Está en la página 1de 196
ETICA, PROFESION x. CIUDADANIA Una ética civica para la vida en comtn Dora ELVIRA GARCIA GONZALEZ Coordinadora Primera reimpresion EDITORIAL (Ziq PORRUA ARGENTINA 15 @& < MEXICO, 2010 Ce ECNOLOGICO DE MONTERREY. Primera edicién, 2008 Copyright © 2010 DorA ELVIRA GARCIA GONZALEZ Esta obra y sus caracteristicas son propiedad de EDITORIAL PORRUA, SA de CV 8 Av. Repablica Argentina 15 altos, col. Centro, 06020, México, DF ‘www.porrua.com Queda hecho el depésito que marca la ley Derechos reservados ISBN 978-970-07-7763-4 IMPRESO EN MEXICO PRINTED IN MEXICO INDICE WNrmopuconon 2. 2... ss a Aaaligned gh olqinaie? a7. Dora Elvira Garcia CapiTULo 1 EL SENTIDO DEL TRABAJO EN LA SOCIEDAD CONTEMPORANEA Sofia Reding / Alberto Constante Contexto mundial: politica, economia y sociedad El trabajo en una sociedad de organizaciones. En la gestaci6n de la nocién de trabajo . . . Profesién, empleo y actividad: el sentido del trabajo y la alienacin BwRE Capéruto 2 LAS PROFESIONES COMO FENOMENO SOCIAL Rafael M. de Gasperin Gasperin / Susana M. Patifio Gonzélez INTRODUCCION © 2 ee ee 2.1. Las profesiones desde la perspectiva histérica. 2.1.1. Caracterizacién de las profesiones: objetos de estudio y 4m- bito de aplicacion. 2... 2... 2.2. La dimensién ética y social de las profesiones 2.3. Competencias éticas y recursos morales del profesional 2.4. La responsividad ética en el marco de las profesiones . Captruto 3 TEMAS BASICOS DEL EJERCICIO PROFESIONAL Marina Gonzélez Martinez / Alberto Hernéndez Baqueiro INTRODUCCION. . 2... 2. eee eee so « DAA CoM 12 20 29 3 34 1: 42 45 49 vit a1. 32. 3.3 3.4. a5 3.6. 4A. 42. 43. 44. 45. 46. INDICE Autoridad, poder e influencia en el ejercicio de la profesién Deberes y derechos del profesional... . 2... - Dignificacién de la profesién . . . Idea de la ética profesional: los principios éticos de las profesiones Principios de ética profesional ee. .1, Principio de autonomia. ........--.-- Principio de respeto alas personas... . ~~. « Principio de responsabilidad Be eee 4. Principio de precaucién cease ans ie ecat ja Principio de no maleficencia.. 2... 25. Principio de beneficencia. .. 2... .-.. 0% es 3.5.7. Principio de justicia . . . he Taek ok era a Los alcances de los cédigos de ética. |)... te ww ww ww CapiTuLo 4 EL MARCO LEGAL DEL EJERCICIO DE LAS PROFESIONES Juan Ramirez Marin Las profesiones: Marco legal internacional... . ... .. Vile RO ee te América del Norte... . . woe ee eee Unién Mundial de Profesiones Liberales Marco legal de las profesiones en México Responsabilidades civiles y penales . . . La Ley de profesiones en México . . . . Los colegios o agrupaciones de profesionales . dis 4.5.1. Funcién de las tarifas, honorarios y aranceles. . . . Btica y normatividad legal... . . . 4.6.1. Etica y derecho en un mundo global - CapiruLo 5 EL DISCERNIMIENTO DE DILEMAS ETICOS EN LAS PROFESIONES Ivén Cepeda Mayorga / Shannon Shea A manera de introduccién, équé es un dilema ético? Los dilemas éticos dentro de la préctica profesional . Una propuesta metodolégica como punto de partida. . . La dificultad de ‘la’ solucién. Una reflexién ética sobre cada situa- cién y los valores en conflicto. ee eee Documentacién de la realidad... | Diferentes enfoques sobre la toma de decisiones dentro de los dile- min ACOR a ve as w cis seis 53 55 58 60 64 65 66 67 68 69 70 A 72 79 79 84 87 87 89 93 97 101 101 103 112 117 119 128 132 133 INDICE CaptruLo 6 ETICA CiVICA EN LA VIDA PROFESIONAL Martha B. Ochmann Ikanowicz / Dora Elvira Garcia La ética de los ciudadanos . Etica ciudadana y responsabilidad profesional Consideraciones teéricas sobre los modelos de participacién ciuda- Tes fetcaee A a Sauer a ps Sawer eens tae 6.4. Etica ciudadana en las relaciones familiares. 6.5. Ciudadania y consumo... .. 2... 2. 6.6. Imperativos civicos: la responsabilidad y el compromiso sociales BIBLIOGRAFIA GENERAL... . ‘SEMBLANZA DE LOS AUTORES 139 143 143 151 154 158 165 171 a aotat @ ouurind AAMOIZTIORT ACIV 4.1 KE_ADIVIO avrTa = solwousdl enssrlsO .€ adr sine avi wo \ eet ; +=, sotumbabuis' en} ob anit) 61 eet ri babilidsenogen ¥ snabebuis e224 “huis mbioagisire h solaboia aol sidan ushaet eoaivembiats) Qicasss 1a ere tar vite sini lm sini $001. cop Shad Res SOs os aa ¢ alrababuiD eer. alain oiler Gs abiinmajien aE iether aot ee Stn en ne nlNMEATO AR ROOL TEL +O 28 ae INTRODUCCION Las dificultades no cesan de aparecer cuando pensamos sobre los al- cances que tiene la ética en la vida de las personas. Uno de los ambitos en los que nos desarrollamos es el espacio piblico, en donde llevamos a cabo gran parte de nuestras acciones, tanto profesionales como civicas. La relevancia de estas actividades atiende a que son ellas a través de las cuales nos desarrollamos en tanto personas éticas en el mundo. Y si como hemos sefialado que “pensar la ética no es una cuestién sobre la que podamos optar; [...] la ética se nos ofrece como una necesidad de sobrevivencia, como un camino para construir una vida mejor, solida- ria y productiva”,! entonces es la plaza ptiblica el espacio en el que he- mos de plenificarnos éticamente. La construccién sefialada se genera siempre en, por y con los demas, es decir, en un espacio en el que esta- mos siempre compartiendo con los otros. Este espacio piblico —en el que nos desarrollamos integramente como personas—, se bifurca en dos ambitos que son complementarios: el profesional y el civico. En es- tos terrenos nos expresamos indefectiblemente como personas éticas. Si la humanidad necesita lo humano para decirse es porque las personas estamos compartiendo y, a la par, edificandonos mutuamente a través de las acciones compartidas. Estas acciones son de diversa indole pero se erigen en lo que est conformado por el espacio piiblico y se sustenta en las acciones morales. Asi lo ha entendido el Tecnolégico de Monterrey en tanto institucién que educa para las acciones profesionales y civicas, y por ello de nuevo sefialamos —como lo hacfamos en el texto de Etica, persona y socie- dad— que directivos y profesores nos hemos dado cuenta que es impor- tante tener estudiantes de excelencia si, s6lo si, ellos se comportan a la altura de las exigencias de nuestro tiempo. De otra manera no estare- mos formando estudiantes comprometidos y responsables para con su persona, su comunidad y su sociedad. Si no logramos como profesiona- les y como institucién educativa generar una conciencia critica que 1 Dora Elvira Garcia y Jorge Traslosheros, Etica, persona y sociedad. Una ética para Ja vida, México, Porria/Tecnolégico de Monterrey, 2007, p. XI. XI xi INTRODUCCION * Dora Elvira Garcla promueva la formacién de estudiantes comprometidos, responsables y solidarios con su comunidad, nuestra labor como educadores de profe- sionales ser vacua y fatil. Si, por el contrario, conseguimos formar personas integras y humanamente relevantes, seguro estaremos contri- buyendo a construir una sociedad con ciudadanos sensibles, criticos, responsables y solidarios que apuntalarén a una sociedad més humana, mis justa y con motivos esperanzadores. Educar y formar es mucho més que ensefiar e informar, porque por medio de ia educacién —ademas de transferir un conjunto de conocimientos y de erigir habilidades que nos permiten continuar cada quien de manera auténoma con el apren- dizaje—, es preciso robustecer las actitudes, modelar el cardcter y, so- bre todo, transmitir y comunicar un sentido. La preocupacién siempre constante que tenemos los educadores de formar a nuestros estudiantes para enfrentar los retos que la vida social y profesional impone, nos obliga a darles herramientas propicias para que en los momentos cruciales puedan ayudarse a decidir deliberativa y criticamente sobre cémo actuar de manera ética. Es obvio que no se trata de darles recetarios 0 decélogos, sino que, nuestra tarea se centra en procurar e intentar que ellos —a partir de cavilaciones criticas y re- flexivas—, zanjen las problematicas mds acuciantes de la vida que en nuestra sociedad nos ha tocado vivir. Los estudiantes, en tanto ciudadanos que han tenido la posibilidad y el privilegio de estudiar, han de dar cuenta no sélo de su preparacién te6rica y especifica de cada una de sus especialidades profesionales, sino que habrén de mostrar de forma activa que se han formado huma- namente. Esto significa que ostentan un proceder critico y concienzu- do, de manera que tal formaci6n se orienta a dar cuenta de nuestra va- Ifa como personas, sin ropajes ni accesorios, sino mostrandonos como nos comportamos con los demas a través de nuestras acciones en el es- pacio piiblico. No es posible renunciar a los criterios morales so pena de poner en riesgo —como las evidencias nos lo muestran— la mism{sima subsisten- cia de lo humano y, por ende de lo social, en donde se impregna lo civi- co y lo profesional. E] Tecnolégico de Monterrey se ha planteado una enorme tarea que apuesta por generar una educacién que integre la profesionalizacién con una formacién de caracter humano en los educandos. Tal educa- cién/formacién ha de proveerles también de responsabilidad de carac- ter social que ha de explicar el compromiso civico-social para con su comunidad. De ahi que los diversos proyectos que se han generado vi- gorizan los enormes esfuerzos para promover la formaci6n civica y so- cial de los ciudadanos que esta planteada en los contenidos de la Mi- sién del Tecnolégico de Monterrey. Mediante tal cometido se afianza nuestro Instituto como generador de conocimiento relevante en el area INTRODUCCION + Dora Elvira Gareta xm de las humanidades, pensadas éstas como el soporte fundamental sobre el que se asienta la realidad social, civica, profesional y cultural de lo humano. Por eso, volvemos a insistir en que la humanizacién tiene que ver con una profunda y verdadera construcci6n de las estructuras mo- rales que son las que nos hacen poco a poco, mas sabios. Pero tal sabi- duria no la conseguiremos si no reconocemos nuestros propios limites y nuestra falibilidad, y si no somos mas indulgentes con los demas. Estas cuestiones se aprenden teérica y practicamente en el ejercicio cotidiano y constituyen un reto de nuestro sentido moral, que al ejecutarse com- ponen la verdadera sabiduria humana. Por eso es que tenemos que ha- cer entender a nuestros educandos que el estudio tiene que hacernos mejores personas. Ahi radica el afan de nuestra institucién por hacer crecer a los estudiantes mediante su “formaci6n,” forjando estructuras en ellos mismos que den sentido y significado a lo que hacen habitual- mente. Sdlo asi podremos pensar en la posibilidad de hacer mas vivible y mas digno este mundo y esta sociedad en la que habitamos, teniendo la esperanza de que probablemente recogeremos frutos plenos después de una ardua faena de siembra y cultivo, La publicacin de Etica, profesién y ciudadanta. Una ética ctvica para la vida en comin en el trabajo profesional y en el ambito de lo pabli- co/politico completa las intenciones iniciales en Etica, persona y socie- dad. Una ética para la vida, que constituye un acercamiento al estudio de las cuestiones éticas fundamentales. De esta manera puede pensarse como la continuacién de este ultimo. Etica profesién y ciudadanta... aporta reflexiones que interesan a la sociedad en su conjunto porque discurre en torno a algunos problemas éticos que cotidianamente vivi mos en los Ambitos profesional y civico; y tales dificultades nos enfren- tan a la toma de decisiones. Ademis, el presente libro apoya las asignaturas que contintian desa- rrollandose en el Tecnolégico de Monterrey en su Misién 2005-2015 sustentada en sus programas de Formacién Humana, que a su vez se conforma, al menos en parte, por las materias en torno a la ética. Tales asignaturas pretenden promover el desarrollo de la conciencia moral y con ello la mejora de nuestra sociedad a la par del desarrollo de carac- ter profesional de los estudiantes. De este modo, tal programa se articu- la a través de las materias humanisticas que van desde el mismo apren- dizaje del uso del lenguaje en la escritura, hasta el estudio de la realidad social de México y el mundo, pasando por las cuestiones del desarrollo de la ciencia y la tecnologia, y finalmente, encontrando en el problema ético el punto de fuga de todas nuestras reflexiones. Asi, si bien este texto ha sido generado a partir de las metas educati- vas espectficas que el Tecnolégico de Monterrey se ha planteado, sin embargo esto no quiere decir que se restrinja a los estudiantes de esta xiv INTRODUCCION * Dora Elvira Garcia institucién. Sus pretensiones no se limitan a unos estudiantes mexica- nos excluyendo a otros. Los problemas de nuestro pais nos atafien a to- dos y entre todos tenemos que intentar solucionarlos o superarlos. Por ello, las reflexiones aqui vertidas por especialistas, estan dirigidas a promover el pensamiento critico y responsable de los jévenes mexica- nos del nivel de educacién superior, en el intento de generar una con- ciencia de su tan problemético entorno, y con él, el compromiso y la responsabilidad tan fundamental en su actuar profesional y ciudadano. De esta manera, quienes hemos participado en este libro estamos profundamente motivados a vislumbrar un pafs mejor, més justo, mas comprometido con las causas sociales y con las necesidades de diversas indoles de sus pobladores. La motivacién para ver que las cosas cam- bien tiene —a nuestro parecer— que enriquecerse y abrirse a partir de las reflexiones académicas de especialistas que dan luz ante los proble- mas morales que vivimos, y que resultan ser tan complicados. Los académicos e investigadores participantes tienen un reconoci- miento en la labor que realizan en tanto educadores. Algunos son miembros del Sistema Nacional de Investigadores, y participan de ma- nera colaborativa en el proyecto que el Tecnolégico de Monterrey ha emprendido. De ahi que Etica, profesién y ciudadania... intente ayudar a los estudiantes en la comprensi6n de las cuestiones éticas en lo profe- sional y en el Ambito civico, y aspire asimismo, a apoyar a los profeso- res en sus cursos. Con este libro intentamos orientar en primer lugar, las reflexiones en torno a los problemas éticos, para que en un segundo momento los contenidos teéricos iluminen sus acciones como personas que dan cuenta de sus acciones y que se comprometen con su comunidad. Tam- bién y como eje central de nuestras pretensiones intentamos generar en nuestros estudiantes que, como personas integras, construyan un senti- do y una conciencia social. S6lo asi podremos pensar que el proyecto que es la Misién del Tecnolégico de Monterrey puede cristalizarse y so- lidificarse a través de lo que poco a poco, dfa a dia y con un 4nimo in- cansable podamos pensar y anhelar para cimentar un pais mas justo, més equitativo, mds consciente de sus carencias, mas responsable, mas comprometido y con una mucho mayor vocacién de servicio. La centralidad del tema de la ética en la actualidad nos obliga a re- flexionar sobre aquellos problemas que cotidianamente enfrentamos en los espacios en los que nos desarrollamos, ya sean profesionales o civi- cos, espacios que estan en la escena publica. Este es el marco de las re- flexiones que ahora ponemos en manos del lector y que como docentes nos hemos planteado de manera comprometida a formar personas criti- cas, integras, responsables, con la capacidad de discernimiento ético y INTRODUCCION * Dora Elvira Garefa xv en el 4nimo de construir una sociedad més justa, més comprometida, més solidaria y mas esperanzada en el futuro que ha de ser mejor. Este libro es una invitacién a repensar sobre las cuestiones profesio- nales y ciudadanas y sus repercusiones en la vida comin de quienes convivimos en un pais como el nuestro, con sus peculiaridades y virtu- des, pero también con sus vicios. Y es en éstos en los que la formacién —como construccién consciente de las personas— tiene un reto, en el Animo de posibilitar un espacio pablico menos complicado y menos agresivo. Desde aqui es que podemos imaginar un mundo mejor y més especificamente, una sociedad més justa, més pacifica partiendo de nuestro propio actuar. Seguramente las cosas serfan diferentes si ante los panoramas oscuros que se nos presentan actuéramos de manera més solidaria y comprometida para con aquellos que comparten ese es- pacio ptiblico. Las costumbres, las mores, el comportamiento efectivo y real de las personas vienen a ser el “espiritu” de una época, de manera que en ellas se refleja mucho lo que una sociedad es. Estos comportamientos muestran, de manera importante, ciertos condicionamientos de tipos diferentes: el econémico, el social y el politico. Es partir de tales ele- mentos que condicionan nuestro actuar, que podemos hablar de las for- mas sociales de vida, la moral efectiva, diria Aranguren y esta moral de- manda aquello que es lo posible El primer condicionamiento ya valorado desde Adam Smith surgié desgajandose a partir de la filosofia moral que ensefiaba en la universidad de Glasgow, mostrando que la presencia de la filosofia no es ajena a la de la economia, como lo sefiala en la Teoria de los sentimientos morales cuestién que podemos rastrear desde Aristételes, Asi el ambito de la economia se permea hoy dia en to- dos los campos humanos, pero campea principalmente en el profesio- nal. Por ello es importante entender que si bien en el ambito profesional el trabajo es una accién muy relevante que se relaciona indefectible- mente con lo econémico, esto no significa que necesaria y terminante- mente soslaye el campo de la moral. Educar para la convivencia es un reto enorme ya que el espacio pi- blico esté marcado por la “impronta de una fuerte competencia, esta la contradiccién de pretender educar —de suyo— transmitir sentido en el seno de una cultura en la que el sentido se ha disipado”.3 Y esa pérdida de sentido —que ya sefialabamos en el libro de Etica, persona y socie- 2 José Luis Aranguren, Moral y sociedad, Madrid, Taurus, 1981, p. 8. Las cursivas son del autor. 3 José Antonio Pérez Tapias, Educacin democratica y ciudadania intercultural. Cér- doba, Argentina, Secretaria General del II Congreso Nacional de educacién; II Interna- cional, 2001, p. 99. XxvI INTRODUCCION + Dora Elvira Gareta dad. Una ética para la vida— ha implicado la conformacién de una civi- lizacién que se ha puesto al servicio de intereses que, lejos de buscar una mejora para toda la sociedad integral, responden a la toma de ven- tajas principalmente econémicas de grupos y clases dominantes que se ubican en medio de relaciones sociales profundamente asimétricas. Y esta situacién ademas de generar hondas injusticias en lo econémico y lo social, también se extiende a otros campos de la realidad social en donde ha impuesto su racionalidad reduccionista, que todo lo somete a criterios de utilidad y eficiencia. De ahi que, para que la educacién sea moral y dote de verdadera formacién —en la que se cifre su raz6n de ser— necesita recuperar un sentido que transmitir.4 Y ese sentido se podra reconstruir desde aque- Ios elementos comunitariamente participados en donde podemos reen- contrar el sentido de nuestra humanidad compartida, inicamente a tra- vés de la reflexién de cardcter ético. La complejidad de la vida humana —tan tinica y tan diversa— ha de resolverse mediante el pensamiento critico. Este, deseable en todo uni- versitario y elemento fundamental en todo proceso educativo, parte de un compromiso sin regateos con la btisqueda incansable y honesta de la verdad, de la justicia, de lo bello, de lo bueno, de lo que es justo. Por eso, el pensamiento critico discierne, busca, se compromete, propone y genera crecimiento de la persona, pues pone en movimiento sus poten- cialidades que son las que nos hacen enriquecernos y crecer en tanto personas. Cada uno de los capitulos de este libro expone y problematiza cues- tiones centrales de la vida de las personas que se desarrollan vitalmente en el espacio publico, e incita a reflexiones que nos han de impulsar a comprometernos con nosotros mismos y con los demas, y consecuente- mente con la sociedad y el mundo. Después de haber expuesto en Erica, persona y sociedad la importancia de la ética y las distinciones en torno a sus diversas acepciones, y al haber postulado como elemento primor- dial de lo ético a la persona y planteado las capacidades fundamental- mente éticas del ser humano y su consecuente valor de elegir asi como haber explicitado la estructura del acto moral, al aclarar lo que es la ética civica —al estudiar las cuestiones del universalismo y relativismo, o las concepciones fundamentales de cémo esta configurado el mundo humano en tanto plural y en el marco de la explicacién de la tolerancia, en la trascendencia del actuar humano, desde las perspectivas de la ob- jetividad o la subjetividad de las acciones éticas, desde la construcci6n de la ciudadania, o desde el punto de vista del desarrollo que piensa en + Ibid., p. 100. INTRODUCCION * Dora Elvira Garcta xvII las mejoras materiales tan urgidas moralmente, 0 también al plantear a la ética como elemento central para la construcci6n de un proyecto de vida que incluya e implique la intersubjetividad—, todo esto finalmente, ha de poder postularse como una utopia real. Y esto significa que esta- mos pensando en que es posible visumbrar un mundo mejor. En esta casi interminable lista se enmarcan nuestras preocupaciones que han de ser saldadas tinicamente cuando los aprendices logren realizar ac- ciones con conciencia critica y mediante el proceso deliberativo que se- guramente habra de llevarlos a realizar acciones congruentes que segu- ramente mejoraran este nuestro mundo y a nuestra sociedad en la que estamos insertos. Tal vez ahora nos quede més claro el compromiso de los profesores y directivos del Tecnolégico de Monterrey con sus alumnos. El compro- miso profundo que implican las palabras de nuestra misién nos mues- tra la relevancia que tiene nuestra tarea que ha de abocarse necesaria- mente a la ensefianza de estos procesos éticos. De esto precisamente trata el libro que ahora tenemos en nuestras manos, del necesario, bello y dificil arte de transformarnos y construirnos en personas libres, res- ponsables, reflexivas y concientes en el marco profesional y ciudadano. Por ello, y para que no suceda la devaluacién de lo humano que se genera con las acciones egoistas y las desviaciones de la conducta, es preciso que repensemos y evaluemos lo propiamente ético. De abi la re- levancia y la insistencia en el desarrollo del discernimiento ético y de la capacidad de reflexién, es decir, del andlisis de esas acciones que nos constituyen como personas conscientes y cuya ausencia destruye lo humano. La construccién de las relaciones sociales que desgraciada- mente muchas veces nace y se desarrolla sobre la base de la complici- dad y de la competencia en intercambios de uso mutuo, ha de reivindi- carse mediante los recursos de las acciones humanas conscientes y criticas y preocupadas por lo humano. Sélo mediante ellas es que pode- mos cambiar la vision de percibir al mundo como un gran supermerca- do en el cual se escoge lo que sirva en el momento, incluidos seres hu- manos. Los individuos, al desconocer a los demas como personas y sélo reconocerlos como objetos de uso, acabar4n por aplastarlos. El indivi- duo, en la medida en que vive disperso y aislado de los demas, incluso ‘cuando esta rodeado de multitudes, manifiesta poca coherencia entre lo que dice, siente, piensa y hace, y la soledad lo invade indefectiblemente. En no pocas ocasiones, y ante el vacfo humano en el que se encuentran estos individuos es que se rigen bajo el principio del poder y la domina- cién, de la instrumentalizacién y el uso util de todo. El presente libro se orienta a pensar la ética en lo que viene a ser la plaza publica, concepto de la ciudadania en la Grecia Antigua en donde predominaba la vision organicista de la sociedad, en la cual el indivi- xvi INTRODUCCION * Dora Elvira Garcia duo tenia valor en tanto parte de una comunidad. Las aspiraciones per- sonales estaban sometidas al bien de la comunidad y la conducta social era una regla que orientaba a los individuos a buscar siempre el bien comtin. En contraste, hoy en dia, los individuos nos concebimos como fines en si mismos, particulas autosuficientes y aisladas de la vida so- cial, orientadas a la bisqueda de nuestra propia felicidad. De ahi que, en aras de restituir el tesoro perdido —del que habla Arendt y que en este caso seria la pérdida del espacio puiblico, en donde se construye el espacio de lo civico y lo social como lugar de edificacién humana—, nuestra tarea ha de ser repensar la ética civica. Es preciso que se bus- que el fundamento antropolégico en una racionalidad abierta, inclusi- va, razonable que pugne por mantener la cooperacién y la participa- cién como deberes éticos ineludibles. Entonces, la presencia de la ética en la plaza publica se articula con las tareas individuales/comunes en marcos intersubjetivos y asociacionistas. Esto conducird a poder pensar en la construccién de una ciudadania cercana a la ciudadania clasica con los griegos 0 los romanos, en donde los bienes publicos habran de prevalecer sobre los intereses individuales. La teoria liberal —que surge en la Modernidad— plantea como un imperativo el considerar el bien ptiblico pensado ya como deberes del ciudadano o en cuestiones de ci- vismo que se reciben a cambio de la proteccién, en el ambito de lo pit- blico, de sus derechos propiamente civicos (elecciones, comunicacién de las opiniones, asociaciones). También se protegen los derechos natu- rales tales como la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresi6n. Es importante sefialar que la ciudadan{a protege a las per- sonas frente a la amenaza del individualismo que los exilia al ambito de lo privado, muy al contrario de lo que sefialaban los antiguos, quienes promovian la participaci6n y la virtud civica, que era la virtud publica. En ese sentido, el estatus de ser un ciudadano es determinado por la ley, y aunque el concepto de ciudadania hace referencia a este estatus, puede ser desplegado para argumentar que las personas tienen dere- chos como consecuencia de su posicién en una comunidad o en un gru- po politico. La nocién de ciudadania se puede ver como crucial en las luchas emancipatorias y de humanizacién que pugnan por la superacién de la desigualdad, la exclusién social y econémica. La ciudadania basada en lazos y criterios morales constituye una esperanza, ya que si los ciuda- danos son receptaculo de valores civicos, seguramente a partir de ellos el mundo marcharé mejor de lo que lo hace, porque como ya se ha di- cho mucho, una declaracién de derechos implica una declaracién de deberes. Educar para la ciudadania puede alcanzarse no mediante con- ceptos de cardcter teérico, sino sobre todo a través de la accién, a tra- vés de la interaccién con la comunidad y sus fuerzas vivas. INTRODUCCION * Dora Elvira Garefa xix Podemos reflexionar en que existen imperativos civicos que pel ten pensar en alcanzar la justicia. Tales imperativos son la responsabi dad y el compromiso sociales. La necesidad de promover la reciprocidad de cardcter moral ha de apoyarse en estas categorias de la responsabilidad y el compromiso. Ta- les principios constituyen condiciones morales irrevocables con las que se fortalecen las correlaciones que obligan a tomar las riendas del desti- no de cada sociedad, mas allé del mundo de los contratos y de los cam- bios en el mercado. Con ello se fortalecen las realizaciones y construc- ciones mutuas, y es en tales referentes morales en donde se puede apreciar que constituyen el intento mds poderoso para humanizar el destino de tales sociedades. Esto quiere decir que la fuente de accién est entre los mismos participantes, quienes en el marco de sus posibili- dades, hacen viables los proyectos sociopoliticos con vistas a alcanzar la justicia. Los ideales o principios regulativos perseguidos dan continuidad y dignidad a la vida, y lo que restaura y reintegra la moralidad en un mundo incierto es, en un primer momento, la idea de responsabilidad, que ayuda de manera importante a modelar la situacién que las socie- dades pueden tener en el futuro porque da cuenta de las acciones que estén por venir. La moralidad es integral a cuestiones como la respon- sabilidad y la esperanza, y en tal moralidad se cifran los ideales que se van realizando a través de las acciones que hacemos, los principios por los cuales vivimos y las relaciones que se generan y fortalecen. La espe- ranza defiende la fe de que juntos podemos hacer las cosas mejores, y como es una virtud activa requiere de un enorme coraje, caracteristica de los héroes griegos que demanda de enorme fuerza espiritual y de un contenido conceptual importante que nace de la creencia de que las fuentes de la accién estan en nosotros mismos. tae El primer capitulo de Sofia Reding y Alberto Constante versa sobre el sentido del trabajo en la sociedad contempordnea. En é1 se sefiala que el capitalismo actual tiene un cardcter eminentemente postindustrial que implica la financiarizacion de la economia y el declive del trabajo. Este Ultimo es entendido s6lo como empleo y remunerado con salarios mini- mos que no permiten la realizacion de las capacidades propias de lo humano. El trabajo va desapareciendo y con él, los grupos sociales que le dieron vida, para dar lugar a un mundo de competencias restringidas al campo de las tecnologias de la informacién y la comunicacién. La enorme riqueza producida por las empresas insertas en la llamada Ter- x INTRODUCCION + Dora Eivira Garcia cera Revolucién Industrial, contrasta inmoralmente con la creciente desorganizacién sindical, el escandaloso aumento del desempleo y la injusta valoracién que los grupos hegeménicos hacen del desempleado. Estos problemas nos Ilevaran a pensar en la relacién entre pérdida del trabajo y pérdida del cardcter de ciudadania pues donde no hay un tra- bajo decente para todos, hay marginacién y violencia. El segundo capitulo incursiona en las profesiones como fendmeno social. En él Susana Patifio y Rafael Gasperin analizan la evolucién de las profesiones para plantearlas desde un paradigma renovado que ar- ticula desarrollo profesional y compromiso social; formacién huma- nistica y preparaci6n tecno-cientifica. Se aborda el problema de la legi- timacién social de las profesiones desde la ética civica y los bienes inter- nos que han de caracterizar toda actividad profesional; se argumenta que los profesionistas tienen una deuda social y estn obligados a desa- rrollar competencias éticas y recursos morales para regular el poder so- cial que representan en su calidad de expertos; se afirma que el valor del profesional no puede estar determinado s6lo por su competencia técnica sino por la justicia y el bien social que procure con su actividad. Por tltimo, se introduce la nocién de responsividad ética como me- diacién légica entre la aspiracién personal y la exigencia de una ética social en un contexto como el latinoamericano. Esta nocién puede constituirse como marco de referencia para resolver situaciones que de- mandan un auténtico compromiso ético del profesionista. EI capitulo tercero discurre en torno a algunos temas basicos del ejercicio profesional. En él Marina Gonzalez y Alberto Hernandez ana- lizan la ética profesional y la entienden como una aplicacién de los principios generales de la ética a la diversidad de las situaciones en las que se desarrolla el trabajo humano. Para esto se hace una presenta- cién de la idea de profesién, la idea de dignificacién de la profesién y considera que en las situaciones reales de la vida contempordnea las profesiones se ejercen en ambitos donde el poder y la autoridad juegan un papel importante. No obstante la enorme diversidad de situaciones que conlleva la actividad humana, algunos principios generales pueden ser presentados para todas ellas porque esos principios se refieren a los bienes mds importantes, en general, para las sociedades humanas, es decir, aquellos que se relacionan més directamente con la vida y las condiciones vitales. Por consiguiente, se presentan en forma de princi- pios normativos muy generales que deberian estar orientando la actua- cién de todo profesional, en la medida que tarde o temprano todos tie- nen que relacionarse con una contribucién o un perjuicio para las condiciones de vida de otros seres humanos. No obstante, la formu- lacién de normas no es suficiente para conseguir actuaciones morales orientadas hacia el bien humano. Hace falta el desarrollo de las capaci- dades personales para llevar a cabo lo que se conoce que es lo correcto. INTRODUCCION + Dora Elvira Garcia 2x Finalmente, el intento normativo muchas veces encuentra su momento de realizacién en la elaboracién de cédigos, que son compilaciones de normas. Se discuten sin embargo las condiciones bajo las cuales los cé- digos morales son eficaces para conseguir la realizacién de acciones éticas. En el tercer capitulo Juan Ramirez Marin presenta el marco legal del ejercicio de las profesiones tanto en el marco internacional —tan urgida por la globalizacién de la economia— como en el nacional. En el primer caso, se exponen las caracteristicas que tiene el Consejo Eu- ropeo de Profesiones Liberales y la obligatoriedad de adscripcién a los colegios profesionales. Se expone también el caso de América del Norte y las caracteristicas que se imponen por el Tratado Trilateral Libre de Comercio. Asimismo, se apunta la existencia de la Unién Mundial de Profesiones Liberales cuya sede se encuentra en Parts. En el segundo caso, en el marco legal de las profesiones en México, se sefiala que en nuestro pais se permite a las personas participar en el sistema social para proveerse de bienes y servicios necesarios para la subsistencia. Esta libertad se acomparia de la responsabilidad civil y pe- nal necesaria en el desempefio de los trabajos profesionales. La insis- tencia en la necesidad de la ética y el derecho en un mundo global es el tema con el que concluye este capitulo. Shannon Shea e Ivén Cepeda hacen una reflexién en torno a la cuestién de los dilemas éticos, especificamente los que estan relaciona- dos con la vida profesional. Asf, no se pretende generar una receta infa- lible sobre cémo resolver o confrontar determinadas situaciones practi- cas éticamente complicadas. El espiritu que nutre este texto es una reflexién en torno a los dilemas éticos y el vistumbramiento de acciones en los momentos en que nos encontramos con situaciones complicadas y dilematicas en nuestra vida profesional. De esta manera, el objetivo que este capitulo pretende es arrojar un poco de luz sobre lo que es y no un dilema ético; para mas tarde deli- near alguna forma de andlisis de dichas controversias para encontrar alguna forma de solventarlas, brindando una propuesta metodoldgica que permita acercarnos reflexivamente en torno a este tipo de situacio- nes. Desde ahi se trata de delinear criterios y principios importantes que se han de considerar en la toma de decisiones. Muchas de las solu- ciones se alcanzan al considerar las caracteristicas particulares de cada situaci6n, en donde intervienen las interpretaciones, los contextos en los que se desenvuelven y la reflexi6n critica que cada individuo realiza. Siguiendo a Martha Nussbaum en Cultivating humanity se asienta que la mejor educacién es aquella que es capaz de dotar a las personas con la capacidad de escoger por si mismas su propio modelo de vida. Esto exi- ge una capacidad de cuestionamiento y contrastacién de las diferentes xxl INTRODUCCION * Dora Elvira Garcta alternativas que se le presentan. De este modo, y con la ayuda de la her- menéutica analégica se soslaya la imposicién de un sélo punto de vista asi como se evita caer en un didlogo de sordos en donde todas las res- puestas sean igualmente validas. Desde ahi se sortearan las posibilida- des para la definicién de los dilemas éticos. En el capitulo sexto Martha Ochmann y Dora Elvira Garcia conside- ran la ética civica en la vida profesional. En este capitulo se analizan las implicaciones de la ética civica en la vida de cualquier individuo responsable por su propio destino y por el futuro de la sociedad, en la que habita el mundo. Las autoras inician reflexionando sobre la funci6n de la ética civica en la sociedad moderna, individualista y orientada a la biisqueda del éxito particular. Ubican el origen de la ciudadania moder- na en la necesidad contradictoria de proveernos de la seguridad, con- servando al mismo tiempo la libertad individual. La ciudadania se cons- tituye, entonces en un medio de limitar el poder politico y de ponerlo al servicio del hombre y de su felicidad. El hablar de la ética civica obliga a establecer una distincién entre una buena persona y un buen ciudada- no, que permita identificar las virtudes propias de cada uno. El andlisis de las virtudes ciudadanas se estructura a través de la distincién de tres modelos de la ciudadania —republicano, liberal y comunitarista—, que ofrecen también distintas formas de la participacién. Este andlisis se sustenta en las teorias de Zygmunt Bauman, Judith Shklar, William Galston, John Rawls, Amitai Etzioni y Benjamin Barber, entre otros. Fi- nalmente, se ofrecen algunas vias muy practicas de vivir la ética ciuda- dana en las relaciones familiares y a través del consumo responsable, que permiten integrar el principio de responsabilidad social a la vida de los jovenes profesionales. Los temas del presente libro intentan mostrar a los estudiantes la re- levancia que tiene la ética en su vida realizada en los espacios de lo profesional y de lo laboral, ahi en donde su vida se desarrolla de mane- ra central. Y es ahi en donde pretendemos mostrar la posibilidad de pensar en un mundo, que a pesar que se muestra con una faz casi total- mente econémica, sin embargo se encuentra ligado indefectiblemente a la moral. Asi este libro nos invita a reflexionar y nos impulsa a compro- meternos con nosotros mismos y con los demés para alcanzar una me- jor sociedad, mas justa y mas humana. Dora ELVIRA GARCIA CaPiTULo 1 SoFiA REDING ALBERTO CONSTANTE 1.1, CONTEXTO MUNDIAL: POLITICA, ECONOMIA Y SOCIEDAD En 1997, después de las terribles convulsiones financieras que caracte- rizaron el fin de siglo, se proyecté en las pantallas cinematograficas la comedia britanica The Full Monty, de Peter Cattaneo, que tuvo gran éxito. El argumento de esta aclamada pelicula es, en resumen, el si- guiente: sin nada que perder ya, salvo el pudor, seis trabajadores que han sido despedidos de la acerera donde trabajaban, deciden dedicarse al striptease para poder llevar dinero a sus hogares. El tema de la peli- cula sin duda nos permite una analogia: si los desempleados deben qui- tarse la ropa para sobrevivir tal vez haya que quitar el velo que cubre las politicas econémicas para poder darnos cuenta de su incapacidad para dar empleo a todos, incluso en épocas de descenso de las tasas de desempleo.! Hace tiempo que nos hemos percatado que vivimos una época dis- tinta a la que dio origen al capitalismo de antafio, al soado por Adam Smith, al mercado regulado por acuerdos tomados en Bretton Woods. Algunas. de 1s MARR este. co. que aa Je ‘in efa mas llama 1 Segin datos del FMI. Informacién disponible en: httpy/www.imf.org/external/ pubs/fi/ar/97/s97/pdf/file02.pdf 2 ETICA, PROFESION Y CIUDADANIA. UNA ETICA CIVICA PARA LA VIDA EN COMON Se ) otros de horror. y no tan sdlo de la sociedad industrial a la disolucién de toda sociedad en este mercado que nos es presentado a manera de Dios 0 de diablo”.» Vayamos por partes y comencemos por estudiar el contexto en el que surge el tema que nos interesa: ¢en qué sociedades vivimos y que sentido tiene el trabajo en nuestras sociedades? La respuesta mas obvia es que vivimos en una sociedad global, aunque esto no nos dice nada nuevo, toda vez que hace rato que se dibujaron los contornos reales del planeta y que se trazaron rutas para comerciantes, misioneros y viaje- ros desde el siglo xvI, rutas que, por cierto, también favorecieron a los piratas. Lo nuevo, en todo caso, es que \cluso con apariencia postideolégica), conformada principalmente por el mundo del consumo”.* Desde luego, si se globalizan los precios, ino ocurre lo mismo con los salarios! a sido enunciadas en muchos sitios y hasta la néusea, por lo que s6lo nos concentraremos en recordar las mas importantes para el caso que nos ocupa: la uniforma- cién que se impone a las culturas y como efecto de esto el surgimiento de fundamentalismos de diverso cufio (rasgo conservador), y la obliga- da apertura de los mercados (rasgo liberal en apariencia, pero conser- 2. Joaquin Estefanfa, Agué no puede ocurrir. El nuevo espiritu del capitalismo. Madrid, Taurus, 2000, pp. 11-15. 3 Alain Touraine, éCémo salir del liberalismo? México, Paidés, 1999, p. 17. 4 Jestis Conill Sancho, Horizontes de economia ética. Aristoteles, Adam Smith, Amart- ya Sen. Madrid, Tecnos, 2006, pp. 133-134. EL SENTIDO DEL TRABAJO EN LA SOCIEDAD CONTEMPORANEA * Reding / Constante 3 vador en el fondo) y que, al parecer de Luis de Sebastian, tiene los si- guientes efectos: —Las empresas que més tiran de la economia son empresas nuevas, en el sentido de que incorporan y se benefician de las nuevas tecnolo- gias, los nuevos productos relacionados con las telecomunicaciones, la informatica y la computacién y sus aplicaciones a sectores tradiciona- les, como la industria, la banca y el comercio en detalle y al por mayor. Estas empresas tienen las mas de las veces objetivos a corto plazo: aumentar el valor de las empresas, es decir su cotizacién en bolsa, lo cual parece que les interesa ms que generar beneficios normales y dis- tribuir dividendos. La fuente de capital financiero son los grandes fondos de pensio- nes, de seguros y de inversién, que no son manejados por sus propieta- rios sino por especialistas que detentan un poder enorme para bien o para mal de muchas economfas. —1a fusién de empresas que lleva consigo la reducci6n del mimero de ellas que operan —y compiten— en un sector esté ampliando el ra- dio de accién de la planificacién central en sectores de la economia. Se esta transformando la forma de trabajar, el concepto mismo de empleo permanente y estable, y se est sustituyendo por el de empleo flexible, es decir cambiante e inestable, a la par que cambian los con- ceptos de lealtad, fidelidad del personal y su compromiso con una de- terminada empresa. Este tipo de empleo fomenta el afan de hacer gran- des ganancias en corto tiempo, pero sin seguridad. —Se estén acumulando grandes fortunas en unas dimensiones ini- maginables, que tampoco son légicas y normales. Y en general las dife- rencias en niveles de vida entre los pocos stiper-ricos, los muchos asala- riados y los pobres, cada vez son mayores. —Las relaciones de los conglomerados empresariales con los gobier- nos y otras administraciones publicas estén cambiando. Sobre todo en la cuestién de los impuestos, que se les sustrae a los estados a la vez que se echan nuevas cargas (los despidos masivos) en el regazo del sec- tor ptiblico.s En pafses como el nuestro las consecuencias mds negativas de la globalizacién se padecen de manera cada vez més estridente: los vende- dores ambulantes —deambulantes— y sus gritos Ilamando la atencién de un consumidor basicamente pobre (demanda poco solvente), que s6lo alcanza a agotar y agotarse en mercancias de mala calidad, no de- 5 Luis de Sebastian, “Capitalismo y democracia en el siglo xxi. Nuevas tendenc nuevos destinos”, en Cristianisme i Justicia. Fundacion Espinal, Col. de Cuadernos, nim. 99. Disponible en: http://www. fespinal.com/espinal/lib/es99.rtf 4 ETICA, PROFESION Y CIUDADANIA. UNA ETICA CIVICA PARA LA VIDA EN COMUN berian ensordecernos, sino ponernos a escuchar aquello de lo que nadie parece querer enterarse, a saber, que como bramar de mares braman. Sefiala Carlos Diaz que “Cada afio en el Tercer Mundo 16 millones de nifios mueren de hambre o de enfermedades perfectamente saludables. Eso representa el 25% de todos los muertos de la Segunda Guerra Mun- dial, incluidos Auschwitz e Hiroshima. Es decir, que cada cuatro afios se vive una guerra mundial contra los nifios del Sur”.6 Hoy dia, tres cuartas partes del mundo pasan hambre y, excluyendo a unas 323 personas que en 2007 viven en la opulencia (pues tienen més de mil millones de délares, requisito indispensable para ingresar a la exclusiva lista Forbes),? el resto sobrevive con salarios minimos, hu- millantes ¢ inhumanos; tanto asi que se habla ya de los minisalarios y del salario del miedo. De hecho, mas de 1 400 000 millones de trabaja- dores viven con menos de dos délares al dia.* Esta realidad, y el hecho de que varios de entre los més ricos del planeta sean latinoamericanos y que México sea el pais en el que la gente es peor pagada,? nos obliga a pensar en la necesidad de generar trabajos que permitan superar la po- breza mediante el trabajo decente, como lo ha definido la Organizaci6n Mundial del Trabajo (orm), como la tinica forma de superar la pobreza, incluyendo la de los woorking poors, quienes no superan la pobreza aunque tengan trabajo, y que sacrifican su dignidad personal, como si ésta no tuviera valor absoluto, sino sdlo valor de cambio. Terrible espectaculo es el que se nos presenta ante los ojos y que debe motivarnos a reflexionar en torno a tres cuestiones: cémo vivimos, cémo convivimos y para qué vivimos. Pese al avance de las nuevas tec- nologias de la informacién y la comunicacién y su presencia casi per- manente en nuestras vidas, no se ha visto que la vida se democratice por obra de las TIC debido a varios motivos entre los que podemos des- tacar, siguiendo a Benjamin Barber, los siguientes: © Carlos Diaz, Como bramar de mares braman. México, Universidad Pontificia de Mé- xico, 1996, p. 83. 7 Ver lista en: http:/www.forbes.com/lists/2007/10/07billionaires_The-Worlds- Bi- llionaires_Rank.html § Entrevista a Juan Somavia, Director General de la O1T, 16 de octubre de 2006. Dis- ponible en: http/vww.ilo.org/global/About_the ILO/Media_and_public_information/Press_ releases/langes/WCMS_071887/index.htm ° En nota periodistica se afirma que “La Organizacién Internacional del Trabajo (or) plantea, en un informe sobre el comportamiento de los salarios a escala mundial, que el sueldo por hora de un trabajador manufacturero mexicano equivale a 1.50 délares mientras que en Estados Unidos un obrero con la misma categoria gana de 10 a 12 déla- res la hora. En Japén puede llegar hasta 15 délares la hora y en Francia el promedio se- ria de 12.80 délares’. La Jomada, 8 de febrero de de 2006. Disponible en httpyiwww.jornada, ‘unam.mx/2006/02/08/047n2soe.php EL SENTIDO DEL TRABAJO EN LA SOCIEDAD CONTEMPORANEA * Reding / Constante 5 lad (como efecto de una “brecha digit: - Hablar de los avances tecnocientificos nos acerca a otra pregunta, esta vez relacionada con el tema que nos preocupa:

También podría gustarte