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BREVE ENSAYO CRITICO SOBRE “LA GENEALOGA DE LA MORAL”

DE FRIEDRICH NIETZSCHE

ETICA
El plan de este escrito es aproximadamente el siguiente:

1) UNA BREVE UBICACIÓN BIOGRÁFICA.


2) UNA BREVE SÍNTESIS DEL LIBRO.
3) CONSIDERACIONES CRÍTICAS.

1) Friedrich Wilhelm Nietzsche, filósofo alemán, nació en Rocken, cerca de Lutzen,


en 1844 y murió en 1900, en Weimar.
Estudio primero en el colegio de Pforta y después filosofía clásica en las
Universidades de Bonn y Leipzig; en esta ciudad leyó por primera vez a
Schopenhauer, cuya filosofía le entusiasmó.
En 1869 ocupo una cátedra en Basilea; allí conoció a R. Wagner, con el que
entablo una gran amistad, que después rompería.
En 1878 tuvo que renunciar a la cátedra por razones de salud. Establecido en
Italia y Suiza, comenzó, entonces, el periodo de su mayor actividad literaria,
turbado por frecuentes crisis nerviosas y rodeado de un ambiente hostil,
mientras esperaba un éxito que no llegaba.
En 1889 sufrió una crisis de locura de la que no se recuperó.
La filosofía de Nietzsche parte de la crítica de Schopenhauer al racionalismo
hegeliano e intenta por caminos similares a los de aquél, la voluntad y la
intuición, superar sus conclusiones pesimistas.

En su obra pueden distinguirse tres periodos:

En el primero, que abarca desde sus estudios en Leipzig hasta 1877, siguió a
Schopenhauer y a Wagner. Pertenecen a este periodo El origen de la tragedia
(1872) y Consideraciones intempestivas (1873-1876); en estas obras considera
al arte como el medio at raves del cual el hombre puede representarse al
mundo, que aparece para el como fenómeno estético. En este época establece
la distinción, sugerida por la cultura griega, pero que aplica a toda la cultura
occidental, entre el espíritu apolíneo, que expresa el mundo como
representación (artes plásticas, narración, dialogo) y el espíritu dionisiaco, que
lo expresa como voluntad (música); Nietzsche exalta lo dionisiaco, que
interpreta como encarnación de la voluntad de vivir, frente a lo apolíneo, que
representa la huida ante la vida. Su ideal estético, en esta época, el drama
wagneriano que sintetiza ambas formas.

El segundo periodo está representado por Humano, demasiado humano (1878)


y El viajero y su sombra (1879); en estas obras exalta a la Ilustración,
principalmente a Voltaire, por su interés por lo humano, pero rechaza su culto
al progreso.

Con Auroras (1881) y La gaya ciencia (1881-1887) se abre el periodo de


madurez. Entre 1883 y 1884 escribió Así hablaba Zaratustra (publicada en
1891); en 1886 publico Mas allá del bien y del mal y en 1887, La genealogía de
la moral; en 1888 escribió diversos opúsculos y proyectos de obras (El caso
Wagner, El ocaso de los ídolos, El anticristo, Ecce homo, Nietzsche contra
Wagner) al mismo tiempo que trabajaba en La voluntad de poder, que no llego
a terminar. Las doctrinas de este periodo parten de la concepción de la vida
como dolor, lucha e irracionalidad que había aprendido en Schopenhauer, pero,
rechazando la actitud de resignación ante ello, propone la aceptación de la vida
tal como es, espontáneamente, de lo cual espera que surja la transformación
del dolor en alegría.

De este punto de partida deriva una apasionada y radical critica a los valores de
la cultura europea, en cuanto nacen de la negación de aquello que la vida
ofrece. Esta crítica se aplica en primer lugar al cristianismo, resultado de la
rebelión de una casta inferior, la de los hombres sometidos, y el exponente más
claro de la moral de la resignación (ascetismo, piedad), pero también a aquellas
ideologías que, negando el cristianismo, dan una versión distinta de los mismos
valores (igualitarismo liberal o socialista).

El rechazo de los valores establecidos supone la no aceptación del pensamiento


racional y científico; considerando falso e ilusorio el objetivismo de la ciencia,
propone la intuición y la imaginación artística como representación del mundo.
El resultado de la moral establecida es el empobrecimiento del hombre y el
diagnostico que da a la cultura que la sostiene, la decadencia.

Nietzsche considera que su destino es abrir una nueva perspectiva: la vuelta a


la vida y la subversión de todos los valores, realizada por la voluntad fuerte y
creadora que acepta el riesgo de la destrucción, la voluntad de poder. La
realización de este ideal es el superhombre. Su voluntad encarna con ello el
devenir del universo; excluida de este la racionalidad no queda en el más que
una necesidad, la reafirmación constante que le hace volver siempre sobre sí
mismo y por lo cual todo momento es repetido (eterno retorno).

En general puede decirse que la filosofía de Nietzsche es la formulación más


completa del irracionalismo moderno. Por ello y por su asistematismo , que ha
dado lugar a interpretaciones distintas, Nietzsche esta detrás de las ideologías
o filosofías que han seguido esta orientación.

Influyo poderosamente en el nacionalsocialismo, que se presentó como la


realización de la moral del superhombre. Pero, en cuanto parte de un absoluto
comenzar de nuevo, influyo también en las tendencias izquierdistas radicales.
En filosofía estricta su consideración del predominio de los instintos vitales
sobre la razón es un precedente del vitalismo. En filosofía de la historia influyo
su doctrina del eterno retorno.

2) El autor comienza haciendo una pesquisa etimológica de las palabras bueno y


malvado, y bueno y malo. Lamento mi casi nulo conocimiento del lenguaje
alemán, pero a pesar de ello pude inferir que sus conclusiones son por lo menos
caprichosas.
Básicamente el autor postula que en el origen esta oposición tenía que ver con
la voluntad de los aristócratas.
En el tratado segundo analiza los conceptos de culpa, mala conciencia y
similares. Rastrea también la etimología de la palabra alemana schuld y
encuentra, en este caso acertadamente, que procede del muy material
concepto de tener deudas (para quienes tienen algunos años recordaran que
el Padrenuestro rezaba “perdona nuestras deudas” ).
Entiende entonces el autor que deriva de una relación entre aristócratas nobles
y pares.

El tratado tercero indaga acerca de la significación de los ideales ascéticos y ve


en ellos una especie de manipulación del sacerdocio sobre los débiles enfermos
y el pueblo bajo en general.

Antes de pasar a las consideraciones criticas voy a dedicar unos pocos párrafos,
dado que somos estudiantes de psicología, a las ideas y lenguaje que resulta
sintomáticamente patológico.
Hay en Nietzsche una clara megalomanía, se identifica con los aristócratas y
pronuncia palabras tales como (Más allá del bien y del mal) nosotros los
sabios, nosotros los que sabemos etc...
Hay en determinados pasajes algo similar a lo que en psicosis llamamos
lenguaje de órgano. Se nota, a su vez, la escisión psíquica. El mismo, mentando
donde se desarrolló donde se trasladó la lucha del bien y el mal y ahora cito
textual “ de modo que hoy quizás no existe indicio más decisivo de la
naturaleza superior , de una naturaleza más espiritual, que estar escindido en
aquel sentido y que sea realmente todavía un lugar de batalla de aquellas
antítesis” .
Recordemos que este hombre murió loco.

3) Pasemos ahora a las consideraciones críticas.


Lo primero que salta a la vista es la confusión discriminativa que campea en el
libro los conceptos de moral, ética, derecho y religión. Para poder discutir con
alguien, es decir dialogar, se requiere que los conceptos sean claros, no solo por
su valor expositivos sino porque la simpleza y claridad, que como decía Ortega,
debe ser una consideración del filósofo.
Así en pleno desarrollo del nivel ético se despacha con la siguiente frase: “Los
sacerdotes son, como es sabido los enemigos más malvados porque son los más
impotentes”.
El mismo juicio les cabe a los judíos de quienes dicen que realizaron una radical
transvaloración de los valores en una venganza espiritual, cuya culminación es
Jesucristo.
Esta afirmación es errónea aun desde el punto de vista factico, basta para ello
leer el Antiguo Testamento.
Caracteriza a esta moral como la rebelión de los esclavos, surgida del
resentimiento, en contraposición a la perfecta seguridad funcional de los
instintos inconscientes del superhombre. Se decide entonces por una hybris,
una afirmación del instinto que llevaría a la humanidad a uno de sus más
grandes disloques con el nazismo.
Siempre que aparecen este tipo de pensamiento, con el individuo como único
soberano y sus caprichos, conviene permanecer alerta. No me atrevo a
vislumbrar cómo será el mundo si finalmente vence Donald Trump. Hay
también en Nietzsche rasgos perversos, dado que dice: “Ver sufrir produce
bienestar, hacer sufrir más bienestar todavía” .
Imaginemos por un momento una sociedad basada en los principios de
Nietzsche, donde el axioma seria quid quid ego placuit legis habet vigorem; el
derecho no sería más que un capricho y la mayor sistematización jurídica
posible seria similar a la teoría positivista de Hans Kelsen.
El filósofo argentino Colacilli de Muro nos enseña en su libro “El hombre y sus
amos” que el hombre necesariamente tiene ataduras y la peor elección es
elegirse uno mismo como soberano.
Recordemos, asimismo, que Lacan nos advierte que el mayor grado de libertad
coincide con la locura.
Nietzsche hace un recorrido por distintas concepciones de la pena pero olvida la
más importante; la pena como resocialización que contempla tanto el débito
del delincuente como el de la sociedad para con él, plasmado en el artículo 18
de nuestra constitución contemporáneo al filósofo de nuestro estudio.
Cuando habla de las virtudes ascéticas de pobreza, obediencia y castidad hace
un antítesis entre castidad y sensualidad; antítesis incorrecta para el
catolicismo, dado que en aquellos tiempo había ya santas casadas.
Considera a la Iglesia como una especie de aglomeración y organización de
enfermos. Esto no deja de ser cierto dado que según la doctrina de la Iglesia
Católica todos somos pecadores; el problema radica en que él se excluye.
Una falencia verdaderamente grave para un filósofo, constituye los vestigios de
su gnoseología, dice por ejemplo, “se hallan muy lejos de ser espíritus libres:
pues creen todavía en la verdad”.
Vemos así que para este vitalismo irracionalista ni siquiera rige el principio de la
no contradicción sintomático de la forclusion del nombre del padre.
Vamos ahora a intentar elevarnos a un plano más panorámico. El idealismo
alemán todo, al cortar los lazos con la realidad, con aquella ananké freudiana; al
no tomar en cuenta a la limitación del hombre como creatura dio consecuencias
que van desde el espectro autista del solipsismo filosófico hasta la demencia
nazi.
No necesariamente se requiere de la unidad de creencia, sean estas católicas,
judías o la que fuera, para modelizar una ética. Pero si es indispensable aun
desde el agnosticismo, aunque sea mínimamente una cierta trascendencia al
estilo de la apuesta de Pascal.
Tenemos por ejemplo la ley natural, concepto que tiene antecedentes estoicos y
que fue llevado a la perfección por Santo Tomas de Aquino. Aquí quiero hacer
un parentesis, no me paree del todo correcto llamar a la ética del Aquinatense
solamente una ética de bienes, dado que el concepto de ley natural con un
punto fijo y distintas determinaciones espacio-temporales marca algo así como
a priori ético que va más allá de la moral de bienes.
Querría, además, destacar el papel que puede jugar el psicoanálisis como
procedimiento que deje al sujeto en el umbral de la ética de acuerdo a lo
teorizado por el Dr. Lacan. Porque desde Sigmund Freud cuando dice “donde
ello era yo debo advenir”, implica un sajamiento de los instintos.
A su vez el Complejo de Edipo en cuanto tal vela la finitud y encubre la
contingencia.
Si como cree Nietzsche el hombre no es más que un animal ¿Por qué razón seria
digno de especial amor?.
Vemos en Nietzsche, como en todo el idealismo alemán un disloque de las
funciones psíquicas superiores por apartamiento de la realidad que acabo en la
barbarie nacional-socialista a la que bien se le puede aplicar la frase de Jesús
“perdónalos Señor no saben lo que hacen” .
Finalmente me voy a permitir a mí mismo una pequeña subversión de orden;
voy a hacer la dedicatoria de este ínfimo opúsculo en su final.
Más allá de la algarabía del patio de juegos de la parroquia Santa María Teresa
Goretti donde se podía escuchar los 60 granaderos por los Chalchaleros y el
Padre Gau repartía historietas del súper ratón había un rincón en penumbra,
pleno de paz ,donde una señora (disculpe el olvido de este viejo) enseñaba los
rudimentos de la catequesis para la Primera Comunión; vaya para Ud. señora la
dedicatoria de este escrito.

Porque las semillas de mostaza deben ser sembradas.

BIBLIOGRAFIA
Colacilli de Muro, “ El hombre y sus amos”
Lacan, Jacques; “Seminario 3. Las psicosis” Paidos
Mestre, Miguel: “Moral para universitarios” Libros del monograma- 1967
Nietzsche, Friedrich
“La genealogía de la moral” Ed. Libertador, 2007.
“ Más allá del bien y del mal” Ed. Lbertador,2007.

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