Está en la página 1de 22
Picotnoma, 1986, Vol. 8, Supt po. 165-106 LA EVOLUCION DEL CONDUCTISMO" Mariano Yela 1, Una promeca inoumplida El conductismo es el intento més ambi- ‘1oso y tenaz de la hustona de 1a psicologia —y tal vez en toda la historia de la cien- cia— de construir un sistema cientifico estrictamente ldgico y objetivo y el proyecto ‘ms ilusionado de mejorar con su aplicacién, c verdad, crey6 necesario afirmar que no hay mentes, Jo que no s6lo es falso, sino estipido Gilly)» (Bergmann, 1956, p. 266). Prescindir de 1a conciencia y de la mente significa para Watsan, cama he 4i- ccho, quedarse con la conducta, Pero, como también he advertido, no con una conducta cuaiqulera, como, por ejemplo, tas acciones biolégicas o personalmente significativas del ser vivo en su ambiente natural o en stu mundo (Yela, 1975b), sino con la conducta correspondiente a la rechazada conciencia sensista de los animales en el Iaboratorio: movimientos fisicos en el espacio, tal vez ms complejos, pero en el fondo indistin- guibles de 10s de una peara, 160 MARIANO YELA EL conductismo te6rico de Watson —otra cosa es lo que realmente hace en sus cuidadosos experimentos— termina por consistir en una psicologia caracterizada ‘oxclucivamente por ou método, ol objerivis ‘mo antimentalista. Su objeto es lo que este ‘método permite estudiar: 1a conducta. Su contenido, la observacion y control de la ‘conducta como movimiento fisico, sucesién de estimulos v respuestas asociados vor leyes de contiguidad, frecuencia y recencia, y, més precisamente, a partir de su descu- brimicnto de Pavlov, en 1916, como cadena de reflejos innatos y condicionados. Watson apenas tuvo tiempo para hacer otra cosa que enunciar el programa de la nueva psicologia, iniciar una traduccién apresurada de los conceptos mentales en términos fisicos —por ejemplo, el pensa- miento no serfa més que lenguaje subvo- al y svalizas wivo porus eapeainrentos, algunos especialmente valiosos como el que se refiere al condicionamiento de miedos infantiles (Watson y Rayner, 1920). Su vida académica fue demasiado corta para més. Peravexpusn incisiva, elocuente y fervorosa- ‘mente su mensaje. La Psicologfa, ciencia de hechos fisicos en el ambiente fisico de los seres vivos, no S010 podrd set, com ta fisica, perfectamente objetiva, sino que, al prescindir de hipotesis fisiolégicas, conse- guird una completa autonomia, y, al atener- se exclusivamente a los estimulos y las respuestas, Megara predecir para cada estimulo la respuesta correspondiente y para cada respuesta el correspondiente estimulo. Con to cual, mediante el control de los estimulos ambientales, podré, por fin, avan- zar con seguridad en el control de la con- ducta y elaborar técnicas eficaces para educar, socializar y modelar el comporta- miento de los hombres y evitar o eliminar sus anomalias y fallos. Para ello la psicolo- aia habré de ser reduccionista y fisicalista (el psiquismo se reduce a la conducta, y 170 Eta a movimientos fisicos), elementalista, aasociacionista y mecanicista (la conducta es ‘un conjunto de elementos, energias fisicas y movimientos musculares y glandulares, que 9 acocian mecénicamente en un arganismn reactivo y pasivo), periferista y ambientaista (todo acontece en el ambiente, en él se lopservan 10s estimulos y las respuestas; las, Teyes de su conexién son las que son, inde- pendientemente de lo que pase entre medias, dentro del organismo, que a efectos psico gicos, es algo vacfo, una black box). ‘Con estas caracteristicas, muy ambi- ‘guamente cumplidas, por cierto, en la préct ca y en la terminologia de Watson —por ejemplo, llama respuesta a un movimiento muscular, pero también a «dar una conferen- ciay © «construir un rascacielos» (Yela. 1974), la psicologia entrard en el «seguro camino de la ciencia» y seré por fin ttl. «El wanlustism preparard a loo hombres para comprender 10s primeros principios de su propia conducta, debe hacerles aspirar impa- cientes a reordenar sus propias vidas, debe especialmente hacerles desear prepararse para edicar a sus hijos de modo sano...» (Watson, 1925, p. 248). ‘parte de que cabe preguntarse qué pueden signifiear pars un couductista, cu el c6digo de energias fisicas y torsiones muscu- Iares, las palabras que he subrayado —com- prender, deber, aspirar, impacientarse, reor- denar la propia vida, desear— frases como sta, muy abundantes en Ia obra de Watson, justifican la observacién de Woodworth de que el conductismo propuesto era en el fondo «una religion para sustituir ata reli- gi6n> (Marx y Hillix, 1963, p. 166). Lo ue no cabe duda es que el mensaje conductista, pese a polémicas sin fn, prendié en la psicologia americana. Los tiempos le fueron propicios. Lo he examinado en otros Iugares (Yela, 1963, 1974, 1975a). Las demandas de rigor experimental y objetivo crecian por doquier. Los estudios psicologr- Poictrema, 1006 LA evowueron oct conouerione: cos versaban cada vez de forma més directa Y explicita solve la vonducta, wualyuicsa {que fuese el papel y Ia importancia que se concediera a Jo mental. La misma fisica atravesaba la convulsion relativista y cuanti- cay se replanteaba sus fundamentos meto- dolégicos y cpistemolégicos, con la bisque- da, sobre todo por el neopositivismo légico, de criterios formales de observabilidad y verificahilidad, en cierta modo orientados 2 resolver el tipo de problemas que abordé Watson, ‘Admitido, en principio, el programa; desechada por indtil ¢ incomprobable la descripcién de la conciencia privada del ‘otro, se da por sentado, hacia tinales de los afios veinte, la adhesién de muchos de los. principios psicol6gicos americanos al objeti- vvismo metodolégico, Hace falta, sin embargo, poner en réctica el métada, cumplir al programa,

También podría gustarte