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Un extraordinario cuentista

se descubre en Trece relatos


de César Dávila Andrade
Annel Mejías Guiza

AÑO 7 / NÚMERO 356 DOMINGO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2017

Ugarte y la ofía de la integración


JULIO BORROMÉ tiene nada que ver con la abstracción de los conceptos Semejante disgregación producto de la penetración
universales asociados a la ley y al juicio hegemónico de ideológica y de la desnacionalización, sólo puede ser dete-
los imperios, sino será una conquista ética y condición de nida con una perspectiva integracionista. Manuel Ugarte

L
a filosofía de Manuel Ugarte (1875-1951) es una posibilidad de las naciones como un objetivo de la acción reacciona contra la política de fragmentación de E.E.UU e
filosofía de integración latinoamericana. Su pro- colectiva. A esta libertad le antecede una obligación para Inglaterra, prueba de que se trata de algo más que de una
grama político expresa la radical capacidad de re- con la nación vecina. La acción redefine la libertad como obra guiada por un cándido nacionalismo, está en que no
elaborar el sentido histórico legado a través de esta responsabilidad en contraste con la libertad autóno- se halla más defectos que las afectaciones políticas inter-
los precursores del pensamiento independentista. Su pro- ma que divide, aísla y entorpece la integridad latinoame- nas, las inútiles disputas por las fronteras, las cuales el
gramática está fundamentada en los actos emancipado- ricana para los latinoamericanos, condición histórica pa- imperio aprovecha para generar intervenciones y gue-
res de la historia común que, como tal, fuerza a repensar ra “la civilización que comienza a definirse”. rras.
los conceptos de nación, valores, cultura, política, y obli- Ugarte reclama un afrontamiento directo de la situa- Ugarte para el año de 1910 escribe una frase de conse-
onder por lass
ga a mirar y a responder ción. La filosofía de quien fuera f un socialista modera- cuencias notables para el pensamiento hispanoamerica-
circunstancias históricas
óricas de do amigo de los obreros
do, obrero y de la juventud, cuestio- no: “Ha llegado la hora de hacer síntesis”. ¿Qué es hacer
los siglos XIX y XX. X. El na precisamente
precisame m nte es la l creencia ya arraigada, el síntesis en tiempos donde los imperios invaden y frag-
conjunto de su pensa- nsa- cúm
úmulo de convicciones
cúmulo convicc
n y de respuestas con- mentan culturas, tiempos de palabras gastadas y de teo-
miento plantea la idea
dea a ven
ncionales del proyecto de la moderni-
vencionales rías políticas ajenas que intentan explicar las realidades?
is-
del bloque de la resis- dad. Así, cuan
cuando cuestiona la razón, re- Hacer síntesis es una forma de amalgamar las fuerzas de
tencia y la unidad ad chazándola o demostrando las conse- la nacionalidad, hacerle frente a la invasión extranjera, a
moral, que en defini- ni- cuencias de su lógica belicista o el irra- la política de la división interna y externa de las repúbli-
tiva contiene la ideadea ccionalismo
ionalismo d de sus expresiones concre- cas. La síntesis consiste en reunir los fragmentos dejados
ural.
de hegemonía cultural. ta
tas
tas,, es la racionalización
rac de la técnica, por las políticas expansionistas y las invasiones bélicas;
Como tal, se trata de la a portadora de la guerra, a quien está
por hacerlos conjunto integrador latinoamericano con el
cohesión indispensableable y cuesti
cue s onando Su pensamiento es una re-
cuestionando. aporte de la inmigración creadora, pensando que las na-
del noble acuerdo en ba a-
ba- acció
acc ón desde a
acción adentro en cuanto intenta cionalidades americanas se crearon con elementos con-
se a la fecunda acción ón y p
pri vi egiarr la razón, dándole una con-
vil
privilegiar tradictorios, disímiles. Tesis de Ugarte compartida con el
nsa
a las grandes responsa- a- fi anza sob
fianza ber
soberana en la dirección del or- cubano Fernando Ortiz, sostenida por Zea con sus varian-
bilidades frente a la a d en, la arm
den, rmo
armonía y la cohesión social. tes y contraria a las ideas de Mallea.
amenaza invasora. Esta cerce te
certeza, experimentada duran- La síntesis establece un orden en el que desaparece pro-
Ugarte advierte de e te los años d de entre guerra no como el gresivamente la injusticia social, “las tropas coloniales
ou
la infiltración estadou-u- anu unci
n ado
anunciado ad pe pesimismo de las corrientes del pensamiento”, los monopolios, “las oligarquías epicú-
nidense e inglesa con onn filosófi
filo sóficas
filosóficascas europeas,
europ
op sino como punto álgi- reas”, el colonialismo mental. Hacer síntesis frente a las
fines expansivos, do-- d
doo de una
u medita
meditación totalmente america- ideas disolventes y extrañas con el fin de unificar a la so-
minadores y disolven- ven-
n na, determina
na, det
eterm
erminaina la acti
actitud racional contra la bar- ciedad en base a la justicia. Para ello hay que superar las
tes, en cualquiera de e sus b
bar i pri
ie
barie p mitiv
mit iva, exp
primitiva, expresión de la guerra, y no la teorías, aprender de las realidades sociales y hacer una
ación d
variantes. La integración e
de falaci
fal a a de creer que los primitivos es-
falacia política realista.
los pueblos americanosnos hace e de
de t de este lado del mundo.
tán Los críticos de Ugarte pensaron que la idea de síntesis
conjn unto un
la experiencia de conjunto un Ell carácter significante de la definía la idea de homogeneidad, representándola total-
fundamento para la acc ció
ión
acción n colecc-
colec- razó
raz
razón crítica de Ugarte es que mente, haciendo que las expresiones diversas sean tam-
tiva empleando la sol lida
idaridad
solidaridad,d, se hhalla unida, inevitablemen- bién unificadas y partes integrantes de la nación. Por tan-
aless y mora-
las fuerzas intelectuales mora a- te, a lla filosofía política y a la ex- to, la síntesis podía verse como una operación reduccio-
lism
les, “no el sonambulismo mo de lass p resió programática en la bús-
presión nista de lo indígena y de las clases sociales excluidas. Sin
ideas heredadas.” Al Al no ejercer
ejercerr queda
que d d de soluciones a problemas embargo, Ugarte pensaba que la unificación de los indíge-
un pensamiento propio opio se acen n-
acen- concre
con cr to Es necesario que las cul-
concretos. nas y de los sectores históricamente excluidos ayudaría a
túa la supervivencia de los hábitos turas y las políticas de las realizacio- fortalecer la idea de la nacionalidad en un conjunto inte-
coloniales. Es síntoma de pereza mental tomar prestado de nes concretas se opongan a la infiltración extranjera, jun- grado con el fin de hacerle frente a la invasión extranjera,
los demás para construir los propios referentes históricos y to a un esfuerzo por sustituir los mecanismos de depen- a los modos y formas de penetración ideológica. Expresa
culturales, siempre a la espera del trasplante de las ideas. dencia por una forma del pensar y el hacer propio. Lo Ugarte el año 1931: “Lejos de perseguir y despojar al nati-
Pero esta idea de crear unas relaciones que pretenden esencial consiste en expresar el ritmo de los hechos para vo por el hecho de ser indio, urge incorporarlo con dere-
ser liberadoras en “el siglo de la razón,” tiene que afron- poner en marcha una implacable acción duradera contra chos iguales a la colectividad.”
tar un reto, un obstáculo determinado. Es el reto de no las pretensiones de las corrientes efímeras. Manuel Ugarte reclamaba hacer síntesis de lo disperso
poder seguir manteniendo una actitud colonial, adoptan- Ugarte en la primera mitad del siglo XX advierte las for- aún cuando pareciera una operación de blanqueamiento
do las fórmulas importadas. Ugarte plantea dos vertien- mas ideológicas de destrucción de las culturas y la domi- y exclusión de la diversidad. Lucharía contra la balcaniza-
tes. La primera, referida al contexto del siglo XIX, conside- nación, dejando entrever que el capitalismo necesita frag- ción de las repúblicas, el desorden y cuestionaría las es-
ra la independencia del pensamiento constitutivo de un mentar, disolver y sustraer para expandir una política tructuras semicoloniales de los países americanos en fun-
bloque histórico, imprescindible para indagar las razones neocolonial en base a la fiscalización y al protectorado, ción de la Patria Grande. “El siglo de la razón” y la orienta-
de la división y las aspiraciones de las repúblicas, consiste instrumentos de dominación aplicados con la Doctrina ción durable del integracionismo latinoamericano encon-
en poner en acto un entendimiento responsable con el Monroe. Así, Ugarte, denuncia el consumo, la penetra- traría en el socialismo su mayor aspiración. Ugarte propo-
pasado, y la segunda, asentada en las consecuencias de la ción ideológica a través del idioma invasor, forma de pro- ne, después de las guerras mundiales y del periodo de re-
guerra y la postguerra, coloca las acciones y la cohesión paganda, los objetos para el consumo y la invasión de colonización imperiales, un socialismo necesario para un
de los pueblos por encima de los conceptos y las teorías ideas con los cuales “hemos vivido drogados.” Estas ex- nuevo ciclo ideológico que hallaría en América Latina si-
políticas. presiones de alienación sacrifican lo durable al “auge fu- tuación política y filosófica hacia una segunda indepen-
Así, el sujeto histórico de esa filosofía es el pueblo. La gaz” de la moda, las trasnacionales venden el aire y las oli- dencia.
búsqueda de la realización de la libertad y la soberanía no garquías absorben la vitalidad nacional.
2 LETRAS CCS / CIUDAD CCS / DOMINGO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2017

César Rengifo y el proyecto de la libertad


J. A. Calzadilla Arreaza
Se quedaría corta una valoración puramente estética
del teatro de César Rengifo si se deja de lado su carácter
inmanente de proyecto político.
El teatro para Rengifo poseía una “esencia testimo-
nial”. La dramaturgia sería, pues, un arte u oficio de revi-
vir memoria. La puesta en escena, entonces, sería una
revivencia estética de la historia.
¿Es la doctrina marxista del materialismo histórico lo
que lleva a Rengifo a escudriñar en los anales y las cróni-
cas una lucha de clases motriz e incesante? ¿O es una pa-
sión de identidad nacional, concreta, doliente, descen-
diente directa y viva de cinco siglos de esclavitud e injus-
ticia?
Como el de Bertold Brecht, como, más tarde y más cer-
ca entrañablemente de nosotros, el de Rodolfo Santana,
el teatro de Rengifo es un teatro crítico. Y es un teatro
crítico porque es un teatro político.
Hacer política en el arte no implica ni conlleva necesa-
riamente un realismo social o declarado “socialista”. To-
da representación de lo real es una interpretación. Si la
realidad es construcción histórica, su interpretación
también lo es. Y es una interpretación ilusoria postular
que se debe sólo describir lo visible, y que lo visible reve-
la por sí solo en una especie de desnudez solar lo que las
formas del arte envuelven en un velo cegador, mistifica-
dor, alienante y engañoso. Una posición o un proyecto
político actúa inmanentemente en el arte si pone en es-
cena, enfrentadas fuerzas contra fuerzas, una lucha por
la libertad. Libertad de las formas expresivas y de la ex- mancismo y reiterada por el gomecismo. na, como si hubiera escrito de antemano –desde el sub-
presión de la vida contra todo lo que quiere asesinarla. De allí esa doble reversión de la historia nacional co- consciente histórico– el libreto de ese proyecto de libe-
El teatro crítico de César Rengifo se dedicó a escenifi- mo proyecto de libertad que el drama histórico de Ren- ración que hoy ha resurgido, que retoma sus núcleos de
car, y por eso arqueó en la historia, la leyenda, la memo- gifo aporta a la actualidad venezolana: en primer lugar inteligibilidad y con-
ria, un proyecto nacional de libertad. Y la lucha de clases insurgiendo contra las concepciones vigentes de unos tribuye a regenerar el
como motor de la historia queda retratada por su drama- beneficios de la conquista, la culturización aportada por espíritu de combate
turgia en los rostros y figuras, en los parlamentos y la- la colonia, el ingreso a la hispanidad y a la historia euro- actual, puesto que
mentos, de los agentes de un drama que abarca centu- pea; en segundo lugar, invirtiendo la perspectiva del tes- ese destino nacional,
rias, que comienza por la expoliación y la masacre colo- timonio histórico: contra la “visión de los vencedores”, reconocido así, ha si-
nial y alcanza hasta la producción de miseria en medio la voz inapagable de los victimados, ya no vencidos, sino do el de un combate
de la opulencia petrolera. El materialismo histórico de en inagotable resistencia y esperanza como sed de vida contra la invasión y
Rengifo se vio doblado de un nacionalismo histórico que proliferante. contra la dominación
era como el espíritu de un mundo sin espíritu: el mundo Rengifo era muralista, tanto en la imagen pictórica co- ulterior. Esa especie
humanamente despoblado del Capital. Anticapitalista, mo en el teatro. Así, llegó a definir su obra dramática co- de “destino liberta-
anticolonial, antiimperialista, antirracista, antipatriar- mo un “mural de la Venezuela silenciosa”, que incluye rio” tiene sus héroes,
cal incluso, el teatro crí- cuatro grandes paneles históricos: el mural de la resis- sus victorias y sus de-
tico de César Rengifo tencia indígena; el mural de la Guerra de Independen- clives, pero sobre to-
convertía en presencia cia; el mural de la Guerra Federal; el mural de la era pe- do es un proceso que
física el largo trayecto trolera y la represión burguesa. La voz que trajo a escena está vivo y en curso,
de un proyecto nacio- fue la voz de los invisibilizados, de los olvidados, los des- concerniéndonos im-
nal y continental de li- preciados. Una historia de abajo hacia arriba, de izquier- periosamente en me-
bertad. da contra derecha, de autoctonía contra invasión e inje- dio de las circunstan-
Un artículo capital ti- rencia. cias circundantes.
tulado “La dramaturgia Desde la derecha, se ha querido acusar al chavismo de El propio trabajo de creación de cultura realizado por
y la crítica como testi- manipular la historia en favor de sus propósitos políti- Chávez a través de su actividad comunicacional, parece
monio histórico y re- cos. César Rengifo, fallecido en 1980, es testimonio –y inspirado en esa representación trazada por Rengifo, a
flexión estética” es la no el único– de una poderosa corriente “nacionalista lo largo de su dramaturgia, que convoca a la sensibilidad
declaración del progra- histórica”, de una sensibilidad historiográfica libertaria y la conciencia de un pueblo reencontrado consigo mis-
ma dramatúrgico de Cé- con raigambre no sólo académica sino sobre todo popu- mo para reencarnar el proyecto de liberación que consti-
sar Rengifo. Allí escribi- lar, que transita desde la resistencia indígena hasta las tuye su propia identidad.
rá: “Todo cuanto nos “Tres Raíces” del proyecto chavista, y que hace cuerpo Rengifo construyó un fresco de la historia venezolana
une al hombre del pasa- de ese “subconsciente histórico nacional” aludido por como proyecto de liberación nacional. Rompería así con
do y todo cuanto ha de Hugo Chávez en El libro azul, en el que se sustenta un la categorización tradicional de Conquista, Colonia, In-
unirnos al hombre del proyecto nacional de libertad que hoy definimos como dependencia y República para poner en escena la ima-
futuro, está dado en la esencia testimonial del teatro”. socialista. gen de una historia insurgente. Así, la “Resistencia indí-
A este fin, el teatro crítico antiburgués y anticapitalis- No se puede aseverar que Rengifo, en lo personal, hu- gena” como núcleo de beligerancia, delinea desde el ori-
ta de Rengifo se hará drama histórico, constituyendo es- biera sido chavista. Pero sí podemos decir que el chavis- gen el camino hacia una búsqueda del socialismo. La In-
téticamente, reflexión y sensibilidad generadas por el mo, con su sentido propio de la historia, es rengifista, y dependencia es el segundo núcleo, como combate anti-
arte, un proyecto de historiografía libertaria; “historia comparte su lectura y su proyecto histórico nacional hu- colonial y antiimperialista, seguido de la Guerra Federal
insurgente”, como se ha dicho en nuestros días, que se manista y socialista. como guerra popular y la explotación petrolera como
levantaba, a través de sus voces y presencias silenciadas, César Rengifo puede entonces ser tomado como un entrega antinacional al imperio y el apogeo de la aliena-
contra la historia burguesa y oficial heredada del guz- antecesor estético e histórico de la Revolución Bolivaria- ción cultural.
DOMINGO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2017 / CIUDAD CCS / LETRAS CCS 3
La representación puesta en drama por Rengifo recon-
figura el relato y el macrorrelato de la historia patria
Narra-Libros
con base en un proyecto de combate y liberación nacio- Annel Mejías Guiza
nal que en idénticos términos se materializa y toma
cuerpo en la Revolución Bolivariana, con todo el pensa-
miento generado a partir del liderazgo de Chávez, vi-
niendo a ser la materialización, la idea elevada a masa, Un extraordinario cuentista se descubre en Trece
de un legado socialista destinado al socialismo. relatos de César Dávila Andrade
La tarea asumida por Rengifo de construir una repre-
sentación de la venezolanidad conllevó no sólo una com- Pocas veces me ha ocurrido que, leyendo un libro, de-
prensión sino también una revalorización de la identi- see que no termine. Me ha pasado con Trece relatos
dad nacional. Algo de lo que Rengifo se queja en su obra (1955), de César Dávila Andrade (Cuenca, 1918-Caracas,
es ese grado de desmoralización que ha impreso la ex- 1967), una edición de la Colección Antares de Libresa, pu-
plotación petrolera a la cultura, el espíritu y la identidad blicada en 2002. Conocía la fuerza del poeta ecuatoriano,
venezolana. escuché de sus pasos por las ciudades de Mérida y Cara-
La piedra angular de una revolución futura, como la ve cas, y de su trágico suicidio hace cincuenta años en un ho-
Rengifo, constituye una recuperación de nuestra propia tel de la capital venezolana, pero no al increíble narrador
valoración, que pasa por una recreación de valores que ecuatoriano.
han sido borrados por la alienación irradiada por el capi- Trece relatos lo escribió a sus 37 años de edad, cuando
talismo imperante. Una de las piezas de esta revaloriza- ya estaba en Venezuela. Conforman trece cuentos que, se-
ción es la recuperación de una memoria. Si queremos gún un estudio introductorio del escritor (su sobrino) Jor-
una identidad necesitamos resembrar una memoria ge Dávila Vázquez, son parte de la narrativa ecuatoriana
que, junto con la conciencia y la sensibilidad, constituya considerada de transición “entre el gran relato de los
esa especie de cuadrángulo fundamental de la cultura y años 30 y el nuevo”. Los cuentos de Dávila Andrade con-
de la subjetividad nacional. tienen una marcada “crudeza naturalista”, propia de na-
La apuesta artística, estética e ideológica, de Rengifo rradores realistas ecuatorianos anteriores, pero con “alta
dosis de lirismo” para que los personajes mostrasen “una
tendencia marcada a la introspección” o “llegó a lo abis-
mal al sondear la subjetividad de sus atormentados se-
res”, afirma Dávila Vázquez, quien hace un interesante
análisis de cada cuento en un estudio introductorio de es-
te libro.
La muerte y el mal visto como enfermedad o pobreza:
hilos conductores que hilvanan vidas trágicas en “La bata-
lla” (la agonía de una mujer, vendedora de chicharrones,
en medio de una refriega, pero también la lucha interior
de sus dos hijos, inminentes huérfanos, y del esposo, ale-
gre y futuro viudo, que en medio de la huida consigue su
trágico final), “Un nudo en la garganta” (la pérdida de la
voz de un buhonero, producto de la enfermedad, y su in-
fructuoso y terrible retorno a la casa materna para morir), cida, y de ahí se pasa a la casa del anciano vecino, ator-
“La última misa del caballero” (la descripción minuciosa mentado porque esos niños tocan, para molestarle, el al-
en dos tiempos de la homilía: una misa en la madrugada dabón en forma de rana de su puerta, situación que rom-
para los pobres que no deseaban ser expuestos, y otra pa- pe su tranquilidad. El segundo cuento realmente es aluci-
ra los ricos, cuando salía la luz del día). nante y el escritor Dávila Vázquez lo cataloga como “rea-
En esa misma temática me impresionaron tres cuentos. lismo mágico” por el insólito proceso judicial para expiar
En “El último remedio” seguimos el afán de la bordadora el “arma-alma” del protagonista viendo y oyendo a los tes-
para buscar la medicina que pudiese curar la enfermedad tigos-recuerdos, la aparición del camaleónico juez que se
de su esposo y culmina con el primer párrafo escrito de deja engullir por el ventanal (que podría ser la madre del
forma enigmática, justamente en la consumación de la juzgado, “o la muerte, o la vida, o la Diosa de Dios”, escri-
última e insólita oportunidad de vivir del hombre (y real- be el poeta), y la tentación de los rones del recuerdo y del
mente sería la última). En el relato que cierra, “La lepra”, olvido.
se cierne la paradoja, característica de Dávila Andrade, al A través de “El cóndor ciego” y “Un cuerpo extraño” po-
vivir la desesperación del leproso-terrateniente que se cu- demos vivir la noción del suicidio y de la reencarnación
ra físicamente en un proceso de purificación a través del usando animales, como un cóndor viejo y un perro. A pe-
mal, pero socialmente no: la continuidad del estigma. sar de narrar hechos “insignificantes”, como dice Dávila
“Durante la extremaunción”, uno de los mejores cuen- Vázquez, “Ahogados en los días” es un cuento corto del
tos que he leído por su técnica y elaboración poética, me personaje Bachiller Asuero que confronta, con su monó-
es por la afirmación de una cultura nacional que ha sido sentí anonadada por la meticulosidad de Dávila Andrade, logo, la pesadez de lo cotidiano. “El elefante” es conside-
penetrada, vulnerada, borrada y desdibujada por el tra- quien intuyo no escribía una línea sin intención: todo rado como un cuento menor; sin embargo, Dávila Andra-
bajo de zapa de las potencias imperiales, los intereses contribuye a la historia de este agonizante hombre, a de juega con la consciencia del inspector de mercados en
oligárquicos. El objetivo de esta obra será robustecer un quien acompañamos hasta su poética muerte al lado de una supervisión que lo tienta y algo tan insignificante co-
proyecto de liberación histórica, gracias a ese aporte es- sus seis hijas y mujer. Si han escuchado relatos de perso- mo un resto de comida en la boca (muestra de la corrup-
pecífico del artista y, en especial, del dramaturgo, como nas que estuvieron al borde de la muerte, viendo sus vi- ción) lo puede martirizar en una explosión de ira. Me sen-
creador de representación, que le permite aunar a la me- das en retrospectiva, este trasluciría un estético y extre- tí iracunda al leerlo.
moria: la identidad, y a la conciencia: la sensibilidad, pa- mo ejemplo, logrado con una maestría igualable al relato Culmino esta breve recorrido con “Un cuerpo extraño”,
ra crear esa historia común, en un universo de sentidos, “El puente sobre el río del Búho” o “Un suceso en el puen- relato que revela las tentaciones en el camino de “la gran
valores y principios comunes propios de una nueva co- te sobre el río Owl”, de Ambrose Bierce (considerado por búsqueda” de Dios del protagonista, quien narra en pri-
munidad cultural como pueblo en proceso de libera- Julio Cortázar un cuento inolvidable). mer persona. Maneja el humor con elegancia para revelar
ción, seguro de sí e idéntico a sí mismo a lo largo del Con “Aldabón de bronce” y “El hombre que limpió su la prueba de espiritualidad que, en el fondo, era una tram-
tiempo. arma” curiosamente me ocurrió que sentí como si viera pa de “su hermana” para desviarlo, pero, ¡malaya!, él que-
Si algún artista venezolano ha querido hacer la subs- una de las películas surrealistas de Luis Buñuel. En el pri- ría ser desviado y la traicionó: “¡El amor había dormido
tanciación estética de un pueblo, es decir, la estampa de mer cuento, seguimos la descripción minuciosa de una en mi habitación durante dos noches y yo –estúpido– no
su permanencia e identidad a través del tiempo que lo calle, luego nos encontramos en el diálogo con un gallo y lo había reconocido!”. Curiosamente, con este cuento in-
signa, es decir, su historia, ha sido César Rengifo y su sus dos gallinas que, al ver que no les dan su habitual ra- tuí que así hablaba César Dávila Andrade en vida, lo ima-
proyección socialista, opuesta a la hipótesis perversa de ción de maíz, buscan a la mujer, dueña de una casa de esa giné hace 62 años cuando publicó Trece relatos. Y confie-
la derecha, tan fundamentalmente escéptica a propósito callecita, y la consiguen muerta, pero todos estos perso- so que quisiera haberlo conocido. Luego de leerlo, me
del concepto y el principio de “pueblo”, que apuesta sólo najes desaparecen para dar paso a una chola con sus cua- queda la sensación de seguir explorando al escritor ecua-
a la multitud, el tumulto y el olvido. tro hijos varones, que se mudan a la casa de la vieja falle- toriano.
4 LETRAS CCS / CIUDAD CCS / DOMINGO 10 DE AGOSTO DE 2017

Crítica

Edades Manuscritas de Ernesto Román


FREDDY ÑÁÑEZ

debe prepararse para lo peor. Porque ahí entran en ac-


La poesía actual tal vez haya conquistado por fin su lu- ción las manos del doctor. Unas manos muy limpias, muy
gar dentro del mundo: el poeta —con mucho menos es- grandes, muy velludas. La cosa empieza como un juego.
pacio de propaganda que el periodista, por supuesto— El doctor le toma un brazo al paciente y se lo flexiona sua-
hoy oficia su decir sin despertar intrigas ni inquietar la vemente. Le examina las uñas. Le pone el estetoscopio
norma. No pesa sobre el poema sospecha alguna ni hay -previamente frotado para calentarlo si se trata de un pa-
secuelas de viejas persecuciones racionales. Ya nadie re- ciente particular, helado si de un miembro de la clientela
cuerda el motivo de su prohibición platónica. En lugar de hospitalaria- y le pide que tosa. Luego tamborilea sobre
aliviarnos por semejante libertad, cabría preguntarse el las costillas —¡Es que me hace cosquillas, doctor!— y
por qué ¿Es el mundo, como expresión de la existencia cuando menos lo espera el paciente ¡Zas! encaja una de
colectiva, consecuencia del encanto poético o es la poesía aquellas manazas en el hígado y se deja ir con todo el peso
quien se ha ceñido al discurso del mundo? El balance nos de su cuerpo.
llevaría páginas enteras pero la mera formulación de esta
interrogante, lejos de desviarnos del tema, acota mis ar-
gumentos para leer la obra de Ernesto Román. Si lo que Vuelos y signos**
denominamos poesía actual converge cada vez más con
el pulso de la narración y bebe de lo cotidiano hasta escri- I.
bir en su lengua, es algo que ni sorprende ni ameritaría
censura salvo por el hecho de que estos encuentros preci- LA PIEDRA
san el sacrificio de aquello que constituye el ser del poe- Con el título “Rudo”, nos dice: pesa lo que el pájaro;
ma. ¿El ser del poema? Sí. Nada menos que la afirmación Lo tuyo es murmurar / por las tachaduras / de mi boca; / san- el pájaro
y el goce. Es un hecho que la poesía moderna no sólo ha grar por lo áspero. pesa lo que la piedra.
pactado con el pensamiento sino que se ha vuelto su apo- Uno no es más grande
logista. Y si, como abundan los casos, el poema es someti- Arritmia, sí, pero una que permite inventar puntos fi- que el otro;
do a las leyes de la demostración ascética, lo que clásica- nales y organizar nuevos comienzos. No detenernos si esta- mineral y ser vivo
mente conocemos como discurso —para no hablar del mos inmóviles —dice— y vemos el poema desplegarse orde- no se tratan,
realismo anecdótico—, entonces es el momento de vol- nadamente, lo oímos nítido en su caja de resonancia, to- no se han visto,
ver a los orígenes conflictivos entre la poesía y la razón camos la hondura y ahí está con cierta maestría versística no se ignoran,
no tanto para profundizarlos como para recordar la fun- un poeta que hace una tangente a los temas, las argumen- meditan, callan;
ción vital que cumplen una y otra dimensión de lo huma- taciones y la concesiones propias de la literatura urbana. ambos vuelan y coinciden
no. Se desvía hacia el umbral. A Román hay que leerlo —co- en la sangre
Diré, para entrar en tema, que la poesía de Ernesto Ro- mo a los poetas verdaderos— en su lengua poética, en las de la misma mano
mán nos sirve de guía en este retorno al umbral, y de lides de su presentación, en la geometría distante con el
ejemplo contra la vigencia de cierta poesía periodística. mundo; en su ensueño y su incomunicación encarnada. II.
Edades manuscritas (Monteávila, 2014), su más reciente En Luz de desalojo prescribe:
libro, reivindica la ruptura poética frente a la razón dis- EL SALTO del signo
cursiva y con ello recupera el lugar aparte donde el pensa- Del tiempo / preciso su luz de desalojo, / en ese instante foráneo en el mismo vuelo,
miento clásico había exiliado al poema. No se trata de de la edad, por esas puertas que a medio cerrar, / quedan abiertas hacia la cepa
una ruptura conceptual manifiesta temáticamente, sino como la lucidez. de unas manos
de un ejercicio del poema como desconcierto estético. locas de raíz.
Ese lugar (ahora sí suyo) ya no es cantado como exilio si- Volvamos a los conceptos que nos trajeron a esta lectu-
no como patria de advenimientos, arcanos y posibles, en ra. La poesía que nos ocupa, en tanto que deleite de sí mis- III.
otras palabras: como tiempo/identidad, conmensurables ma se da en imágenes y sólo se incorpora al lenguaje co-
únicamente en la palabra poética. Lo dicta en la segunda mo afirmación de una experiencia irrepetible reduciendo EL ÁRBOL cae del mango;
estrofa de su poema homónimo: arbitrariamente el idioma (de todos) a su epidermis (don- el cielo se hiere
...cuando cumplo la eternidad / de los árboles que no pierden su de todo está merced de la sensación). No querríamos del en el pájaro, empero vuela
niñez / ni dejan de ser viejos / la tierra traduce en mí / esta contem- poeta la hora exacta, el peso justo ni el matema correlati- y atraviesa construcciones
plación de mendicante. vo de la realidad. En ningún caso demandamos del poema de nubes. Pero ser pájaro
Impenetrable para ciertas operaciones críticas, el libro una verdad, una enseñanza, mucho menos información —y aquí retorno a John Cage—
en su totalidad deja algunas puertas abiertas para aden- útil. Es el estado de ebriedad al que Baudelaire invitaba es también suplantar
trarse y pensar desde la poesía los diversos y divergentes autoritariamente, lo que necesita el lector de poemas: con cucharas
intentos de una misma poética. En ese sentido cada poe- axiomas ebrios, números desmesurados, pensamiento los martillos de un piano;
ma es autónomo, incluso disímil, del propósito temático fuera de sí. A este goce y esta afirmación les es propio un nacer sin abandonar
y de la sutil agrupación que da forma al libro. Uno de los sacrificio, así lo hace constar Román en Brecha: el vientre, o la grieta.
versos de este poema sentencia más abajo:
El barro de tu dialecto no se aproxima a tu dialéctica del barro Duro es el habla / con una llaga en la voz. Pero se insiste / en lo IV.
Esto pasa con los libros que hacen del tiempo un pre- perdido, / en la fractura de tragar saliva.
texto. Sometido al verso —el tempo, la medida, del poe- CADA LUZ tiene su propio tambor;
ma— cada ensayo es expresión de su instante y cada áto- Sustracción, interrupción, tangentes, nombres inédi- una espiga de luciérnaga
mo de esa experiencia buscará por su lado el tono de su tos, opacidades y relaciones imposibles. Todo, consagrado y las cerradas lágrimas
eternidad. He aquí que el encanto de Edades manuscritas a las imágenes que salen y entran como sirvientes en un de un ciego, pero tornan los embudos;
reside en la arritmia propia de lo que sabiéndose indeci- gran banquete. Su efecto es lo real, el poema, como la las costras de sus voces adelgazan,
ble se opone nombres —nunca sinónimos— y hace de di- edad del tiempo, es pasajero. Lo que deja la poesía des- con la raíz de un trueno
cha oposición un movimiento de lo incorpóreo a lo posi- pués de rasgar el silencio, el silencio mismo pero ahora que nace de los mangos,
ble. Eso hace el poema: se prueba ojos frente al espejo del mucho más ancho, mucho más pleno, como un gran sí, y se hace tos en el follaje.
lenguaje. es lo nuestro, lo que queremos leer.

Director Freddy Ñáñez Coordinadora Karibay Velásquez. Letras CCS es el suplemento literario del dia- Ciudad CCS es un periódico gratuito editado por la Fundación para la Comunicación Popular
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