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SITUACION DE LAS PRISIONES EN PARAGUAY P, Juan Antonio de la VEGA, S.J. Capellén penitenciario ‘Asuneién (Paraguay) Palabras clave: constrcciin de cele, masiicactén, presos prevents, ubicacén dels psiones, Costes, derechos fundamentales, rebabiitacén, matin. Hitatk garrantzizkoenaks:espetectako erikuntza, presondg) mullo-bizane, atullotuak, pesonde: ‘Betako eearpene, orealaak, oinanteko eskubideak, lengoatze, matxinadek, ‘Mots clef: construction des prtzons, surpopulation, détenus, emplacements des prisons, cots, droits fondamenteux, réhabltston, souldvements Key words: construction of prisons, over population, prea detalness, locations of prions, costs, un damental rights, rhobltaion, rots Introduccién La Penitenciar‘a Nacional de Tacumbé es la nica cércel que hay en el Para- ‘quay. En las otras capitales de los Departamentos mas que cérceles existen calabo- 208 en el mismo edificio donde tiene su sede la Delegacién de Gobero para la retenci6n provisional del detenido, nunca para el cumplimiento de condenas. He- chas las primeras dilgencias policiales y judiciales enseguida se los traslada a la cét cel dela capital, Tacumbs, Este procedimiento lleva consigo graves inconvenientes: superpoblaci6n y hacinamiento, desarraigo del campesino de su tlerra v familia, mo- rosidad en contra de la agilizacién de los procesos judiciales por la distancia y la dificultad de la comparecencia del inculpado, ete. ‘Actualmente atendemos la Penitenciarfa Tacumbé dos capellanes, un redento- rista y el que escrie. 14 Suan Atrio eb Vega Poco podemos decir de nuestra labor como capellanes. Acabamos de empe- zar, durante el régimen largo y prolongado del General Stroessner era impensable hacer algo orgenizado y eficaz, y menos que autoricen a un jesuita para sercapelén de la cdrcel. Yo llevo un ajio en ella, por lo tanto estamos en los comienzos. Hay ya un grupo reducido de voluntarios,religioses, seminaristas y seglares. Se estin dando los primeros pasos, y esperamos que aumente el grupo. Faciidades y ifcul tades, como en todos los penales. Entusiasmo no falta. Tratamos también de que la Universidad Catélica colabore con su consultorio juridico gratuito atendiendo los casos de los reos pobres. I. gDONDE CONSTRUIR LAS CARCELES? 2LEJOS 0 CERCA DE LAS ‘CIUDADES? Estamos en periodo constituyente en Paraguay, es l6gico que éste se leve en Jos periédicos y medios de comunicacin casi la tolaidad de la informeacién, y que otras cosas pasen a segundo o tercertérmino, o que ni se las tenga en cuenta, Qué puede interesar hoy a la mayoria de la gente dénde levantar y construs nuevas cérceles? La superpoblactén carcelaria, masificacién humana, la mezcolanza de preven- tivos y condenados, de Jovenes y adultos, de enfermos y/sanos, de primarics y rein- cidentes, de presos por deudas 0 por infracci6n penal, de pena corta o pena larga, ete, en Tacumbé, supera con creces lo aconsejable. La penitenciaria Naconal de Tacumbé no viene a ser, sino que es el depésito de seres humanos de todala rep6- blica que han cafdo en infraccién de los que hay indicios de que asi es. Preocupa a las autoridades y ven la urgencia de descongestionar Tacumbé ha- ciendo nuevas cérceles. Pero, ¢dénde construirlas? ¢Construirlas cudnto més lejos de las ciudades o construiras en las mismas ciudades, en las afueras, pero pegadi- tas? Sin duda alguna que hay muchos que comparten la primera opinién: cuanto més lejos, mejor. Mandemos a los reclusos bien lejos, asf estaremos tranguilos y sin sobresaitos. Ademés ésta es la finalidad de la privacion de libertad, de la pena, del castigo: hay que castigar a los delincuentes, proteger a la sociedad y servir de ‘amenaza disuasoria a los posibles y futuros infractores de la ley. ‘Se mandaba a los presos a la Siberia, ala isla de Alcatraz, al Sepa, a Australia, ele., bien lejos. Hoy, sin embargo, los expertos en ciencias penitenciarias y en polit: ca criminal han cambiado de opinin e insisten y luchan para que las efrceles se hagan junto a las poblaciones y ciudades, no lejos de ella sino en su prosimidad y cercanfa. Y dan sus razones Razones que se apoyan no Gnicamente en la més elemental humanidad pera son los presos sino también en su utilidad social. Delitala y Del Rosal afirmeron rei- teradamente que el corazén y eje de toda labor poltico-criminal se encuentra en gran medida alojado en la cuestion carcelarla, y es que “todavia cobra mayer realce alhombre cuando llega el momento ejecutivo, en que sélo esté el ser concreto ante ‘as puertas de las cérceles. El delito queda fuera, como toda entelequia intelectual En la prisién penetra y permaneve el hhombre, ensombrecido por su realizacion de- ictiva”. ‘Stuacén dels prsiones en Paraguay Abo No sé que opinaré el lector. 2Es de los que opinan que conviene “chutar’ los presos cuanto més lejos mejor o tenerlos cerca? Trataremos de ir exponiendo las razones que justiican la construcci6n de las cérceles junto alos grandes centros poblacionales. El momento no es el més oportuno para tratar el tema. Después de crimenes atroces como las diltimas violaciones en menores de edad seguidas de homicidio, a mas de uno le pareceré totalmente innecesaria la pregunta donde construir las nuevas cérceles? Lejos, cuanto més lejos mejor. Y esto lo res- ponderén aquellos que no han pedido la pena de muerte. Pues para los que son partidarios de la pena de muerte las c&rceles sobran, quieren tan distantes a los autores de tales crimenes que piden se les haga pasar la frontera de la vida, se les mate y los tengamos baje tierra, sepultados. Asf hay la certeza de una seguridad total, No vamos a tratar el tema de la pena de muerte, si retencionistas 0 abolicionistas. Hay un hecho que exige solucién urgente: La Penitenciarfa Nacional de Ta- cumbé ya no da para més, tener més de 1.700 hombres en un recinto hecho para albergar a 600, es irsostenible. Las autoridades estén preocupadas. Hay proyectos de nuevas cérceles, pero el problema es el lugar donde ubicarlas de manera que la ciencia penitenciaria y los expertos en politica criminal estén a favor de construir las c&rceles en las ciudades. Dado que nosotros tenemos tanto terreno inhabitado en el Chaco hay peigro de que las pretendamos constrult por esas partes remotas, or parajes solitarios y desérticos, buscando la seguridad y la evitacién de las fugas. Simplificando diviamos que hay tres clases de establecimientos de reclusién: 1°) para preventivos o indiciados, todavia no sentenciados. 2°) Los establecimien- tos de “eumplimiento" para los ya sentenciados; y 3°) los establecimientos de rési- ‘men especial, En éstos prevalece el carécter asistencial y son los centos hospitalarios Siquidtricos para enfermos o deficientes mentales inimputables, para sicépatas, tox cémanos, etc. La sociedad exige para con ellos un seguimiento terapéutico y unas medidas de seguridad, no tanto un castigo y unas penas, Lamentablemente noso- {ros estamos todavia muy lejos de tener tales establecimientos, aunque esperamos {que pronto puedan ser realidad, Nuestra clasficacién es més modesta, s6lo se ha- bla de cétceles para hombres, mujeres y correccionales para menores El proyecto de elaborar tunas normas internacionales para el tratamiento de los presos fue fruto de las corrientes reformistas en este sentido de finales de! siglo pa- ‘sado y principio del actual y cristaliza en 1925 con Mauricio Waller, Director de Pri- siones de Inglaterra y Gales, que asf lo propuso a la Comisién Penitenciaria Internacional. Se comenz6 a trabajar en ello y sin interrupcién, Tras una dilatada labor en los grupos regionales consultivos y seminarios o ciclos de estudio, después de treinta afios, se lega a la publicaci6n de las Reglas Minimas para el tratamiento de los reclusos aprcbadas por el Primer Congreso de las Naciones Unidas en mate- tia de “Prevencién del Delito y Tratamiento del Delincuente” el 30 de agosto de 1956. Por su parte el Consejo de Europa procedié por medio de su Comité Europeo de Problemas Criminales, y a partir de 1967, después de doce afios de publicadas las Reglas Minimas de las NN.UU,, a un reexamen completo de dichas Reglas. Fru- 156 Suan Aono de Vega to de ello han sido dos nuevas ediciones de estas Reglas, una del afio 1973 y la ‘iltima de 1983 y que scn conocidas como Reglas Penitenciatias Europeas (RPE) ‘Todo esto nos indica que la elaboracién de tales Reglas Minimas no se ha he- cho a la ligera y por gente no preparada sino después de tiempo de estudio y por personas especializadas. De ellas vamos a extraer principalmente las razones y mo- tivaciones por las cuales las construcciones carcelarias deben ser hechas en las ciu- dades o en sus inmediasiones y no llevadas a lugares remotos. La 128 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Paraguaya preocupada Por la situacién de nuestos hermanos encarcelados pidié a su departamento de Pastoral Carcelatia que prestase también atencién a la construccién de los nuevos penales que el Gobierno esté llevando adelante, ya que dentro de ese tema se pre~ sentan numerosos problemas importantes y que de una forma u otra tocan as mis- mo a la pastoral y a la rehabilitacién del interno. Las Reglas Minimas para el tratamiento de los delincuentes y prevencién del delito de las Naciones Unidas ponen como cifra tope ideal para manejar bien a los Internos y hacer con ellos una labor eficaz rehabiltadora que en cada cércel no ha- ya més de 500 intemnos, y atin serfa mejor 350. Donde haya una circunscripcién judicial debe existir al manos una cércel con esa capacidad, Se ha hablado de la construccién de dos nuevas cérceles. Una en General Diaz, la otra parece ser en Yby Yati. Ultimamente se ha informado de otra tercera en Caa- ‘guazti. Ya hemos indicado que las ciencias penitenciarias y los expertos en politica criminal sin excepci6n insisten en construir las cdrceles en las mismas ciudades y no lejos de ellas. Nos vamos a centrar en la de General Diaz y en la de Yby Yad, ejemplos de eérceles construidas en lugares remotos de cualquier poblacién. La de General Diaz no es de nueva planta sino el mero aprovechamiento de un cuartel militar abandonado y rerrodelado para que sirva de cércel, La poblacién més préxi- ma de General Diaz es Fozo Colorado que esté a 195 Km., y no es propiamente tuna poblacién civil sino un destacamento militar. De Asuncién, General Diaz esté 2.480 Km., y gran parte por malos caminos e inundables por los desbordes del Pi- comayo. Yby Yat esté a 102 Km. de Pedro Juan Caballero y a 112 Km. de Con- cepcién lo que supone respectivamente uit viaje de 204 Km. y 224 Km. ente la fda y la vuelta, El viaje desde Asuncién a Yby Yat seria de 437 km. y la ida y vuelta 974 Km. La administracién de justicia tiene que ser pronta y barata, Justicia pronta. Si se tiene la cércel a centerares de Km. de los Tribunales de Justicia, no es exagera- i6n sino realidad, para traer y llevar a los inculpados a las audiencias, por ejemplo, © para cualquier otra diligencia judicial se gasta mucho tiempo. No séio son los pre- 80s sino también los guarda-cédrceles los que viajan. Exigiré, por lo tanto, duplicar el nGimero de éstos, por el excesivo tiempo que pasaran fuera del recinto peniten- ciatio dejando puestos sir cubrir durante su ausencia, cA qué hora de la mefiana o de la madrugada tendrén que empezar los prepa- rativos y la movilzacién para el desplazamiento y poder estar a la hora sefialada en el Tribunal? A qué hora se esté de vuelta si se tienen que recorrer 500, 900 ‘Staelin ds pons en Pacguay 187 Km.? Por emplear tanto tiempo en el viaje hay que reducir las audiencias, ano ser que de madrugada diarlamente salga una flota de camionetas celulares para el bunal, Estando la cércel en la ciudad se pueden tener hasta dos y tres viajes en la majiana, duplicando o triplicando el ntimero de presos atendidos por los diversos, juzgados. Se llevarén también y con la debida celeridad las 6rdenes de libertad, los po- deres para los abogados? ¢Se firmarén y serén devueltos en el mismo dfa, e igual- mente tantas otras diligencias burocraticas? Esta es una razén muy poderosa que nos debe hacer reflexionar. Justicia que se demora no 2s justicia, sino injusticia. Comprencemos que alguno diré que esas cérceles tan lejanas sean “de cum- plimiento’, es decir, sélo para los ya condenados. Il, QUIENES HABITARAN LAS CARCELES NUEVAS? Quiénes serén los futuros habitantes de esas cérceles nuevas que se van a cons- truir en lugares distantes y remotos de las poblaciones? Si es cércel para preventivos deberian ir solzmente los inculpados; si es “de cumplimiento’, los ya condenados; vy sies de “réginen especial”, es deci, centros hospitalarios y siquidtricos peniten- iarios, aquelles internos que requieren un tratamiento y seguimiento asistencial médico-siquidtrico, Esta clasificaci6n entre nosotros es dificil por ahora ponerla en préctica, Sin embargo, tenemos que pensar en ella y alguna vez comenzar. |Cérceles para los inculpados y todavia no sentenciados bien lejos de los Tribu- rales de Justida que han de juzgarlost La presunci6n de inocencia es admitida en todas las deciaraciones y pactos sobre los derechos fundamentales de la persona y ha pasado é todas las constitu ciones y legislaciones de los pueblos. Toda persona es inocente mentras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley y en juicio pablico en el que le hayan asegurado todas las garantias necesarias para su defensa, Si es inocente nose le puede sancio- nar ni castigar, seria injusto, y més todavia encerrandolo en un lugar bien distante de su juez natural, Se acepta una detencién preventiva o provisional que debe ser lo més corta pesible y en supuestos muy concretos y graves, en circunstancias indis pensables, No como sucede entre nosotros que por cualquier motivo metemos en Ia cdc. Segtin las estadisticas de las NN.UU. en el aflo 1981 tenfamos en Paraguay el deshonroso réeord de ser el pafs niimero uno, superando a todos los del cono sur y el Caribe en suanto a que nuestras cérceles albergaban el mayor nimero de pre- sos sin condena (94,25% sin condena; 5,75% condenades). Hoy al cabo de 10 afios transcurridos no creemos que haya avanzado mucho la cosa, en 1991, las estadisticas que se dieron en el Parlamento y no desmentidas (ver la prensa del 5 de junio de 1991) eran de 94% de prevertivos y s6lo un 6% de condenados, casi la misma situacién. Un afio antes, en 1990, el Ministerio de 158 Sun Ati de a Ves Justicia declaré a la Prensa: “No se olvide que el 90% de la poblacién penal del pafs no tiene sentencia, de manera que es urgente reformar el sistema para evitar las injusticias que estas situaciones implican’. (ABC Color 28 julio 1990) La solucién por tanto serfa acelerar los procesos y sin embargo, lo que se pre: tende no es exigir el cumplimiento de los plazos procesales, sino aumentar las cér- celes, es decir, tener més locales, més depésitos para poder encerrar més gente. 'Y esas cérceles nuevas construirlas en lugares remotos y lejanos de los Tribunales de Justicia en las que una insignificante parte de los internos serfan condenados y la casi totalidad serian indiciados y preventivos, es decir, todavia inocentes con la agravante, como hemos visto y seguiremos insistiendo, de hacer cada vez la justi- cla més lenta y cara deoido a la distancia, aumentando asf més y més la injusticia, y continuando lamentablemente siendo el Paraguay uno de los campeones del mun- do con el mayor nimero de presos sin condena. Descongestionarfamos TacumbG, pero irfamos congestionando poco a poco las, chrceles recién construdas. La justicia avanza muy lentamente. III LAS NUEVAS CARCELES Y EL COSTO DE LA JUSTICIA La Justicia no solamente debe ser répida sino ademés barata. Al tener cérceles muy lejos de las poblaciones los costos de la justicia se encarecen més y més en todo orden. Y cuanto més lejos se las lleven mas cara resultaré la administraci6n de justia. Es innecesario insistir en ello y esto desde todos los puntos de vista La defensa de los abogados. ¢Cuénto supondré la visita de un abogado a st. cliente si iene que hacer un viaje de 500 6 900 Km. para poder hablar con él?

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