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Criminetogy 2005, 43, 8 2Foenocice, u. Kutt vide, Basie iio, Fondo vestigacio- de Justi. ssacres et 1 London, Decimonovena conferencia Revelaciones masacradoras gcuindo se produce ta masaere? Al responder Ja primera pregunta de Gro de la criminalistica ~zQué?- vimos que la contabilidad cadavérica, descontando los muertos por las guerras y los causados por negligen- tia, demuestra que los estados cometicron mas homicidios dolosos “con dolo directo de primer y segundo grado y con doto eventual- que todos los restantes homicidas del planeta. Mas axin: podriamos decir que en Ia gran mayoria de los casos los homicidios estatales fueron mas graves que los homicidios por inicic- tiva privada —por asi Hamarlos-, pues por regla general fueron homici- dios calificados por alevosia, dada la indefension de tas victimas, ‘Al ocuparnos de las dos preguntas siguientes -zCémo y dénde? nos sorprendié verificar que siempre fueron producto de un control territorial que pretendia limplar y homogeneizar, higienizar, desinfec- tar, que comenzé dentro de la propia Europa y que ésta expelié hacia el resto del mundo mediante el colonialismo y el neocolonialismo, hasta que en el siglo pasado rebotd y volvi brutalmente a Europa. Si bien este proceso duré siglos, lo que més nos impacta es lo ocurrido en ef que nos precede y su amenazadora perspectiva sobre el actual; por ende, corresponde que avancemos hacia la siguiente pre~ gunta para ver cudndo se producen las masacres, con la esperanza de hallar algunos signos que nos permitan advertir el riesgo, aBstados democraticos 0 autoritarios? La historla de todos los tiempos hos ensefia que hubo estados que masacraron y otros que no Io hicke- ron. Es corriente Imaginar que los estados masacradores son estados de policia y que los no masecradores tienen estructuras politicas mis 9 menos liberales, pero eso requiere precisiones, pues las masacres neocolonialistas fueron practicadas por estados con estas altimas caracteristicas, al menos en la medida en que éstas se realizaban en 448 1 RADL Zarranont Su tiempo, 0 sea, por reptiblicas y monarqufas constitucionales, Tam. bien lo fueron muchas veces los estados que practicaron masacres contra los pueblos originarios dentro de sus propios territorios, Esto indicaria que las masacres practicadas en el propio territo tio y sobre parte de la poblacién dominante son obra de estados de policia, pero que también hay estados con estructura mas o menos Uberai que lanzan masacres sobre territorios lejanos y deparan tam. bign @ esas poblaciones instituciones propias de estados de policia o que los convierten en inmensos eampos de concentracién. Las instituciones liberales en territorios neocolonizados operan sélo para la poblacién colonizadora, pero no para los nativos, que que- dan sometidos a una administracién policial de ocupacién. En el caso de las masacres cometidas contra pueblos originarlos por quienes detentan el poder estatal territorial, como las ejecutadas en tos Estados Unidos, en Australia o en la Patagonia argentina, también se trata de ocupaciones territoriales, levadas a cabo como coronacién de la colonizacién. En sintesis: la masacre requiere siempre un estado de policia en el territorio en que se practica, sin perjuicio de que el estado liberal conserve sus instituctones cuando no la practica en su propio terrtto- rio © que las extienda solo a sus subditos en el tertitorio neocolonizado. La discriminacién penal es propia de todo et colonialismo, El diferente trato penal al colonizador y al colonizado es propio incluso del viejo colonialism: la inquisicién ibérica en América centraba su accién represiva predomiantemente en el control social de los colonizado. res, pues los colonizados eran controlados por otros medios. Esta ten- dencia continué operando en la historia, pues es claro que una cosa es el control interno de la empresa colonizadora y otra el que ésta gerce sobre la poblacién sometida del territorio ocupado, Grupos hegeménicos débites. Girard lanza la hipétesis de que las masacres no se llevan a cabo por estarlos fuertes, sino por estados débiles, que procuran salir de sus crisis reafirmando su poder me- diante éstas, para lo cual necesitan apelar a un chivo explatorio, mos. trarlo como responsable de todos los males y luego aniquilarlo. SI dejamos de lado la abstraccién estado y nos referimos al grupo hegeménico masacrador, veremos que esto suele ser verdad cuando 8c trata de masacres en el propfo territorio, ales, Tam. 2 masacres otios, plo terto: estados a 18.0 menos Daran tam: le policia @ {08 operan ‘que que. 3 En el caso as en los ambién se oronacion io territo- slonizado, lonizado- Esta ten- Laruanatne tos wuenTos ag Las masacres como instrumento de grupos débites, Las masacres dentro del territorio casi siempre fueron un instrumento de consolidacién del poder del grupo hegeménico, que era o se sentia débil. A veces se producen como consecuencia de crisis econdmicas, pero s6lo si pro- vocan un grave debilitamiento del grupo hegeménico o una sensa- clon generalizada 0 extendida de anomia en el sentido subjetivo de Durkheim. Al respecto puede recordarse la inflacién galopante alemana en la agonizante Republica de Weimar 0 1a devaluactén del 60% de la moneda impuesta a Ruanda por el Fondo Monetario Internacional, De todas formas, si la devaluacién, el ajuste y la inflacién por si solas fuesen determinantes, tos latinoamericanos no estariamos vives. La veriflcactén, La inquisieién fue un in trumento de consolidacién del poder cen- tral 0 papal, debilitado por los grupos disidentes y por el poder tervenal. Sal tando sigios, lo mismo puede decirse det nazismo, que era un pequeno partido que Negaba al poder, con disidencias inter- nas y que Se proponia montar un estado totalilario, para lo cual necesttaba con- centrar muchisimo poder. pero que ca~ recia de fuerza suficiente; hasta el punto que los propios atiados lo subestimaron, ereyendo que lo podian manejar para evitar el avance comunista, La fuerza la obtuvo con la fabricacion del chivo expiatorio que mostré como amenaza universal, casi cdsmica. El imperio otomano se hallaba en una profunda crisis de disolucién cuando Talat y su banda de jévenes turcos comenzaron a masaerar a los armenios. Pol-Pot tomé el poder Pol-Pot en Camboya con un partido que contaba con pcos cuacros. Serbia asistia a la disolucion yugoslava y perdfa su hegemonia. Stalin monté un poder enorme partiendo de una situacién catastréfica, heredera de un imperio que amenazaba disolverse, asolade por una guerra internacional, una revolucién y una guerra civil. Las minorias privi- legiadas que apoyaron las dictaduras de seguridad nacional sudame- ricanas estaban sitiadas por mayorfas que habian cobrado consciencia de cludadania, Todo parece indicar que ¢l chivo expiatorio aparece cuando el grupo hegeménico se halla débil, como forma de acumular o defender poder. 450 B. Rabu Zarrasox eConsiguieron su objetivo? Cabe aclarar que si bien este parece ser el momento dle la masacre y la intencién de quienes la promueven, no significa que sea un medio efleaz para conseguir ese objetivo, pues por lo menos en la mayoria de los casos, si no en lo inmediato, en el mediano y no muy largo plazo no dio los frutos a los que los masacradores aspiraban. En general las masacres no trajeron gran- des beneficios a los estados que las impulsaron. En un plazo de tres siglos Espaiia se paralizé y perdié su poderio, En lo inmediato, el imperio otomano se disolvié y Turquia hasta hoy no consigue entrar en la Unién Europea pese al apoyo de los Estados Unidos. Tampoco consiguié en su momento terminar el ferrocarril de Berlin a Bagdad, porque la mayoria de los trabajadores eran armentos. La Alemania nazi acabé en el desastre que todos conocemos. El régi- men de Pol-Pot se derrumbé y Camboya se queds sin profesionales ni servicios. Como maximo puede afirmarse que en muchos casos los beneficiarios fueron algunos corruptos. BI neocotoniatismo es un desplazamiento territorial de ta masacre. La ro gla no parece cumplirse en cl caso del neocolonialismo. Sin embargo, observando atentamente el fendmeno, la diferencia radica en que se produce un desplazamiento territorial de Ja masacre y del estado de policia que presupone. Los grupos hegeménicos europeos no estaban nada tranquilos en la segunda mitad del siglo XIX: las revaluciones de 1848, la Comuna de Paris en 1871, el surgimfento del socialismo y del anarquismo, la miseria en los paises atrasados en la acumulactén de capital, su In- capacidad para incorporar a las masas urbanas al sistema productive por insuficiencia de capital, las amenazas externas provenientes de los vecinas y del equiltbrio de opereta del continente, hablan mas bien _ de debilidad y de la violencia difusa de Girard Para mantener el control interno crearon las poliefas sobre el modelo cofonial de ocupacién territorial y Jas fortalecieron, 0 sea que pudieron mantenerse sin masacres mayores y sin montar un com- pleto estado de policia en sus propios territorios, aunque la represién sangrienta de la Comuna de Paris y Ia violenta represin del movi- miento obrero no deben minimizarse. Pero en general puede afir~ marse que desplazaron las masacres para obtener de los territorios ocupados medios titiles para atenuar la violencia difusa interna. ece ser el ueven, no tivo, pues iato, en el 3 que los ron gran- uu poderfo, hasta hoy 5 Estados ocarril de armenios, 5. Bl régt lonales ni casos los re. La re: embargo, m que se estado de quilos en Comuna uaismo, 1a al, sua in. roductivo entes de unas bien sobre el sea que epresién lel mo ode afir ritorios La patanna pe tos seis 48) La policia metropolitana es una técnica co: toniatista tevada al centro. E] control te~ sritorlal policial aleanz6 el maximo de su esplendor y potencia masacradora en las colonias. No en vano los ingleses se re sistieron a la ereacion de la policia, por- que tenian experiencia colonial y no querian sufrir ese control en su propio territorio. Ademas, tenfan en frente el ejemplo de ta policia de ocupaci6n terri- torial francesa, con el modelo borbénico y del tenebroso y acomodaticio Joseph Fouché (1759-1820). Joseph Fouché La Identificacién de los criminales con los salvajes no era un in vento de Lombroso, sino un estereotipo que respondia al mismo chivo expiatorio, que era el colonizado, primitive, agresivo, asesino, enemi- g0 natural de la civilizactén. La pretendida accién eivitizadora del neocotonialismo, sostenida atin hay por quienes Io defienden histéricamente basados en el salvajismo de los pueblos sometides, era también producto de una declamacion homogenewzante destinada a la propia poblacién europea: extender la civilizacion era homogeneizar, hacerlos iguales al nosotros. Mientras la antropologia legitimaba cl contro! policial neocolo nialista, la criminologia racista legitimaba su version metropolitana sobre los excluidos. La, antropologia y la criminologia armonizaban perfectamente en la antropologia criminal, nombre con el que nacié la eriminologia a la vida académica. Bse discurso estaba destinado a la poblacién de la metrépoli y no a los pueblos sometidos, que Jamas lo hubiesen creido y a los que, ade- mas, no necesitaban convencer de nada, salvo a algunos aborfgenes reeducados en Europa con el propésito de devoiverlos a sus territorios © incorporarlos al control policial. En algunos casos esta reeducacién no les dio resultado, como con Gandhi y otros lideres de los paises colon zados, que les salieron fallados. El dicho popular -y en otras palabras algin finisimo intelectual~ dice que nunca hay que avivar giles. La precedencia de téenieas de noutralizacién, ¢Pero cuando estos grupos hegeménicos anuncian las masacres? cee re eee Saeco 452 1, Rao Zarranon, t La mayor parte de los grupos hegeménicos -por fortuna no Hegan a masacrar, pero hay algunos que lo hacen. Lo curloso es que en esos | i casos emilen seftales més o menos claras que por Io general se lgno- I ran, Ineluto por las propias victimes, El signo mas Inequivoco es el reforzamiento de las técnicas de neutralizacion en el sentido de Sykes y Matza que vimos en su mo- mento, Estas técnieas son divulgadas y reafirmadas en forma orgint- ! ca, se sostienen discursivamente, a veces se las sofistica. Esta organizacién del discurso precede a la masacre. Cuando las téenicas de neutralizacion dejan de ser difusas para organizarse i discursivamente, difundirse y reiterarse en el puiblico y en particular cuando devienen discurso del poder, el riesgo se hace inminente. | La construcetén de realidad paranolde es ta necesaria etapa preparatoria. La masaere no puede levarse a cabo si Ja dirigencia 0 el grupo hege [ maénico que la impulsa no cuenta con el apoyo o por lo menos la inci- i ferencia de la poblacién y con la conviecién de las agencias ejecutoras, Este presupuesto depende de una Indispensable ereacién previa de | realidad mediatica que instala el miedo y el consiguicnte mundo paranolde. No pedemos ignorar que con frecuencia son voluntarios los que se Integran en los grupos de exterminio parapoliciales y paramllitares; olras veces participa activamente la poblacién. No es verdad que los ejecutores cuando pertenecen a un cuerpo i Jerarquizado actian por obediencia 0 temor; no se tiene conocimten- to de que los nazis hayan dado muerte a nadie que se haya negado a \ matar Judios, Por ende, es menester una preparacién que instale el | mundo paranoide y la consiguiente conviccién de la necesidad de elt: | minar al chivo expiatorio para salvar a la nacién, al pueblo, al proleta- riado, a la raza, a oceldente 0 a lo que sea, | | | Rs notoria ta utilidad de Sykes y Matza. Da la impresién de que en 1957 nas que Jas conductas de los rebeldes sin causa de su tiempo. Esta observacién no es nueva, puesto que fue anotada por varios eriminélogos, aunque por lo general limitada al caso de la Shoah, como por ejemplo Frank Neubacher (How Can it Happen that Horrendous State Crimes are Perpetrated? An Overview of Criminotogical Theories, Symposium Nurenberg Revisited: 60 Years on) y mas especificamente por Alexander Sykes y Matza estaban analizando las masacres estatales rleas de. su mo- organi. indo Jas nizarse watoria. '0 hege- Ia indi. putoras, ogado a stale el de eli: woleta? a 1957 as que ‘vacion | tunque Frank Laraanea Des muses 453 Alvarez (The Techniques of Neutralization and the Holocaust, Social Science History, vol. 21, n° 2, 1997). Por nuestra parte creemos que pueden extenderse a todas las masacres. Los tipos de téenicas, Las técnicas de neutralizacin configuran un discurso que va instalando el chivo explatorio y la consiguiente nece- sidad de aniquilarlo. Recordemos Jos tipos de técnicas enuneiados por Sykes y Matza que hemos visto en su momento: (1) negacién de la propia responsa- bilidad; (2) del dafo; (8) de la victima; (4) condenacién de los condenadores; y (5) apelacién a lealtades superiores, Veamos como operan estas categorias en el discurso de los masacradores. Negactén de ta responsabilidad, Comenzando por el primer tipo, obser- vamos que la negacién cle la propia responsabilidad en las masacres se caracteriza por definir situaciones que se proyectan como de ex: trema necesidad y que son generadas por el grupo al que se pretende aniquilar. Por esta razén, el chivo expiatorio en toda masacre no puede ser cualquiera. En prineipio, para negar la responsabilidad, el grupo iden- {ifeado como futura vietima debe ser mostrade como poderoso, pues de lo contrario éste no seria capaz de infundir miedo. Como siti panics moral no hay chivo expiatorio, se requiere que el grupo tenga caracteristicas que hagan creible el enorme poder que el masactador le atribuye. Para eso es necesario inventarle una capa- cidad lesiva muy fuerte: si los judios podian producir la peste en la Edad Media, era porque la peste estaba en su poder. La causatidad magica, Para atribuir a ellos una peligrosidad tan formt dable se apela al pensamiento magico, 0 sea, al viejo recurso inquisitorial que permite atribulr todos los males sociales a un ellos sustancializado. La causalidad magica es resultado de la urgencia en establecer tuna causalidad que se produce en toda crisis, por lo que leva razon Lévi-Strauss cuando afirma que la magia, més que un desdén por el determinismo, es la respuesta a una urgencia de determinacién més imperiosa y mas intransigente. Bs la respuesta al reclamo autorita- Mio: Deme una respuesta. Si esto no le gusta, gqué propone? Baje a ta realidad. ¢Qué me dice frente a esto? Son expresiones que escuchamos 454 B, Rabi Zareanon todos los dias por parte de los formadores de opi mediatica jon de la criminotogig Cuando lo magico queda muy en deseublerto, se oculta bajo ropa Jes mae cientificos: cuando quedé demedé atribuir a la relacién eon Satands la capacidad de los judios para causar las pestes, se les im- puts la posesion de tin veneno tan potente que podia matar a toda la poblacién; se pasé del diablo a la quimica. BL experimento de Stantey Milgram. En el mundo actual es el prestigio de la ciencia el que muchas veces refuerza la causa- Vidad magica: el nazismo se rodeaba de clentificos para legitimar sus disparata~ das tesis. El psicdlogo de la Universidad de Yale Stanley Milgram (1933-1984) se hizo famoso con un experimento realmente alucinante: invitaba a estudiantes a par- ticipar de una supuesta prueba cientift ca en la que un actor simulaba suftir descargas eléctricas progresivas que el invitado produciria con un aparate, vert- ficando que entre el 60 y el 80% de los invitados no se detenia ante la simulacién de dolor del actor. La auto ridad de la ciencia generaba un verticalismo obediente en personas normales, que no parabari ante cl sufrimiento. Stanley Milgram En Jas masacres, se suma a esto la estimulacién reeiproca en el eno del grupo de colegas cientificos, porque quien objeta es estigma tizado como cobarde y aun como traidor. Bt pénico morat es itusorio. Cabe aclarar que el panico moral es cast siempre iusorio pero no alucinado, es decir, que deforma Ja realtdad, pero rara vez la inventa del todo. Un enfermo que donde hay un arbol pereibe una pirémide padece una ilusién, en tanto que quien ve la pirdmide donde no hay nada sufre una alucinacién. Bl panico moral que difunde el masacrador ¥ que desemboca en el chivo expiatorio casi siempre tiene uni objeto, s6lo que el masacrador Jo percibe o le proyecta deformado. Esto obede- ce a que es mas sencillo alterar la percepeién de un objeto real que pr PC he

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