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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONIA

PERUANA

FACULTAD DE CIENCIAS FORESTALES

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA EN


ECOLOGIA DE BOSQUES TROPICALES

TRABAJO MONOGRAFICO

EL CICLAJE DEL CARBON EN EL SUELO POR ACCIÓN DE LOS MICROORGANISMOS

(DESCOMPOSICIÓN DE CELULOSA, HEMICELULOSA, LIGNINA, PECTINA Y


OTROS).

DOCENTE : ING.LUIS MACEDO BARDALES

CURSO : MICROBIOLOGIA DE BOSQUES T.

NIVEL : 3ro

CICLO : 5to

FECHA DE ENTREGA : 14-07-16

INTEGRANTES :

 MACHOA FLORES, GINO DI ANGELO


 SANDOVAL RAMIREZ, NESTOR
 SIFUENTES GARCIA, DANIEL
 VASQUEZ PARANA, MICHAEL

IQUITOS – PERÚ
DEDICATORIA

E
l presente trabajo lo dedicamos a nuestros padres por la
enseñanza y el apoyo que no brindan a diario, gracias a
ellos nos estamos formando como profesionales para así
poder dar el ejemplo a nuestros hermanos .en el camino
nos encontramos con muchos obstáculos pero la vida nos
enseña a salir adelante .

El tema: “EL CICLAJE DEL CARBON EN EL SUELO POR ACCIÓN DE LOS


MICROORGANISMOS. (DESCOMPOSICIÓN DE CELULOSA,
HEMICELULOSA, LIGNINA, PECTINA Y OTROS) “es un tema muy
importante. Esto abarca todo lo que es microorganismo y cuanto se
relacionan en nuestra vida diaria .a medida que vamos descubriendo
mas se hace la curiosidad de saber el porqué se originan estos.
AGRADECIMIENTO

E
n primer lugar agradecemos a DIOS por la vida y
a nuestros PADRES por el apoyo mutuo que nos
brindan a diario .el trabajo que realizamos lo
hicimos en grupo y esperamos que a nuestros
compañeros les guste la exposición ya que es un
tema muy importante. Finalmente a nuestro
esfuerzo un auto agradecimiento, y a nuestra capacidad de
realizar esta exposición.
INTRODUCCIÓN
El ciclo básico comienza cuando las plantas, a través de la fotosíntesis, hacen uso del
dióxido de carbono (CO2) presente en la atmósfera o disuelto en el agua. El carbono (del
CO2) pasa a formar parte de los tejidos vegetales en forma de hidratos de carbono, grasas
y proteínas, y el oxígeno es devuelto a la atmósfera o al agua mediante la respiración. Así,
el carbono pasa a los herbívoros que comen las plantas y de ese modo utilizan,
reorganizan y degradan los compuestos de carbono. Gran parte de éste carbono
es liberado:

 en forma de CO2 por la respiración, o


 como producto secundario del metabolismo,

Las bacterias y los hongos son los microorganismos que, junto a los productores,
permiten la existencia del ciclo de la materia en la biosfera. Su función es descomponer
la materia orgánica procedente de restos vegetales, cadáveres y excrementos,
convirtiéndola en materia inorgánica que vuelve a ser utilizada por los productores

La actividad de los descomponedores en la biosfera permite que la materia se recicle y


no se disperse en las sucesivas transferencias, como ocurre con la energía.

La respiración del suelo se define como la producción de CO2 debido a dos procesos: la
ruptura, u oxidación, de la materia orgánica rica en carbono por medio de los
microorganismos del suelo, y la respiración de las células de las raíces de las plantas. La
tasa de producción de CO2 es científicamente importante porque nos da una indicación
de la tasa de descomposición de la materia orgánica y por tanto de la cantidad que se
pierde de carbono del suelo. Las medidas de la respiración del suelo ayudan a determinar
la contribución del suelo al balance del CO2 en la atmósfera.

Hoy día con la problemática del cambio climático, los científicos buscan soluciones
posibles para reducir la concentración de CO2 en la atmósfera. Los microorganismos
pueden ser la clave, pues pueden ser fácilmente cultivados y son muy eficaces en su labor
de biosíntesis de compuestos carbonados, sea por fotosíntesis o por quimiosíntesis.
CICLAJE DEL CARBONO EN EL SUELO POR ACCION DE LOS
MICROORGANISMOS

1.- CICLO DEL CARBONO


El Carbono es un elemento fundamental en la constitución de la materia orgánica y está
sometido a un ciclo constante cuyo punto central es el anhídrido carbónico.
El carbono que se encuentra en la atmósfera en forma de CO2 proviene de:
Actividad volcánica(el carbono que forma parte de las rocas y minerales es liberado a la
atmósfera por acción de erupciones volcánicas )

 Uso de combustible fósiles como petróleo, gas y aceites.


 Los incendios forestales
 La respiración de los seres vivos.

El carbono se encuentra en distintas formas, en estado gaseoso como CO2 en la


atmósfera, en estado sólido como el carbón o hulla formando parte de rocas y en forma
líquida, como el petróleo.

El aire de la atmósfera terrestre contiene aproximadamente 2.3X10 12 toneladas de CO2,


El mar contiene en disolución 50 veces más carbono que el CO2 del aire, gran parte en
forma de bicarbonato.

Las formas principales en que aparece el carbono en el mar son: anhídrido carbónico,
carbonatos y bicarbonatos.

El CO2 entra en las aguas del océano por difusión simple, una vez disuelto en agua de
mar, el CO2 puede permanecer como está o puede ser convertido en carbonato o
bicarbonato.
La abundancia de carbono en el reservorio oceánico se explica, en parte, por la alta
solubilidad del CO2 y por su facilidad para reaccionar químicamente con el agua. Ocurre
que el dióxido de carbono disuelto se combina con el agua del mar y forma ácido
carbónico (H2CO3), que inmediatamente se disocia en iones de bicarbonato (HCO3) y de
carbonato (CO3). Casi todo el carbono disuelto está en forma de estos iones: un 85% en
forma de bicarbonato, y un 15 % en forma de carbonato.
Ciclo del carbono.
La respiración permite el
retorno del CO2 a la
atmósfera; esto compenso
lo acción de la fijación, que
lo quita de la atmósfera.
Sin embargo, la
combustión de madera y
de combustibles fósiles
agrega más CO2 a lo
atmósfera y como
consecuencia de ello, está
aumentando el nivel de
CO2 atmosférico.

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En los océanos, el carbonato disuelto se puede combinar con el calcio disuelto para
precipitar carbonato de calcio CaCO3. Esta sustancia se utiliza para formar sus
exoesqueletos y otras partes del cuerpo por organismos tales como almejas, ostras,
algunos protozoarios, y algunas algas coralinas. Los calcios disueltos en los océanos
provienen de la erosión química de rocas de silicato de calcio.

2.- EL PAPEL DE LOS SUELOS EN EL CICLO DEL CARBONO

El ciclo terrestre del carbono se presenta en la Figura 1. En este ciclo, el carbono orgánico
del suelo representa la mayor reserva en interacción con la atmósfera y se estima en
cerca de 1 500 Pg C a 1 m de profundidad (cerca de 2 456 a dos metros de profundidad).
El carbono inorgánico representa cerca de 1 700 Pg pero es capturado en formas más
estables tales como el carbonato de calcio. La vegetación (650 Pg) y la atmósfera (750 Pg)
almacenan considerablemente menos cantidades que los suelos.
Figura 1. El ciclo terrestre del carbono: el carbono del suelo y el carbono global disponible.
Según International Geosphere Biosphere Program (1998)

Los flujos entre el carbono orgánico del suelo o terrestre y la atmósfera son importantes
y pueden ser positivos bajo la forma de captura o negativos como emisión de CO2.
Históricamente se han notado grandes variaciones. Houghton (1995) estima que las
emisiones correspondientes al cambio de uso de la tierra -deforestación e incremento
del pastoreo y de las tierras cultivadas- fueron cerca de 140 Pg entre 1850 y 1990 (de 0,4
Pg/año en 1850 a 1,7 Pg/año en 1990), con una liberación neta hacia la atmósfera de 25
Pg de carbono. De acuerdo con IPCC (2000), la pérdida histórica de los suelos agrícolas
fue de 50 Pg de carbono en el último medio siglo, lo cual representa un tercio de la
pérdida total del suelo y la vegetación.
En el pasado, el desarrollo de la agricultura fue la principal causa del incremento de la
concentración de CO2 en la atmósfera, pero hoy día, los mayores contribuyentes son la
combustión de los combustibles fósiles por parte de la industria y el transporte (6,5
Pg/año). Un hecho importante, es que mientras la deforestación de muchas áreas
tropicales produce emisiones de carbono estimadas en 1,5 Pg/año, al mismo tiempo se
produce una acumulación en los ecosistemas terrestres de 1,8 a 2 Pg/año. Esto
representa lo que es conocido como el carbono faltante en el ciclo: un sumidero que
podría estar situado principalmente en la parte norte del hemisferio norte (Schindler,
1999). Los principales factores que actúan sobre la evolución de la materia orgánica
conciernen la vegetación -ingreso de residuos, composición de las plantas-, los factores
climáticos -condiciones de temperatura y humedad- y las propiedades del suelo -textura,
contenido y mineralogía de la arcilla, acidez.
Otros factores relacionados con la fertilización del suelo (N, P o S) o con el riego, tienen
efecto sobre la producción de las plantas y por lo tanto sobre el contenido de materia
orgánica. La tasa de mineralización de la materia orgánica del suelo depende sobre todo
de la temperatura y de la disponibilidad de oxígeno -drenaje-, el uso de la tierra, los
sistemas de cultivo, el manejo del suelo y de los cultivos (Lal et al., 1995). En un tipo de
suelo dado expuesto a prácticas constantes, se alcanza un casi-equilibrio -situación
estable- de la materia orgánica del suelo después de 30 a 50 años (Greenland, 1995). En
el contexto del combate del calentamiento global y del Protocolo de Kyoto, un punto
importante es cómo crear en los suelos agrícolas de todo el mundo un sumidero de
carbono bien cuantificado. Tal captura de carbono será relevante para los artículos 3.3 y
3.4 del Protocolo y también tendrá efectos positivos adicionales para la agricultura, el
ambiente y la biodiversidad.

2.1.- Dinámicas del carbono orgánico en los suelos

Las existencias de carbono orgánico presente en los suelos naturales representan un


balance dinámico entre la absorción de material vegetal muerto y la pérdida por
descomposición (mineralización) (Figura 2). En condiciones aeróbicas del suelo, gran
parte del carbono que ingresa al mismo es lábil y sola una pequeña fracción (1%) del que
ingresa (55 Pg/año) se acumula en la fracción húmica estable (0,4 Pg/año).

Figura 2. Modelo de la dinámica del carbono en el suelo (Balesdent et al., 2000)

La materia orgánica del suelo tiene una composición muy compleja y heterogénea y está
por lo general mezclada o asociada con los constituyentes minerales del suelo. Se han
desarrollado un gran número de métodos de separación para identificar los distintos
constituyentes de la materia orgánica del suelo, grupos cinéticos, p. ej. grupos que
pueden ser definidos por una cierta tasa de recambio del carbono. El sistema tradicional
de separación en fracciones fúlvicas y húmicas no separa las fracciones con diferentes
tasas de recambio (Balesdent, 1996) como se considera en los modelos. Los métodos de
separación física tales como el fraccionamiento según el tamaño de las partículas, la
densidad de las fracciones o las fracciones por tamaño de los agregados permiten la
separación de fracciones cinéticas significativas (Feller, 1979; Balesdent, 1996). Entre
estas fracciones, las partículas de materia orgánica son muy sensibles a los cambios en el
uso de la tierra (Cambardella, 1998; Gregorich et al., 1996). Existen algunos métodos
directos para determinar la biomasa microbiana, la cual representa de uno a cinco por
ciento del total de la materia orgánica del suelo y es una fuente de reserva de nutrientes
(N, P). Esta es una fracción muy lábil que fluctúa con la estación y que también responde
rápidamente a los cambios de manejo del suelo. Los métodos de isótopos tales como el
carbono 14 o la abundancia natural del carbono 13 son muy valiosos ya que permiten
una estimación del tiempo de residencia de la materia orgánica y sus fracciones en el
suelo. La abundancia de carbono 13 natural es adecuada para las tasas de recambio para
períodos de años a siglos y el carbono 14 para períodos de siglos a milenios. Ambos
pueden ser aplicados a muestras masivas de suelos o a fracciones aisladas de los mismos.
El método de la abundancia de carbono 13 natural puede ser usado solamente si en ese
sitio ha ocurrido un cambio de vegetación de un tipo fotosintético C3 a un tipo C4 o
viceversa.

La gran ventaja de los métodos isotópicos radica en que la tasa de recambio de la materia
orgánica puede ser medida de modo de deducir directamente el tiempo de residencia de
los diferentes compartimientos. Cuando hay un cambio importante en la vegetación
(bosques/cultivos/pasturas) es posible seguir la evolución de los distintos tipos de
residuos de las plantas (Cerri et al., 1985).

Los diferentes reservorios de carbono que existen en el suelo tienen distintos tiempos
medios de residencia variando de uno a pocos años, dependiendo de la composición
bioquímica -por ejemplo, la lignina es más estable que la celulosa-, a décadas o a más de
1 000 años (fracción estable). También hay alguna conexión con la composición, pero
principalmente con el tipo de protección o el tipo de uniones químicas. Para la fracción
del carbono estable se debe hacer una distinción entre la protección física o química o
captura: protección física significa un encapsulado de los fragmentos de la materia
orgánica por las partículas de arcilla o por los macro- o microagregados del suelo (Figura
3) (Puget et al., 1995; Balesdent et al., 2000); protección química se refiere a uniones
especiales de la materia orgánica con otros constituyentes del suelo -coloides o arcillas-,
pero más a menudo esto concierne compuestos orgánicos del suelo muy estables. Sin
embargo, el término captura de carbono tal como se usa en el Protocolo de Kyoto no
toma en consideración esas distinciones y es equivalente al término almacenamiento de
cualquier forma de carbono.

Figura 3. Ubicaciones de la materia orgánico del suelo en la matriz del suelo (Chenu, sin
publicar); ePOM: partículas externas de materia orgánica; iPOM: partículas internas de
materia orgánica
BACTERIAS DEL SUELO

Pueden ser aerobias (crecen con oxígeno), anaerobias (crecen sin oxígeno) o facultativas
(crecen con o sin oxígeno). Pueden tolerar pH ácido (acidófilos), pH básico (basófilas) o
pH neutro (neutrófilas). En suelos ácidos algunas bacterias neutrófilas tienen la capacidad
de neutralizar el suelo donde se están desarrollando para cumplir su función.

Si las bacterias se alimentan de compuestos orgánicos son heterótrofas. Si se alimentan


de inorgánicos, son autótrofas. Las que se desarrollan a temperaturas medias (15 a 40
grados centígrados) son mesófilas, a temperaturas menores a 15 grados centígrados son
psicrófilas y a temperaturas mayores a 40 grados centígrados son termófilas. La mayoría
de las bacterias del suelo que son importantes para las plantas son heterótrofas, aerobias
y mesófilas.

Algunas bacterias producen endósporas y quistes latentes que les proporcionan


resistencia a las variaciones de temperatura, los niveles extremos de pH y a la desecación
del suelo. De esta forma pueden crecer de nuevo cuando encuentran condiciones
favorables. Otras se protegen de la depredación y de la desecación emitiendo una cápsula
de sustancias mucoides. Otras se desplazan en la solución del suelo mediante un flagelo
para encontrar más fácilmente el sustrato alimenticio.

Su capacidad de multiplicación les permite crear poblaciones muy grandes en un tiempo


muy corto, colonizando rápidamente los sustratos a degradar. La clase y abundancia de
bacterias presentes en una fracción de suelo dependen de los sustratos que la
compongan y de sus condiciones (suelo ácido, con materia orgánica alta, anegado, de
sabana, etc). Los grupos bacterianos que actúan primero sobre los sustratos disponibles
son dominantes hasta que termina su acción y luego dan oportunidad a que otros grupos
crezcan en el residuo del metabolismo de los primeros. Por lo tanto hay grupos
bacterianos que permanecen y otros que entran en latencia hasta que encuentran
condiciones favorables para su crecimiento. Las bacterias tienen especial importancia en
la relación suelo-planta y son responsables del incremento o disminución en el suministro
de nutrientes.

Los suelos agrícolas que están sometidos a la mecanización continua, al monocultivo, al


riego, a la aplicación de agroquímicos y fertilizantes de síntesis, a la compactación y a las
quemas, tienen una flora microbiana muy baja que afecta su fertilidad.

Las bacterias beneficas del suelo son indispensables para recuperar la estructura
perdidad por las practicas agrícolas, para hacer disponibles los nutrientes que hay en el
suelo y para incorporarle la materia organiza que necesita para mejorar la fertilidad.

Entre los géneros bacterianos más importantes agrícolamente por la transformación de


los compuestos orgánicos e inorgánicos y que favorecen la nutrición de las plantas están:
Bacillus, Pseudomonas, Azotobacter, Azospirillum, Beijerinckia, Nitrosomonas,
Nitrobacter, Clostridium, Thiobacillus, Lactobacillus, y Rhyzobium.

ACTINOMICETOS DEL SUELO

Son microorganismos que se parecen a los hongos y a las bacterias. Crecen a manera de
micelio radial, forman conidias como los hongos pero las características morfológicas de
sus células son similares a las de las bacterias. Se encuentran en el suelo, las aguas
estancadas, el lodo y los materiales orgánicos en degradación. Se nutren de materiales
orgánicos (heterótrofos). Degradan desde azúcares simples, proteínas, ácidos orgánicos
hasta substratos muy complejos compuestos por hemicelulosas, ligninas, quitinas y
parafinas. Por esto son importantes en el proceso de transformación hasta la obtención
del humus en el suelo. Además son considerados como los mejores agregadores del
suelo, pues son muy eficientes produciendo sustancias húmicas.

En suelos bien aireados con alto contenido de materia orgánica alcanzan poblaciones
muy altas. Constituyen del 10 al 50% de la comunidad microbiana del suelo. Se
desarrollan bien en suelos con pH desde 5 hasta 7. Se reproducen por conidias y estas
son resistentes a condiciones difíciles de temperatura, acidez y humedad. Esto les
permite germinar cuando se restablecen las condiciones favorables para su desarrollo.
En suelos secos los actinomicetos se comportan muy bien.

Algunos actinomicetos producen antibióticos que regulan los patógenos de las plantas
que están en el suelo. Al agregar conidias de actinomicetos en un suelo contaminado con
bacterias y hongos fitopatógenos, crecen inhibiendo las poblaciones de los patógenos,
regulando los problemas hasta alcanzar un balance que le permita a las plantas obtener
nutrientes y desarrollarse.

Los géneros de actinomicetos del suelo más importantes para la nutrición de las plantas
son: Streptomyces, Nocardia, Micromonospora, Thermoactinomices, Frankia y
Actinomyces.
HONGOS DEL SUELO
Conforman una importante fracción de la biomasa total microbiana del suelo. Crecen en
forma de red extendiéndose como micelio hasta su estado reproductivo donde dan
origen a esporas sexuales o asexuales. Son importantes degradadores aerobios de
material vegetal en descomposición en suelos ácidos. Producen enzimas y metabolitos
que contribuyen al ablandamiento y a la transformación de sustancias orgánicas.
También estas enzimas forman parte de la actividad de otros microorganismos.

Los hongos metabolizan compuestos carbonados de muy difícil degradación como las
celulosas, las hemicelulosas y las ligninas. También degradan azúcares simples, alcoholes,
aminoácidos y ácidos nucleicos. Pueden ser parásitos o saprofiticos. Son muy importantes
en suelos con desechos de cosecha. Su crecimiento ramificado rápido y la intensa
actividad degradadora les permiten mantener un equilibrio en los ecosistemas del suelo.

Las raíces de las plantas están pobladas de hongos que aprovechan las exudaciones
radiculares constituidas por azúcares, aminoácidos, ácidos orgánicos, nucleótidos,
enzimas, vitaminas y sustancias promotoras de crecimiento. Los hongos movilizan
nutrientes minerales hacia las raíces de las plantas, aumentan la capacidad de retener
agua en sequía, fijan nitrógeno y fósforo y protegen las raíces de fitopatógenos por
espacio y emitiendo sustancias que los inhiben. Los hongos son muy activos en las plantas
y prefieren los azúcares que estas segregan por las raíces. También toman aminoácidos.

Algunos hongos entran en simbiosis con las raíces llamadas micorrizas. Son más activos
en suelos arenosos y pobres en materia orgánica. La simbiosis se ve favorecida por la
pobreza mineral del suelo.

Los géneros de hongos más importantes asociados a las raíces de las plantas son
Aspergillus, Penicillium, Rhizopus y Trichoderma. El Aspergillus y el Penicillium movilizan
el fósforo y el nitrógeno del suelo. El Trichoderma sostiene la humedad en las raíces en
condiciones de sequía.

Algunas levaduras son importantes fermentadoras de carbohidratos produciendo


alcoholes que son utilizados por otros microorganismos como fuentes de energía. Entre
los géneros más importantes están el Saccharomyces y el Rhodotorula.

3.- LOS MICROORGANISMOS EN EL CICLO DEL CARBONO

Se puede considerar que la circulación del carbono comienza a partir del “depósito” de
la atmósfera, donde se encuentra en forma de CO2, así como de la hidrosfera, en la que
este se encuentra disuelto

El CO2 es retirado de ambos medios y fijado por los productores mediante fotosíntesis o
quimiosíntesis, y transformado en carbono orgánico, que forma la materia orgánica de
los productores y, más tarde, de los consumidores. Concretamente, en el medio acuático
es donde los microorganismos representan el papel más relevante, ya que
el fitoplancton está constituido por una gran diversidad de ellos y otros seres que flotan
pasivamente y que son los principales responsables de la fijación fotosintética del CO2.
También el zooplancton, el segundo nivel trófico del medio acuático, que se alimenta de
los anteriores, está constituido mayoritariamente por microorganismos heterótrofos que
sirven a su vez de alimento a los carnívoros primarios.

Una parte importante del ciclo en el que intervienen las bacterias es aquella en la que los
restos orgánicos pasan a formar un componente geológico que puede quedar retirado
temporalmente del ciclo. Es el caso de los restos vegetales que quedaron enterrados en
cuencas continentales y sometidos a la actividad fermentativa de bacterias hasta
transformarse en carbones tras un lento y progresivo enriquecimiento en carbono.
También en cuencas sedimentarias marinas los restos orgánicos de plancton, algas,
peces, etc., enterrados y sometidos a la acción de bacterias anaerobias, dieron lugar a la
formación de petróleo.
El retorno del carbono hacia su depósito se produce, básicamente, por tres procesos:

 la respiración de todos los seres vivos (incluidos los microorganismos), que libera
CO2
 la combustión de la materia viva, que afecta a todos los niveles tróficos, por
incendios accidentales o intencionados y al quemar madera y otros combustibles
fósiles (Estos combustibles fósiles han sido movilizados desde el siglo XIX al
utilizarse por el hombre como fuente de energía y son una de las principales
causas del desequilibrio actual del ciclo.)
 y la descomposición de la materia orgánica que provocan los microorganismos.

Las dos formas habituales de descomposición de la materia orgánica son


las fermentaciones propiamente dichas y las putrefacciones (que pueden considerarse
una forma particular de fermentación). Las fermentaciones degradan fundamentalmente
los glúcidos de la materia orgánica, dando como producto final el CO2 que vuelve a la
atmósfera: por ejemplo, la fermentación alcohólica que realizan las levaduras del
género Saccharomyces.

Las putrefacciones son descomposiciones de materia orgánica compuesta


principalmente por proteínas. Un ejemplo clásico es el de Clostridium, que se desarrolla
tanto en tierra como en el interior de los vertebrados. Los aminoácidos han de
descarboxilarse (perder su grupo ácido) por a la acción de las descarboxilasas
del Clostrodium produciendo la correspondiente amina y CO2 que se liberará a la
atmósfera.

4.- DEGRADACIÓN DE LOS PRODUCTOS NATURALES

Degradación de los azúcares


Estos compuestos son los primeros atacados por los microorganismos cuando
los tejidos vegetales son incorporados al suelo "desapareciendo" en pocos días, mediante
reacciones hidrolíticas simples.
Por lo general los hongos y las levaduras emplean estos compuestos más rápidamente
que las bacterias y actinomicetos. No obstante, todos ellos participan en su
biodegradación.
Los productos finales de la mineralización de los azúcares simples son el CO2 y H2O, pero
las etapas y metabolitos intermediarios son muy diferentes, según las condiciones
medioambientales y el tipo de microorganismo participante.
La ecuación general de la biodegradación es:

Biodegradación del almidón

El almidón está formado por dos componentes principales: amilasa y amilopectina. El


almidón "desaparece" rápidamente cuando es tacado por los microorganismos
amilolíticos del suelo.

De un 50 - 80 % de las bacterias y actinomicetos que aparecen el suelo pueden emplear


el almidón, de ahí que el número total de amilolíticos sea grande: 1 a 106/gramo de suelo
seco.
Entre los microorganismos participantes, están:
 Bacterias: Bacillus, Clostridium, Pseudomonas.
 Actinomicetos: Nocardia, Streptomyces.
 Hongos: Aspergillus, Fusarium.
La ecuación de descomposición, se resume en:

Biodegradación de la celulosa

La celulosa es el producto orgánico más abundante en la naturaleza, constituye


aproximadamente la tercera parte de los materiales vegetales, predominando en los
materiales fibrosos leñosos, siendo baja su proporción en las plantas jóvenes y
abundantes en aquellas en que predominan los azúcares.
La celulosa es un polímero de la glucosa.
Debido a que la celulosa es una molécula de gran tamaño y peso molecular, ésta no puede
penetrar en la célula microbiana; debiendo ser hidrolizada. Es resistente a varios agentes
oxidantes y sólo se hidroliza por ácidos concentrados, resistiendo también el ataque de
la gran mayoría de los microorganismos edáficos, sin embargo, se descompone
fácilmente por organismos específicos denominados microorganismos celulolíticos, entre
los que se tienen:

 Bacterias aerobias: Cellfacicula, Cellvibrio, Cellulomonas.


 Mixobacterias: Cytophaga.
 Bacterias anaerobias y termófilas: Clostridium, Ruminococcus.
 Actinomicetos: Streptomyces, Nocardia.
 Hongos filamentosos: Aspergillus, Penicillium, Trichoderma.
 Protozoarios: Hartmanella.

Un factor importante en la bioquímica de la descomposición de la celulosa en el suelo, es


el efecto de los minerales de la arcilla, ya que los compuestos celulósicos pueden ser
adsorbidos o retenidos por las arcillas. Otro factor de mayor importancia es la
inactivación parcial de la enzima celulasa por ciertas enzimas.

Ecología de la biodegradación de la celulosa:


Las condiciones de descomposición dependen de los microorganismos y los factores del
medio.
 Aireación: La biodegradación de la celulosa puede tener lugar en presencia y ausencia
de oxígeno.
Los microorganismos aerobios la descomponen completamente:

Los anaerobios, producen glucosa que luego es fermentada:

 pH: influye directamente sobre la descomposición, pues según sea ácido, neutro o
alcalino; participarán en ella determinados microorganismos. Así a pH ácido, la
descomposición se llevara a cabo preferentemente por los hongos.
 Temperatura: Este factor tiene gran importancia, pues está demostrado que los aerobios
no actúan por encima de de 320C mientras que los anaerobios efectúan dicho proceso
entre los 45 - 600C.
 Humedad: El rango óptimo oscila de 65 - 85 % de la capacidad de campo o capacidad
máxima de retención de agua en el suelo. Si se produce exceso de humedad, la
descomposición será anaerobia.
 Factores nutricionales: Tienen gran importancia en la descomposición, especialmente la
presencia de formas nitrogenadas utilizables por los microorganismos. Sin la presencia
de nitrógeno, la celulosa no se descompone, ya que este elemento es necesario para
mantener la relación C/N adecuada al protoplasma de los microorganismos.

Biodegradación de las hemicelulosas

Después de la celulosa, los componentes presentes en mayor proporción en las plantas,


son las hemicelulosas, las cuales son compuestos polisacáridos, que poseen más
complejidad y difícil descomposición que la celulosa.
Los microorganismos participantes en su descomposición son: hongos, actinomicetos,
bacterias (microorganismos hemicelulóticos), los cuales dependen del tipo de
hemicelulosas que ataquen. Las enzimas participantes son denominadas citasas y la
ecuación general de la descomposición es:

La descomposición es casi tan lenta como la de la celulosa y se plantea, que en


condiciones anaerobias son descompuestos en un mes 9.8 % de celulosa y 26.8 % de
hemicelulosas y en condiciones aerobias un 62.4 % de celulosa y un 56.2 % de
hemicelulosas.

Biodegradación de las sustancias pécticas


Son sustancias que están presentes en proporción del 1 % en la materia orgánica añadida
al suelo.
Los carbohidratos pécticos son polisacáridos complejos compuestos de unidades de
ácido galacturónico unidos en cadenas.
Las bacterias, los hongos y los actinomicetos son los responsables del hidrólisis de la
pectina en suelos que contienen 105 - 106 microorganismos pectolíticos o pectinolíticos
/ gramo de suelo seco.
Entre las bacterias se tienen especies de los géneros Bacillus, Clostridium y Pseudomonas.
Las enzimas pectolíticas son muy frecuentes entre los hongos fitopatógenos, los cuales
mediante ellas disuelven la lámina media de la pared celular y parasitan la célula. El
Fusarium y Verticillium son ejemplos de tales hongos.

Biodegradación de la lignina

La lignina es muy resistente a la degradación enzimática y de los compuestos de la


materia orgánica es el último en descomponerse. Se encuentra en todas las plantas en
concentraciones variables.
En condiciones naturales la lignina tiende a acumularse, debido a la resistencia a la
degradación, por lo que contribuye a la formación y acumulación del humus en el suelo.
Se puede descomponer tanto aeróbica como anaeróbicamente y la descomposición está
afectada por la temperatura, el nitrógeno disponible y otros constituyentes de los restos
de las plantas que se están descomponiendo.
En la descomposición aerobia de la lignina a temperaturas medias participan
principalmente hongos Basidiomicetos.
Los fitopatólogos dividen los hongos destructores de la madera en dos grupos:

 Hongos de la pudrición parda, que afectan la celulosa y no a la lignina.


 Hongos de la pudrición blanca, que destruyen tanto a la celulosa como a la lignina.
CONCLUSIONES

Actúan en la naturaleza y el hombre los utiliza para hacer más


eficiente la producción.
Los microorganismos se utilizan en la producción de fármacos y el
uso para la descontaminación ambiental.
La proporción de microorganismos que intervienen en el ciclo del
Carbono es mayor en agua que en tierra.
Los hongos y bacterias, que convierten las macromoléculas de
carbono en dióxido de carbono.
Los microorganismos desempeñan un papel particularmente
importante. Transforman una enorme cantidad de materia
orgánica, y tan sólo ellos pueden realizar ciertas transformaciones
esenciales.
ANEXOS
BIBLIOGRAFÍA

1) INGRAHAM, John L. Introducción a la microbiología. España: Ediciones


REVERTE, 1998. 751 p. ISBN: 8429118713, 9788429118711.

2) HERNANDEZ, Alicia. Microbiología Industrial. Costa Rica: Ediciones EUNED,


1994. 103 p. ISBN: 996831255X, 9789968312554.

3) «microbio»,Diccionario de la lengua española (vigésima segunda edición),


Real Academia Española, 2001

4) E.Wiesmann (1982). Microbiología Médica. Salvat. p. 452. ISBN 3-13-


444804-1.

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