Está en la página 1de 3

PEDID, BUSCAD, LLAMAD

Mateo 7:7-11

Introducción
A. La niña que pidió el juguete en el nombre de Jesús…
1. La mamá le compró el juguete, no por el berrinche de la niña sino porque a la
madre le gustó que su niña haya aprendido lo que ella le enseñó acerca de la
oración.

I. Jesús nos enseña cuál debe ser nuestra actitud hacia nuestro Padre celestial con
respecto a la oración.
A. El Señor quiere impregnar nuestra mente de sus promesas, y aquí lo hace por medio
de la repetición
1. Pedid, ¿y qué?... Buscad, ¿y qué?... llamad, ¿y qué?...
2. Yo creo que el Señor quiere entusiasmarnos a orar, y no hay mejor manera de
hacerlo que darnos la promesa y la plena seguridad de que seremos oídos y
atendidos por nuestro Padre celestial.
3. La promesa es: “se os dará”, “hallareis” y “se os abrirá”.
4. Pero para recibir la promesa hay condicionantes; ¿Cuáles son? “pedid, buscad y
llamad”. Y estos tres verbos que están en presente del imperativo indican la
persistencia con que deberíamos presentar nuestras peticiones a Dios.
B. El Señor nos enseña que hay una razón extremadamente poderosa por la que
debemos ser persistentes en la oración. La razón se encuentra en el v. 8
1. Para recibir, para hallar, para que se nos abra es muy importante pedir, buscar y
tocar, es la condición para recibir la promesa. Esto lo digo porque hay quien dice
que la oración es innecesaria porque el Padre sabe de que tenemos necesidad sin
que se lo digamos o pidamos.
2. La razón por la que Dios nos dé depende de que le pidamos no es porque Él lo
ignore o porque no quiera dárnoslo y necesitamos convencerlo. La razón tiene
que ver con nosotros no con Él.
a) La pregunta correcta no es si Dios está dispuesto a dar, sino si nosotros
estamos dispuestos a recibir. Si estamos dispuestos a recibir, ¿qué tenemos
que hacer? Cumplir con la condición-pedir.
b) (Mi mamá dice para que te voy a hablar). El ser humano es orgulloso, no le
gusta darse a conocer débil ante nadie. Muchas veces prefiere sufrir en
silencio que pedir ayuda.
c) El ser humano es arrogante, prepotente y casi siempre quiere dar a conocer
que lo que tiene lo ha hecho por su esfuerzo, por su inteligencia, sin la ayuda
de nadie.
d) Es por eso que en la oración podemos vencer ese orgullo, dejar la arrogancia
y prepotencia y reconocer que necesitamos de Dios a cada paso de nuestra
vida. La oración es humillación ante Dios, el pedirle a Dios es reconocimiento
que dependemos de Él totalmente y no de nuestra fuerza ni de nuestra
inteligencia.
e) Se fija que la razón por la que Dios nos dé depende de que le pidamos no
tiene que ver con Él sino con nosotros.
3. ¿Hay que necesita y aun no ha recibido de parte de Dios? Si es así, puede ser que
haya por lo menos tres razones:
a) Usted sabe que lo necesita, pero no se lo ha pedido a Dios porque supone
que Él lo sabe
b) No ha sido lo suficientemente persistente en eso que necesita, y cuando uno
no es persistente, lo que uno refleja es que en realidad no nos interesa (si no
oro por Natania, Gris constantemente Dios ve que en realidad no me
interesa). Dios va hacer la obra por el interés y persistencia de otro, pero no
por la nuestra. Necesitamos hacer una lista (dar papeles y lápiz)
c) Pero a lo mejor usted ha sido persistente y no ha recibido. Pero no importa
cuantas veces o por cuanto tiempo ha estado pidiendo, le hace falta seguir
pidiendo.
C. Cuando somos persistentes de que Dios contesta, contesta, y lo hace dándonos lo
que necesitamos porque se lo pedimos. Y esto lo ilustra con un ejemplo doméstico,
algo que todos podemos entender.
1. Antes de leer los versos 9-10 quiero que entendamos que hay un muchas
filosofías evangélicas o pensamientos de cuadros que suenan muy bonitas pero
que son mentiras (le pedí a Dios paciencia y me dio problemas para que aprenda
la paciencia… le pedí a Dios salud y me dio enfermedad…) Estos pensamientos lo
que dicen es que Dios nos da lo contrario a lo que le pedimos. Ahora veamos los
versos 9-10 para ver si es cierto
2. El ejemplo dice que ningún padre de familia le da a su hijo lo contrario a lo que
pide. Entonces viene la conclusión del Señor Jesús (v.11). Y tenemos que
entender claro que esta ilustración del Señor no es una comparación sino un
contraste: “si ningún padre de familia (siendo malo) es capaz de darle lo contrario
a lo que pide el hijo, sino que le da cosas buenas (es decir, lo que pide), cuanto
más nuestro padre celestial (que no es malo, sino totalmente bueno y
misericordioso) nos dará buenas cosas a nosotros sus hijos cuando le pedimos
insistentemente lo que necesitamos. Se fija que es un contraste de un padre que
siendo malo sabe dar cosas buenas a sus hijos, ahora imagine un Padre bueno,
misericordioso, pendiente de nuestra oración, ¿Qué podremos recibir de un
padre así?
Conclusión
A. No hay duda de que Jesús quiere llenar nuestra mente de que debemos ser
persistentes en la oración dándonos a conocer que el Dios y Padre al que nos
acercamos es infinitamente bueno y misericordioso y está atento a nuestras
peticiones.
B. Si pertenecemos a Cristo Dios es nuestro Padre, somos sus hijos, y Él nos escucha y
nos atiende. No permita que esto le parezca demasiado simple, esto es una realidad
que debemos desear experimentar todos los días.
C. Experiencias vividas de oración y contestación de Dios… (Yuli a los 8 años, Alex a los
6 años). No olvide hacer la lista de oración, y cuando Dios conteste alguna hágalo
público aquí para darle gracias…

También podría gustarte