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No hay rosa en un jardn florido

que no sea admirada por la gente,


que murmulla a su lado la fuente
reflejando en su agua el colorido.
Eres celestial, diosa de colores,
que engalanas la reja donde posas,
maravilla disfrutar de tantas rosas
invaden mi nariz con sus olores.
Como corteja el galn,
con una rosa a su amada
en los tiempos de Don Juan.
Aunque la rosa arrancada
cual la fuerza de un imn,

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