Quitar la vida: los seres humanos
‘Al tratar una objecién a la postura sobre el aborto presentada en el capitulo 6, ya
hemos ido mis alli del aborto para considerar el infanticidio, Al hacerlo, habre~
‘mos confirmado la sospecha de los que mantienen la santidad de Ia vida humana
de que una vez que se acepta el aborto, la eutanasia acecha ala vuelta de la esqui-
na; para ellos la cutanasia es un mal inequivoco que ha sido rechazado, sefialan,
por los médicos desde el siglo V antes de Cristo, cuando hicieron por primera
vez el juramento hipocritico y juraron no darle medicina mortal a nadie aunque
Ja pida, ni sugerir ningiin consejo de esta indole. Ademés, argumentan que el pro~
tgrama de exterminio nazi es un ejemplo terrible y reciente de lo que puede ocu-
rrir una vez que el Estado tiene el poder de acabar con la vida de seres humanos
inocentes,
No niego que si se acepta el aborto por los motivos expuestos en el capitu-
lo 6 as razones en favor de matar a otros Seres humanos, en determinadas circuns~
tancias, llegan a ser s6lidas. Sin embargo, tal y como intentaré demostrar en este
capitulo, no se trata de algo que haya que considerar con horror, y la utlizacién
de la analogia nazi es totalmente engafiosa. Por el contrario, una vez abandonadas
Jas doctrinas sobre la santidad de la vida humana que —como se vio en el capi-
tulo 4— se caen por su propio peso en cuanto son cuestionadas, lo que es horri-
ble, en algunos casos, es la negativa a aceptar acabar con la vida.
«Eutanasia» significa, segiin el diccionario, emuerte suave sin suftimiento», pero
cen la actualidad se refiere a acabar con la vida de los que padecen enfermedades
incurables, con gran dolor y angustia, por el bien de los que mueren y para aho-
rrarles mis sufrimiento o angustia, Este es el tema principal de este capitulo. Igual-
mente, tendré en cuenta algunos casos en los que, aunque el quitar la vida no sea
contrario a los deseos del humano que va a morir, tampoco se hace especifica-
mente por el bien de ese ser. Dentro de esta categoria como veremos se encuen-
tran algunos casos que implican a nifios recién nacidos. Puede que no sean casos
de ecutanasiav en el sentido estrieto del término, pero podsia ser muy til incluiz~
los dentro de la misma discusién general siempre que queden claras las diferencias
pertinent.
En la definicién normal de eutanasia existen tres tipos diferentes, cada uno de
Jos cuales plantea cucstiones éticas distintas, Nuestra discusion se vera favorecida
137Erica prices
si comenzamos estableciendo esta
cabilidad de cada tipo,
iple distincién para luego evaluat la justifi-
‘Twos DE EUTANASIA
Eutanasia voluntaria
En la actualidad, la mayor parte de los grupos que piden modificaciones en la ley
para que se permita la eutanasia hacen campafia a favor de la eutanasia voluntaria,
es decir, a cutanasia que se lleva a cabo a peticién de la persona que va a morie.
Algunas veces la eutanasia voluntaria apenas puede distinguirse del suicidio
asistido, Derck Humphry en Jean’ Way, cuenta cémo su esposa Jean, cuando esta-
bba muriendo de cincer, le pidié que le proporcionara los medios para acabar con
su vida con rapidez y sin dolor, Habian anticipado la situacién y discutido sobre ella
antes de que legara. Derek consiguié algunas pastllasy se ls dio a Jean, quien se
las tomé y murié al poco tiempo.
El doctor Jack Kevorkian, patélogo de Michigan, fue un poco mis alli al cons
truir una «maquina del suicidio» para ayudar a las personas con enfermedades
terminales a suicidarse. Su miquina consistia en una barra de metal con tres reci-
pientes diferentes acoplados a un tubo del mismo tipo que se usa para el goteo
intravenoso, El médico introduce el tubo en la vena del paciente, sin embargo en
esta fase pasa solamente una solucién salina inocua. Entonces el enfermo puede
abrir una Ilnve que permitiré que entre en el tubo una droga que provoca estado
de coma; automiticamente, a continuacién, sale una droga letal contenida en la
tercera botella. EI doctor Kevorkian anuncié que estaba dispucsto a poner la mi-
4quina a disposicién de todo enfermo terminal que deseara utilizarla. (El suicidio
asistido no esti en contra de la ley en el Esado de Michigan). En junio de 1990,
Janet Adkins, que padecia la enfermedad de Alzheimer pero atin tenia capacidad
para tomar la decisi6n de acabar con su vida, se puso en contacto con el doctor
Kevorkian y le comunicé su deseo de morir en lugar de tener que padecer el de-
terioro progresivo y lento que esta enfermedad lleva consigo. El doctor Kevorkian
‘estaba presente mientras Janet utiizaba su miquina y posteriormente informé de
su muerte a la policia, Fue acusado de asesinato, pero el juez no permitié que la
acusacion pasase a juicio, aduciendo que Janet Adkins habia provocado su propia
muerte. Al aio siguiente el doctor Kevorkian puso su miquina a disposicién de
‘otras dos personas que la usaron para poner fin a st vida’
"El doctor Kevorkian fue acusado otra vez de asesinato y de suminitar una sstanciaprohibida
«en relacin com los dos ikimos caso, pero una ver mis el ito fe sobreseido,
138(Quit a vida: ls sees humans
En otros casos las personas que quieren morir quiza no tengan posiilidad de
matarse. En 1973, George Zygmaniak result6 herido en un accidente de moto
cerca de su casa en Nueva Jersey. Fue Ilevado al hospital donde se le diagnosticé
que suftia parilisis total de cuello para abajo. Lgualmente, suftiafucrtes dolores
Le comunicé a su médico y a su hermano, Lester, que no descaba vivir en esas
condiciones y les suplicé a los dos que lo mataran. Lester pregunté al médico y
al personal del hospital sobre las perspectivas de recuperacién de George: le dije-
ron que eran nulas. Entonces, introdujo un arma en el hospital y le dijo a su her~
mano: «estoy agui para acabar con tu dolor, George. éTe parece bien?s. George,
que ya no podia hablar debido a una operacién para ayudarle a respirar, movi6 la
cabeza afirmativamente, Lester le disparé un tiro en la sien.
El caso Zygmaniak parece ser un ejemplo claro de eutanasia voluntaria,
aunque no cuente con algunas de las garantias propuestas por los partidarios de
1a egalizacién de la eutanasia voluntaria, Por ejemplo, a opinién médica sobre
las expectativas de recuperacién del paciente se obtuvo solamente de mane-
11 informal. Tampoco hubo un intento formal de establecer, ante testigos inde
pendientes, que su deseo de morir era inmutable y racional, basado en la mejor
informacién disponible sobre su situacién. La muerte no la Ilevé a eabo un mé-
dico. Una inyeccién habria sido menos angustiosa para los demis que un tiro.
Sin embargo, Lester Zygmaniak no tenia opcidn a estas posibilidades ya que
Ia ley de Nueva Jersey, como en la mayoria de los casos, considera asesinato la
euranasia; y si suis planes se hubiesen conocido, no habria podido ponerlos en
prictica
La entanasia puede ser voluntaria aunque una persona no sea capaz, como Jean
Humphry, Janet Adkins y George Zygmaniak silo fueron, de indicar el deseo de
‘morir hasta el mismo momento en que se tomaron las pastillas, 0 se abrié la val-
vula, o se apreté el gatillo. Una persona puede hacer, mientras disfrute de buena
salud, una peticién escrita de eutanasia si, debido a un accidente 0 enfermedad,
llegara a no tener la capacidad para tomar o expresar su decisién de morir en el
«caso de estar suftiendo dolor, o de encontrarse sin el uso de sus facultades men
tales, y sin una esperanza de recuperacién razonable.Al matar a una persona que
ha hecho tal peticién, que después la ha vuelto a confirmar varias veces, y que en
la actualidad se encuentra en uno de los estados descritos, se puede verdadera~
mente afirmar que se actia de acuerdo con su voluntad.
‘Actualmente existe un pais en el que los médicos pueden ayudar abiertamen-
tea sus pacientes a morir de una manera tranquila y digna. En Holanda, una serie
de casos judiciales durante la década de los ochenta apoyaron el derecho de! médi
co a ayudara que un paciente mucra, incluso si esa ayuda consiste en administrarle
al paciente una inyeccién letal, En Holanda, los médicos que cumplen ciertos
requisitos (que describiremos més adelante en este capitulo) tienen actualmente
|a posibilidad de practicar la eutanasia abiertamente y pueden recogerla en el cer-
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