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LOS HERALDOS NEGROS PIEDRA NEGRA SOBRE PIEDRA BLANCA

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no s! Me morir en Pars con aguacero,

Golpes como del odio de Dios; como si ante Un da del cual tengo ya el recuerdo.
ellos,
Me morir en Pars -y no me corro-
la resaca de todo lo sufrido
tal vez un jueves, como es hoy, de otoo.
se empozara en el alma... Yo no s!

Jueves ser, porque hoy, jueves, que proso


Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
estos versos, los hmeros me he puesto
en el rostro ms fiero y en el lomo ms fuerte.
a la mala y, jams como hoy, me he vuelto,
Sern tal vez los potros de brbaros Atilas;
con todo mi camino, a verme solo.
O los heraldos negros que nos manda la
Muerte.
Csar Vallejo ha muerto, le pegaban

todos sin que l les haga nada;


Son las cadas hondas de los Cristos del alma
le daban duro con un palo y duro
de alguna fe adorable que el Destino
blasfema.

Esos golpes sangrientos son las crepitaciones tambin con una soga; son testigos
de algn pan que en la puerta del horno se los das jueves y los huesos hmeros,
nos quema.
la soledad, la lluvia, los caminos...

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los


ojos, como

Cuando por sobre el hombro nos llama una


palmada;

Vuelve los ojos locos, y todo lo vivido

Se empoza, como charco de culpa, en la


mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no s!

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