europa entró en una grave crisis económica.

Por el contrario, la contienda generó un intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra: fusiles de repetición,
ametralladoras, gases asfixiantes dando origen a la guerra biológica y química, hubo tanques, dirigibles y aviones, también se
practicaron los bombardeos a las ciudades. La artillería multiplicó los calibres, aumentó el alcance y mejoró los métodos de
corrección. El transporte motorizado se generalizó.

Hubo una intensa participación de la sociedad civil implicándose en operaciones bélicas, de igual forma participaron
instituciones como la Cruz Roja donde la mujer desempeñó una gran labor.

A pesar de la labor desempeñada por la Cruz Roja, se desataron grandes epidemias de enfermedades infectocontagiosas.

La acción de los submarinos alemanes provocó el hundimiento de las naves aliadas causando un gran número de bajas; al
abandonarse el principio por el cual se permitía la evacuación de las naves civiles antes de su hundimiento. En mayo, un
submarino alemán torpedeó al Lusitania, un vapor de pasajeros británico. Éste se hundió en menos de 20 minutos frente a la
costa meridional de Irlanda, y fallecieron 1.198 civiles, entre los que se encontraban 128 estadounidenses. El incidente estuvo a
punto de anticipar la intervención de Estados Unidos en el conflicto mundial, que se produjo en 1917.

A pesar de los esfuerzos realizados para provocar la paz mundial con el Tratado de Versalles, las potencias vencedoras
permitieron que se incumplieran algunos de los términos establecidos lo que provocó el resurgimiento del militarismo y del
nacionalismo agresivo de Alemania y de los desórdenes sociales en gran parte de Europa, agudizó la crisis económica, hubo una
fuerte agitación social y hubo el resurgimiento de movimientos bélicos producto de graves disputas que quedaron sin resolver.

CONCLUSIONES

Una vez culminada la presente investigación, se puede concluir que la I Guerra Mundial:

1. Duró cuatro años, tres meses y catorce días con profundos cambios en el territorio europeo.

2. La guerra representó un coste de 186.000 millones de dólares para los países beligerantes.

3. Las bajas en los combates terrestres ascendieron a varios millones de personas pertenecientes a la población civil y que, en
algunos casos, fallecieron indirectamente a causa de la contienda.

4. A pesar de que todas las naciones confiaban en que los acuerdos alcanzados después del conflicto restablecerían la paz
mundial sobre unas bases estables, las condiciones impuestas promovieron un conflicto aún más destructivo. Los Imperios
Centrales aceptaron los catorce puntos elaborados por el presidente Wilson como fundamento del armisticio, esperando que los
aliados los adoptaran como referencia básica en los tratados de paz.

5. La mayor parte de las potencias aliadas acudieron a la Conferencia de Versalles con la determinación de obtener
indemnizaciones en concepto de reparaciones de guerra equivalentes al costo total de la misma y de repartirse los territorios y
posesiones de las naciones derrotadas según acuerdos secretos.

6. Durante las negociaciones de paz, el presidente Wilson insistió en que la Conferencia de Paz de París aceptara su programa
completo organizado en catorce puntos, pero finalmente desistió de su propósito inicial y se centró en conseguir el apoyo de los
aliados para la formación de la Sociedad de Naciones.

7. Las potencias vencedoras permitieron que se incumplieran ciertos términos establecidos en los tratados de paz de Versalles lo
que provocó el resurgimiento del militarismo y de un nacionalismo agresivo en Alemania y desórdenes sociales en gran parte de
Europa.

8. La I Guerra Mundial trajo ruina, enfermedades y dolor a todos los países participantes.

9. Hubo grandes adelantos científicos con fines bélicos lo que trajo como consecuencia más muertes y más destrucción.

10. Y por último, esta guerra no resolvió los conflictos, por el contrario los enfatizó lo que tras unos veinte años,
aproximadamente, ocasionó la II Guerra Mundial.
EL TRATADO DE VERSALLES

La enumeración de los principales puntos del Tratado de Versalles da una idea del rigor con que las potencias vencedoras
impusieron su mandato.

1) Alemania perdió el derecho de poseer un ejército, excepto 90.000 soldados y 4.000 oficiales; los efectivos eran alistados por
el término de doce años y, si alguno de ellos moría durante ese lapso, no podía ser reemplazado; se eliminaba también el estado
mayor; quedaba suprimida la artillería pesada, la aviación militar y se debían desmantelar todas las fortalezas y los puertos
militares; se prohibía la fabricación de armas y se establecían comisiones aliadas de contralor.

2) Sólo se permitía a Alemania conservar seis cruceros de 10.000 toneladas cada uno, igual cantidad de 6.000 toneladas, doce
destructores y doce cañoneras; quedaba suprimida la flota submarina; los puertos marítimos, así como también los ríos Danubio,
Rin, Elba y Oder eran declarados abiertos a las naves de las potencias aliadas, sin que fuera necesario el permiso de Alemania.

3) Alemania resignaba todas sus colonias sin excepción y quedaba prohibida la construcción de cualquier clase de
fortificaciones en la orilla izquierda del Rin v en un franja de 50 kilómetros al este del mismo río. De tal manera, el país quedaba
a merced de cualquier potencia de segundo orden, como Polonia o Checoslovaquia. La existencia de Alemania ya ni dependía
de sí misma, sino de la voluntad de los otros.

En cuanto a las pérdidas territoriales. Alsacia y Lorena se anexionaban a Francia que, además, ocupaba por 15 años la región del
Sarre. Luego de este período, se decidiría por plebiscito a quién pertenecería en el futuro ese territorio. Si el Sarre volvía a
Alemania, ésta debía indemnizar a Francia en divisas oro por la restitución de los yacimientos carboníferos allí existentes.
Polonia recibía una parte de la Alta Silesia (otros distritos pasaban a Checoslovaquia), Posdan, casi toda la Prusia Occidental y
algunos distritos de la Pomerania. Danzig era declarada ciudad libre. Entre Francia y el Imperio Británico se repartían todas las
colonias de Alemania. La primera recibía casi todo el Camerún y gran parte del Togo; Inglaterra tomaba posesión de África
Oriental y Occidental, las partes restantes del Togo y Camerún, las islas Samoa y de Nueva Guinea Las pérdidas constituían
alrededor del 17 por ciento del territorio europeo alemán. Por otros puntos del tratado, Alemania entregaba toda su flota
mercante de calado superior a las 1.600 toneladas, la mitad de las naves de calado inferior, el 25 por ciento de los pesqueros y el
120 por ciento de las embarcaciones fluviales. Además, se comprometía por el término de cinco años a entregar anualmente una
parte de los nuevos barcos que construya. Debía suministrar durante diez años más de 40 millones de toneladas de carbón a los
aliados; entregaba a Francia y a Bélgica 371.000 cabezas de ganado, de las que 141.000 eran vacas lecheras. En la posguerra,
esta imposición resultaba particularmente dolorosa. Todavía antes de conocer el monto exacto, debía comprometerse a abonar
cualquier suma de dinero que le fuera exigida antes del 1° de mayo de 1921. Alemania aceptaba conceder a las potencias
victoriosas la cláusula de nación más favorecida en las tarifas aduaneras, sin ningún tipo de reciprocidad.El Tratado de
Versalles, que llena un grueso volumen de exigencias, ponía como garantía de cumplimiento la ocupación por quince años de
todo el territorio alemán situado a lo largo de la orilla izquierda del Rin. Los gastos de mantenimiento de las tropas aliadas
asignadas a esta función corrían a cargo de Alemania, por supuesto. La violación de cualquiera de las cláusulas del tratado,
importaba para Alemania duras sanciones adicionales. Se formó una Comisión de Reparaciones, que tenía poder para realizar
allanamientos, registros e investigaciones en cualquier momento y lugar. Según una lista que presentaría la Entente, debían
entregarse a los aliados a todas aquellas personas que habían violado el derecho internacional. En este sentido, se hacía a
Alemania única responsable de la guerra. "Somos condenados no sólo a la impotencia política, sino también a la ruina
económica y a la servidumbre", dijo un representante germano. Ni bien se tomó conocimiento en Alemania de las condiciones
del Tratado, se decretó una semana de luto nacional, a la vez que se realizaban demostraciones contra la firma. Pero Clemenceau
no cedió en nada importante. Sabía que no podían oponerse a su mandato. En el Weimar se vivía el más grande abatimiento. El
primer ministro Scheidemann dimitió el 21 de junio y fue designado jefe del gabinete el socialdemócrata Bauer. Un día después
la Asamblea Nacional de Weimar votó sobre la firma del Tratado: por 237 votos contra 138 se resolvió acatar el mandato de los
vencedores haciendo dos reservas: se negaba a reconocerse como única responsable de la guerra y se negaba a entregar a la
Entente a sus ciudadanos acusados de crímenes contra el derecho internacional. Clemenceau replicó que no se aceptaba ninguna
concesión. Así, tal como fue establecido por los aliados, se firmó el tratado el 28 de junio de 1919, en Versalles.
Balbo, Cornelio. Historia del Mundo Contemporáneo. La crisis económica de 1929: causas, desarrollo y consecuencias.

Desde 1925 la economía estadounidense había crecido de una forma continua, los beneficios de la bolsa eran enormes. Después
de varios años de crecimiento espectacular sobrevino bruscamente una crisis en la bolsa de Nueva York, las acciones de las
empresas cayeron en picado pues todo el mundo quiso vender para recuperar algo de lo que tenía invertido. La causa de todo
esto fue el crecimiento artificial de la bolsa que no se ajustaba a la realidad económica y hacía de la especulación una norma.
Ese desajuste entre el estado real de la economía y el de la bolsa hizo que ésta explotase en 1929 reduciendo a la nada el valor
de la acciones y produciéndose la quiebra de las empresas al no disponer de capitales, esto generó paro, inflación... De Estados
Unidos la crisis pasó a Europa donde había invertido mucho capital norteamericano y que ante la crisis se retiraría de Europa, de
Alemania y Austria principalmente, éstas, al quedar descapitalizadas, son arrastradas a la crisis Las consecuencias de la crisis
fueron tremendas, marcaron toda la década de los treinta. El mundo que salió de esta convulsión no fue el mismo. En el orden
económico se produjo la quiebra de bancos, la ruina de los campesinos, el cierre de industrias y, en definitiva, el aumento del
paro y la recesión. No menos importantes fueron las consecuencias políticas, muchos identificaron al liberalismo político
(parlamentarismo) con el liberalismo económico que había causado esta situación, por tanto, la democracia como sistema entró
en crisis y se produjo el ascenso de sistemas totalitarios.

1. LAS CAUSAS DE LA CRISIS.

Sobre las causas de la crisis se han vertido ríos de tinta, las interpretaciones son muchas e incluso hoy no hay un acuerdo general
sobre las causas. Unos hablan de superproducción ante un mercado que no demanda más productos. Otros de subconsumo, es
decir, que el desarrollo económico de la etapa anterior ha beneficiado a las clases altas, pero la inmensa mayoría de la población
se ha empobrecido y así se ha reducido su capacidad adquisitiva. Algunos autores también han visto en la crisis algo
consustancial con el carácter cíclico del sistema capitalista en el que se alternan etapas de crecimiento y crisis periódicas. En
este tema hemos distinguido dos causas determinantes que se combinan con factores secundarios para agrandar más la
profundidad de la crisis.

a. El crecimiento artificial de la bolsa.

La mayoría de los autores se fijan en el comportamiento de la bolsa de Wall Street (bolsa de Nueva York) para explicar el
fenómeno. La caída brusca de la bolsa es un eslabón más en la cadena y la importancia económica de Estados Unidos (primer
productor mundial, primer mercado mundial) hace que en la caída arrastre a muchos países y la crisis tenga unas dimensiones
mundiales. Veamos lo que pasó. Desde 1925 la economía norteamericana había ido creciendo de una manera importante, se
supera aquí la crisis de la posguerra, es la etapa de la “prosperity” y de los felices años veinte en los que reina el optimismo.
Uno de los mejores negocios era invertir en bolsa ya que las ganancias estaban garantizadas. Invertir en bolsa hace que muchas
empresas se descapitalicen, pero en contrapartida obtendrán créditos muy fáciles para su financiación. Los créditos que los
bancos prestan crecen de una manera espectacular ya que se dan con mucha facilidad y así mucha gente solicita créditos para
invertir en la bolsa (los bancos buscan más la especulación que la inversión), incluso los corredores de bolsa prestaban dinero a
los inversores tomando como garantía los valores comprados, algo que en condiciones normales no es aconsejable. La bolsa fue
creciendo así de una manera espectacular debido a la especulación de los inversores sin tener correspondencia con el desarrollo
real de la economía, ese desajuste entre la bolsa y la economía tenía que estallar por algún lado. En el año 1928 se dieron los
primeros síntomas de que la tendencia alcista de la bolsa podía cambiar: contracción de la industria de la construcción, quiebra
de algunas empresas, retirada de algunos capitales invertidos en Europa cuando el gobierno de los EE.UU. quiso limitar el
crédito... en general no se hizo caso de estos primeros avisos. El jueves 24 de Octubre de 1929 se produce el desplome de la
bolsa, es el inicio de la crisis.

b. La superproducción y el subconsumo.

En la industria se había producido un incremento importante de la producción tras la recuperación de la crisis de 1921 y el
desarrollo había sido constante hasta 1927, generándose abundancia de productos industriales. En la agricultura el aumento de la
producción era importante, varios años de buenas cosechas habían generado superproducción, esta se veía subrayada por la
incorporación de otros países a la producción de forma masiva: Argentina, Canadá, Europa ya recuperada… con lo cual a escala
mundial hay un gran excedentes de productos agrícolas y no hay mercados suficientes para absorber los excedentes. A este
fenómeno de superproducción habría que sumarle el fenómeno del subconsumo, el crecimiento de la producción no genera un
reparto de las rentas o de los niveles de vida. En el campo concretamente la situación era crítica ya que al existir abundancia de
productos agrarios los precios son bajísimos y el campesino se ve arruinado al no obtener beneficios. Como podemos deducir de
lo expuesto, la superproducción genera una bajada espectacular de los precios de los productos agrícolas e industriales al no
poder ser absorbidos por el mercado, esta caída generara cierres de empresas, ruina de granjeros... cuando le sumemos los
efectos de la caída de la bolsa, el panorama será terrible.
2. EL DESARROLLO DE LA CRISIS.

a. La crisis en Estados Unidos.

La crisis de la bolsa será determinante. Desde septiembre de 1929 la tendencia alcista de la bolsa se estanca o inicia un descenso
después de varios años de crecimiento ininterrumpido. Este descenso de la bolsa está determinado en parte por la bajada del
precio del cobre y el acero. Son los primeros indicios de que algo iba mal, tras este aviso algunos venden, pero los especuladores
siguen comprando.

En la última semana de octubre se produce la explosión, el desplome de la bolsa. Desde el 21 se acumulaban las órdenes de
venta, viendo que la cosa iba mal muchos quieren vender sus acciones para recuperar su dinero, como había más órdenes de
venta que

compradores el precio de las acciones baja. Esta tendencia a la baja se ve frenada por la compra de muchas acciones por la
Banca Morgan. El 24 de octubre de 1929, llamado el jueves negro, se produce un desplome espectacular de la bolsa, 13 millones
de acciones salen al mercado y no encuentran comprador, ese desajuste entre la oferta y la demanda hace que el valor de las
acciones caiga en picado. El 29 de octubre son ya 16 millones, el pánico es tremendo, todo el mundo quiere vender para
recuperar algo del capital. Empieza una crisis que durará varios años. En la primavera de 1930 la Banca Morgan saca al
mercado las acciones que había acumulado, de nuevo el pánico es tremendo y se produce la ruina de millares de accionistas
modestos. Para hacernos una idea de lo que está pasando diremos que el valor de las acciones de la Chrysler pasa de 135 a 5, y
en la US Steel de 250 a 22. La bolsa se ha desinflado. Las repercusiones de la crisis bursátil abarcan todos los aspectos de la
economía. Los bancos necesitan dinero en efectivo y venden sus acciones, a la vez, la gente que tiene sus ahorros en los bancos
se agolpa en masa para retirarlos, el banco lo tiene invertido en inversiones a medio y largo plazo y no dispone de ese capital, se
producen así suspensiones de pago y quiebra de bancos. En 1929 cerraron 642 bancos, en 1930 lo hicieron 1.345, y en 1931
2.298. En el panorama empresarial la situación es también angustiada, los créditos que antes obtenían de manera fácil ahora son
imposibles, ante la falta de capital se produce el cierre de muchas empresas y el paro aumenta de manera espectacular. El
gobierno de los Estados Unidos tardó en actuar y las primeras medidas no fueron efectivas, el presidente Hoover no se cansaba
de decir que era algo pasajero y que la prosperidad estaba a la vuelta de la esquina.

3. LA EXPANSIÓN DE LA CRISIS AL RESTO DEL MUNDO.

a. La crisis a escala mundial.

Estados Unidos es el primer productor mundial y también el principal mercado, tiene invertidos capitales por todo el mundo,
principalmente en Europa, América Central y América del Sur, y al producirse la crisis los va a retirar. Las dimensiones
mundiales de la economía estadounidense y la exportación de sus capitales fueron factores estructurales, permanentes. Al retirar
los capitales estos países se vieron privados de financiación, se sumieron también en la crisis y dejaron de comprar productos
americanos, se produjo así un primer paso en la perturbación de los intercambios comerciales.

b. La crisis en Europa.

De todos los países europeos los más afectados van a ser Alemania y Austria. Eran los que más dependían del capital
estadounidense. En 1930 el Reichstag alemán rechaza los ajustes presupuestarios que solicita el Gobierno, el Gobierno como
respuesta disuelve el Reichstag y se convocan nuevas elecciones que suponen el ascenso de Hitler y el Partido Nazi que
capitalizan el descontento popular.

En mayo de 1931 el Kredit Anstall, principal entidad financiera austríaca con el 70% del capital privado del país, suspende
pagos, la situación es dramática. El presidente Hoover declaró una moratoria de un año en los pagos de las deudas entre los
países, no sirvió de nada ya que no evitó el cierre de los bancos. Francia es el país menos afectado por la depresión. Esto es
debido a que está menos industrializado y tiene una agricultura diversificada, los países que dependen de un solo producto se
tambalean si cae el valor de ese producto. De todas formas Francia tuvo algunas dificultades que se tradujeron en la quiebra de
algunos bancos. Gran Bretaña tiene varias ventajas para afrontar la crisis. En primer lugar hay oro en sus dominios y esto
respalda su moneda. En segundo lugar, dadas las dimensiones mundiales de su imperio, puede comerciar y obtener productos
sin que le afecte la crisis del comercio. Además, la bajada de los precios de los productos alimenticios le benefició, es lo que
importa generalmente. De todas formas tuvo que hacer ajustes y el panorama no era esplendoroso. Entre esos ajustes están el
abandono del patrón oro y la devaluación de la libra, además, tras siglos de librecambismo, volvió al proteccionismo.

c. La crisis del comercio internacional y los intentos de solución.

En 1933 las grandes potencias se reunieron en Londres para intentar solucionar la reducción del comercio internacional ante la
adopción del proteccionismo por casi todos los países. Esta reunión acabó en un fracaso, se perdió el principio de solidaridad
entre los países y a partir de ahora cada uno iría de por libre.
4. CONSECUENCIAS DE LA CRISIS.

Las consecuencias de la crisis fueron tremendas en todos los aspectos. Además del desastre económico como la quiebra de los
bancos y el cierre de muchas empresas, en el aspecto social, humano si se quiere, las consecuencias fueron también terribles:
paro, indigencia, aumento de la delincuencia. Desde el punto de vista político los estados, que hasta entonces habían seguido el
liberalismo económico van a adoptar un intervencionismo creciente para intentar evitar la repetición de una crisis como esta. En
Europa, debido a la crisis, van a subir los partidos de corte autoritario que proponen un control total de la economía por el
Estado, en esa línea Hitler sube al poder en 1933. Desde el punto de vista intelectual también afectó la crisis y se creó una
generación de intelectuales y artistas con una visión pesimista de la vida. En Italia el Partido Fascista de Mussolini ya estaba en
el poder con anterioridad a la crisis rápidamente los gobiernos se van a poner a trabajar para atajar los efectos de la crisis. En
Estados Unidos destacó la política del presidente Roosevelt denominada New Deal que pretendía, entre otras muchas cosas, una
subida de precios y salarios para reactivar el consumo. En Europa los primeros intentos de luchar contra la crisis fueron
ineficaces pero más tarde se van a conseguir logros importantes a finales de los años Treinta, entre otras cosas orientando la
producción hacía la carrera armamentística pues se avecina otra nueva guerra.

a. Económicas.

En general las consecuencias económicas fueron muy fuertes y la producción anterior a la crisis tardaría años en ser conseguida.
En primer lugar hemos de señalar que el hundimiento de la bolsa conlleva, tal y como habíamos indicado, la quiebra de muchas
empresas

por no disponer de capital para su financiación. Además hay otro factor que incide sobre las empresas: la bajada del precio de
los productos ante la saturación del mercado y la congelación de la capacidad adquisitiva de los compradores. Los empresarios
no recogen los beneficios necesarios para reinvertir en la producción y esto lleva también a la quiebra. En el campo la situación
es muy parecida, la superproducción lleva también a la bajada de los precios y a la ruina de los granjeros y campesinos. Las
cosechas a veces ni se recogen, y otras veces para aumentar los precios se llega incluso a destruir grandes cantidades de trigo o
leche. El hundimiento de la bolsa ha arrastrado tras de sí a un gran número de bancos. Los ahorradores tratan de recuperar el
dinero que tienen metido en el banco, el banco no lo puede desembolsar por tenerlo colocado en inversiones a medio y largo
plazo y al no poder desembolsar el dinero presentará suspensión de pagos y la ruina de sus clientes. Con el sistema bancario
herido de muerte se cierran las fuentes de financiación de todos los sectores de la economía. Como vemos, para salir de esta
situación tan desoladora es necesario que se produzca una subida de precios para que se obtengan beneficios, subida de salarios
para que aumente la capacidad adquisitiva del mercado, y además, una reforma en profundidad del sistema bancario para que
tanto la industria como la agricultura dispongan de fuentes adecuadas de financiación. En el aspecto internacional se reducen los
intercambios comerciales entre los países de una manera espectacular, cada país opta por el proteccionismo, hasta Gran Bretaña,
y eso frena la salida conjunta de la crisis que hubiera sido lo más fácil.

b. Sociales.

Ya sabemos que si la economía va mal se agudizan los problemas sociales. El más importante es el del paro, tras el cierre de
muchas fábricas aumentó de forma espectacular el número de obreros sin trabajo, esto originó en Alemania el ascenso de Hitler
que prometía puestos de trabajo. Ante el paro surgen instituciones de socorro que tratan de favorecer a los parados y sus familias
que se mueren de hambre, estas instituciones son claramente insuficientes y no cubrían las necesidades de la totalidad de los
parados, en Budapest, por ejemplo, sólo el 8% de los parados estaba amparado por este tipo de instituciones. La salida que les
quedaba a muchos era la mendicidad o la delincuencia. En el campo la situación de los campesinos y granjeros es también
desesperada, al bajar los precios se han visto ahogados por las hipotecas y los préstamos y la huida a la ciudad no soluciona nada
pues la situación es peor. En este panorama era difícil la recuperación de la economía si antes no se mejoraba el poder
adquisitivo de un mercado empobrecido. Como es lógico va a aumentar el número de obreros afiliados a partidos y sindicatos
obreros (comunistas, socialistas, anarquistas…) y la estabilidad social será precaria. Los comunistas ven en la crisis el
hundimiento del sistema capitalista y arremeten en sus críticas contra el capital y el sistema, piensan que cuanto peor sea la
situación más fácil será el estallido de una revolución similar a la soviética. Eso, por otra parte, hace crecer a los partidos de
extrema derecha que ante el miedo de la revolución obrera van a incrementar el número de afiliados, eso explica, en parte el
triunfo de partidos autoritarios o fascistas, sobre todo en Europa. Pero no todos sufren la crisis de igual manera, las clases altas
(funcionarios, militares, profesionales liberales...) afrontan mejor la situación y se ven favorecidos por la bajada de los precios
de los productos.

c. Demográfica.

Las consecuencias demográficas también fueron importantes. Durante el tiempo que duró la crisis disminuyó de una manera
clara en Estados Unidos el índice de natalidad. La natalidad, por el contrario, aumentó de manera espectacular en los países
europeos donde hay regímenes fascistas debido al fomento oficial de ésta y a las multas contra la soltería. Además ante las
dificultades económicas se restringe por primera vez la entrada de inmigrantes en ese país, no están dispuestos a alimentar a
masas de obreros europeos hambrientos cuando en su país hay hambre.
d. Políticas.

Las consecuencias políticas son importantes. Se produce, en general el descrédito y la crisis de las democracias parlamentarias
(ver apartado 2 de este tema), se identifica el liberalismo económico causante de la crisis con el liberalismo político (democracia
parlamentaria) y eso genera desconfianza ante el sistema. Esa desconfianza se va a traducir en muchos países europeos en el
abandono de esta forma de gobierno que no ha impedido la catástrofe y la instauración de gobiernos autoritarios y dictatoriales,
el caso más evidente es el ascenso de Hitler al poder, pero no es el único. Incluso en países donde la democracia está asentada
desde hace años y gozan de una gran tradición democrática se produce el ascenso de partidos de corte fascista (no se limitan a
Alemania e Italia: la CEDA y la Falange en España, los fascistas de Rotha Orman y Oswald Mosley en Gran Bretaña; también
en Rumania, Grecia, Bélgica, Francia, etc.) aunque en algunos casos (Gran Bretaña, Francia, Bélgica) esos partidos nunca
llegarán a hacerse con el poder ni poner en peligro el sistema. En paralelo con lo anterior surge una exaltación del nacionalismo
entre los países, ese nacionalismo exagerado surge por la competencia por materias primas y mercados en una etapa difícil, o
por la envidia de ver cómo en el país vecino la crisis no es tan fuerte o sale mejor de ella. Esta ola de nacionalismos será mucho
más exagerada en los regímenes de corte fascista (Alemania e Italia) que a través del nacionalismo buscan justificar el
expansionismo exterior que llevará a la II Guerra Mundial. Otra consecuencia política, y económica a la vez, es que, en contra
de los principios del liberalismo económico que postulan la no intervención del Estado en economía, se va a producir a partir de
la crisis el intervencionismo de los estados en la economía, sólo las leyes y la política de los estados pueden reconducir la
situación, se van a incrementar las leyes y medidas para favorecer la economía. El intervencionismo de los estados es mucho
más fuerte en los países totalitarios (Alemania, Italia, U.R.S.S.) en los que el Estado controla totalmente la economía.

5. MEDIDAS ADOPTADAS CONTRA LA CRISIS.

a. Estados Unidos: Roosevelt y el New Deal.

En 1933 se acaba la etapa de gobierno republicano, Hoover es derrotado y los demócratas con Franklin Delano Roosevelt llegan
al poder. Roosevelt es un hombre enérgico y rodeado de un equipo de jóvenes economistas va a intentar poner freno a la crisis.
La política que llevará a cabo se llama New Deal término sacado del juego de bridge que significa “nuevo reparto”. El Estado
opta por el intervencionismo en la economía y desde ahí va a potenciar la subida de precios y el estímulo al consumo. En
algunas medidas estará influido por John Maynard Keynes, economista inglés que propone una revisión de los principios del
capitalismo.

b. Medidas de orden financiero para salvar el sistema bancario.

El objetivo fundamental era reformar el sistema bancario que había quedado deshecho tras la crisis y era la clave para reactivar
otros sectores. Con la Reconstruction Finance Corporation se apoyó al sistema bancario participando el Estado en el capital de
los bancos. En el orden monetario se produjo ladevaluación del dólar, medida que apoyaba el economista Keynes, con ello se
conseguía el aumento de los precios, recordemos que los precios bajos paralizaban la economía. Junto con la devaluación del
dólar se sacó más moneda a la circulación, esto producía inflación pero estimulaba la economía. La última medida tomada fue la
reforma de la bolsa para impedir que volviera a pasar algo parecido.

I. Medidas para relanzar la agricultura.

El problema principal de la agricultura y una de las causas de la crisis en este sector era el gran número de excedentes para ello
crea la Agriculture Adjustement Act (A.A.A.). Roosevelt pedirá a los agricultores que reduzcan sus cosechas, a cambio de
indemnizaciones que se pagarían con un impuesto especial a los industriales que transforman los productos agrícolas, esto
produciría la subida de los precios. Esta política contaría con muchos inconvenientes, los agricultores que cooperaban recibían
indemnizaciones y la subida de los precios les beneficiaba; pero los que no reducían su producción se beneficiaban de los
precios altos y esto echaba por tierra la política gubernamental. Las normas de la A.A.A. se hicieron obligatorias para el sector
algodonero. Por último, la subida de los precios de los productos agrícolas (alimentos) era buena para aumentar el poder
adquisitivo y relanzar la demanda, pero era mala para las clases desfavorecidas urbanas.

II. Medidas industriales.

Se basaba también en aumentar los salarios, asegurando los beneficios industriales, se pretendía así aumentar el poder
adquisitivo de la población y así relanzar la demanda, como en la agricultura. También se dictaron leyes para reducir la jornada
laboral y conseguir precios más altos en los productos industriales y así aumentar el beneficio empresarial.

III. Medidas sociales.

Se trata con ellas de favorecer a los más afectados. Entre ellas están el aumento de salarios que era imprescindible para acabar
con el subconsumo, las subvenciones a los parados que así podrían afrontar mejor la crisis... En esta línea se encuentra el
relanzamiento de un vasto programa de obras públicas que tenía como objetivo dar trabajo a los parados. En el valle del
Tennesee se hizo una experiencia interesante, era una de las zonas más atrasadas del país, un gran número de inversiones
transformaron y modernizaron aquel lugar. El balance del New Deal es positivo, contribuyó sobre manera a salir de la crisis.
Hacia el año 1934 sus resultados eran todavía modestos. En 1935 dio un giro social importante con las medidas que hemos
anotado. La recuperación económica se consolidó de una manera clara a partir del año 1937, y en 1940 se reactivaría la industria
militar de cara a la guerra que aparece inminente en el panorama europeo.

c. Medidas tomadas en Europa.

En Europa casi todos los países optaron por una política deflacionista o de restricción del dinero en circulación, es decir, de
recortes. Entre las medidas más importantes estaban el lograr el equilibrio presupuestario, un equilibrio en la balanza de pagos
favoreciendo la exportación y poniendo trabas a la importación, evitar la fuga de capitales, congelación o reducción de salarios...
todas estas medidas no solucionaron nada y aumentaron el paro y la recesión. Keynes preveía para salir de la crisis el
endeudamiento del Estado y el déficit presupuestario.

I. La situación económica en Alemania e Italia: La situación de estos países es muy parecida. Van a optar por una política
autárquica, se debe conseguir el autoabastecimiento de todo tipo de productos. Para salir de la crisis contarán con una poderosa
industria armamentística en la que Hitler colocó a casi todos los parados que pasaron de 6 millones a 400.000, el relanzamiento
de la industria bélica hizo que ésta produjera el 35% de la renta de toda Alemania. La autarquía no podía ser absoluta y la
carencia de materias primas vitales les impulsará a la conquista de nuevos territorios para conseguirlas.

II. El panorama francés: La crisis afectó a Francia sobre todo de 1933 a 1935, pero la tasa de paro fue muy baja, sólo del 3%. En
Francia se constató también el fracaso de la política deflacionista al no generar prosperidad sino aumento de la recesión. En
1936 se producía el triunfo de una coalición de izquierdas conocida como el Frente Popular, este gobierno nacionalizó los
ferrocarriles y llegó a compromisos con los sindicatos para crear empleos en obras públicas, aumentar el poder adquisitivo de
los trabajadores y la reducción de la jornada laboral a 40 horas. De todas formas en Francia se produjo una reducción de la
producción industrial de un 7%

mientras en Gran Bretaña y Alemania crecía. Tras el gobierno del Frente Popular sube al poder un gobierno de derechas que
producirá el relanzamiento de la economía con la devaluación del franco y la liberalización de los precios antes intervenidos por
el Gobierno, se produce así una ligera recuperación.

III. Gran Bretaña: De 1933 a 1936 se produjo una notable recuperación económica debido a una política contradictoria, por un
lado se toman medidas deflacionistas (de recorte) como el equilibrio presupuestario, pero por otra se devalúa la libra para
generar un aumento de los precios. La recuperación se haría notar en el sector del automóvil, en el sector eléctrico y en la
construcción. A pesar de todo la lista de parados no descendió y se mantuvo en el 10% de la población activa, en total un millón
y medio en 1936. El relanzamiento definitivo de la economía se producirá al aumentar los gastos e inversiones en la industria
armamentística a partir de 1938-1939.
Expansionismo japonés en el período 1920-1941

Para analizar las razones que originaron el inicio de la guerra entre Japón y Estados Unidos, es necesario tener en cuenta el
estado de la economía mundial y la situación geopolítica de los años 1920-1940.

En aquella época, no había una política de libre mercado y los recursos naturales asiáticos más importantes, como el petróleo, el
caucho y minerales y productos naturales estratégicos, estaban en poder las potencias occidentales que imponían sus
condiciones en el Pacífico sin importarles la situación socio-económica de los demás pueblos. En este contexto, la noción de
adquisición del espacio vital, de expansión indispensable para poder tener acceso a los recursos naturales sin verse sometido a la
voluntad de los países occidentales, era una coyuntura vital que originó el surgimiento de castas militares que promovían el
nacionalismo a ultranza, como único medio para tener acceso a los recursos indispensables para el desarrollo. En el Japón,
influenciado por una casta militar incondicional, el gobierno encontró muy fácil camino en la vía de la mística fanáticamente
nacionalista, que cobró tal intensidad que a su lado las aspiraciones del nacionalismo alemán resultan ser meras ilusiones
sentimentales. A comienzos de 1927, el Primer Ministro Tanaka propuso en su plan de gobierno la expansión para extender el
Imperio Japonés a lso territorios de Manchuria, norte de China, Corea, Siberia y las Indias Orientales. El ministro no tomaba
siquiera en cuenta la posible reacción de Estados Unidos que contaba con fuertes intereses en el Pacífico, al igual que Gran
Bretaña y los Países Bajos.

China, país donde el Japón tenía grandes inversiones financieras y comerciales, no diferentes a los intereses occidentales en las
islas del Pacífico, vivía en un completo caos político que la tenía sumida en una guerra civil entre nacionalistas y comunistas.
Son numerosas las intervenciones japonesas entre 1920 y 1930, como la de 1927 cuando ocupa Chantung, la de 1931, en
Manchuria, donde implantan un imperio títere; o de 1932, en Shanghai. Posteriormente, mientras los japoneses refuerzan sus
posiciones en Manchuria y se expanden en el norte de China, a la sombra de las armas, se estabilizan las relaciones entre Chang
Kai-shek y el gobierno de Tokio.

Pero en Japón, la presión nacionalista sobre el Gobierno se acentúa. Políticos y hombres de negocios se ven obligados a plegarse
a esa fiebre militarista impulsados por el extraordinario progreso económico pero que carece de mercados para sus productos
manufacturados y las fuentes de sumnistros de materias primas no están a su alcance. La búsqueda de esos nuevos mercados de
intercambio comercial es considerada una necesidad imperiosa para el gobienro japonés.

En julio de 1937, un incidente reaviva el conflicto en China, que parecía ya superado. Japón envía grandes contingentes de
fuerzas a China y bloquea 3000 km de costa china, sin que nadie pueda impedirlo. No en vano Japón era ya una de las potencias
marítimas y su poder naval refrena cualquier podibilidad de protesta. En China, los nacionalistas de Chang Kai-shek y los
comunistas de Mao Tse-tung hacen una tregua para enfrentar al enemigo común, tregua que se prolongará hasta 1945. La URSS
abastece a China y protege las fronteras de Extremo Oriente en los límites de Mongolia y de Manchuria para evitar el progreso
de las fuerzas japonesas. Desde tiempo atrás entre las tropas rusas y las japonesas se producen incidentes, que son más que
simples tiroteos fronterizos, tan comunes en esas remotas regiones. Por su lado, Francia desde Indochina, e Inglaterra y los
Estados Unidos desde Birmania, abastecen a los chinos con armas, víveres y equipo. Al no existir una declaración de guerra el
presidente Roosevelt no decreta el embargo sobre las armas destinadas a Chang Kai-shek.

Alemania, había firmado el Pacto Antikomintern, el 25 de noviembre de 1936, que la unía al Japón en la lucha contra la
Internacional Comunista. En el protocolo secreto complementario al tratado, las dos potencias se comprometían a ayudarse
mutuamente en caso de que alguna potencia extranjera atacase a una de las partes, y obliga a las partes a no firmar ningún
acuerdo con Rusia sin consulta y aprobación recíprocas. Pero, a raíz de la firma del pacto germano-soviético de agosto de 1939,
el acuerdo germano-japonés quedó reducido a la simple comunicación telefónica del hecho, tal como lo hizo el Ministro

Ribbentrop al embajador japonés en Berlín, causando la protesta del gobierno de Tokio, por esa alianza que iba en contra del
espíritu del Pacto Antikomintern. Para entonces Japón no tenía la menor sospecha que pronto se desataría la guerra entre
Alemania y la URSS y para entonces el pacto le protegía. al menos en el papel, de un ataque por el oeste.

Sin embargo, Japón prosiguió su expansión en China, con la mira puesta en las Indias holandesas, fuente de recursos
petrolíferos, caucho y quinina, entre otros. Al ocurrir la derrota francesa en Europa, con la aprobación de Hitler, Japón acordó
con el Gobierno de Vichy la ocupación de Indochina, dejándole a los franceses el gobierno civil, en previsión de que los países
Aliados tomaran la iniciativa invadiendo la colonia francesa, con el doble propósito de adueñarse las materias primas y poder
seguir usándola como corredor para el abastecimiento de China. Hay que recordar que en esa época China no tenía industrias y
menos de material de guerra.

Después de resuelto el impase en septiembre de 1940, Japón y Alemania firmaron el Pacto Tripartito formando el Eje Berlín-
Roma-Tokio. Este acuerdo, no estaba ya dirigido contra la URSS, cuya especial situación quedaba claramente definida en el
propio documento, sino contra los Estados Unidos, Gran Bretaña y los Países Bajos. Como reciprocidad, los países del Eje se
comprometían a respetar la voluntad japonesa de implantar un nuevo orden en Asia oriental.
No obstante, a pesar de la presión alemana, sobre todo en la primavera de 1941, el Japón vacilaba comprometerse en
operaciones militares contra los Aliados, en particular contra los Estados Unidos. La estrategia japonesa era la neutralización de
Rusia primero, para no tener que luchar en dos frentes y lo logra con la firma, el 13 de abril de 1941, del tratado de neutralidad
nipo-soviético, no del agrado de Alemania, pero aceptado a vistas de lo ocurrido antes con su pacto con los rusos, puesto que
significaba que los soviéticos mantendrían un solo frente. Además, para los japoneses el acuerdo les beneficiaba, porque se
fortalecía por la misma causa en el momento en que Alemania invade la URSS. Pero la suerte estaba echada y el tiempo trabaja
en favor de las potencias anglosajonas; el gobierno japonés acentúa su política de expansión y se arriesga a un conflicto con
Estados Unidos, favorecido por la presión de Churchill ante Roosevelt y las decisiones tomadas por el gobierno de Estados
Unidos.

En julio de 1941, las tropas japonesas ocupan la Indochina francesa, cortando así definitivamente una de las rutas de
abastecimiento de Chang Kai-shek. Para entonces, además de la Indochina Francesa, Japón mantiene ocupada gran parte de
China, Manchuria y Corea. Ante la amenaza que pesa sobre el sudeste de Asia y la imnpotencia de Gran Bretaña ante Alemania
e Italia, Churchill ve que es cuestión urgente que Estados Unidos entre en guerra, pero al ver que el Presidente Roosevelt no se
decide, le propone dirigir al Japón una advertencia conjunta, mientras le oculta los informes de inteligencia que apuntan a un
ataque japonés contra Hawai. Pero, por su parte, Estados Unidos ya había adoptado algunas medidas de orden económico contra
el país asiático -restricción de los cambios, embargo sobre el petróleo destinado a la aviación, embargo sobre desechos metálicos
y sobre ciertas mercancías estratégicas, además del bloqueo de los fondos japoneses en los Estados Unidos- y el Secretario de
Estado, Cordell Hull, más que el presidente, teme que con ello se empuje al Japón a la agresión abierta como reacción a una
advertencia excesivamente categórica. El Gobierno de Estados Unidos ya se ha negado a comprometerse con el Gobierno
holandés en el exilio, sobre las Indias holandesas y sólo hace una declaración bastante ambigua en agosto de 1941, hecho que
molesta enormemente a Churchill.
Republica de Weimar
La abdicación del Kaiser Guillermo II, el fin de la guerra y la desaparición del II Reich
desembocaron en la creación de la República de Weimar (denominada así por la
localidad donde se instituyó). Duraría unos 15 años que transcurrieron en su mayor
parte bajo constantes tensiones económicas, sociales y políticas. Dos fueron sus
presidentes: Ebert (1918-1925) e Hindenburg (1925-1934). Alemania entre 1918 y
1921. Idioma: inglés

Friedrich Ebert. Primer presidente de la República de Weimar, primero de forma


provisional, luego, en 1919, elegido por la Asamblea Nacional. Dirigente obrero,
pertenecía al Partido Socialista Alemán (SPD). Ampliar imagen
F. Ebert

Paul Hindenburg. Segundo presidente de la República de Weimar. Militar de prestigio,


su ideología era de carácter conservador. A su muerte lo sustituyó Hitler como Jefe del
Estado. Ampliar imagen
P. Hinenburg

La República se organizó sobre la base de la Constitución de 1919, proclamada en


Weimar, una de las más progresistas de la época.
Teatro Nacional de Weimar, donde fue proclamada la Constitución en 1919. Ampliar
imagen
Teatro Nacional de Weimar
Establecía un parlamento de dos Cámaras y un régimen federal de carácter
presidencialista que otorgaba al presidente, elegido por sufragio universal, especiales
poderes para gobernar mediante decretos, en casos de emergencia.
De hecho, el papel del presidente representaba una auténtica alternativa de poder
respecto al parlamento. La Constitución sancionaba, por otra parte, una serie de
libertades y derechos de carácter social y económico que constituyeron un claro
precedente al llamado “Estado de bienestar”.
La República de Weimar se enfrentó a serias dificultades que finalmente precipitaron su
desaparición en 1933.

La primera de ellas fue la frágil base política sobre la que se fundó. Fueron los
socialdemócratas, apoyados por los liberales y el centro católico, los que sacaron
adelante la Constitución, en tanto que la izquierda (comunistas y otros grupos), así
como la extrema derecha (nazis) la atacaron desde posturas contrapuestas.
Apertura de la Asamblea Nacional de la República de Weimar. 1919. Ampliar imagen
Apertura de la Asamblea Nacional
A medida que la situación económica y social se fue deteriorando, liberales y católicos
fueron retirando su apoyo a las instituciones republicanas, en tanto los nazis
incrementaban su fuerza.
La segunda dificultad que hubieron de encarar los gobiernos republicanos,
especialmente bajo el mandato del presidente Ebert, fue la cuestión de las
indemnizaciones que Alemania estaba obligada a pagar a los vencedores de la Gran
Guerra (unos 132.000 millones de marcos-oro a pagar en 30 años).
Niños amontonando billetes de marco sin apenas valor durante la hiperinflación de
1923. Ampliar imagen
Hiperinflación
La economía alemana durante la repúblia de Weimar. Escenas de Berlín en 1927
La interrupción del pago de esas cantidades dio lugar a la invasión de la cuenca del
Ruhr por un ejército franco-belga. La resistencia pasiva alentada por el gobierno alemán
y la asunción de su coste por el Estado desencadenaron un proceso de hiperinflación que
puso en serios aprietos la economía alemana.
Además de las indemnizaciones, ricos territorios en yacimientos minerales y muy
industrializados pasaron a manos de los vencedores.
Alsacia y Lorena fueron transferidas a Francia que las había perdido en 1870 tras la
guerra franco-prusiana, y una parte de Prusia fue adjudicada al recién creado estado de
Polonia. Las colonias de ultramar se repartieron entre Francia, Reino Unido, Bélgica,
Japón y Australia.
George, Orlando, Clemenceau y Wilson reunidos en París con motivo de la
organización de la paz que impuso a Alemania onerosas condiciones. Ampliar imagen
Estadistas en la Conferencia de París
Estas cuestiones asociadas al fin de la guerra recayeron sobre las espaldas de los
primeros gobernantes republicanos, acusados por la derecha y los militares de haber
traicionado al país, asestándole una “puñalada en la espalda”.
Pintura de George Grosz, figura del vanguardismo alemán. En ella se representa la
sociedad alemana de Weimar. Ampliar imagen
La sociedad
La tercera dificultad que lastró la acción de la República fue su incapacidad para
granjearse el apoyo de los ciudadanos. Su marcada política industrialista le sustrajo las
simpatías de los sectores agrícolas; por su parte, las clases medias, muy perjudicadas
por el bache económico de la posguerra y la ulterior crisis de 1929, también le volvieron
la espalda. Texto. La atracción de las clases medias por el nazismo. Vólkischer
Beobachter 31 de julio de 1932
Un sector de la clase obrera más radical, la representada por el Partido Comunista
(KPD), simpatizante con el izquierdismo bolchevique, acusó a los gobiernos
republicanos en general y a los socialdemócratas en particular, de defender
exclusivamente los intereses de la burguesía y protagonizó una revolución comunista en
Berlín (1 de enero de 1919), capitaneada por Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht.
Rosa Luxemburgo (1870-1919. Teórica marxista y revolucionaria de origen polaco. Fue
una de las líderes de la "Revolución de Berlín" de 1919. Fracasada, fue detenidoa y
asesinada. Ampliar imagen
Rosa Luxemburgo
Grupo de freikorps en 1920. Ampliar imagen
Freikorps en 1920
La revolución Espartaquista fue duramente reprimida por el gobierno del presidente
Ebert, quien se valió de la ayuda de antiguos militares imperiales y de grupos de
extrema derecha, los "freikorps". Los grandes grupos industriales y capitalistas
expresaron la necesidad de un Estado fuerte capaz de garantizar sus intereses
económicos y plantar cara a las fuerzas sindicales y al “peligro bolchevique”. Texto. El
antimarxismo fascista. Charles S. Maier. La refundación de la Europa burguesa
La República se derechizó y cada vez fue más tolerante con los sectores golpistas nazis,
permitiendo actuar con relativa impunidad a las milicias paramilitares de las SA y las
SS. Texto. Rosa Luxemburgo reflexiona sobre el fracaso de la revolución de 1919
Tropas sofocando la revuelta espartaquista. 1919. Ampliar imagen
Tropas sofocando la revuelta
Cola de parados ante una oficina de empleo de Hannover. 1930. Ampliar imagen
Desempleados alemanes. 1930
Finalmente, el crac de 1929 y la consiguiente Gran Depresión destruyeron el escaso
prestigio que gozaba la institución republicana. El desempleo se cebó en amplios
sectores de la sociedad, alcanzando la cifra de los casi 8 millones de parados en 1931.
El 30 de enero de 1933 Hindenburg nombró canciller (jefe de gobierno) a Hitler, que
poco tiempo después suprimió la democracia y con ello la República de Weimar.
Fascismo y Nacionalsocialismo

El término fascismo es, posiblemente, uno de los más utilizados en la terminología política e histórica.

El fascismo, en sentido estricto, es un movimiento político que nació en Italia ligado a la figura de Benito Mussolini. Los
fascistas llegaron al poder en Roma en 1922.

El rápido triunfo de Mussolini provocó que el uso del término fascismo se extendiera para referirse a los movimientos
totalitarios de extrema derecha que nacieron en el período de entreguerras en Europa. El ejemplo más relevante fue la
versión alemana encabezada por Adolfo Hitler, el nacionalsocialismo o nazismo. En España, la Falange y, en cierta medida,
la dictadura de Franco tuvieron rasgos típicos del fascismo.

Por extensión, y a veces de forma poco apropiada, la palabra fascismo se utiliza para referirse a todo tipo de movimientos
autoritarios de extrema derecha que han ido surgiendo en el mundo en épocas posteriores.

Al igual que el comunismo soviético, el fascismo nació en sociedades desgarradas por la primera guerra mundial. La
sociedad traumatizada surgida en 1918 fue el caldo de cultivo que permitió el nacimiento de una ideología cruel,
responsable en gran medida de la segunda guerra mundial.

En estas sociedades de la posguerra encontramos diversos factores que ayudaron al triunfo del fascismo:

 La existencia de millones de ex-combatientes con una ideología autoritaria, antidemocrática e hipernacionalista.


 Una fuerte crisis económica.
 El descontento nacionalistas en algunos países europeos como Italia o Alemania.
 El miedo en las clases medias y altos al triunfo de una revolución comunista, tal como había pasado en Rusia en
1917

Las características del fascismo


Totalitarismo

El estado fascista fue un estado totalitario. El gobierno y la burocracia estatal trataron de intervenir en todos los ámbitos de
la vida, coartando la libertad de los individuos. El estado trató de controlar la escuela, la juventud, la vida laboral y
empresarial, el mundo femenino, los medios de comunicación…

A diferencia del estado liberal, sustentado en la libertad individual, en el fascismo las personas se subordinaban plenamente
al estado. Un estado que se fundamentaba en la fuerza, el liderazgo y la jerarquía, ejerciendo un absoluto control de la
sociedad.

El partido oficial era la única organización política permitida. El partido (fascista, nacional-socialista) fiscalizaba y
regulaba la acción del estado con el cual llegó a confundirse.

Antiliberalismo

Para los ideólogos fascistas el liberalismo era una ideología débil, incapaz de frenar al auge del comunismo e ineficaz para
mantener el rumbo de una economía sometida a una profunda crisis en el período de entreguerras.

La democracia y el sufragio universal fueron considerados métodos artificiales e inútiles que intentaban igualar la natural
desigualdad entre los hombres.

La libertad, encarnada en los derechos de expresión, asociación o reunión fue contemplada con absoluto desdén por una
ideología fascista que defendía los conceptos de jerarquía, disciplina y obediencia.

Los partidos políticos eran elementos que llevaban al desorden y a la desmembración social y por consecuencia, en
aquellos países donde el fascismo alcanzó el poder, fueron ilegalizados y perseguidos. El estado fascista se basó en un
único partido bajo el liderazgo del jefe o caudillo.

Anticapitalismo

El fascismo tuvo en su origen un carácter anticapitalista. El término nacional-socialista es una reminiscenciade esos inicios.
Sin embargo, especialmente en el caso alemán, el capitalismo se identificó con los financieros y banqueros judíos,
calificados como elementos degenerados de la burguesía. La propaganda fascista trató de distinguir entre la figura del gran
capitalista, sinónimo de usurero corrupto, y la del empresario, honrado, laborioso y solidario con la comunidad.

El anticapitalismo fascista tuvo su mayor expresión en la organización corporativa del mundo del trabajo. Empresarios y
trabajadores fueron obligados a pertenecer a sindicatos obligatorios, controlados por el partido único. Los trabajadores, que
perdieron sus sindicatos libres, fueron los grandes perjudicados de esta reorganización del mundo laboral.

Sin embargo, a pesar de la palabrería propagandística, Hitler, Mussolini y otros dictadores fascistas recibieron el apoyo del
gran capital en su ascenso al poder. Y una vez alcanzado éste, la alianza con los grandes empresarios se estrechó aún más,
hasta constituirse en la columna sobre la que se vertebró la economía.

Antimarxismo

La lucha de clases, elemento clave en la visión marxista de la sociedad, chocaba frontalmente con la ideología unificadora,
nacionalista y totalitaria del fascismo. Los grupos paramilitares fascistas, los “squadristi” o “camisas negras” italianos, los
SA o “camisas pardas” alemanes, hostigaron desde un principio a las organizaciones socialistas, comunistas y anarquistas.
Los sindicatos y partidos de izquierda fueron inmediatamente ilegalizados y perseguidos al acceder al poder los fascistas y
nacional-socialistas.

La furibunda actitud fascista contra las organizaciones obreras le granjeó a Mussolini y Hitler la simpatía de muchas clases
medias que veían con pavor la posibilidad de una revolución comunista en sus países.

Autoritarismo y militarismo

El fascismo concebía la sociedad como una organización militar. En ella cada individuo debía ocupar un lugar
determinado y desarrollar una función específica. La jerarquía, el mando y la disciplina debían regir el funcionamiento
social. No había lugar para discrepancias o disensiones. Cualquier desobediencia se debíasolucionar por la violencia.

Así, los partidos fascistas organizaron desde un principio grupos paramilitares uniformados, los SA nazis, los “camisas
negras”, que desde un principio aplicaron la violencia terrorista a la actividad política.

Al llegar al poder el fascismo y el nacional-socialismo potenciaron el papel de las fuerzas armadas, esenciales para poner
en práctica sus planes de expansión territorial. El espíritu militar impregnó completamente la sociedad: los grandiosos
desfiles militares se hicieron cotidianos, los jóvenes fueron educados en los valores castrenses, los saludos y uniformes
proliferaron…

En concordancia con la exaltación de lo militar, el fascismo promovió los “valores masculinos”. El papel de la mujer quedó
relegado al rol tradicional de madre y esposa.

Nacionalismo exacerbado

Los fascismos organizaron su visión totalitaria en torno al concepto de nación. La unidad nacional en torno al estado, al
partido único y al líder será la máxima aspiración de la ideología fascista. Este nacionalismo extremo tomó diferentes
formas en los distintos países.

El nacionalismo de los partidos fascistas derivó inmediatamente en sueños expansionistas. Mussolini soñó con resucitar la
antigua Roma y unificar el mediterráneo, “il mare nostro”, bajo la hegemonía italiana. Hitler imaginó, y esta ensoñación
trajo consecuencias siniestras, con un nuevo III Reich, el tercer imperio alemán, bajo la dirección de la raza superior
germana. Incluso Franco se permitió proclamar la vuelta al imperio, exaltando la España de los Reyes Católicos y los
primeros monarcas Habsburgo.

Liderazgo de un jefe carismático

Los partidos y, posteriormente, los estados fascistas se organizaron en torno a la figura de un jefe ("Duce, Führer,
Caudillo") con poderes absolutos sobre el partido, el estado y la sociedad. El eslogan italiano "Il Duce ha sempre ragione"
(el Duce siempre tiene razón) explica por sí solo esa postura irracional de obediencia absoluta al líder.

El jefe estaba dotado de un especial carisma que hiciera que su personalidad sobresaliera sobre los demás mortales. Este
carisma fue alimentado a través del culto a la personalidad. Un culto alimentado por una propaganda sistemática de
exaltación del líder. En este sentido el fascismo se hermana perfectamente con el estalinismo.

Empleo de la propaganda y el terror


Los regímenes fascistas pusieron gran empeño en controlar los medios de comunicación, especialmente, la radio y la
prensa. Tras abolir libertad de expresión y perseguir a cualquier medio que se atreviese a desafiar esta prohibición, los
gobiernos fascistas utilizaron masivamente la propaganda para inculcar los valores de su ideología. La gran figura en la
manipulación de la verdad y la propaganda alienante fue el ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels.

A los que no se dejaban convencer por la manipulación informativa, el fascismo reservaba el empleo sistemático del terror,
desde la amenaza hasta la reclusión en campos de concentración y el asesinato.

Racismo

La ideología fascista era totalmente contraria a la idea de igualdad (entre los seres humanos, entre los sexos, entre las
naciones). En este sentido, el fascismo y, muy especialmente, su versión alemana: el nacional-socialismo fue una ideología
radicalmente racista.

El nazismo se basaba en una visión racial de la humanidad en la que las razonas superiores, en la cúspide entre ellas la raza
aria germana, debía de dominar y esclavizar a las razas inferiores (los eslavos especialmente). Punto y aparte lo constituía
lo que los nazis denominaron “infrahombres”, el pueblo judío.

El antisemitismo constituyó el eje central de la ideología nazi. Desde el hostigamiento se pasó a la discriminación jurídica
(Leyes de Nuremberg, 1935), para llegar durante la segunda guerra mundial a la “solución final” del problema judío. Un
eufemismo para referirse al exterminio de seis millones de judíos de la Europa central y oriental.

El pueblo gitano sufrió también una brutal persecución por parte del nazismo alemán.

El fascismo italiano

Benito Mussolini creó en 1921 el Partido Nacional Fascista. En 1922, apoyándose el miedo de las clases medias a una
revolución comunista, Mussolini dio un golpe de Estado (“La Marcha sobre Roma”) que, contando con la simpatía del rey
Víctor Manuel III, del ejército y de la burguesía italiana, le llevó al poder en 1922.

A partir de 1924 Mussolini aceleró el proceso de implantación de la dictadura fascista. Abolió los partidos y sindicatos,
suprimió cualquier libertad política, y se proclamó Duce. En adelante, la propaganda sistemática llevó a la exaltación de la
figura del Duce como líder carismático de la Italia fascista.

El fascismo italiano emprendió diferentes políticas con diferente éxito:

 Manteniendo el sistema capitalista y la propiedad de la burguesía, el estado fascista intervino activamente en la


economía.
 Expansión territorial en África (Etiopía o Abisina) y los Balcanes.

El nacionalsocialismo alemán

Adolf Hitler dirigió el Partido Nacional-Socialista Obrero Alemán desde 1921. Era un partido nacionalista, antisemita y
totalmente contrario al Tratado de Versalles. En 1923, durante una corta estancia en la cárcel, Hitler escribió el libro que
resume su ideología Mein Kampf (Mi Lucha).

La crisis de 1929 y su brutal repercusión en Alemania permitieron que Hitler se ganara el apoyo del gran capital alemán y
amplios grupos de la población. En 1933 fue nombrado canciller e inmediatamente acabó con la democracia alemana,
proclamándose Führer (líder, jefe).

Inmediatamente prohibió los partidos, eliminó cualquier tipo de libertad y organizó de forma brutal la persecución de sus
adversarios. Los grupos paramilitares del partido nazi, las SA y las SS, y la policía secreta, la Gestapo, organizaron un
verdadero régimen de terror.

Al igual que el fascismo italiano, el nazismo implantó el control estatal de la economía, enfocándola hacia el rearme, y se
lanzó a una política expansionista, a la que añadió una brutal política racista.

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