La neurociencia ha crecido de forma espectacular desde la ltima dcada
del siglo pasado. Hasta los aos noventa, el acceso al conocimiento del cerebro humano se limitaba al estudio de pacientes con dado cerebral; es decir, se aprenda sobre las funciones del cerebro a travs del estudio de sus disfunciones, o estados patolgicos. con el desarrollo de las nuevas tcnicas de exploracin mdica, sin embargo, se ha logrado estudiar el cerero tambin en su estado normal de funcionamiento. El desarrollo de estos nuevos medios de exploracin, as como de nuevas perspectivas matemticas, informtica y tericas, se ha visto muy respaldado en los ltimos aos por las cuantiosas inversiones de diversos gobiernos. Esta clase de programas de investigacin se enmarcan en lo que ha dado en llamarse gran ciencia, o big science, la cual naci a mediados del siglo pasado con el proyecto manhattan. Algo podemos aprender de esta breve historia. El PGH dejo un sabor agridulce. La secuenciacin del genoma humano fue un xito, pero no cubri ni de lejos las desmedidas expectativas con las que se impuls el programa, ni en el terreno medico ni el filosfico. Lo que, si nos mostr PGH una enseanza muy valiosa, por cierto, es que no todo est en los genes, nada ejemplifica mejor la dinmica de expectativas desmedidas, quizs orientadas a la captacin de fondos, seguidas de decepciones. La situacin es hoy muy inestable y ha cambiado considerablemente entre 2013y 2015, los grandes proyectos cientficos dependen de manera critica de factores mediticos, polticos y financieros, parece que esto inclina a sus promotores a formular, o al menos a seguir, promesas y expectativas desmedidas. Mientras que la neurociencia entienda en modo su no augura sino frustracin, la neurociencia en modo co tiene un gran valor ya en el presente y promete un futuro muy esperanzador, pues nos ayudara a conocer una parte de las condiciones de posibilidad de nuestro comportamiento y de nuestro pensamiento.