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Predica: 26 de Junio de 2016.

Si recordamos un poco nuestra niñez, podemos identificar un patrón que es común en toda
generación, deseamos ser más altos, crecer un poco más.

Ya sea para poder ingresar a los juegos mecánicos, o para realizar alguna actividad que demanda
un poco de mayor edad, o para poder desarrollar esa profesión con que tanto soñamos.

Cada día soy más alto.


Lectura: Filipenses 3: 12-21

(V.13-14). Pablo dice que su meta era conocer a Cristo, ser como El, y ser todo lo que Cristo
pensaba en cuanto a él. Esta meta absorbió todas sus energías. Esto es un ejemplo valioso para
nosotros. No debiéramos permitir que nada aparte la meta de nuestros ojos: conocer a Cristo.
Con la concentración de un atleta en entrenamiento, debemos poner a un lado todo lo que es
perjudicial y olvidarnos aun de las cosas buenas que podrían distraernos e impedir que seamos
cristianos efectivos. ¿Qué lo retiene?

Es así, que nosotros necesitamos desarrollarnos y crecer en la vida cristiana.

1 Necesidad de Crecimiento.

Cuando nosotros venimos a los pies de Cristo, empezamos a vivir una vida regenerada, la cual
necesita un proceso de desarrollo o crecimiento.

Uno de los nombres con que primero y más se designa al nuevo convertido, es cristiano. Es
discípulo. Un discípulo es uno que aprende, un alumno en la escuela de Cristo.

Hacerse cristiano es matricularse en esa escuela. Se puede comenzar con las cosas elementales y
avanzar grado a grado.

Los cristianos no desarrollados son llamados niños. Los maestros cristianos algunas veces
reprendieron a estos niños y manifestaron tristeza y desilusión porque no se habían desarrollado
en la vida cristiana.
Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a inmaduros,[a]
apenas niños en Cristo.
1 Corintios 3:1

Pero es importante considerar que hay muchos cristianos, que llevan gran parte de su vida
calentando las sillas y no avanzan.

En realidad, a estas alturas ya deberían ser maestros, y sin embargo necesitan que alguien
vuelva a enseñarles las verdades más elementales de la palabra de Dios. Dicho de otro modo,
necesitan leche en vez de alimento sólido.
Hebreos 5:12

Pero porque no vamos completando ese proceso de crecimiento. Tal vez porque seguimos
deseando ser y mantenernos como niños y no esforzarnos en olvidar lo que el pasado trae a
nosotros.

(V.13, 14) Pablo tenía razón para olvidar lo que estaba atrás: él cuidó la ropa de los que
apedrearon a Esteban, el primer mártir cristiano (Hechos 7:57-58; aquí Pablo es llamado Saulo).

Todos hemos hecho cosas de las que nos avergonzamos y vivimos en la tensión de lo que hemos
sido y de lo que queremos ser. Como nuestra esperanza está en Cristo, sin embargo, podemos
olvidar la culpa pasada y proyectarnos a lo que El nos ayudará a ser.

No se estanque en su pasado. Más bien, crezca en el conocimiento de Dios, concentrándose en


su relación con El ahora. Sepa que ha sido perdonado, y muévase en dirección a una vida de fe y
obediencia. Proyéctese hacia una vida plena y de mayor significado gracias a su esperanza en
Cristo.

Pedro exhorta a los cristianos a crecer en la gracia. (2 Pe. 3:18).

Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A


él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.[c]
2 Pedro 3:18

2 Enemigos del crecimiento.

En este proceso del crecimiento cristiano, es importante que tengamos en mente que a nuestro
alrededor tenemos grandes enemigos, y a veces ese enemigo somos nosotros mismos.
(V.15, 16). Algunas veces tratar de vivir una perfecta vida cristiana puede ser tan dificultoso que
nos puede agotar y desanimar. Podemos sentirnos tan lejos de lo perfecto, que nunca
agradaremos a Dios con nuestras vidas. Pablo usó el término perfecto (3.12), para significar
maduro o completo, no intachable en cada detalle.

Aquellos que son maduros deberían perseverar en el poder del Espíritu Santo, sabiendo que Cristo
revelará y llenará cualquier discrepancia entre lo que somos y lo que deberíamos ser. Esta
provisión de Cristo no es una excusa para una devoción pobre, pero provee alivio y confianza para
aquellos que se sienten apremiados.

Es importante que cada uno de nosotros empecemos a prepararnos día a día en el conocimiento
de la palabra, ya que ella será nuestra arma fundamental para la batalla.

Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades,
contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas
en las regiones celestiales.
Efesios 6:12

Porque vienen tiempos peligrosos.

Ahora bien, ten en cuenta que en los últimos días vendrán tiempos difíciles.
2 Timoteo 3:1

Muchas veces pensamos que hacernos cristianos es garantía de que toda lucha o aflicción
termina, pero estaría más cerca decir que es cuando las luchas empiezan.

Por eso nosotros debemos estar diariamente preparados para esa lucha, ya que como cristianos
ahora somos dos en uno.

Hay un hombre viejo y el nuevo. (Colosenses. 3:9-10).

Carne y espíritu (Romanos. 7:15-18 / Galatas. 5:16).

Entre estos dos hay una guerra incesante. La carne ha sido crucificada, pero hay que darle muerte
diariamente.
No es posible dar muerte a la carne de una vez por todas, de modo que ya no hay más necesidad
de sujetarla. Y a menos que la carne sea mantenida en sujeción, no podrá haber progreso en la
vida cristiana.

El progreso en la vida cristiana depende de la victoria sobre aquellos impulsos y tendencias que
en nuestra vida se oponen a la voluntad de Dios.

Pero la oposición al progreso en la vida cristiana no viene de adentro, sino también de afuera. El
mundo amontona todas aquellas fuerzas que operan en la sociedad humana que está a nuestro
derredor y que ofrecen resistencia a la voluntad de Dios.

Cuando Jesús estuvo sobre la tierra, no encontró una atmosfera amistosa, ni alentó a los
discípulos a que esperaran tenerla. Más bien les hizo las advertencias de que serían tratados como
Él lo había sido.

»Tengan cuidado con la gente; los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas.
Mateo 10:17

El diablo es el príncipe de este mundo (Juan. 12:31 / Juann. 14:30). Él es el que inspira y dirige
todas estas fuerzas interiores y exteriores del mal, y la emplea para derrumbar el carácter del
cristiano.

El cristiano debe resistir al diablo y el diablo huirá. (Stg. 4:7).

Nosotros podemos vencerlo por la sangre de Jesús y por la palabra de nuestro testimonio.

Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron
testimonio; no valoraron tanto su vida como para evitar la muerte.
Apocalipsis 12:11

3 Los medios para el crecimiento.

(V.16-17) La madurez cristiana implica actuar en base a la guía que usted ya ha recibido. Siempre
podemos excusarnos diciendo que todavía tenemos mucho por aprender. La instrucción para
nosotros es vivir de acuerdo con lo que ya conocemos y dejar aquello que ya aprendimos que no
debemos hacer. No nos conviene distraernos con una búsqueda interminable de la verdad.
Pablo desafió a los filipenses a buscar la semejanza a Cristo, invitándolos a que siguieran su
ejemplo. Esto no significaba, naturalmente, que debían copiar cada cosa que él hacía; él ya había
establecido que no era perfecto (3.12).

Quiso darles a entender que así como su vida estaba centrada en Cristo, la de ellos también
debería estarlo.

Por eso debemos entender que para realizar nuestro desarrollo cristianos, debemos enfocarnos
en los medios de crecimiento para lograrlo.

Por los medios del crecimiento entendemos aquellas directrices y fuerzas que contribuyen
directamente a nuestro avance. Incluyen todos aquellos medios o directrices por los cuales nos
familiarizamos con los principios del evangelio de Cristo, son iguales a los medios por los cuales
nos relacionamos con el evangelio del salvador, tales como la iglesia, el ministerio, las ordenanzas,
la biblia, la oración, la influencia personal y el testimonio.

Estos son medios por los cuales somos capacitados para apropiarnos de la gracia de Dios.

Pablo hablando de su eficiencia en la vida cristiana, dice:

“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he
trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. (1Co 15:10 RV 1960)”.

4 Condición para el crecimiento.

Debe haber un continuo y creciente repudio al pecado y una oposición a él en nuestra vida, y una
continua y creciente dependencia de Cristo.

(V.17-21) Pablo criticó no solo a los judaizantes, sino también a los cristianos autoindulgentes.
Estas son personas que afirman ser cristianos pero no viven de acuerdo al modelo de Cristo, en
cuanto a su servicio y sacrificio.

Satisfacen sus propios deseos, aun pensando en las necesidades de otros. La libertad en Cristo no
significa libertad para ser egoísta. Significa oportunidad para servir y llegar a ser la mejor persona
que usted puede ser.
Diciéndolo de otra forma, nuestro crecimiento en la vida cristiana es el crecimiento de nuestra
Fe. El aumento de la Fe es el crecimiento de la vida divina en nosotros.

Una de las leyes para el desarrollo espiritual es que debe haber lucha contra el mal dentro de
nosotros mismos y en el mundo que nos rodea.

Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la


verdad.
1 Juan 1:8

(V.20) Los ciudadanos de Filipos tenían los mismos derechos y privilegios que los de Roma porque
Filipos era una colonia romana.

De igual manera los cristianos experimentaremos un día todos los privilegios especiales de
nuestra ciudadanía celestial porque pertenecemos a Cristo. No nos apeguemos tanto a esta vida
que lleguemos a lamentar el regreso de Cristo.

(V.21) El "cuerpo de la humillación" no representa una actitud negativa hacia el cuerpo humano.
Sin embargo, el cuerpo que recibiremos cuando resucitemos será similar al cuerpo resucitado de
Cristo. Aquellos que lucharon contra el dolor, las limitaciones físicas o la incapacidad pueden
tener una maravillosa esperanza en la resurrección.

5 Conclusión.

La meta de este crecimiento no es nada menos que el dechado de carácter cristiano perfecto,
esto es que amemos a Dios con todas nuestras fuerzas de nuestro ser y a nuestro prójimo como
a nosotros mismos

Uno de los maestros de la ley se acercó y los oyó discutiendo. Al ver lo bien que Jesús les había
contestado, le preguntó: —De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante? —El más
importante es: “Oye, Israel. El Señor nuestro Dios es el único Señor[d] —contestó Jesús—. Ama
al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus
fuerzas.”[e] El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.”[f] No hay otro mandamiento
más importante que éstos.
Marcos 12:28-31

Es llegar a ser como Cristo. (2 Co. 3:18).

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