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Tijuana, B.C.

- Entre algunos de los efectos negativos que están teniendo las


redes sociales, está el que los jóvenes estén prácticamente desapareciendo de
sus núcleos familiares, opinó Salvador Olvera Puente.
El director del Departamento de Humanidades y Ciencias de la Educación de la
Universidad Iberoamericana Tijuana (Ibero) tuvo a su cargo la conferencia “Redes
y Enredos Sociales: Un tema sobre adicción virtual en los jóvenes”.
Ante un público conformado por orientadoras vocacionales y directivos de
preparatorias públicas y privadas, habló tanto de los efectos positivos y negativos
de las redes sociales en la población infantil y juvenil.
Destacó que los jóvenes empiezan a tener un total desapego de sus familias por
dedicar la mayor parte del día a las redes sociales.
Algunas de las señales a las que los padres deben de poner atención y que
pueden hablar de que ya hay una adicción al Internet y a las redes sociales son:
Los jóvenes empiezan a dejar de hacer sus trabajos escolares, se ponen ansiosos
si pasan muchas horas alejados de la computadora o presentan desvelo, fatiga y
cansancio por su uso.
Olvera Puente recomendó la construcción de espacios para desarrollar la
creatividad de los jóvenes y que estos no caigan en la adicción a las redes
sociales, afectando así su vida personal y su relación con su familia.
“Es otra manera la que ahora tienen los niños y jóvenes de interconectarse, muy
distinta a la que tuvimos muchos de nosotros.
Hay adictos al facebook, al chat, al twitter, al celular, a los videojuegos”,
expresó.
Señaló que como parte de la solución a este problema, se debe de trabajar con
los padres de familia, ya que muchos de ellos también como parte de sus
trabajos o sus relaciones personales interactúan demasiado a través de las
computadoras.

 Una especialista alertó a los padres acerca de los problemas de la interacción de


niños en la red.

Las redes sociales entrañan ciertos peligros, enfocados en menores de edad. El


engaño, el acoso sexual, la pedofilia, la obscenidad, encubiertas bajo perfiles falsos
o verdaderos, deambula y atrae inocentes.
Sin dudas es un fenómeno que cada vez atrae más adeptos sin tener en cuenta los
peligros que entraña.
En diálogo con Nuevo Diario, la psicóloga Mercedes Haro comentó que en la
actualidad los niños y adolescentes “cambiaron la vida social por una vida virtual”.
Por otra parte, la especialista remarcó la importancia y el daño que pueden llegar a
provocar ya que “se observó que en estos últimos tiempos, hay signos de niños entre
los 9 y 17 años, que indican adicción a las redes sociales”. En este sentido agregó:
“El problema radica en que los niños crean a través de estos espacios identidades
ficticias gracias al anonimato de que les otorgan éstas” lo que sin dudas los lleva de
a poco a un “aislamiento social y junto a esa libertad y anonimato hace que muchos
jóvenes terminen esclavizados, no sólo por la pérdida de tiempo, sino por la
atracción fatal que esto conlleva”.
Además, Haro criticó y alertó a los padres sobre el fenómeno que se conoce “la
automedicación digital”, que consiste que ante una depresión o problema éstos
recurren a las redes sociales, en donde plasman estados anímicos y piden consejos a
desconocidos para superar el malestar o el problema antes de hablarlo con sus
padres”.

Cultura del exhibicionismo


La especialista comentó en la oportunidad que un fenómeno aún peor que la
adicción a internet es la cultura del exhibicionismo que tienen los adolescentes y
expresó que “las chicas y los chicos, ponen fotos provocadoras, muchos
influenciados por ‘amigos’ que tienen tendencias abiertamente sexuales”.
El problema radica principalmente en que como es de público conocimiento “ese es
el imán de las redes sociales; lo que permite que muchos saquen el lado perverso
para engañar a estos niños”. “A través de estos espacios o canales sociales los
menores están expuestos a riesgos específicos como son el acceso a contenidos
inapropiados para su edad, la posibilidad de entablar contacto con usuarios
malintencionados o la proliferación de información personal publicada por ellos
mismos o por terceros sin conocer los riesgos asociados”, sentenció.

Redes sociales: un arma de doble


filo y dañan el lenguaje según
expertos.
Un grupo de expertos expresaron recientemente durante una conferencia celebrada en
New York titulada “The Effects of Social Networking on Children”, su preocupación
sobre los efectos nocivos que sufren los niños y adolescentes provocados por la
adicción a los medios de comunicación y redes sociales.

Según Gwenn Schurgin, autora del libro “Cyber Safe” y directora de la organización Pediatrics
Now de Massachusetts, “Las familias viven al margen de lo que conocemos como “las tres
pantallas”: internet, televisión y teléfono. El abuso de dispositivos electrónicos puede generar
problemas en las relaciones interpersonales. La distracción que propician estas tecnologías no
permite sociabilizar ni comunicarse adecuadamente con los demás”.

Schurgin indicó que adolescentes envían y reciben mensualmente 3.700 mensajes de texto.
En el país, el 93% de jóvenes dedican varias horas al día para navegar en internet y el 73%
usan redes sociales.
“Algunos de los efectos negativos de la adicción a redes sociales tiene que ver con la
degeneración del lenguaje y de la gramática. La “jerga cibernética” no permite el
enriquecimiento del lenguaje. Se ve limitado en una síntesis que dificulta la expresión y
comprensión de las ideas. Las secuelas de la adicción a las redes sociales es un problema de
todas las comunidades. Se está convirtiendo en un factor de preocupación universal”, señaló.

Según un estudio realizado por las organizaciones PEW Internet y American Life Project, en
2009 el 38% de niños de 12 años se registraron en FaceBook a nivel nacional.

De acuerdo a investigaciones de la organización Children Online, entre 2008 y 2009, el 60.9%


de niños de octavo grado tenían una cuenta en FaceBook. Entre 2010 y 2011, la cifra se
incremento a 84.8%. El número de amigos por estudiante de octavo grado supera los 300,
según un estimado general.

Marje Monroe, directora de la organización Children Online de Massachusetts explicó que


FaceBook preside la lista de medios sociales más populares entre jóvenes de 10 a 18 años.
Otros sitios que se hallan en el gusto del colectivo joven son YouTube, Addicting Games,
MiniClip y Club Penguin.

Según la experta, la cifra de niños adictos a las redes sociales se ha incrementado


dramáticamente en los últimos años.
La especialista dijo que los niños con acceso a redes sociales pueden estar expuestos a
efectos negativos, como acoso escolar cibernético, ausencia de la privacidad, “spyware”,
contenido no apropiado para un público infantil y adicción.

“El 68% de adolescentes en Estados Unidos aceptan la solicitud de amistad de personas que
no conocen, lo que puede representar un riesgo para su seguridad. El 18% de adolescentes
han sido sancionados en sus escuelas debido a publicaciones no gratas en redes sociales”,
manifestó.

“El uso de medios sociales puede ser positivo si se canaliza adecuadamente. Muchos
profesores usan FaceBook como un salón de clases alternativo donde los chicos interactúan.
Las redes sociales pueden ser un buen canal de comunicación y enseñanza, pero sin la
debida supervisión, puede suceder todo lo contrario”, aseveró Monroe.

El catedrático de Psicología Clínica Enrique Echeburúa advirtió ayer de que el cambio de la


vida social por la virtual a través de redes sociales como Facebook o Tuenti, es uno de los
«mayores peligros» que el uso abusivo de las nuevas tecnologías entraña para los jóvenes.
Echeburúa se pronunció así en la presentación del curso de la Universidad Internacional
Menéndez Pelayo (UIMP) 'Problemas actuales de la psicología infanto-juvenil', a la que
asistieron el también el catedrático de Psicología Clínica Elisardo Becoña y el catedrático de
Psicología Básica y director del curso, Helio Carpintero.
Entre los síntomas que indican adicción a las redes sociales, Echeburúa destacó la creación
de una identidad ficticia gracias al anonimato de estas redes, el aislamiento social, la
«automedicación digital» ante una depresión, es decir, recurrir a las redes sociales para
superar el malestar, y problemas físicos como obesidad, fruto de la vida sedentaria delante del
ordenador.
Echeburúa señaló que no hay que ser «alarmistas» porque los adictos a Internet pueden
reducirse a un 6 por ciento de la población, pero advirtió de que es un porcentaje «suficiente»
para analizar si se da un perfil de riesgo específico, especialmente entre los jóvenes, sobre el
que desarrollar campañas de prevención.
De ese 6 por ciento, Echeburúa eliminó a adictos al juego o al sexo que recurren a Internet
para canalizar esa patología, ya que «su problema de base es otro».
Los más proclives
Sobre los perfiles del riesgo en la adicción a las redes sociales, Echeburúa aclaró que son los
mismos que para otras adicciones, como drogas o alcohol, definidos por gente que, «o bien no
tienen una percepción clara del riesgo, o bien tiene una baja autoestima, o bien está pasando
una situación coyuntural complicada, como estrés, un desengaño amoroso o dificultades en
los estudios».
El rango de edad en el que esta propensión a la adicción a Internet es más peligrosa se sitúa
entre los 15 y los 20 años, al igual que en el caso de la adicción a drogas, ya que el primer
consumo de estas sustancias suele darse entre los 13 y 15 años.
Por su parte, Elisardo Becoña insistió en los peligros que la «cultura del botellón» supone para
los jóvenes, que, «por no tener una clara percepción del riesgo», pueden dar el salto
fácilmente del consumo de alcohol, al de cannabis y cocaína, de donde derivan problemas
como embarazos no deseados y actitudes violentas.

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