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Conjunciones { El sufrimiento psiquico en los nifios Psicopatologia infantil y constitucién subjetiva ‘artruzo § El aprendizaje y sus avatares.. 89 artruzo 6 Fobias, angustias y terrores cn la infancia 137 srfruwo 7 Encopresis y enuresis ccc 149 wITULO 8 Patologias graves en la infancia 183 piruto 9 Las marcas de la violencia. 221 221 Phruto 10 Las exisis y los ninos . 239 roGRAFIA 287 = Introduccion BO Este libro es un intento de transmitir los interrogantes, las cuestiones yy cuestionamientos que me he venido haciendo x lo largo de casi cua {renta afios de prictica psicoanalitica con nifios y adolescentes, con res- ‘pecto al sufrimiento infantil y sus diferentes manifestaciones. ‘Todos los dias, la clinica con nifios y con adolescentes me sorprende, porque cada nifio tree consigo miiltiples historias y preguntas y cuenta de ‘un modo diferente sus infortunios. Una de las cuestiones que preside de algtin modo todo el libro es la inquietud por explorar este territorio tan complejo, en el que siempre somos, en algtin lugar, extranjeros y, a la vez, viejos habitantes. Porque es inevitable reencontrarse uno mismo nifio en esos nucvos rostros. ¥ a la vez sorprenderse por lo novedoso, lo inesperado, como ‘cuando un nifio de cuatro afios al que escucho por primera vez me dice: “Mi problema es mis grande que un dinosaurio”. El suimiento psfquico en los nifios * Beatriz Janin En una época en la que la tendencia es clasificar el suftimiento, la idea Trescatar la complejidad de Ta Vida paiquica, las vicisitudes de Ta consti 1ci6n subjetiva y €l transito complicado que supone siempre la infan Indudablemente, sostener el pensamiento complejo se hace dificil y demos a ordenar, simplificar, a reducir a leyes claras y distintas lo trincado y ambiguo de la vida, que siempre resulta inquictante. Pero a reduccién, cuando estan en juego los nitlos, puede ser peligrosa, por- ae nos vuelve ciegos a la realidad de sus avatares, Entonces, en lugar de rotular, considero que debemos pensar qué es lo ae se pone en juego en cada uno de los sintomas que los nifios presen- #5, teniendo en cuenta la singularidad de cada consulta y ubicando ese -decer en el contexto familiar y social en el que ese nifio est inmerso. ‘He tomado algunos modos en los que se manifesta el suftimiento pst- tico en la infancia con la intencién de transmitir un modo de pensar la ‘icopatologfa infantil. Ni abarco todas las problemAticas ni supongo que is reflexiones den cuenta de toda la riqueza del tema. Simplemente, es + intento de mostrar algunas Ifneas en las que algunas dificultades pue- 1 ser pensadas. En ese sentido, espero posibilitar nuevos desarrollos. El suftimiento infantil suele ser desestimado por los adultos y muchas ‘ces se ubica la patologia alli donde hay fancionamientos que molestan, Jando a un lado lo que el nifio siente. Es frecuente asi que se ubiquen ‘mo patol6gicas conductas que corresponden a momentos en el desa- ollo infantil, mientras se resta trascendencia a otras que implican un rte malestar para el nifio mismo. Estoy convencida de que cuando hablo de enuresis o de dificultades en aprendizaje escolar me refiero a un efecto, producto de multiples deter- naciones, diferentes en cada niflo. De esas determinaciones posibles, ‘iples, erata este libro. Pero seguramente, tanto los lectores como yo ‘sma, iremos encontrando otras, en tanto Jos nifios nos vayan sefialan- ‘nuevos caminos. Algunos de los capitulos han sido publicados, en una primera versién, otros espacios. Otros fueron escritos por primera vez. Desde hace muchos afios vengo planteando que la metapsicologfa freu-, -na da un ee para construir una clinica con nifios que tenga en cuenta co | Ia especificidad de esta préctica, sin traicionar los fundamentos teéricos ique considero claves para pensar los avatares de la constitucién psiquica. Bs més, «3 la conceptualizacién de esos avatares -de la que Sigmund Freud da las bases y que ha sido desarrollada por psicoanalistas que reto~ maron su obra- la que nos permite pensar el trabajo psiccanalitico con nifios y la psicopatologia infantil Entonces, los dos primeros capftulos tratan de dar cuenta de la articu- Jacién entre los avatares de la constitucién subjetiva y la psicopatologia infantil, para centrarme en los capftulos siguientes en algunos temas ‘especificos. Dificultades de aprendizaje, encopresis, enuresis, fobias, psi- cosis infaatiles, efectos de las crisis y de la violencia, son desarrollados romando en cuenta el aporte de diferentes autores y, sobre todo, pensa~ dos a partir de la propia clinica. La articulacién con el contexto social marca el recorrido. El psicoanslisis con nifios es una encrucijada, un lugar de entrecruza- mientos y un espacio privilegiado para la investigacién. Hist6ricamente, es un lugar de controversias, de discusiones apasiona- das, en tanto en la concepcién del trabajo psicoanalitico con los niftos, en el modo en que se piensan las conflictivas infantiles, se pone en juego toda Ia teorfa psicoanalitica, Hiablar de niftos en psicoandlisis ¢s hablar de const desarro- llo, de estructuracién subjetiva. Remite a la sexualidad infantil, a las pri- Theras inscripejones y al acceso a la cultura, a los destinos pulsionales pre~ ‘vios a la represi6n primaria y al Complejo de Edipo con su estructura- ‘Gu diferente en nifias y varones. Freud, con el descubrimiento de la sexualidad infantil, rompe con kh nocién de nifio como emblema de ingenuidad y pureza. Con la concep- tualizacién del aparato psfquico, define una estructuraciéa signada por vivencias en las que los otros que realizan la accién especifica, de los que el nifio depende, son fundamentales. Considero que ¢l_nifio_ puede ser definido como un psiquismo ) ued eee merced de la sumatoria de la excitacién materna y la propia, a ndas, Tenemos que tener en cuenta que, hasta certo panto, ome hema Freud en el historial de Juanito, esto siempre es asi en arn de que siempre hay un “exceso” en la erotizacion y en la probibicion, oe veces la erotizacion se transforma en excitacion desmedida, est eerplon exes, en gee ovo 9 romado como pare del propio tuerpo 0 como va de satisfaccién er6tica y no como sujeto diferente, requerimientos propios. ; Ye con las primeras caricias los padres transmiten su mao de deseary de amar, pero también sus prohibiciones, asi como sus con el otro. ; _ an ademis, los padres deben sentirse ellos mismos vnc seit do su propio empuje interno para decodificar los afectos oyectarlo en un futuro. ; . i “Cuando me angusto, lo levo a mi cama”, dee uns coe pee Ia erosizacion que presupone tomar al otro como objeto ero ¥ 28 ven calmante de angustias, cuerpo aabrazar para sostencrse, FHOuZaco0 éntonees signa por un fancionamiento en el qu lo que se wapsniss es una urgencia que duce, una imposibiidad de tamil oso pios recursos y una utilizacién del nifio como sostén, como un ser con deseos. ‘ise transgrede Ja ley de la prohibici6n del incesto por Sn én {sémo constiturd exe ain sus props normas internas qué guedart ‘anudada su sexualidad? «Cémo diferenciarse de esa mac [it sutrinion psiguco en os nis + Beatriz Jain de clla irrumnpen en él en forma avasalladora? {Como registrar entonces sus propias sensaciones y deseos? Registro de diferencias que presupone cualificar el mundo y a uno mismo. ¢Cémo construir el propio mapa erégeno? Trastornos en la constitucién de ligazones que operen como inhibidoras del desborde pulsional y de la descarga a cero Hablamos en el primer apartado de las vivencias calmantes. Frente al dolor, que desorganiza, y frente al pénico, que presupone el caos inter- no, el otro que contiene y calma (acunando, hablando, acariciando) per- mite ligar lo insoportable a otras representaciones. Posibilita que, en lugar de la tendencia expulsiva, se abran nuevos recorridos, que una trama representacional compleja se arme (trama que serviré de conten- ién frente a futuros dolores). Pero si frente al grito, al movimiento des- controlado, el otro funciona como un espejo, si es él cl que estalla y se desborda y no puede contener su propia angustia, dificilmente el nifio Pueda tejer la trama (que implica la primacfa de Eros). Por el contrario, el movimiento expulsivo, desinsctiptor, se reforzaré. Y nos encontramos con estados tempranos de terror no tramitados. Si en el adulto, que ¢s el que puede calmar y sostener a un nifio en pinico, lo que prima es la iden: tificacién especular, el nifio se enfrentard a un espejo que le devuelve, agi- gantada, la propia desesperacién, lo que derivara en més terror. Habitualmente, ante la tendencia expulsora del nifio que intenta echar fuera de si todo lo displacierte, la madre se oftece como pantalla de pro- yecci6n y a la vez. como metabolizadora. Es ella la que soporta los esta- llidos pasionales del nifio y la que, cuando lo que Bion define como “reverie” (ensofiacién) funciona, le otorga como respuesta, a través de la “funcién alfa”, posibilidades representacionales.* EI nifto puede expulsar tanto el aparato para pensar los pensamientos ‘como la posibilidad de registrar sentimientos, apareciendo entonces un vacto de ideas 0 de afectos que, a veces, se manificsta como: “no siento”, “no pienso”. | Disgréstees ena intanie Dificultades en la atvibucibn de significadtos ‘Ala ver, frente a la necesidad, asi como frente al doles bebe grt flora y es la madre la que va a ororgarle a esa descarga eee llamado. ¥ ya hay agut un punto importante Sino s le ofovga Un sc tido, sino es excuchado como un llamado, esto interfere en las Po dades del nifo de ir armando su capacidad de comunicar, de decit. . Pero si el sentido que se le otorga implica una violencia secundaria ( 7 ‘lager, ies una para proyeecion de los descos o los temores ater ros, sino hay lugar para la duda, para los interrogantes acerca de lo q Lnifio desea, el intercambio seri enloquecedor. aa Cuando aquel que ejerce la funcién de significar las Peace rifio le otorga sentidos delirantes y/o antoreferencaes aoeroey (gor ejemplo: “Grta porque me quiere volver loca”; “Me mordl cs do lo puse al pecho porque me odia”; “Se hace pis porque quiere Ane su esclava”), lo que hace es ejercer una violencia, a veces Trastornos en la constitucin de una imagen unificada de st Sabemos que Is ligaz6n de las diferentes zonas cxsgenas Ge pest ‘ada por un otro wnifcador. Si para la consttueim del yo de placer Impeescndible i arculacin de las diferentes zonas corporales, de fs sensaciones, sla pel tiene que funcionar como unificadors, un semeier te tuvo que haber operado como espejo posibilitador de eae Para caminar y movernos arménicamente, debemos cent la conviccion de que somos una unidad, un ser que nose rompe con sada movin to (como ¢s el caso de los prcdtcos) y también de que el otro est sepa. rado de nosotros, es alguien 2 quien nos podemos acercar y de q) 108 alejar. Paces, a clave el haber sido mirado como siendo un sujeto, alguien yue esté armando una historia propia. F Si no prevalece la temnura, si el hijo no ocupa un lugar de Ps ee desde ¢| narcisismo materno, no podré constituir el propio yo como y de placer, ligando las diferentes sensaciones. al

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