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Warma Kuyaya Jose M. A
Warma Kuyaya Jose M. A
Junto al casero hay una cascada; entre las piedras el agua se vuelve blanca y
suena fuerte. En las noches, cuando todo estaba callado, esa cascada levantaba
su sonido y pareca cantar.
El charanguero daba vueltas alrededor del crculo dando nimos; gritando como
potro enamorado. En esos instantes apareci don Froyln y los larg a todos para
que se vayan a dormir.
El Kutu, que era un indio fornido, lo levant como quien alza un becerro y lo ech
sobre su cama dicindole que la Justina tena corazn para l, pero que ella senta
miedo porque l era un muchacho todava.
Ernesto senta luna rabia irrefrenable por lo que haba hecho don Froyln, llegando
a decirle a Kutu que cuando fuera grande lo matara.
Era tanta su sed de venganza que incit a Kutu para que matara a don Froyln,
con su honda, como si fuera un puma ladrn. Ante la negativa del indio, Ernesto
lo acus de cobarde y le dijo que se largara porque en Viseca ya no serva.
Dos semanas despus, Kutu pidi licencia y se fue. La ta de Ernesto llor por l;
como si hubiera perdido a su hijo. Ernesto se qued junto a don Froyln, pero
cerca de Justina; de su Justinacha ingrata. Ya no fue desgraciado.
La mirada desde lejos; era casi feliz porque su amor por Justina era un Warma
Kuyay (amor de nio) y no crea tener derecho todava sobre ella; saba que tena
que ser de otro, de un hombre grande que empuara ya el zurriago, el mismo
ltigo con que Kutu masacraba los becerros ms finos y delicados de don Froyln,
como queriendo as, lavar el honor de la Justina.
Ernesto vivi alegre en esa quebrada verde y llena del calor amoroso del sol, hasta
que un da hubo de abandonar aquella tierra que amaba tanto y que era su
ambiente, para vivir plido y amargado, como una animal de los llanos fros,
llevado a la orilla del mar, sobre los arenales candentes y extraos.