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traduceién de OSCAR DEL BARCO MUJERES, GRANEROS Y CAPITALES economia doméstica y capitalismo por CLAUDE MEILLASSOUX x siglo veintiuno editores, sa de cv EEFPODEL AGUA 8 SELENE VONEIN OONENENED OF siglo veintiuno de espajia editores, sa siglo veintiuno argentina editores Siglo veintiuno editores de colombia, Iida CARRERA 14 NUM B44, BOGOTA, DE, COLOMBIA ‘edicién al cvidado de marti soler portada de maria luisa martiner primera edicién en espaiiol, 197 ovena edicién en espafol, 1989 © siglo xxi editors, 5. a. de c. v. 169N 968-23.0356-7 (ediciones anteriores) san 968-23-1572-7 primera edicién en francés, 1975 @ fibrairie frangois maspero titulo original: femmes, greniers, copiteux derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico INDICE INTRODUCCION PRIMERA PARTE: LA COMUNIDAD DOMESTICA 1 SITUACION DE LA COMUNIDAD DOMESTICA 20 1. El incesto instil, 28: I, La horda y las relaciones de adhesién, 28; [1]. Acoplamiento y filiacién,36;[V. Mux Jeres euidadas, mujeres rotadas, 41 2 LA REPRODUCCION DOMESTICA 54 1. El nivel de las fuerzas productivas. 55; 11, La consti tueidn de ias relaciones de produccién, 62: III. La eons- titueién de lat relaciones de reproduccién, 67 3 LAS ESTRUCTURAS ALIMENTICIAS DEL PARENTESCO 78 1. Laroproduccidn de la energia humana oe] proceso de produecién: energie-subsistencia-energia. 79, 1 El plus-trabujo, 88: IIL La cireulacion de los nifos, 88 4 LA DIALECTICA DE LA IGUALDAD 99, 1. Lacireulacién de las esposas y de las dotes, 92; 1. La ote como obligaciin, 94; II]. El interesmbio idéntico, 97; 1V. El valor culto, 100 5 .QuIENES 1. Las mujeres, 110; IL. Los menores, 115 Los EXPLOTADOS? 110 6 CONTRADICCIONES Y CONTACTOS: LAS PREMISAS DE 1a DESIGUALDAD 120 SEGUNDA PARTE: LA EXPLOTACION DE LA CO- MUNIDAD DOMESTICA: EL. [MPERIALISMO COMO MODO DE REPRODUCCION DE MANO DE OBRA BA- RATA 1 LAS PANADOJAS DE LA EXPLOTACION COLONIAL = 131 2 SALARIOS DIRECTOS, SALARIOS INDIRECTOS ui 15) 8 LA ACUMULACION ORIGINARIA 4. SIN TECHO: EL EXODO RURAL. 5 EL ETERNO RETORNO AL PAIS NATAL: LAS MIGRACIO- NES TEMPORARIAS 6 BL MANTENIMIENTO DB LAS “RESERVAS DB MANO DE BRAT 7 BL DOBLE MERCADO DE TRABAJO Y LA SEGREGACION 18 LOS BENEFICIOS DF LA TNMIGRACION 9 LOS LINITES DE LA SUPERFXPLOTACION DEL TRABAJO concLusiones: REPERENCIAS isorce ug 132 156 166 170 75 179 195 204 INTRODUCCION * Si la nocién de parentesco he invadido la etnologia, es porque recubre un principio de organizacién social muy exiendido aun cuando no sea general, incluso entre las sociedades “primitivas"- que tiende a institucionalizar ¥ ‘2 regularizar una funcién comin a todas las sociedades “comprendida la nuestra-, la de reproduccién de los indi- Vieuos en tanto agentes produetores y reproductores, y. especialmente en la economia doméstica, la reproduce social en general. a etnologia clasica sdto capté de la reproduecidn sus manifestaciones institucionales, sin aplicarse a compren- der la funeion esencial. Es como consecuencia de esta falta de comprensién que, al no ser capaz de relacionar el parentesco con los otros datos de la organizseién econd- mica y social, lo considera como un dato primero y de extension universal, traténdolo principalmente bajo su taspecto formal y normative. “Segiin Ja concepeién materialista, el factor determi- nante en dtima instancia, en la histotia, es la produccién y la reproduccion de la vida inmediata. Pero esta produc- cion tiene una doble naturaleza. Por una parte la produc- cidn de los medios de existencia, de objetos que sirven como alimentos, como vestide, como vivienda, y de los litiles que necesitan; por otra parte Ia produccién de los hombres mismos, la propagacién de la especie.” (F. En- sols, 1884: 15 (1884-204). Gometié Engels un error al colocar en el mismo plano la\produecién de los medios de existencia y la produceién 9 Bata gba forma parte de econimises sfrlesnos emprendida. desde 1964 con Ia ayuds dels ‘Wenner Gren Foundation al cul te hap aeociado Eric Pollet, Grace Wintory dL. Amal. el trataeurao de los abes en gue trabsjamos Januas me benefice afnplamente del contibaci de wis comaredas et {tenbaeeoletivo qe ns Rabiamos lmpuesto y do las eiseuiones que ‘antusimes, m de los hombres? Asi lo considera la nota de la reduccién ‘en la edicidn publicads por las Ediciones Sociales. segiin la cual esta asimilacion seria una “inexactitud™ Ex una solucion facil de una produccién esencial entre todas, In de energia humana, 9, en el sistema cupitalista, ia de fuerza de trabajo. La reproduccion de lon hombres es, 0 <1 plano econdmico, la reproduccién de la fuerza de tr bajo on todas sus formas. Pero el materinlismo histérico, del cual se podria esperar que concedicra una mayor importancia a este tema, y aun cuando hava sido el Unico ‘en plantear el problema, sélo integra imperfectamente In reproduecidn de la fuerza de trabajo en su analisis, Las cireunstancias historieas y econimicas de la aparicion del capitalisimo, no plantearon como primordial el problema de Ia reproduecién de Ia fuerza de trabajo, En realidad esta reproduccién, mediante el proceso de acumulacion primitive del que nacié el cspitalismo. se encontrs vesuelta de entrada, Ni Marx ni los economistas se preveuparon por ella convo si “Uera un problema fundamental Posteriormente la reproduccién de la vida no dejé de pertenecer al dominio de la demografia, a una técnica estadistica cuyas eapacidades de extrapolacién son féciles de confundir con una teoria causal. Al rechazar con razin | determinismo demografico ¥ 1a explicacién.malthu- signa de la miseria por medio de ln proliferacién de individuos ineapaces de controlar sus instintos, el mate- ialismo histérieo rechazh también, pero equivocada- ‘mente, los problemas de In reproduccion, Marx ciertamente tenia razdn en pensar que cada ‘mado de produccién posee su ley de poblactén. Esta propo- sicién, que no establecio explicitamente, signiflea ante todo que los problemas de poblacién no pueden ser exa- ‘minados al margen de las relaciones de produccién domi- nantes. No existen, hablando con propiedad, “eausas de- mogrificas", El crecimiento de 1a poblacién esta gober- nado por otras determinaciones, por otras fuerzas, distin- tas a la capacidad de fecundacién de las mujeres. En todas las soviedades las eapacidades biolégieas de pro- creacién siempre fueron un nivel que jamais se aleanz6: la miserin, la enfermedad, el hamabre 0, por el eontrario, as constrieciones materiales ligadas ai “bienestar” de Sociedades industriales, siempre situaron la tasa de re- produccién por debajo de la tasa de fertilidad. ispronc veins 9 En el andlisis del capitalismo del siglo XIX, Ia ausen- cia de una teoria de la repreduccién de la’ fuersa de trabajo no false6 de manera critica el razonamiento de Marx. En el modelo de Marx todo sueede como si una parte no expecifieada de In fuerza de trabajo estuviese onsiderada implicitamente como reproduciéndose en el exterior del sistema capitalista, hipétesis que, por otra parte, es histéries y coyunturalmente justa para este period. La reintegracién a este modelo de los datos de la reproduccion de la fuerza de trabajo, sélo exige un adaptacién del razonamiento. sin cuestionaria fundamen- talmente: los mecanismos que descubre Marx en relacién con la nivelacién del valor de los medios de produccién capitalista, encuentran alli su aplicacién (ck segunda pattel. Esta reintegracién, sin embargo, otorga al mate Falismo historico una nueva dimensi¢n, ligada al. pro- blema de su expansién (ya planteado por R. Luxem- bburgo), y un campo de aplicacién histériea mucho mas vasto. No es posible ignorar la’ reproduccién si se quieren comprender los mecanismes y el funcionamiento de la sociedad domestica. La comunidad domestica es el tinico sistema econémico y social que dirige la reproduccién fisica de los individuos, la reproduecién de los productores y la reproduccién social en todas sus formas, mediante un conjunto de institueiones, y que la domina mediante la movilizacion ordenada de los medios de reproduccién humana, vale decir de las mujeres, Niel feudalismo, ni a esclavitud, mi el eapitalismo contienen los mecanismos institucionales reguladores correctores (fuera de la ley de los grandes numeros! de Ia reproduccién fisica de los seres humanos, En tiltima instancia todos los modos de produecién modernos, todas las eociedades de clase, para proveerse de hombres, vale decir de fuerza de trabajo, descansan sobre la comunidad doméstica, y, en el easo del capitalisino, « la vez sobre ella y sobre su transformacion moderna, la familia, la eual osté despajada de funciones productivas pero conserva siempre sus funciones repro- ductivas (ef. segunda parte). Desde este punto de vista las relaciones domésticas constituyen la base organica del feudalismo, del capitalismo y del socialismno burocratico Ninguna de estas formas de organizecién social puede pretender representar un modo de produccién inteyral, que reposaria sobre normas de produccién y de reprodue- on humogéneas. Por consiguiente no es riguresamente ‘exacto considerar “los modos de produecidn” que se desa- rrollaron ® partir de In eomunidad doméstiea, que la dominaron ¥ explotaron en sus capacidades productivas yo reproduetivas, come superiores en todo a éstas. Son ‘superiores en sus funciones prosluetivas, pero son inferio- res en sus funciones reproductivas. Bl razonamiento de Mary |1859:169 [1857-1858 1, 26-27)) segin el cual la clave de las formas inferiores se encuentra en las mas. evolucionades. no se aphiea de manera estricta al estudio de la evolucion de Las sociedades umanas, y la analogie naturalista, con contenido evolucionista, que nos propone con Ja anazumia, es, como todas las analogias, errénea y perniciasa El conocimiento de los procesos de Ia economia capita- lista, en tanto que permanece asociada con otras relacio- nes de produccion atin vivas, alin persistentes y esencia~ les para st funcionamento, no nos eselarece sobre 1a naturaleza de los procesos de la economia domestica. Por el contrario, el reconocimienta del problema de la repro- duceidn humana en estas ltimas, plantea el de la repro- duceiin en el capitalism. Si es cierto, para retomar Ia proposicién de Marx, que en kt sociedad capitalista la Jerarquia de las instituciones no refleia su orden de ‘aparicisn en el tiempo, ¥ que desde este punto de vista la familia s6lo ocupa en ella, de derecho, un lugar subordi nado, sin embargo su funeidn permanece esencial como produictora del trehajador itbre que no existiria sin ella, La persistencia de relaciones de produccién especificas, cen este caso domésticas, para asegurar la reproduceidn en las formas de organizacion social mais evelucionadas, plantea el problema de la caracterizacién de esas formas, de su culiflencién en tanto que modos de produecién: Ia historia no puede ser concebida como una sucesion de modos de produccion: distintos, exelusivos unos de otros Ya no se trats sélo de comprobar que en eada periodo de i historia persisten las seeuelas de "modos de praduc- ida” anteriores o aparecen las premisas de los futuros. ‘unos tres en contradiccién con el modo de praduceién dominante. Se trata de reconocer que hasta el presente las ralaciones domésticas y la familia han intervenido como reluciones necesarias al funcionamiento de todas los ssrmnLeeros u os de produceién histéricos posteriores a a economia ee SP El comuninmo, el verdadero, puesto que Ae ertniré la mereancia, ¥ por To tanto la foersa de trabajo samto que mereaneia, es el onigo que entrana. 1a “mest de un modo de produccidn verdaderamente Novo, radicalmente desembarazado del arcaismo fari- sie pero renovador al mismo tiempo de lax relaciones fectivas B PRIMERA PARTE LA COMUNIDAD DOMESTICA La comunidad doméstica agricola, por sus capacidades ordenadas de produccién y de reproduecién, representa bona forma de organizacién social integral que persiste desde el neolitico y sobre 1a que ain descansa una parte importante de Ia reproduccién de le fuerza de trabajo necesaria para el desarrollo capitalista. El estudio de esta formacién social Namé la atencién de los autores que se interesaron en la historia econdmica y en la teorfa de las sociedades precapitalistas. ‘Marx y Engels se dedicaron a descubrir sus caracteres desde muy temprano, En las Formen! ol pensamiento de Marx sobre este punto parece atin marcado por Ia ideologia burguesa. Con- sidera a la comunidad como constituida “esponténea- mente” (1857-1858/1964:68 (1857-1858: I, 434), a Ja fa- milia 0 le comunidad tribal como algo “natural”, a las relaciones deparenteseo como “consanguinidad”. M esta formulacién elude el examen de las hhistoricas y materiales que contribuyeron a de esta forma especifica de organizacién social: tiende a ‘onsiderar la familia como un dato de orden extrasocial Sin embergo en otros textos se eneuentran, as{ como en Engels, los elementos de una aproximacién Tmés perti- nente y que pueden resumirse de esta manera: la comu- nidad esté compuesta de individuos a] que practican una agricultura de autosubsistencia (self-sustaining); | pro- ducon y consumen en comiin sobre una tierra comiin cu acceso esta subordinado a la pertenencia a dicha comut dad; c} ligados por relaciones desiguales de dependenc As se ha convenido en llamar al psaje de les Elementorfundamenta- Jes para la sttica de lo economia pollica convagrade las sotledadce recapitalstay (1957-1888). 13) u La contninan nowesticy, personal. En la comunidad sdlo se desarrolla el valor de Engels conceden una gran importancia a la n comin” de la tierra, que oponen a la apro- sada de los medios de produccién que caracte- Fina al eupitalismo, En otro ligareritiqué esta concepeion retrospectiva de la historia (1972 a1 que contribuye. por cierto, « la demostracién de la evolucién radical de las estructuras sociales, pero que no ofrece los conceptos ipropiadus para opera en el conjunto de las sociedades. Sefalemos que, en esta descripeién, pocos rasgos se auribuyen al nivel de lis fuerzas productivas, sino que Jo hhacen: max bien, a normas ‘division del trabyj, posesicn comin del suelo. , .) 0 a implicaciones de rasgos no especi- Fieados tautosubsistencia y valor de uso, por eemmplo) que son implicades, en este nivel de las fuerzas productivas, por el proceso de produccién agricola. La proposicién segin la cual la comunidad se basta a si misma sélo es. cierta en To que coneierne la preduccion: mientras que Su reprodacciin, por el contrario, depende de su ingereién en un conjunto de comunidades semejantes. “En lak comunidades ms primitivas et trabajo se readin en comin ye pradute commun, salvo la pare rocareade para le reproducion 2 repae fn relncion con Ine necsidades del consumo” (Mars, en Engels 1884 16 tens min we retrocede cool curso de Ia historia mio individuo x tambien el ibvid produto aparece 0 un estado de depends, ‘iembre de un enjta mas grande | fila, Elo srypliads rb 4 las diferentes forman de comunidades saidas de ta oponeicn 5 de Ia fusin de Ine trib.” Mara, 150° 149-150), “En lan comumidader mas ariguas, odie haber problemas de igualded de derechos some eadximy ents fos membros dele comunidad: mujeres fesclaves v extratjeros estaban neturaimente exeluidos” ‘Bngele, 1877, ‘ere 136) ‘Las comunidad max areca "descansan sobre relacones de consan- suinidad entre aux miembros En ellos to s2 entra a menos de se” parsente natural wsdgptado, Sx estructura es Ia de un abel penealagice ‘ars, en Engels 1886" 295) "Bens antiguisimas 3° pequrts entidades comunitariax indi, por jemplo. que en parte todavia perduran, se fndun en la poesiin coma Get suelo en In ssciacin directa entre Ie spriclturn jel aresanad ¥ fen un division fi de trabajo que sirve de pan y de exquema predeter ‘minadoe cuando se establecen sueran entiades communitarian, Const. ‘yen conjuntor de produccon auosuficente (| La mea principal de los Breductis we prec con destin al aroconsume directo de a crgundad, bho eamo mereoncia ype tone la produecion mia o indopenciente de ‘ip dvindn del trabajo estaba =m el conjumto dela soredad ind, LA comeIoap pomesnica se El problema de la reproduceion en las comunidades es reconocide por Marx en EI capital como su “fin ultimo", reproduccién no s6lo fisica de los individuos, sino social ‘ep todas estas formas en las que la propiedad de la tierra’ y la agricultura constituyen la base del orden, econdmico [. ..| el objetivo econémien es la produesion de valores de uso, la reproduccidn del individuo en aquellas relaciones determinadas con su comunidad en las que él constituye las bases de ésta |..." Pormen, trad. Balibar, p. 8 (1857-1858 : T, p. 444) Asi, en eposicién con otras proposiciones tendientes 1 considerar Ia comunidad como “natural” y “esponuine", Marx sefulaba, al igual que Engels en El origen de la familia... el lugar que ocupan las relaciones de repro Bueeién en su constitueién, Sin embargo no fuo este camino el emprendido par los socidlogos alemanes y briténicos de la segunda mited del siglo X08 para definir le comunidad domestiea, sina ol to por la distineién entre sociedades que comercian y que no comercian. Rodbertus (1864) retoma 1a nocién de comunidad de autosubsistencia bajo el término de vikus, eéluli produc: 1iva auténoma cuya principal earaeteristica es la de izno- rar el intereambio mercantil en su seno. Vincula esta caracteristica con una forma particular de comercio donde no operan las eateyorias de la economia politiea: no existe venta ni compra, ni transferencia del “dividendo nacional”, ni de la propiedad. Las operaciones de ta produceién, del consumo, de lu inversidn, ete., se realizan sin ningtin recurso a la circulacién mercantil. Rodbertus, partiendo de las categorias de la economia liberul: pro- duceién, cireulacién, consumo, de lus que comprueha in embargo la inadecuacién, permanece eneerrado en una Aivitin que ete4 medida por ol intereamhio de mereancias.[...| El ‘eacille oganlsmo productivo de eetas comunidades comuni tai ts Fetente. que so reproduces siempre en Ts miss forma) que Guardar ‘eastonaimente dottraiden se recoustrayen en el mismo lugar, con ef {smo nombre |. ., Las teripestades en la egnon politica de las uber dejan inderine [a estructura de lo lemsentoc fndatmentales sconces de la sociedad" (Mars, 1967 1950. 2 AU iT. V4, pp 44-435), nie aqui, manestamente, ta abuse leievaie 16 LA COMUNIDAD HOMESTICA visiin negativa de la comunidad doméstiea a la que silo puede caracterizar por lo que ella no es. Esta concepeién, que parte de una percepcidn « contra- rio de los fendmenos econémicos. y, ademvis, de una negacidn de los conceptos de ia economia clisies, no s6lo Jes quita a estos dltimos su capacidad operatoria ~cuando tienen alguna- sino que se reduce a una demostracién de luna perspectiva limitada, a saber: que esas sociedades precapitalistas sélo seriam diferentes del capitalismo por- ‘que son su revés, Tal concepeidn no brinda los elementos de una clarificacin positiva de las relaciones de produc- ci6n 0 los medios para distinguir cualitativamente los sistemas sociales entre sf La escuela sociolégiea alemana y briténica del siglo XIX percibié fa distincién entre valor de uso y valor de ‘cambio en sus implicaciones juridieas, las que las sociedades en dos grandes categorias recon eesivamente bajo nombres diferentes. Henry Maine (1861) establecié una distineién entre las sociedades donde las relaciones sociales se establecen en funcién del estatus de las personas y aquellas donde prevalecen los contratos o acuerdos bilaterales. Lewis Morgan (1877) hhace una distincién parecida entre la soctetas, donde dominan las relaciones entre personas, y la civitas, fun- dada sobre la pertenencia territorial y la propiedad, dis- Uneién cuyos términos serviran a Marx s Engels en su exploracién de lus sociedades primitivas 'L. Krader, 1972), Tonnies (1887) denomina Gemeinschaft a las so. ciedades donde prevalecen las relaciones de parentesco ¥ de veeindad, y Gesellschaft a aquellas donde los indivi- duos se consideran. a través del intercambio, como extra- As unos a otros. Estas distinciones, que serdn vetomadas por Mux Weber. ofrecen elementos positives de analisis Su defecto radica en no ser sino juridieas, o en proponer la distineién juridiea como determinante, No expresan lo que procede del movimiento social sino sélo las normas que las sociedades se dan como medio para conservarse Para Polanyi (1957/1968) y su escuela tambin el in- tercambio es el que representa el acontecimiento mis importante, la “gran transformacién” que separa a la economia antigua de la economia de mereado. En la primera dominan dos formas de eireulacion, indisociables del estatus de las partes, la reciprocidad entre imalec + La coMUSIDAD DoMESTICA y Ja redistribucién entre el poder central y sus subordina- dos. en la economia de mercado las mercancias se inter- cambian entre ellas. Pese al interés que merecen estas Gistinciones que hacen surgir una diferencia cualitativa ‘entre la economia de mercado y las economias que la precedieron, ellas se sittian atin al nivel estructural y Uescriptivo, sin desembocar sobre los problemas de pro- duccién, Pero es a partir de éstos que se anudan las relaciones observadas al nivel de la circulocién. Lo que descubre Polanyi es que, en las sociedades antiguas, le economia esta sometida a un proyecto poli- tico unificado y no a las decisiones individuales y diver- sas de los empresarios. Descubre que, en una sociedad estatutaria, el movimiento de las riquezas esta subordi- nado a lns estructuras jerarquicas y a su renovacién, que ésias forman los canales a través de los cuales los bienes deben deslizarse para que su circulacién no perturbe las releciones sociales establecidss, sino que, por el contra- rio, las refuercen. La economia le parece, por este hecho, integrada en el tejido social, y no, como oeurre en la sociedad de mercado, surgir de éste para ocupar un domi nio que le seria propio y sometido a sus propias leyes En realidad la economia esté integrada, en la sociedad capitalista, de igual modo que en las otras. Aqui Polanyi confunde la economia como disciplina, producto de una division del trabajo intelectual, y su objeto. Marx demos. ‘86 que aquello que a los economistas liberales se les aparecia como puramente econdmico y material, por ejemplo la mercancia 0 ef capital, era, de hecho, la crista- lizaeién de relaciones sociales, én particular del asala- riado. ‘Al estudiar a los autores antiguos, Polanyi y sus eola- boradores esclarecieron aspectos hastante enigmatieas del funcionamiento de fas sociedades antiguas. Al mismo tiempo su investigacién se desplazé hacia las sociedades mercantiles, esclavistas, que producian para la venta, 0 hhacia la economin dominial. Polanyi estudia la economia ‘antigua en general y no, como yo me propongo hacer ‘equi, la economia doméstica solamente, Recientemente Marshall Sahlins (1972) se dedicé a culificar lo que llama el modo de produccién domestica, spoyindose no tanto sobre el intereambio como sobre las caracteristicas de la produccién 16 LA COMUNIDAD HOMESTICA visiin negativa de la comunidad doméstiea a la que silo puede caracterizar por lo que ella no es. Esta concepeién, que parte de una percepcidn « contra- rio de los fendmenos econémicos. y, ademvis, de una negacidn de los conceptos de ia economia clisies, no s6lo Jes quita a estos dltimos su capacidad operatoria ~cuando tienen alguna- sino que se reduce a una demostracién de luna perspectiva limitada, a saber: que esas sociedades precapitalistas sélo seriam diferentes del capitalismo por- ‘que son su revés, Tal concepeidn no brinda los elementos de una clarificacin positiva de las relaciones de produc- ci6n 0 los medios para distinguir cualitativamente los sistemas sociales entre sf La escuela sociolégiea alemana y briténica del siglo XIX percibié fa distincién entre valor de uso y valor de ‘cambio en sus implicaciones juridieas, las que las sociedades en dos grandes categorias recon eesivamente bajo nombres diferentes. Henry Maine (1861) establecié una distineién entre las sociedades donde las relaciones sociales se establecen en funcién del estatus de las personas y aquellas donde prevalecen los contratos o acuerdos bilaterales. Lewis Morgan (1877) hhace una distincién parecida entre la soctetas, donde dominan las relaciones entre personas, y la civitas, fun- dada sobre la pertenencia territorial y la propiedad, dis- Uneién cuyos términos serviran a Marx s Engels en su exploracién de lus sociedades primitivas 'L. Krader, 1972), Tonnies (1887) denomina Gemeinschaft a las so. ciedades donde prevalecen las relaciones de parentesco ¥ de veeindad, y Gesellschaft a aquellas donde los indivi- duos se consideran. a través del intercambio, como extra- As unos a otros. Estas distinciones, que serdn vetomadas por Mux Weber. ofrecen elementos positives de analisis Su defecto radica en no ser sino juridieas, o en proponer la distineién juridiea como determinante, No expresan lo que procede del movimiento social sino sélo las normas que las sociedades se dan como medio para conservarse Para Polanyi (1957/1968) y su escuela tambin el in- tercambio es el que representa el acontecimiento mis importante, la “gran transformacién” que separa a la economia antigua de la economia de mereado. En la primera dominan dos formas de eireulacion, indisociables del estatus de las partes, la reciprocidad entre imalec + La coMUSIDAD DoMESTICA y Ja redistribucién entre el poder central y sus subordina- dos. en la economia de mercado las mercancias se inter- cambian entre ellas. Pese al interés que merecen estas Gistinciones que hacen surgir una diferencia cualitativa ‘entre la economia de mercado y las economias que la precedieron, ellas se sittian atin al nivel estructural y Uescriptivo, sin desembocar sobre los problemas de pro- duccién, Pero es a partir de éstos que se anudan las relaciones observadas al nivel de la circulocién. Lo que descubre Polanyi es que, en las sociedades antiguas, le economia esta sometida a un proyecto poli- tico unificado y no a las decisiones individuales y diver- sas de los empresarios. Descubre que, en una sociedad estatutaria, el movimiento de las riquezas esta subordi- nado a lns estructuras jerarquicas y a su renovacién, que ésias forman los canales a través de los cuales los bienes deben deslizarse para que su circulacién no perturbe las releciones sociales establecidss, sino que, por el contra- rio, las refuercen. La economia le parece, por este hecho, integrada en el tejido social, y no, como oeurre en la sociedad de mercado, surgir de éste para ocupar un domi nio que le seria propio y sometido a sus propias leyes En realidad la economia esté integrada, en la sociedad capitalista, de igual modo que en las otras. Aqui Polanyi confunde la economia como disciplina, producto de una division del trabajo intelectual, y su objeto. Marx demos. ‘86 que aquello que a los economistas liberales se les aparecia como puramente econdmico y material, por ejemplo la mercancia 0 ef capital, era, de hecho, la crista- lizaeién de relaciones sociales, én particular del asala- riado. ‘Al estudiar a los autores antiguos, Polanyi y sus eola- boradores esclarecieron aspectos hastante enigmatieas del funcionamiento de fas sociedades antiguas. Al mismo tiempo su investigacién se desplazé hacia las sociedades mercantiles, esclavistas, que producian para la venta, 0 hhacia la economin dominial. Polanyi estudia la economia ‘antigua en general y no, como yo me propongo hacer ‘equi, la economia doméstica solamente, Recientemente Marshall Sahlins (1972) se dedicé a culificar lo que llama el modo de produccién domestica, spoyindose no tanto sobre el intereambio como sobre las caracteristicas de la produccién 18 LA COMUNIDAD BOMESTICA Para este autor los principales aspectos del modo de produccién doméstica verfan los siguientes: D divisién sexual del trabajo, fundada sobre la familia ‘minima: un hombre y una mujer; O una relacidn entre el hombre y el til procedente dela construccién individual del mismo; C una produceién destinada a la satisfaccién de las nece- sidades de base, de donde resulta una limitacién de las capacidades productivas en virtud de la ley de Chayanov 1925)" un derecho sobre las cosas que se ejerce a través del derecho sobre las personas; 1D una eirculacién “interna” de los productos domésticos ¥y por lo tanto un predominio del valor de uso Esta economia doméstica seria sin embargo tan poco confiable como aparentemente es funcional. La irregula- tidad de la produecién, los efectos de la “ley de Chaya- nov" (es decir, entre otros y segiin Sahlins, una produeti- vidad del trabajo variando a la inversa de ias efectivos de Ja familia eampesina), la subproduccién y la subpoblacién inherentes a este modo de produceién, ia eeologia, todos estos factores exigen la reciprocidad entre las comnnida- des al mismo tiempo que explican el cardcter a la vex anarquico y solidario de esta sociedad. Con relacién a Marx, Sahlins precisa el cardcter indi- tidual de los medios de produccién y reconoce una forma més sutil de apropiacién mediante el establecimiento de relaciones personales. Se plantea el problema critico del doble nivel de la organizacién social, el de la comunidad y ] constituido por su asneiacién, organizacién contradieto- ria que segin el autor se explicaria por el cardcter particular de la produccién, Por el contrario, y a la inversa de Marx y Engels, el defecto de Sahlins y de casi todos los autores contemspo- rraneos, consiste en no precisar el periodo historico al cual se vineula este "modo de produecién”". Aun cuando algu- nos de los rasgos que propone sean relatives a las fuerzas De acuerdo con att lay las familias campesinas adapta sus exfuerzor 1 sus pecesidades; existe un equilibria marginal entre el desagrade que produce un esfuerso enplementario y la satisfucion que se otiene del Droducto de se vero Chayanov, que Funda sue andlise en eeampeei- ‘ado. ruso de comterane del sgl ws, nace Teservas en cuanto 2 la apliahiliad de esta ley al modelo del ofkoe antiguo (1925 ' 2, LEA COMUNIDAD DontesTi¢g re} juctivas, no precisa el nivel de los conocimientos adquiridos, ni el de las téenicas productoras de energia, ni el modo de explotacién de la tierra, ete. Los rasgos que retiene se aplican tanto a la economia de los cazadores-recoloctores como a la de los pescadores, pastores 0 agricultores. El titulo de su obra deja pensar en efecto, que el conjunto de estas acti una misma economia de la “edad de piedra’.’ Estos estudios sobre la “economfa doméstica” parecen concer- nir, sin que esto sea bien especificado, tinicamente a las comunidades agricolas. sta confusion, yo mismo la he cometido (1960), y estas eriticas, pueden no eer aplicadas legitimamente, Ellas provienen del hecho de no haber sabido distinguir hasta el presente lo que caracteriza el nivel de las fuerzas productivas y lo que resulta de ello. Pese al esfuerzo por un mayor rigor, el trabajo de Sahlins en gran parte permanece prisionero del empirismo. El modelo de los intereambios y la generalizacién de la nocién de reciprocidad, que nos propone en la misma obra, muestran toda la debilidad de este andlisis. Dicho modelo incorpora datos provenientes de toda suerte de sociedades, sin consideracién por su especificidad histé- rica, a las que su método de anélisis no permite, por otra arte, conocer. La generalizaciin respecto de un’ conjunio ide sociedades de diferente naturaleza slo puede realizarse después del andlisis y el conocimiento de cada uno de los sistemas en discusién, No puede realizarse sino sobre os elementos que explican el movimiento histérico y no sobre los rasgos disperses pertenecientes a varios periods. Nuestra tarea previa consiste, por consiguiente, en descubrir cuales son, entre las sociedades que se ofrecen a Ja observacién, las que pertenecen a sistemas econémicos semejantes y en qué medida éstos pueden ser eventual: mente reducidos 2 modos de produccién distintos, cuyo modelo nos servird de sefiales y de jalones en la investi- acién, * Ninguna sociedad “prmsitiva’ contemperdnes posee una tice comparable a la que tiene le sociedad predistricn, Nada pert pensar que dichas industrias expresen la sna categoriae econmicas. 1 SITUACION DE LA COMUNIDAD DOMESTICA Mi primera intencién fue la de limitar esta investigacion al “modo de produecién doméstico”, al que mas adelante defino por el nivel hist6rico de las fuerzas productivas al cual corresponde 1, 2, 1, Se trataba, en una primera aproximacién, de examinar las sociedades agricolas lla madas segmentarias, constituidas por céiulas sociales de produceién generaimente ligadas a los linajes, aunque en realidad mas asimilables a "casas". En un trabajo ante- rior 1967) traté de establecer de qué manera esas socie- dades se fundan sobre una forma de expiotacién de la tierra que, por sus implicaciones sociales, politicas © ideoldgicas. las distingue radicalmente de aquellas que practican actividades de recoleccién ‘en particular la eaza fen sus diversas formas y la recoleceién). Sin embargo, en 1 curso de la elaboracién me parecié que una definicién pertinente de la comunidad doméstica me obligaba a roseguir ain mas all este andlisis, a fin de delimitar con mas precision el objeto de mi investigacién. Pera aclarar algunas de las distinciones que queria hacer con otras formas de onganizacion social de 1a produccién y/o de la reproduceién, me vi obligado a rechazar. para estas uiltimas, algunas nociones que les eran aplieadas de ma- nera indebida, y analizar, al menos sumariamente, para justificar la especificidad de mi objeto, formas de organi- zacién social que no se relacionan con ella. Este primer capitulo tiene por objeto establecer en qué medida. al menos tres tipos de sociedad, tienen caracteres positives distintos a los de la comunidad domésties, Pero esta demostracién, que se hace por comparacién algunas veces implicita con un abjeto que sélo ex definide poste riormente, silo se esclarece por referencia a este titimo, Las remisiones al capitulo 2 permiten encontrar el ca ino gue subyace a la elaboracién del presente capitulo, 120) /ACION DE LA COMUNIAD DOMESTICS 2 Se piensa que para sitar correctamente Ia economia doméstica en el conjunto de les sistemas econémices ¥ sociales, hubiera sido necesario definir la totalidad de lox ristnos, Mi ambicién es mucho més limitads. Consiste soln en demostrar, a partir de casos que me son bien conoeides, que la nocion de economia primitiva o tiadi- onal recubre distintas formas de organizacion social, obedeciendo a leyes que le son propias. Consiste en de: ‘mostrar, igualmente, que es posible extraer eriterios, que espero sean pertinentes y cientificos, capaces de caructe- vizar sistemus sociales a los que se aplican conceptos especificos. La asimilacin de estos sistemas a modos de produecién muestra la apreciacion gue cada uno puede hhaver de cada caso, apreciacién que tal ver permitirs precisar, eventualmente, esta nocidn y otorgarie valor ‘operatorio, Todos los autores, y en particular Marx y Engels, se han esforzado en establecer de qué manera la “comunidad primitiva™ difiere del capitalismo, y, de manera menos convincente, de la esclavitud y del feudalismo, vale decir, de las formas de organizacién social que le habrian suc dido. Pocos se preocuparon de aquelio que la distingue de otras formas de organizacién social que se suponen ante- riores 0 inferiores, Como vimos, la economia primitiva permanece como una eategorfa rélativamente vaga en el interior de la cual sélo uparecen como distintivas ciertas actividades dominantes. Se habla asi de sociedades de caza, de pesca, de ganaderia. Esta primera aproximacién xo se puede rechazar totalmente. Demuestra que para los investigadores la produccién desempefia un papel det minante. Sin embargo no ha sido establecida la relacién liogica entre estas diferentes actividades, que no se exclu- yen necesariamente, y las formas de organizacién social. GEs legitimo, en suma, aceptar a priori esta distincién como susceptible de definir los. "modos de produecién”? Marx nos ensena que Lo importante no es lo que producen los hombres sino la manera como to producen. EL _mismo Engels se engané al respecto en una carta famosa ‘Bngels a Marx, Londres, 8 de diciembre de 1882, en Engels, 2 La eoMESIDAD DOMESTIC Jjnza (entre lo germanos los piles rsa, ist os tanto man eorprandente por euanta cl modo de produc Son ee exencaimente dstings:aqut peseadores yexzadares sia Sensiors ni agrcature alla gonaderia noutde que paso Eultiwo de fos campos. Esto reba, precisamente de Qoe menera fn este estado el modo de produceion es menos deceive ie ftado de dencompesieign de lon viejo azo de coneanguiaidad § devin antigua comunidad reiproce da lee sexce an Ie tru ‘Come se nab, en partir de esta declaracin de Engels que Cau Let Strain pada denies como marssta"= Ea efesi, sia ests abservacion de Engels se In entonde fatamente en el Sentido de quo el materialemo tetris no tene vais en Sicledadesprimtivasentonces para sr “marasta” ex sufteente on dyer del ‘campo de la antropologe por un “méteda" as adecuado para el exadio de Toe vigos Fao le ontaniginidad por lo tant traiionarian al verdadero arn quite Se empta.en alr soncer oon oe aque Ie es extrafo. Ba realidad Engels sélo compracba que las Felaciones de production no son “dedsivas", Sestlone sin orm Inno explitamente. que mi als de las extretas felacones de proc ln “eosanguldad” expres relacones que. anen Tos hombres para la eeproducelén de a vida, Por cnsyguente no rechaea ul materials histdico como instrument de anit delay soeiedader primitiva, you obra El origen da fami, de {a proueded priveday del Buta Yo pracba shandantemente, Ls ruta realzidn por Ld Straune no logracuprimir el hecho de fue ess socledades estén oligadan a. produce -y oto en ‘ondiciones doterminadas por el nivel de las fuerzas product Yas~ pare exists y porpatuarse, v que, en conseevencay todas noon comprenaibles por ue mamas eategoioe Sontifias,todes To'son por metio del materialismo histeric Mis alls de esta delbereda confusion de Loi Stnuse, existen tras que son de naturaesn més profunda, La carta de Engels domiurstra la Sbildad del eancepta de "modo de produstan” reducido aqui a la simple nocién de actividad productiva, hasta ‘en sus propios creadores Por atts parte los analisis teéricas relatives a la etnologia ran tus slementales como para hacer una distincién entre las istintas formas de relaciones expresadas por lo que se dene. nnaba “consanguinidad”, De hecho esta di 3a e3t4 por hhacerse en lo que concierne al “parentesco”, y en las paginas que siguen trataré de demostrar de qué manera persiste la confusion cen lo referente a la naturaleza de las relaciones sociales agrupa ‘das en esta categoria. La peseg, la caza y la agriculture son cada una activi- dades imultiformes a las que no puede otorgarse un de- SeCUACION DE 1A COMEENIDAD HoMTICN 23 terminismo univoco. Para cada una de estas actividades existen numerosas practicas (Terray, 1969). Unas son olectivas y otras individuales. Exigen mas o menos in- Yersiones en trabajo. Las relaciones que se establecen tntve productores dependen de los-medios empleados, de fos procesos de trabajo, de la naturaleza y del uso del producto, Es a partir de la relacién que se establece entre 1 productor y sus medios de produccién (en particular la tierra), ¥ de las relaciones sociales necesarias y de la puesta en accién de estos medios, como debe realizarse el analisis. 1 BLINCESTO LUTE ‘Todo el problema de le reproduceidn esta contenido, en La cmnologia clasica, en la teoria del parentesco. La hipétesis, de una prohibicién universal del incesto esta explicita- mente admitida, tanto por la escuela funcionalista como por la estructuralista, como causa primera de la exoga: mia! y del “intoreambio de mujeres" vale decir como base de la teorfa del parentesco. Por consiguiente es indispensable, antes de teda discu- sion, levantar esa presuncién de una causa ideoldgica previa a la socializacién de las relaciones matrimoniales, observadas en las sociedades agrestes. Lévi-Strauss (1967 : 34) supone que esta prohibicién del incesto, “euvo origen esté en la naturaleza” -ade qué otra manera se podria explicar su supueste universali- dad?-, podria, a pesar de todo, tener una causa sociolé- ica: is necesidad del intercambio de mujeres. De tal suerte que no queda claro si, en el espiritu del autor, esta prohibicin se vincula al derecho y a 1a moral (producidos or las condiciones generales de Ia sociedad) ~en cuyo caso yo estaria de acuerdo con él- 0 si es un dato natural, » Exogamia: matrimunie fuera de a grupo de pertenencis. + "EI inereambio de fox mujer” solo es el casn de un fenémeno mas general el de la movilidad de los individuos paberes de smtoe saxon, La ‘ovlldad de las mujeres piberes, con prefereniaa le los hombres, no es ‘ecesaria ni universal. 4 LA COMUNIDAD DOMESTICA sobre el cual los hombres no tienen ningiin poder? Gode- ier (1973 6 : 8), aun remitiéndose de manera obstinada al marxismo, pero én realidad fiel a sus opciones estruc- turalistas, aparentemente la acepta sin reserva, como un postulado de cardcter ideoldgico. Robin Fox (1967 : 31) hhace de ella uno de los cuatro axiomas sobre los que se funda, segiin su criterio, el parentesco: “primary kin do not mate with each other” ("los parientes de primer grado no se acoplan”), Las miembros de un grupo “pariente” ne pueden, en razin de esta prohibicién, mantener relacio- nes sexuales entre ellos, y, para acoplarse, deben buscar pareja fuera del grupo. Asi se explicaria “el intercambio de mujeres” que se observa incluso cuando los grupos de pertenencia son los suficientemente amplios como para que los miembros puedan acoplarse entre ellos. La universalidad de la prohibicién del incesto est lejos de haber sido probada y es demasiado dudosa como para servir de base a toda la teoria del parentesco.' Por otra parte es iniitil para explicar la movilidad matrimonial. Si se entiende por “incesto” la c6pula entre descendien- tes de los mismos progenitores y entre progenitores y descendientes, incluso sin extender esta nocién 3 los parientes clasificatorios, se comprueba que se trata de una préctica conocida y a veves institucionalizada en cierto niimero de sociedades. Se ejerce legitimamente ‘entre hermanos y hermanas en Hawaii, en el seno de las dinastias faradnicas, entre padre e hija azande, entre madre e hijo mbuti, e incluso entre gente comin en el Egipto romano (Middleton, 1962), ete. Estos casos po- rian multipliearse, pero es probable que, como todas las practicas consideradas como “inmorales” por el cristia- nismo, fuera répidamente suprimida. Todos los etnélogos de campo saben cudn dificil es obtener informacion cuando han pasado los misioneros y los administradores coloniales, sobre todo lo que reprueba la moral del coloni- zador: sa¢rificios humanos, supresién de los ancianos, précticas sexuales, antropofagia e incluso esclavitud 2 F, Korn (1973-18) demueetrae eardtertautoligica det razonamientode ‘Levi Stans, cuando fate sit el incest en la base del prinepic da recipro- dad y de lo wstezas prenriptvos “Middleton (1962) sporta, en relacidn con este tea, seriog elementos ‘Racuerda que Firth habla sfirmade deade 1508 l reltivisme dal incerta SITVACION DE LA COMUNIDAD DomésTIcA 25 (Meillassoux, 1975), ete. Se sabe tambien que los etndlo- gos y Viajeros, cuando llegan a conocer tales hechos, fienden @ autocensurarse por temor a desacreditar pobla- ciones que han conquistado su simpatie. Puede pen- gorse que, en razén de la extrema repulsin de nuestras sociedades cristianas frente a las précticas incestuosas, la informacién sobre este punto es aun peor que sobre los otros. Es concebible, no obstante, que en las sociedades donde la regulacién matrimonial y las relaciones de filiacién estén poco desarrolladas, el incesto (en especial el na miento incestuoso), al no tener incidencia sobre la org nizaeién social, podia practicarse en la indiferencia. La débil frecuencia del incesto en Ia praetica es debida al hecho de que la edad de las eventuales parejas, on el interior del grupo restringido, es més dispar que la que existe entre parejas de grupos distintos. La probabilidad es mayor, para los miembros de la familia restringida, de encontrar pareja fuera de ésta antes de tener ocasién de relaciones sexuales entre ellos. Pese a este obstéculo sabemos que el incesto, por ejemplo en las sociedades dindsticas, puede ser preseripto por razones positivas. El ineesto, en efecto, al igual que otras précticas sexuales declaradas “anormales” 0 desviadas, no provoea repulsion “natural” en la mayorfa de los individuos; parece, por el contrario, haber ejercido una atraccién tan fuerte que hhan sido necesarios todos los recursos del terrorismo religioso para combatirlo a medida que las condiciones sociales (ampliacién de los grupos domésticos) facilitaban su prietiea* Como veremos més adelante (1, 2, 11), lejos de estar inserita en la naturaleza, la prohibicién del incesto es la transformacién cultural de las prohibiciones endogémicas (es decir, proscripciones de carécter social) en prohibicio- nes sexuales (vale decir “naturales” o morales y de pro- yyeecién absoluta) cuando el contro! matrimonial se con- vierte en uno de los elementos del poder politico. En otros » R. Needham (1974) considera que las prohbicionesrelativas al inasto sou demasiado diversas, en exercia, coro para ser consideradas a prior ‘como univervales y dependientes douns teoria genaral (pp. 62-63) Para ete ‘Eutor las presceiciones morales relatives a cereas mujeres son el negativo 4e las reglas que rigen el eceso alas mismas. 26 La comusinan nowsica ‘términos, el incesto es una nocién moral producida por una ideologia ligada a la constitucién del poder en las sociedades domésticas como uno de los medios de dominio de los mecanismos de la reproduccién, y no una proserip- cidn innata que seria, en la ocurrencia, la tiniea de su especie: lo que es presentado como pecado contra la natu- raleza es en realidad un pecado contra la autoridad El recurso a la nocién de incesto para explicar Ia movilidad matrimonial procede de una visién estrecha- mente demogréfica de} crecimiento social. Asi R. Fox eseribe: “mother-children group could {...| be totally self-sufficient for purposes of reproduction” (1967 : 54 “el grupo madre-hijos podria ser totalmente autosufi- ciente para la reproduecién”) De esta proposicién se pueden extraer por lo menos tres presupuestos: uno considera que los grupos sociales cons- titutives se identifican necesariamente con los grupos ‘genéticos; el segundo considera que su crecimiento sélo depende de la capacidad natural de reproduccién; el ter- ‘cero que no existen otras limites para su dimensién que su fecundidad. Tos estos presupuestos deben ser recha- 2ados. Volveremos sobre el problema del crecimiento y la rreproduccién de los grupos constitutivos, y ahora discuti- Femos sélo ol de su dimension. Es evidente que, en una sociedad organizada para la sobrevivencia, les grupos constitutivos son aquellos capaces de subvenir a sus ne- cesidades materiales y, més particularmente, nutritivas. Desde este punto de vista el grupo madre-hijo, librado al azar de la fecundidad, no es un grupo constitutive funcio- nal. No se compone necesariamente de individuos capaces de producir y de satisfacer las nocesidades materiales de todo el grupo. Su existencia fisiea est subordinada a su insereién en una eélula de produccién de distinta dimen- sién y distinta composicién, econémica y_socialmente determinada por las condiciones generales de la produc- eidn. Las condiciones y las capacidades de reproduccién, del grupo madre-hijos estardn subordinadas a la natura- leza de la célula de produccién en la que se incerta. Ahora bien, s6lo pueden ser consideradas como células constitutivas funcionales las que se eonstituyen alrededor de relaciones de produccién formadas como tales. En una ‘economia que tinicamente emplea medios individuales de produccién, el efectivo de sus células, en la medida en que BYUAUION DE LA COMUNIDAD nowESTICN a no esté dirigido por las exigencias de 1a produccién, es siempre inferior al que seria necesario para asegurar su reproduccién endégena. Siendo el mimero de las repro- Guctoras, en relacién al conjunto de la poblacién, siempre menor que el de los productores, son menores las posibili- dades de que una célula constituida alrededor de estrictas actividades de produccién disponga en todo momento de suficiente niimero de mujeres piiberes como para que su progenitura sea susceptible de remplazar en continuidad fos efectivos del grupo en sexo y edad. Ni la horda ni la comunidad agricola aleanzan semejantes efeetivos. La movilidad de los individuos entre un conjunto de células de produecién es por lo tanto necesaria para asegurar este distribueién ‘Segin Washburn y Lancaster (en Lee y Devore, 1968: 303), "es necesario alrededar de un eontenar de parejas para producir nifos en eantidad suficiente para que la relacion de los sexas $e proxime 4 5080 y'a fin de quan vida social funciona sia inconvenientes. Esto exige una poblacién de aproximadamente quinientas personas”. Estas son Isa cifras a las que habria llegado el profesor Sutter (segin F. Heritier en una comunica- con verbaD. Este célealo sin embargo, presupone la monogazni @ incluso remite al problema del acoplamiento. Pero lo que dirige {a reprodueci6n no es una igual distribucién de las mujeres entre Jos hombres sino la capacidad de fecundacién de las mujeres ppuberes pertenccientes al grupo en cuestidn. Para Leroi-Gourhan el céleulo de la dimensién de los grupos se apoya sobre la relacién “masa alimentaria, niimero de los individuos que constituyen el grupo y superficie del territorio frecuentado en un cierto estadio de la evolucién téenico-econémiea” (Leroi-Gourhan, 1964: 213-214). Este autor deduce que entre los cazadores: recolectores “el grupo primitivo esta constituide por un xnuimero restringido de individuos de ambos sexos” (ibid. : 216) cuya existencia esta "ligada a las eélulas vecinas por medio de una ted de intercambios coherente con sus necesidades de reproduccidn." Entre las dos etapas del agrupamiento, los actos de adquisicién alimenticia seha- ln por su superioridad al grupo primario (pareja o fami Jia doméstica), mientras que los actos de adquisicién Youubrayo-C.0. Py “LA coveinman nomenon matrimonial son dominantes en el grupo ampliado (pa. rentesco, etnial”” ‘La unin de los grupos constitutives y sus alianzas no estan dirigidas sdlo por las exigencies de la produccién 0 del intereambio, sino por los imperativos de la reproduc- cidn, De manera tal que siempre existen, como lo sefiala Leroi-Gourhan, al menos dos niveles Ge organizacién social; el de la célula productiva y el del grupo de repro- duecién. Si existe un "modo de produccién” se lo debe buscar al nivel de este conjunto de eélulas productivas orgonizadas paza la reproduceién, LA HORDA ¥ LAS RELACIONES DE ADEESION Si se retoma una sugestién de Marx (1867, 1: 181 ¢,[1867: 1, 1, p. 217)) es posible distinguir dos tipos primarios de economia agreste, segin que la tierra sea objeto de trabajo o medio de trabajo. Las implicaciones sociales de la utilizacin de la tierra como medio de trabajo, es decir de eu modo de explotacién en Ia agricultura, som estudia- das mas adelante, en las paginas consagradas a la comu- nidad doméstica, Aquf examinaré brovemente la ecoro- mia de recoleccién basada en la explotacién de la tierra como objeto de trabajo, as{ como algunos casos intermedia. ros cuando vorren el riesgode ser confundiios eon ia comu- niidad doméstica.* ‘La tierra’ es. objeto de trabajo cuando es explotada directamente, sin reeibir una inversion previa de energia * Lersi-Gourhansefiniab claramenteagu una lines de fvertansin que ‘emanece deeuideds par razon qu el exprosibaaftreando qe ens ‘ences hsnansanfranstceracanireconomies sents, 0 Imayoria de as veces, en ladda en que marea de manera edicts la ‘iperestructura de os pritiens matrstniaesy de fae os | De ma: ers al que ne cmosen meat os imerarbine de rests elow meream- Bs coudianes. ar prestaione tuales que le servi Banale, nies: Jaciba de fe monedas e lade que ls do as legumes. rah Ter beastie dels todades que au enero Ud 210 Li economia de reccleccién fue objeto de exude entries, on que gut silo aporto alguses complements (Meilassowx, 1067, 1273) "ta palabra "terra" debe entenderae en el senvido de medio Naural que occa al producto ‘en In ecicin ingiem de B! cop! el termino et fuelo"), Mary osmilo ella expreanmence, agua s{TUACION Die LA COMUNIDAD DoMESTICA 29 pumana. La actividad productive conaiste en separar de Ja tierra el producto formado o alimentado por ella, sin otra modifieacion del medio por parte del hombre.’ Las actividades de caza y de recoleccién son representativas de este modo de explotacién de la tierra. ‘A diferencie de la agricultura, que exige una inversion 4 trabajo en la tierra y cuyo rendimiento es diferido, la economia de recoleccién es de un rendimiento instanté- roo: el acto de produccion brinda, sin mis demora que el lempo de ejecucién, un producto: los frutos, las larvas, la miei o la carne estén disponibles @ la accién de cada partida de recoleccién o de caza. Si el rendimiento es instanténeo no es, necesariamente, inmediato, pues la produccién exige la utilizacién de instrumentos mediatos, Se herramientas, en los cuales est invertida una parte Ge energia. Segin el grado de inversién necesaria para esta tarea abricacién de herramientas, de armas, de trampas) y segin la naturaleza individual o colectiva de estas inversiones, la cooperacién entre los productores es ‘mis 0 menos numerosa o mas o menos durable. Algunas ‘areas pueden ser realizadas por un solo individuo (caza 0 entrampamiento de pequeiios animales), Estos contribu- ‘yen, sogtn parece, a una parte importante de la produe- ‘ign. Otras tareas exigen la cooperacién de efectivos més famplice para asegurar el funcionamiento simultdneo de los instramentos en uso (por ejemplo la caza con ted) 0 para construir y después manipular obras mas importan- tes (grandes trampas, despenamiento de animales, ete.).0 simplemente para proteger la seguridad mutua de los miemabros del equipo, incluso cuando cada uno de sus miembros se dedica a actividades separadas o individua- les trecoleccién). Si bien la empresa colectiva sélo exige inversiones individuales (si, por ejemplo, es realizada por productores que disponen de sus herramientas 0 no disponen de ellas) se cierra mediante el reparto del producto entre cada * Lo mismo cure, aparentemente, con lo pesca. Sin embargo éstn sage apa con fort de ngninain i mis pata 3 ms Fedentaria gus la economia cinegetis, de manera tel que nose podria Pastel nls lane Segoe ce 08 gan Yon esd, con argument muy cainesntes en ou upeye, und ferme preva TP Sgricalturs; Riviere, 1974,

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